CapÃtulo 4: El momento
Lucas condujo a casa de
Jungwoo. Antes de presionar el timbre, respiró profundo un par de veces.
-Hola – saludó Jungwoo.
-Hola.
Jungwoo le indicó que
pasara.
-¿Quieres comer o beber
algo?
-¿Tienes algo fuerte? –
preguntó Lucas mientras se sentaba en uno de los muebles de la sala.
-No hay alcohol si eso es
lo que buscas.
-Iré por un vino entonces –
se puso de pie, pero Jungwoo le detuvo de la muñeca.
-No, odio el olor a alcohol
y no quiero que me lo hagas estando ebrio.
-Qué aburrido eres – bufó -Entonces…
¿en dónde quieres que lo hagamos?
Jungwoo soltó un largo
suspiro.
-En mi habitación.
Lucas no era de fijarse
mucho en su alrededor, pero el departamento del mayor sà que habÃa llamado su
atención.
-¿Estudiaste diseño?
-Obvio, ¿por qué crees que
he dirigido algunas campañas?
-Pensé que por ser hijo del
dueño – explicó mientras se sentaba en la cama. Notó que sobre uno de los burós
habÃa una foto de Jungwoo y Yuta. Aprovechó la distracción del mayor para poner
hacia abajo el portarretratos.
Jungwoo buscaba algunas
cosas en su clóset.
-Hmmm… no me digas que
sacarás un látigo, esposas y todo eso que le gusta a tu madrastra.
-Te prohÃbo que la
menciones aquà – ordenó Jungwoo mientras sacaba algunas velas aromáticas y
aceites.
-Con que te gusta lo
romántico.
-Obviamente. No soy como
tú, que sólo busca sexo y ya – respondió mientras encendÃa las velas -QuÃtate
la camisa – pidió mientras subÃa a la cama y se sentaba detrás del moreno.
Lucas lo hizo. Jungwoo
sintió sus mejillas arder y su entrepierna despertar cuando vio aquella marcada
espalda.
-Tienes… buen cuerpo –
dijo.
-Soy modelo, vivo de él –
respondió sÃnicamente.
Jungwoo puso algo de música
y vertió un poco de aceite olor a fresas y chocolate en sus manos para comenzar
el masaje.
-Lo haces bien – murmuró
Lucas, dejando se envolver por la suavidad de las manos del otro.
-Gracias – susurró en su
oÃdo. Cuando sintió que Lucas estuvo lo suficientemente relajado, descendió una
mano hacia su pantalón, lo desabrochó con delicadeza.
-Vaya forma que usas para
hacer caer a los hombres – dijo el menor, ayudándolo a desabrochar el pantalón.
-Muchos como tú han caÃdo –
le lamió la oreja mientras comenzaba a acariciarle el pene.
-¿Como yo?
-SÃ, heteros que juran que
nunca estarán con un hombre, pero apenas prueban uno, enloquecen.
Lucas apartó la mano del
mayor, se volteó y lo recostó en la cama.
-¿Quién enloquecerÃa por
ti? – preguntó, mirándolo fijamente.
-Muchos – dicho esto,
Jungwoo lo atrajo a su cuerpo.
-Déjame recordarte que sÃ
he estado con hombres y todos han regresado por más.
Ambos se besaron con
hambre. Lucas le quitó la camisa para poder besarle el cuello sin
interrupciones.
-¡Ah! – Jungwoo gimió cuando
Lucas le mordió el cuello.
-Con que asà te gusta.
-No – bufó el otro.
Lucas prácticamente le arrancó
los shorts junto con la ropa interior.
Jungwoo tomó la mano
derecha del moreno y se introdujo dos dedos a la boca, lamiéndolos y
succionándolos mientras lo miraba con lascivia.
-Mételos – indicó.
Lucas sonrió y los
introdujo a la vez que disfrutaba de las expresiones que Jungwoo hacÃa cada vez
que los movÃa.
-Estás bastante mojado –
indicó.
-C-cállate.
Lucas sonrió con burla y lo
besó con lascivia dejando que su lengua saboreara la boca del otro.
-L-lucas… mnh— - rompió el
beso cuando sintió que el mayor le masturbaba.
Lucas dejó de masturbarlo y
lo miró fijamente.
-Ni creas que ya se me
olvidó que me debes una mano – dijo mientras acariciaba los labios del otro e
introducÃa el dedo pulgar en su boca.
Jungwoo asintió. Cambiaron
de posiciones y ahora Lucas se encontraba sentado en la cama con la espalda
recargada en la cabecera y las piernas extendidas y abiertas. El mayor se ubicó
entre éstas. Tomó un poco más de aceite y comenzó a masajear las torneadas
piernas del moreno, al igual que su vientre, disfrutando de cómo reaccionaba su
miembro.
Lucas estiró la mano, lo
tomó de la barbilla y le obligó a mirarlo a los ojos.
-Quiero venirme en tu boca.
Jungwoo sintió una punzada
en su entrepierna. Asintió y se acomodó para comenzar a engullir el miembro del
moreno, mientras que con su mano libre acariciaba sus testÃculos. Lucas comenzó
a mover las caderas, penetrando la boca del otro.
-Mnh… ya— casi – jadeó
Lucas embistiendo la boca de Jungwoo, terminando al poco tiempo.
El mayor tragó aquello,
pues sabÃa que eso era lo que Lucas querÃa.
-Ahora, que comience la
fiesta – dijo el menor, sonriendo con lascivia.
Volvieron a cambiar de
posiciones, quedando Jungwoo debajo del cuerpo del moreno, quien tomó uno de
los condones que habÃa sobre el buró, lo abrió con los dientes y se lo puso.
-Abre bien las piernas –
ordenó.
-Tienes que volver a
prepararme – interrumpió Jungwoo.
