Capítulo 6. Dragón rojo
— DOS
AÑOS DESPUÉS —
-Adiós, pá. Gracias por la comida, estuvo deliciosa – dijo Chenle para
después darle un fuerte abrazo a Mark.
-De nada, campeón. Cuídate mucho – le dio un beso en la frente.
-Nos vemos el otro fin – dicho esto, ingresó al auto de sus padres
adoptivos.
Mark se despidió de ambos señores y de su hijo; cuando estuvo a punto de
reingresar a la cafetería, una fuerte explosión le lanzó a un par de metros de
ahí.
|| Flashback ||
Luego de aquel negocio con Lucas, Mark decidió dar un porcentaje del
dinero a Johnny, quien al principio se negó, pero terminó aceptando tras la
insistencia de su amigo. Con otra parte del dinero, pagó sus deudas con gente
de la cárcel y el resto lo utilizó para poner varios negocios que al principio
no tuvieron nada de éxito, pero tras “un golpe de suerte”, resurgió como cual
Ave Fénix y decidió poner un restaurante, el cual se había vuelto bastante
famoso.
Había logrado comprarse una casa, ido de vacaciones con su hijo, así
como festejarle un cumpleaños en grande. La familia adoptiva le había recibido
con los brazos abiertos.
También había encontrado una persona especial en su vida, Chae Yeon*,
una joven que llegó a pedir trabajo de camarera a su restaurante y terminó
flechándolo con su belleza tanto por dentro como por fuera. No podía esperar en
hacerla su esposa, sólo necesitaba el momento perfecto para pedírselo.
Parecía que al fin todo estaba marchando para bien.
|| Fin del flashback ||
Mark despertó en la cama de un hospital; su hijo y sus padres adoptivos,
Chae Yeon y Johnny estaban en la habitación acompañándole.
-Mark, amor – llamó su novia, tomándolo de las manos.
-¿Qué pasó? – cuestionó el aludido, quien seguía algo desubicado -¿Qué
hago aquí?
-Hubo una explosión en el restaurante – explicó Johnny.
-¡¿Qué?! Ah, mierda, mi cabeza.
-No te muevas mucho – indicó su novia -La explosión te lanzó varios
metros, es un milagro que sigas vivo y con sólo algunos golpes.
-Que alguien me explique qué fue lo que pasó.
Todos se miraron.
-¿Nadie piensa hacerlo? – cuestionó Mark.
-Tío Johnny, tú deberías hacerlo – dijo Chenle.
El más alto asintió. Los demás salieron de la habitación.
-¿Por qué tanto misterio?
Johnny se acercó a Mark.
-Fue un atentado. La policía encontró restos de una granada.
-¿De qué demonios estás hablando?
-Dijeron que revisarán las cámaras de seguridad. Contéstame una cosa –
pausó -¿Estás metido en algo ilegal, otra vez?
-No, claro que no – respondió alterado.
-Entonces, ¿quién pudo haber sido? ¿Algún cliente perturbado?
-Ah, no puedo pensar, me duele el cuerpo – se quejó.
-Te dejaré descansar.
-Johnny – Mark lo tomó de la muñeca.
-Dime.
-La policía no hará mi mierda, lo sabes. No mueven ni un dedo por
alguien con antecedentes penales. Habla con Jaehyun.
-Dijiste que no regresarías al mercado negro.
-Es una emergencia. No se lo menciones a Chae Yeon.
El aludido asintió, Mark le soltó.
-¿Ya sabes cuándo le darás el anillo? – cuestionó el alto, con un deje
de tristeza en su voz.
-Con esto que pasó, créeme que es lo que menos estoy pensando.
-Tienes razón. Bueno, iré a averiguar.
-Gracias, Johnny.
-No problem.
— 🥀 —
— DÍAS
DESPUÉS —
Mark ya se encontraba mejor, ya podía moverse sin ayuda y había dejado
de tomar medicamentos; sin embargo, aún no recibía noticias ni de la policía ni
de Johnny y eso sólo le causaba ansiedad.
