13 de agosto de 2017

Poisonous - Parte 3 (última parte)

3. The Poisoned

Taeyong estaba sentado en el sillón de la sala, con una mano jalaba con fuerza el cable amarrado en las muñecas de Doyoung y con la otra lo masturbaba; Doyoung se encontraba sentado en sus piernas, besándolo con algo de timidez.

-¿Te molesta mi piercing? – preguntó Taeyong, apenas Doyoung se separó de sus labios.

El aludido asintió evitando la mirada.

-Hmn— - gimió Doyoung cuando sintió que Taeyong acariciaba la punta de su miembro.

-¿Tan rápido y ya vas a venirte? – susurró el pelinegro en el oído del menor.

Doyoung escondió la cabeza en el cuello de Taeyong, el cual no dejaba de torturarle con suaves pero delirantes caricias a su miembro.

-Tae— ah – jadeó Doyoung. El mayor tiró fuertemente del cable que sujetaba las manos de Doyoung, obligando a que este saliera de su escondite.

-Bésame – ordenó.

Doyoung obedeció algo tembloroso debido al placer que invadía su cuerpo. Taeyong bombeó su miembro un par de veces más haciendo que el menor terminara en su mano.

-Eres el primero que se queja de mi perforación; todas han dicho que les parece sexy – dijo Taeyong, empujando a Doyoung para que se bajara de su piernas.

-¿Por qué me haces esto? – preguntó Doyoung.

-¿Qué? – contestó Taeyong, el cual estaba en la cocina lavándose las manos.

-¿Por qué me torturas?

-Por la manera en la que gemiste y moviste las caderas, no parece que lo hayas odiado.

Doyoung bajó la cabeza.

-Me quiero ir – murmuró.

-No te he dado permiso – dijo el pelinegro, regresando a la sala y jalándolo del cable, haciendo que Doyoung se pusiera de pie.

-¿Qué más quieres de mí? Has… has robado algo que yo—

-¿Hablas de tu virginidad? Oh vamos, en estos tiempos ya nadie llega virgen al matrimonio.

Doyoung comenzó a llorar. Taeyong bufó.

-Vamos a mi habitación – le susurró al oído; Doyoung levantó la cabeza y le miró con terror.

-No, por favor – Doyoung comenzó a retroceder, Taeyong le jaló con aún más fuerza.

-No estás en posición de negarte – dicho esto, Taeyong lo metió a la habitación.






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Johnny, Jaehyun y Taeil estaban en casa del primero; se habían reunido para ver una película porno, cortesía de Jaehyun, pero antes de verla, Taeil había sacado el tema de Taeyong.

-¿Qué deberíamos hacer? – preguntó el mayor de los tres, agobiado.

-¿Denunciarlo nosotros? – propuso Johnny.

-Deberíamos hablar con Doyoung. No podemos entrometernos así nada más – dijo Jaehyun.

-Pero… abusó de él, eso es un delito – exclamó Taeil.

-No sabemos cómo ocurrieron las cosas, por eso digo que es mejor hablar con Doyoung – insistió Jaehyun.

Johnny asintió.

-Intentaré hablar con Taeyong una vez que terminemos la película – dijo Taeil, poniéndole play al vídeo.






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De nuevo, Doyoung se encontraba boca abajo con la cabeza enterrada en la almohada, tratando inútilmente de ahogar los gemidos de dolor; Taeyong jadeaba en su oído.

-Ah… escuchas eso – susurró Taeyong -Escuchas la manera en la que tu cuerpo me recibe.

Doyoung apretó los ojos, quería taparse los oídos para no escuchar aquellos sonidos, pero Taeyong no le había soltado las manos.

El pelinegro detuvo sus movimientos; tomó a Doyoung de los cabellos.

-Te estoy hablando – le dijo, penetrándolo con fuerza.

-¡AH! S-sí lo escucho – gimió Doyoung.

-Así está mejor – murmuró para después besarlo.

Doyoung ya se había venido un par de veces, Taeyong no dejaba de arremeter contra su cuerpo.

