27 de octubre de 2018

Dynamite - Capítulo 21



Capítulo 21
Después de tanto tiempo…


[Un año y medio después]

En un abrir y cerrar de ojos Taeyong estaba a sólo un semestre de graduarse. Las cosas con Doyoung habían mejorado y Lucas cada vez estaba más grande; trataba de visitarlos cada fin de semana, pero a veces tanto trabajo no se lo permitía y Doyoung prefería que se quedara a descansar que arriesgarse a viajar.

-Doyoung – habló la abuelita de Taeyong, la cual sostenía Lucas en una mano; el pequeño ya había comenzado a dar sus primeros pasos.

-Dígame – respondió el aludido mientras terminaba de abrocharse el uniforme del supermercado en el que unos meses atrás empezó a trabajar.

-¿Puedes traer harina y huevos? Quiero prepararle unas galletas a Lucas.

-Claro, no hay problema – respondió sonriente.

Luego de despedirse de la señora y de su hijo, Doyoung partió al supermercado; la paga no era la mejor, pero ayudaba un poco con los gastos del niño, además, su tía le mandaba algo de dinero a pesar de que muchas veces le dijo que no lo hiciera.

-Cómo quisiera seguir estudiando – suspiró para sí mismo mientras checaba su entrada -Pero Lucas me necesita – agregó.

Taeyong debería llegar en un par de horas, así que Doyoung aprovecharía la hora de ir a comer para recibirlo; aquello se había vuelto un hábito entre ambos.

-¿Vendrá hoy? – preguntó una compañera suya.

-Sí – respondió Doyoung.

-Con razón estás tan feliz.

-No exageres – bufó sonrojado.

-Buenas tardes.

Doyoung dio un pequeño brinco cuando escuchó la voz de Taeyong.

-Hola, Taeyong – saludó la compañera de Doyoung.

-Hola – respondió el otro.

Doyoung y Taeyong, como de costumbre, fueron a comer algo al restaurante que estaba a la vuelta del supermercado.

-¿Pasaste a la casa? – preguntó Doyoung.

-Sí. No puedo creer lo mucho que ha crecido Lucas – suspiró.

-Ni yo – dijo Doyoung -¿Has pensado en la oferta de mi tía?

Taeyong dejó sus palillos a un lado.

-No quiero abusar de su confianza. Nos ha dado demasiado, incluso remodeló la casa – contestó con tristeza.

-Oh vamos, mi tía tiene demasiado dinero.

-P-pero—

-Sólo nos ayudará económicamente hasta que podamos estabilizarnos- explicó entrelazando una mano con la de Taeyong.

Taeyong suspiró.

-Está bien – murmuró.

-Cambiando de tema – Doyoung hizo una pausa -¿Ya decidiste qué especialidad vas a hacer?

-Cirugía plástica.

Doyoung comenzó a reír escandalosamente.

-¿Es en serio? Pensé que te quedarías en ginecología.

-No – bufó.

-Te convertiste en lo que juraste destruir – bromeó.

Taeyong rodó los ojos.

-Convertiré, aún me faltan muchos años.

-¿Sigues con la idea de presentar para una beca en Canadá?

-Sí.

-¿Y si te aceptan? ¿Qué será de nosotros?

Taeyong notó lo nervioso que Doyoung se había puesto.

-No te preocupes antes de tiempo – acarició la mejilla del menor. Presentaría los exámenes de admisión en menos de un mes y todo aquello le tenía demasiado tenso, lo único que le tranquilizaba era su familia -Lo que vaya a pasar, espero que sea para bien – agregó.








💥








[Horas después]

El turno de Doyoung acababa de terminar.

-Hey, Doyoung, mira quién vino por ti – dijo su compañera.

Doyoung giró la cabeza y vio a Lucas en los brazos de la joven.

-Hola – corrió a abrazar a su hijo -¿Vino papá? – preguntó. El pequeño asintió repetidas veces.

-¿Entiende lo que dices? – preguntó la chica.

-Claro que sí, es muy inteligente – respondió Doyoung con orgullo.

Taeyong le esperaba en el auto. Doyoung recogió sus cosas y se despidió de su compañera.

-Dile adiós – le pidió a Lucas, el pequeño movió la mano de un lado a otro para despedirse de la muchacha.

-Adiós – respondió la joven.

-¡Ayós! – dijo Lucas.

Doyoung salió de la tienda e ingresó al auto.

-¿A dónde vamos? – preguntó a Taeyong.

-A comprar la cena.

