Capítulo 9. Tira del gatillo
Mark despertó a consecuencia del aroma a huevos
revueltos que inundaba el departamento. Con algo de pesadez, salió de la cama,
tomó sus bóxers y caminó hacia la cocina en donde Donghyuck estaba preparando
el desayuno.
El ambiente se sentía extraño, pero no incómodo.
-Hay café, por si quieres – comentó Donghyuck.
Mark asintió y bostezó. Tomó la cafetera y se
sirvió un poco de su contenido en una taza que Donghyuck le dio.
-Estoy haciendo suficiente para ambos – indicó el
moreno.
El mayor dirigió la vista hacia la sartén y luego a
Donghyuck y nuevamente asintió para después dar un sorbo a su café. Regresó a
la mesa.
-Sobre tus padres… - Mark intentaba buscar las
palabras indicadas.
-Sospechaba de Lucas, pero igual sospechaba de ti.
Jaemin, el abogado, me lo confirmó en cuanto te fuiste aquel día – pausó -Quise
asesinar a Lucas primero y luego ir a por ti, pero descubrió mis planes y me
mandó a matar. Jaemin fue el escogido para hacerlo únicamente porque estaba
presente durante “mi juicio”. Al final se compadeció de mí.
-¿Se compadeció de la nada?
Donghyuck negó con la cabeza.
-Nuestras familias se conocían.
-Pareciera que no te afectó la muerte de tus padres
– comentó Mark mientras comía algo de los huevos revueltos.
-Claro que sí, pero… Jaemin me explicó acerca de
sus negocios con gente perturbada. Eso me hizo perder el poco cariño que les
tenía.
-¿Y quién dirige los hoteles ahora?
-Mis tíos, supongo. La verdad no me interesa.
Continuaron desayunando en silencio. Cualquiera
diría que nada había pasado entre ellos años atrás.
-Entonces, Jaemin y tú, ¿son…? – Mark no pudo
contener más aquella pregunta.
-Nada, nos ayudamos mutuamente – pausó -¿Por qué
viniste anoche?
Mark suspiró.
-Estaba estresado y con muchas cosas en la cabeza.
-¿Y tu novia? Digo, pudiste habértela cogido o
buscado a alguien más; Johnny por ejemplo.
Mark soltó una risilla melancólica.
-Dejé a Chae Yeon, me estaba engañando con uno de
mis ex empleados – suspiró -Y Johnny… no puedo, sólo es un amigo.
-Hasta que al fin se dignó a confesar sus
sentimientos, qué pena que no sean correspondidos.
-S-sí… eso creo.
La tensión era evidente, al menos por parte de
Mark, quien no dejaba de jugar con su desayuno.
-Donghyuck—
-No – interrumpió el otro -No digas nada.
Escúchame.
Mark asintió algo confundido.
-Pronto me iré de Corea, es un riesgo seguir aquí.
Lucas podría encontrarme en cualquier momento – pausó -Lamento todo lo que
pasó, nunca quise que las cosas terminaran así. Sé que fue un terrible
accidente, pero ambos hemos pagado por nuestros actos. Somos adultos y es
momento de dejar el pasado en el pasado. Me disculpo por la idiotez de Jaemin,
no tenía idea que haría algo así.
Mark seguía aturdido.
-¿A dónde irás? – era como si todo lo que Donghyuck
le hubiera dicho no le importara.
-No pienso decirte.
-Entiendo. Pues… supongo que aquí nos despedimos.
-Así es.
Una vez que Mark terminó de vestirse, salió del
departamento.
Ambos sabían que no sería la última vez que se
verían. Lo que había pasado la noche anterior les había confundido demasiado,
pero Donghyuck no quería profundizar más, así que prefirió cortar las cosas de
tajo.
— 🥀 —
— DÍAS
DESPUÉS —
Los días habían servido a Mark para reflexionar
sobre su situación actual. Una idea descabellada rondaba su mente, pero no
sabía si debería continuar con ella o desecharla.
No había vuelto a ver a Donghyuck, no sabía si ya
se había ido o no y la duda ya no le dejaba descansar.
-¿Está Donghyuck? – preguntó Mark tras ser recibido
por el abogado.
-¿Qué quieres con él? Ya déjalo en paz.
