23 de octubre de 2022

Rock Me - Capítulo 12

 

Capítulo 12:
Manipulador

 

-¿Y bien? ¿Puedo pasar la noche aquí? – insistió Mark tras ver que Donghyuck no salía de su ensimismamiento.

El aludido parpadeó un par de veces.

-Y-yo—

-Ok, iré con mi chico de Grindr – bufó, dándose la media vuelta.

Mark no había dado ni dos pasos para alejarse de Donghyuck cuando sintió que éste le tomó del brazo, deteniéndolo. Sonrió enormemente, pero rápidamente se recompuso y regresó a su expresión de fastidio.

-¿Sigues viéndolo? – cuestionó Donghyuck cabizbajo; su voz notaba preocupación.

-¿Y tú? ¿Sigues viendo al del otro día?

Donghyuck negó con la cabeza.

-Prometí no acostarme con nadie más, sólo tú – agregó.

Mark sintió su entrepierna despertar con aquellas palabras, pero ahora no era momento para pensar en sexo; necesitaba un lugar en donde dormir, estaba exhausto.

-Buen chico – felicitó Mark a la vez que le palmeó la cabeza y despeinó un poco el cabello.

Aquel acto provocó un incómodo silencio entre ambos.

Donghyuck sintió su pulso acelerarse cuando vio algo que jamás imaginó ver: Mark sonriendo genuinamente.

-¿Qué pasa? – cuestionó Mark tras ver la mirada ausente de Donghyuck.

-S-sí puedes quedarte, pero… mi hermano—

-¿Está?

Donghyuck negó con la cabeza.

-Sólo será esta noche, mañana renovaré mi contrato – sin pedir permiso, dio unos pasos hacia adelante, dejando a Donghyuck sin otra opción más que permitirle pasar.

-¿Te desalojaron?

-¿No escuchaste todo el alboroto? – respondió Mark, dejando su bajo y su mochila en el sofá de la sala.

-Algo… tenía los audífonos, así que pensé que era el ruido usual.

-Pues no, esa maldita mujer secuestró mis cosas y si no renuevo el contrato, no podré recuperarlas – explicó mientras encendía un cigarrillo y se sentaba en el sofá.

-Am… - Donghyuck bajó la cabeza y comenzó a jugar con las mangas de su suéter -Puedes dormir en mi habitación, si quieres.

Mark sonrió juguetonamente, cruzando las piernas a la vez que soltaba el humo acumulado en su boca.

-¿Seguro? – preguntó, levantando una ceja.

Donghyuck asintió con la cabeza.

-Bien – contestó con simpleza Mark. Se puso de pie, tomó sus cosas y caminó hacia la habitación de Donghyuck -Mierda, necesito darme un baño – exclamó para sí mismo, quitándose la chamarra negra de cuero y la camisa blanca que traía debajo.

Donghyuck apartó la mirada, algo que Mark notó, obviamente.

-Hey, no es como si fuera la primera vez que me ves desnudo – murmuró mientras se retiraba el cinturón.

Donghyuck tragó fuerte ante aquel comentario.

-Pero lamento informarte que hoy no pasará nada, no estoy de humor – agregó, para después salir de la habitación e ingresa al baño.

El moreno suspiró y relajó su cuerpo apenas Mark estuvo lejos de él. Trató de distraerse recogiendo la ropa que el chico malo había dejado regada en el suelo; la metió en una bolsa de papel que encontró en la cocina y la depositó a un lado de la silla donde había acomodado las pertenencias de su vecino.

-¡Donghyuck, préstame una toalla! – escuchó que Mark gritó desde el baño.

El aludido rodó los ojos y fue por una a la habitación de su hermano.

-Aquí es—tá – su cuerpo volvió a tensarse apenas vio a Mark debajo de la regadera.

-No insistas, Donghyuck.

-Y-yo… perdón – prácticamente salió huyendo del baño.

 

 



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-¿Tienes algo para cenar?

Donghyuck rápidamente soltó su lápiz apenas escuchó cómo Mark abría el refrigerador. Sus tareas tendrían que esperar un poco más.

-No, últimamente sólo compro comida para mí.

-¿Alguna sopa instantánea? – preguntó Mark mientras revisaba los cajones de la alacena.

Donghyuck no podía negar que aquello le molestaba, no, le enfurecía; nunca le había gustado ese tipo de gente, la cual toca las pertenencias de los demás sin permiso, sobre todo si se trataba de comida.

-¿Te importa si— por qué esa cara de pocos amigos? – cuestionó Mark apenas miró a Donghyuck -No seas egoísta.

-Pero esa sopa es mi—sabes qué, olvídalo – suspiró con cansancio, regresando a su habitación.

Cerca de 10 minutos después, Mark también entró; el olor de aquel ramen instantáneo inundó las fosas nasales de Donghyuck, distrayéndolo de sus deberes.

-¿Qué haces, nerd?

-Tarea – respondió Donghyuck, quien estaba en su escritorio.

-Ugh, qué aburrido – exclamó Mark, sentándose en la cama -Veo que acomodaste mis cosas, qué bien.

-Un “gracias” no estaría mal – murmuró Donghyuck para sí mismo, pero por desgracia, Mark lo escuchó.

-¿Qué dijiste?

Donghyuck se alarmó apenas vio cómo Mark depositó el tazón de ramen y se levantó de la cama.

-No te pongas de exigente, eh – advirtió el chico malo.

Donghyuck mordió su labio inferior. Había tantas cosas que quería decirle, pero tenía… miedo.

-Es mi casa, Mark y—

El chico malo giró con violencia la silla de Donghyuck, para después jalarlo con fuerza y sentarlo en aquel pequeño escritorio.