Lucas bufó irritado, tomó
uno de los frascos de aceite, mojó sus dedos con este y los introdujo en
Jungwoo.
-¿As�
El mayor guiaba los
movimientos de la mano del otro.
-S-sÃ…
Lucas sonrió. Retiró sus
dedos y comenzó a abrirse paso dentro del mayor. Jungwoo arqueó la espalda tras
sentir la intromisión.
-Ah, estás muy apretado –
jadeó Lucas. Gotas de sudor resbalaban por su pecho, haciéndolo todo aún más
excitante.
-S-sólo cállate y muévete.
Lucas sonrió malévolamente.
Sujetó con fuerza las caderas de Jungwoo, asegurándose que sus dedos se
enterraran en su delicada piel y comenzó a embestirlo con fuerza.
-N-no… ¡ah! Lucas – Jungwoo
no podÃa articular palabra, estaba extasiado.
El menor se acercó a su
boca y lo besó, soltó las caderas del otro para tomarlo de ambas manos y
ponerlas sobre su cabeza, Jungwoo enredó ambas piernas en la cintura de Lucas.
-L-lucas… más… quiero más –
gemÃa el mayor.
El aludido podÃa sentir
cómo el cuerpo del otro vibraba con cada embestida suya. No se arrepentÃa de
haber cambiado un poco el plan. Jungwoo se habÃa convertido en su tipo…
delicado, pero sensual.
-Estoy— mn… ah… ya voy a
acabar – gimió el mayor.
Lucas aumentó el ritmo de
sus caderas, llegando ambos al orgasmo mientras se besaban con dedicación.
Tras descansar un par de
minutos en aquella posición, Lucas salió de Jungwoo, se retiró el condón y lo
tiró al bote de basura.
-Espero que con esto me
dejes en paz – dijo Jungwoo.
-Lo dudo mucho – contestó
Lucas mientras buscaba algo en su chaqueta.
-¿Ya te vas? – preguntó el
mayor pues Lucas parecÃa muy ocupado con su celular.
El moreno ignoró las
palabras del otro y le mostró la pantalla de su Iphone.
-Hagamos un trato.
Jungwoo abrió los ojos con
sorpresa tras ver lo que habÃa en la pantalla. El celular del menor estaba
vinculado a una cámara escondida en alguna parte de su habitación.
-¡¿Qué mierda hiciste?! –
gritó Jungwoo, tratando de arrebatarle el teléfono.
-Te lo dije, eres mi mina
de oro.
Jungwoo tomó el control del
aire acondicionado y se lo lanzó, pero Lucas lo esquivó. Comenzó a lanzarle
todo lo que habÃa a su paso, pero Lucas continuaba esquivándolo.
-¡Eres un hijo de puta!
¡Borra ese vÃdeo!
-Nope, a menos que aceptes
mis términos.
Jungwoo comenzó a llorar
debido a la impotencia que le producÃa el engaño del que habÃa sido vÃctima.
Lucas notó aquello y sonrió.
-Si no lo haces, me veré en
la triste situación de tener que publicarlo.
-¿Qué quieres? – se limpió
las lágrimas y tomó su albornoz de Versace para cubrirse.
-Que sedas tus acciones a
Hyoyeon.
Jungwoo palideció ante
aquellas palabras.
-¡¡Jamás!!
-Bueno, entonces proseguiré
a—
-Déjame pensarlo.
Lucas le miró con sorpresa.
-Vaya, tu madrastra tenÃa
razón. Eres un idiota.
-SabÃa que se traÃan algo
entre manos. Malditas vÃboras.
-Tienes 48 horas – Lucas
guardó su celular y comenzó a vestirse -Si te sirve de algo, otro chico iba a
hacer el trabajo por mÃ, pero decidà cambiar algunas cosas del plan para
hacerlo más interesante – salió de la habitación de Jungwoo.
El mayor salió detrás de
él.
-Ni piensas empujarme por
las escaleras – advirtió Lucas.
-LeÃste mi mente.
-Nos vemos en la empresa –
salió del departamento.
Apenas la puerta de cerró
detrás del moreno, Jungwoo se tiró al piso a llorar. Se odiaba por haber sido
tan confiado, por haberse ilusionado de aquella manera tan estúpida.
💘
Lucas llegó a su casa.
Mientras ingresaba por la puerta del garaje pudo ver cómo un chico bajaba a
toda prisa por las escaleras. No era la primera vez que lo veÃa.
-Vaya, con que mi querido
hermanito también anda metido en lÃos – dijo para sà mismo.
Subió a su habitación y se
recostó en la cama. Cerró los ojos tratando de tranquilizarse.
-Jungwoo… - suspiró.
Su tranquilidad se vio
interrumpida por la vibración de su celular.
-¿Lo conseguiste, cariño?
-Claro.
-¿Cuál fue su reacción cuando vio al chico?
-Muy… interesante.
-¡Aww! Me gustarÃa verla, pero estoy alistándome para una cena con mi
marido.
-Te entiendo.
-Pero te prometo que voy a compensártelo, ya sabes cómo.
-Princesa, ¿ya estás lista?
-SÃ, amor. Ya voy. Te dejo, tesoro. Bye.
-Bye.
Lucas cortó la llamada.
-Mierda – exclamó tras
recordar que no habÃa desvinculado su celular de la cámara en la habitación de
Jungwoo. Ingresó a la aplicación y estuvo a nada de lanzar su Iphone por la
ventana cuando vio al mayor y a Yuta teniendo relaciones en la cama.
Algo en su interior comenzó
a arder. Apretó la mandÃbula con fuerza. Desvinculó la cámara y bloqueó su
celular.
-Me las vas a pagar – dijo
para sà mismo para después ingresar al baño.
Continuará…
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