Autora: Kang
Grupo: EXO
Parejas: SeTao, KrisTao
Clasificación:
+18
Advertencias:
AU, drama, lenguaje obsceno, lemon.
Puro sexo; sin sentido (?).
Puro sexo; sin sentido (?).
Resumen:
Sehun
tiene problemas con el chino de su salón, ya que, éste le grabó teniendo
relaciones con varias chicas menores de edad y le amenazó con mandar el vídeo
al director y a toda la escuela, si no le dejaba entrar a su banda de rock.
-Está
bien, ZiTao, dejaré que entres a la banda, pero primero tienes que hacer un pequeño casting – dijo Sehun.
-Estoy
preparado para lo que sea – Tao sonaba seguro.
El rubio
no se imaginaba que aquel casting no era más que una mentira para desatar al
ser insaciable que había dentro de Sehun.
* * * *
Sugar
Fairy
1.
Sugar Fairy era el nombre de la banda de rock a la que Tao quiso
ingresar desde que comenzó a estudiar en aquella universidad.
Millones de veces intentó convencer al líder: Wu Yi Fan, mejor
conocido como “Kris” o “Mr. Galaxy”.
Se acostó con él infinidad de veces, buscando obtener un lugar, pero
nada; siempre le decían que no.
¿Quién?
Sehun, el
más chico; el tipo más presumido que haya pisado la Tierra.
Para Tao, aquel sujeto de escasos 19 años, se creía una botella de
agua en el Sahara. Toda la escuela lo adoraba; hasta parecía el líder de la
banda.
-Kris, no deberías dejar que ese feo tome tu lugar – decía Tao,
mientras, con su uña, dibujaba cosas sin sentido sobre el pecho desnudo del
rubio.
De nuevo, se había acostado con Mr. Galaxy, pero ésta vez no para
conseguir entrar a la banda, sino porque simplemente, quería tener sexo con
aquel semi-dios de la batería.
-Es como mi hermanito menor – se justificó Kris.
-Pero es muy idiota y agh, no lo soporto – bufó Tao.
-Tengo que irme – Kris hizo a un lado al panda y comenzó a vestirse.
-¿Por qué?
-Tengo ensayo, pequeño.
Tao hizo un encantador puchero, que fue besado por Kris.
-Está bien, ¿te veo luego? – preguntó el panda.
-Tal vez. See ya! – se despidió Yi Fan.
Tao soltó un suspiro y tras vestirse, salió de aquella bodega,
testigo de sus revolcones con varios chicos de la universidad.
=*=
Tao estaba en las canchas abandonadas de la escuela. Le encantaba jugar
básquetbol en aquel silencioso lugar.
Ya había encestado un par de veces y estaba a punto de volver a
tirar el balón, cuando escuchó algunas risitas.
Molesto, se giró para buscar a los responsables. A lo lejos, pudo
divisar a tres chicas, entrando al gimnasio, acompañadas de nada más y nada
menos que Oh Sehun.
Una macabra sonrisa se dibujó en el rostro del chino. Esa era su
oportunidad para manipular al idiota presumido ese.
Sacó su Galaxy Note 3; se acomodó en un sitio en el que no pudiera
ser visto y se dispuso a grabar aquel cuarteto. Al principio le dio asco, pues
él era gay y no toleraba ver a parejas heterosexuales teniendo sexo salvaje,
pero se aguantó porque sabía que eso sería su entrada a Sugar Fairy.
Cerca de 40 minutos después, las chicas ya se encontraban volviendo
a vestir sus ropas y arreglándose el cabello.
Tao guardó el vídeo como: Sehun y colegialas XXX.
-Estuviste excelente, precioso – chilló una de las chicas.
-Gracias, Minah – respondió Sehun.
Las chichas murmuraron algunas cosas entre ellas y salieron del gimnasio
tras despedirse de coreano.
-Vaya, vaya, creo que acabo de presenciar algo interesante, ¿no
crees, Sehun? – Tao había salido de su escondite. Tenía una enorme sonrisa en
el rostro.
-¿Qué mierda haces aquí, chino asqueroso?
-Definitivamente lo mismo que tú, no.
-¿Qué hiciste? – Sehun estaba perdiendo los estribos.
Tao sacó su celular, le puso “play” al vídeo y giró el aparato para
que Sehun viera la pantalla.
-¡Dame eso! – gritó el chico.
-Ay, qué pena, pero no puedo.
-¿Piensas manipularme?
-Manipular suena muy feo. Digámosle, negociar…
-No voy a negociar ni puta mierda contigo.
-Te conviene, Sehunnie, o sino, el director y toda la escuela, se
enterará que te acostaste con unas menores de edad.
-Eres insoportable. ¿Qué quieres? Oh, no, ya sé qué es – Sehun
sonrió de medio lado -Quieres que te deje entrar a Sugar Fairy.
-¡Bingo! – exclamó el chino.
Sehun se mordió el labio inferior.
-Está bien, ZiTao, dejaré que entres a la banda, pero primero tienes
que hacer un pequeño casting – dijo el
coreano.
-Estoy preparado para lo que sea.
-Ven a verme a esta dirección a las 10 de la noche.
-¿Estarán los demás?
-No creo – Sehun salió del gimnasio.
Tao se sintió intranquilo con aquello. Sehun era muy inmaduro pero
muy inteligente y eso le aterraba.