-Todo saldrá bien, el seguro se ocupará – dijo su novia, mientras le
masajeaba la espalda, buscando relajarlo.
-Pero no de todo, Chae Yeon, no podemos trabajar. Llevará meses
recuperarnos.
-Basta de pensar así, Mark.
-Es que no puedo evitarlo – aporreó su puño contra la mesa del comedor
-Nuevamente tuviste que salir a buscar trabajo para solventar los gastos y yo
aquí como un inútil sin poder ayudarte. Te prometí seguridad y—
La vibración del celular de Mark interrumpió el momento.
-Es Johnny – la chica le pasó el aparato.
Mark lo tomó rápidamente.
-¿Qué averiguaste?
-Será mejor que vengas a
verlo. Te enviaré la ubicación por mensaje.
-¿Johnny? ¡Johnny! Maldición – exclamó tras percatarse que su amigo
había terminado la llamada.
-¿Pasó algo? – cuestionó Chae Yeon desde la cocina.
-Saldré un rato.
-Está bien, cuídate.
-Te quiero – dijo Mark, le dio un beso en los labios, tomó las llaves de
su auto y partió hacia donde le indicaba la ubicación enviada por su amigo.
— 🥀 —
-Lo único reconocible es lo que, al parecer, es un tatuaje de un dragón en
el tobillo izquierdo – indicó Jaehyun.
Luego de revisar el metraje de la cámara, lograron captar al sospechoso,
quien iba vestido con un hoodie, pantalones y tennis negros; también tenía un
cubrebocas del mismo color, haciendo casi imposible reconocerlo, excepto por el
pequeño error que cometió tras lanzar la granada, pues al momento de salir
corriendo, su pantalón se levantó levemente y reveló su tatuaje.
-Entonces… - Johnny tomó aire -El sospechoso es un hombre con un tatuaje
en el tobillo.
-Es Donghyuck – interrumpió Mark.
-¡¿Qué?! – exclamaron Jaehyun y Johnny.
-¿Qué estás diciendo? – cuestionó el más alto.
-Es Donghyuck.
-¿C-cómo estás tan seguro? Mark, ¿qué estás ocultando?
-Jaehyun – llamó Mark ignorando completamente a su amigo -¿Crees que
Doyoung pueda dar con su dirección?
-Supongo que sí. Lo averiguo y te digo, pero sabes que cobra.
-Lo sé, no te preocupes por eso. Nosotros también nos moveremos.
-Bien, entonces ten – le pasó la memoria USB con la grabación de la
cámara.
-Gracias, de verdad.
-Ya mata a ese hijo de puta – agregó Jaehyun.
-Es cuestión de tiempo – dicho esto, abandonó el ciber de su ex
compañero del grupo de parejas.
-¡Mark! – Johnny le detuvo apenas salieron -Explícame cómo mierda sabes
que es él.
Mark tomó aire y suspiró.
|| Flashback ||
Había trascurrido casi un año de aquel trato con Lucas; sin embargo,
Mark había tenido muchos problemas para levantar sus negocios, además de que
tuvo que saldar las deudas pendientes que había adquirido durante su tiempo en
prisión.
Se encontraba frustrado y estresado pues el dinero se le acababa y
ninguno de sus negocios le estaba generando ganancias importantes. La
desesperación se estaba apoderando de él. Era como si ese dinero estuviera
maldito.
Una noche, mientras trataba de conciliar el sueño, su celular comenzó a
vibrar. No reconoció el número, así que colgó, pero casi de inmediato volvieron
a llamar.
-Contesta afuera, estoy cansada – pidió Chae Yeon, quien trabajaba horas
extras como camarera en el restaurante de un hotel para ayudar a pagar la renta
del departamento.
-Sí, perdón – susurró Mark y salió de la habitación. Nuevamente, aquel
número volvía a llamarle -Mierda – bufó y presionó “contestar” -¿Hola?
-¿Mark?
-¿Quién habla?
-¡Lucas!
-¿Qué?