-¿Ah? – exclamó el menor; el pueblo era muy pequeño como para andar en auto, pero Taeyong lo conocía mejor que él, así que podía objetar nada.

-Sí, una amiga de mi abuelita reabrió su restaurante. Tienes que probar la comida, está deliciosa.

-¿Comeremos ahí?

-No, en la casa.

Doyoung asintió, debía aprovechar los momentos que tenía con el mayor, puesto que sólo lo veía los fines de semana.







💥







-Tenías razón, todo estuvo para chuparse los dedos – exclamó Doyoung, luego de terminar su comida.

-Sí, mi amiga es especialista en platillos tradicionales – dijo la abuelita de Taeyong.

Mientras Doyoung y la señora recogían la mesa y lavaban los platos, Taeyong bañaba a Lucas.

-Abue – llamó Taeyong.

-Dime.

-Lucas se quedó dormido en tu cama.

-¿Qué? ¿Por qué ahí? – preguntó la mujer.

-Se metió a tu baño y no quiso salir de ahí, así que no tuve de otra más que bañarme con él, luego de que terminé de vestirlo, se acostó en tu cama y quedó dormido al instante.

-Bueno, entonces dormiré con él.

-¿No le molesta? – preguntó Doyoung.

-Claro que no, es mi nieto – respondió la señora con una sonrisa -Bueno, he terminado aquí. Que descansen.

-Buenas noches – respondieron ambos en unísono.

-Deberían pasar más tiempo juntos… solos – dijo con picardía para después ingresar a su habitación.

Taeyong y Doyoung se miraron; aquello había hecho demasiado incómodo el ambiente.

-T-tiene razón – murmuró Taeyong rascándose la nuca.

-¿Qué?

-No hemos estado juntos desde… pues ya no recuerdo.

Doyoung le miró con el ceño fruncido.

-P-pero si no quieres, está bien – agregó Taeyong.

-Me daré un baño, más vale que NO me sigas, ¿entendido?

Taeyong asintió. Su abuelita estaba en lo cierto, las únicas “citas” que habían tenido eran cuando comían juntos en el trabajo de Doyoung y no habían tenido relaciones desde el nacimiento del pequeño Lucas; sólo se habían besado en un par de ocasiones y nada más. El mayor se las había tenido que arreglar con revistas y su imaginación.

-¿En qué piensas? – la voz de Doyoung le sacó de sus pensamientos.

-Nada en especial – respondió.

Doyoung terminó de aplicarse sus productos para el cuidado de la piel y se metió a la cama junto con Taeyong.

-Buenas noches – dijo al mayor.

-Buenas noches – murmuró Taeyong, apagando la lámpara que estaba sobre el buró. No tenía ganas de dormir, tenía ganas de algo más.

Intentó infinidad de posturas para conciliar el sueño, pero todas habían sido inútiles.

-¿Quieres dejar de moverte? – bufó Doyoung,

Taeyong mandó todo al demonio, volteó al menor, quien siempre le daba la espalda a la hora de dormir, y se colocó sobre su cuerpo.

-¿Qué haces? – reclamó Doyoung, encendiendo la lámpara.

-No lo hemos hecho en más de un año.

-¿Y?

-¿Cómo que “y”? ¿Qué no has tenido ganas en todo este tiempo?

-Claro que sí, pero no quiero volver a embarazarme.

Taeyong rodó los ojos y suspiró para después quitarse de encima y acostarse junto al menor.

-Hay muchas maneras de cuidarnos, ¿sabes?

-Lo sé – bufó Doyoung.

-B-bueno pues… cuando te sientas listo hacemos… algo – dijo, derrotado.

Doyoung se quedó en silencio por casi 10 minutos, Taeyong supuso que ya se había dormido.

-¿Y tú qué haces cuando… ya sabes?  - preguntó Doyoung, repentinamente.

-Uso las manos – respondió.

-¿Y en qué piensas? – preguntó, volteando su cuerpo hacia el mayor.

-En ti – contestó, sin dejar de mirar hacia el techo, la cercanía de Doyoung le estaba matando.

-¿Ah sí? ¿Haciendo qué? – Doyoung deslizó una mano por debajo de la sábana, acariciando el vientre de Taeyong, el cual giró la cabeza para mirarlo incrédulo.

-Todo – respondió con dificultad.

Doyoung sonrió y se puso sobre el cuerpo de Taeyong, el cual le jaló de la camisa y le besó con pasión. La ropa comenzó a estorbar apenas sus labios chocaron. Taeyong recorría la espalda del menor con una mano, mientras que con la otra lo sostenía de la nuca, para profundizar más los besos.

