CapĂtulo 12
Mundo desmoronado I
Mundo desmoronado I
{Al
dĂa siguiente}
Minho
estaba más que listo para volver al trabajo; no le habĂa dicho nada a Jonghyun,
pero Ă©ste seguramente lo recontratarĂa.
TomĂł
su portafolio y sus llaves.
=
Minho – habló Kibum.
=
Dime.
= Tu
corbata – apuntó = Está mal hecha.
=
Demonios.
= Yo
te ayudo – se acercó a él; suavemente puso sus manos sobre el pecho del mayor y
las fue subiendo hasta llegar a la corbata.
=
Baby, no hagas eso – pidió.
=
Perdón. Listo, quedó perfecta – dijo orgulloso de haber provocado “ciertas”
cosas en el alto.
= Me
voy, cuĂdate mucho – besĂł sus labios y saliĂł del departamento.
Kibum
habĂa terminado de estudiar gracias a Jonghyun, pues durante el tiempo que no
estuvo viviendo con Minho, Ă©ste se encargaba de pagarle el colegio.
Ahora
deberĂa ingresar a la universidad, pero mientras encontraba la que más le
convenciera, disfrutarĂa de la compañĂa de su…¿cĂłmo decirlo? Âżnovio? Bueno, aĂşn
no lo eran, oficialmente claro.
~*~
{En
la empresa}
=
¡Minho! ¡Hermano! – saludó efusivamente Jonghyun lanzándose a los brazos de su
amigo.
=
Hola perro – le dijo.
=
¿Dónde has estado? ¿Por qué estás tan delgado? ¿Qué te pasó? Sulli no quiso
contarme nada – dijo rápidamente.
= Ya
habrá tiempo para hablar, ahora, devuélveme mi puesto de vicepresidente –
ordenĂł.
=
Tienes suerte de que nadie haya ocupado tu lugar. Bueno, vamos a hacer los
trámites correspondientes – explicó.
Y en
cuestiĂłn de un par de horas, Minho habĂa recuperado su trabajo.
=
Ahora sĂ, cuĂ©ntame todo – insistiĂł Jonghyun instalándose cĂłmodamente en uno de
los sillones que habĂan en la oficina de Minho.
=
Bien – suspiró = Comenzaré por… - otro suspiro = Kibum y yo…
=
¡¿Kibummie?! – exclamó.
= No
interrumpas, rayos, esto es algo difĂcil – pausĂł = Él y yo… - bajĂł la cabeza =
Tuvimos algunos problemas cuando me enteré de que ustedes fueron amantes –
apretó los puños tras decir aquello = Entonces, lo saqué de mi departamento.
=
¡¿Qué hiciste qué?! Él no es culpable de nada; yo fui quién lo buscó y lo
engatusó – confesó.
=
Demonios, que no interrumpas – bufó = Como iba diciendo…los seis meses que
estuve ausente fueron porque estaba en depresión – Jonghyun lo miró con duda =
SĂ, yo…extrañaba a Kibum – tomĂł aire = Ayer, fui a comprar algo de ropa y lo
encontré trabajando en una tienda, entonces, pasaron muchas cosas y al final…le
pedĂ que regresara a mi casa – sĂ, Minho era un asco para dar explicaciones.
=
¡¡¿Qué?!!
=
Resumiendo, Kibum está viviendo conmigo de nuevo.
=
Pero, ¿por qué? ¿no se supone que estabas dispuesto a hacer hasta lo imposible
para sacarlo de tu casa?
=
Eso era antes de…bueno, antes… – no era momento para comentarle sobre la
relaciĂłn que tenĂa con el menor.
= No
entiendo.
=
Mira, lo importante es que él está viviendo conmigo – dijo irritado.
=
Ok, ok, sabes cada vez estás más loco – se puso de pie.
=
Espera – habló Minho.
=
¿Qué?
=
¿Por qué te hiciste su novio? – cuestionó.
= No
quiero hablar de eso, bye – huyó de la oficina.
Minho
cerrĂł los ojos y respiro profundo, sino lo hacĂa, estaba seguro de que matarĂa
a su amigo.
~*~
Las
horas pasaban muy lento. Kibum veĂa una y otra vez el reloj.
=
Pff…que aburrimiento – suspiró echado en el sillón de la sala = Extraño a mi
Taeminnie~ – volvió a suspirar.
TomĂł
su celular y se dispuso a hablarle, rogaba porque el menor no hubiese cambiado
su nĂşmero.
=
¿Hola? – escuchó.
=
¡Mi bebĂ©! – chillĂł lleno de alegrĂa.
=
¡Omma! – dijo el otro = ¡No puedo creerlo! Llevo meses sin saber de ti.
= Lo
siento pequeño, tuve muchos problemas.
=
Quiero verte omma, te extraño mucho.
= Yo
más amor, ¿cuándo puedes?
=
Cualquier dĂa.
=
Bueno, entonces yo te aviso – hizo una pausa = Tengo muchĂsimas cosas que
contarte.
=
¡Adelánteme algo! – pidió.