-Hey, sé que prometimos no
volver a vernos y todo eso pero, ¿qué crees? Por ahí me enteré de que tus
negocios no van bien, así que… ¿te parece si hacemos otro trato?
Mark se mordió el labio inferior. Algo le decía que no aceptara, pero su
situación económica decía lo contrario. Ya no quería continuar dejándole la
carga a su novia, la pobre chica había sufrido desmayos a causar del cansancio
acumulado y la mala alimentación pues el dinero no era suficiente para una
comida decente.
-¿Qué tendría que hacer? – preguntó.
-Algo sencillo, ¿aceptas?
-No me dirás nada, ¿verdad?
-Así es. Sólo puedo decirte
que se llevará a cabo en la mansión en la que me encuentro actualmente.
Mark suspiró largo y pesado.
-¿Sigue vivo? – sí, se refería a Donghyuck. No quería encontrárselo.
-¿Donghyuck? Nah, hace mucho
que me deshice de él. Tenía potencial, pero estaba muy loco. Entonces, ¿qué?
¿aceptas?
-¿De cuánto estamos hablando?
-Todo dependerá de la decisión
que tomes.
-Acepto.
-Perfecto – pausó -Dos cosas
muy importantes, prohibido decirle a tu perro fiel, esto es algo entre tú y yo.
Segundo, deshazte de tu novia por una noche. Invéntale un pretexto o algo así.
-Está bien… ¿cuándo nos veríamos?
-La próxima semana. Enviaré
una van a por ti – explicó -Mucho cuidado con lo que haces, Mark. Te estoy
vigilando.
Una vez dicho esto, Lucas finalizó la llamada. Mark suspiró tratando te
tranquilizarse, pero no pudo. Odiaba ese sentimiento de duda y confusión que
aquella llamada le había dejado.
— 🥀 —
Mark se encontraba en la sala de la mansión de Lucas; por suerte había
logrado convencer a su novia de tomarse un fin de semana en casa de sus padres,
alegando que se merecía descansar.
Comenzaba a desesperarse pues llevaba cerca de una hora ahí y Lucas no
aparecía por ningún lado.
-¿Otro Martini? – preguntó un chico vestido de mucama.
-N-no, estoy bien así – contestó mientras tanteaba su chaqueta, buscando
su cajetilla de cigarros.
-Oh, aquí tiene – el chico le extendió un cigarrillo, a lo que Mark
reaccionó con una mirada de incredulidad -Daddy dijo que le gustaba fumar.
Mark asintió aún con algo de confusión. El chico le encendió el
cigarrillo y se excusó de ahí.
-Mierda, qué horrible lugar – bufó en voz baja. Desde que ingresó a la
mansión, pudo sentir un ambiente pesado y tenebroso a pesar de que el lugar se
encontraba impecable y con buena iluminación incluso para ser de noche.
-¡Mark! ¡Cuánto tiempo sin vernos!
La voz de Lucas le hizo dar un brinco del susto y
ni qué decir del extraño abrazo por parte del otro.
-Lamento la tardanza, estaba ocupado con algunas
cosas – una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro -Pasemos a la
habitación.
-¿Habitación? – exclamó Mark.
-Ahí te explicaré el negocio.
Mientras caminaban hacia la dichosa habitación,
Mark pudo notar a las “mascotas” de aquel terrorífico muchacho. Todos parecían
estar en sus 20’s. Algunos se encontraban desnudos, otros sólo andaban con tangas
y arneses de cuero, y todos tenían un collar en el cuello.
-¿Te gustan? Tengo más, pero están castigados por
mal comportamiento.
-¿Qué es mal comportamiento para ti?
-Hmm… conspirar en mi contra, tener relaciones con
mi personal, intentar escapar. Cosas así.
-¿Y eso significa…?
-La muerte, no puedo permitir esa rebeldía en mi
mansión – comenzó a reír a carcajadas.
