Capítulo 5:
Insana tentación
Insana tentación
Donghyuck
apretaba con fuerza la camisa de Mark, quien le besaba y embestía ferozmente.
Su frente estaba bañada en sudor, sus labios hinchados y su cuello repleto de
marcas.
|Flashback|
-No
sabe cuánto esperé por esto – dijo Donghyuck una sonrisa de oreja a oreja.
Mark
había caído en el hechizo del menor; volvió a besarlo, pero esta vez con lascivia
pura.
-No
juegue conmigo, lo digo en serio – murmuró Donghyuck.
-Ojalá
lo estuviera haciendo – respondió Mark y lo guió hacia el sillón de la oficina.
Donghyuck
miraba atentamente al mayor, el cual se estaba quitando la corbata.
-¿Por
qué no sales corriendo? Si te quedas aquí, no podré detenerme – advirtió Mark.
El
menor no dio respuesta alguna.
-¿Donghyuck?
– insistió el profesor, recostándolo en el sillón.
-Huir
es lo que menos quiero hacer en este momento – dijo el moreno.
Mark
sonrió derrotado; volvió a besarlo asegurándose de introducir su lengua, algo
que arrebató un suave jadeo de la boca del Donghyuck.
-Nunca
imaginé que tendría el cuerpo marcado – exclamó el menor una vez que había
terminado de desabrochar la camisa de Mark; recorrió su pecho con ambas manos.
-No
habías observado correctamente – dijo el mayor, sonriente y lo besó de nuevo.
Mientras Mark estaba entretenido besando el cuello del menor, éste luchaba por quitarse los pantalones.
|Fin del
flashback|
Donghyuck
echó la cabeza hacia atrás, viniéndose entre sus cuerpos. Mark terminó segundos
después.
🍎📚
Mark
se vestía mientras observaba al menor dormir en el sillón. Se veía inofensivo y
tierno; no le agradaban esas cosas, pero con Donghyuck todo era diferente. No
sentía remordimiento como cuando lo besó sin su permiso, pero sentía algo
extraño en sus vísceras y no quería averiguar qué era.
Se
acercó al moreno y lo movió con suavidad para despertarlo.
-Donghyuck
– le llamó.
-No…
cinco minutos más – murmuró el menor.
-Ya
es tarde, te llevaré a casa.
Donghyuck
asintió soñoliento y comenzó a vestirse mecánicamente. Mark guardó algunas
cosas en su maletín, apagó la computadora y se aseguró de no dejar evidencia de
lo que había pasado.
-Tengo
hambre – se quejó el mayor mientras frotaba su ojo derecho con la mano -Y estoy
sudado.
Mark
no supo cómo tomar aquello.
-¿Me
invita a comer? Es lo menos que puede hacer luego de haberme—
El
mayor le cubrió la boca con una mano; ya habían salido de la oficina y un
intendente pasaba por ahí.
-Sí,
está bien. Vamos – susurró.
🍎📚
Se
suponía que llevaría al menor a casa, hablaría con él y asunto arreglado, pero
estaba haciendo todo lo contrario.
Estaban
estacionados en un callejón cercano al restaurante en el que habían comido. El
moreno estaba sobre sus piernas mientras lo besaba con hambre.
-Basta…
Donghyuck – dijo Mark entre besos -Debo llevarte a casa.
-Usted
empezó – dijo el menor, besándole el cuello.
-Lo
sé, pero—
-Ya,
cállese.
Donghyuck
lo besó de nuevo, Mark luchaba con todas sus fuerzas para no caer nuevamente en
el juego del moreno.
-Donghyuck…
El
menor había metido una mano dentro del pantalón de Mark.
-Seré
rápido – le susurró al oído.
Donghyuck
parecía tener experiencia en eso. Mark se sentía en el paraíso; fue cuestión de
unos minutos para que se viniera en la mano del otro.
-¿Le
gustó?
Mark
asintió mirando hacia el techo del auto, estaba agitado a no poder más.
-S-sí…
- contestó en un hilo de voz.
-Qué
bueno – dijo el menor sonriente y regresó a su asiento.
Una
vez que Mark aclaró la mente, lo llevó a casa.
-Donghyuck
– llamó al menor, el cual estaba por salir del auto.
-¿Qué?
-¿Sin
remordimientos?
-Sin
remordimientos – sonrió y salió.
Mientras
Mark conducía de vuelta a su casa, no podía dejar de pensar en las marcas que,
por idiota, había dejado en el cuello de Donghyuck. Suplicaba porque el menor
fuera discreto, pero, ¿qué era la discreción para él?
🍎📚
[Al día siguiente]
Mark
estaba capturando calificaciones de parciales en la computadora cuando
Donghyuck entró a su oficina sin tocar, para variar.
-Hola
– saludó y se sentó en el escritorio.
-¿Qué
haces aquí? Deberías estar en clase – preguntó tratando de no mirar fijamente
las marcas que había en el cuello del menor.
-Me
aburre historia – bufó Donghyuck -Así que… vine a visitarlo.
Mark
tomó aire y se retiró los lentes.
-Necesitamos
hablar seriamente.
-Dígame.
-Lo
que pasó ayer fue… muy bueno, es verdad, pero no quiere decir que por eso vamos
a tener algo. Soy tu profesor y—
-Eso
no le importó ayer, ¿por qué ahora sí? – interrumpió el menor.
El
mayor se sobó la sien.
-Cometí
un grave error al enredarme contigo, lo sé – suspiró.
-No
se preocupe, sabía que diría eso, por eso vine, para que lo sacara de su pecho,
se sintiera bien y no anduviera dando clases de mal humor.
Mark
se sorprendió ante la simpleza con la que el menor trataba aquel problema.
-Qué
bueno que comprendas – dijo no muy convencido.
-No
es el primero que me lo dice – Donghyuck bajó del escritorio y salió de la
oficina.
Continuará…
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