9 de diciembre de 2017

[2shot] Sad Story - Parte 2

2. given up

Hansol despertó desnudo y sin nadie a su lado. Su cabeza daba vueltas y la incesante alarma del celular no le dejaba pensar.

-Se fue – fue lo único que salió de su boca tras echar un vistazo a su departamento.

Salió de la cama y fue directo al baño. En el gastado espejo que había ahí, pudo ver arañazos en su espalda, producto de la noche anterior.

No sabía cómo sentirse. Todo se le había salido de las manos y tomado un rumbo que peligroso.
Se vistió con toda tranquilidad; sólo le quedaba esperar la llamada de la empresa para saber qué sería de él.




-Hansol.



-¿Sí?



-Necesito que vengas a la empresa.



-¿Por qué?



-Lee So Man quiere hablar contigo personalmente.



Lo sabía, sabía que aquel viejecillo no le dejaría ir tan fácilmente.









⚫⚪









Acababa de salir de la oficina de So Man cuando le vio subir al elevador. Caminó lo más rápido que sus piernas le permitieron y abordó justo antes de que las puertas se cerraran; sólo estaban ellos dos.

-¿Te expulsaron? – preguntó Yuta, cruzándose de brazos y pegando la espalda a una de las paredes del elevador.

-Eso quisieras – bufó -Sólo me suspendieron un par de días, es todo.

Yuta no dijo nada, sólo rodó los ojos.

-Si vienes a hablar sobre lo de anoche—

Las puertas del elevador se abrieron, haciendo que Yuta dejara de hablar.

-¿Quién dijo que venía a hablar sobre eso? Es parte del pasado, supéralo – dijo Hansol y abandonó el elevador.

El japonés sonrió de medio lado. Aunque le costara admitirlo, Hansol era excelente en la cama.









⚫⚪









La puerta golpeó fuertemente contra la pared mostrando a un par de desesperados chicos besándose con hambre.  El frío era insoportable pero aun así la ropa estorbaba.

-Hansol – jadeó Yuta.

El aludido entendió rápidamente y cerró la puerta con seguro.

Ambos cayeron sobre aquel colchón viejo y con algunos resortes por fuera. Hansol quería más, necesitaba más de él.

Sus cuerpos bañados en sudor se rozaban con frenesí, haciendo sonidos que excitaban más a ambos. Sabían que se repetiría; sabían que estaban atrapados en el peor de los laberintos.

-Más… más fuerte – pidió el japonés, apretando con una mano las sábanas de la cama y con la otra sosteniéndose del hombro del chico que arremetía contra su cuerpo.

Hansol aprovechó sus dotes de bailarín para sacarle alaridos a su insaciable víctima. Gemían entre besos, se acariciaban y apretaban sin delicadeza alguna.

-Sí que eres todo una caja de sorpresas – exclamó Yuta mientras limpiaba a su cuerpo; Hansol había encendido un cigarrillo.

-¿Quieres?

-Olvídalo – contestó el japonés -¿Puedo pasar a tu baño?

Hansol asintió. Miró hacia la única ventana del departamento.

-Es sólo sexo, nada más, Ji Hansol – se dijo a sí mismo dándole una calada a su cigarrillo para después soltar el humor acumulado en su boca.




La mente es un arma poderosa.









⚫⚪









La suspensión había terminado y Hansol había regresado a su rutina normal.

-¿Cómo es que hoy no te has peleado con él? – preguntó un trainee a Yuta.

-No tengo ganas – murmuró el japonés, desviando la mirada del cuerpo de Hansol, quien practicaba sin descanso.

-¿Estás enfermo? No hay día en el que le dejes tranquilo.

Yuta no estaba enfermo, pero sí cansado de las visitas constantes al departamento de Hansol. Ambos eran insaciables y buscaban dominar la situación, pero tanta intensidad le estaba agotando física y sobre todo mentalmente. Hansol parecía estar desarrollando cierto apego hacia él.

