Capítulo 4:
Taeyong
Taeyong
Cuando Mark fue
absorbido por aquel portal, este le transportó a su habitación, encontrándose a
Johnny sentado en la s illa frente al
escritorio.
-¿Por qué? –
preguntó su maestro.
-¿Por qué,
qué? – respondió Mark, algo aturdido por el viaje y la repentina transformación
en ángel.
-Besaste a un
demonio – aclaró Johnny.
-Sí – Mark no
se arrepentía de lo que había hecho.
Johnny tomó
aire.
-Tuve que
bloquearte de la vista del demonio para que no te obligara a quedarte.
-¿Ya no podrá
verme? – preguntó Mark, temeroso.
Johnny
asintió.
-Es por tu
bien.
-¿Mi bien o
el tuyo? – atacó.
El ángel
mayor le miró con seriedad.
-Lo dejaré
pasar por esta ocasión – suspiró Johnny.
Ambos se
quedaron en silencio por algunos segundos.
-¿Todos saben
sobre Ten y tú? – Mark preguntó de repente. No supo en qué momento su boca se
adelantó a su cerebro pero lo hecho, hecho estaba.
-No es
momento – Johnny se puso de pie con intenciones de salir de la habitación.
-¡¿Y cuándo
lo será?! – exclamó -Estoy harto de todos sus secretos – agregó -“No hagas esto
porque está prohibido” “No puedes saber lo otro porque eres de menor categoría”
¡No es justo!
Johnny caminó
hacia él y le tocó el hombro, lo cual hizo que Mark se tranquilizara
rápidamente.
-Mi historia con
Ten no es nada interesante – dijo.
-No quiere
conocerla, sólo quiero saber por qué te dejan estar con él.
-Mark no
puedo—
-Olvídalo.
Déjame solo.
Johnny
asintió y salió de la habitación. Mark se recostó en la cama y miró hacia el
techo; sabía que Johnny no le dejaría regresar a la tierra, así que tendría que
ingeniárselas para hacerlo. Haechan aún seguía siendo humano por lo que haría
todo lo posible para que regresara aquel demonio tan insoportable que ocupaba su mente.
🌠
[ Al día
siguiente ]
Mark acababa
de regresar de la tierra; había hecho una rápida visita a Jisung. El tal “Jeno”
no había llegado, por lo que fue una mañana bastante tranquila. Aprovechando
que Jisung se encontraba en la escuela, Mark decidió comenzar con su investigación.
Se dirigió a
la biblioteca; buscó a Taeyong con la mirada, pero no le encontró.
-Tendré que
tomar otras medidas – suspiró saliendo del lugar.
Caminó hacia
las habitaciones; entró al cuarto de Johnny, el cual estaba “trabajando” en
Tailanda, y se dirigió al mueble en donde tenía aquella colección infinita de
libros, la mayoría de estos trataba sobre ángeles en la tierra.
Una vez que
tuvo lo que consideró necesario, salió de ahí y fue corriendo a su habitación.
Apenas abrió
el primer libro, sintió que Jisung le necesitaba, así que escondió todo y
regresó a la tierra. Cuando lo hizo, encontró a un invasor sentado en la cama del menor.
-¿Quién eres?
– preguntó. Obviamente era un demonio, ya que tenía ropas y alas negras.
-Jeno – respondió
sonriente -No te preocupes, no estaré mucho tiempo con Jisung, sólo hasta que…
Haechan regrese.
-Pero son 6
años y–
-¿Cómo sabes
que son 6 años? – el demonio arqueó una ceja -Has ido a verle, ¿verdad? –
sonrió de medio lado.
Mark se
sintió acorralado.
-Entonces
regresará más pronto de lo que te imagines – agregó el demonio.
-¿Más pronto?
¿De qué hablas?
-No sé… ¿o
sí? – Jeno fingió estar en duda -Me voy, molestaré a Renjun un rato.
Mark asintió;
seguía pensativo debido a lo que el demonio había dicho. Si el beso no había
funcionado, entonces, ¿había otra manera de hacer que Haechan regresara?
🌠
[ Horas
después ]
Una vez que
Mark se aseguró que Jisung se encontraba dormido y tranquilo, regresó al cielo;
se sentía mal por descuidar tanto a su ahijado pero en verdad necesitaba que Haechan regresara.