-Con que muy mandón, ¿no?

Donghyuck cerró los ojos apenas sintió el aliento de Mark estrellarse contra su rostro.

-Ahn… - jadeó Donghyuck cuando sintió cómo el chico malo mordía su cuello.

Mark soltó una risilla, para después lamer su oreja derecha.

-Cógeme, Mark. Ya no puedo más – Donghyuck suplicó con desesperación.

El aludido sonrió y se alejó del cuerpo del moreno.

-No, te dije que no pasaría nada hoy – respondió y sin más regresó a la cama, tomó el tazón de ramen y continuó comiendo.

Donghyuck sintió cómo su rostro ardía de la vergüenza. Se bajó del escritorio y trató de continuar con sus deberes, pero no lograba concentrarse.

-Hey, ¿cuál es tu contraseña del internet?

El moreno mordió su labio inferior; una idea cruzó por su mente.

-Te la daré, pero con una condición.

-¿Ah? Oh— ya sé cuál.

Donghyuck se levantó de la silla giratoria y caminó hacia la cama.

-¿Aceptas?

Mark sonrió con malicia.

-Sí que eres insistente – exclamó el chico malo -Bien, acepto.

El rostro de Donghyuck se iluminó con aquellas palabras. Corrió hacia el mueble donde guardaba su ropa y rebuscó entre los cajones algo que recién había adquirido.

-Vaya… - exclamó Mark cuando reconoció lo que Donghyuck tenía en las manos -Nunca los he usado – agregó, sonriendo ampliamente.

Donghyuck sostenía un par de fundas anales*, no las había usado, sólo limpiado y vuelto a guardar, esperando el momento adecuado para proponérselo a Mark; sí, sólo a él.

-¿Con cuál quieres comenzar? – cuestionó Mark, tomando las fundas de las manos del otro para analizarlas más de cerca.

Donghyuck sintió su pulso acelerarse, aquello le excitaba demasiado. Se acercó al oído de Mark y susurró:

-La que tú quieras.

Una corriente de electricidad recorrió de pies a cabeza el cuerpo de Mark, girándose levemente para mirar a Donghyuck. Sin pensarlo mucho, rodeó su cintura con el brazo izquierdo, acercándolo a su cuerpo, mientras que con el otro lo tomó de la nuca y lo besó con hambre, dirigiéndolo hacia la cama.

Apenas Donghyuck sintió el colchón chocar contra su espalda, abrió las piernas para recibir a Mark entre ellas, presionándolo contra su cuerpo, especialmente su entrepierna, demostrándole cuán hambriento estaba de él.

Mark no podía parar de devorar aquella boca, que poco a poco mejoraba su manera de besar.

La ropa rápidamente cayó al suelo.

Mark estaba a punto de verter el lubricante que Donghyuck le había entregado, cuando se escuchó que alguien abría y cerraba la puerta del departamento.

-¿Qué—

-¡Mi hermano! – exclamó Donghyuck, prácticamente empujando a Mark para quitárselo de encima.

-¿No que no vendría hoy? – cuestionó Mark, quien seguía confundido.

-A veces viene a dormir, pero nunca avisa – respondió Donghyuck, colocándose rápidamente la ropa.

-¿Por qué la prisa? ¿No puedes saludarlo desde aquí o algo? Además, todas mis cosas están en tu habitación, no creo que sospeche.

-Ya sé, pero más vale prevenir.

-No sé por qué, pero creo que vas a cagarla. Se nota que no eres bueno mintiendo – agregó Mark, acomodándose en la cama.

-¿Podrás—ponerte algo de ropa?

-¿Por? ¿Te distraigo? – preguntó con hipocresía mientras que con su mano derecha sacudía su miembro.

Donghyuck rodó los ojos, se giró hacia la puerta, suspiró y sin más salió de la habitación.

 

 

Continuará…

16 de octubre de 2022

Rock Me - Capítulo 11

 

Capítulo 11:
Desalojado

 

Mark cayó exhausto sobre el cuerpo desnudo de Donghyuck, quien aún no se recuperaba de su segundo orgasmo.

Ninguno de los dos decía nada; Mark se quitó de encima de su vecino, ubicándose a su costado izquierdo para después salir de la cama y buscar su cajetilla de cigarros y su encendedor entre los bolsillos de sus pantalones.

Donghyuck aclaró la garganta.

-¿Quieres tomar algo? – cuestionó con timidez el moreno.

Mark sintió cómo su pene reaccionaba tras escucharlo con aquel tono inocente.

-Supongo que no tienes cerveza, ¿verdad? – respondió para después darle una calada a su cigarrillo.

Donghyuck negó con la cabeza.

-Agua está bien – agregó Mark.

Doghyuck hizo por salir de la cama, pero soltó un jadeo de dolor apenas se movió un poco, provocando que Mark riera.

-Yo voy por ella, ¿también quieres? – cuestionó.

Donghyuck asintió, recostándose de nuevo en la cama. Sus piernas aún estaban temblando.

En menos de un minuto, el chico malo ya estaba de vuelta.

-Me tienes sorprendido, Donghyuck – comentó Mark.

El aludido, quien bebía agua, le miró fijamente, indicándole con la mirada que explicara su comentario.

-Le dijiste a Renjun que fue consensuado lo que pasó aquella noche; también compraste las cajetillas de cigarro y hasta un pack de cervezas como te lo pedí.

Donghyuck rompió el contacto visual y depositó el vaso vacío sobre la mesita de noche junto a la cama.

-¿A qué estás jugando? – preguntó Mark; se notaba la insistencia en su voz.

