30 de junio de 2020

trigger - capítulo 5



Capítulo 5. No se puede huir del destino


El menor soltó una risilla, apagó su cigarrillo y se levantó de la silla.

-Qué estupideces dices. Termina de preparar todo para irnos de este maldito lugar – le palmeó el pecho un par de veces e ingresó a la casa.

Johnny suspiró con melancolía y le siguió.

¿Qué acaso le creía estúpido? ¿Creyó que no vería aquellas marcas en el cuello de Donghyuck?


|| Flashback ||

Johnny no podía dormir, estaba demasiado preocupado por su amigo. No lo había visto tan mal desde que estaba en la cárcel. Salió de la cama y abandonó su habitación para dirigirse a la de Mark; tocó un par de veces la puerta y su preocupación aumentó cuando no escuchó respuesta alguna.

-¿Mark? – llamó apenas entre abrió la puerta.

Tras encender la luz y no encontrarlo ahí, comenzó a buscar por toda la casa hasta que su corazón se detuvo cuando escuchó ruidos en la habitación de Donghyuck. Pegó la oreja a la puerta y confirmó sus sospechas.

Moría por entrar a aquella habitación y golpear a Donghyuck por haberse cruzado en la vida de Mark, por haberlo arruinado hasta el punto en el que sus impulsos actuaban antes de su razón, pero ¿de qué serviría? Mark sólo le veía como un amigo… un fiel compañero.

Triste, regresó a su habitación e inútilmente trató de conciliar el sueño.


“¿Estás seguro de esto, Mark?”

“Claro, Johnny. Confío en ti. Sólo… no te enamores de mí.”


Aquellas palabras nuevamente asaltaban su mente, así como las imágenes de la única noche que pudo sentirse como algo más que un amigo para Mark. Su primera noche de libertad, cuando ambos celebraron con unos tragos y al final, se dejaron llevar por el momento.

Para Johnny fue mágico pues recordaba cada detalle, a pesar de estar ebrio, pero para Mark sólo fue un medio para descargar el estrés.

Entonces, ¿por qué recurrir a Donghyuck? ¿Por qué no a él?

Sólo pudo conciliar el sueño cuando escuchó a Mark subir las escaleras y regresar a su habitación.

Maldecía el día en el que Donghyuck se cruzó en la vida de Mark.

|| Fin del flashback ||






  🥀 






El personal de Lucas había llegado por Donghyuck. Su asistente personal sería la encargada de hacer la transacción.

-Cuéntalo – dijo la mujer mientras le extendía un maletín a Mark, quien lo tomó y se lo pasó de inmediato a Johnny.

Mientras el alto contaba el dinero, Donghyuck permanecía estático; Mark lo tenía fuertemente agarrado del brazo.

-Está completo – indicó Johnny.

-Perfecto – Mark le retiró las esposas a Donghyuck y mientras lo hacía se acercó a su oído izquierdo -Tus padres están muertos – luego de esto, prácticamente lo lanzó a uno de los guardaespaldas de Lucas.

Donghyuck estaba pálido y con la mirada perdida, Mark le hacía una seña de adiós con la mano mientras sonreía con orgullo.

-Hasta nunca – agregó Mark.

Johnny cerró la puerta tras ellos.

-¿Qué fue lo que le dijiste? Estaba aterrorizado – preguntó Johnny.

-Le di un recado de Lucas – respondió Mark con total tranquilidad.

-¿Se puede saber de qué se trata?

-Sus padres… están muertos.

-¿Qué? ¿No que estaban desaparecidos?

-Aparecieron, pero muertos.

-¿Y cómo lo sabe Lucas?

-¿Quién crees que los encontró?

Johnny no podía creer lo que había escuchado.

-Bueno… eso ya no es asunto nuestro – suspiró Johnny -Al fin lograste lo que tanto estuviste buscando, eres libre, Mark.

El aludido sonrió, algo que provocó que el pulso del más alto se acelerara; llevaba mucho tiempo sin verlo así.

-Será mejor que empaquemos, Lucas quiere desocupada la propiedad antes de las 11:00 pm – explicó Mark.

-Pero primero hagamos un brindis – Johnny había servido dos vasos de whiskey. Le pasó uno a Mark.

-¿Por qué brindamos? – preguntó Mark.

-Por un nuevo comienzo.

-Tienes razón, por un nuevo comienzo.

Ambos estrecharon sus vasos y bebieron de un solo sorbo el contenido.

Mark sentía que al fin se había librado de aquella “piedra en el zapato”, de lo que les tuvo atormentando por tantos años.