-Tengo hambre, iré por algo a la cafetería – dijo el japonés, poniéndole fin a la conversación.

Hansol lo miró a través del espejo pero, para no levantar sospechas, continuó con lo suyo.




¿Quién pondrían un alto a quién primero?





Hansol estaba en la azotea del edificio, bebía una cerveza a la vez que fumaba un cigarrillo. Seúl se veía hermosa por las noches; si tan sólo su vida estuviera tan iluminada como la ciudad…

-Ya me voy – anunció Yuta, saliendo del departamento de Hansol.

Una vez más habían tenido una de sus insaciables reuniones tras terminar su entrenamiento en la academia.

Hansol se acercó a Yuta y le plantó un hambriento beso, que el japonés correspondió por compromiso.

-Oye – Yuta le alejó de su cuerpo -Hablamos sobre esto, ¿recuerdas? No sentimientos – aclaró.

-Lo sé, lucho contra eso todos los días – bufó el más alto.

Yuta dio unos pasos más hacia atrás. No podía evitar sentir lástima por aquel solitario y triste muchacho.

-Vete – pidió Hansol. El japonés obedeció y huyó de ahí más que veloz.

Hansol se odiaba a sí mismo por no poder controlar sus impulsos; Yuta le incitaba a perder el control y eso le aterraba porque todo lo que amaba lo perdía en poco tiempo.



Un momento,
 ¿amor?


Acaso…
¿se había enamorado de Yuta?




-¡No! – exclamó para sí mismo -Sólo me atrae, sí, sólo eso. Vamos, Hansol ¡contrólate!

Una vez más, el corazón le había hecho una mala pasada, pero ya estaba más que acostumbrado a los finales tristes, así que sólo le quedaba esperar a que el destino hiciera pedazos sus sentimientos.








⚫⚪









-Me voy de la empresa.

-¿Qué?

-Estoy cansado de ser un bailarín de fondo. Llevo 9 malditos años de mi vida en este lugar.

-¿Y a dónde irás?

-A otra empresa, obviamente. Me uniré a un show de idols frustrados y con mala suerte en la vida.

-Hansol, si es por mí—

-No te sientas tan especial, Yuta. Sí, es verdad, mis sentimientos por ti son muy fuertes pero no más que mi sentido común y prefiero irme a tener otra decepción.

Yuta lo abrazó fuertemente.

-Cuídate mucho.

-Eres el mejor enemigo que he tenido – acarició la mejilla del japonés.

Hansol besó por última vez a Yuta. Por supuesto que lo extrañaría, ya que de alguna perversa manera las peleas, discusiones y otra cosas con Yuta le habían hecho sentir vivo luego de muchos años de estar oculto en aquel hoyo oscuro que era su vida.

Ahora vería cada mañana como un nuevo comienzo, incluso si eso significaba sacrificar a lo único que amó en tan poco tiempo: Yuta.




F I N



______________

Por alguna extraña razón siento que a pesar de ser tranquilo, Hansol oculta muchas cosas y busca expresarlas a través del baile. Así fue como nació esta historia.

Ahora, a tomar unas merecidas vacaciones :)

2 de diciembre de 2017

[2shot] Sad Story - Parte 1


Autora: Kang
Grupo: NCT
Pareja: YuSol (top!Hansol x bottom!Yuta)
Clasificación: +18
Advertencias: AU, angustia, violencia, smut, final triste
Resumen:

Hansol trata de expresar sus emociones a través del baile.
Yuta causa gran parte de esas emociones.

⚫⚪

Una atracción fatal disfrazada de rivalidad; emociones reprimidas y mucha mala suerte.




⚫⚪⚫⚪⚫⚪⚫⚪⚫⚪⚫⚪


Sad Story


1. out of luck



Hansol había perdido demasiado en la vida. Primero su padre, víctima de un ataque cardiaco; luego su madre, víctima de la tristeza.

No tenía ningún otro familiar en el cual apoyarse. No tenía ningún hombro para llorar.



Estaba solo.