-A nada – pausó Donghyuck -Sólo hice lo que me dijiste.

Mark chasqueó la lengua.

-¿Eres sádico, psicópata o algo por el estilo?

Donghyuck soltó una risilla.

-Quizás un poco de todo.

Mark sonrió.

-M-me gusta lo que me haces – confesó el moreno.

Aquello tomó por sorpresa al chico malo, quien en su vida imaginó escuchar algo así. Sintió cómo toda la sangre de su cuerpo se acumuló en su entrepierna en cuestión de segundos.

-¿Lo que te hago? – cuestionó, lanzando la colilla de cigarro al suelo para después acercarse a Donghyuck.

-Sí – respondió el otro, sin romper el contacto visual, orgulloso del efecto que había provocado en Mark.

-¿Y qué es lo que te hago, Donghyuck? – preguntó el chico malo, poniéndose sobre el cuerpo de su vecino, abriéndose espacio entre sus piernas.

El aludido desvió la mirada, avergonzado por lo que diría.

-Torturarme – confesó.

-No te escuché – contraatacó Mark.

Donghyuck mordió su labio inferior y lo miró fijamente.

-Torturarme – repitió, con voz firme.

Mark lo besó con hambre, como si fuera a arrancarle los labios, la saliva comenzó a escurrir por las comisuras de la boca del otro, quien rompió el beso en busca de oxígeno.

-Me gustaría seguir con esto, pero tengo un ensayo al cual asistir – explicó Mark, para después salir de la cama y comenzar a vestirse.

 

 

 


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-Vaya, vaya, con razón no contestabas mis llamadas – exclamó Jaemin tras ver a Mark salir del departamento de Donghyuck.

El aludido, tras escuchar aquello, cerró con fuerza la puerta y miró con pánico a sus amigos, quienes estaba subiendo las escaleras.

-¿Y bien? ¿Cuál es la excusa que pondrás ahora? – preguntó Jaemin.

-Ninguna – contestó Mark.

-Entonces… ¿lo aceptas? – agregó Jeno.

-¿El qué?

-Que tienes algo con tu vecino – secundó Jaemin.

-Creo que lo que acaban de ver contesta su pregunta – Mark respondió como si nada, mientras abría la puerta de su departamento.

-Oh snap! – exclamaron Jaemin y Jeno en unísono.

-Como sea, ¿qué hacen aquí? Estaba a punto de ir al ensayo.

-Eso ni tú te lo crees – contestó Jeno -Pensamos que te habías emborrachado y desmayado en la calle.

-Ahora resulta que se preocupan por mí.

-Claro que sí, idiota. Somos tus amigos – interrumpió Renjun, sorprendiendo a los tres chicos.

Mark parpadeó un par de veces, tratando de organizar sus pensamientos.

-Renjun—

-Lo siento, Mark. Lamento haber sido tan terco y no haberte escuchado.

-Olvídalo, ya quedó en el pasado.

-Prométeme a dejarás ese comportamiento autodestructivo con el que andas últimamente – pidió Renjun.

-Trato hecho – extendió la mano estrechándola con “el cerebro de la banda”.

-¿Qué pasó aquí al lado que te tiene tan contento, Mark? – murmuró Jaemin.

-¿Tan bueno estuvo todo que hasta te olvidaste de ensayar? – secundó Jeno.

-No es asunto suyo – bufó algo avergonzado.

Aquella inusual reacción en el líder de la banda, provocó risas a sus amigos.

 

 



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[Días después]

 

La presentación en el festival había sido un éxito, incluso habían sido invitados para la próxima edición, además de que fueron contratados para presentarse en la fiesta de la hija de uno de los organizadores.

-Ves, estar de buen humor trae cosas buenas – dijo Jaemin mientras palmeaba el hombro izquierdo del líder.

-Sí, lo que digas – respondió sin mucha importancia el otro; estaba enfocado contando el dinero que recién había ganado -Perfecto, suficiente para—

-Para pagar la renta que debes – interrumpió Renjun -¿O piensas quedarte sin dónde vivir?

-Ya sé, papá. Estoy consciente de eso – bufó Mark.

-¿Hasta cuándo tienes para pagar? – preguntó con curiosidad Jeno.

Mark permaneció en silencio, tratando de hacer memoria; revisó la fecha en su celular y sintió cómo se le bajaba la presión.

-Era hoy, ¿verdad? - Renjun exclamó con decepción.

-Mierda – exclamó Mark.

Los chicos recogieron rápidamente sus instrumentos y pertenencias; partieron hacia la van de Renjun, quien rápidamente condujo en dirección al condominio del líder de la banda.

Tal como se lo imaginaban, la Sr. Cho se encontraba en la puerta junto con dos trabajadores, quienes sacaban las cosas del departamento.

-¡Espere, señora Cho! ¡Aquí tengo el dinero! – gritó Mark con desesperación a la vez que subía de prisa las escaleras -Tenga – insistió.

La mujer rodó los ojos y negó con la cabeza.

-Muy tarde – se limitó a decir.

-¡Pero es lo que le debía, incluso más!

-Lo siento, Mark.

-Pero—

-Tendrás que hacer otro contrato.

-¿Qué?

-Como lo oyes. ¡Chicos, esperen! – detuvo al par de sujetos que se encontraban dentro del departamento -Dejen todo como está, Mark… - se volteó hacia el mencionado -Te voy a dar 20 minutos para que saques algo de ropa y lo que necesites para pasar la noche en otro lugar. No podrás acceder al departamento hasta que haber renovado tu contrato.

El chico asintió, aunque aún estaba confundido.

-Y me llevaré esto – arrebató el dinero de las manos de Mark -Regreso en 20 minutos – advirtió.

Una vez que la mujer se fue, Jaemin, Jeno y Renjun ayudaron a su amigo a regresar las cosas al departamento, ya que Mark ni de loco las dejaría en el pasillo.

-Tienes suerte que no te haya vetado por completo del condominio – comentó Jeno.

-No le conviene, los inquilinos se le van por lo mal que tiene el lugar; le da mantenimiento cada mil años, ¿qué no han visto cómo está todo? – respondió Mark.

-Es verdad – exclamó Jaemin, recorriendo con la mirada el departamento.

-¿En dónde piensas pasar la noche? Puedes quedarte en mi casa – propuso Renjun.

-No te preocupes, ya tengo algo pensado.

-¿Dormirás en la calle para dar lástima a la señora Cho? – preguntó Jeno.

-¡No, idiota! Dormiré con— - Mark detuvo sus palabras apenas se percató de que estaba hablando de más.

-No hace falta que te autocensures, ya entendimos – dijo con burla Jaemin.

 

 



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[20 minutos después]

 

La señora Cho se encontraba tocando la puerta.

-Vaya, qué puntual – murmuró Mark.

Los chicos salieron del departamento; la mujer cerró el lugar con llave.

-Si decides renovar el contrato, ya sabes dónde encontrarme – indicó, para después bajar las escaleras.

-Mierda, qué manipuladora. Obvio lo haré, necesito mis cosas – murmuró Mark apenas la mujer se fue.

-Y parecía buena persona – secundó Renjun -Bueno, Mark, nosotros ya nos vamos. ¿Seguro que no quieres quedarte en mi casa?

-Seguro, nos vemos el sábado en el bar.

Apenas sus amigos salieron del condominio, Mark se apresuró a llevar a cabo su plan. Respiró profundo y se dispuso a tocar la puerta, suplicando en el fondo que su vecino estuviera en casa.

-¿Mark? – cuestionó Donghyuck tras abrir la puerta y encontrarse al chico malo.

-Hola, ¿puedo pasar la noche contigo?

El moreno quedó estático tras aquella pregunta.

 

 

Continuará…

9 de octubre de 2022

Rock Me - Capítulo 10

 

Capítulo 10:
Juego

 

Los días fueron transcurriendo y la “intervención” de Renjun no sirvió de nada; Mark seguía con aquel comportamiento autodestructivo, ignorando a sus amigos y a la banda, culpando al cerebro del grupo por su estado actual, por haberle recordado aquel suceso y haberlo comparado con lo ocurrido con su vecino.

-Hey, maricón. ¿A dónde vas tan de prisa? – exclamó Mark quien estaba recargado en el marco de la puerta de su departamento. En una mano tenía una botella de vodka y la otra se encontraba en el trasero de una de sus chicas de “una noche”.

Donghyuck, quien acababa de salir de su departamento rumbo a una cafetería en donde se reuniría con Jungwoo y un amigo de éste, prefirió ignorar aquello. Desde aquel segundo suceso, Mark se había comportado como antes; le insultaba cada vez que lo veía, a veces le lanzaba envolturas de los snacks que estuviera comiendo o colillas de cigarro, acompañado de la frase:

 

“Pensé que era el bote de basura, perdón.”

 

Donghyuck no podía negar que aquello en verdad le lastimaba, pero no hacía nada al respecto, ya que siempre se excusaba con que quería paz y tranquilidad, aunque por dentro moría de ganas por darle un puñetazo a Mark.

Casi todas las noches tenía que soportar sus gemidos combinados con los de alguna chica que metiera a su departamento, estaba cansado. Incluso llegó a pensar en pedirle a Johnny que se cambiaran a otro piso, pero su hermano rara vez estaba; su romance le tenía cegado y prácticamente atrapado.

-Te estoy hablando – insistió Mark, lanzándole un poco de vodka apenas Donghyuck dio un par de pasos rumbo a las escaleras.

-Responde, maricón o… ¿nos tienes miedo a los heterosexuales? – secundó la chica, acariciando el pecho de Mark con la mano izquierda.

-No, me dan asco – contestó Donghyuck, para después bajar de prisa las escaleras.

Mark gruñó ante aquel comentario, jalando con fuerza a la chica hacia dentro del departamento para desquitar con su cuerpo toda la frustración que llevaba en su interior.

 



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Mark nuevamente estaba recargado en el marco de la puerta de su departamento, la chica recién se había ido. Se sentía molesto, insatisfecho… pero ni así reconocería que en realidad quería tener sexo con un chico… uno que subía las escaleras en compañía de otro.

-Entonces, ¿qué película vemos?

Mark no podía creer lo que estaba viendo, Donghyuck estaba tomado de las manos con aquel sujeto, a leguas se notaba el coqueteo.

-La que tú quieras – contestó el acompañante de Donghyuck.

El chico malo los quería asesinar con la mirada, el moreno notó aquello por el rabillo del ojo, sonriendo para sus adentros. Él también estaba jugando a lo que sea que Mark intentaba jugar.

Ambos ingresaron al departamento.

-Hijo de puta – exclamó Mark, lanzando su cigarrillo al suelo y pisándolo para apagarlo. Ingresó a su departamento dando un fuerte portazo que hizo vibrar todo el piso.

Los gemidos no se hicieron esperar luego de unos 15 minutos.

Furioso, Mark se dio un baño y se hizo unos fideos instantáneos para cenar mientras miraba unos vídeos en su celular, buscando distraerse.