Llegaron a la habitación, Lucas le indicó a Mark
que se sentara en un sillón; Mark obedeció, comenzó a observar el lugar, era
una habitación como de motel de paso, pequeña y bastante rústica, lo único extraño era el enorme espejo que había
en una de las paredes. Mark sabía que era como el que usaban los detectives,
aquellos en los que la gente podía observar del otro lado.
-No des más rodeos y dime qué tengo que hacer –
exigió Mark, perdiendo la paciencia.
Lucas sonrió y descolgó el walkie talkie que traía
en su cinturón.
-Háganlo pasar – indicó.
En segundos, la puerta se abrió revelando a un
chico con un arnés de cuero y una tanga, ambos de color rojo cereza; además de
una bolsa de papel que cubría su cabeza por completo.
Mientras Mark trataba de unir las piezas para
aclarar su confusión, Lucas desfundó la pistola que siempre traía con él y la
puso sobre la mesita que había ahí.
-Tienes dos opciones – habló con seriedad
-Dispararle o acostarte con él.
Mark le miró con sorpresa y temor.
-¿Q-qué?
-Contesta. No me gusta repetir las cosas. La paga es
la misma para ambos casos, aunque puede aumentar dependiendo de la intensidad.
-¿Por qué yo?
Lucas suspiró y apuntó hacia el espejo.
-Mis invitados esperan, decide.
-¿Pagaron por esto?
-Claro. ¿De dónde crees que sacaré para pagarte?
Mark miró al chico de pies a cabeza y luego el
arma.
-No te preocupes por él – dijo Lucas refiriéndose
al joven enmascarado -Está lo suficientemente drogado.
Mark tragó fuerte y trató de sopesar aquellas
opciones. No tenía la menor idea de porqué Lucas le había escogido específicamente
a él para hacer algo así, pero estaba desesperado por dinero y eso nublaba su
razón.
Luego de un largo silencio, Mark emitió su
decisión:
-Escojo acostarme con él.
Lucas sonrió con una obscuridad indescriptible.
Guardó su arma y retiró la bolsa del chico. Mark sintió que el alma se le iba
del cuerpo.
-¡Dijiste que estaba muerto! – reclamó.
-No ibas a aceptar si te decía la verdad. Además,
sé que te mueres de ganas por volver a tocarlo. No pudiste resistirte aquella
vez.
Mark le miró perplejo.
-¿Creíste que no me daría cuenta? Te lo cogiste
hasta dejarlo inconsciente. Odio cuando tocan a MIS mascotas.
-Prefiero dispararle.
-Demasiado tarde. Ya sabes lo que tienes qué hacer.
Hay condones y lubricante en el primer cajón del buró – dicho esto, salió de la
habitación.
Mark suspiró y se sentó en la cama. Tenía unas
enormes ganas de enredar sus manos en el cuello de Donghyuck y presionar hasta
ver cómo la vida se le iba, pero mientras su mente se mantenía ocupada en
aquellos pensamientos, Donghyuck se sentó en sus piernas y comenzó a besarle el
cuello, Mark reaccionó de inmediato y le empujó, haciendo que el moreno cayera
al suelo.
-¿Qué pasa? ¿No quieres? – cuestionó Donghyuck.
-¿No me reconoces?
-No sé… - respondió mientras se reincorporaba -Te
me haces familiar.
-Soy Mark.
-¿Mark? Conocí a un Mark… él… - de pronto, comenzó
a reír -Maté a su novia.
Al escuchar esto, Mark se salió de sus cabales.
-Ya no recuerdo si fue por error o por gusto.
Mark lo tomó del cabello.
-¡¿Qué dijiste?!
-Ah – Donghyuck gimió -Qué salvaje, quiero más,
Daddy.
Mark levantó el puño y estuvo a nada de impactarlo
contra el rostro del moreno si no hubiera sido por la voz de Lucas que retumbó
en la habitación.
-No haría eso si fuera tú, apresúrate y cógetelo o
si no él te lo hará. También está entrenado para ser activo.
El aludido miró hacia el espejo y soltó a
Donghyuck, el cual se relamió los labios.
