Capítulo 4. Disculpa y recompensa
-¡¿En qué estabas
pensando?! – regañó Taeil.
-Es un beta,
no debe pasar nada, ¿o sí? – respondió Doyoung, sobándose la parte afectada, la
cual había sido atendida por Taeil, la persona en la quien más confiaba.
-¡No lo sé!
Nunca había escuchado ni visto algo así – respondió el otro, guardando lo
utilizado en el botiquín de primeros auxilios.
-Bueno, tomaré
las pastillas por si acaso—
-No – Taeil le
arrebató el frasco -Creo que tienes un problema más grande.
-Pero, ¿qué
tal si quedé embarazado?
-Has estado
tomando demasiadas pastillas, prácticamente diario, estás poniendo en riesgo tu
salud por no querer usar condón.
-Sí he usado,
pero… – pausó, tratando de encontrar las palabras correctas para explicarse
-Esta vez, Taeyong—
-¿Taeyong? ¿Te
estás acostando con el chico al que tanto humillabas?
Doyoung
asintió.
-¿Qué
demonios…? ¿No me digas que él fue—
-Sí, fue él.
Espera, ¿a dónde vas? – cuestionó apenas vio a Taeil tomar la perilla de la
puerta de su habitación, dispuesto a abandonarla.
-Tu padre
tiene que saber esto – contestó el aludido, girando la perilla.
-¡No! Sería
decepcionarlo aún más. Soy su único hijo y resulté ser un omega – murmuró con
tristeza.
-Sabes que no
le interesa, sólo quiere lo mejor para ti – explicó Taeil.
No era
mentira, el padre de Doyoung adoraba a su hijo; lo había criado solo luego de
una desagradable relación con un alfa, quien únicamente se había fijado en él
por su dinero. Doyoung pensaba que, por haber resultado omega, su padre se
sentiría avergonzado, pero eso era una idea errónea que él se había creado en
la cabeza.
-No digas
nada, Taeil. Por favor – suplicó.
-¿Y qué
piensas hacer? No hay forma de deshacer el vínculo.
-S-sólo deja
que hable con Taeyong, ¿sí?
Taeil suspiró
y asintió.
-Ahora, dame
el frasco que no quiero más problemas, por favor – extendió la mano.
El chofer hizo
una mueca y le dio el frasco y luego le sirvió un vaso con agua.
ʚ♡ɞ
Taeyong se
encontraba en la sala de espera de aquella clínica. Estaba nervioso y ansioso;
el cargo de consciencia por haber mordido a Doyoung le estaba comiendo vivo,
pues no lo había visto en días, no había asistido a clases y tampoco tenía cómo
contactarlo. Estaba realmente preocupado.
-Aquí están
los resultados – anunció la enfermera.
-G-gracias.
-Debo confesar
que muy pocas veces he visto casos así, pero me alegro por ti. Aunque sé que no
suena bien, pero ahora tendrás más oportunidades – explicó la mujer.
Taeyong
asintió y sin más salió de la clínica y se sentó en una de las sillas que había
afuera.
Resultado:
Beta con reasignación a: α (alfa)
Con fuerza,
estrujó el papel contra su pecho.
Luego de
aquella situación con Doyoung, fue directo a una clínica para realizarse el
segundo análisis que los betas debían hacerse a los 20 años para comprobar si
había algún cambio, pues no se le hacía normal aquella insana atracción que
tenía hacia las feromonas de Doyoung, además de que su madre le había estado
presionando con ello.
Ahora, una
pregunta no podía dejar de rondar su mente, ¿cuándo volvería a ver a Doyoung?
ʚ♡ɞ
Tras llegar a
casa, luego de la jornada escolar, Taeyong lanzó su mochila al suelo;
nuevamente Doyoung no había asistido a clase y la dirección se había negado a
darle su dirección, a pesar de haber puesto de pretexto que la necesitaba para
un trabajo en equipo.
De pronto,
sonó el timbre. Desganado, la abrió, pensando que serían su madre y su hermano.
Su corazón dio un vuelco cuando vio de quién
se trataba.
-Ya sé que me
dijiste que no era bienvenido, pero—
-Entra –
Taeyong prácticamente jaló a Doyoung hacia dentro de la casa.
-¿Qué pasa?
-No sé cómo
vas a tomar esto, pero… - suspiró -Me hice los segundos análisis de los betas,
sabes cuáles son, ¿no?
Doyoung
asintió.
-Resultó que
soy un alfa.
-¿Qué? –
exclamó Doyoung, tratando de procesar aquella información.
-Por eso me
traes loco con tus feromonas, por eso te sentías raro cada vez que teníamos
relaciones, por eso te mordí – lo último prefirió susurrarlo.
Doyoung le
lanzó un puñetazo.
-Bueno,
supongo que me lo merecía – dijo Taeyong, sobándose la barbilla.
-En verdad que
estoy jodido – bufó, estaba furioso.
-¿Alguna vez
lo sentiste?
Doyoung negó
con la cabeza.
-Pensé que era
tu hermano – contestó, sentándose en uno de los sillones de la sala. Estaba
mareado.
Taeyong se
sentó junto a Doyoung.
-Hay algo que
debo confesar—
-¡¿Hay más?! –
gritó Doyoung.
El ahora alfa
se aclaró la garganta.
-Jaehyun… -
tragó fuerte -Tiene un raro padecimiento que no le permite sentir las feromonas
de los omegas.
-¡¿Ah?! ¿Y por
qué hasta ahora me lo dices?
-No tengo
idea, estaba muy confundido y sólo pensaba en… bueno, tu cuerpo.
Doyoung no
dijo nada, ni hacía contacto visual, desesperando en demasía al nuevo alfa.
-Creo que los
cambios comenzaron aquel día en el que me estabas golpeando y llegó Jaehyun,
probablemente lo notaste y pensaste que era mi hermanito, cuando en realidad
era yo.
Doyoung
levantó la mirada. Taeyong sintió su pulso acelerarse, aquel omega en verdad le
tenía atrapado.
-¿Quieres
decir que todos los encuentros que tuvimos fueron porque tú—
Taeyong lo
tomó de la barbilla.
-Porque yo soy
quien te hace entrar en celo, no…espera - se acercó más a él -Porque yo soy eso
que llamas pareja destinada.
-¿No que no
creías en eso? – levantó un ceja.
-No lo hago,
pero ya no hay vuelta atrás. Ya te mordí.
Doyoung rodó
los ojos y quiso alejarse, pero Taeyong se lo impidió.
-Cuando te
dije que me gustabas, fue en serio.
-¿Cómo puede
gustarte alguien que te trató mal desde que te conoció?
-No lo sé,
simplemente pasó – y sin más, terminó acabando con el espacio que les separaba
para besarlo lentamente.
Doyoung no
correspondió al principio, Taeyong profundizó el beso y ahí fue cuando el omega
le siguió el ritmo.
-¿Podemos al
fin hacerlo en una cama? Estoy cansado de lugares raros – se quejó Doyoung
apenas Taeyong le recostó en el sofá.
El alfa sonrió
y se quitó de encima del otro, para después extenderle la mano.
-Vamos a mi
habitación. No te preocupes, no hay nadie.
Doyoung sonrió
y lo tomó de la mano.
ʚ♡ɞ
-Así que… te
acostabas con alfas para ocultar tus feromonas de omega – comentó Taeyong,
mientras envolvía en un posesivo abrazo a Doyoung.
Ambos estaban
recostados en la cama del alfa. Doyoung quiso “escapar” tras haber culminado
con sesión de sexo, pero Taeyong no se lo permitió.
-Era eso o ser
descubierto – comentó el omega, no muy cómodo con aquel abrazo.
-¿Y cómo es
que ninguno habló?
-El poder del
dinero y una que otra amenaza – Doyoung continuó moviéndose, tratando de
soltarse.
-Y ahora, ¿qué
harás? Todo el mundo podrá ver la marca en tu nuca – agregó Taeyong, divertido
con las acciones de Doyoung.
-Ya no hay
porqué ocultar que soy un omega, estoy unido a ti quiera o no – bufó con
molestia.
Taeyong no
pudo ocultar su sonrisa.
-Sobre eso… –
pausó -En verdad lo siento, fue muy egoísta de mi parte – explicó, acariciando
con suavidad la mejilla de Doyoung.
El aludido
detuvo sus movimientos y le miró fijamente.
-Demasiado
diría yo.
-Lo lamento –
insistió Taeyong -No tomé en cuenta tus sentimientos y—
Las palabras
del alfa fueron interrumpidas por los labios del omega; fue un beso suave y
lento, en el ambos disfrutaron de la boca del otro.
-Acepto tus
disculpas – dijo Doyoung apenas se separó de los labios de Taeyong- Ahora…
déjame dormir.
El alfa asintió
y lo abrazó aún más fuerte, dejando que el sueño venciera a ambos.
Y como dicen
por ahí: “del odio al amor hay un paso” o… ¿una mordida?
F I N
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