Pero... hay demonios de los que uno nunca se libra.






  🥀 






Donghyuck acaba de llegar a la mansión. Luego de lo que Mark le había dicho, su mente quedó en blanco; se sentía desubicado.

Apenas bajó de aquella camioneta negra, la sorpresa le golpeó tras ver la enorme mansión que había frente a él. Sus puertas doradas se abrieron incluso antes de que el guardaespaldas las tocara.

-¡Hola, bienvenido! – saludó animadamente Lucas, tomando con ambas manos el rostro de Donghyuck para luego darle un beso en la frente -Hmm… un momento – le miró directo a los ojos -¡Desvístanlo! – ordenó.

De pronto, dos chicos vestidos de mucamas se acercaron a quitarle a ropa. Donghyuck inconscientemente cubrió su entrepierna con ambas manos. Se sentía peor que humillado; no sólo tenía que soportar la tenebrosa mirada de Lucas, sino también las miradas lascivias de los guardaespaldas y el resto del personal que se había acercado tras escuchar los gritos de su joven “amo”.

-¡Lo sabía! Tuviste sexo anoche – dijo Lucas mientras caminaba en círculos alrededor del moreno -¿Quién habrá sido? ¿El grandote? O acaso… ¿Mark?

Donghyuck chocó miradas con Lucas.

-Vaya, vaya – sonrió de oreja a oreja -Ya veo, cambiando cosas del plan.  ¿Cuántas veces te lo hizo?

Donghyuck no respondió. Lucas lo tomó fuertemente del cabello.

-¡¿Cuántas malditas veces te lo hizo?!

-C-creo que t-tres… - murmuró Donghyuck.

-¡¿Crees?! – le jaloneó el cabello una vez más.

-M-me desmayé… n-no sé… - agregó.

-Todo un animal – exclamó orgulloso -Sabía que era de los míos. ¿Se vino dentro?

Donghyuck le miró con súplica; no quería recordar aquello.

-Mierda, ¡responde! – le soltó y empujó, haciendo que Donghyuck cayera al suelo.

-E-en el condón – murmuró.

-Claro, como uno de mis ineptos guardaespaldas olvidó mi preciada selección, vio la oportunidad perfecta para usarlos. Una cosa más, ¡¿llegó al orgasmo?!
Donghyuck no estaba seguro, todo en su mente era demasiado borroso.

-S-sí – contestó rápidamente.

-Buen chico – le acarició la cabeza como si de un animal se tratara -¡A bañar!  Hoy comenzarás con el entrenamiento. Confío en que tienes potencial – le guiñó un ojo.

Los chicos vestidos de mucamas ayudaron a Donghyuck a ponerse de pie y luego lo condujeron al baño.

No tenía idea de lo que le esperaba y tampoco quería pensarlo mucho, pues para él la vida había perdido sentido; sin embargo, su destino ya estaba unido a alguien y por más que quisiera huir de él, no podría.







  🥀 







-Supongo que tendrás muchas preguntas sobre el recado que te dejé con Mark – comentó Lucas mientras limpiaba uno de los vibradores que había utilizado con Donghyuck.

El aludido se incorporó con lentitud en la cama y asintió.

-Bueno, como te portaste muy bien en tu primera noche, te contestaré solamente una, así que piénsalo con detenimiento – dicho esto, le retiró la mordaza que tenía en la boca.

Donghyuck se limpió los restos de saliva que tenía en las comisuras, así como en la barbilla.

-¿Q-quién lo hizo?

Lucas le miró con el ceño fruncido, Donghyuck sintió un escalofrío recorrer su espalda.

-¿En verdad quieres saberlo?

Donghyuck asintió.

-¿Quién crees que fue?

-Mark.

-¿Crees que te odia tanto como para asesinar a tus padres?

-S-sí… - respondió cabizbajo.

-Pues ahí tienes tu respuesta.

Donghyuck levantó la cabeza; su rostro estaba pálido.

-¿En verdad fue él?

-Te dije sólo una pregunta, ¿qué parte de eso no entendiste?

Donghyuck calló sus palabras. Había experimentado en carne propia lo que pasaba si no le obedecía. Esta vez, sus glúteos habían sufrido azotes hasta casi sangrar.

-Gracias, Daddy – murmuró.

-Perfecto, aprendes rápido – le revolvió los cabellos -Ahora, ve a darte un baño que la noche es joven y aún nos faltan más sorpresas.

Donghyuck fue escoltado por dos guardaespaldas hacia las duchas. Lucas había ordenado que no se separaran de él, pues conocía a sus babies y sabía que no dudarían en darle la bienvenida al nuevo, la cual generalmente consistía en una golpiza orquestada por el mismo Lucas.

