Capítulo 7. Daño
Mark estacionó su auto en el
garaje y luego ingresó a la casa. Sintió un escalofrío recorrer su espalda;
llevaba años sin experimentar una sensación así.
La casa estaba en orden, pero
en completo silencio. Miró su reloj, eran casi las 10 de la noche; su novia solía
estar viendo una serie en la sala a esa hora. Subió a su habitación con cuidado
de no hacer ruido. La puerta estaba entre abierta.
-No… - fue lo único que salió
de su boca, luego de que el triste recuerdo de la casa de los Lee llegara a su
mente. Apresuró el paso y terminó de abrir la puerta.
-¿Me extrañaste?
Y como si una de una pesadilla
se tratara, ahí estaba Donghyuck, con una pistola en las manos apuntando a la
cabeza de Chae Yeon, quien estaba en una silla, amarrada de pies y manos y
amordazada.
-¡¿Qué mierda haces aquí?!
¡Suéltala! – gritó apenas pudo asimilar lo que estaba pasando.
-Vine a hacer justicia,
asesino – Donghyuck dirigió el arma hacia Mark.
Chae Yeon miró con confusión y
terror a Mark. Donghyuck se percató de aquella reacción.
-Oh, al parecer no sabe de tu
oscuro pasado – Donghyuck se agachó hacia la chica, Mark quiso acercarse, pero
el moreno hábilmente dirigió su arma hacia él, nuevamente -¿Por dónde empezar?
¿Qué tal por la parte donde tu querido novio me secuestró y vendió a un
depravado? – pausó, disfrutando de cómo el rostro de la joven se desencajaba
con cada palabra -Y con ese dinero puso el negocio del que comes, linda – le
acarició la mejilla.
-¡No lo escuches! El— él fue
quien asesinó a mi novia – exclamó Mark, buscando escapar de la verdad.
-¡Sabes que no fue así! Viste
el vídeo que mostraron en el juicio, es tu maldita locura la no te deja abrir
los ojos a pesar de que ha pasado tanto tiempo.
Mark quedó atónito.
|| Flashback ||
El abogado defensor dijo que
tenía evidencia fidedigna que dejaría en claro la inocencia de su cliente.
-¿Por qué trajeron una
televisión? ¿Qué está pasando? – cuestionó Mark a su abogado.
-Lo que verán a continuación
es la grabación de la cámara de seguridad que se encuentra en el estudio del
señor Lee – el abogado de los Lee hizo una pausa -Les pido discreción ante las
escenas que se presentarán – dicho esto, presionó “play”.
Tanto Donghyuck como Ye Bin estiraron
la mano para tomar el abre cartas. La chica lo hizo primero.
-Dame la contraseña.
-N-no la sé, la cambiaron –
indicó Donghyuck.
-¡No soy idiota! ¡Dímela o te
vuelo la cabeza!
-¡Que no sé!
La chica enfureció y cortó a
Donghyuck en el brazo. El moreno la miró asustado y aprovechó su distracción
para tumbarla en el suelo y quitarle el arma.
-Con que muy hábil, ¿no? –
retó la chica.
-No te acerques o disparo –
amenazó Donghyuck mientras se ponía de pie.
-Hazlo, apuesto a que no tienes
los huevos para matar a alguien – contestó la joven, la cual seguía en el
suelo.
-Por favor…n-no te acerques.
La chica sólo sonrió con
burla.
-Por favor, no quiero
lastimarte.
-Pero yo sí – se puso de pie
-¡Odio a la gente como tú! – se lanzó hacia Donghyuck.
De pronto ambos comenzaron a
forcejear. Ye Bin continuó haciendo pequeños cortes en Donghyuck para que
soltara el arma y justo cuando la joven se dirigió al cuello del chico,
Donghyuck disparó.
Ye Bin cayó al piso y
Donghyuck se fue al rincón, asustado.
|| Fin del flashback ||
-¡Cállate! – gritó Mark -¡¡Asesino!!
-Acabo de recordar – Donghyuck miró a Chae Yeon
-Igual abusó de mí las veces que quiso—
-¡Ya basta imbécil! Deja de atormentarla. Esto es
entre tú y yo.
-¿Ah sí? Entonces, ¡¿por qué metiste a mis padres?!
-No le hice nada a tus padres.
-¡Están muertos, tú mismo lo confesaste!
Aprovechando la confusión y distracción de Donghyuck,
Chae Yeon había logrado desamarrar sus manos; una vez que estuvo libre, empujó
a Donghyuck y Mark intentó desarmarlo.
Ambos forcejeaban mientras Chae Yeon trataba de
hacer algo para separarlos; de pronto, Donghyuck pateó a Mark en las costillas
logrando soltarse y salir corriendo de ahí.
Mark quiso perseguirlo, pero el dolor era intenso
pues Donghyuck había dado exactamente en una de los golpes que había tenido
tras la explosión. Chae Yeon le ayudó a ponerse de pie.
No se quedaría tranquilo, le encontraría y
asesinaría…
o eso quería pensar.
— 🥀 —
— DÍAS
DESPUÉS —
-Aquí la tienes – Doyoung le aporreó una hoja con
la dirección de Donghyuck.
-Amable, como siempre.
-Estoy harto de ti, sólo eres una mala influencia
para Jaehyun.
-¿Ah si? Lo dice el detective que sale con un
hacker.
-Jaehyun es un buen chico, tú por otro lado, tienes
una extraña obsesión con el asesino de tu novia. Hasta pensaría que estás
enamorado de él.
-Ugh, mejor me voy. Eres demasiado molesto – bufó
Mark, poniéndose de pie.
Luego de aquel incidente con Donghyuck, Mark
presionó a Jaehyun para que convenciera a Doyoung a encontrar el paradero del
moreno. En cuestión de días, ya se encontraba en la oficina de éste.