-Espera – pidió el mayor, separándose con dificultad de Doyoung.

-¿Qué?

-No tengo condones.

Doyoung rodó los ojos.

-Sólo… no termines dentro – bufó y volvió a besarlo.

Taeyong intercambió las posiciones, dejándolo debajo de su cuerpo. Mojó dos dedos y los introdujo rápidamente en Doyoung.

-Más te vale ser cuidadoso – advirtió el menor.

Taeyong asintió; abrió un poco más las piernas de Doyoung y dirigió su miembro hacia la entrada de éste. Luego de que Doyoung estuviera cómodo con la intromisión, el vaivén de sus caderas comenzó.

Doyoung mordía el cuello de Taeyong, mientras que éste se dedicaba a darle todo el placer que su cuerpo le permitía. Su objetivo era que Doyoung gimiera su nombre. Nuevamente cambió las posiciones, poniendo al menor en cuatro.

-Ah… más, Taeyong… - pidió Doyoung, haciendo que el aludido aumentara el ritmo de sus embestidas.

-Doyoung – llamó al otro para besarlo con lujuria.

El menor cortó el beso y apretó las sábanas debajo de él.

-V-voy a terminar – anunció.

Taeyong se encontraba en las mismas, pero necesitaba salirse para evitar “accidentes”.

-Salte – pidió Doyoung, el mayor obedeció; bombeó su miembro unas veces más para terminar en la espalda del otro.

-Lo siento – murmuró tras acabar el acto.

Doyoung se volteó y lo atrajo hacia su cuerpo para besarlo una vez más.

-Espero que el próximo fin de semana sí traigas condones – sonrió, luego salió de la cama y se dirigió al baño, dejando a Taeyong sonriendo como idiota.



Continuará…

20 de octubre de 2018

Dynamite - Capítulo 20



Capítulo 20
Nueva aventura


-¿Estás hablando en serio? – preguntó, tras reponerse.

-Claro que sí. Habíamos quedado en eso, ¿no?

-Es que… nunca me confirmaste y—

-Pues acabo de hacerlo, no es tan fácil tomar una decisión así.

Taeyong asintió.

-Podemos ir hoy mismo.

-¡Perfecto!

-Sólo que hay un detalle – agregó, rascándose la nuca -No tengo auto, ¿recuerdas?

-Taeil tiene, estoy seguro de que te lo prestará – Doyoung ya había comenzado a empacar sus cosas -¿Por qué te quedas ahí parado? Hay que apresurarnos.

-Es que no me lo creo. Dejaste todo por—

-Por mi hijo – interrumpió -Nuestro hijo – compuso en un murmuro.

Taeyong sonrió de oreja a oreja.








💥








Por suerte Taeil pasaría el fin de semana en la universidad, así que no tuvo objeción para prestar su auto; estaba feliz por su amigo, el cual parecía estar sumido en un encantamiento.

El viaje había sido bastante tranquilo, la plática fue de lo más normal y simple. Evitaron tocar temas más serios para no arruinar el ambiente. Lucas se había portado muy bien, sólo se la pasó comiendo y durmiendo.

-¡No puedo creerlo! – la abuelita de Taeyong los recibió con un fuerte abrazo y luego arrebató a Lucas de los brazos de Doyoung -Está precioso – exclamó la mujer -Hicieron un gran trabajo – dijo, mirando a ambos jóvenes.

Taeyong y Doyoung se miraron con incomodidad.

-Pasemos – dijo el mayor.

-¿Por qué no me avisaste que vendrían? Hubiera preparado algo especial.

-Ni yo sabía que lo haríamos – respondió Taeyong para luego mirar a Doyoung, el cual se encogió de hombros.

La señora tomó de la muñeca a su nieto y lo alejó de ahí, aprovechando que Doyoung estaba ocupado cambiándole el pañal a Lucas.

-¿Qué decidió? – preguntó la mujer a Taeyong.

-Quedarse – respondió el muchacho.

-Te dije que no perdieras las esperanzas – le dio un manotazo en el hombro -Estoy muy orgullosa de ti – lo abrazó.

Ambos regresaron a donde Doyoung y Lucas estaban. La abuelita de Taeyong se dispuso a preparar la comida, mientras su nieto iba a comprar lo que hacía falta.

-¿Quieres algo? – le preguntó a Doyoung antes de salir de la casa.

-No, estoy bien.

Taeyong asintió y abandonó el lugar. La tienda estaba a 10 minutos de ahí.

