5 de diciembre de 2012

My Princess - Cap. 16


Capítulo 16

A tu lado

 

Las semanas fueron pasando, Kibum siempre estaba metido en el hospital, específicamente en la habitación de Minho, esperando a que este despertara.

El doctor Lee le había dicho infinidad de veces que era muy difícil que Minho “volviera”; sin embargo Kibum no lo aceptaba.

 

 


 

 

 

 

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Rápidamente transcurrieron tres meses; el adolescente sabía que su padre pronto le llamaría para decirle que su madre le está buscando, pero esto no le importaba para nada.

Solo ha estado pensando en lo que el doctor le dice diariamente: “deberías seguir con tu vida, eres muy joven”. ¿Debería hacerlo? ¿Debería dejar a Minho?

= Tal vez y el doctor tiene razón, no puedo quedarme aquí hasta que despiertes – le dijo a Minho = ¿Y si nunca lo haces? – preguntó con la voz entrecortada = Lo siento Minho, pero ya no puedo, esto me está matando, verte así es muy difícil para mí – se limpió las lágrimas con su mano derecha, ya que la izquierda estaba entrelazada con la de Minho; luego, se puso de pie y justamente cuando estaba a punto de romper aquel agarre, sintió que se lo impedían, asustado, dirigió su vista al empresario y quedó en shock al verlo despierto.

= N-no me dejes… - susurró Minho

Kibum abrió los ojos en demasía y rápidamente llamó al médico.

El doc. Lee no tardó en llegar. Sorprendido, le hizo algunos chequeos a Minho, luego llamó a otros doctores.

= ¡Sulli! ¡Minho despertó!

= ¡¿Qué?! – exclamó asustada la chica = ¿Estás seguro?

= Sí, ahorita hay un montón de doctores que lo están viendo.

= ¡Ya voy para allá!

El adolescente le agradeció a los cielos por lo que había pasado; justamente, cuando pensaba seguir con su vida, Minho despertó para decirle que no lo dejara.

= Doctor, ¿cómo está? – preguntó.

= Está muy bien, reaccionó perfectamente a todas las pruebas que le hicimos, no puedo creerlo – dijo = Por cierto, está preguntando por ti.

= Gracias doctor.

= No lo atormentes con muchas preguntas ni palabras complicadas, recuerda, estuvo dormido por 4 meses.

Asintió y tomó aire antes de entrar a la habitación.

= Minho… - suspiró.

= Hola.

= ¿Ya te dijeron?

= Sí. ¿Me abrazas?

Kibum, con mucho cuidado, se acercó a él y lo abrazó. No pudo evitar llorar.

= Te amo Minho – le dijo.

= Gracias por  estar conmigo todo este tiempo.

= Lo importantes es que despertaste y estás bien.

= Mi pierna no.

= Eso se cura con el tiempo amor – le besó la frente.

A los pocos minutos llegó Sulli junto con Jonghyun y Onew.

= ¡Minho! – chilló la chica = Minho, idiota, no sabes lo preocupados que estuvimos por ti.

El mencionado solo sonrió. Cerca de una hora estuvieron metidos en la habitación hasta que el doctor dijo que tenían que hacerle otras pruebas y ver como iba la fractura de su pierna.

Luego de todo eso, el doctor les comunicó que Minho necesitaría terapia a lo que Kibum se ofrece a ayudarlo sin pensarlo dos veces.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Y así, el tiempo fue transcurriendo. Las terapias de Minho eran dos días a la semana, su novio lo acompañaba con gusto.

= Me sorprende lo mucho que has avanzado – dijo el doctor una vez finalizada la terapia.

= Todo es gracias a él – dijo Minho mientras señalaba a un distraído Kibum.

= Hacen una linda pareja.

= Muchas gracias doctor.

= Minho, Jonghyun está en camino – anunció el adolescente.

= Ok – le sonrió. Ambos salieron del lugar y se dirigieron a la salida del hospital para esperar al mencionado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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{En Estados Unidos}

 

La madre de adolescente estaba hecha un ogro tras descubrir que su hijo se fue a Corea.