Con mucho esfuerzo y haciéndose de malas amistades, logró ingresar a una renombrada empresa de todo el continente. Tuvo que vender muchas cosas; incluso a él mismo, pero nunca pensó en rendirse…



…hasta que llegó él.





“Se cree la gran cosa.”



“No es más que un huérfano.”



“Estoy seguro de que se vendió.”



“No tiene talento. Tampoco es guapo, ¿en qué estaba pensando la empresa?”



“Desaparece.”




-¡Ji Hansol ya basta!

La voz del profesor le trajo de regreso a la realidad; sintió cómo sus compañeros le levantaban de los brazos y lo alejaban de su víctima.

-Te lo advertí, una más y estás fuera – sentenció el profesor.

-Pero—

-¡Fuera de mi clase! Mañana mismo hablaré con Lee So Man para ver qué se hará contigo.

Hansol asintió, tomó su mochila y salió de la sala de ensayos hecho una fiera.

-Yuta – el profesor trató de modular el volumen de su voz.

El chico había sido levantado del piso con ayuda de sus compañeros. El profesor lo miró con preocupación.

-Llévenlo a la enfermería – indicó.

El par de trainees que sostenía a Yuta asintió y rápidamente se llevaron al chico, el cual estaba a punto de caer desmayado debido a los múltiples golpes que había recibido.

-¿Quién comenzó? – preguntó el profesor una vez que los chicos salieron de la sala de ensayos.

-No sabemos, cuando entramos al salón Yuta ya estaba en el piso siendo golpeado por Hansol – explicó un alumno.

El profesor lanzó un largo suspiro mientras se sobaba el entrecejo.  Caminó en silencio hacia donde se encontraba el equipo electrónico, tomó un par de pañuelos y limpió la sangre que había en la duela.

Todos permanecieron en silencio.








⚫⚪








Hansol lanzó su mochila lo más lejos que pudo; cerró la puerta con fuerza y luego se lanzó a su vieja cama.

-Te odio Nakamoto, te odio con todo mi ser – dijo apretando la mandíbula y los puños.

Siempre había sido calmado y no le gustaba tomar venganza ni guardar rencor pero todo en la vida tiene un límite y Yuta lo había sobrepasado.



“Dime Hansol, ¿a cuántos tuviste que mamársela para llegar hasta aquí?”



En ese momento, su vista se nubló y sólo pensaba en destruir a ese chico, que sostuvo aquella estúpida sonrisa mientras era golpeado.

Miró a su alrededor. ¿Hasta cuándo podría vivir así? Su “hogar” era un viejo mini departamento que ya nadie rentaba y el cual le regaló el dueño del hotel, que resultó ser uno de sus clientes, como agradecimiento por tanta amabilidad.

Al menos le quedaba una cosa, su trabajo de medio tiempo como cajero en una tienda de conveniencia.








⚫⚪








[4:15 AM]

Hansol caminaba de regreso a casa. Su jefe le había permitido salir temprano de trabajar debido al fuerte frío que azotaba la ciudad.



-No te preocupes por la paga, no te descontaré nada.



-¿Está seguro, señor?



-Claro, eres mi mejor vendedor, las chicas adoran venir todo el tiempo pero ya estoy viejo y el frío me cala los huesos.



-Muchísimas gracias – hizo múltiples reverencias mientras frotaba las manos de la única persona que le incitaba confianza: su jefe, un anciano de 78 años.



Las desoladas calles de aquella parte de Seúl, no eran nada nuevo para él, tampoco las peleas como la que se suscitaba a algunos metros de él.

-¡No, no quiero! ¡Suéltame!

Por segundo pensó que la vista le hizo un mal juego pues aquella voz había sonado como la de Nakamoto.

-¡Silencio! – el agresor golpeó al chico en el estómago.

Irónicamente, Hansol estaba en contra de la violencia y no gustaba de meterse en asuntos ajenos pero al ver cómo el chico luchaba por defenderse, no tuvo de otra más que acercarse a ayudarlo.