Mark caminaba
hacia su habitación, cuando pasó por el pasillo que dirigía hacia las
habitaciones de los maestros, vio algo negro salir de una de estas, seguido por
un ángel.
-¿Taeyong? –
murmuró tras ver que el ángel tenía cabello negro -¿Un demonio en el cielo?
¿Qué está pasando?
Mark vio cómo
Taeyong acariciaba la mejilla del demonio mientras que este le sonreía. Ambos
se miraban fijamente; de pronto, el demonio le dio un beso al ángel, quien lo
intensificó.
-Creo que… no
debería estar aquí – exclamó Mark, retomando su camino. Echó un último vistazo
y el demonio ya no estaba, Taeyong era el único ángel en aquel largo pasillo.
-Sé que lo
viste, Mark – dijo el ángel mayor.
El aludido
dio un respingo y salió de su escondite.
-Lo siento,
no era mi intención.
Taeyong cerró
el libro que tenía en las manos y sonrió.
-Platiquemos
un rato.
-Pero–
-Te ayudará,
lo prometo – insistió.
Mark entró a
la habitación del mayor. Quedó asombrado por la cantidad de libros y papeles
que había ahí; pensó que Johnny era el ángel con más libros de aquella área,
pero se había equivocado.
-Siéntate –
pidió Taeyong, señalándole una silla -Su nombre es Winwin y él es la razón por
la cual soy el único ángel de cabello negro.
-No entiendo.
Taeyong
sonrió divertido.
-Ya veo. Hay
muchas cosas que Johnny te ha ocultado.
-Demasiadas –
bufó el ángel menor.
El pelinegro
se sentó en la silla frente a Mark.
-Hace muchos
años, fui como tú, un ángel de la guarda; mi ahijado se llamaba Jaehyun y su
demonio Yuta – suspiró algo melancólico -Yuta y yo nunca logramos congeniar,
todos los días discutíamos hasta por la cosa más estúpida y sin sentido. Un
día, mientras vigilaba que Jaehyun hiciera su tarea, un demonio que en mi
eternidad había visto, apareció en la habitación, cuando lo vi, supe que mi
tiempo como ángel respetado había acabado.
|Flashback|
-¿Y Yuta? –
preguntó el demonio invasor.
-No está –
respondió Taeyong, sin mucha importancia.
-¿Cómo que no
está?
-No ha
venido.
-Entonces me
quedaré a esperarlo – bufó el demonio, se sentó en un rincón y se cruzó de
brazos.
-¿Quién eres?
– preguntó el ángel.
-Me llamo
Winwin, Yuta me prometió helado.
Taeyong jamás
pensó que un demonio podría llegar a ser tan tierno.
-¿Es tu
hermano o algo así?
-No, sólo me
da helado – explicó.
-Jaehyun
tiene helado en el refrigerador, ¿quieres un poco?
Winwin dejó
de fruncir el ceño y sonrió de oreja a oreja.
-Sí, sí
quiero.
Taeyong se
levantó de la cama de Jaehyun se dirigió a la cocina, Winwin le siguió.
-Hay de
chocolate y de fresa.
-¿Puedo comer
de los dos?
El ángel
asintió.
-¡Muchas
gracias! – exclamó el demonio.
Taeyong se le
quedó mirando, fijamente.
-Eres muy
tierno – dijo sin pensar.
-Lo sé – el
demonio sonrió de medio lado.
-¿Viniste
hasta aquí sólo para que Yuta te de helado?
Winwin
asintió.
-Me lo
prometió – dijo.
Ambos
regresaron a la habitación de Jaehyun. Winwin se quedó toda la tarde con el
ángel, conversando sobre sus vidas pasadas y sobre sus respectivos ahijados.
|Fin del flashback|
-Aquel día no
pude contenerme y le besé – confesó el pelinegro, mirando hacia la nada -Jamás
olvidaré su reacción; ver a un demonio sonrojado no es algo de todos los días –
levantó la mirada, fijándola en Mark.
-¿Y luego?
¿Te castigaron por besar a un demonio? – preguntó el ángel menor.
Taeyong negó
con la cabeza.