= Ya expliqué mil veces que yo le di permiso.

= ¡¿Por qué?! ¿Por qué lo hiciste sin mi autorización?

= Porque el chico que lo cuidó se estaba muriendo.

= ¡¿Y con eso qué?! Demonios, por su culpa todos mis planes se arruinaron.

= ¿De qué hablas?

= Logré convencer al padre de Mir.

= No te entiendo, explícate.

= Mira, si nuestro Kibummie se casa con Mir, tendremos más dinero, ¿ya?

= ¡¿O sea que comprometiste a nuestro hijo?!

= Así es.

= ¡Esto es el colmo! – exclamó = Ya me harté de tu actitud, quieres controlar la vida de todos – suspiró con pesadez = Se acabó, conseguiré un abogado lo más pronto posible. Nos vamos a divorciar quieras o no – sentenció y salió de la casa.

La señora quedó perpleja, nunca, en 20 años que llevaba de casada, había escuchado a su marido hablar de esa manera; sin embargo, estaba tan cegada por su ambición que estaba ideando un plan con el cual evitaría divorciarse.

 

 

 

 

 

 

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{Dos días después}

 

El padre de Kibum había llegado junto con el abogado; su, aún esposa, se encontraba nerviosa, pues no encontró manera de persuadir al señor; no había vuelta atrás, tenía que divorciarse sí o sí.

Al final, la ex señora Kim se quedó sin nada, ya que todas las acciones de las empresas que dirigían, las casas,  y departamentos que tenían comprados, el dinero guardado en el banco, todo, absolutamente todo pasó a nombre de Kibum.

= Quiero que desaparezcas de nuestras vidas Рdijo el sr. Kim = Quiero que te alejes de Kibum, que dejes de hacerle da̱o.

= Dame dinero y con gusto lo hago – dijo.

El padre de Kibum soltó un suspiro, rápidamente llenó un cheque con una cantidad bastante grande y se lo dio a la señora.

= Perfecto – pausó = Esta será la última vez que me veas, saludas a Kibummie, luego mandaré a alguien por mis cosas, adiós – tomó su bolso y fue corriendo a cobrar dicho cheque.

El abogado quedó boquiabierto con la reacción de la señora.

= Esto no se ve todos los días – dijo.

= Su ambición pudo más – suspiró = Bueno, muchas gracias por todo – le dio la mano.

Una vez que el abogado se fue, el padre del adolescente anunció que se iría a Corea para darle la buena nueva a su hijo.

= Mucha suerte se̱or Рdijo la nana de Kibum.

= No te pongas melancólica, volveré y estoy seguro de que Kibummie nos visitará seguido.

= Señor, con todo respeto, nunca pensé que usted fuera tan bueno.

= Mi mujer no me dejaba serlo.

= Eso sí.

= Bien, basta de pláticas, ¿dónde están mis maletas?

= Mi marido acabo de subirlas al auto.

= Ok, me voy, regreso en tres días, cuídense – se despidió.

 

 

 

 
 

 

 

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Kibum y Minho habían regresado al departamento.

= ¿Tienes hambre? – preguntó el menor.

= Claro y mucha – lo tomó de la camisa y le besó los labios.

= N-no hablo de eso… - tartamudeó = Hablo de comida, ya sabes.

= Solo bromeaba, sí, sí tengo.

= Bien, entonces, prepararé algo.

= ¿Por qué no lo pides? Quiero que me hagas cariñitos – suplicó con ojos de cachorro.

= Está bien – suspiró; tomó el teléfono y tras encargar comida china, ayudó a su novio a sentarse en el sillón.

Minho le indicó que se acomodara en su regazo, Kibum obedeció.

= No sabes lo feliz que me hace que estés aquí, a mi lado.

= Estoy vivo gracias a ti Kibummie.

= Te amo Minho, como no tienes idea.

= Lo mismo digo – le besó la cabeza = Me atrevo a decir que nunca he amado a nadie de la manera en la que te amo a ti.

El menor no pudo y mucho menos quiso evitar que las lágrimas fluyeran. El tener a Minho con él era lo mejor que le había pasado.