= Yo…tengo
algo con Minho – tras decirlo, se sonrojó.
=
¡¿Qué?! Felicidades omma~ enserio necesitamos hablar – dijo entre risas = Ash,
me tengo que ir, ya llegó mi mamá, adiós omma, te quiero mucho.
= Yo
más hijo mĂo, hasta luego – esperĂł a que Taemin cortara la llamada para hacer
lo mismo.
De
pronto, un sueño enorme le llegó, asà que, se acomodó en aquel mueble y sin más
se quedĂł dormido.
No
supo cuánto tiempo pasó, pero, de la nada, sintió un beso en su frente.
= Te
quiero – escuchĂł; no pudo evitar sonreĂr tras identificar la voz de Minho.
= Yo
también te quiero – dijo adormilado.
Y
tras unos segundos de silencio, un peso extra se instalĂł en el gran mueble
café, luego, unos fuertes brazos rodearon su cintura, entonces, como si fuese
un bebé recién nacido, recargó su cabeza en aquel pecho.
=
Hoy tuve un dĂa aburrido – dijo el alto.
= Yo
también, creo que mañana iré a ver los trámites para ingresar a la universidad.
=
Hmm, me parece bien, ¿quieres que te acompañe?
= Ya
soy mayor de edad, puedo hacer las cosas solo – bufó.
= Lo
sé, pero, como tu novio, me corresponde apoyarte en todo.
Kibum
se sonrojĂł al escuchar aquello.
=
¿N-novio? – murmuró.
=
SĂ, novio, MI novio – recalcĂł para despuĂ©s robarle un beso.
=
Bueno, en ese caso, está bien…espera, ¿y la empresa?
= Para
eso está Jonghyun.
=
Ok, entonces me puedes acompañar.
=
¿Gracias? – sonrió.
El
menor tenĂa un hermoso puchero en los labios, mientras veĂa distraĂdamente la
televisiĂłn, Minho no podĂa con tanta ternura, asĂ que lo volteĂł y le robĂł un
suave beso.
~*~
{Al
dĂa siguiente}
Como
lo habĂan planeado, el MinKey estaba listo para salir. Apenas llegaron a
aquella universidad, rápidamente hicieron los dichosos trámites.
=
Auch – exclamó Kibum una vez dentro del auto.
=
¿Qué pasa? – cuestionó el alto.
=
Tengo hambre, no desayuné por tu culpa.
=
¿Mi culpa? La cita era a las 7 y tú te levantaste a las 6:55 – justificó.
=
Aish, tienes razón – bufó.
=
Vamos, te invito a desayunar – le besó la frente.
=
Está bien.
Y
algunos minutos después, llegaron. Bajaron del lujoso auto de Minho.
=
Este lugar es caro, mejor vamos a otro – dijo el adolescente dándose la media
vuelta.
=
No, vamos a comer aquà y punto – “ordenó”.
= Me
choca cuando está de mandón – murmuró, sin embargo, Minho pudo escucharlo.
=
ÂżQuĂ© dijiste? – cuestionĂł cerca del oĂdo del más bajo el cual dio un respingo.
=
N-nada, ya, entremos – comenzó a caminar, pero Minho lo detuvo y rápidamente
depositĂł un beso sobre sus labios.
Kibum
quedĂł rojo al instante.
=
E-estamos en plena calle.
= Ya
sé – lo tomó de la cintura y entraron a dicho restaurante.
~*~
Luego
de acabar de desayunar, Minho arrastrĂł al menor a un parque de diversiones.
= Ya
te dije que no quiero – se quejaba por enésima vez.
=
Será divertido.
=
Minho, por favor~ - suplicĂł con aquel tono de voz que sabĂa, derretirĂa al
empresario.
= A
ver… - suspiró = ¿Qué parte de quiero que mi novio se divierta no entiendes?
= Es
que, yo…prefiero quedarme en el departamento…contigo – habló en voz baja.
=
Pero pensé que…
= SĂ
me gustan los parques de diversiones, pero ahora solo quiero ir al
departamento.
Choi
tomĂł aire.
=
¿Estás molesto? – preguntó el menor.
=
Heriste mis sentimientos – dramatizó.
= Lo
siento…
=
¡Claro que no estoy molesto! – lo abrazó sorpresivamente = Te quiero – susurró
sobre sus labios y poco a poco acabĂł con aquella estĂşpida distancia que los
separaba.
El
más bajo cerró los ojos lentamente dejándose llevar por aquel suave ritmo. La
tranquila brisa del aire movĂa sus cabellos, a lo lejos de escuchaban el ruido
de la gente dentro de aquel parque, pero para ellos, nada de eso existĂa.
Lentamente
se fueron separando.
=
Bueno, ya que mi plan de cita fallĂł, regresemos al departamento.
Ambos
entrelazaron sus manos y se dirigieron al estacionamiento.
~*~
{Varios
dĂas despuĂ©s}
Era
el dĂa para terminar con Sulli; Minho habĂa pensado muy bien en lo que le dirĂa
a la chica.
