20 de julio de 2020

trigger - capítulo 7



Capítulo 7. Daño


Mark estacionó su auto en el garaje y luego ingresó a la casa. Sintió un escalofrío recorrer su espalda; llevaba años sin experimentar una sensación así.

La casa estaba en orden, pero en completo silencio. Miró su reloj, eran casi las 10 de la noche; su novia solía estar viendo una serie en la sala a esa hora. Subió a su habitación con cuidado de no hacer ruido. La puerta estaba entre abierta.

-No… - fue lo único que salió de su boca, luego de que el triste recuerdo de la casa de los Lee llegara a su mente. Apresuró el paso y terminó de abrir la puerta.

-¿Me extrañaste?

Y como si una de una pesadilla se tratara, ahí estaba Donghyuck, con una pistola en las manos apuntando a la cabeza de Chae Yeon, quien estaba en una silla, amarrada de pies y manos y amordazada.

-¡¿Qué mierda haces aquí?! ¡Suéltala! – gritó apenas pudo asimilar lo que estaba pasando.

-Vine a hacer justicia, asesino – Donghyuck dirigió el arma hacia Mark.

Chae Yeon miró con confusión y terror a Mark. Donghyuck se percató de aquella reacción.

-Oh, al parecer no sabe de tu oscuro pasado – Donghyuck se agachó hacia la chica, Mark quiso acercarse, pero el moreno hábilmente dirigió su arma hacia él, nuevamente -¿Por dónde empezar? ¿Qué tal por la parte donde tu querido novio me secuestró y vendió a un depravado? – pausó, disfrutando de cómo el rostro de la joven se desencajaba con cada palabra -Y con ese dinero puso el negocio del que comes, linda – le acarició la mejilla.

-¡No lo escuches! El— él fue quien asesinó a mi novia – exclamó Mark, buscando escapar de la verdad.

-¡Sabes que no fue así! Viste el vídeo que mostraron en el juicio, es tu maldita locura la no te deja abrir los ojos a pesar de que ha pasado tanto tiempo.

Mark quedó atónito.



|| Flashback ||

El abogado defensor dijo que tenía evidencia fidedigna que dejaría en claro la inocencia de su cliente.

-¿Por qué trajeron una televisión? ¿Qué está pasando? – cuestionó Mark a su abogado.

-Lo que verán a continuación es la grabación de la cámara de seguridad que se encuentra en el estudio del señor Lee – el abogado de los Lee hizo una pausa -Les pido discreción ante las escenas que se presentarán – dicho esto, presionó “play”.

Tanto Donghyuck como Ye Bin estiraron la mano para tomar el abre cartas. La chica lo hizo primero.

-Dame la contraseña.

-N-no la sé, la cambiaron – indicó Donghyuck.

-¡No soy idiota! ¡Dímela o te vuelo la cabeza!

-¡Que no sé!

La chica enfureció y cortó a Donghyuck en el brazo. El moreno la miró asustado y aprovechó su distracción para tumbarla en el suelo y quitarle el arma.

-Con que muy hábil, ¿no? – retó la chica.

-No te acerques o disparo – amenazó Donghyuck mientras se ponía de pie.

-Hazlo, apuesto a que no tienes los huevos para matar a alguien – contestó la joven, la cual seguía en el suelo.

-Por favor…n-no te acerques.

La chica sólo sonrió con burla.

-Por favor, no quiero lastimarte.

-Pero yo sí – se puso de pie -¡Odio a la gente como tú! – se lanzó hacia Donghyuck.

De pronto ambos comenzaron a forcejear. Ye Bin continuó haciendo pequeños cortes en Donghyuck para que soltara el arma y justo cuando la joven se dirigió al cuello del chico, Donghyuck disparó.

Ye Bin cayó al piso y Donghyuck se fue al rincón, asustado.


|| Fin del flashback ||



-¡Cállate! – gritó Mark -¡¡Asesino!!

-Acabo de recordar – Donghyuck miró a Chae Yeon -Igual abusó de mí las veces que quiso—

-¡Ya basta imbécil! Deja de atormentarla. Esto es entre tú y yo.

-¿Ah sí? Entonces, ¡¿por qué metiste a mis padres?!

-No le hice nada a tus padres.

-¡Están muertos, tú mismo lo confesaste!

Aprovechando la confusión y distracción de Donghyuck, Chae Yeon había logrado desamarrar sus manos; una vez que estuvo libre, empujó a Donghyuck y Mark intentó desarmarlo.

