Autora: Kang
Grupo: NCT
Pareja: MarkHyuck
Clasificación: +18
Género: AU, romance, fantasía
Advertencias: slash; temas religiosos y
“controversiales” (demonios y ángeles)
Resumen:
Mark es un
inexperto ángel al que finalmente le asignan un humano para cuidar, pero no
esperaba que un demonio llamado Haechan se entrometiera en su labor y le
hiciera la eternidad imposible.
“Si un ángel toca el
pecho de un demonio, justamente su corazón, entonces…”
🌠 🌠 🌠
Capítulo 1:
Haechan, el demonio
Haechan, el demonio
-Felicidades,
Mark. Al fin podrás cuidar de un humano – dijo su guía y maestro, Johnny
mientras le palmeaba la espalda.
-Gracias – sonrió
el aludido -No puedo esperar a conocerlo.
-Sígueme –
indicó Johnny.
Ambos
caminaron hacia la fuente en la que se veía a todos los seres vivos de la
Tierra. Mark nunca pensó llegar hasta ahí; sólo los indicados podían acercarse a ella.
Johnny
murmuró algunas cosas en un idioma que Mark apenas estaba aprendiendo, por lo
que lo único que pudo identificar fue su nombre.
-Acércate –
ordenó su maestro.
Mark obedeció
y aquella agua tan cristalina comenzó a brillar y poco a poco este brillo fue
desvaneciéndose hasta mostrar a un chiquillo de cabello rubio corriendo por un
enorme jardín.
-Es él, su
nombre es Jisung.
-¿Cuántos
años tiene?
-Catorce –
respondió Johnny.
-Espera, ¿no
se supone que debería tener ya un ángel?
-Tenía.
Nuestro hermano tuvo que ir a descansar, estaba muy grande para cuidar de
alguien tan joven.
-Oh, lo
siento – murmuró.
-Bueno,
mañana mismo irás a la Tierra a vigilarlo, ¿quedó claro?
Mark asintió.
-No puedo
creer que seas un ángel guardián – le revolvió el cabello -Vamos a comer algo, ¿te
parece?
El ángel
menor sonrió y siguió a su maestro.
🌠
[ Al día siguiente ]
-Sólo tienes
que hacer lo que se te enseñó. No te pongas nervioso, él no te puede ver –
explicó Johnny.
-Entendido –
asintió repetidas veces.
-Cuando se
duerma, regresas a la Casa.
-Sí – juntos ambas manos e hizo una reverencia.
Johnny sonrió
y subió al cielo.
Mark voló
hacia el techo del edificio de la escuela. Jisung parecía ser un chico
tranquilo que disfrutaba de jugar con su amigo.
-Chen…le –
murmuró Mark mientras revisaba en el Libro de los Ángeles, información sobre su
“ahijado” -Vaya, es chino – exclamó.
-¡Jisung,
regresa aquí!
Aquel grito
sacó a Mark de su concentración. Rápidamente desapareció el libro y se acercó
para ver lo que estaba pasando, justamente cuando volaba hacia el chiquillo,
chocó contra algo; aquel choque provocó que se disparara cierta energía
logrando que se quemaran los postes de luz de toda la calle.
-¡Por todos
los demonios! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Cómo te atreves a meterte en mi camino?!
Mark estaba
algo mareado y desubicado; tenía la vista borrosa. Nunca había experimentado
algo así.
-Faltaba más,
un estúpido ángel.
Una vez que
Mark estuvo mejor, se puso de pie divisando al ser que no dejaba de quejarse desde que habían chocado.
-¿Qué haces
aquí? – le preguntó al demonio.
-Mi trabajo.
-Querrás
decir, arruinando MI trabajo – se defendió Mark.
-¿Ah? ¿Desde
cuándo estás a cargo de Jisung? ¿Qué paso con el viejo decrépito y oxidado?
-Oye, ten más
respeto.
-¿Qué se
creen los Maestros al mandar a alguien tan inexperto como tú? – bufó el chico.
-Estoy
capacitado para esto, incluso más que tú.
-Tan
capacitado que ni cuenta te diste cuando Jisung escapó de clases.
Mark no dijo
nada.
-Ay,
angelito. Perderás tu trabajo más rápido de lo que te imaginas – sonrió aquel demonio.
Mark quiso
sacudir sus alas, pero al hacerlo una punzada de dolor recorrió su cuerpo.
-Pobrecillo.
¿Tienes un ala rota? ¿Por qué no llamas a papi Johhny para que te cuide?
Mark miró a
aquel insoportable demonio, el cual tenía razón, no podía volar con un ala así
y tampoco sabía cómo curarse una herida; aún no llegaba a esa parte del libro.
Cerró los ojos y llamó a Johnny; cuando éste apareció, el demonio desapareció
más rápido que un rayo.
-Lo siento –
fue lo primero que Mark dijo al ver a su maestro.
-Está bien,
estas cosas pasan.
-¿Chocar
contra un demonio?
-Así que fue
por eso… - exclamó Johnny.
