Capítulo 11:
Desalojado
Mark cayó
exhausto sobre el cuerpo desnudo de Donghyuck, quien aún no se recuperaba de su
segundo orgasmo.
Ninguno de
los dos decía nada; Mark se quitó de encima de su vecino, ubicándose a su
costado izquierdo para después salir de la cama y buscar su cajetilla de
cigarros y su encendedor entre los bolsillos de sus pantalones.
Donghyuck
aclaró la garganta.
-¿Quieres
tomar algo? – cuestionó con timidez el moreno.
Mark sintió
cómo su pene reaccionaba tras escucharlo con aquel tono inocente.
-Supongo que
no tienes cerveza, ¿verdad? – respondió para después darle una calada a su
cigarrillo.
Donghyuck
negó con la cabeza.
-Agua está
bien – agregó Mark.
Doghyuck hizo
por salir de la cama, pero soltó un jadeo de dolor apenas se movió un poco,
provocando que Mark riera.
-Yo voy por
ella, ¿también quieres? – cuestionó.
Donghyuck
asintió, recostándose de nuevo en la cama. Sus piernas aún estaban temblando.
En menos de
un minuto, el chico malo ya estaba de vuelta.
-Me tienes
sorprendido, Donghyuck – comentó Mark.
El aludido,
quien bebía agua, le miró fijamente, indicándole con la mirada que explicara su
comentario.
-Le dijiste a
Renjun que fue consensuado lo que pasó aquella noche; también compraste las
cajetillas de cigarro y hasta un pack de cervezas como te lo pedí.
Donghyuck
rompió el contacto visual y depositó el vaso vacío sobre la mesita de noche
junto a la cama.
-¿A qué estás
jugando? – preguntó Mark; se notaba la insistencia en su voz.
-A nada –
pausó Donghyuck -Sólo hice lo que me dijiste.
Mark chasqueó
la lengua.
-¿Eres
sádico, psicópata o algo por el estilo?
Donghyuck
soltó una risilla.
-Quizás un
poco de todo.
Mark sonrió.
-M-me gusta
lo que me haces – confesó el moreno.
Aquello tomó
por sorpresa al chico malo, quien en su vida imaginó escuchar algo así. Sintió
cómo toda la sangre de su cuerpo se acumuló en su entrepierna en cuestión de
segundos.
-¿Lo que te
hago? – cuestionó, lanzando la colilla de cigarro al suelo para después
acercarse a Donghyuck.
-Sí –
respondió el otro, sin romper el contacto visual, orgulloso del efecto que
había provocado en Mark.
-¿Y qué es lo
que te hago, Donghyuck? – preguntó el chico malo, poniéndose sobre el cuerpo de
su vecino, abriéndose espacio entre sus piernas.
El aludido
desvió la mirada, avergonzado por lo que diría.
-Torturarme –
confesó.
-No te
escuché – contraatacó Mark.
Donghyuck
mordió su labio inferior y lo miró fijamente.
-Torturarme –
repitió, con voz firme.
Mark lo besó
con hambre, como si fuera a arrancarle los labios, la saliva comenzó a escurrir
por las comisuras de la boca del otro, quien rompió el beso en busca de
oxígeno.
-Me gustaría
seguir con esto, pero tengo un ensayo al cual asistir – explicó Mark, para
después salir de la cama y comenzar a vestirse.
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-Vaya, vaya,
con razón no contestabas mis llamadas – exclamó Jaemin tras ver a Mark salir
del departamento de Donghyuck.
El aludido,
tras escuchar aquello, cerró con fuerza la puerta y miró con pánico a sus
amigos, quienes estaba subiendo las escaleras.
-¿Y bien?
¿Cuál es la excusa que pondrás ahora? – preguntó Jaemin.
-Ninguna –
contestó Mark.
-Entonces…
¿lo aceptas? – agregó Jeno.
-¿El qué?
-Que tienes
algo con tu vecino – secundó Jaemin.
-Creo que lo
que acaban de ver contesta su pregunta – Mark respondió como si nada, mientras
abría la puerta de su departamento.
-Oh snap! –
exclamaron Jaemin y Jeno en unísono.
-Como sea,
¿qué hacen aquí? Estaba a punto de ir al ensayo.
-Eso ni tú te
lo crees – contestó Jeno -Pensamos que te habías emborrachado y desmayado en la
calle.
-Ahora
resulta que se preocupan por mí.
-Claro que
sí, idiota. Somos tus amigos – interrumpió Renjun, sorprendiendo a los tres
chicos.
Mark parpadeó
un par de veces, tratando de organizar sus pensamientos.
-Renjun—
-Lo siento,
Mark. Lamento haber sido tan terco y no haberte escuchado.
-Olvídalo, ya
quedó en el pasado.
-Prométeme a
dejarás ese comportamiento autodestructivo con el que andas últimamente – pidió
Renjun.
