Capítulo 10
Teoría
Teoría
-¡Rayos! – exclamó Doyoung tras entrar por la
ventana y tirar la maseta que había en el alféizar de ésta.
Una vez que estuvo dentro de la habitación de
Mark, vio a la pareja durmiendo tranquilamente.
-Vaya, afectuosos
como siempre – murmuró luego de notar lo que había pasado -¡Tengo una idea!
Con mucho cuidado, sacó los anillos que traía
en el bolsillo de su pantalón; se acercó a los muchachos y les puso la
respectiva sortija en el dedo de la mano correspondiente.
-Nos vemos pronto – sonrió con felicidad y
alivio, pues al fin podría disfrutar del
tiempo con Jaehyun, ya que su misión había sido completada.
Antes de salir, nuevamente por la ventana, ya
que Heechul le había prohibido abrir portales cerca de los ex seres, chasqueó
los dedos haciendo que la alarma que Mark había puesto, comenzara a sonar. Tras
ver que Mark comenzaba a moverse, abandonó el lugar.
-Oh my god – exclamó Mark luego de apagar la
alarma -¡Haechan! ¡Haechan! – comenzó a sacudir al menor.
-¿Qué? Espera, Haechan… ¡ese soy yo! – gritó
incorporándose de golpe en la cama.
-Tenemos puesto los anillos, pero— ¿cómo?
¿Cuándo?
Donghyuck tomó de las mejillas a Mark.
-Eso no importa – dijo mirándolo fijamente -Lo
que importa es que estamos de regreso – lo besó con calidez.
-Lo sé – Mark acarició suavemente la mejilla
del moreno.
-Por cierto, tu mamá llega en un rato, ¿no?
-¡Es verdad! – Mark salió velozmente de la
cama.
-Estoy todo sudado, necesito bañarme –
murmuró Donghyuck.
-Puedes usar mi baño, no hay problema –
contestó Mark, poniéndose la ropa.
Haechan rodó los ojos.
-Demonios, Mark. Qué lento eres – bufó,
tomándolo de la mano y llevándolo con él al baño.
-¿No me digas qué…? – Mark le miró sumamente
sorprendido.
-Sí – dijo Donghyuck con una sonrisa de oreja
a oreja.
Aún tenían algo de tiempo para demostrarse
cuánto se habían extrañado.
愛
-Ya está el almuerzo, cariño.
El adormilado muchacho pegó un respingo tras
escuchar aquella voz.
-Jeno, despierta, mis papás ya llegaron.
-Nos es justo, quería quedarme más tiempo –
murmuró Jeno, tallándose los ojos buscando despabilarse.
-¿Renjun? ¿Estás ahí?
-S-sí, ya voy – contestó el chico.
-Ok, no tardes. Compramos tu comida favorita.
-Un momento, ¿ese fue Chenle?
Renjun asintió.
-Pero Chenle estaba con Jisung y— ¡¿son tus
papás?!
El mayor volvió a asentir. Jeno comenzó a
reír escandalosamente.
-Cállate, idiota. Nos van a descubrir – regañó
Renjun, cubriéndole la boca -Vístete – ordenó.
Jeno asintió y salió de la cama.
-Qué interesante lo que pasó contigo – dijo
el ex demonio mientras se ponía los pantalones.
-Han sido muy buenos padres, gracias a ellos
estoy haciendo lo que me gusta.
-¿Acostarte conmigo? – bromeó Jeno.
Renjun le lanzó una almohada.
-A todo esto, ¿cómo esperas que salga de
aquí?
-Por el patio de atrás; hay una puerta al
final del pasillo, mis papás no te verán.
-Ay, qué tierno sonaste – exclamó Jeno -Se
nota que los quieres mucho.
-Y cómo no… - murmuró Renjun.
-Bueno, me voy.
Renjun acompañó a Jeno hasta la salida
trasera.
-Nos vemos en la escuela – dijo el menor.
-Espera – exclamó el chino, tomándolo de la
camisa para después besarlo posesivamente.
Jeno no pudo articular palabra tras terminar
el beso, sólo se despidió con un vaivén de mano y abandonó el lugar sumamente
acalorado.
-¿Tu novio? – preguntó Chenle apenas Renjun
se sentó a la mesa.
El chico miró a su padre con los ojos bien
abiertos.
-Dejó su chaqueta en la sala – agregó Jisung.
-Entonces, ¿es o no es? – insistió Chenle.