-Taeyong me dijo que decidiste quedarte – comentó la señora.

-Sí – Doyoung no sabía qué más decir.

-Sé que son muy diferentes, pero confío en que poco a poco encontrarán lo mejor de cada quien.

-Sí, yo igual espero que eso pase.

Doyoung aún no tenía claros sus sentimientos hacia Taeyong pero sabía que una fuerte atracción entre ellos comenzó desde el momento en que se conocieron. Se preguntaba si aquella atracción podría transformarse en algo más con el paso del tiempo.







💥







Era domingo y Taeyong tenía que regresar a Seúl, pues al día siguiente tenía clases.

-¿Cómo que te vas todo el día? – preguntó Taeyong a su abuelita, una vez que estuvieron solos en la cocina.

-Iré a ver a unas amigas, no te preocupes por mí, preocúpate por ellos. Recuerda que sólo los verás fines de semana.

Taeyong abrió los ojos de par en par. Su abuelita tenía mucha razón.

-Salgan, recorran el pueblo, convivan como la familia que son – la mujer palmeó el hombro derecho de su nieto y emprendió camino hacia la casa de una de sus amigas.

-¿A dónde va? – preguntó Doyoung, quien recién había salido de la casa con Lucas en brazos.

El mayor lanzó un suspiro.

-¿Te parece si salimos un rato? – propuso a Doyoung.

-Claro, puedo conocer más por aquí.

Ingresaron a la casa para preparar un bolso con las cosas necesarias para el bebé. El centro del pueblo estaba cerca de ahí, así que fue cuestión de minutos de caminata para llegar. Taeyong los llevó a su heladería favorita.

-Doyoung – habló el mayor.

-Dime – contestó el menor, sin dejar de comer su helado.

-¿C-cómo mantendremos a Lucas? El dinero de la beca puede ayudar, pero no es suficiente y—

-Buscaré un trabajo.

-¿Qué?

-Están buscando personal aquí, ¿que no ves? – señaló un cartel pegado en la pared -Lo que sea es bueno, además, puedo pedirle ayuda a mi tía.

-No, no quiero que nos tache de holgazanes.

-Sólo será durante un tiempo. Mi tía está podrida en dinero, ya no sabe en qué mal gastarlo.

Taeyong tomó aire.

-De acuerdo, tú ganas – suspiró.

Doyoung tomó la mano de Taeyong y la entrelazó con la suya.

-Todo saldrá bien – sonrió.

El mayor sintió cómo su pulso se aceleraba. Agradecía la presencia de Doyoung para tranquilizarlo.







💥







La noche llegó y Taeyong ya tenía que irse.

-¿Qué tal estuvo todo? – preguntó su abuelita que recién ingresaba a la casa.

-Muy bien, Taeyong nos mostró el centro y conseguí trabajo en la heladería – explicó Doyoung.

-Te sorprendería el saber que ese fue el primer trabajo de Taeyong – dijo la señora.

-¿En serio? ¿Por qué no me dijiste? – Doyoung miró al mayor, el cual le estaba dando la mamila a Lucas.

-Porque—

-Ahí conoció a su primer novio, pero sólo duraron dos semanas porque el chico tuvo que regresar a Seúl – agregó la mujer.

Doyoung no pudo evitar soltar una risilla.

-Incluso lo trajo a la casa y se molestó conmigo cuando le dije que su “relación” no duraría. Cosas de adolescentes – suspiró la señora.

-Bueno, como sea, Lucas ya terminó de comer, ya puedo irme – dijo Taeyong depositando al bebé en brazos de Doyoung.

Todos salieron a la calle para despedirse de Taeyong.

-Cuídate mucho, hijo – su abuelita le envolvió en un fuerte abrazo.

-Claro que sí, abue – le dio un beso en la cabeza.

-Los cuidaré muy bien – agregó la señora, refiriéndose a Doyoung y a Lucas.

Luego de esto, la mujer le dio un empujoncito a Doyoung para que se acercara a su nieto.

-Hasta la próxima semana, pequeño. Te extrañaré muchísimo – Taeyong besó las mejillas de Lucas.

-Nos vemos el próximo fin de semana – dijo Doyoung.

Taeyong asintió y besó fugazmente los labios del menor.

-Adiós – le sonrió.

Taeyong pudo ver cómo su abuelita aplaudía en silencio tras presenciar la escena. El futuro le causaba temor y confusión, pero mientras tuviera a su familia, todo valdría la pena. Rogaba porque el tiempo pasara rápido.