Ambos forcejeaban mientras Chae Yeon trataba de hacer algo para separarlos; de pronto, Donghyuck pateó a Mark en las costillas logrando soltarse y salir corriendo de ahí.

Mark quiso perseguirlo, pero el dolor era intenso pues Donghyuck había dado exactamente en una de los golpes que había tenido tras la explosión. Chae Yeon le ayudó a ponerse de pie.

No se quedaría tranquilo, le encontraría y asesinaría…

o eso quería pensar.






  🥀 





  DÍAS DESPUÉS  


-Aquí la tienes – Doyoung le aporreó una hoja con la dirección de Donghyuck.

-Amable, como siempre.

-Estoy harto de ti, sólo eres una mala influencia para Jaehyun.

-¿Ah si? Lo dice el detective que sale con un hacker.

-Jaehyun es un buen chico, tú por otro lado, tienes una extraña obsesión con el asesino de tu novia. Hasta pensaría que estás enamorado de él.

-Ugh, mejor me voy. Eres demasiado molesto – bufó Mark, poniéndose de pie.

Luego de aquel incidente con Donghyuck, Mark presionó a Jaehyun para que convenciera a Doyoung a encontrar el paradero del moreno. En cuestión de días, ya se encontraba en la oficina de éste.

-¿Qué? ¿Acaso acerté? Soy detective, hijo. Sé de lo que hablo.

Mark le enseñó el dedo de en medio y salió de la oficina.

-Ahora sí, ya no tienes escapatoria – murmuró para sí mismo mientras leía la dirección en el papel.

Su celular timbró por enésima vez; era Johnny. Inmediatamente presionó “colgar”. No tenía ganas de hablar con él, necesitaba tener la cabeza fría y fija en su objetivo.






  🥀 





  AL DÍA SIGUIENTE


Mark despertó cerca de las 4:00 AM, salió de la cama con cuidado de no despertar a su novia, pero fue inútil.

-¿Qué haces despierto a esta hora? – cuestionó algo adormilada la chica.

-Iré a ver unos asuntos.

-¿Sigues buscándolo? – bufó visiblemente molesta.

-¿Quién te dijo?

-Es obvio que lo haces, Mark. Te conozco, no le dejarás en paz ni él a ti hasta que uno acabe con el otro. Estoy cansada de lo mismo.

-Tranquila, sé lo que hago.

La chica rodó los ojos y regresó a dormir.

Mark tomó algo de ropa del clóset y fue a darse un baño. Asegurándose de que su novia siguiera dormida, bajó al sótano de la casa. Metió la mano en un hoyo que tenía la pared, el cual solía cubrir con un viejo mueble, y sacó su arma.

Le había prometido a Chae Yeon que se alejaría de ese mundo, pero vamos, era obvio que nunca lo haría. Le generaba demasiada adrenalina y era algo con lo que había crecido a consecuencia de una familia disfuncional; padre ausente, madre alcohólica, hermanos en drogas o en la cárcel. Su único apoyo había sido Ye Bin, su única verdadera familia, arrebatada por un adolescente estúpido y rebelde del cual no podía librarse… o no quería.

-Aquí es… - murmuró para sí mismo tras ubicar el edificio en donde vivía Donghyuck.

Por un momento pensó que le encontraría en un lugar de mala muerte y en un condominio a punto de caerse a pedazos; pero no, era un barrio de clase media, a las afueras de Seúl.

Con ayuda de la destreza que había adquirido en su juventud, logró abrir la puerta e ingresar sigilosamente al departamento. Las luces estaban apagadas; sin embargo, el sonido de la regadera captó su atención. Preparó su arma y caminó con cuidado hacia lo que suponía sería el baño.

A la cuenta de tres, pateó la puerta y lo primero que vio fue a Donghyuck sobre las piernas de un hombre; ambos estaban en la tina y tras percatarse del intruso, se separaron inmediatamente.

-¡Vete! – gritó Donghyuck al sujeto con el que estaba, este salió de la tina con rumbo a la puerta, pero Mark le tomó del cuello y le apuntó con su arma en la cabeza -¡Déjalo ir! – pidió Donghyuck mientras se cubría con la bata de baño.

-¡¿Por qué lanzaste la granada?! – reclamó Mark.

-No sé de qué hablas yo—

-Fui yo – murmuró el sujeto capturado por Mark.