Luego de darse un baño, Donghyuck fue llevado a una habitación, donde le esperaban Lucas y un chico cubierto en tatuajes.

-Toma asiento – Lucas palmeó el sillón en el que estaba sentado.

Donghyuck tragó fuerte y caminó hacia él.

-Ya sabes qué hacer – le dijo Lucas al chico tatuado.




Continuará…

21 de junio de 2020

trigger - capítulo 4



Capítulo 4. Miedo, sufrimiento y placer


Luego de haber vaciado el estómago, Mark decidió darse un baño para tranquilizar su mente y su cuerpo. Johnny, sin haber recibido la orden, entró a la habitación en donde había ocurrido todo; Donghyuck se encontraba en la cama, durmiendo en posición fetal. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Lo tomó fuertemente del brazo y lo sacó de la cama. El chico reaccionó asustado.

-Necesitas un baño. Apestas – exclamó.

El moreno no dijo nada, sólo bajó la cabeza y asintió. Antes de salir de la habitación, miró la cama, sintió su estómago revolverse.

-Ni se te ocurra vomitarme encima – advirtió Johnny. Su tranquilo semblante había cambiado a uno molesto e irritado.

Donghyuck fue prácticamente lanzado al baño vacío.

-Tienes 15 minutos. No más – indicó Johnny, entregándole una toalla y su antigua bata de hospital.

Mientras Donghyuck se bañaba, Johnny le esperaba afuera, apoyado en la puerta; podía escuchar su llanto, algo que sólo le molestaba aún más.

-¿Qué haces ahí? – preguntó Mark mientras bajaba las escaleras.

-Se está bañando.

-Oh – pausó -Iré a comprar algo para cenar.

-Mark, espera. ¿Te encuentras bien? – cuestionó Johnny, con preocupación.  Mark estaba pálido y con la mirada ausente.

El aludido suspiró y negó con la cabeza.

-Te dije que era una mala idea. ¿Qué tal si no te da la otra mitad del dinero? – preguntó el alto.

-Si no lo hace lo buscaré y lo asesinaré – contestó furioso.

-Cuenta conmigo para eso – dijo con ánimo.

De pronto, Donghyuck golpeó la puerta del baño, en señal de que ya había terminado.

Mark se tensó.

-Regreso en un rato – dicho esto, se alejó de ahí rápidamente. No quería ver al moreno.





  🥀 





Luego de aquel baño, Donghyuck fue encerrado nuevamente en su habitación, esta vez no tendría una cena decente, sólo una sopa instantánea mal cocida y un vaso con agua. Al fin había comprendido que aquel buen trato había sido sólo para que se encontrara en condiciones para ser vendido a aquel terrorífico chico.

-No mereces más – dijo Johnny para después cerrar la puerta con fuerza.

Johnny regresó al comedor y vio a su distraído amigo, el cual seguía sin probar bocado; se encontraba perdido en sus pensamientos.

-Me preocupas, Mark – suspiró.

-Estaré bien una vez que él se vaya.

-¿Quieres que me encargue de todo cuando vengan a buscarlo?

-No, tengo que estar presente. Tengo un recado que darle.

-¿Estás seguro?

-Iré a acostarme un rato, asegúrate de que todo esté en orden.

-Claro que sí.

Mark subió lentamente las escaleras, mientras lo hacía no pudo evitar mirar la puerta de la habitación de Donghyuck. Sintió algo extraño en su estómago. Tras ingresar a su habitación, se recostó en la cama y por más que trató, no pudo conciliar el sueño. En su mente sólo se encontraban las imágenes de aquel momento.

-¡Mierda, Mark! – se regañó así mismo cuando notó su erección a través del pants gris que traía puesto.

Le pasó el pestillo a la puerta y regresó a la cama, mordió una almohada y metió su mano derecha a su pantalón, para liberar su miembro. Comenzó a bombearlo con rapidez; nuevamente, sus labios, su pecho agitado, sus expresiones, sus gemidos. Todo de él le estaba atormentando.

Ejercer miedo, sufrimiento y placer en Donghyuck había despertado algo en su interior; algo que ni es sus más mórbidos sueños imaginó sentir.

Cuando terminó, la culpa invadió su ser.

-Lo siento Ye Bin… – murmuró entre lágrimas -Perdóname – limpió su mano en las sábanas debajo suyo, subió sus pants, se bajó de la cama y abrió la puerta de su habitación.

Su miembro estaba semi-erecto. Su nivel de sed y excitación no bajaría con una paja. Necesitaba más; le necesitaba.






