Capítulo 3:
Travieso
Travieso
Los
tres días de la suspensión de Donghyuck estaban por terminar; Mark había disfrutado
de la ausencia y las entradas ruidosas del menor a su oficina, pero
extrañamente se encontró pensando demasiado
en él.
Caminaba
rumbo a su auto, cuando desde lejos notó algo extraño en éste.
-No,
no, no, no puede ser – corrió hacia él -No, las llantas, son nuevas – decía al
borde de la desesperación.
Las
cuatro llantas estaban desinfladas o, mejor dicho, cortadas. En el panorámico
había una nota, que decía:
No me
extrañe mucho ;)
Mark
arrugó la nota y la lanzó lo más lejos que pudo. Entró a su auto y se puso a
llorar. Tras haberse tranquilizado, llamó a una grúa y llevó el auto directo al
mecánico.
-Quien
lo hay hecho, sí que te odia – comentó el mecánico.
-No
tanto como yo a él – respondió Mark; su suelto de un mes se había ido en otras
llantas.
🍎📚
[Al día siguiente]
Mark
entró al salón y ahí estaba su peor pesadilla. Trató de actuar como si nada,
pero la sonrisa estúpida de Donghyuck le tenía hastiado.
-¿Por
qué no quiso recibir mi tarea? – reclamó Donghyuck tras acabar la clase.
-¿Crees
que mereces un 100 luego de lo que hiciste?
-Eso
fue personal, no mezcle las cosas.
-¿Personal?
-Por
Lucas, sigue evitándome. Le declaré la guerra, ¿no recuerda?
Mark
respiró profundo.
-Lo
que hiciste fue un acto de vandalismo y eso no está permitido en esta
institución, así que lo más seguro es que te expulsen.
-El
tío Doyoung nunca lo permitirá.
-¿Es
tu tío?
-Sí,
está casado con Jaehyun, el hermano de mi papá.
Mark
se cubrió el rostro con ambas manos.
-Entonces,
¿recibirá mi tarea?
Mark
le arrebató el USB de las manos y pasó los archivos a su laptop.
-Vete
– exigió entregándole el dispositivo.
El
mayor comenzó a considerar su renuncia, pero estaba en pleno divorcio y
quedarse sin trabajo no era la mejor opción.
🍎📚
Donghyuck
llevaba una semana sin causar problemas; asistía a todas sus clases, entregaba algunas
tareas, pero seguía mal contestando a los profesores.
-Has
estado muy tranquilo, ¿qué tramas? – preguntó Mark tras toparse con él en la
cafetería de la escuela.
-Nada,
sólo estoy feliz.
Mark
levantó una ceja.
-Regresé
con Lucas – agregó el menor con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Qué?
-Oiga,
es algo fuera de la escuela, así que no se meta - bufó -Logró librarse de la
demanda porque soy mayor de edad. Le dije que no habría problema – palmeó el
hombro derecho de Mark.
El
chico regresó con sus amigos y Mark se quedó estático por casi un minuto, luego
recibió una llamada de su abogado en la cual le decía que su ex-esposa pedía
una pensión, tuvo que irse de emergencia.
-Hey,
Donghyuck, ¿escuchaste que le cortaron las llantas al maestro Mark? – preguntó
Jaemin.
-Sí,
pobre – contestó el aludido mientras comía su sándwich.
-¿Quién
habrá sido? – preguntó con ironía Renjun, mirando fijamente a Donghyuck.
-Estaba
suspendido – se excusó el moreno -Ese maestro vive estresado, qué horror.
Renjun
negó con la cabeza; por más que quisiera a Donghyuck, había momentos en los que
deseaba no haberlo conocido.
-No
– exclamó Donghyuck, mirando con horror su celular.
-¿Qué
pasó? – preguntó Jeno.
-Tengo
que irme – se levantó de la mesa a toda velocidad, se colgó la mochila y corrió
hacia la salida de la escuela mientras llamaba a Lucas, el cual no contestaba -No te puedes ir a Hong Kong, no puedes – decía para sí mismo mientras las
lágrimas caían recorrían sus mejillas.
🍎📚
Mark
desfrutaba de su domingo, cuando el timbre de la casa sonó. Se levantó con
pesadez del sillón y fue hacia la puerta.
-¿Donghyuck?
– exclamó tras verlo con una pastel en las manos -¿Qué— - no pudo decir nada
más pues el postre terminó en su cara.
-Eso
fue por Lucas – se dio la media vuelta con intenciones de irse, pero Mark le
tomó fuertemente de la muñeca y lo metió a la casa.
Donghyuck
estaba sentaba en el sillón de la sala mientras esperaba a que Mark regresara
del baño.
-Me
sorprende que no te hayas escapado – dijo Mark mientras le limpiaba la cara con
una toalla mojada.
-Está
lloviendo – dijo el menor.
Mark
lanzó un suspiro.
-¿De
dónde rayos sacaste un pastel?
-Mis
papás tienen una repostería así que tomé uno sin que se dieran cuenta – explicó
el menor como si nada.
-Esto
fue una agresión directa, así que al fin podrán expulsarte.
-¿Y
qué ganaría con eso?
-Ya
no verte.
Donghyuck
rodó los ojos.
-Ya
le dije por qué lo hice.
-Donghyuck,
sólo tienes 18 años, tienes una vida por delante. Conocerás a otras personas—
-Pero
no serán Lucas.
-Sólo
es un capricho.
-Se
fue a Hong Kong – rompió en llanto -Ni si quiera se despidió, sólo me mandó un
estúpido mensaje diciendo que se iba y que gracias por todo.
Mark
sintió pena por aquel muchacho.
-Si
usted no nos hubiera acusado, el seguiría conmigo.
-Te
llevaré a casa – Mark prefirió ignorar los reclamos de Donghyuck.
El
aludido asintió. Mark tomó un paraguas; apenas abrió la puerta, la lluvia le
golpeó directo en la cara.
Una
vez que ambos estuvieron dentro del auto, Mark le pidió indicaciones a
Donghyuck.
-No
me acuse con mis padres, ¿sí? Ellos están en contra de la violencia.
Mark
asintió; estaba más preocupado por mantener la vista al frente pues la lluvia
era tan fuerte que no le dejaba ver casi nada.
Para
cuando llegaron a casa de Donghyuck, éste se había dormido. Mark se acercó un
poco con intenciones de despertarlo, pero terminó observándolo detenidamente.
-Te
ves tan indefenso dormido – murmuró -Cuando en realidad eres un demonio – inconscientemente,
le acarició la mejilla; tras darse cuenta de su acción, alejó la mano como si
se hubiera quemado.
Donghyuck
comenzó a despertar.
-¿En
dónde estamos?
-En
tu casa – respondió Mark mirando fijamente al frente.
-Oh,
qué rápido. Gracias – salió del auto con lentitud debido a que estaba soñoliento.
Mark
no pudo evitar sonreír ante su torpeza. Regresó a su hogar con la sensación de
la tersa piel de Donghyuck en la mano.
Continuará…
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