Continuará…

14 de octubre de 2018

Dynamite - Capítulo 19



Capítulo 19
Como si fuera un sueño


-Estoy seguro de que Jaehyun influyó en esto – murmuró Taeyong.

Doyoung y él estaban sentados en la cama del primero mientras observaban a Lucas dormir en medio de ellos.

-Sí – suspiró Doyoung.

-Quisiera agradecerle personalmente pero no puedo – dijo Taeyong en voz baja.

-Entiendo.

El ambiente estaba tornándose triste y eso era lo que menos quería el mayor.

-¿Cuándo irás? – preguntó a Doyoung.

-Mañana, pero necesito que cuides de Lucas.

-¿Qué?

-No puedo llevarlo a casa de mi suegra.

-¿Y si me descubren? – Taeyong comenzó a entrar en pánico.

Doyoung rodó los ojos.

-Es fin de semana, puedes salir de la escuela.

-Tienes razón – suspiró, relajándose un poco.

-Estoy quedándome en un hotel, ve mañana en la mañana.

-¿Y si voy desde hoy?

El menor le miró sorprendido.

-Quiero pasar tiempo con él, hace casi dos meses que no lo veo – dijo mientras miraba con amor al pequeño Lucas.

-Está bien – respondió Doyoung -Pero sólo hay una cama.

-No importa, puedo dormir en el suelo.

-Entonces te veo en la noche, después de tus prácticas.

Doyoung salió de la universidad por la misma puerta “secreta” por la que entró. Taeyong le dio un beso en la mejilla a Lucas y se despidió de Doyoung con un abrazo.








💥








[Horas después]

La puerta comenzó a sonar, Doyoung se levantó con pesadez de la cama.

-Vine lo más rápido que pude – Taeyong estaba completamente mojado por culpa de la fuerte lluvia que azotaba la ciudad.

-¿Por qué estás así? – preguntó mientras se hacía a un lado para dejar pasar al mayor.

-Mi auto no arrancó, tuve que venir en autobús, pero este me dejó una cuadra antes. No tengo dinero suficiente para un taxi.

Doyoung sintió culpa por aquello. Fue al baño por una toalla para que Taeyong secara el exceso de agua.

-¿Y Lucas?

-En la cama – señaló; el pequeño jugaba con una peluche que su tía-abuela le había regalado -¿Traes ropa?

Taeyong asintió.

-Será mejor que te des un baño antes de tocar al niño.

El mayor sonrió; Doyoung se estaba comportando como un esposo.

-Está bien – contestó, sin borrar su sonrisa.

Una vez que Taeyong estuvo en condiciones para acercarse a Lucas, no lo soltó hasta que Doyoung prácticamente tuvo que arrebatárselo para darle la mamila.

-¿Por qué no dejas que yo lo haga? – reclamó Taeyong.

-Porque no sabes cómo.

-Si no me enseñas, pues no – bufó.

Doyoung rodó los ojos y depositó a Lucas nuevamente en sus brazos. Le explicó cómo acomodarlo debidamente para que pudiera succionar la mamila.

-Luego tienes que sacarle el aire – dijo Doyoung, quien se sentó en una de las sillas que había en la habitación para comer la hamburguesa que recién había llegado.

-Lo sé, leí un libro sobre padres primerizos.

Doyoung no esperó escuchar aquello. Taeyong no dejaba de sorprenderle.

Lucas ya estaba durmiendo plácidamente en la cama, puesto que no había cuna para él. Taeyong pidió algunas sábanas más y las acomodó en el suelo.

-¿Seguro que estás bien? – preguntó Doyoung a punto de apagar la lámpara sobre el buró.

-Sí, no te preocupes.

-Estás temblando.

La lluvia había cesado, pero había dejado frío a su paso.

-Dormiré en la silla – se puso de pie y caminó hacia esta.

-No, duerme en la cama. Hay suficiente espacio.

-Pero… Lucas—

-Estará bien, no te preocupes.

Taeyong suspiró y se recostó junto a Doyoung, como no quería hacer el ambiente aún más incómodo, se ubicó prácticamente a la orilla de la cama; si hacía algún movimiento en falso mientras dormía, se iría de cara contra el suelo.

-Acércate más – exclamó Doyoung, tomándolo del brazo, girándolo con tal fuerza que sus rostros quedaron a escasos milímetros.

Ambos se miraban fijamente. Taeyong se arriesgó a acariciar la mejilla de Doyoung con una mano, mientras que con la otra lo acercó suavemente a su cuerpo. El menor cerró los ojos, dándole permiso para que prosiguiera; Taeyong no lo pensó dos veces y lo besó con delicadeza.