-Ni siquiera una llamada de atención – hizo
una pausa -El tiempo pasó y Winwin iba casi todos los días con el pretexto de
ir a ver a Yuta, pero cuando este se distraía, tomaba mi mano o rosaba sus
dedos con los míos y me sonreía, hasta que un día, me avisó que Yuta estaba
castigado por haber golpeado a un superior y que él se había ofrecido a ocupar
su lugar mientras tanto.
Mark estaba
más que entretenido con aquella historia; Taeyong se había quedado en silencio
durante unos segundos.
-¿Estás bien?
– preguntó Mark, tras ver que el mayor se había perdido en sus memorias.
-Lo siento –
sonrió el mayor para después aclarar su garganta y continuar hablado. Nunca
imaginó contar su historia a alguien -Esa misma noche, él y yo… - suspiró,
tratando de encontrar las palabras adecuadas -Él y yo tuvimos relaciones.
Mark abrió
los ojos enormemente.
-No pude
evitarlo – agregó el pelinegro.
-¿En dónde lo
hicieron? – preguntó Mark.
Taeyong
sonrió divertido.
-¿Por qué
quieres saberlo? – levantó una ceja.
-¿Curiosidad?
-En casa de
Jaehyun, en el cuarto de huéspedes – contestó.
-P-pero… ¿y
sus alas? ¿C-cómo?
-Es sólo
encontrar la manera – le guiñó un ojo.
Mark se llevó
la mano derecha a la barbilla, meditando lo dicho por el mayor.
-Al día siguiente,
tenía el cabello negro – agregó Taeyong.
-¿Qué?
-Es mentira
eso de “está prohibido besar a un demonio”, sólo lo dicen para que no avancen las cosas. ¿Entiendes?
Mark asintió.
-Una vez que
un ángel está sexualmente con un demonio, su cabello rubio desaparece y es
sustituido por uno color negro. Ya sabes, para “diferenciarlo” de los demás.
-Eso es
discriminación.
Taeyong
asintió.
-¿Alguna vez
te has preguntado por qué Johnny tiene el cabello café?
El ángel
menor le miró sorprendido.
-¿Por estar
con un humano? – contestó Mark.
-Así es.
-¿Hay manera
de ocultarlo?
-Sí, pero no
lo hago porque no tengo razones para ocultar que estoy con Winwin.
-Pero podrían
castigarte o sacrificarte.
-Mark – Taeyong
suavizó el tono de su voz -Amo a Winwin y para el maestro Leeteuk eso es lo más
importante.
El menor
quedó encantado con aquellas palabras. El maestro Leeteuk era el ángel de más
alto rango en aquella área, era el director y no cualquier ángel podía hablar
con él.
-Nunca
imaginé que fuera tan bueno – confesó Taeyong -Incluso pasó por alto lo de
Johnny y Ten.
Mark hizo una
mueca de desagrado. No quería escuchar el nombre de esos dos.
-Sé que
quieres ver a tu demonio – habló Taeyong -Y que Johnny no quiere ayudarte, pasé
por lo mismo con mi maestro pues cuando me vio con el cabello negro,
rápidamente hizo un sello para que Winwin no pudiera verme, pero no me quedé
tranquilo, investigué hasta el cansancio y logré encontrar la manera de romper
ese sello.
-¿Podrías
enseñarme?
-Por
supuesto.
-¡Muchas
gracias!
-Y sólo para
que estés tranquilo… – Taeyong sirvió un poco del agua que se encontraba en
aquella jarra sobre la mesa que estaba entre ambos.
Mark estuvo a
punto de decirle que no tenía sed, pero Taeyong agregó algo más.
-Mira dentro
del vaso – explicó el mayor.
Mark tomó
entre sus manos aquel vaso de cristal e hizo lo que el ángel le indicó,
rápidamente el agua se iluminó y de pronto, una imagen apareció.
-Haechan –
exclamó, entre sorprendido y nostálgico. El demonio estaba dormido, sosteniendo
la pluma que Mark le había dejado.
-Llevará
tiempo aprender la manera de romper el sello, pero confío en que lo lograrás –
dijo Taeyong.
Mark suspiró,
tratando de tranquilizarse. Debía ser fuerte por y para Haechan.
Continuará…