-Doyoung – jadeó Taeyong –Mírame.

El menor obedeció. Taeyong limpió una lágrima que resbalaba por la mejilla de Doyoung.

-Bésame – ordenó, Doyoung estiró los brazos, los cuales habían sido liberados la primera vez que Taeyong terminó dentro de él. Acercó al pelinegro a su cuerpo, haciendo que sus vientres chocaran. Juntó sus labios con los del mayor, el cual no dudó en introducir su lengua, haciendo que Doyoung gimiera entre el beso.

Taeyong se separó de la boca del menor para embestirlo con más fuerza y terminar dentro de él una vez más.

-Puedes usar el baño para limpiarte – dijo Taeyong, recostándose a un lado de Doyoung, el cual asintió tras escuchar aquellas palabras.

Una vez que recuperaron el aliento, Taeyong encendió un cigarrillo mientras Doyoung salía de la cama. Taeyong le recorrió con la mirada de pies a la cabeza, disfrutando de ver el estado en el que se encontraba Doyoung.

-Suerte limpiando eso – dijo señalando las piernas del menor por las cuales escurría semen.

Doyoung se sonrojó, tomó sus ropas y corrió al baño. Taeyong sonrió; su celular comenzó a vibrar.

-¿Qué? – respondió.

-¿Estás en tu casa? – era Taeil.

-¿Por qué?

-Quiero hablar contigo.

-Ya lo estás haciendo.

-Es sobre lo que pasó con tu vecino.

-¿Ah?

-Estoy afuera – Taeil cortó la llamada.

Taeyong se quedó mirando su celular por algunos segundos hasta que escuchó que tocaban la puerta del departamento. Salió de la cama, se puso unos boxers y corrió al baño.

-Doyoung.

El menor dio un respingo.

-No salgas del baño.

-¿Por qué?

-Sólo… no salgas – bufó y cerró la puerta.

Doyoung continuó bañándose.

-¿Estás ocupado? – preguntó Taeil, apenas Taeyong abrió la puerta.

-Sí – respondió el pelinegro, saliendo de su departamento y cerrando la puerta detrás de él.

-Johnny y Jaehyun me dijeron sobre lo del tipo que intentó comprarte.

Taeyong se tensó.

-¿Es por él que odias a los gays?

-Puede ser… - bufó.

-¿Llegó a tocarte?

-No quiero hablar de eso.

-Taeyong…

El pelinegro suspiró.

-Sucedió después de una presentación, un tipo se me acercó diciendo que quería que nos presentáramos en una fiesta o algo así, le seguí hasta su coche, entonces me empujó dentro de él y me dijo que en realidad le interesaba para otra cosa y que cuánto cobraría por eso; entonces, tocó mi pierna, yo le di un puñetazo en la cara y salí del auto.

-¿Sólo tocó tu pierna?

-No, también mi pene.

Taeil tomó aire.

-Pero no se compara con lo que le hiciste a tu vecino.

Taeyong le miró fijamente.

-Él… él me cae mal. Sólo quería fastidiarlo pero se me salió de las manos; estaba borracho y caliente – bufó.

-¿Fastidiarlo? ¡Abusaste de él! ¡Lo torturaste!

-Sólo fue una vez – apartó la mirada.

-Tienes que hablar con ese chico.

-No.

-Escucha, Taeyong – el mayor suspiró –Sino le pides disculpas, yo mismo te denunciaré.

El pelinegro abrió los ojos.

-Es por tu bien – Taeil dio la media vuelta y se fue.

Taeyong quedó estupefacto, no podía creer lo que acaba de oír. Entró molesto a su departamento, se sorprendió al ver a Doyoung parado en medio de la sala.

-N-no le diré nada, lo prometo – dijo con miedo.

Taeyong se acercó a él, lo tomó de la cintura y lo besó con ferocidad. 

-Vete – ordenó.

Doyoung salió corriendo del departamento.






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// Semanas después //

Taeyong no había vuelto a tocar a Doyoung. Se había sumergido en excesos como el alcohol y las mujeres. Después de cada presentación iba a gastar su parte del pago a algún bar.