-¡Hey! – exclamó, llamando la atención del agresor.

-¿Qué? ¿Tú también quieres unos golpes? – amenazó al sujeto.

Hansol desvió la mirada en milésimas de segundo y sintió como si la presión se le bajara. El agredido era nada más y nada menos que Nakamoto Yuta. La ira se apoderó de él y concentró todo su odio en un golpe que dejó inconsciente al agresor.

Tomó un poco de aire, tratando de estabilizar su respiración. Lanzó una rápida mirada a Yuta, el cual se levantaba del piso con dificultad y reanudó su camino.

-¡Hansol! – le llamó Yuta.

Quiso ignorarlo pero el maldito cargo de consciencia futuro pudo más que su orgullo. Se giró y caminó hacia Yuta, el cual se encontraba tendido en el pasto, inconsciente.  Con un remolino de emociones centradas en sus vísceras, cargó a Yuta en su espalda e hizo algo que jamás en la vida pensó hacer; llevarlo a su departamento.








⚫⚪










[4:45 AM]

-Así que aquí es donde vives… - exclamó Yuta; no llevaba ni 10 minutos de haber recuperado el conocimiento y ya estaba con sus comentarios nada amables.

-Será mejor que te calles sino quieres que— olvídalo – bufó.

Yuta soltó una risilla, la cual revolvió aún más el estómago de Hansol.

-Parece que te gusta meterte en problemas – comentó mientras mojaba una almohadilla de algodón con un poco de alcohol.

-Era mi ex – dijo Yuta, como si nada.

Hansol no pudo contener su sorpresa.

-Así es Hansol, me gustan los hombres – tomó la almohadilla que el mayor le tendió -¿Tienes un espejo? Necesito ver las heridas.

El chico asintió y le pasó una paleta de sombras.

-¡AH! Demonios – jadeó el japonés tras limpiar una de sus heridas abiertas -Sí que golpeas fuerte.

Hansol lanzó un suspiro. Se sentó en la cama, junto a Yuta.

-Deja que lo haga – pidió.

-Olvídalo, me dejarás peor.

El mayor no dijo nada, sólo le miró fijamente.

-De acuerdo – murmuró Yuta, entregándole la almohadilla.

Hansol estaba concentrado en limpiar las heridas de Yuta que no escuchó casi nada de lo que éste decía.

-Escuché que no te van a expulsar.

-¿Qué? – habló por primera vez luego de 10 eternos minutos.

-Tienes talento, a lo mejor y hasta debutas antes que yo.

Hansol no podía creer lo que había escuchado.

-¿Estás hablando en serio?

-Sí, escuché a los intendentes decirlo – le guiñó un ojo.

El mayor arrugó el ceño tras darse cuenta que todo había sido una broma de mal gusto. Con fuerza, presionó la almohadilla contra una de las heridas de Yuta.

-¡Duele! – se quejaba tratando de alejar la mano de Hansol.

-No tienes idea de lo que es el dolor – Hansol tumbó a Yuta en la cama y comenzó a asfixiarlo -No sabes cuánto he sufrido para llegar hasta donde estoy. ¡Sólo hablas y hablas! Envuelves a todos con tus mentiras, envenenas todo y a todos.

Yuta estaba rojo y algunas venas se marcaban en su frente, Hansol le soltó tras ver esto, pero segundos después lo tomó de la barbilla obligándolo a mirarlo a los ojos.

-Estoy cansado de tus malditos juegos, ¡estoy cansado de ti! – escupió con furia.

-Entonces mátame y púdrete en la cárcel, ¡maldito! – atacó Yuta.

Quizá fue el calor del momento; quizá fueron las desbordantes emociones de ambos pero algo motivó a Hansol a jalar fuertemente de la camisa a Yuta y estamparle un feroz y salvaje beso que le abrió el labio al japonés.

Yuta tardó en reaccionar pero cuando lo hizo, supo que no había retorno. Hansol había introducido su lengua en la boca del contrario dificultándole el control, logrando que el beso se tornara húmedo al escurrir saliva por la comisura de los labios del menor.

