2.
-¿Qué es lo que quieres? ¿Dinero? ¡Sólo di la cantidad! – gritó
Doyoung, una vez que los guaruras de Taeyong le incorporaron.
-¿Crees que todo gira alrededor del dinero?
-Claro que sÃ.
-Estás muy equivocado – Taeyong lo levantó de la camisa -¡Esto es
por meter tu sucio pene en mi novia! – le dio un puñetazo en la cara.
Doyoung escupió un poco de sangre pero ni asà borró la sonrisa
que tenÃa en el rostro, una que hastiaba a Taeyong.
-Te metiste con el tipo equivocado – exclamó Taeyong mirando
con desprecio a Doyoung. Chasqueó los dedos y los sujetos que sostenÃan a su
novia, desamarraron a Doyoung de la silla, le pusieron una cinta en la boca y lo
arrastraron rumbo a una puerta.
-Ya saben a dónde llevarlo – dijo Taeyong.
Los guaruras asintieron y salieron de la bodega. Taeyong caminó
hacia su novia y le dio una fuerte cachetada.
-Zorra – bufó, molesto.
-Lo siento – murmuró la chica a punto de llorar; estaba más que
acostumbrada al carácter y posesión de Taeyong, pero por momentos le abrumaba y
eso la llevaba a buscar distracciones.
Taeyong la envolvió en un sobreprotector abrazo.
-¿A dónde lo llevan? – preguntó la chica.
El pelinegro rompió el abrazo y la tomó fuertemente de los
hombros, haciendo que la mujer le mirara fijamente a los ojos.
-No interfieras en mis cosas, ¿ok?
La chica asintió con la cabeza.
-Ve a darte un baño y arréglate; saldremos a cenar con un
posible cliente.
-¿Cómo quieres que me vista? – preguntó seductoramente.
-Como para un poco de acción después de cenar – respondió
Taeyong, apretando uno de sus glúteos.
La joven dio un respingo y se alejó de Taeyong con una sonrisa
de oreja a oreja; luego abandonó el lugar por la misma puerta por la que
Doyoung habÃa salido momentos antes.
🌹
[Horas
después]
Taeyong pegó un brinco en la cama tras escuchar los incesantes
golpes a la puerta de su habitación.
-Mmm… ¿qué pasa? – preguntó su novia, adormilada.
-Negocios – respondió el pelinegro, saliendo de la cama. Tras
vestirse, abrió la puerta.
-Todo listo, jefe
-Gracias Johnny – contestó mientras salÃa de la habitación -Ya
puedes ir a descansar.
-Gracias – Johnny hizo una reverencia y se fue. Taeyong
continuó su camino hacia el cuarto en el que Doyoung estaba encerrado.
Taeyong entró a la habitación. Doyoung dormitaba en una silla.
-¡Nada de siestas! – gritó, dándole una fuerte cachetada a su
vÃctima.
Doyoung le miró con odio; Taeyong le arrancó la cinta de la
boca.
-¡Maldito degenerado! ¡Te voy a destruir, lo juro! – gritó
Doyoung.
Taeyong soltó una risilla y se acercó al buró junto a la puerta.
-¿Sabes qué hago con las molestias? – preguntó.
-No es mi culpa que no seas lo suficientemente hombre para
satisfacer a tu novia – dijo Doyoung. Taeyong le volteó intempestivamente y le dio otra cachetada.
-Me estás colmando la paciencia, imbécil. No tienes ni la más
mÃnima idea de lo que soy capaz.
Doyoung le sostuvo la mirada a pesar de estar sangrando del
labio y la nariz. Taeyong regresó al buró.
-¿Sabes qué haré con esto?
La mirada retadora de Doyoung se transformó en una de terror al
ver lo que Taeyong tenÃa en las manos: una jeringa.
-Te contaré un poco sobre mà – dijo mientras le daba pequeños
golpes a la jeringa para mezclar bien la sustancia que habÃa en ella -Me dedico
al tráfico de órganos en el mercado negro.
Doyoung comenzó a temblar.