-¿Qué no fui suficiente? ¿Qué acaso es una puta para abrirle las piernas a cualquiera que le hable bonito? – Mark peleaba consigo mismo.

De pronto, el vídeo se detuvo y apareció la ventana de “llamada entrante”.

-¿Qué? – contestó de mala gana; era Jeno.

 

-¿Por qué no has venido a ensayar?

 

-¿Ensayar? ¿De qué hablas?

 

-Maldita sea, Mark. Tenemos presentación en dos días.

 

-¿Ah?

 

-¿Tienes idea de la fecha en la que estamos? ¿Renjun no ha hablado contigo sobre la presentación en el festival de otoño?

 

-No he visto a ese imbécil en días.

 

-Bueno pues ese imbécil nos consiguió un lugar en el festival y la paga es demasiado buena, tanto que podrás saldar tu estúpida deuda con la dueña del condominio antes de que te saque.

 

-Nadie va a sacarme.

 

-No te hagas al que no sabes.

 

Su amigo tenía razón, en el bote de basura de la cocina se encontraba la hoja con el anuncio de desalojo si no pagaba la renta antes del último día del mes.

 

-En fin, trae tu trasero a mi casa.

 

Mark bufó.

 

-Está bien – sin más, cortó la llamada.

 

Fue a su habitación a cambiarse. Los gemidos habían cesado.

-¿Se habrá ido? – preguntó al aire.

Sacudió la cabeza, buscando alejar aquellas tontas dudas de su mente. Tomó su bajo y su mochila y salió del departamento. Mientras aseguraba la puerta, se percató de que había alguien observándolo a un lado.

-Perdón por el ruido – dijo Donghyuck.

Mark apretó los ojos y sonrió tras escuchar aquellas palabras. Sin importarle nada, se acercó a prisa a Donghyuck, tomándolo del cuello.

-Dime, Mark, ¿te damos miedo los maricones? – cuestionó Donghyuck, mirándolo fijamente, luchando por pronunciar cada una de las palabras lo más claro posible a pesar de que su cuello era apretado con fuerza.

El aludido pudo escuchar un “crack” en su interior.

-No te atrevas a jugar conmigo, Donghyuck – advirtió.

-Ya lo estoy haciendo – con dificultad, dibujó una sonrisa de triunfo en su rostro.

Mark apretó con más fuerza, Donghyuck gimió a propósito. Sus respiraciones se estrellaban en el rostro del otro, estaba agitados, con el corazón a punto de salírseles del pecho y con sus entrepiernas creciendo a medida que pasaban los segundos.

El celular de Mark comenzó a sonar, provocando que éste soltara a Donghyuck.

-Ya voy, mierda – reclamó apenas contestó la llamada de Jeno.

Donghyuck seguía sin borrar aquella sonrisa.

Mark lo observó de pies a cabeza, sin encontrar las palabras adecuadas para enfrentarlo. Por primera vez se sentía inferior.

-¿Seguimos jugando? – cuestionó Donghyuck.

Mark no pudo más, se lanzó a los labios del otro, quien gustoso los recibió. Ambos ingresaron al departamento de Donghyuck, mientras prácticamente tropezaban con todo a su paso a medida que se dirigían a la habitación del moreno.

El chico malo retiró la camisa del otro, lanzándola por algún lugar de la habitación; había algo que siempre se aseguraba de hacer cuando tenía sexo con hombres y eso era dejarlos desnudos, pues necesitaba sentir la calidez de su cuerpo, rozar sus pezones… escuchar su corazón.

Donghyuck cayó en la cama tras ser empujado por Mark, quien gateo entre sus piernas hasta quedar completamente sobre su cuerpo, los besos no habían cesado, sólo se separaban para tomar un poco de aire y continuar.

-Anh… mnh… - gimió Donghyuck cuando sintió la húmeda lengua de Mark lamer su pezón, para después succionarlo y tirar de éste con los dientes, provocándole una sensación de dolor y placer.

-Vaya, con que eres sensible aquí – murmuró Mark, cambiando al pezón derecho, repitiendo la misma acción, disfrutando de cómo el cuerpo del otro reaccionaba a lo que le hacía.

Pero Mark no podía borrar de su mente que, en aquella cama, Donghyuck acababa de tener sexo con otro chico; la habitación aún olía al perfume de aquel intruso, mezclado con olor a sudor. Donghyuck olía a jabón, pero aún conservaba chupetones en el cuerpo.

Molesto con aquello, se incorporó y sin más, le dio una cachetada a Donghyuck, tan fuerte que la cabeza del chico terminó girando hacia su costado derecho.

-¿Q-qué—

Otra.

-M-Ma—

Otra.

La cabeza de Donghyuck se turnaba entre izquierda y derecha.

-No has sido un bien chico, Donghyuck – murmuró en su oído derecho.

El aludido le miró fijamente.

-¿Creíste que iba a dejar pasar lo que acabas de hacer?

Donghyuck sonrió levemente; ahí estaba aquello que le despertaba sensaciones oscuras.

-¿Te parece divertido?

Donghyuck se incorporó hasta llegar al oído derecho de Mark.

-Castígame.

Y el aludido estuvo a punto de venirse con aquella palabra.

Nuevamente se lanzó a sus labios, mordiéndolos con fuerza, sus dientes chocaron un par de veces debido a la intensidad y salvajismo con el que se besaban.

Mark se separó; llevó su mano derecha hacia la boca de Donghyuck. Primero acarició su labio inferior con el dedo pulgar, para después introducirlo en su boca; Donghyuck succionó aquel dígito, como si se tratara del pene de Mark.

