Capítulo 20
Nueva aventura
Nueva aventura
-¿Estás hablando en serio? – preguntó, tras
reponerse.
-Claro que sí. Habíamos quedado en eso, ¿no?
-Es que… nunca me confirmaste y—
-Pues acabo de hacerlo, no es tan fácil tomar
una decisión así.
Taeyong asintió.
-Podemos ir hoy mismo.
-¡Perfecto!
-Sólo que hay un detalle – agregó, rascándose
la nuca -No tengo auto, ¿recuerdas?
-Taeil tiene, estoy seguro de que te lo
prestará – Doyoung ya había comenzado a empacar sus cosas -¿Por qué te quedas
ahí parado? Hay que apresurarnos.
-Es que no me lo creo. Dejaste todo por—
-Por mi hijo – interrumpió -Nuestro hijo –
compuso en un murmuro.
Taeyong sonrió de oreja a oreja.
💥
Por suerte Taeil pasaría el fin de semana en la
universidad, así que no tuvo objeción para prestar su auto; estaba feliz por su
amigo, el cual parecía estar sumido en un encantamiento.
El viaje había sido bastante tranquilo, la
plática fue de lo más normal y simple. Evitaron tocar temas más serios para no
arruinar el ambiente. Lucas se había portado muy bien, sólo se la pasó comiendo
y durmiendo.
-¡No puedo creerlo! – la abuelita de Taeyong
los recibió con un fuerte abrazo y luego arrebató a Lucas de los brazos de
Doyoung -Está precioso – exclamó la mujer -Hicieron un gran trabajo – dijo,
mirando a ambos jóvenes.
Taeyong y Doyoung se miraron con incomodidad.
-Pasemos – dijo el mayor.
-¿Por qué no me avisaste que vendrían? Hubiera
preparado algo especial.
-Ni yo sabía que lo haríamos – respondió
Taeyong para luego mirar a Doyoung, el cual se encogió de hombros.
La señora tomó de la muñeca a su nieto y lo
alejó de ahí, aprovechando que Doyoung estaba ocupado cambiándole el pañal a
Lucas.
-¿Qué decidió? – preguntó la mujer a Taeyong.
-Quedarse – respondió el muchacho.
-Te dije que no perdieras las esperanzas – le
dio un manotazo en el hombro -Estoy muy orgullosa de ti – lo abrazó.
Ambos regresaron a donde Doyoung y Lucas
estaban. La abuelita de Taeyong se dispuso a preparar la comida, mientras su
nieto iba a comprar lo que hacía falta.
-¿Quieres algo? – le preguntó a Doyoung antes
de salir de la casa.
-No, estoy bien.
Taeyong asintió y abandonó el lugar. La tienda
estaba a 10 minutos de ahí.
-Taeyong me dijo que decidiste quedarte –
comentó la señora.
-Sí – Doyoung no sabía qué más decir.
-Sé que son muy diferentes, pero confío en que
poco a poco encontrarán lo mejor de cada quien.
-Sí, yo igual espero que eso pase.
Doyoung aún no tenía claros sus sentimientos
hacia Taeyong pero sabía que una fuerte atracción entre ellos comenzó desde el
momento en que se conocieron. Se preguntaba si aquella atracción podría
transformarse en algo más con el paso del tiempo.
💥
Era domingo y Taeyong tenía que regresar a Seúl,
pues al día siguiente tenía clases.
-¿Cómo que te vas todo el día? – preguntó
Taeyong a su abuelita, una vez que estuvieron solos en la cocina.
-Iré a ver a unas amigas, no te preocupes por
mí, preocúpate por ellos. Recuerda que sólo los verás fines de semana.
Taeyong abrió los ojos de par en par. Su
abuelita tenía mucha razón.
-Salgan, recorran el pueblo, convivan como la
familia que son – la mujer palmeó el hombro derecho de su nieto y emprendió
camino hacia la casa de una de sus amigas.
-¿A dónde va? – preguntó Doyoung, quien recién
había salido de la casa con Lucas en brazos.
El mayor lanzó un suspiro.
-¿Te parece si salimos un rato? – propuso a
Doyoung.
-Claro, puedo conocer más por aquí.
Ingresaron a la casa para preparar un bolso con
las cosas necesarias para el bebé. El centro del pueblo estaba cerca de ahí,
así que fue cuestión de minutos de caminata para llegar. Taeyong los llevó a su
heladería favorita.
-Doyoung – habló el mayor.
-Dime – contestó el menor, sin dejar de comer
su helado.
-¿C-cómo mantendremos a Lucas? El dinero de la
beca puede ayudar, pero no es suficiente y—
-Buscaré un trabajo.
-¿Qué?
-Están buscando personal aquí, ¿que no ves? –
señaló un cartel pegado en la pared -Lo que sea es bueno, además, puedo pedirle
ayuda a mi tía.
-No, no quiero que nos tache de holgazanes.
-Sólo será durante un tiempo. Mi tía está
podrida en dinero, ya no sabe en qué mal gastarlo.
Taeyong tomó aire.
-De acuerdo, tú ganas – suspiró.
Doyoung tomó la mano de Taeyong y la entrelazó
con la suya.
-Todo saldrá bien – sonrió.
El mayor sintió cómo su pulso se aceleraba. Agradecía
la presencia de Doyoung para tranquilizarlo.
💥
La noche llegó y Taeyong ya tenía que irse.
-¿Qué tal estuvo todo? – preguntó su abuelita
que recién ingresaba a la casa.
-Muy bien, Taeyong nos mostró el centro y
conseguí trabajo en la heladería – explicó Doyoung.
-Te sorprendería el saber que ese fue el primer
trabajo de Taeyong – dijo la señora.
-¿En serio? ¿Por qué no me dijiste? – Doyoung
miró al mayor, el cual le estaba dando la mamila a Lucas.
-Porque—
-Ahí conoció a su primer novio, pero sólo
duraron dos semanas porque el chico tuvo que regresar a Seúl – agregó la mujer.
Doyoung no pudo evitar soltar una risilla.
-Incluso lo trajo a la casa y se molestó
conmigo cuando le dije que su “relación” no duraría. Cosas de adolescentes –
suspiró la señora.
-Bueno, como sea, Lucas ya terminó de comer, ya
puedo irme – dijo Taeyong depositando al bebé en brazos de Doyoung.
Todos salieron a la calle para despedirse de
Taeyong.
-Cuídate mucho, hijo – su abuelita le envolvió
en un fuerte abrazo.
-Claro que sí, abue – le dio un beso en la
cabeza.
-Los cuidaré muy bien – agregó la señora,
refiriéndose a Doyoung y a Lucas.
Luego de esto, la mujer le dio un empujoncito a
Doyoung para que se acercara a su nieto.
-Hasta la próxima semana, pequeño. Te extrañaré
muchísimo – Taeyong besó las mejillas de Lucas.
-Nos vemos el próximo fin de semana – dijo
Doyoung.
Taeyong asintió y besó fugazmente los labios
del menor.
-Adiós – le sonrió.
Taeyong pudo ver cómo su abuelita aplaudía en
silencio tras presenciar la escena. El futuro le causaba temor y confusión,
pero mientras tuviera a su familia, todo valdría la pena. Rogaba porque el
tiempo pasara rápido.
Continuará…
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