=*=
10:00 PM y Tao ya estaba parado frente aquel departamento de mala
muerte.
Tocó varias veces la puerta marcada con el número 212 y minutos
después, ésta se abrió, dejando ver a Sehun.
-Pasa – dijo el chico.
Tao asintió y entró con algo de nerviosismo.
El olor a alcohol y tabaco era lo único que podía respirarse ahí
adentro. La música era muy fuerte e intolerable para los oídos del chino.
-Siéntate – Sehun señaló la cama llena de huecos y uno que otro
resorte saltado.
-¿Es aquí donde vives? – preguntó Tao.
Sehun le bajó a la música.
-No entiendo de qué presumes. Eres un muerto de hambre – Tao no
midió ni un solo segundo sus palabras.
El coreano lanzó al piso el cigarrillo que tenía en la boca y tomó
de los cabellos al chino.
-¿Y tú qué chino? ¿Te crees un pinche dios por tener dinero? – pausó
Sehun -¡¿Quién te crees para hablarme así?!
-S-sehun… - Tao buscaba liberarse del doloroso agarre en sus rubios
cabellos.
-¡Cállate, perra! – gritó el chico -Pensaba tratarte bien, pero con
esto que acaba de escupir tu linda boquita, lo que menos te mereces es
compasión – le soltó con algo de fuerza.
-¿Q-qué vas a hacer? – Tao retrocedió hasta topar con la cabecera de
metal que tenía la cama.
Sehun le sonrió y se quitó la camisa.
-¿Creía que el casting era para medir tu talento?
El chino asintió repetidas veces.
-Pues no, porque tú no tienes ningún talento, chino de mierda.
Oh se acercó al tembloroso rubio.
-Sehun, por favor… - Tao trataba de escapar, pero el coreano ya lo
había puesta debajo de su cuerpo.
-Kris dice que eres muy apretado. Justamente como me gusta…
Tao palideció con aquello.
-Eliminaré el vídeo. Olvídate del trato – decía el chino.
-Demasiado tarde, panda – Sehun se lanzó a besar y succionar los
rosados labios del rubio.
Huang se movía desesperadamente debajo del coreano. Su pantalón fue
desabrochado con gran agilidad y rapidez. Uno de sus pezones era estrujado por
la lascivia mano de Sehun.
-Basta… - pedía repitas veces -Basta, Sehun…
El chico ignoraba las palabras del otro.
-Cállate o será peor.
-¿Por qué me haces esto? – preguntó Tao, en un hilo de voz.
-Luego lo sabrás, pequeño.
Tao sintió dos dedos invadir su cuerpo.
-No quiero…no quiero hacerlo contigo… - decía con desesperación.
-Soy mejor que Kris, te lo aseguro.
Sehun acomodó las piernas de Tao alrededor de su cintura y entró sin
previo aviso. En una sola estocada, tocó el punto del chino.
Tao lanzó un fuerte gemido y apretó con fuerza las sábanas de la
cama.
-Sabes… - Sehun jadeó sobre los labios del rubio –Si te portas bien
y me das mucho placer, considérate dentro de Sugar Fairy – dicho esto, lo beso
con salvajismo.
Huang correspondió al hambriento beso. Correspondió a las pasionales
y lujuriosas caricias.
-¡Más! ¡Más! – jadeaba en el oído del coreano.
Sehun no tardó en verterse dentro de Tao.
-¿Estoy adentro? – preguntó el rubio.
-Aún no – Sehun se levantó de la cama.
-¡¿Por qué?!
-No me diste nada de placer. Hasta una chica virgen me pudo haber
dado más que tú.
Tao se sintió ofendido con aquello.
-Entonces le mostraré el vídeo al director.
-Y yo le mostraré el vídeo de nosotros.
El chino quedó blanco.
-¿Q-qué vídeo?
-¿Creías que no iba a buscar una manera de vengarme? – Sehun levantó
una ceja; sonreía con victoria.
-No… ¡¿en dónde está la cámara?! – Tao recorría el departamento como
loco.
Sehun sólo se reía a carcajadas.
-Por lo que más quieres, no se lo muestres al director – suplicó el
chino.
-Hmm, tal vez no se lo muestre, pero… - pausó Sehun -Tendrás que hacerme un par de favores.
-Lo que sea – Tao aceptó sin saber en lo que se estaba metiendo.
-Bien. Ahora vístete, que unas chicas vendrán pronto y no quiero que
te vean aquí.
Tao asintió.
-¿Puedo pasar a limpiarme a tu baño? – preguntó el panda.
Sehun asintió.
Luego de 10 minutos, Tao salió como nuevo.
-Ya vete – Sehun había abierto la puerta.
-¿Es la primera vez que te acuestas con un hombre? – preguntó el
rubio.
Oh se le quedó viendo fijamente.
-¿Por qué?
-Porque esperaba más – Tao sonrió con orgullo y abandonó el
apartamento.
Sehun cerró con fuerza la puerta.
-Me las vas a pagar, idiota – bufó furioso.
Sacó la cámara del lugar en donde la tenía escondida y le echó un
vistazo al vídeo. Se puso duro con tan solo escuchar los gemidos de Tao.
La puerta sonó; agradeció a todos los dioses que aquellas chicas
estarían más que dispuestas a bajarle aquel “problema”.
Continuará…
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