-¿Qué quieres que sea? ¿Activo o pasivo? Son tus
órdenes.
Mark estaba furioso y agitado. Aquella situación le
estaba excitando. Sin pensarlo dos veces, empujó a Donghyuck hasta que su
espalda chocó contra el espejo.
-Cuando se trate de ti, yo
siempre tendré el control – estrelló su aliento en el rostro del moreno, el
cual sonrió y dio un pequeño brinco enredando sus piernas en las caderas de
Mark.
El beso hambriento llegó
inmediatamente, Mark prácticamente se estaba comiendo la boca del otro.
Donghyuck le acariciaba el cabello de una manera indescriptiblemente sensual.
Mark lo guió hacia la cama y
se retiró la ropa ante la expectante mirada de Donghyuck. Luego, comenzó a
recorrer su pecho con la lengua a la vez que luchaba para bajarle aquella
molesta tanga.
-Abre las piernas, mírate en
el espejo – susurró Mark en el oído del moreno, el cual obedeció de inmediato.
Mark comenzó con el vaivén de
sus caderas, una vez que estuvo dentro de Donghyuck. El roce de sus pezones
contra la suave espalda del menor, le provocaba demasiado placer. Tenía la
mirada fija en el espejo, disfrutando de cómo su miembro entraba y salía de
Donghyuck y cómo el de éste rebotaba debido a sus embestidas. En ese momento se
percató del tatuaje en su tobillo izquierdo; era el logo de Lucas, un dragón
rojo. Le giró un poco el rostro para poder besarlo, asegurándose de abrir bien
la boca para introducir su lengua.
Donghyuck gemía sin parar; lo hacía de una manera tan sensual y excitante que tenía extasiado a Mark.
-Ah— sí, ahí… más – pidió
Donghyuck cuando Mark dio contra su próstata.
El aludido salió del interior
del moreno, lo puso en cuatro y volvió a penetrarlo, haciendo que el chico se
viniera al momento. Mark continuó embistiéndole hasta que terminó.
-Ye Bin… - susurró Donghyuck.
Mark se incorporó de inmediato
apenas escuchó aquel nombre.
-¿Qué?
-Ye Bin… así se llamaba TU novia.
Mark no pudo contenerlo más y
comenzó asfixiarlo con ambas manos. Dos guardaespaldas entraron de inmediato y
lo sacaron a rastras de la habitación.
— 🥀 —
Mark fue llevado a otra
habitación en donde se vistió y trató de despejarse con varios tragos.
-Según yo estaba lo
suficientemente drogado, una disculpa – comentó Lucas.
-Sólo entrégame el dinero.
Lucas rodó los ojos y le pasó
el maletín. Mark prácticamente se lo arrebató.
-Diste un buen espectáculo –
Lucas le palmeó el hombro derecho.
-¡Nunca más vuelvas a
contactarme!
El aludido sonrió y asintió.
Un guardaespaldas escoltó a Mark hacia la salida en donde el chofer le llevaría
de regreso a casa.
Una vez en su hogar, se echó a
llorar y maldecirse por lo que había hecho. En su mente sólo se encontraba el
tatuaje y el cuerpo de Donghyuck.
|| Fin del flashback ||
Un puñetazo fue lo primero que
Mark recibió tras finalizar de contar la historia.
-¡¿Por qué mierda lo hiciste?!
– gritó Johnny -¡¿Qué acaso eres masoquista?! ¡¿Te gusta sufrir?!
Mark se limpió la sangre que
brotaba de su labio inferior. Encendido por el momento, tomó de la camisa al
más alto y lo encaró.
-¡¿Qué hay de ti?! Sabías de
su paradero mucho antes de que yo saliera de prisión y no dijiste nada.
Johnny abrió los ojos
sorprendido.
-¿Me crees estúpido? – Mark le
lanzó un puñetazo.
Pero aquella no siguió, pues
Mark subió a su auto y partió de ahí sin decir una palabra más.
Una sorpresa le esperaba al
llegar a casa.
Continuará…
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