 

 

 

 

 

 

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{Al día siguiente}

 

Eran cerca de las 8 de la mañana y el timbre del departamento era tocado insistentemente.

Kibum se levantó y medio dormido bajó las escaleras y se dirigió hacia la puerta.

= ¡Kibummie! – a los pocos segundos sintió que sus pies no tocaban el piso = Mi princesa, no sabes cuánto te extrañe.

Al escuchar: “mi princesa” reaccionó, era su padre. Rápidamente lo abrazó con fuerza.

= Hijo, te tengo una buena noticia, pero primero, ¿dónde está mi yerno?

= Está arriba, ¿quieres ir a verlo?

= Claro que sí.

= Hola señor Kim – escucharon mientras subían las escaleras.

= ¡Minho! ¿Qué haces de pie? ¿Y tu silla de ruedas? – exclamó Kibum.

= Tranquilo bebé, necesito ejercitar un poco la pierna.

= P-ero.

= Todo está bien – dijo con voz cálida.

= De acuerdo.

= Minho, me alegro de que est̩s mejor Рdijo el se̱or = Ni te imaginas las cosas por las que mi Kibummie tuvo que pasar.

= Lo sé señor, y me siento terrible por eso – comenzó a bajar las escaleras, su “suegro” le ayudó.

= Bueno, vine para contarles algo, pero primero necesito un café bien cargado, el vuelo fue agotador.

= Si papi, enseguida te lo preparo.

= Uno para mí también – dijo Minho.

= No, tú no puedes, recuerda que el médico de lo prohibió, tus medicamentos no deben combinarse con la cafeína-

= Sí que te cuida – susurró el sr. Kim.

= Como no tiene idea – moduló Minho.

Una vez que el señor Kim tuvo su café en las manos, Minho su leche con chocolate caliente y Kibum unas galletas de fresa, la plática estaba por comenzar.

= Me divorcié de tu madre – soltó.

= ¿Qué?

= Sí, apenas ayer, estaba harto de sus estupideces, ¿sabes lo que hizo?

El MinKey negó con la cabeza.

= ¡Fue capaz de comprometerte con Mir!

La pareja palideció.

= Tranquilos, lo voy a arreglar.

= Gracias – suspiró Minho.

= Y lo otro es que… - tomó las manos de su hijo = Quiero que te quedes al lado de Minho, que lo cuides así como lo haces ahora, ambos hacen una pareja hermosa y desde kilómetros de ve que se aman, así que…

= ¡Gracias papi! – lo abrazó = ¡Te amo! ¡Te amo! – decía entre lágrimas.

= Yo más mi princesa, yo más – le dijo = Y Minho – rompió el abrazo = Más te vale cuidarlo bien ¿eh? Sino, yo mismo me encargaré de darte una lección.

= No se preocupe señor.

= Bueno, entonces, creo que me voy.

= ¿Qué? ¿Por qué no te quedas unos días aquí?

= No quiero molestarlos, y además, tengo que ver algunos negocios.

= De acuerdo – suspiró = Te prometo que pronto vamos a visitarlos ¿ok?

= Ok, te amo hijo – lo abrazó una vez más = Hasta pronto parejita feliz – bromeó.

Ambos se echaron a reír.

= Hasta luego papi – dijo Kibum.

Tras cerrar la puerta, Minho tomó a Kibum de la cintura y lo giró para que quedaran frente a frente.

= Te amo – susurró sobre su boca y sin más le dio un beso dulce, suave, cargado de amor que todo lo que sentía por aquella persona, que había llegado a su vida de una manera realmente única, que con sus acciones despistadas había logrado enamorarlo hasta la médula.

Lo amaba con todas sus fuerzas y jamás lo dejaría ir. Lo mantendría a su lado para toda la eternidad.

 

 

 


F I N

30 de noviembre de 2012

My Princess - Cap. 15


Capítulo 15
De mal en peor

 

Desgraciadamente, nadie acudió a tiempo, ya que, Minho se desmayó a los pocos segundos.

