Capítulo 5:
Ayuda
Ayuda
-¡Vamos,
Mark! Inténtalo una vez más – dijo Taeyong.
-Es inútil… -
suspiró, sentándose en el piso.
El ángel
mayor se sentó junto a él. Mark llevaba cerca de una semana tratando de romper
el sello que Johnny le había puesto y para colmo, ya casi no le quedaba energía
para ir a la tierra y cuidar de Jisung.
-Jamás
imaginé que fuera tan difícil – exclamó Mark, tratando de recuperar el aliento.
-Lo que
sucede es que no estás lo suficientemente concentrado. ¿Es por tu ahijado?
Mark asintió.
-Le asignaron
un nuevo demonio y no estoy seguro de cómo “trabaja”.
Taeyong se
puso de pie, tomó un vaso con agua y se lo pasó a Mark.
-¿Con esto
veré a Jisung?
-Sí.
-¿Te robas el
agua de la fuente o algo así?
-No – sonrió
el mayor -Mi curiosidad me ha llevado a realizar experimentos y averiguar
muchas cosas que nos han ocultado por siglos – explicó.
-Ahora
entiendo por qué te pasas todo el tiempo en la biblioteca, ¿no tienes asignados
ángeles de la guarda?
Taeyong
volvió a sentarse junto a él.
-Sí, Renjun.
-¡¿Qué?!
¿Eres maestro de Renjun?
El mayor
asintió.
-Me da gusto
que ya lo hayas conocido. No tengo quejas de él, todo el tiempo se la pasa con
su ahijado, del cual sigo sin aprenderme el nombre.
-Chenle –
respondió Mark -Es mejor amigo de Jisung.
-Vaya, quién
lo diría. En fin, mira el agua y sabrás qué hace tu ahijado.
Mark obedeció
y observó fijamente aquel líquido que fue cambiando de color hasta despedir una
luz.
-¿Haechan? –
exclamó Mark.
Taeyong se
acercó a él.
-¿Qué—? ¿Por
qué veo a Haechan y no a Jisung?
-Porque estás
pensando más en él que en tu ahijado – dijo Taeyong, sin dejar de sonreír.
-Soy un
pésimo ángel de la guarda – suspiró e hizo a un lado el vaso con agua.
-No, sólo no
tienes experiencia y estás ena— - calló, no era momento para confundir más al
menor -Estás en apuros – continuó.
-Lo intentaré
una vez más – dijo mientras se ponía de pie.
-Así se habla
– apoyó Taeyong.
Mark tomó
aire y cerró los ojos. El tiempo era oro. Taeyong se alejó un poco para darle
algo de espacio al menor, el cual tras hacer todos los pasos necesarios para
romper el sello, comenzó a iluminarse. El mayor sonrió de oreja a oreja.
-Sabía que lo
lograrías – susurró en voz baja.
De pronto,
Mark sintió que algo estaba cambiando en él, abrió los ojos y miró con sorpresa
a Taeyong.
-Mucha suerte
– dijo el mayor.
-Gracias –
sonrió Mark, cerrando los ojos y dejando que el portal le absorbiera.
🌠
Haechan acaba
de regresar a su habitación; por primera vez, la comida no había estado tan
mal. Apenas cerró la puerta, una luz muy familiar iluminó todo el lugar.
-Mark –
exclamó sintiendo su pulso acelerarse.
-Haechan – el
ángel corrió a abrazarlo fuertemente.
-Pensé que no
regresarías.
Mark deshizo
el abrazó y le miró fijamente.
-Jamás te
dejaría solo.
El menor
sintió el rostro caliente y la piel erizada.
-Es que… te
fuiste de repente, yo—
-Johnny me
puso un sello para que no pudieras verme, pero otro maestro me enseñó a
romperlo.
-¿Estarás así
hasta las 12?
-No, según
Taeyong, el maestro que me ayudó, estaré así por una semana, luego de eso
tendré que regresar al cielo para recuperar energía.
-Ya entiendo…
- suspiró.
-Oye, vamos a
comer algo, ¿sí?
-¿Ramen? –
preguntó Haechan, levantando una ceja.
-No… se me
antoja algo diferente. Vamos – Mark tomó la mano de Haechan y ambos salieron
con mucho cuidado de aquel orfanato.
🌠
-Taeyong, ¿te
das cuenta de lo que hiciste?
-Claro que me
doy cuenta, Johnny – suspiró el aludido.
-¿Por qué le
enseñaste a romper ese sello? ¡Se lo puse por su seguridad!
-¿Su
seguridad? Tú y yo sabemos que Mark no corre peligro con ese demonio.
-Todos los
demonios son— - Johnny calló de repente al darse cuenta de lo que iba a decir.
-¿Malos?
¿Acaso todos los ángeles somos buenos? Ambos somos ejemplo de que eso no es más
que una vil mentira.
-Hablaré con
el maestro Leeteuk, Mark no puede quedarse en la tierra.
Taeyong soltó
una risilla.
-Es demasiado
tarde.
-No, no lo es
– respondió Johnny, caminado a paso firme hacia la oficina del director.
🌠
Taeyong había
bajado a la tierra para ver a Winwin, ya que este estaba algo ocupado cuidando
a su ahijado.
-Hola –
saludó Winwin apenas vio al pelinegro.
-¿Me
extrañaste? – preguntó Taeyong en tono juguetón.
Winwin
asintió repetidas veces.
-¿Cómo va
Khun?
