16 de octubre de 2022

Rock Me - Capítulo 11

 

Capítulo 11:
Desalojado

 

Mark cayó exhausto sobre el cuerpo desnudo de Donghyuck, quien aún no se recuperaba de su segundo orgasmo.

Ninguno de los dos decía nada; Mark se quitó de encima de su vecino, ubicándose a su costado izquierdo para después salir de la cama y buscar su cajetilla de cigarros y su encendedor entre los bolsillos de sus pantalones.

Donghyuck aclaró la garganta.

-¿Quieres tomar algo? – cuestionó con timidez el moreno.

Mark sintió cómo su pene reaccionaba tras escucharlo con aquel tono inocente.

-Supongo que no tienes cerveza, ¿verdad? – respondió para después darle una calada a su cigarrillo.

Donghyuck negó con la cabeza.

-Agua está bien – agregó Mark.

Doghyuck hizo por salir de la cama, pero soltó un jadeo de dolor apenas se movió un poco, provocando que Mark riera.

-Yo voy por ella, ¿también quieres? – cuestionó.

Donghyuck asintió, recostándose de nuevo en la cama. Sus piernas aún estaban temblando.

En menos de un minuto, el chico malo ya estaba de vuelta.

-Me tienes sorprendido, Donghyuck – comentó Mark.

El aludido, quien bebía agua, le miró fijamente, indicándole con la mirada que explicara su comentario.

-Le dijiste a Renjun que fue consensuado lo que pasó aquella noche; también compraste las cajetillas de cigarro y hasta un pack de cervezas como te lo pedí.

Donghyuck rompió el contacto visual y depositó el vaso vacío sobre la mesita de noche junto a la cama.

-¿A qué estás jugando? – preguntó Mark; se notaba la insistencia en su voz.

-A nada – pausó Donghyuck -Sólo hice lo que me dijiste.

Mark chasqueó la lengua.

-¿Eres sádico, psicópata o algo por el estilo?

Donghyuck soltó una risilla.

-Quizás un poco de todo.

Mark sonrió.

-M-me gusta lo que me haces – confesó el moreno.

Aquello tomó por sorpresa al chico malo, quien en su vida imaginó escuchar algo así. Sintió cómo toda la sangre de su cuerpo se acumuló en su entrepierna en cuestión de segundos.

-¿Lo que te hago? – cuestionó, lanzando la colilla de cigarro al suelo para después acercarse a Donghyuck.

-Sí – respondió el otro, sin romper el contacto visual, orgulloso del efecto que había provocado en Mark.

-¿Y qué es lo que te hago, Donghyuck? – preguntó el chico malo, poniéndose sobre el cuerpo de su vecino, abriéndose espacio entre sus piernas.

El aludido desvió la mirada, avergonzado por lo que diría.

-Torturarme – confesó.

-No te escuché – contraatacó Mark.

Donghyuck mordió su labio inferior y lo miró fijamente.

-Torturarme – repitió, con voz firme.

Mark lo besó con hambre, como si fuera a arrancarle los labios, la saliva comenzó a escurrir por las comisuras de la boca del otro, quien rompió el beso en busca de oxígeno.

-Me gustaría seguir con esto, pero tengo un ensayo al cual asistir – explicó Mark, para después salir de la cama y comenzar a vestirse.

 

 

 


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-Vaya, vaya, con razón no contestabas mis llamadas – exclamó Jaemin tras ver a Mark salir del departamento de Donghyuck.

El aludido, tras escuchar aquello, cerró con fuerza la puerta y miró con pánico a sus amigos, quienes estaba subiendo las escaleras.

-¿Y bien? ¿Cuál es la excusa que pondrás ahora? – preguntó Jaemin.

-Ninguna – contestó Mark.

-Entonces… ¿lo aceptas? – agregó Jeno.

-¿El qué?

-Que tienes algo con tu vecino – secundó Jaemin.

-Creo que lo que acaban de ver contesta su pregunta – Mark respondió como si nada, mientras abría la puerta de su departamento.

-Oh snap! – exclamaron Jaemin y Jeno en unísono.

-Como sea, ¿qué hacen aquí? Estaba a punto de ir al ensayo.

-Eso ni tú te lo crees – contestó Jeno -Pensamos que te habías emborrachado y desmayado en la calle.

-Ahora resulta que se preocupan por mí.

-Claro que sí, idiota. Somos tus amigos – interrumpió Renjun, sorprendiendo a los tres chicos.

Mark parpadeó un par de veces, tratando de organizar sus pensamientos.

-Renjun—

-Lo siento, Mark. Lamento haber sido tan terco y no haberte escuchado.

-Olvídalo, ya quedó en el pasado.

-Prométeme a dejarás ese comportamiento autodestructivo con el que andas últimamente – pidió Renjun.