= ¿Qué haces aquí? – preguntó el doc. Lee a la enfermera de Minho = Te dije que lo vigilaras.

= Lo siento, es que tenía mucha hambre.

= ¡Ese hombre se está muriendo! ¡Tu hambre puede esperar! – regañó.

La joven asintió y entró a la habitación de Minho, tras encontrarlo tumbado en el piso, se alarmó y llamó al doctor.

= Demonios, su pulso está muy débil, rápido, que lo trasladen al quirófano, hay que operar ya – ordenó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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= ¿Señor Kim?

= Sí, ¿qué pasa? – dijeron del otro lado de la línea.

= Señor, Kibummie dice que Minho se está muriendo, quiere irse cuanto antes a Corea – dijo el chofer del adolescente.

= Entonces que se vaya, le doy permiso.

= Ese no es el problema señor, lo que pasa es que la señora tiene su pasaporte.

= ¿Qué?

= Sí, ella se lo guardó. Mire, mi esposa me dijo que la señora lo tiene en su bolso, el que lleva a su trabajo. Nosotros pensamos que si usted…

= ¡Claro! ¡No se preocupen, en seguida lo busco y lo mando a la casa!

= Muchas gracias señor, Kibummie se pondrá muy feliz.

= Es lo menos que puedo hacer por mi princesa. Bueno, en un rato estará por ahí un chofer de la oficina.

= Bien, hasta luego señor – cortó y suspiró.

= ¿Qué pasó? – preguntó la nana.

= Asunto arreglado, en un rato lo traen.

= ¡Gracias! – exclamó Kibum = No sé qué haría sin ustedes.

Mientras esperaban al trabajador, la nana de Kibum le ayudó a arreglar la habitación de sus padres.

= Hijo, deberías comer algo antes de irte – dijo su nana.

= No te preocupes, compraré un café en el aeropuerto.

El timbre sonó, el chofer corrió a abrir. Tras una rápida plática con el trabajador, el señor se asomó con aquel librito tan importante.

A Kibum le brillaron los ojos al verlo, corrió a abrazar a su hyung. Luego, tomó su equipaje y tras llenar de besos a ambos señores, decidió partir.

= Mucha suerte – dijo su nana entre sollozos.

= Cuídate pequeño – secundó el señor.

= Los amo – se limpió una lágrima que recorría su mejilla, y, sin más, salió.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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= ¡¿Por qué no pueden operarlo?! – cuestionó en doctor Lee.

= Porque hemos encontrado algo nuevo y necesitamos hacer algunos cambios en la cirugía – explicó otro doctor.

= Este hombre se está muriendo, ¿qué parte de eso no entiendes?

= Sí operamos ahora, dalo por muerto – cortó.

El doc. Lee suspiró pesadamente.

= Está bien, regrésenlo a su habitación e intenten reanimarlo – ordenó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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= ¡Victoria!

= ¡Sulli! ¿Qué haces aquí? Estoy en horas de trabajo – dijo la chica.

= Me dijiste que hoy operaban a Minho y pues…¡Minho! – gritó tras reconocer a la persona que yacía inconsciente en la camilla.

= Al parecer no lo van a operar hoy, encontraron algo nuevo – explicó.

= Minho, Kibummie ya sabe, pronto vendrá y permanecerá a tu lado – susurró dejando que las lágrimas inundaran sus ojos.

= ¿Kibummie?

= Su novio.

= Oh – exclamó = Necesitamos despertarlo, sino te importa…

= Me quedo con él.

= Ash, está bien.

Por más intentos que los residentes y enfermeros hicieron, el joven no reaccionaba. Llamaron al doctor Lee, pero este se encontraba en una junta con otros doctores para intentar resolver el enigma que tenía aquel coágulo en el cerebro de Minho.

Sulli tuvo que salir de la habitación, no soportaba ver a Minho así, lleno de tubos y cosas que le habían puesto para ver si así despertaba.

= Minho, por favor, reacciona – murmuraba entre llantos.

En eso, el doctor Lee salió de su junta y tras ver al cúmulo de gente en la habitación de Minho, entró rápidamente.