-¿Qué? – exclamaron los otros dos en unísono.

-Lo hice por Donghyuck… sufrió mucho por tu maldita culpa – pausó -Ese estúpido restaurante del que tanto estás orgulloso lo conseguiste gracias al negocio que hiciste con el enfermo de Lucas.

-¡No le defiendas! – Mark puso más presión el cuello del otro -Vi el tatuaje, sé que es él.

-Todo el que trabaja para Lucas tiene uno en el mismo lugar – movió su pierna para mostrarle a Mark, el cual terminó soltándole -Soy uno de sus abogados.

Mark estaba sumamente confundido. ¿Qué mierda hacía Donghyuck con el abogado de Lucas? ¿Cómo se había liberado de él?

-No creo ni una sola palabra, ¡¿por qué fuiste a mi casa?! – preguntó a Donghyuck.

-Asesinaste a mis padres – contestó el aludido.

-Otra vez con eso, que no fui yo.

-¿Quién más tendría razones para matarlos?

Mark soltó una risilla.

-¡¿Te parece chistoso?! – gritó Donghyuck.

-Yo te vendí al asesino.

Donghyuck abrió los ojos de par en par y palideció ante esas palabras.

-Así es, todo este tiempo estuviste conviviendo con el asesino de tus papis.

El moreno quiso lanzarse hacia él, pero el abogado de Lucas lo impidió.

-Desaparece, Mark. Ya le has hecho demasiado daño – exigió el hombre.

Mark sintió cómo aquellas palabras y la imagen de Donghyuck bañado en lágrimas, se clavaron en su pecho. Salió del departamento algo aturdido.
Donghyuck en verdad había sufrido más que él… y todo era su culpa.

Se la pasó conduciendo sin rumbo durante el resto del día. Terminó comiendo en un restaurante de paso en donde fue testigo de cómo secuestraban a una chica luego de ponerle un polvo blanco en el café.

Su mente se llenó de imágenes de los posibles destinos de aquella joven, algo similar a lo que había vivido Donghyuck. El chico había cometido un grave error en su juventud y Mark se había ensañado con hacerle sufrir durante años.

Luego recordó aquellos momentos en los que sus impulsos carnales dominaron su razón. La manera en la que el cuerpo del moreno había sido usado para saciar su propia sed, sin importarle si el otro quería o no, le creaba conflicto. Le excitaba tener control sobre él, verlo sufrir y suplicar porque se detuviera… 

Donghyuck estaba clavado en su mente y eso le asustaba.



Continuará…

13 de julio de 2020

trigger - capítulo 6



Capítulo 6. Dragón rojo


  DOS AÑOS DESPUÉS 


-Adiós, pá. Gracias por la comida, estuvo deliciosa – dijo Chenle para después darle un fuerte abrazo a Mark.

-De nada, campeón. Cuídate mucho – le dio un beso en la frente.

-Nos vemos el otro fin – dicho esto, ingresó al auto de sus padres adoptivos.

Mark se despidió de ambos señores y de su hijo; cuando estuvo a punto de reingresar a la cafetería, una fuerte explosión le lanzó a un par de metros de ahí.


|| Flashback ||

Luego de aquel negocio con Lucas, Mark decidió dar un porcentaje del dinero a Johnny, quien al principio se negó, pero terminó aceptando tras la insistencia de su amigo. Con otra parte del dinero, pagó sus deudas con gente de la cárcel y el resto lo utilizó para poner varios negocios que al principio no tuvieron nada de éxito, pero tras “un golpe de suerte”, resurgió como cual Ave Fénix y decidió poner un restaurante, el cual se había vuelto bastante famoso.

Había logrado comprarse una casa, ido de vacaciones con su hijo, así como festejarle un cumpleaños en grande. La familia adoptiva le había recibido con los brazos abiertos.

También había encontrado una persona especial en su vida, Chae Yeon*, una  joven que llegó a pedir trabajo de camarera a su restaurante y terminó flechándolo con su belleza tanto por dentro como por fuera. No podía esperar en hacerla su esposa, sólo necesitaba el momento perfecto para pedírselo.
Parecía que al fin todo estaba marchando para bien.

|| Fin del flashback ||


Mark despertó en la cama de un hospital; su hijo y sus padres adoptivos, Chae Yeon y Johnny estaban en la habitación acompañándole.

-Mark, amor – llamó su novia, tomándolo de las manos.

-¿Qué pasó? – cuestionó el aludido, quien seguía algo desubicado -¿Qué hago aquí?

-Hubo una explosión en el restaurante – explicó Johnny.

-¡¿Qué?! Ah, mierda, mi cabeza.

-No te muevas mucho – indicó su novia -La explosión te lanzó varios metros, es un milagro que sigas vivo y con sólo algunos golpes.

-Que alguien me explique qué fue lo que pasó.

Todos se miraron.

-¿Nadie piensa hacerlo? – cuestionó Mark.

-Tío Johnny, tú deberías hacerlo – dijo Chenle.

El más alto asintió. Los demás salieron de la habitación.

-¿Por qué tanto misterio?

Johnny se acercó a Mark.

-Fue un atentado. La policía encontró restos de una granada.

-¿De qué demonios estás hablando?

-Dijeron que revisarán las cámaras de seguridad. Contéstame una cosa – pausó  -¿Estás metido en algo ilegal, otra vez?

-No, claro que no – respondió alterado.

-Entonces, ¿quién pudo haber sido? ¿Algún cliente perturbado?

-Ah, no puedo pensar, me duele el cuerpo – se quejó.

-Te dejaré descansar.

-Johnny – Mark lo tomó de la muñeca.

-Dime.

-La policía no hará mi mierda, lo sabes. No mueven ni un dedo por alguien con antecedentes penales. Habla con Jaehyun.

-Dijiste que no regresarías al mercado negro.

-Es una emergencia. No se lo menciones a Chae Yeon.

El aludido asintió, Mark le soltó.

-¿Ya sabes cuándo le darás el anillo? – cuestionó el alto, con un deje de tristeza en su voz.

-Con esto que pasó, créeme que es lo que menos estoy pensando.

-Tienes razón. Bueno, iré a averiguar.

-Gracias, Johnny.

-No problem.






  🥀 





  DÍAS DESPUÉS 


Mark ya se encontraba mejor, ya podía moverse sin ayuda y había dejado de tomar medicamentos; sin embargo, aún no recibía noticias ni de la policía ni de Johnny y eso sólo le causaba ansiedad.

-Todo saldrá bien, el seguro se ocupará – dijo su novia, mientras le masajeaba la espalda, buscando relajarlo.

-Pero no de todo, Chae Yeon, no podemos trabajar. Llevará meses recuperarnos.

-Basta de pensar así, Mark.

-Es que no puedo evitarlo – aporreó su puño contra la mesa del comedor -Nuevamente tuviste que salir a buscar trabajo para solventar los gastos y yo aquí como un inútil sin poder ayudarte. Te prometí seguridad y—

La vibración del celular de Mark interrumpió el momento.

-Es Johnny – la chica le pasó el aparato.

Mark lo tomó rápidamente.


-¿Qué averiguaste?


-Será mejor que vengas a verlo. Te enviaré la ubicación por mensaje.


-¿Johnny? ¡Johnny! Maldición – exclamó tras percatarse que su amigo había terminado la llamada.

-¿Pasó algo? – cuestionó Chae Yeon desde la cocina.

-Saldré un rato.

-Está bien, cuídate.

-Te quiero – dijo Mark, le dio un beso en los labios, tomó las llaves de su auto y partió hacia donde le indicaba la ubicación enviada por su amigo.







  🥀 







-Lo único reconocible es lo que, al parecer, es un tatuaje de un dragón en el tobillo izquierdo – indicó Jaehyun.

Luego de revisar el metraje de la cámara, lograron captar al sospechoso, quien iba vestido con un hoodie, pantalones y tennis negros; también tenía un cubrebocas del mismo color, haciendo casi imposible reconocerlo, excepto por el pequeño error que cometió tras lanzar la granada, pues al momento de salir corriendo, su pantalón se levantó levemente y reveló su tatuaje.

-Entonces… - Johnny tomó aire -El sospechoso es un hombre con un tatuaje en el tobillo.

-Es Donghyuck – interrumpió Mark.

-¡¿Qué?! – exclamaron Jaehyun y Johnny.

-¿Qué estás diciendo? – cuestionó el más alto.

-Es Donghyuck.

-¿C-cómo estás tan seguro? Mark, ¿qué estás ocultando?

-Jaehyun – llamó Mark ignorando completamente a su amigo -¿Crees que Doyoung pueda dar con su dirección?

-Supongo que sí. Lo averiguo y te digo, pero sabes que cobra.