El chico malo sacó y metió su dedo unas cuantas veces hasta sacarlo por completo e introducir con rapidez el dedo índice y el medio, repitiendo el movimiento.

Sintió el miembro de Donghyuck chocar contra su vientre; la cabeza ya se encontraba bañada en pre-semen. Sin más, retiró los dedos en la boca de Donghyuck y los bajó hacia su entrada.

Donghyuck soltó un leve gemido cuando sintió cómo el dedo índice de Mark entraba en él.

Con la mano izquierda, Mark tomó las muñecas del chico y pasó sus brazos sobre su cabeza. Aceleró el movimiento de sus dedos, encontrando su próstata.

-Dime, Donghyuck – murmuró en su oído -¿Acaso aquel chico te hizo gemir tanto como yo?

-N-no…

-¿Hizo que te mojaras tanto como yo?

-Ah—no…

De la nada, Mark detuvo todos sus movimientos y retiró los dedos del interior del otro.

-Entonces, demuéstramelo – ordenó, separándose del cuerpo del moreno.

-¿Cómo? – cuestionó agitado Donghyuck.

Mark bajó su mano derecha hasta su pene, sacudiéndolo un poco; estaba semi-erecto.

Donghyuck tragó fuerte y gateó sobre la cama hasta quedar frente a Mark, quien se había bajado de ésta para poder disfrutar completamente de aquel espectáculo a punto de comenzar. Donghyuck se hincó sobre la cama, mientras Mark se mantuvo de pie.

El chico malo cerró los ojos apenas sintió la cálida y húmeda lengua del otro, lamer la punta de su pene, mientras una de sus manos acariciaba sus testículos.

Donghyuck no estaba muy seguro de cómo proceder; era la segunda vez que hacía algo así.

-Mételo a tu boca – ordenó Mark tras otra la duda en el rostro de su vecino.

El aludido asintió, tomó el miembro con ambas manos y lo metió casi por completo a su boca. Apenas sintió cómo la punta de éste chocaba contra su úvula, quiso sacarlo, pero la mano de Mark en su cabeza se lo impidió.

-Chúpalo – indicó el chico malo.

Donghyuck cerró los ojos y obedeció. Al poco rato, la sensación de asfixia había sido sustituida por una de placer, en donde Mark gemía sin vergüenza alguna, al mismo tiempo que embestía con fuerza la boca del otro.

-Ah… estoy—cerca – Mark jadeó con dificultad.

El moreno sintió su boca llenarse de aquel cálido líquido, que estuvo a punto de escupir.

-No, no – advirtió Mark -Trágalo – ordenó con voz seria.

Donghyuck asintió y obedeció. Mark sonrió de oreja a oreja, retirando su pene de la boca del otro, disfrutando cómo un hilo de saliva conectaba la punta de este con los labios de su vecino.

-¿Qué te dije sobre venirse sin avisar? – exclamó Mark.

Donghyuck sintió un escalofrío recorrer su espalda, no supo en que momento aquello había pasado.

Mark negó con la cabeza y chasqueó la lengua.

-Hoy sí que te has portado muy mal – bufó. Dándose la vuelta para sin más, comenzar a recoger su ropa.

Donghyuck bajó con rapidez de la cama, tomando del brazo a Mark, deteniendo sus movimientos.

-Lo siento – suplicó -Me portaré bien, lo prometo. Perdón – rozaba sus duros pezones contra el brazo derecho del chico malo.

-Te acostaste con otro, quisiste pasar sobre mi autoridad, terminaste sin avisar, ¿no es suficiente? – comenzó a jalarse del brazo.

-N-no… no me acosté con él, de verdad. Sólo fingí – lloriqueó.

-Además, mientes, ¿crees que no “leí la habitación”? Tu cuerpo está más sensible de costumbre—

Las palabras de Mark fueron interrumpidas por los labios de Donghyuck, quien sin dudarlo, introdujo su lengua a pesar de no tener la mínima de idea de cómo moverla.

Mark lo separó con algo de brusquedad.

-No me dejes así, de verdad te necesito – suplicó Donghyuck; tenía los ojos llorosos, la nariz y las mejillas sonrojadas.

-Prométeme que no te acostarás con nadie más.

Donghyuck asintió repetidas veces.

-Que sólo recurrirás a mí para darte placer.

Nuevamente, asintió.

-Perfecto – Mark susurró contra los labios del otro, para después atacarlos con hambre, regresándolo a la cama.

Donghyuck echó la cabeza hacia atrás cuando sintió la lengua de Mark lamer su entrada, volviendo a dilatarlo.

Mark estrujó los muslos del chico, cuyas piernas descansaban en sus hombros, haciéndole más fácil el acceso a su entrepierna.

Donghyuck sentía que, en cualquier momento moriría de placer, sus manos estrujaban las sábanas debajo de su cuerpo, las venas de su cuello parecía que iban a reventar; mordía sus labios hasta casi hacerlos sangrar.

Mark sintió que el chico estaba a punto de acabar, así que se detuvo; tomó uno de los condones en la mesita de noche junto a la cama, tratando de no pensar mucho en el por qué se encontraban ahí. Lo abrió con los dientes y tras colocárselo, se acomodó entre las piernas de Donghyuck.

El moreno dejó escapar un sonoro gemido cuando sintió cómo Mark entraba por completo en él.

-Eso te pasa por portarte mal – indicó Mark, mirándolo fijamente, para después mover sus caderas con fuerza.

Donghyuck apretó los ojos tras sentir aquella ola de dolor y placer atacar su cuerpo.

 

 

 


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-Maldita sea, no me contesta – bufó Jaemin tras haber llamado por enésima vez al líder de la banda.