Sus amigos estaban preocupados por su estado de salud, la cual se deterioraba día con día.

-Es mi culpa – dijo Taeil mientras conducían hacia el condominio de Taeyong, el cual estaba dormido en la parte de atrás de la camioneta.

-¿Qué? – exclamó Johnny.

-Le amenacé con denunciarlo sino hablaba con su vecino.

-Pensé que ese tema ya había muerto por la paz – dijo Jaehyun.

-Me siento tan mal – suspiró el mayor.

Cuando llegaron al condominio, Johnny cargó en su espalda a Taeyong hasta su departamento, Doyoung estaba por entrar al suyo cuando los vio llegar.

-Borracho, para variar – comentó Johnny.

Doyoung sonrió tímidamente y abrió la puerta.

-Doyoung – llamó Johnny.

-¿Si?

-Espera, necesito hablar contigo.

Doyoung tragó fuerte y asintió. Johnny no tardó en salir del departamento.

-Sé que él te hizo algo – Johnny hizo una pausa -¿Has pensado en denunciarlo?

Doyoung negó con la cabeza.

-¿Por miedo? ¿Te amenazó?

Doyoung negó con la cabeza de nuevo.

-Yo estuve de acuerdo todo el tiempo.

-¿Qué?

-No me forzó, lo juro.

-Doyoung, puedes decirme la verdad; no te haré nada.

-Esa es la verdad.

Johnny suspiró y asintió.

-De acuerdo.






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-Lo está cubriendo – dijo Johnny apenas ingresó a la camioneta de Taeil.

-¿Quién a quie´n? – preguntó Jaehyun.

-Doyoung – respondió Johnny.

-¿Hablaste con él? – cuestionó Taeil.

-Sí, dice que todo estuvo de acuerdo todo el tiempo. La verdad no le creo nada.

-Ambos están locos – bufó Jaehyun.

-No me extrañaría que Doyoung entrara a su departamento ahorita – dijo Johnny.







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-¿Qué haces aquí? – bufó Taeyong al ver a Doyoung en la cocina de su departamento. Acaba de despertarse.

-No tienes casi nada para comer, así que estoy haciendo un ramen instantáneo con algunas verduras de mi casa.

-¿Eres sádico, psicópata o algo por el estilo?

-Quizá un poco de todo. ¿Por qué? – sonrió el menor.

-Estás en mi casa. Ya sabes, la casa de tu violador – insistió Taeyong.

Doyoung asintió.

-Estás en desventaja – agregó Taeyong.

-Me gusta estarlo.

Taeyong sonrió, se acercó a besarlo pero Doyoung se lo impidió.

-Date un baño.

-Me las vas a pagar.

-Cuantas veces quieras.

Taeyong no podía creer lo que estaba pasando; pensaba que todo era producto de su borrachera pero apenas le dio un sorbo al ramen que Doyoung había preparado se dio cuenta que era más real de lo que parecía.

-¿Envenenaste la comida? ¿Planeas asesinarme? – le preguntó a Doyoung.

-No – contestó el otro, dándole un sorbo a la porción de ramen que se había servido para comer.

-¿Qué te traes entre manos? – preguntó Taeyong.

Doyoung depositó sus palillos en la mesa.

-Después de lo que me hiciste, ya no puedo imaginarme con alguien más.

-Doyoung…  exclamó Taeyong, pues el chico se había puesto de pie.

-Sólo pienso en la próxima vez en la que me tomes desapercibido y me arrastres a tu departamento – dicho esto, tomó la silla de Taeyong y la sacó de dentro de la mesa, haciendo que el mayor quedara sentado frente a él; por su parte, Taeyong estaba atónito.

-No quiero que estés con nadie más, sólo quiero que seas mío – Doyoung se sentó en las piernas del pelinegro.

-Pensé que no era tu tipo – murmuró el mayor con una sonrisa perversa.

-No lo eres, pero puedes llegar a serlo.

-Eres odioso.

Doyoung sonrió.