-Está muy
nervioso por su examen de grado, pero creo que lo hará bien.
-No puedo
creer que su ángel te haya encargado cuidarlo, ¿no se supone que él debería
hacerlo?
-Lucas es muy
joven y entiendo que quiera averiguar cómo fue que murió.
-Cierto, no
encontré información de él, ni siquiera sé de dónde viene realmente.
-¿Ves?
Taeyong se
acercó al demonio y enredó los brazos en su cintura., Winwin se mordió el labio
inferior y luego lo besó suavemente. Estaban en la escuela de Khun y no podían hacer
algo más ya que había ángeles y demonios por todo el
lugar.
🌠
-¿Te gustó la
pizza? – preguntó Mark.
-Sí, nunca la
había comido – respondió Haechan con una enorme sonrisa.
-¿Puedo
preguntarte algo?
-Dime.
-¿Existe
alguna otra manera de terminar con tu castigo? Porque… ya sabes, el beso no
funcionó.
Haechan
estuvo a punto de atragantarse con su pedazo de pizza.
-N-no –
respondió rápidamente.
-¿Seguro?
-Sí, muy
seguro.
🌠
-Y sólo así
Haechan podría terminar con su castigo – dijo Winwin.
-Pero Mark me
dijo que un ángel enamorado de él debía besarlo.
Winwin
sonrió.
-Mintió,
supongo que por vergüenza – hizo una pausa -Sólo acostándose con un ángel
enamorado de él, podrá terminar con su castigo.
-Mark un
humano – exclamó Taeyong.
-No, digamos
que Mark es 30% humano y 70% ángel y Haechan es 90% humano y 10% demonio.
Taeyong
asintió, comprendiendo la situación.
-Espera, ¿por
qué Mark...? Oh, ya entiendo – Winwin sonrió malévolamente -Supongo que ya no
serás el único ángel de cabello negro – pellizcó la mejilla del mayor.
-Así es.
Winwin se
acomodó en el regazo del ángel mientras ambos observaban a Khun presentando su
tesis.
🌠
-Con todo
respeto, pero ¿por qué no puede hacer nada? – preguntó Johnny al borde de la
desesperación.
El maestro
Leeteuk sonrió levantándose de aquella enorme silla dorada.
-Ven aquí –
ordenó, Johnny obedeció. Leeteuk lo llevó hacia una mesa transparente, la cual
sólo podía ser manejada por el director. Leeteuk dijo algunas palabras en voz
baja y la mesa comenzó a iluminarse, tal como el agua de la fuente -¿Qué ves?
Johnny abrió
los ojos con sorpresa. A diferencia de la fuente, aquella mesa mostraba el alma
de los seres en la tierra.
-Llevaba
siglos sin ver algo así, desde Taeyong y Winwin – exclamó Leeteuk.
-Haechan y
Mark… sus almas, ¿están unidas?
-Así es, mi
querido Johnny. No voy a separar algo así, si eso es lo que viniste a buscar.
-N-no sabía –
Johnny no dejaba de mirar aquella unión.
-Ten y tú no
tienen esa unión, si permití que siguieran juntos fue por el sacrificio que
hiciste – explicó -Aunque… hace poco los volví a poner a prueba.
-El accidente
de Ten, ¿usted lo mandó?
-Sí.
Johnny respiró
profundo, no podía alzarle la voz a su superior.
-Entiendo que
estés molesto, pero yo debería de estarlo aún más por tu necedad de querer
apagar tu luz por un humano.
-Pero—
-Basta de
peros.
Johnny
asintió. Leeteuk se acercó a la mesa para observar mejor.
-Hmm, Haechan
parece estar vagando entre el pasado y el presente - exclamó -Este chico tiene
algo raro.
-¿Qué?
-Tengo que
averiguarlo – chasqueó los dedos y un libro apareció en su mano izquierda
-Mientras tanto, les daré una ayudadita.
-¿Qué clase
de ayuda?
Leeteuk supiró.
-Ya lo verás
– cerró los ojos, dijo unas palabras en voz baja y chasqueó los dedos -Que lo
disfruten, muchachos – dijo mirando hacia la mesa, la cual regresó a la
normalidad luego de aquellas palabras.
-Mark,
¿estará bien?
-Muy bien –
dijo sin dejar de sonreír -Ahora vete, necesito hacer algunas investigaciones –
ordenó.
Johnny hizo
una reverencia y salió de la oficina del ángel mayor.
-Johnny –
Leeteuk le llamó.
-¿Sí?
-Puedes ir a
ver a Ten, pero sólo un rato, ¿quedó claro?
-Sí, maestro.
Muchas gracias – Johnny hizo otra reverencia y se fue corriendo.
Leeteuk
regresó a su oficina.
🌠
Mark y
Haechan caminaban de regreso al orfanato, luego de haber ido al cine. De
pronto, Haechan tomó el rostro de Mark y besó sus labios profundamente, dejando
al ángel sin aliento.
-¿Por qué…
fue eso? – preguntó Mark, una vez que Haechan se separó.
-No sé, fue
algo raro, ¿verdad? – respondió Haechan intentando esconder su sonrojo y
retomando su caminar.
-Claro que no
– Mark le detuvo y lo atrajo a su cuerpo. Aquel beso había despertado algo en
él -Taeyong tenía razón, los demonios se ven hermosos sonrojados.
Haechan quedó
aún más rojo.
-Vamos – Mark
le tomó de la mano y ambos continuaron caminando.
Continuará…
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