-¿Y si vamos a buscarlo? Capaz y está ebrio y tirado en la calle – propuso Jeno.

-¿Qué dices, Renjun?

-Sí, vayamos a verlo.

 

Continuará…

2 de octubre de 2022

Rock Me - Capítulo 9

 

Capítulo 9:
Coping*

 

[Dos días después]

 

 -¿Desde cuándo fumas? – cuestionó Jungwoo tras escuchar lo que se amigo había pedido al muchacho detrás de la caja registradora en la tienda de conveniencia.

-No es para mí, ¿encontraste lo que te pedí? – respondió.

Jungwoo rodó los ojos y asintió.

-Sí, aquí están – depositó un paquete de seis latas de cerveza sobre el mostrador de la caja.

-¿Sería todo? – cuestionó el cajero.

-Sí – contestó Donghyuck.

El moreno tomó la bolsa con la compra y salió de la tienda de conveniencia en compañía de su amigo.

-¿En qué andas metido? – preguntó Jungwoo.

-No puedo decirte, sólo… espérame aquí. Ya regreso – indicó e ingresó a su condominio.

Una vez que estuvo frente a la puerta de Mark, al cual no había visto ni escuchado en aquellos dos días, colgó la bolsa en el pomo de la puerta y se fue de ahí; se encontraba en pleno cierre de semestre, por lo que le llovían exámenes y proyectos, los últimos los prefería hacer en casa de Jungwoo para no desconcentrarse.

-Listo, vámonos – indicó Donghyuck tras salir del condominio.

-¿Tiene algo que ver con las marcas en tus muñecas y en tu cuello? – preguntó de la nada su amigo.

El moreno le miró asustado.

-Ok, no preguntaré más – suspiró Jungwoo -Sólo cuídate mucho, ¿de acuerdo?

-No te preocupes, todo es… - detuvo sus palabras tras notar que tenía toda la atención de su amigo -…nada, olvídalo.

Jungwoo asintió.

Cerca de 5 minutos después, llegó su Uber y sin más, partieron a la casa de Jungwoo.




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Mark se encontraba subiendo las escaleras hacia su departamento en compañía sus amigos. Había estado dos días escondido en casa de Renjun, esta vez para evitar a la Sr. Cho, ya que la fecha para pagar la renta, había llegado y el chico malo, nuevamente, no tenía dinero.

-¿Qué es esto? – cuestionó Jaemin apenas llegaron al piso correspondiente.

En el pomo de la puerta estaba colgada una bolsa.

-Vaya – exclamó Mark, retirando la bolsa, para después revisar su contenido.

Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro del chico malo. Ahí estaba lo que había pedido, incluso más.

-Interesante – agregó; inconscientemente miró hacia la puerta de al lado.

Renjun observó con detenimiento el extraño comportamiento de su amigo. Su instinto rara vez se equivocaba.

-Bueno, ¿vamos a entrar o no? – comentó Jeno.

Mark salió de su burbuja y abrió el departamento.

La razón de aquella reunión era para planear la presentación que harían en un festival de bandas; aquella oportunidad había llegado por parte del dueño del nuevo bar donde tocaban. Al principio Mark se negó rotundamente, pues… le traía malos recuerdos; sin embargo, Renjun logró convencerlo, además de que la paga era bastante buena, así que terminó aceptando.

-Perfecto, entonces nos turnaremos los ensayos entre la casa de Renjun y aquí.

-¿No crees que se moleste tu vecino? – preguntó Jaemin; su tono insinuaba otra cosa.

-No importa – contestó Mark.

-¿Cómo es que lograste calmarlo, eh? – agregó Jeno.

-Quieres otro golpe, ¿verdad? – advirtió Mark, levantando el puño derecho.

-Basta – interrumpió Renjun -Ustedes dos, ¿tienen como irse?

-¿Por? ¿No se suponía que tú nos llevarías? – respondió Jeno.

-No, tengo algo que discutir con Mark.

-¿Entonces para que nos preguntas? – bufó Jaemin -Pediré un Uber.

Cerca de 20 minutos después, Jaemin y Jeno, ya no se habían ido.

-Entonces… ¿qué es ese algo? – cuestionó Mark, abriendo la primera lata de cerveza del paquete que había en la bolsa.

-¿Quién te dejó la bolsa? – cuestionó Renjun.

-No sé – dio otro sorbo a su bebida.

-Dime la verdad.

El chico malo suspiró con cansancio.

-Es quien estás pensando – contestó, mirando fijamente a su amigo.

-Lo tienes amenazado, ¿verdad?

-No.

-Claro que sí. Él dijo que fue consensuado, pero—

Mark abrió los ojos cuando escuchó aquella palabra.

-¿Eso fue lo que dijo? – interrumpió al otro.

Renjun parpadeó un par de veces, tratando de salir de su confusión.

-Bueno, entonces… ¿cuál es el problema?

-El problema es que estoy seguro de que abusaste de él. Te vi maltratar a los chicos cuando pasó aquello con ese hombre, pero nunca pensé que serías capaz de hacer lo que él intent—

Mark, quien estaba sentado en el único sofá de la sala, se puso de pie intempestivamente.

-¡Basta! No vuelvas a mencionar “eso”.

Renjun cayó en cuenta de lo que acababa de decir.

-Lo siento, pero—

-Basta, Renjun. Vete.

-Mark, si descubro que en verdad abusaste de ese chico, juro que voy a denunciarte.

El aludido quedó estático, pero rápidamente se recompuso.

-No tienes pruebas de lo que estás diciendo, es algo que te inventaste.

-¡Lo vi con marcas en el cuerpo!

-¿Y qué?