-Te dije que te habÃas metido con el tipo equivocado – sonrió
tras ver el rostro de Doyoung -Eres joven y sano, me darás mucho dinero.
-Di la cantidad.
-Te he investigado y no tienes lo que me pagarÃan por uno de
tus riñones, mucho menos por tu corazón.
Doyoung estaba pálido y con los ojos llorosos.
-Por favor… - suplicó en voz baja cuando tuvo a Taeyong
enfrente.
-¿En dónde está el chico malo que iba a destruirme? – acarició
la mejilla del menor con la aguja de la jeringa, Doyoung cerró fuertemente los
ojos.
Taeyong se alejó de él y depositó la jeringa en el buró.
Doyoung abrió los ojos tras sentir que las cuerdas que le sujetaban a la silla
fueron desamarradas.
-Recuéstate en la cama.
Doyoung le miró asustado. Estaba seguro que Taeyong le operarÃa
o matarÃa ahÃ.
-¡Qué lento eres! – lo tomó fuertemente del brazo y lo lanzó
hacia la cama -No suelo hacer esto pero… - suspiró -DeberÃas sentirte honrado.
Doyoung no comprendió sus palabras. Taeyong estaba encima de
él, recorriendo su cuerpo con la mirada.
-Desabróchate el pantalón.
El menor obedeció; sus manos temblaban en demasÃa, algo que
estaba sacando de quicio del pelinegro.
-QuÃtatelo – ordenó.
Doyoung negó con la cabeza. Taeyong sacó una navaja de su
bolsillo trasero y la puso contra su cuello.
-¿Alguna vez has estado con un hombre? – preguntó Taeyong.
Doyoung levantó la mirada.
-Eso lo hace más divertido – sonrió, desabrochándose el
cinturón.
Doyoung trató de empujar a Taeyong pero este se habÃa sentado
en su estómago por lo que le resultaba muy difÃcil sacárselo de encima.
Taeyong puso a Doyoung boca abajo y le levantó la cadera.
-N-no… - murmuró Doyoung en un hilo de voz.
-¿Dijiste algo? – preguntó Taeyong con tono amenazador mientras
rosaba su miembro con la entrada de Doyoung.
El menor soltó un sollozo cuando sintió a Taeyong introducirse
en su cuerpo.
-No mereces que sea suave contigo pero me das lástima asà que…
Doyoung soltó un grito, Taeyong habÃa entrado en él de una sola
estocada.
-Respira, no quiero que mueras… aun – rio el mayor.
Taeyong comenzó a embestirlo con fuerza, el cuerpo de Doyoung
era tal y como a él le gustaba y el hecho de pensar que era el primero en su
maldita vida, le excitaba aún más.
-No te cubras la boca – ordenó tras notar que Doyoung ahogaba
sus gemidos en sus manos.
El menor obedeció y dejó que Taeyong escuchara sus jadeos de
dolor y placer. Estaba por venirse, pero no sabÃa si decirle al pelinegro o no.
Taeyong salió de él, le puso boca arriba y volvió a penetrarlo,
provocando que Doyoung acabara, manchando su vientre.
-Y parecÃa que no lo disfrutabas… - dijo con sarcasmo el mayor
para de la nada besarlo con hambre, Doyoung correspondió por temor a enfadarlo
más.
Taeyong gemÃa en su oÃdo, ya se habÃa venido una vez pero su hambre no se saciaba.
-Mierda… por eso me gusta coger con vÃrgenes – jadeó para
terminar en Doyoung por segunda vez, desplomándose sobre él apenas vació su
semen en su vÃctima.
Doyoung respiraba con dificultad, estaba mareado y se sentÃa
sucio. Taeyong se hizo a un lado y comenzó a vestirse.
-La puerta del lado izquierdo dirige a un baño. No te daré ropa
nueva, asà que tendrás que reusar lo que tienes. Ni se te ocurra escapar, hay
cámaras por todo el lugar – dijo para después salir de la habitación, llevando
consigo la bandeja que habÃa sobre el buró.
Doyoung se puso en forma fetal en la cama; tenÃa revuelto el
estómago, estaba lleno de ira, furia y rencor hacia Taeyong.
Continuará…
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