Kibum
se sentĂa un poco triste, pues pensaba que era su culpa, sin embargo, Minho le
habĂa dejado muy claro que no.
= Ya
quita esa cara, odio verte asà – dijo Choi.
=
Pero es que…
El
alto lo tomĂł de la barbilla.
= Ya
te dije, que a quien quiero es a ti – soltó viéndolo fijamente a los ojos.
Y
como siempre, un rojo carmĂn tiñó rápidamente las mejillas del adolescente.
= No
seas muy duro con ella, por favor – suplicó.
=
Sabes que soy medio bruto para esas cosas.
=
Por favor Minho.
= Lo
haré, te lo prometo – lo besó suavemente.
=
Nos vemos en la noche – besó fugazmente al alto y salió del auto.
Minho
sonriĂł como tonto, pues muy raras veces, el menor tenĂa esos impulsos. Tras
verlo entrar a la escuela, decidiĂł partir a la cita que tendrĂa con Sulli.
Y
ahĂ estaba, estacionado frente a la cafeterĂa dĂłnde le pidiĂł que fuese su novia
hacĂa ya 5 años atrás. Por más que quiso cambiar el lugar, la chica se negĂł.
SuspirĂł
con tristeza y bajĂł de su auto.
=
“Bien Choi, hoy es el dĂa” – pensĂł.
CruzĂł
la calle y entrĂł al lugar; la encontrĂł en la mesa que tantos recuerdos le
traĂa.
=
Hola – saludó y se sentó, sin si quiera darle un beso.
=
Hola – respondió.
= Sulli
yo… - bajó la cabeza.
=
¿Cómo está Kibummie?
Choi
sintiĂł como si le clavasen algo en la espalda, la culpa pesaba demasiado.
=
Bien – dijo.
= Me
dijo que entrĂł a la universidad.
=
SĂ.
=
Minho, ¿qué pasa?
=
Sulli creo que deberĂamos terminar – escupiĂł. SĂ, era un bruto para esas cosas.
=
¿Q-qué? – exclamó la chica = Pero, ¿por qué?
=
Porque yo…
=
¿Es por alguien más verdad?
Minho
no sabĂa que decirle; Sulli aparentaba ser una chica tranquila, sin embargo,
cuando se molestaba, era el mismĂsimo demonio.
=
¡Lo sabĂa! – poco a poco se iba saliendo de control = Sabes Choi – limpiĂł una
lágrima que recorrĂa su mejilla = DesperdiciĂ© 5 años de mi vida contigo, fui
una estúpida al pensar en que tú eras el amor de mi vida – su maquillaje se iba
cayendo lentamente = Te odio Choi, te odio – tomó su bolso y salió de la
cafeterĂa.
El
alto, pidiĂł un cafĂ© y se quedĂł un buen rato ahĂ, suplicando porque Sulli no
descubriera “quiĂ©n” era el motivo por el cual habĂan terminado.
TomĂł
su celular y decidiĂł llamar a su novio.
=
¿Kibum? ¿Estás en clase?
=
No, estoy en el descanso – contestó = ¿Qué pasó? ¿Ya se lo dijiste?
=
SĂ.
= ÂżY
cĂłmo lo tomĂł?
=
Soy un idiota – suspiró.
=
Minho – chilló = Te dije que fueras amable, pobre Sulli seguramente se fue
llorando.
=
SĂ, lo hizo.
=
ÂżNo le dijiste la razĂłn, verdad?
=
Claro que no, pero ella sacĂł sus conclusiones.
=
¿Qué?
= O
sea, me dijo: ¿es por alguien más? Pero no me dio tiempo de contestarle.
=
Demonios, me siento mal.
= El
que se deberĂa sentir mal soy yo – pausĂł = Pero no me arrepiento porque sĂ© que
cuando llegue a mi casa, estará esperándome mi persona especial, con quien
despierto todas las mañanas, con quien de verdad quiero estar.
El
corazĂłn de Kibum comenzĂł a latir desbocado; sus mejillas ardĂan.
= TĂş
también eres mi persona especial – dijo rápidamente = Bueno, me tengo que ir,
te veo en la noche, adiĂłs.
=
Adiós – colgó; terminó con el resto del café que quedaba en la taza, pagó y sin
más salió del lugar rumbo a la empresa.
~*~
{Horas
después}
Minho
habĂa llegado al departamento antes que Kibum, pues, increĂblemente, no habĂa
mucho trabajo en la empresa.
Apenas
dejĂł su portafolio sobre la mesita de noche junto a la puerta, Ă©sta sonĂł. PensĂł
que era su novio asà que abrió rápidamente.
=
¿Choi Minho? – preguntó una señora.
=
ÂżSi?
=
Somos los Sres. Kim, padres de Kibum, venimos por Ă©l.
Y
Minho sintiĂł que todo su mundo se desmoronaba con aquella simple frase. Por
dentro rogaba porque todo fuese una horripilante pesadilla; pero, desgraciadamente,
era la realidad.
Continuará…