Hansol cortó el beso y tumbó de nuevo en la cama al japonés. Sus pechos subían y bajaban sin cesar; sus respiraciones eran irregulares, sus corazones latían a toda potencia. Se quitó la camisa ante la intensa mirada del otro. Luego, hizo lo mismo con la de Yuta.

No necesitaban palabras para expresar lo que sentían en ese momento, sólo querían sentir más el uno del otro.

De nuevo los labios de Hansol atacaron los de Yuta, quien luchaba contra su razón. En verdad deseaba aquello pero el futuro le causaba temor.

-Mírame – la ronca voz de Hansol trajo de vuelta al japonés.

-¿Por qué debería hacerlo?

-Porque estás a punto de ser mío – susurró Hansol en su oído, entrando en él de una sola estocada.

Yuta echó la cabeza hacia atrás y arqueó la espalda. Hansol calló sus gemidos con besos lascivos. En un par de minutos el japonés ya estaba sobre las piernas del coreano, sintiéndolo hasta lo más profundo de su ser.

Pero aun así, el mañana le abrumaba…



Continuará

25 de noviembre de 2017

Touch 2 - Capítulo 16 (último capítulo)

Capítulo 16
Amor


[ Muchos años después ]

-¿Ten? – exclamó Johnny apenas abrió la puerta de la oficina de Leeteuk. Ahí estaba él , con sus alas y atuendo negros, haciendo juego con su cabello azabache.

-¿Puedo abrazarlo? – preguntó Ten a Leeteuk, quien asintió.

El ahora demonio corrió hacia Johnny y lo abrazó fuertemente, tratando de transmitirle todos sus sentimientos, desde el infinito amor que le tenía hasta la enorme tristeza que le causaba no verlo.

-¿C-cómo pasó? – preguntó Johnny, acariciando la cabeza de Ten y mirando a Leeteuk.

-Ya era su hora. El darle parte de tu juventud de ángel no lo es todo – explicó el ángel mayor -Supongo que ya sabrás por qué es demonio.

Johnny asintió.

La puerta de la oficina de Leeteuk volvió abrirse revelando un par de alas negras y otro par de alas blancas.

-¿Se puede?

-Claro, Haechan, pasa – contestó Leeteuk.

-Quería preguntarle si pod— ¿quién es él? – Haechan señaló a Ten.

-Hola, me llamo Ten y soy nuevo – saludó el demonio separándose un poco de Johnny.

-Espera, ¿eres bueno era el humano de Johnny?

Ten asintió.

-Oh, déjame decirte que Mark te odia—

-Haechan, ¿a qué viniste? – interrumpió Leeteuk.

-¡Es verdad! Vine a preguntarle si podía quedarme a cenar.

Leeteuk suspiró.

-Sí, pero sólo tú, dile a Taeyong que Winwin no puede quedarse.

-No se preocupe, ya cenó – sonrió con picardía, haciendo que Ten estallara a carcajadas, Leeteuk y Johnny fruncieran el ceño y Mark quedara confundido.

Haechan tomó la mano de Mark y lo sacó de la oficina tras ver el rostro de Leeteuk.

-Dime que entendiste mi chiste – suplicó Haechan.

-Tengo una teoría, pero no sé si estoy en lo cierto.

El demonio se palmeó la frente.

-Olvídalo.

-Sabes, extraño a Renjun – suspiró Mark.

Era sorprendente cómo podían cambiar de tema en cuestión de segundos.

-Y yo a Jeno molestándolo, pero están en un lugar mejor, además puede que para las fiestas de fin de año vengan de visita. Escuché a Leeteuk hablar sobre eso – dijo Haechan.

Mark miró con asombro al demonio.

-Sabes más del cielo que yo.

-Los demonios somos expertos para escabullirnos, ya deberías saberlo a estas alturas – bufó.