-¿Qué?
-Su descuido
dejó sin luz a toda la calle – Johnny señaló hacia abajo.
Mark echó un
vistazo y efectivamente, la gente estaba acumulada tratando de contactar al
servicio de electricidad para que fueran a arreglar aquello lo más pronto
posible.
-Perdón,
olvidé mencionarte que Jisung también tiene un demonio. Todos los humanos, una
vez que tienen consciencia, se les es asignado un demonio.
-Gracias por
la explicación – bufó Mark.
-No puedo
curarte aquí, tenemos que regresar a la Casa – dijo Johnny, tratando de
destensar a su alumno.
-De acuerdo.
Sólo espero que ese… demonio no lastime a Jisung.
-Haechan.
-¿Ah?
-El demonio
se llama Haechan.
-Ya veo… -
murmuró Mark.
🌠
-Entonces,
cuando chocas con un demonio, el más débil es el que recibe el mayor daño, por
eso quedaste así – explicó el ángel médico.
-¿Hay alguna
manera de derrotar a un demonio?
El ángel se
quedó en silencio. Mark no era tonto, sabía que eso era un sí.
-Será mejor
que platiques sobre eso con tu maestro.
-Entiendo –
los ángeles ocultaban muchas cosas y eso desesperaba a Mark, pero no podía
hacer nada; no iría contra las leyes del cielo.
-Listo, ya
estás totalmente recuperado – exclamó el médico.
Mark miró sus
alas; estaban perfectas.
-Muchas
gracias.
-Un placer.
Mientras Mark
salía del área de recuperación vio a Johnny hablar con un ángel de un puesto
más alto que él. Prefirió no molestarlo con sus preguntas y averiguar la
respuesta por sí mismo.
Caminó hacia
la biblioteca. Mark no era fanático de la lectura pero de vez en cuando los
libros eran su mejor acompañante. Era muy nuevo en esa parte del cielo así que
no tenía amigos, sólo conocidos. Recorrió el lugar hasta llegar al área
restringida para ángeles de su categoría. En aquella área se encontraban los
libros para maestros y gente de altos rangos, ya que trataban temas sobre demonios,
guerra, pecados, entre otras cosas.
Mark vio que
el ángel encargado de la biblioteca platicaba con otro y se escabulló por la
reja que le separaba de la respuesta.
El lugar era
aún más grande de lo que imaginaba; parecía otro mundo. Todos los libros se
encontraban sellados y resguardados por una barrera. Mark bufó al darse cuenta
de esto.
Recorrió un
poco más el lugar hasta que sus ojos se encontraron con un libro desgastado y
algo roto.
-Los
Demonios, introducción – leyó. Tomó el libro entre sus manos; algunas páginas
estaban selladas y Mark con la poca memoria que tenía, no se había aprendido ni
siquiera los sellos más básicos. De pronto, una frase de una página
extremadamente desgastada llamó su atención -“Si un ángel toca el pecho de un
demonio, justamente su corazón, entonces— - Mark no pudo continuar leyendo pues
las demás letras comenzaron a tornarse borrosas y un horrible y repentino dolor
de cabeza hizo que soltara el libro.
-¡Mark!
Escuchó la
voz de Johnny. Cerró los ojos con fuerza y cuando los abrió, se encontraba en
su habitación, recostado en la cama.
-Lo sé, lo sé
– bufó al ver la mirada de su maestro -Sólo quería saber.
-Pudiste
haberme preguntado – reclamó Johnny -Deberías estar agradecido de que fui yo
quien te descubrió y no el encargado.
Mark asintió,
incorporándose en la cama.
-¿Qué es lo
que quieres saber?
-Quién es
Haechan y cómo puedo derrotarlo.
Johnny
sonrió, divertido.
-Haechan es…
- cerró los ojos y tomó un poco de aire -Según los registros, Haechan fue un
chico muy enfermizo que murió muy joven.
-¿De la edad
que aparenta?
Johnny
asintió.
-Pero
aparentamos lo mismo y yo no morí de esa edad.
-Sabes que
nosotros los ángeles cuando morimos, regresamos
con la edad en la estuvimos más felices. Tú fuiste muy afortunado, tuviste
una vida muy feliz, una familia que te amó, esposa, hijos, nietos y hasta
biznietos. Haechan apenas y tuvo mamá, bueno él nació en el siglo XIX, tú en el
XX.
-¿En
resumen…? – apuró Mark, Johhny sólo le daba datos irrelevantes.
-Haechan es
un demonio inquieto y desesperante pero muy inteligente. No entiendo cómo fue
que terminó como demonio; no tiene registros de haber matado o cometido algo
muy malo durante su vida.
-¿Cómo le derroto? – interrumpió Mark.
Johnny
suspiró.
-El libro
decía algo de tocar el pecho de–
-Olvida eso,
es información desactualizada. Seguimos investigando cómo acabar con ellos.
Créeme que si ya lo supiéramos, no habría tanta maldad en la Tierra.
-Tienes razón
– dijo Mark.