-Lo haré hasta que sea él mismo el que me lo pida.
El ambiente entre ellos se estaba tensando.
-¿Qué quieres, Mark? – la presencia de Donghyuck no
logró destensar el ambiente.
-Necesito hablar contigo.
-Pero yo no… ya te dejé las cosas en claro – dijo
mientras caminaba hacia el mayor.
-¿Cuándo te vas?
-Ven más tarde, como a las 12 am – susurró luego de
haberse acercado a Mark -Déjame tranquilo – dicho esto, cerró la puerta.
Mark se quedó estático durante casi un minuto,
tratando de carburar lo que Donghyuck le había dicho.
-Falta como 2 horas – bufó tras ver la hora en su
celular.
Decidió quedarse por el rumbo, fue por algo de
cenar. Mientras lo hacía, su mente daba vueltas con lo mismo. Luego de haber
analizado su situación, había llegado a la conclusión de que se encontraba
completamente solo.
Su hijo estaba a punto de irse a Estados Unidos a
estudiar, además de que contaba con sus padres adoptivos en todo momento; su
novia se había ido y Johnny… no podía corresponder sus sentimientos, así que no
quería lastimarlo más.
Todo en su vida había girado en torno a Donghyuck,
jurando vengarse de él cuando a pesar de las oportunidades que había tenido no
había querido tirar del gatillo. Al
contrario, había tomado una decisión más peligrosa, que sabía le confundiría
tarde o temprano. Sabía que desarrollaría una enfermiza atracción hacia
Donghyuck, pero aun así decidió continuar.
Estaba seguro que el moreno también sentía lo
mismo, sino ya le hubiera puesto un alto y no le hubiera dicho que regresara,
¿no?
— 🥀 —
La mesa de la cocina fue testigo de sus besos y
atracción incontrolable. De pronto, Donghyuck separó a Mark de sus labios, le
tomó de las mejillas y le miró directamente a los ojos.
-Ven…vente conmigo – dijo agitado el moreno.
Mark le miró sorprendido. No respondió, simplemente
le besó con pasión y continuó embistiéndolo hasta acabar.
-¿Fue en serio? – preguntó mientras ambos
acomodaban sus ropas.
-Sí – contestó como si nada Donghyuck.
-Pero… ¿qué? ¿Cómo? Es decir—
Donghyuck suspiró.
-¿Qué sientes por mí?
Mark le miró con terror y confusión. ¿A dónde
quería llegar con aquella pregunta?
-Es… no—
-Está bien, yo primero – interrumpió el menor -Quizás
tanto tiempo en aquella clínica para enfermos mentales me dejó mal, pero… -
suspiró -Me atraes demasiado, me provocas una excitación que nunca había
sentido. La manera en la que me tocas, el control que tienes sobre mí... Me has
causado dolor, pero igual placer y quiero más de eso porque sé que sólo tú
puedes dármelo.
Mark estaba estupefacto. La sinceridad y seriedad
de Donghyuck eran envidiables.
-¿Me estás tendiendo una trampa o–? – llevó una
mano hacia el arma que traía sujeta al cinturón de su pantalón.
-Aquella noche en la mansión de Lucas fui yo quien
le suplicó que te llamara, en verdad necesitaba sentirte otra vez y sabía que
no optarías por asesinar a un chico desconocido. Luego acudí a Jaemin para hallar
tu dirección y regresar a tu vida. Si en verdad no sintieras nada por mí, me
hubieras asesinado desde hace mucho tiempo atrás.
Mark tardó algunos segundos en terminar de
comprender lo dicho por Donghyuck. Sonrió y se acercó a él.
-Aún pienso en lo que me dijiste aquella noche en
la mansión: “cuando se trate de ti, yo siempre tendré el control” – agregó el
moreno.
-Mierda, cómo puedes hablar así, sin vergüenza – lo
tomó con fuerza de las mejillas -Somos un par de enfermos. Nos hemos arruinado
la vida tantas veces.
-El caos nos define.
Ambos se sumieron en una profunda guerra de besos
que casi termina en otra sesión de sexo sino hubiera sido por Donghyuck.
-Entonces… ¿qué dices? – cuestionó el menor.
Continuará…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario