Capítulo 3
Agridulce
Agridulce
-¡¿Cómo que no lo has matado?! – preguntó Doyoung totalmente
histérico.
-Hey, te dije que tenía mis métodos para trabajar y los
aceptaste – pausó y se levantó de su silla para caminar hacia Doyoung -Supongo
que Jaehyun ya descubrió nuestro negocio – dijo mientras tocaba el cuello de
Doyoung, el cual estaba marcado.
Doyoung se alejó rápidamente.
-Sólo… mátalo – dijo entre dientes.
-¿A quién? ¿A Wonho o a Jaehyun?
-No te hagas el gracioso.
-Escucha, zorrita, cuida ese modo tuyo de hablarme porque
podría asesinarte ahora mismo si lo quisiera – llevó una mano hacia la pistola
que cargaba en un costado.
Doyoung suspiró cansado.
-No sé qué es lo que le hayas hecho a tu dueñ– Jaehyun
pero fíjate que vino a verme para ofrecerme el triple de lo que tú me pagarías
– comentó Kihyun.
-¿Para qué?
-Para que no mate Wonho.
-¿Qué? ¿Vas creerle a ese idiota?
-No lo sé, ¿debería hacerlo?
-¡Claro que no! Él sólo quiere hacerme la vida imposible.
Kihyun sonrió.
-¿Qué demonios hiciste para ganarte su odio? Aunque… no creo
que te odie tanto, no te ha matado y te coge seguido.
Doyoung apretó los puños fuertemente.
-Está bien, mataré a Wonho pero tendrás que pagarme más de
lo que tu querido Jeffrey me ofrece. ¿Tienes ese dinero?
-Puedo robárselo.
-Ya veo, ventajas de ser su zorrita.
-Entonces, ¿el trato sigue en pie?
-Por supuesto.
✖
De nuevo ahí estaba Kihyun, vestido con esa ridícula ropa,
fingiendo aquella malévola inocencia para seducir a Wonho a quien llevaba días
sin ver.
-¿Por qué no contestabas mis llamadas? Pensé que te habías
cansado de mí – comentó el mayor.
-Te dije que iba a visitar a mis padres y que no tenía
permitido usar el celular con ellos.
Wonho suspiró, relajándose.
-Lo siento, lo olvidé – sonrió apenado.
-¿Qué es eso? – preguntó señalando la bebida que Wonho tenía
en una mano.
-Es en lo que estuve trabajando el tiempo que te fuiste. Es
una mezcla de café con jarabe de cereza, crema, leche y… más cerezas.
-No me digas que te inspiraste de–
-De lo que pasó en tu cocina – dijo sonriente.
-¿Puedo probarlo? – preguntó, estirando los brazos para
tomarlo.
-No, tendrás que esperar hasta que termine mi turno.
Kihyun hizo un puchero.
-Está bien, entonces dame lo de siempre.
-Enseguida.
Muy pero muy en su interior, Kihyun comenzó a reconsiderar
la oferta de Jaehyun pero un mensaje de Doyoung le hizo olvidar esa idea.
“Ya tengo el dinero. Espero que cumplas con tu parte esta semana.”
-Mierda – murmuró para sí mismo. Tendría que convencer a
Wonho para alejarse de la ciudad y poder asesinarlo sin problemas.
✖
Wonho había llegado al departamento, Kihyun no necesitó
esforzarse mucho para convencerlo; fue cuestión de una mamada.
-Pensé que no podías vender bebidas alcohólicas en la
cafetería – comentó Kihyun mientras observaba detenidamente la bebida.
-No, no puedo. Esta es mi versión especialmente para ti –
respondió Wonho, rodeándolo con ambos brazos.
Ambos estaban estacionados en un acantilado no muy lejano,
el cual les ofrecía una hermosa vista de las luces de la ciudad.
-¿Quieres embriagarme? – preguntó Kihyun.
-¿Acaso nunca lo has hecho?
Kihyun negó con la cabeza.
-No lo tengo permitido – mintió. Claro que lo había hecho,
pero debía seguir con el rol de chico inocente.