-Bien, ya que
te encuentras mejor, regresa a trabajar. Jisung necesita de ti.
Mark asintió.
🌠
-Así que
regresaste… - murmuró el demonio al ver a Mark entrar por la ventana del cuarto
de Jisung.
-¿Qué haces
aquí?
-Mi trabajo –
el demonio señaló a Jisung, quien dormía en la cama.
-¡Está
teniendo pesadillas! – exclamó Mark. Chasqueó los dedos para que Jisung
comenzara a soñar algo tranquilo y pacífico.
-¡Oye angelito,
no interfieras!
-Me llamo
Mark – bufó.
-Como sea,
deja que sueñe algunas cosas feas. El viejo ese sólo le daba sueños bonitos,
nunca pude ganarle.
Haechan se
acercó a Jisung, Mark estiró el brazo tratando se bloquearle el camino,
entonces, sin querer, tocó el pecho del demonio, quien rápidamente se apartó
hacia el otro extremo de aquella pequeña habitación.
-¡No hagas
eso! – gritó.
Mark levantó
una ceja.
-¿Tocarte el
pecho?
-¡Sí, eso! Diablos,
eres un ángel y no sabes lo básico. ¿Cómo es que cuidarás de Jisung?
-Según mi
maestro eso es información desactualizada.
Haechan
suspiró.
-Los ángeles
y sus secretos. Claro que no hijo. Si fuera así, no tendría– - Haechan calló
abruptamente, estaba a punto de soltar información valiosa.
-¿Qué?
-Nada. Sólo,
no lo hagas – aclaró.
Mark sonrió.
Johnny estaba equivocado, Haechan no era para nada inteligente.
-Te haré unas
preguntas… ¿qué sabes de Jisung? – dijo Haechan de repente.
-Que tiene
catorce años, es adoptado y amm… tranquilo.
-Neh, error.
No es nada tranquilo, bueno no cuando está con Chenle aunque es difícil lograr
que éste haga algo malo; Renjun, su ángel de la guarda, lo protege demasiado.
Es cansado pelear con él.
-Oye,
Haechan…
-¿Qué? Espera,
¿cómo sabes mi nombre?
-Johnny.
-Le admiras
mucho, ¿verdad? Pero, ¿qué sabes de él? ¿Lo conoces realmente? – Haechan sonrió
malévolamente mientras se paseaba de un lado a otro.
-No escucharé
lo que un demonio como tú diga.
-Sé que lo
harás. Eres muy inocente – Haechan le tocó el hombro con sus uñas -Johnny no es
nada admirable. Él rompe con las reglas del Cielo y de la Tierra. Tu querido
maestro está más que enredado con un humano. Incluso viene a verlo cuando sus
superiores están ocupados.
-¡Mientes!
-Todo el
tiempo, querido, por algo soy un demonio – sonrió –Regresando al tema… Si no me
crees, velo por ti mismo.
Haechan tomó
la mano de Mark y lo arrastró por un portal que dejó al ángel casi sin energía.
-¿Ves?
Mark vio a un
sujeto muy alto, vestido completamente de blanco tocar la puerta de un
departamento; esta no tardó en abrirse mostrar a un chico pelinegro de menor
estatura, el cual abrazó y besó a Johnny.
-Su nombre es
Ten. Llevan juntos mucho pero mucho tiempo – Haechan se acercó al oído
izquierdo de Mark - Ten tuvo un problema con sus riñones y tu adorado maestro
le donó uno pero no logró sobrevivir a la cirugía. En resumen, Johnny murió
para salvarle. Qué triste historia de amor – soltó una risilla.
Mark se giró y le empujó con tal fuerza, que el
demonio golpeó contra la pared del segundo piso de una casa.
-Podría jurar
que estás no, estabas enamorado de él. ¿Por qué no corres y le dices a sus
superiores sobre lo que está haciendo? – dijo Haechan a pesar del dolor que
sentía por culpa de aquel golpe.
-¡¿Por qué no
desapareces?!
-Pobre
angelito, tiene el corazón roto – Haechan tosió y escupió algo en su mano –Oh
no.
Mark, que
trataba de controlar su furia, escuchó el tono preocupado del demonio. No pudo
evitar mirarlo.
-Oh no… -
repitió el demonio sin quitar la vista de su mano.
-¿Haechan? –
exclamó Mark.
-Tú – volvió
a toser escupiendo más de aquella viscosa sustancia negra, conocida como sangre
de demonio.
Mark lo
miraba asustado. Haechan quiso ponerse de pie pero cayó.
-Tú ganas
esta vez – murmuró el demonio, desapareciendo.
Mark parpadeó
varias veces intentando asimilar lo que había presenciado. Voló hacia la
ventana del departamento y sólo bastó con ver ropas en el piso para entender lo
que estaba pasando.
Su admiración
y cariño hacia Johnny casi había
desaparecido.
Regresó con
Jisung para cuidar de su sueño; quizá era lo mejor que podría hacer en ese
momento.
Continuará…
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