Mark adoraba verlo “molesto”; sabía perfectamente cómo cambiar ese semblante: robándole un beso. Lo tomó de la barbilla, haciendo que girara la cabeza para verlo, luego le plantó un sonoro pero rápido beso.

-¿Contento?

-Hmm… quizá necesite otro – enredó los brazos en el cuello de Mark y ambos se besaron como si llevaran siglos sin hacerlo.






  







-A ver, entonces, ¿tú fuiste mi ángel? – preguntó Chenle.

-Sí, pero luego cuando me mandaron de regreso a la tierra, Jisung y tú me adoptaron.

Chenle era nuevo como ángel y había muchas cosas que le confundían pero Renjun estaba ahí para ayudarlo en todo.

-Ah, mi Jisung, espero que vengas pronto – suspiró el chino.

Renjun se acercó a abrazarlo. Ambos miraban al coreano, quien seguía en la tierra, a través de la fuente.

-A todo esto – habló Chenle -¿En dónde está tu novio?

-¿Jeno?

Chenle asintió.

-Dijo que estaba arreglando cosas para su traslado a China.

-Sí que te ama, mira que cambiar de país por ti.

Renjun no pudo evitar sonreír antes las palabras del nuevo ángel; a pesar de ser molesto y desesperante, Jeno sabía cómo enamorarlo cada día más.











-Doyoung, deja los libros por un rato, alguien vino de muy lejos a verte – dijo Heechul.
Doyoung abrió intempestivamente la puerta de su habitación.

-¿Jaehyun?

Heechul asintió.

-¿Le diste otro anillo?

-No. Vino para quedarse.

Doyoung abrió los ojos con sorpresa; llevaba muchos años sin verlo debido a que, al ser mitad humano mitad ángel sus visitas debían ser contadas pues le debilitaban vitalmente y Doyoung tuvo que suplicarle que sólo se vieran una vez cada dos años, para no causar problemas.

El demonio corrió a toda prisa hacia el salón principal, en el que Jaehyun le esperaba de pie, con sus alas blancas y cabello negro.

-Al fin podremos estar juntos – exclamó el ahora ángel.

Doyoung no pudo contener más las lágrimas y dejó que éstas resbalaran por sus  mejillas.

Heechul los observaba de lejos; jamás pensó que un ser tan frío como Doyoung pudiera derretirse con tan sólo escuchar “Jaehyun”.














-Leeteuk dijo que no puedes quedarte – comunicó Haechan a Winwin, el cual estaba con Taeyong en los jardines del instituto de ángeles.

-Me lo imaginaba – contestó Winwin; Leeteuk le había permitido quedarse tres días seguidos ya y obviamente un cuarto día sería mucho abuso a su nobleza.

-Supongo que ahora tú vas a quedarte – dijo Taeyong, a lo que Haechan asintió con una sonrisa de oreja a oreja.

-Bueno, les dejamos – Haechan arrastró a Mark hacia el comedor. Si había algo que le gustaba de ese lugar, además de Mark, era la comida -Heechul siempre nos da cosas frías pero aquí lo sirven todo caliente y con amor – exclamó Haechan mientras devoraba la comida que había en su plato.

-¿Recuerdas cuando nos conocimos? – preguntó Mark de repente.

-¿En casa de Jisung?

Mark asintió.

-Cómo olvidarlo, me caíste muy mal – Haechan dio un sorbo a su bebida.

-¿Por ser ángel?

-Y por golpearme.

-No lo hice a propósito – se defendió el ángel.

-Pero me dolió.

-Deberías estar agradecido; gracias a eso nos conocimos.

-De alguna manera teníamos que hacerlo, somos almas gemelas – continuó comiendo.

Mark soltó una boba risilla.

-¿Qué? – exclamó Haechan.

-Te amo, Haechan – sonrió.

El demonio estuvo a punto de atragantarse con su comida. Ambos eran completamente diferentes, pero tenían algo en común: el amor que se sentían el uno al otro.




F I N
Copyright © 2017 Kang. Prohibida su copia y/o adaptación.

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!