Sulli vio como toda esa gente se movía a prisa, de un lado a otro.

= ¡Victoria! – gritó deteniendo la carrera que estaba a punto de hacer la chica.

= ¿Qué?

= ¿Qué pasa? ¿Qué tiene Minho?

La chica bajó la cabeza.

= ¡Dime! – gritó.

= Entró en estado de coma.

Sulli palideció y soltó los hombros de su amiga. Tomó su celular para llamarle a Jonghyun.

= Sulli, ¿qué pasa, por qué lloras?

= ¿Tienes noticias de Kibummie?

= Hace un rato me dijo que ya estaba por arribar el avión.

= Jong…Minho está en coma – dijo.

La llamada se cortó, seguramente por la impresión que el chico se había llevado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Las horas pasaban y Minho seguía ahí, inconsciente, con aquel coágulo en el cerebro que lentamente iba acabando con su cuerpo.

El doc. Lee apuraba a sus colegas, sabía perfectamente que el tiempo era esencial en estos casos.

Sulli era consolada por Victoria. Jonghyun esperaba a Kibum en el aeropuerto, moría de nervios, no tenía la menor idea de cómo le diría lo que estaba pasando con Minho.

= Hola Jong – saludó el adolescente.

= Hola – susurró y lo abrazó con fuerza.

= ¿Q-qué pasa? Tú no eres de llorar – cuestionó preocupado.

= Bummie… - suspiró = Minho….Minho está en coma.

Sintió como el menor se desvanecía en sus brazos. La gente, chismosa como siempre, comenzó a murmurar, Jonghyun, con ayuda de una enfermera que, por suerte andaba por ahí, recostaron a Kibum en una de las sillas.

Tras reanimarlo, la chica se despidió alegando que su vuelo estaba a punto de partir; Jonghyun le agradeció cerca de unas 100 veces.

= Bummie, perdona mi estupidez, no sabía cómo decírtelo.

= Ya, no te preocupes. Llévame al hospital, quiero verlo.

= Claro.

Ambos caminaron hacia el estacionamiento.

= Oh rayos, se me olvidó decirte que Onew vino conmigo.

= No importa – murmuró y se metió en silencio al auto, sacó un suéter de su maleta y se arropó. No quería que lo vieran llorar.

Ya en el hospital, Kibum se lanzó a los brazos de Sulli. Lloraba amargamente en el regazo de ésta.

Jonghyun abrazó a Onew, el cual comenzaba a ponerse melancólico con aquella escena.

= ¿Por qué Sulli? ¿Por qué tengo tanta mala suerte? – preguntaba.

= No tienes mala suerte pequeño. Estas son pruebas que la vida nos pone.

 = Quiero verlo – murmuró separándose de la joven = Quiero ver a Minho – pidió.

Sulli le dijo a Victoria y ésta accedió.

= ¡Minho! – exclamó una vez que estuvo dentro de la habitación = ¡Minho, amor, estoy aquí, a tu lado! – decía entre sollozos = No voy a abandonarte, jamás, lo juro, pero por favor, no me dejes, no podría vivir sin ti.

Jonghyun, Onew, Sulli y Victoria solo veían y permanecían en silencio.

= Perdón por la interrupción, pero, ya  está todo listo para que el joven sea operado – dijo el doctor Lee.

= ¿Operado? – preguntó Kibum.

= Sí, disculpa, ¿quién eres?

= Soy su novio – dijo.

= ¿Kibum?

= ¿C-cómo lo sabe?

= Antes de quedar en coma, Minho decía tu nombre entre sueños, decía que te extrañaba mucho.

Esto, derribó más al pobre adolescente.

= Bueno, ya, no perdamos más tiempo.

Kibum quiso entrar al quirófano, pero se lo prohibieron. Era una operación muy tediosa y de alto peligro, cualquier distracción podría ser fatal.

 

 

 

 

 


 

 

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Una, dos, tres, cuatro horas y nada. No había noticias. Kibum había perdido la cuenta de los cafés que había tomado. Sulli intentaba calmarse para no alterar más al adolescente. Jonghyun abrazaba a un abatido Onew.

