7 de noviembre de 2017

Touch 2 - CapĂ­tulo 14

CapĂ­tulo 14
DecisiĂłn


[ Un mes después ]

Los tres integrantes del Consejo de ángeles ya habían sido enjuiciados y encerrados; prácticamente todo estaba resuelto, excepto una cosa…

-Haechan, ¿qué tienes? Has estado muy raro, bueno, más raro de lo usual – preguntó Mark, acariciando suavemente la espalda de su novio.

-Estoy preocupado – respondió el moreno. Ambos caminaban hacia las canchas de la escuela; tenían práctica de fútbol.

-Le dije a Jeno que no mencionara el tema – bufó Mark.

-No fue él, fue Taeyong. Él también está preocupado – hizo una pausa -Mark, llevamos un mes sin recibir noticias del infierno o del cielo. ¿Qué tal si nos regresa de un día para otro? Además, los anillos ya no sirven. No tenemos cómo contactarlos—

Mark cortĂł las palabras de Haechan con un beso. No le gustaba verlo asĂ­.

-Confía en Leeteuk y… también en Heechul. Sé que quieren lo mejor para nosotros – dijo Mark regalando a Haechan la sonrisa más reconfortante que había visto en su vida.

El moreno abrazĂł fuertemente a su novio. SĂłlo Ă©l sabĂ­a tranquilizar y agitar su corazĂłn al mismo tiempo.

-Oigan, tortolitos, apúrense que Taeyong ya quiere comenzar con el entrenamiento – Jeno interrumpió su romántico momento.

-No sé qué nos criticas si apenas terminamos con la clase te vas corriendo a ver a Renjun – burló Haechan.

-Pero no nos besuqueamos a media cancha – se defendió Jeno.

-No, pero sí a cada rato y donde sea – contraatacó Donghyuck.

-Ya basta, parecen niños – Mark se puso entre ambos adolescentes.

-Él comenzó – acusó Haechan.

El silbatazo de Taeyong hizo brincar a los tres chicos.

-Un día de estos le quemaré esa cosa – murmuró Jeno.

-Si se la quemas, Winwin lo dejará – dijo Haechan, dándole doble sentido a las palabras del demonio.

Ambos comenzaron a reĂ­rse.

-No entendí – exclamó Mark -¿Por qué Winwin le dejaría?

Jeno se palmeĂł la frente.

-Olvidé que había un angelito con nosotros – burló.

Haechan le explicĂł a Mark, el cual se carcajeĂł hasta que Taeyong pidiĂł que compartiera el chiste.











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-Jaehyun.

Silencio.

-¡Jaehyun!

El aludido brincĂł del susto.

-¿Qué pasa? ¿Por qué gritas?

-Llevo un buen rato hablándote pero pareces estar en otro mundo.

-Es que… lo extraño mucho, sabes – suspiró con melancolía.

-¿A tu papá? Yo también extraño al mío, aunque lo que planeaba hacer estaba mal.

-No Jin Woo, no hablo de mi papá.

-Ah, hablas del demonio con el que estabas enredado – bufó.

-No estaba, estoy.

-Pero si ya regresó al infierno—

-Algunas veces se escapa para venir a verme.

-Chicos, dejen la plática para otro rato, hay varias habitaciones para arreglar – interrumpió la madre de Jaehyun.

-Sí, ya vamos – respondió Jin Woo -¿Tu madre sabe sobre ese demonio?

-No y prefiero que siga así – respondió Jaehyun para después tomar la sesta con las sábanas limpias para poner en los cuartos que lo necesitaran. Desde que su padre fue encarcelado, su madre había tomado las riendas del hotel y había dejado a Jaehyun como “el chico de limpieza”.

-¿Sigue molesta contigo por delatar a tu padre? – preguntó Jin Woo.

-Algo así… - suspiró Jaehyun.

-Sólo a ti se te ocurre enredarte con un demonio – bufó el mayor.

-Sí, sólo a mí – murmuró Jaehyun.











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-Ya que ni Heechul ni yo podemos bajar a la tierra, serán Doyoung y tú quienes se encarguen de comunicar nuestra decisión – informó Leeteuk.

Johnny asintiĂł con la cabeza.

-Te encontrarás con Doyoung en el hotel de Jeju. Sólo tienes 24 horas para cumplir con tu misión, nada de viajes a Tailandia, ¿quedó claro? – indicó el ángel mayor.

-Sí, muy claro – contestó Johnny. Se alejó un poco de Leeteuk quien abrió un portal en medio de los dos para que Johnny viajara a la tierra.

-Es lo mejor para ellos – suspiró Leeteuk, con tristeza.





Continuará…

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