-No te preocupes, no le contaré a tus padres – le susurró al
oído.
Kihyun sonrió y bebió un poco de aquel frappuccino que se
derretía lentamente debido al calor primaveral que azotaba la ciudad.
-¡Mmm! Está delicioso – exclamó.
-¿Sabes qué lo está aún más? – ronrroneó Wonho mientras se
frotaba el miembro con una mano.
-¿Qué es? Dime – respondió Kihyun depositando la bebida en
el portavaso para después sentarse en las piernas del mayor.
-Adivina – le mordió el lóbulo.
-Mejor me lo demuestras, ¿no crees?
Wonho lo besó con ferocidad; quizá los planes de Kihyun
habían cambiado un poco, pero no le molestaba hacer algunos ajustes.
-Me encanta esta posición - jadeó Kihyun en el oído de
Wonho.
-Lo sé – respondió Wonho aumentando el ritmo de sus
penetraciones.
-E-espera… no tan fuerte – pidió.
-Es tu culpa por ser tan hermoso – contestó Wonho
mordiéndole un pezón.
Kihyun arqueó la espalda, dejando que el orgasmo se
apoderara de él.
-Y tan peligroso a la vez – susurró Wonho, acercando su
rostro para besar sus labios antes de venirse.
Luego de aquella calurosa aventura, ambos se acurrucaron en
el asiento trasero para dormir. Kihyun fingió haber quedado dormido antes que
Wonho.
En cuestión de un par de minutos, el mayor se había sumido
en sueño profundo; Kihyun aprovecharía el momento para cumplir con su plan. Los
fuertes brazos de Wonho alrededor de su cintura, le bloqueaban un poco los
movimientos, pero con lentitud y sigilo, logró sacar la navaja que guardaba en
su mochila.
De pronto, Wonho comenzó a moverse, apretando más sus brazos
en el cuerpo de Kihyun, dejándole sin movimiento.
-¿Creíste que caería en tu juego? – susurró Wonho en su
oído.
Kihyun pegó un brinco y con dificultad escapó de aquel
agarre.
-N-no sé de qué hablas – mintió.
-Tu verdadero nombre es Kihyun y eres un asesino a sueldo –
sentenció el mayor.
Kihyun estaba estático.
-Pero, ¿qué crees? Yo también lo fui – Wonho sacó una
pistola.
Kihyun sonrió.
-Lo sé, por eso mismo descargué a tu bebé – señaló el arma.
En ese momento, Wonho se dio cuenta de lo liviana que se sentía.
-¿En qué momento…? – exclamó Wonho, sorprendido.
-¿Por qué crees que estuve frotando mi trasero contra tu
pene hace un rato? Para distraerte, mientras la descargaba. Parece que
olvidaste tus conocimientos.
Wonho soltó el arma y se lanzó a Kihyun, quien no dudó en
hacerle un corte en la mano, causando que el mayor tomara distancia.
-¿Quién te informó? – preguntó Kihyun.
-Haces tratos con su zorra – respondió Wonho.
-Hmm… Jaehyun.
Wonho asintió.
-Descubrió a Doyoung haciendo tratos contigo y me ordenó
matarte al poco tiempo de que te conocí.
-Vaya, qué pequeño es el mundo – bufó Kihyun -Bueno,
querido, no puedo quedarme a hablar el tiempo que quieras; tengo que cumplir
con la orden.
Wonho tragó fuerte; había confiado demasiado en sus oxidadas
habilidades, por lo que no tenía un plan b. El plan había sido embriagarlo y
matarlo mientras dormía. Kihyun se le acercó con la navaja.
-¿No suplicarás por tu vida? – preguntó Kihyun.
-No.
-Dejarás a tus cafeterías MoMo a la deriva…
-Sólo hazlo y ya – dijo.
El menor sonrió y se acercó más a él. Lo besó intensamente,
Wonho correspondió a dicho beso; de pronto, sintió una punzada en un costado de
su cuerpo. Apretó los ojos y escuchó la maquiavélica risa de Kihyun.
Continuará…
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