CapĂtulo 14
DecisiĂłn
DecisiĂłn
[
Un mes después ]
Los tres integrantes del Consejo de ángeles
ya habĂan sido enjuiciados y encerrados; prácticamente todo estaba resuelto,
excepto una cosa…
-Haechan, ¿qué tienes? Has estado muy raro,
bueno, más raro de lo usual – preguntó Mark, acariciando suavemente la espalda
de su novio.
-Estoy preocupado – respondió el moreno.
Ambos caminaban hacia las canchas de la escuela; tenĂan práctica de fĂştbol.
-Le dije a Jeno que no mencionara el tema –
bufĂł Mark.
-No fue él, fue Taeyong. Él también está
preocupado – hizo una pausa -Mark, llevamos un mes sin recibir noticias del
infierno o del cielo. ÂżQuĂ© tal si nos regresa de un dĂa para otro? Además, los
anillos ya no sirven. No tenemos cómo contactarlos—
Mark cortĂł las palabras de Haechan con un beso. No le gustaba verlo asĂ.
-ConfĂa en Leeteuk y… tambiĂ©n en Heechul. SĂ©
que quieren lo mejor para nosotros – dijo Mark regalando a Haechan la sonrisa
más reconfortante que habĂa visto en su vida.
El moreno abrazĂł fuertemente a su novio. SĂłlo
Ă©l sabĂa tranquilizar y agitar su corazĂłn al mismo tiempo.
-Oigan, tortolitos, apĂşrense que Taeyong ya
quiere comenzar con el entrenamiento – Jeno interrumpió su romántico momento.
-No sé qué nos criticas si apenas terminamos
con la clase te vas corriendo a ver a Renjun – burló Haechan.
-Pero no nos besuqueamos a media cancha – se
defendiĂł Jeno.
-No, pero sà a cada rato y donde sea –
contraatacĂł Donghyuck.
-Ya basta, parecen niños – Mark se puso entre
ambos adolescentes.
-Él comenzó – acusó Haechan.
El silbatazo de Taeyong hizo brincar a los
tres chicos.
-Un dĂa de estos le quemarĂ© esa cosa – murmurĂł
Jeno.
-Si se la quemas, Winwin lo dejará – dijo
Haechan, dándole doble sentido a las palabras del demonio.
Ambos comenzaron a reĂrse.
-No entendà – exclamó Mark -¿Por qué Winwin
le dejarĂa?
Jeno se palmeĂł la frente.
-OlvidĂ© que habĂa un angelito con nosotros –
burlĂł.
Haechan le explicĂł a Mark, el cual se
carcajeĂł hasta que Taeyong pidiĂł que compartiera el chiste.
ć„›
-Jaehyun.
Silencio.
-¡Jaehyun!
El aludido brincĂł del susto.
-¿Qué pasa? ¿Por qué gritas?
-Llevo un buen rato hablándote pero pareces estar
en otro mundo.
-Es que… lo extraño mucho, sabes – suspiró
con melancolĂa.
-ÂżA tu papá? Yo tambiĂ©n extraño al mĂo,
aunque lo que planeaba hacer estaba mal.
-No Jin Woo, no hablo de mi papá.
-Ah, hablas del demonio con el que estabas
enredado – bufó.
-No estaba, estoy.
-Pero si ya regresó al infierno—
-Algunas veces se escapa para venir a verme.
-Chicos, dejen la plática para otro rato, hay
varias habitaciones para arreglar – interrumpió la madre de Jaehyun.
-SĂ, ya vamos – respondiĂł Jin Woo -ÂżTu madre
sabe sobre ese demonio?
-No y prefiero que siga asà – respondió
Jaehyun para después tomar la sesta con las sábanas limpias para poner en los
cuartos que lo necesitaran. Desde que su padre fue encarcelado, su madre habĂa
tomado las riendas del hotel y habĂa dejado a Jaehyun como “el chico de
limpieza”.
-ÂżSigue molesta contigo por delatar a tu
padre? – preguntó Jin Woo.
-Algo asĂ… - suspirĂł Jaehyun.
-SĂłlo a ti se te ocurre enredarte con un
demonio – bufó el mayor.
-SĂ, sĂłlo a mà – murmurĂł Jaehyun.
ć„›
-Ya que ni Heechul ni yo podemos bajar a la
tierra, serán Doyoung y tú quienes se encarguen de comunicar nuestra decisión –
informĂł Leeteuk.
Johnny asintiĂł con la cabeza.
-Te encontrarás con Doyoung en el hotel de
Jeju. SĂłlo tienes 24 horas para cumplir con tu misiĂłn, nada de viajes a
Tailandia, ¿quedó claro? – indicó el ángel mayor.
-SĂ, muy claro – contestĂł Johnny. Se alejĂł un
poco de Leeteuk quien abriĂł un portal en medio de los dos para que Johnny
viajara a la tierra.
-Es lo mejor para ellos – suspiró Leeteuk,
con tristeza.
Continuará…
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