Renjun se mordió el labio inferior.
-Sí, sí es mi novio.
-¡Lo hubieras invitado a comer con nosotros!
No hay necesidad de esconderlo – exclamó Chenle.
-Lo haré la próxima vez – dijo Renjun.
-Que sea el sábado y dile que no sea tan
posesivo, ve cómo te dejó el cuello – dijo Chenle.
-¡P-papá! – exclamó Renjun, cubriéndose el
lado equivocado.
-Deja al niño en paz – intervino Jisung.
-Gracias, papi – suspiró Renjun.
-Buu, arruinas la diversión – se quejó el
chino.
愛
-¿J-johnny? – exclamó Ten tras abrir la
puerta del departamento.
El ángel lo envolvió en sus brazos mientras
llenaba su rostro de besos.
-¿En dónde estuviste todo este tiempo?
Johnny no respondió, estaba embobado viendo a
Ten, el cual no había cambiado muy poco en casi 23 años; sólo tenía algunas
arrugas a los costados de los ojos. No se arrepentía de haberle dado parte de
su juventud angelical.
-Es una larga historia – contestó el mayor,
volviendo a abrazarlo.
-No creo que tan larga como mi espera por ti
– murmuró Ten.
-Lo siento mucho – dijo Johnny; lo besó
suavemente.
-No te preocupes, sé que es parte de estar
con un ángel.
Johnny limpió la lágrima que recorría la
mejilla del menor.
愛
Taeyong esperaba a que la clase de baile de
WinWin terminara; era el único momento del día en el que podía estar con él,
pues Yuta acaparaba todo su tiempo.
-Sabes, creo que terminaré con él mañana –
comentó WinWin mientras caminaban hacia la salida del campus.
-¿Cómo crees que lo tome? – preguntó Taeyong.
-Mal, obviamente; pero, ya no puedo seguirle
mintiendo – murmuró con tristeza -No es justo ni para él ni para ti.
-Lo sé, verte besarlo me llena de ira.
WinWin soltó una risilla.
-¿Tanto me quieres? - le preguntó al mayor.
-Te amo – contestó, dándole un sonoro beso en
la mejilla.
-¿Hasta cuándo crees que regresaremos? –
preguntó viendo hacia la nada.
-Hasta que cumplamos nuestro ciclo de vida,
aunque confieso que extraño a Johnny y a Taeil pero sobre todo a Leeteuk.
-Sí, Leeteuk en verdad es un ángel; no
cualquier director permite que un demonio entre a su casa.
Taeyong abrazó a WinWin intempestivamente.
-¿Pasa algo malo?
-Yuta se acerca, ya escuché su moto.
-No te preocupes, sabes que mi corazón es
sólo tuyo – dijo, separándose un poco de Taeyong.
-Lo sé – murmuró y luego lo besó.
愛
-A excepción de esos dos, todo va de
maravilla – exclamó Heechul, quitándose del pozo en el que observaba a los
chicos.
-Perfecto. Ahora nos falta convencer a Doyoung
para que hable con ellos – dijo Leeteuk.
Heechul bufó.
-Doyoung está ocupado con su humano y Johnny
también. Necesitamos a alguien más. Por cierto, no me explicaste eso de que el
Consejo tiene vínculos con los humanos.
Leeteuk arrugó el ceño.
-Es una teoría nada más.
-Bueno, como sea, tú cuéntame – Heechul se
acomodó en la silla frente a Leeteuk.
-Según lo que he investigado, uno de los miembros
del Consejo tuvo un hijo con una humana y éste hijo fue descubierto por el
gobierno, entonces se les ocurrió que sería un buen negocio comerciar con los
ángeles.
-¿A qué te refieres con comerciar?
-Venderlos en el mercado negro como malditas
piezas de colección además de aprovecharse de nuestros “poderes” como ellos le llaman – explicó Leeteuk,
visiblemente molesto.
-¿Y nosotros los demonios qué tenemos que ver
en eso?
-En palabras sencillas, cuando un ángel y un
demonio se aman despiden un poder inimaginable el cual mencionaron los idiotas
del Consejo al gobierno.
-Pero, ¿por qué no le han hecho nada a los
chicos?
-Porque estaban esperando a que nosotros les
devolviéramos sus memorias y por ende sus poderes.
-A veces me pregunto quiénes son peores, los
demonios o los ángeles – murmuró Heechul.
Continuará…
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