Y, cuando menos se lo esperaban, el doctor apareció.

= ¿Cómo está? – cuestionó Kibum.

El médico suspiró.

= La operación fue un éxito, logramos extraer el coágulo, pero… - pausó = Sigue en estado de coma.

Kibum no sabía si sentirse feliz o más triste.

= ¿Y sabe cómo cuánto tiempo estará así? – preguntó Jonghyun.

= La verdad no, pueden pasar días, meses, incluso años o en el peor de los casos, puede que nunca despierte.

Sulli sintió como unos delgados brazos rodeaban su cintura, era Kibum que pedía un abrazo. Por nada del mundo se lo negó.

Una hora después Minho fue regresado a su habitación. Esta vez le pusieron más tubos y una máquina para medir sus signos vitales. Aquella que hace un sonido desesperante.

 

 

 

 

 


 

 

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{Dos días después}

 

Kibum había permanecido aquellas 48 horas a lado de Minho. Sosteniendo con fuerza su mano. No había comido, solo tomado café para aguantar un poco más.

= Bummie, necesitas descansar, yo me quedo con ̩l Рdijo Sulli con voz suave.

= No, no quiero.

= Bummie, tu padre te habla – intervino Jonghyun.

= ¿Qué?

= Dice que necesita decirte algo.

= Está bien, ustedes ganan – se levantó de la silla y salió de la habitación.

= Minho, por favor, reacciona – suplicó Sulli = Hazlo por Kibummie.

= ¿Hola?

= Mi princesa, ¿cómo está todo por ahí?

= Mal papi, Minho fue operado y le quitaron el coágulo, pero… - suspiró intentando, inútilmente, esconder su llanto = Está en coma.

= Santo Dios – exclamó = Hijo, llamo para decirte que tu madre estará de viaje por tres meses así que no te preocupes.

= ¿Preguntó por mí?

= Sí, y le dije que habías ido a casa de Mir.

= Gracias papi, en serio, gracias por estar conmigo.

= Sabes que si pudiera ya hubiese volado a Corea, pero los negocios no me dejan.

= Tranquilo, yo estoy bien aquí, Jonghyun está conmigo.

= Bueno pequeño, no te quito más el tiempo, cuídate mucho hijo.

= Tú también papi – colgó.

= Kibum – le llamaron.

= ¿Si?

= Ten, compré algo en la cafetería, necesitas comer algo, te ves muy débil.

= Gracias Onew. Yo…

= Si es por lo que pasó entre Jonghyun y tú, hagamos borrón y cuenta nueva ¿si?

= De acuerdo – suspiró y se sentó a comer.

 

 


 

 

 

 

 

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{Al día siguiente}

 

= Doctor, ¿cómo ve a Minho? – preguntó Jonghyun = Por favor, sea sincero.

= Está bien – suspiró = Hablaré  en serio y crudamente.

Jonghyun asintió y tomó con fuerza la mano de su novio.

= Dudo mucho que Minho despierte.

Tras un rato de silencio, en el que la pareja intentó asimilar la noticia, el médico continuó hablando.

= Lo siento.

= ¿Cómo se lo diremos a Kibum? – murmuró Onew.

= Intentaré explicárselo – dijo el doctor = No se preocupen, lo haré lentamente, si se lo digo de la misma manera en la que se los dije a ustedes, el pobre chico terminará destrozado.

= Está bien doctor – dijo Onew, ya que Jonghyun estaba hecho un mar de lágrimas y le era prácticamente imposible hablar.

Ambos regresaron a su departamento para espabilarse un poco, Kibum estaba viviendo con ellos.

Jonghyun se encerró en su habitación para que Kibum no lo viera, mientras tanto, Onew estaba preparando algo para que comieran.

= Onew ¿qué le pasa a Jong? – preguntó el chico.

= Nada, está cansado, eso es todo – mintió.

= Ah, ya veo.

= “Perdóname Kibum” – pensó.

 

 

 

  

Continuará…