El calor se fue apoderando de sus cuerpos; el mayor se ubicó sobre Doyoung, los besos y caricias no habían cesado, hasta que la razón regresó a Taeyong.

-Debemos parar – exclamó sobre los labios de Doyoung.

-¿Por qué?

-Lucas.

Doyoung sonrió y asintió. Ninguno de los dos dijo nada más y se dispusieron a dormir.







💥







[A la mañana siguiente]

Doyoung despertó, tanteó su lado izquierdo y no sintió a Lucas; se incorporó con rapidez en la cama, dándose cuenta de que Taeyong tenía al pequeño en brazos mientras le mostraba la ciudad a través del enorme ventanal en la habitación. Sintió su cuerpo relajarse y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.

-Ya despertaste – exclamó el mayor.

-Sí – respondió Doyoung, saliendo de la cama -¿Qué hora es?

-9 de la mañana.

-¡¿Qué?! Demonios, debo estar en casa de mis suegros a las 10 – dicho esto, tomó algo de ropa de una de sus maletas y se metió al baño.

-Papá Doyoung es algo tonto, ¿no crees? – le dijo a Lucas, el cual sonrió enormemente y agitó ambos brazos.

Doyoung estuvo listo en tiempo récord.

-Ya sabes cuál es el número de la recepción, te dejé dinero para la comida y escribí en una nota los horarios en los que debe comer Lucas; está pegada en la lámpara sobre el buró – explicó con prisa.

-Está bien – respondió Taeyong, encantado con la situación; cualquiera diría que eran un matrimonio hecho y derecho -Suerte.

-Gracias – respondió Doyoung, dándole un beso en la frente a Lucas; se detuvo cuando estuvo a centímetros de besar los labios de Taeyong.

El mayor quedó tan sorprendido como Doyoung.

-A-adiós – se despidió rápidamente el menor.







💥







Doyoung estaba frente a la enorme puerta de la casa de sus suegros. Respiró profundo, tratando de relajarse; estiró la mano para tocar y antes de que chocara contra la puerta, esta se abrió.

-Jaehyun – exclamó. Era la persona que menos esperaba que le recibiera.

-Hola – saludó el menor -Pasa.

Doyoung asintió e ingresó a la casa.

-Están en el estudio, sígueme – indicó Jaehyun.

-Espera – Doyoung le tomó de la muñeca.

-¿Qué pasa?

-Quería agradecerte personalmente por todo lo que has hecho y disculparme una vez más por los problemas que ocasioné.

-Está bien, Doyoung. Ya no te culpes más, hay que seguir adelante – sonrió -¿Y tu bebé?

-Se quedó con… su papá – respondió.

-Entiendo, es bueno que no lo hayas traído, hubiera sido un caos.

-Lo sé.

Ambos continuaron su camino hacia el estudio. Dentro de éste, les esperaban sus padres, suegros y el abogado. La ceremonia fue más rápida de lo que imaginaron.

-No aparezcas más por aquí, olvídate de que fuiste un Jung – dijo su suegra.

-Nunca me sentí como uno – contestó Doyoung; unos meses atrás no se habría atrevido a tal cosa, pero ahora no dejaría que nadie le pisoteara.

-¿Qué hicimos mal como padres? Nuestros dos hijos son una vergüenza para la familia – exclamó su madre, la cual se había acercado a él apenas su ex suegra se alejó.

-Nunca tomaron en cuenta nuestras opiniones. Si hay alguien que se debe sentir avergonzado, soy yo por dejarme engañar con sus mentiras – respondió.

Doyoung se dio de que sus padres nunca cambiarían y que ese ambiente no era más que tóxico para él. Luego de intercambiar miradas y una sonrisa llena de agradecimiento hacia Jaehyun, abandonó el estudio y la mansión. Nunca en su vida se había sentido tan libre.







💥







-¿Cómo te fue? – aquella pregunta fue lo primero que Doyoung recibió tras regresar al hotel.

El menor aprovechó que Taeyong no traía a Lucas en brazos para jalarlo de la camisa y estrellarle un pasional beso.

-Wow… supongo que bien – exclamó Taeyong tras separarse.

-¿Cuándo puedo mudarme con tu abuelita?

Taeyong abrió los ojos de par en par luego de escuchar aquella pregunta. ¿Doyoung había decidido vivir con él? ¿Estaba soñando?



Continuará…