-Trato hecho – extendió la mano estrechándola con “el cerebro de la banda”.

-¿Qué pasó aquí al lado que te tiene tan contento, Mark? – murmuró Jaemin.

-¿Tan bueno estuvo todo que hasta te olvidaste de ensayar? – secundó Jeno.

-No es asunto suyo – bufó algo avergonzado.

Aquella inusual reacción en el líder de la banda, provocó risas a sus amigos.

 

 



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[Días después]

 

La presentación en el festival había sido un éxito, incluso habían sido invitados para la próxima edición, además de que fueron contratados para presentarse en la fiesta de la hija de uno de los organizadores.

-Ves, estar de buen humor trae cosas buenas – dijo Jaemin mientras palmeaba el hombro izquierdo del líder.

-Sí, lo que digas – respondió sin mucha importancia el otro; estaba enfocado contando el dinero que recién había ganado -Perfecto, suficiente para—

-Para pagar la renta que debes – interrumpió Renjun -¿O piensas quedarte sin dónde vivir?

-Ya sé, papá. Estoy consciente de eso – bufó Mark.

-¿Hasta cuándo tienes para pagar? – preguntó con curiosidad Jeno.

Mark permaneció en silencio, tratando de hacer memoria; revisó la fecha en su celular y sintió cómo se le bajaba la presión.

-Era hoy, ¿verdad? - Renjun exclamó con decepción.

-Mierda – exclamó Mark.

Los chicos recogieron rápidamente sus instrumentos y pertenencias; partieron hacia la van de Renjun, quien rápidamente condujo en dirección al condominio del líder de la banda.

Tal como se lo imaginaban, la Sr. Cho se encontraba en la puerta junto con dos trabajadores, quienes sacaban las cosas del departamento.

-¡Espere, señora Cho! ¡Aquí tengo el dinero! – gritó Mark con desesperación a la vez que subía de prisa las escaleras -Tenga – insistió.

La mujer rodó los ojos y negó con la cabeza.

-Muy tarde – se limitó a decir.

-¡Pero es lo que le debía, incluso más!

-Lo siento, Mark.

-Pero—

-Tendrás que hacer otro contrato.

-¿Qué?

-Como lo oyes. ¡Chicos, esperen! – detuvo al par de sujetos que se encontraban dentro del departamento -Dejen todo como está, Mark… - se volteó hacia el mencionado -Te voy a dar 20 minutos para que saques algo de ropa y lo que necesites para pasar la noche en otro lugar. No podrás acceder al departamento hasta que haber renovado tu contrato.

El chico asintió, aunque aún estaba confundido.

-Y me llevaré esto – arrebató el dinero de las manos de Mark -Regreso en 20 minutos – advirtió.

Una vez que la mujer se fue, Jaemin, Jeno y Renjun ayudaron a su amigo a regresar las cosas al departamento, ya que Mark ni de loco las dejaría en el pasillo.

-Tienes suerte que no te haya vetado por completo del condominio – comentó Jeno.

-No le conviene, los inquilinos se le van por lo mal que tiene el lugar; le da mantenimiento cada mil años, ¿qué no han visto cómo está todo? – respondió Mark.

-Es verdad – exclamó Jaemin, recorriendo con la mirada el departamento.

-¿En dónde piensas pasar la noche? Puedes quedarte en mi casa – propuso Renjun.

-No te preocupes, ya tengo algo pensado.

-¿Dormirás en la calle para dar lástima a la señora Cho? – preguntó Jeno.

-¡No, idiota! Dormiré con— - Mark detuvo sus palabras apenas se percató de que estaba hablando de más.

-No hace falta que te autocensures, ya entendimos – dijo con burla Jaemin.

 

 



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[20 minutos después]

 

La señora Cho se encontraba tocando la puerta.

-Vaya, qué puntual – murmuró Mark.

Los chicos salieron del departamento; la mujer cerró el lugar con llave.

-Si decides renovar el contrato, ya sabes dónde encontrarme – indicó, para después bajar las escaleras.

-Mierda, qué manipuladora. Obvio lo haré, necesito mis cosas – murmuró Mark apenas la mujer se fue.

-Y parecía buena persona – secundó Renjun -Bueno, Mark, nosotros ya nos vamos. ¿Seguro que no quieres quedarte en mi casa?

-Seguro, nos vemos el sábado en el bar.

Apenas sus amigos salieron del condominio, Mark se apresuró a llevar a cabo su plan. Respiró profundo y se dispuso a tocar la puerta, suplicando en el fondo que su vecino estuviera en casa.

-¿Mark? – cuestionó Donghyuck tras abrir la puerta y encontrarse al chico malo.

-Hola, ¿puedo pasar la noche contigo?

El moreno quedó estático tras aquella pregunta.

 

 

Continuará…

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