-Lo sé, no te preocupes por eso. Nosotros también nos moveremos.

-Bien, entonces ten – le pasó la memoria USB con la grabación de la cámara.

-Gracias, de verdad.

-Ya mata a ese hijo de puta – agregó Jaehyun.

-Es cuestión de tiempo – dicho esto, abandonó el ciber de su ex compañero del grupo de parejas.

-¡Mark! – Johnny le detuvo apenas salieron -Explícame cómo mierda sabes que es él.

Mark tomó aire y suspiró.


|| Flashback ||

Había trascurrido casi un año de aquel trato con Lucas; sin embargo, Mark había tenido muchos problemas para levantar sus negocios, además de que tuvo que saldar las deudas pendientes que había adquirido durante su tiempo en prisión.

Se encontraba frustrado y estresado pues el dinero se le acababa y ninguno de sus negocios le estaba generando ganancias importantes. La desesperación se estaba apoderando de él. Era como si ese dinero estuviera maldito.

Una noche, mientras trataba de conciliar el sueño, su celular comenzó a vibrar. No reconoció el número, así que colgó, pero casi de inmediato volvieron a llamar.

-Contesta afuera, estoy cansada – pidió Chae Yeon, quien trabajaba horas extras como camarera en el restaurante de un hotel para ayudar a pagar la renta del departamento.


-Sí, perdón – susurró Mark y salió de la habitación. Nuevamente, aquel número volvía a llamarle -Mierda – bufó y presionó “contestar” -¿Hola?


-¿Mark?

-¿Quién habla?


-¡Lucas!

-¿Qué?


-Hey, sé que prometimos no volver a vernos y todo eso pero, ¿qué crees? Por ahí me enteré de que tus negocios no van bien, así que… ¿te parece si hacemos otro trato?


Mark se mordió el labio inferior. Algo le decía que no aceptara, pero su situación económica decía lo contrario. Ya no quería continuar dejándole la carga a su novia, la pobre chica había sufrido desmayos a causar del cansancio acumulado y la mala alimentación pues el dinero no era suficiente para una comida decente.


-¿Qué tendría que hacer? – preguntó.


-Algo sencillo, ¿aceptas?


-No me dirás nada, ¿verdad?


-Así es. Sólo puedo decirte que se llevará a cabo en la mansión en la que me encuentro actualmente.


Mark suspiró largo y pesado.


-¿Sigue vivo? – sí, se refería a Donghyuck. No quería encontrárselo.


-¿Donghyuck? Nah, hace mucho que me deshice de él. Tenía potencial, pero estaba muy loco. Entonces, ¿qué? ¿aceptas?


-¿De cuánto estamos hablando?


-Todo dependerá de la decisión que tomes.


-Acepto.


-Perfecto – pausó -Dos cosas muy importantes, prohibido decirle a tu perro fiel, esto es algo entre tú y yo. Segundo, deshazte de tu novia por una noche. Invéntale un pretexto o algo así.


-Está bien… ¿cuándo nos veríamos?


-La próxima semana. Enviaré una van a por ti – explicó -Mucho cuidado con lo que haces, Mark. Te estoy vigilando.


Una vez dicho esto, Lucas finalizó la llamada. Mark suspiró tratando te tranquilizarse, pero no pudo. Odiaba ese sentimiento de duda y confusión que aquella llamada le había dejado.






  🥀 





Mark se encontraba en la sala de la mansión de Lucas; por suerte había logrado convencer a su novia de tomarse un fin de semana en casa de sus padres, alegando que se merecía descansar.

Comenzaba a desesperarse pues llevaba cerca de una hora ahí y Lucas no aparecía por ningún lado.

-¿Otro Martini? – preguntó un chico vestido de mucama.

-N-no, estoy bien así – contestó mientras tanteaba su chaqueta, buscando su cajetilla de cigarros.

-Oh, aquí tiene – el chico le extendió un cigarrillo, a lo que Mark reaccionó con una mirada de incredulidad -Daddy dijo que le gustaba fumar.

Mark asintió aún con algo de confusión. El chico le encendió el cigarrillo y se excusó de ahí.

-Mierda, qué horrible lugar – bufó en voz baja. Desde que ingresó a la mansión, pudo sentir un ambiente pesado y tenebroso a pesar de que el lugar se encontraba impecable y con buena iluminación incluso para ser de noche.

-¡Mark! ¡Cuánto tiempo sin vernos!                        