-Quiero sentir el piercing de tu lengua hasta lo más profundo de mi ser – le susurró al oído.

Taeyong sintió cómo su pene daba un salto. Besó al menor con hambre mientras lo conducía hacia el primer mueble que vio.

-He hecho esto con mujeres, pero nunca con un hombre – advirtió Taeyong, desabrochando el pantalón de Doyoung.

-Yo no lo había hecho con nadie cuando nosotros—

-No estuviste nada mal – confesó Taeyong para después bajar la ropa interior del menor, liberando su semi-erecto miembro.

Taeyong tomó aire y engulló el pene de Doyoung casi por completo. Aprovechó la distracción del otro para meter un dedo en su interior.

-Tae— yong – gimió Doyoung.

-Hey, no tan rápido – susurró Taeyong cuando Doyoung amenazó con venirse; se bajó los pantalones y la ropa interior ante la expectante mirada del menor.

Doyoung abrió sus piernas un poco más para que Taeyong se acomodara mejor. Apenas Taeyong introdujo su miembro, Doyoung se vino.

-Lo siento – murmuró el menor.

Taeyong sonrió de medio lado y comenzó a embestirlo con fuerza. Doyoung quería sentirlo más, así que se sentó sobre el pelinegro, haciendo que este golpeara su próstata debido a la posición.

-Así que… tomando la iniciativa, ¿no? – dijo Taeyong.

Doyoung le besó con hambre, moviendo sus caderas frenéticamente, logrando que el pelinegro jadeara.

-Estoy cerca – gimió Doyoung, arañando la espalda de Taeyong, el cual sólo asintió.

Segundos después ambos terminaron al mismo tiempo.







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//Días después//

Jaehyun, Johnny y Taeil estaban sentados en la sala del departamento de Taeyong.

-Pregunten – suspiró el pelinegro encendiendo un cigarrillo.

-¿Qué pasó con Doyoung? – preguntó Taeil.

-¿Qué pasó de qué? Vamos, Taeil, olvida ya ese tema – respondió Taeyong.

-Eso le he dicho pero él sigue enganchado con eso – acusó Jaehyun.

-Sí, es obvio que Taeyong y Doyoung son un par de psicópatas masoquistas adictos al sexo – agregó Johnny.

Taeyong le dio una calada a su cigarrillo.

-Estás en todo lo cierto – exclamó Taeyong, exhalando el humo del cigarrillo -Siempre supe que Doyoung escondía algo.

-Es que… no entiendo, ¿eres homofóbico o no? – preguntó Taeil.

El pelinegro suspiró y miró fijamente al mayor.

-Lo que haga con él no es de su incumbencia – bufó.

-¿Qué? – contestó Taeil.

Jaehyun y Johnny se miraron.

-Ya, Taeil, déjalo ser – dijo Johnny -Taeyong está bien, ya no bebe tanto y está dedicado a la banda.

Taeil tomó aire.

-De acuerdo – murmuró.

-Bien, entonces vámonos al bar que hoy somos la banda principal – dijo Taeyong; apagó su cigarrillo, tomó su chaqueta y salió del departamento, en ese momento, Doyoung salía también.

Jaehyun y Johnny entendieron la situación y arrastraron a Taeil hacia afuera del condominio.

-¿Presentación? – preguntó Doyoung señalando la guitarra que Taeyong cargaba en su espalda.

-Sí – Taeyong se acercó a Doyoung y lo jaló hacia su cuerpo -¿Tu cama o la mía?

Doyoung sonrió.

-La mía, mi hermano tiene guardia.

Taeyong asintió y lo besó posesivamente.

-Te veo en unas horas – murmuró sobre los labios del menor.

-Suerte – dijo Doyoung.

Taeyong lo liberó, se giró y bajó las escaleras. Doyoung ingresó a su departamento.

-¿El vecino y tú…? – preguntó su hermano, mientras terminaba de beber su café.

-Sí, el vecino y yo – contestó Doyoung.

-Vaya, quién lo diría – exclamó el otro.




F I N

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