-Trato hecho
– extendió la mano estrechándola con “el cerebro de la banda”.
-¿Qué pasó
aquí al lado que te tiene tan contento, Mark? – murmuró Jaemin.
-¿Tan bueno
estuvo todo que hasta te olvidaste de ensayar? – secundó Jeno.
-No es asunto
suyo – bufó algo avergonzado.
Aquella
inusual reacción en el líder de la banda, provocó risas a sus amigos.
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[Días después]
La
presentación en el festival había sido un éxito, incluso habían sido invitados
para la próxima edición, además de que fueron contratados para presentarse en
la fiesta de la hija de uno de los organizadores.
-Ves, estar
de buen humor trae cosas buenas – dijo Jaemin mientras palmeaba el hombro
izquierdo del líder.
-Sí, lo que
digas – respondió sin mucha importancia el otro; estaba enfocado contando el
dinero que recién había ganado -Perfecto, suficiente para—
-Para pagar
la renta que debes – interrumpió Renjun -¿O piensas quedarte sin dónde vivir?
-Ya sé, papá.
Estoy consciente de eso – bufó Mark.
-¿Hasta
cuándo tienes para pagar? – preguntó con curiosidad Jeno.
Mark
permaneció en silencio, tratando de hacer memoria; revisó la fecha en su
celular y sintió cómo se le bajaba la presión.
-Era hoy,
¿verdad? - Renjun exclamó con decepción.
-Mierda – exclamó
Mark.
Los chicos
recogieron rápidamente sus instrumentos y pertenencias; partieron hacia la van
de Renjun, quien rápidamente condujo en dirección al condominio del líder de la
banda.
Tal como se
lo imaginaban, la Sr. Cho se encontraba en la puerta junto con dos
trabajadores, quienes sacaban las cosas del departamento.
-¡Espere,
señora Cho! ¡Aquí tengo el dinero! – gritó Mark con desesperación a la vez que
subía de prisa las escaleras -Tenga – insistió.
La mujer rodó
los ojos y negó con la cabeza.
-Muy tarde –
se limitó a decir.
-¡Pero es lo
que le debía, incluso más!
-Lo siento,
Mark.
-Pero—
-Tendrás que
hacer otro contrato.
-¿Qué?
-Como lo
oyes. ¡Chicos, esperen! – detuvo al par de sujetos que se encontraban dentro
del departamento -Dejen todo como está, Mark… - se volteó hacia el mencionado -Te
voy a dar 20 minutos para que saques algo de ropa y lo que necesites para pasar
la noche en otro lugar. No podrás acceder al departamento hasta que haber
renovado tu contrato.
El chico
asintió, aunque aún estaba confundido.
-Y me llevaré
esto – arrebató el dinero de las manos de Mark -Regreso en 20 minutos –
advirtió.
Una vez que
la mujer se fue, Jaemin, Jeno y Renjun ayudaron a su amigo a regresar las cosas
al departamento, ya que Mark ni de loco las dejaría en el pasillo.
-Tienes
suerte que no te haya vetado por completo del condominio – comentó Jeno.
-No le
conviene, los inquilinos se le van por lo mal que tiene el lugar; le da
mantenimiento cada mil años, ¿qué no han visto cómo está todo? – respondió
Mark.
-Es verdad –
exclamó Jaemin, recorriendo con la mirada el departamento.
-¿En dónde
piensas pasar la noche? Puedes quedarte en mi casa – propuso Renjun.
-No te
preocupes, ya tengo algo pensado.
-¿Dormirás en
la calle para dar lástima a la señora Cho? – preguntó Jeno.
-¡No, idiota!
Dormiré con— - Mark detuvo sus palabras apenas se percató de que estaba
hablando de más.
-No hace
falta que te autocensures, ya entendimos – dijo con burla Jaemin.
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[20 minutos después]
La señora Cho
se encontraba tocando la puerta.
-Vaya, qué
puntual – murmuró Mark.
Los chicos
salieron del departamento; la mujer cerró el lugar con llave.
-Si decides
renovar el contrato, ya sabes dónde encontrarme – indicó, para después bajar
las escaleras.
-Mierda, qué
manipuladora. Obvio lo haré, necesito mis cosas – murmuró Mark apenas la mujer
se fue.
-Y parecía
buena persona – secundó Renjun -Bueno, Mark, nosotros ya nos vamos. ¿Seguro que
no quieres quedarte en mi casa?
-Seguro, nos
vemos el sábado en el bar.
Apenas sus
amigos salieron del condominio, Mark se apresuró a llevar a cabo su plan.
Respiró profundo y se dispuso a tocar la puerta, suplicando en el fondo que su
vecino estuviera en casa.
-¿Mark? –
cuestionó Donghyuck tras abrir la puerta y encontrarse al chico malo.
-Hola, ¿puedo
pasar la noche contigo?
El moreno
quedó estático tras aquella pregunta.
Continuará…
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