La voz de Lucas le hizo dar un brinco del susto y ni qué decir del extraño abrazo por parte del otro.

-Lamento la tardanza, estaba ocupado con algunas cosas – una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro -Pasemos a la habitación.

-¿Habitación? – exclamó Mark.

-Ahí te explicaré el negocio.

Mientras caminaban hacia la dichosa habitación, Mark pudo notar a las “mascotas” de aquel terrorífico muchacho. Todos parecían estar en sus 20’s. Algunos se encontraban desnudos, otros sólo andaban con tangas y arneses de cuero, y todos tenían un collar en el cuello.

-¿Te gustan? Tengo más, pero están castigados por mal comportamiento.

-¿Qué es mal comportamiento para ti?

-Hmm… conspirar en mi contra, tener relaciones con mi personal, intentar escapar. Cosas así.

-¿Y eso significa…?

-La muerte, no puedo permitir esa rebeldía en mi mansión – comenzó a reír a carcajadas.

Llegaron a la habitación, Lucas le indicó a Mark que se sentara en un sillón; Mark obedeció, comenzó a observar el lugar, era una habitación como de motel de paso, pequeña y bastante rústica, lo único extraño era el enorme espejo que había en una de las paredes. Mark sabía que era como el que usaban los detectives, aquellos en los que la gente podía observar del otro lado.

-No des más rodeos y dime qué tengo que hacer – exigió Mark, perdiendo la paciencia.

Lucas sonrió y descolgó el walkie talkie que traía en su cinturón.

-Háganlo pasar – indicó.

En segundos, la puerta se abrió revelando a un chico con un arnés de cuero y una tanga, ambos de color rojo cereza; además de una bolsa de papel que cubría su cabeza por completo.

Mientras Mark trataba de unir las piezas para aclarar su confusión, Lucas desfundó la pistola que siempre traía con él y la puso sobre la mesita que había ahí.

-Tienes dos opciones – habló con seriedad -Dispararle o acostarte con él.

Mark le miró con sorpresa y temor.

-¿Q-qué?

-Contesta. No me gusta repetir las cosas. La paga es la misma para ambos casos, aunque puede aumentar dependiendo de la intensidad.

-¿Por qué yo?

Lucas suspiró y apuntó hacia el espejo.

-Mis invitados esperan, decide.

-¿Pagaron por esto?

-Claro. ¿De dónde crees que sacaré para pagarte?

Mark miró al chico de pies a cabeza y luego el arma.

-No te preocupes por él – dijo Lucas refiriéndose al joven enmascarado -Está lo suficientemente drogado.

Mark tragó fuerte y trató de sopesar aquellas opciones. No tenía la menor idea de porqué Lucas le había escogido específicamente a él para hacer algo así, pero estaba desesperado por dinero y eso nublaba su razón.

Luego de un largo silencio, Mark emitió su decisión:

-Escojo acostarme con él.

Lucas sonrió con una obscuridad indescriptible. Guardó su arma y retiró la bolsa del chico. Mark sintió que el alma se le iba del cuerpo.

-¡Dijiste que estaba muerto! – reclamó.

-No ibas a aceptar si te decía la verdad. Además, sé que te mueres de ganas por volver a tocarlo. No pudiste resistirte aquella vez.

Mark le miró perplejo.

-¿Creíste que no me daría cuenta? Te lo cogiste hasta dejarlo inconsciente. Odio cuando tocan a MIS mascotas.

-Prefiero dispararle.

-Demasiado tarde. Ya sabes lo que tienes qué hacer. Hay condones y lubricante en el primer cajón del buró – dicho esto, salió de la habitación.

Mark suspiró y se sentó en la cama. Tenía unas enormes ganas de enredar sus manos en el cuello de Donghyuck y presionar hasta ver cómo la vida se le iba, pero mientras su mente se mantenía ocupada en aquellos pensamientos, Donghyuck se sentó en sus piernas y comenzó a besarle el cuello, Mark reaccionó de inmediato y le empujó, haciendo que el moreno cayera al suelo.

-¿Qué pasa? ¿No quieres? – cuestionó Donghyuck.

-¿No me reconoces?

-No sé… - respondió mientras se reincorporaba -Te me haces familiar.

-Soy Mark.

-¿Mark? Conocí a un Mark… él… - de pronto, comenzó a reír -Maté a su novia.

Al escuchar esto, Mark se salió de sus cabales.

-Ya no recuerdo si fue por error o por gusto.