-¿Qué? ¿Acaso acerté? Soy detective, hijo. Sé de lo
que hablo.
Mark le enseñó el dedo de en medio y salió de la
oficina.
-Ahora sí, ya no tienes escapatoria – murmuró para
sí mismo mientras leía la dirección en el papel.
Su celular timbró por enésima vez; era Johnny.
Inmediatamente presionó “colgar”. No tenía ganas de hablar con él, necesitaba
tener la cabeza fría y fija en su objetivo.
— 🥀 —
— AL
DÍA SIGUIENTE —
Mark despertó cerca de las 4:00 AM, salió de la
cama con cuidado de no despertar a su novia, pero fue inútil.
-¿Qué haces despierto a esta hora? – cuestionó algo
adormilada la chica.
-Iré a ver unos asuntos.
-¿Sigues buscándolo? – bufó visiblemente molesta.
-¿Quién te dijo?
-Es obvio que lo haces, Mark. Te conozco, no le
dejarás en paz ni él a ti hasta que uno acabe con el otro. Estoy cansada de lo
mismo.
-Tranquila, sé lo que hago.
La chica rodó los ojos y regresó a dormir.
Mark tomó algo de ropa del clóset y fue a darse un
baño. Asegurándose de que su novia siguiera dormida, bajó al sótano de la casa.
Metió la mano en un hoyo que tenía la pared, el cual solía cubrir con un viejo
mueble, y sacó su arma.
Le había prometido a Chae Yeon que se alejaría de
ese mundo, pero vamos, era obvio que nunca lo haría. Le generaba demasiada
adrenalina y era algo con lo que había crecido a consecuencia de una familia
disfuncional; padre ausente, madre alcohólica, hermanos en drogas o en la
cárcel. Su único apoyo había sido Ye Bin, su única verdadera familia, arrebatada
por un adolescente estúpido y rebelde del cual no podía librarse… o no quería.
-Aquí es… - murmuró para sí mismo tras ubicar el
edificio en donde vivía Donghyuck.
Por un momento pensó que le encontraría en un lugar
de mala muerte y en un condominio a punto de caerse a pedazos; pero no, era un
barrio de clase media, a las afueras de Seúl.
Con ayuda de la destreza que había adquirido en su juventud,
logró abrir la puerta e ingresar sigilosamente al departamento. Las luces
estaban apagadas; sin embargo, el sonido de la regadera captó su atención.
Preparó su arma y caminó con cuidado hacia lo que suponía sería el baño.
A la cuenta de tres, pateó la puerta y lo primero
que vio fue a Donghyuck sobre las piernas de un hombre; ambos estaban en la
tina y tras percatarse del intruso, se separaron inmediatamente.
-¡Vete! – gritó Donghyuck al sujeto con el que
estaba, este salió de la tina con rumbo a la puerta, pero Mark le tomó del
cuello y le apuntó con su arma en la cabeza -¡Déjalo ir! – pidió Donghyuck
mientras se cubría con la bata de baño.
-¡¿Por qué lanzaste la granada?! – reclamó Mark.
-No sé de qué hablas yo—
-Fui yo – murmuró el sujeto capturado por Mark.
-¿Qué? – exclamaron los otros dos en unísono.
-Lo hice por Donghyuck… sufrió mucho por tu maldita
culpa – pausó -Ese estúpido restaurante del que tanto estás orgulloso lo
conseguiste gracias al negocio que hiciste con el enfermo de Lucas.
-¡No le defiendas! – Mark puso más presión el
cuello del otro -Vi el tatuaje, sé que es él.
-Todo el que trabaja para Lucas tiene uno en el
mismo lugar – movió su pierna para mostrarle a Mark, el cual terminó soltándole
-Soy uno de sus abogados.
Mark estaba sumamente confundido. ¿Qué mierda hacía
Donghyuck con el abogado de Lucas? ¿Cómo se había liberado de él?
-No creo ni una sola palabra, ¡¿por qué fuiste a mi
casa?! – preguntó a Donghyuck.
-Asesinaste a mis padres – contestó el aludido.
-Otra vez con eso, que no fui yo.
-¿Quién más tendría razones para matarlos?
Mark soltó una risilla.
-¡¿Te parece chistoso?! – gritó Donghyuck.
-Yo te vendí al asesino.
Donghyuck abrió los ojos de par en par y palideció
ante esas palabras.
-Así es, todo este tiempo estuviste conviviendo con
el asesino de tus papis.
El moreno quiso lanzarse hacia él, pero el abogado
de Lucas lo impidió.
-Desaparece, Mark. Ya le has hecho demasiado daño –
exigió el hombre.
Mark sintió cómo aquellas palabras y la imagen de
Donghyuck bañado en lágrimas, se clavaron en su pecho. Salió del departamento
algo aturdido.
Donghyuck en verdad había sufrido más que él… y
todo era su culpa.
Se la pasó conduciendo sin rumbo durante el resto
del día. Terminó comiendo en un restaurante de paso en donde fue testigo de
cómo secuestraban a una chica luego de ponerle un polvo blanco en el café.
Su mente se llenó de imágenes de los posibles
destinos de aquella joven, algo similar a lo que había vivido Donghyuck. El
chico había cometido un grave error en su juventud y Mark se había ensañado con
hacerle sufrir durante años.
Luego recordó aquellos momentos en los que sus
impulsos carnales dominaron su razón. La manera en la que el cuerpo del moreno
había sido usado para saciar su propia sed, sin importarle si el otro quería o
no, le creaba conflicto. Le excitaba tener control sobre él, verlo sufrir y
suplicar porque se detuviera…
Donghyuck estaba clavado en su mente y eso le
asustaba.
Continuará…
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