-Mark—

-Si no dejas por la paz ese tema, voy a cancelar nuestra presentación en el festival; sé lo que emocionados que están por participar, así que sería una pena que por tu culpa todo se fuera a la mierda, ¿no? -  advirtió -Una vez más, no soy gay y lo que pasó con ese chico fue un desliz, consensuado, del que NADIE más debe saber.

Renjun asintió.

-De acuerdo – contestó cabizbajo.

Una vez que Renjun se fue, Mark pateó el sofá de su sala. ¿Cómo se atrevía a amenazarle? Y peor aún, recordarle aquel suceso…

 

“Pero nunca pensé que serías capaz de hacer lo que él intentó…”

 

Renjun tenía razón; había abusado de Donghyuck. Se había convertido en aquel asqueroso sujeto.

Pero, ¿y lo que pasó un par de días atrás? Donghyuck no opuso resistencia, incluso había participado y pedido ser esposado.

 

¿Debía alejarse él?

¿Justo cuando acababa de encontrar alguien que le diera tanto placer?

¿Todo por no querer aceptar que es gay?

¿Era gay?

 


 

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Las semanas transcurrieron, Mark había regresado al de antes; aquel chico malo sumido en el alcohol, tabaco y drogas. Evitaba por todos los medios toparse con Donghyuck ya que le culpaba por hacerlo cuestionarse su sexualidad.

El día del festival había llegado, Mark, para variar, estaba alcoholizado y sus amigos estaban en crisis ya que no sabían si podrían presentarse debido al estado de su “líder”.

-¡Suéltenme! No necesito su ayuda – gritó, alejando a Jeno y Renjun, quienes le estaba ayudando a ponerse de pie luego que haberse caído en las escaleras que conducían al pasillo rumbo al escenario.

-Mierda, Mark, ¿qué rayos te pasa? ¿Por qué has estado así? – preguntó Jaemin.

-Qué demonios te importa, ¿en dónde está mi bajo? – cuestionó el aludido.

-Yo lo tengo – contestó Renjun -Esto va a ser un desastre – murmuró para sí mismo.

-¡Es culpa tuya! – gritó Mark.

-¿Qué? ¿Culpa de Renjun? – preguntó Jeno.

-Sí, todo es su maldita culpa – se quejó Mark.

Apenas llegaron al escenario, Renjun se acercó al organizador del evento.

-Pido disculpas de antemano por el comportamiento de mi amigo. Está pasando por un momento difícil y usa los excesos como escape – explicó al señor.

-Si daña algún equipo o algo, se descontará de su paga – se limitó a decir el organizador cuyo rostro reflejaba su molestia ante el comportamiento de Mark.

Si bien era común toparse con bandas cuyos miembros estuvieran bajo los efectos de alguna sustancia, pero muy pocas veces había tenido tantos problemas como con el líder de “Knives & Roses”, quien ya llevaba varias cosas rotas y también había amenazado a varias personas.

La culpa comía por dentro a Renjun; jamás imaginó que aquella conversación con Mark provocara dicho efecto en él.

 

¿Y si todo el tiempo dijo la verdad?

 

La presentación finalizó, Mark se equivocó varias veces e incluso se le olvidó una que otra parte de las dos canciones que presentaron; por suerte, Jeno era buena improvisando y le ayudó tocando su parte, mientras que Jaemin hacía “tiempo” con la batería y Renjun invitaba al público a “hacer ruido”.

-Tuvimos suerte que al menos ganamos algo – suspiró Renjun tras haber repartido lo correspondiente a cada miembro.

Todos se encontraban camino al estacionamiento, en donde Renjun había estacionado su van.

-$5 dólares cada uno, ¡¿es una broma?! – reclamó Jaemin, quien rápidamente se acercó a Mark, el cual se había quedado atrás pues se encontraba intentando encender un cigarrillo. Le lanzó un puñetazo -¡Todo por tu culpa!

Mark cayó al suelo tras recibir el impacto, estaba demasiado alcoholizado como para esquivar o incluso responder a aquel acto.

Jeno ayudó a su líder a ponerse de pie.

-Mark tiene razón – comentó Renjun, llamando la atención de Jeno y Jaemin -Es mi culpa que esté así.

-¿Por qué? – cuestionó Jaemin.

Jeno arrastró a Mark hacia la van; una vez que éste fue prácticamente lanzado a la parte de atrás, donde guardaban su equipo, caminó hacia donde se encontraban sus dos amigos.

Renjun esperó a que Jeno estuviera con ellos para poder explicarse.

-¿Recuerdan la bolsa que vimos en su puerta? – cuestionó.

Ambos chicos asintieron.

-Se la dejó Donghyuck, su vecino – tomó aire -Le pedí que me contara la verdad, pero como siempre, no lo hizo. Le dije que estaba seguro de que había abusado de él y que lo tenía amenazado para que no dijera nada, también le amenacé con denunciarlo si averiguaba la verdad e incluso toqué el tema de su intento de violación y… ahí fue donde supe que había hecho mal; no debí haberlo mencionado pues sé lo mucho que le afectó, pero es que… me sentía tan frustrado—

-¿Es por eso que está así o es algo más? – interrumpió Jaemin.

-No sé, ustedes son testigos de lo mucho que ha cambiado – respondió Renjun.

-Sí, es el Mark que conocí, el que no había ido a terapia ni rehabilitación – secundó Jeno -¿Será una recaída?

-Creo que… volveré a hablar con él, un día que lo encuentre sobrio – dijo Renjun.

Dieron por finalizada aquella conversación y subieron a la van rumbo a sus destinos.

 

 

Continuará…