Mark lo tomó del cabello.

-¡¿Qué dijiste?!

-Ah – Donghyuck gimió -Qué salvaje, quiero más, Daddy.

Mark levantó el puño y estuvo a nada de impactarlo contra el rostro del moreno si no hubiera sido por la voz de Lucas que retumbó en la habitación.

-No haría eso si fuera tú, apresúrate y cógetelo o si no él te lo hará. También está entrenado para ser activo.

El aludido miró hacia el espejo y soltó a Donghyuck, el cual se relamió los labios.

-¿Qué quieres que sea? ¿Activo o pasivo? Son tus órdenes.

Mark estaba furioso y agitado. Aquella situación le estaba excitando. Sin pensarlo dos veces, empujó a Donghyuck hasta que su espalda chocó contra el espejo.

-Cuando se trate de ti, yo siempre tendré el control – estrelló su aliento en el rostro del moreno, el cual sonrió y dio un pequeño brinco enredando sus piernas en las caderas de Mark.

El beso hambriento llegó inmediatamente, Mark prácticamente se estaba comiendo la boca del otro. Donghyuck le acariciaba el cabello de una manera indescriptiblemente sensual.

Mark lo guió hacia la cama y se retiró la ropa ante la expectante mirada de Donghyuck. Luego, comenzó a recorrer su pecho con la lengua a la vez que luchaba para bajarle aquella molesta tanga.

-Abre las piernas, mírate en el espejo – susurró Mark en el oído del moreno, el cual obedeció de inmediato.

Mark comenzó con el vaivén de sus caderas, una vez que estuvo dentro de Donghyuck. El roce de sus pezones contra la suave espalda del menor, le provocaba demasiado placer. Tenía la mirada fija en el espejo, disfrutando de cómo su miembro entraba y salía de Donghyuck y cómo el de éste rebotaba debido a sus embestidas. En ese momento se percató del tatuaje en su tobillo izquierdo; era el logo de Lucas, un dragón rojo. Le giró un poco el rostro para poder besarlo, asegurándose de abrir bien la boca para introducir su lengua.

Donghyuck gemía sin parar; lo hacía de una manera tan sensual y excitante que tenía extasiado a Mark.

-Ah— sí, ahí… más – pidió Donghyuck cuando Mark dio contra su próstata.

El aludido salió del interior del moreno, lo puso en cuatro y volvió a penetrarlo, haciendo que el chico se viniera al momento. Mark continuó embistiéndole hasta que terminó.

-Ye Bin… - susurró Donghyuck.

Mark se incorporó de inmediato apenas escuchó aquel nombre.

-¿Qué?

-Ye Bin… así se llamaba TU novia.

Mark no pudo contenerlo más y comenzó asfixiarlo con ambas manos. Dos guardaespaldas entraron de inmediato y lo sacaron a rastras de la habitación.






  🥀 






Mark fue llevado a otra habitación en donde se vistió y trató de despejarse con varios tragos.

-Según yo estaba lo suficientemente drogado, una disculpa – comentó Lucas.

-Sólo entrégame el dinero.

Lucas rodó los ojos y le pasó el maletín. Mark prácticamente se lo arrebató.

-Diste un buen espectáculo – Lucas le palmeó el hombro derecho.

-¡Nunca más vuelvas a contactarme!

El aludido sonrió y asintió. Un guardaespaldas escoltó a Mark hacia la salida en donde el chofer le llevaría de regreso a casa.

Una vez en su hogar, se echó a llorar y maldecirse por lo que había hecho. En su mente sólo se encontraba el tatuaje y el cuerpo de Donghyuck.

|| Fin del flashback ||


Un puñetazo fue lo primero que Mark recibió tras finalizar de contar la historia.

-¡¿Por qué mierda lo hiciste?! – gritó Johnny -¡¿Qué acaso eres masoquista?! ¡¿Te gusta sufrir?!

Mark se limpió la sangre que brotaba de su labio inferior. Encendido por el momento, tomó de la camisa al más alto y lo encaró.

-¡¿Qué hay de ti?! Sabías de su paradero mucho antes de que yo saliera de prisión y no dijiste nada.

Johnny abrió los ojos sorprendido.

-¿Me crees estúpido? – Mark le lanzó un puñetazo.

Pero aquella no siguió, pues Mark subió a su auto y partió de ahí sin decir una palabra más.

Una sorpresa le esperaba al llegar a casa.



Continuará…