  🥀 






Donghyuck dormitaba en la cama. Le había costado conciliar el sueño; tenía mucha hambre y sed. De pronto, alguien entró a la habitación.

-¿Ya vinieron por mí? – preguntó mientras se restregaba los ojos para aclarar su vista. Estaba seguro de que era Johnny.

-¿Tan desesperado estás por irte? – cuestionó Mark caminando hacia la cama.

El cuerpo de Donghyuck se tensó apenas escuchó su voz. Se abrazó en busca de protección.

-Te platicaré sobre tu comprador – se sentó junto al moreno, en la orilla de la cama -Lucas Lee es un enfermo como tú, pero son diferentes en una pequeña cosa, él no asesina por “accidente”, lo hace por placer, ¿entiendes?

Donghyuck negó con la cabeza. Mark le quitó las esposas, asustándolo aún más en el proceso.

-Es un depravado sexual y sanguinario sin freno.

Mark sonrió tras ver su rostro desencajado.

-Te pude haber vendido a cualquier narcotraficante, asesino, loco, pero… ¿por qué no a una combinación de todas las anteriores? Tortura a sus víctimas de maneras que jamás imaginaste, luego su gente desaparece los cuerpos o lo que queda de éstos – pausó -Me pregunto, ¿cuánto durarás?

Donghyuck bajó la cabeza, buscando ocultar sus ojos llorosos.

-Fue un accidente – murmuró el chico.

-¿Qué? – cuestionó Mark apretando los puños.

-Nunca quise hacerle daño a Ye Bin, lamento haber causado tanto dolor.

Mark lo tomó de la barbilla.

-No quise dispararle – Donghyuck se atrevió a mirarle a los ojos.

Mark comenzó a ejercer más fuerza en el agarre, lastimando al menor.

-Jamás, escúchame bien. Jamás te perdonaré – le soltó bruscamente.

Un silencio sepulcral inundó la habitación.

Mark se puso de pie y luego de casi un minuto de luchar con sus pensamientos, subió a la cama a la vez que recostaba a Donghyuck en esta. Ambos se miraron fijamente durante algunos segundos, sus respiraciones comenzaron a acelerarse, sus corazones bombeaban con fuerza. Mark no pudo contenerlo más y cortó la distancia, besándolo ferozmente.


|| Flashback ||

Luego de que Mark abriera la puerta de su habitación, miró hacia los lados para asegurarse de que Johnny no estuviera por ahí. Salió con mucho cuidado de no hacer ruido y se dirigió a la sala, en donde recordaba perfectamente haber visto “aquella caja”.

-Aquí está – murmuró para sí mismo. Afortunada o desafortunadamente, Lucas había olvidado su preciada selección, alimentando así su peligrosa sed por el calor del cuerpo del moreno.

Revisó entre la extraña variedad ante sus ojos y sonrió con malicia cuando una idea cruzó su mente.

|| Fin del flashback ||


Mark había subido la bata de hospital de Donghyuck hasta dejarla a la altura de sus hombros, dejando descubierto todo su cuerpo. Su lengua lamía con dedicación uno de los pezones del moreno, mientras que con su mano derecha estrujaba el otro.

Donghyuck no se atrevía a tocarlo, por lo que trata de suprimir sus gemidos cubriéndose la boca con ambas manos.

De pronto, Mark detuvo sus movimientos y se sentó sobre Donghyuck.

-Pónmelo – se limitó a ordenar.

Donghyuck miró lo que Mark le mostraba: un condón. Con miedo, estiró la mano para tomarlo, pero Mark se alejó.

-Pobre de ti que intentes algo en mi contra – amenazó.

El moreno tragó fuerte y asintió. Tomó el condón con sus frías y temblorosas manos. Mark no podía borrar aquella retorcida sonrisa de su rostro, la cual se hizo aún más grande cuando Donghyuck comenzó a bajarle los pants junto con la ropa interior para poder colocarle el condón.

-Vaya, con que tienes experiencia – Mark le acarició la cabeza, a lo que Donghyuck reaccionó con un brusco movimiento para tratar de alejarle, ocasionando que Mark le jalara del cabello -Cuidado con lo que haces.

Mark se encontraba sentado en la cama, con la espalda contra la cabecera, tenía las piernas abiertas y el miembro gritando por ayuda.

-Vamos, ¿qué esperas? – reclamó a Donghyuck.

El aludido cerró los ojos y se acercó con lentitud. Tomó el pene de Mark entre sus manos, abrió la boca y comenzó a engullirlo lentamente; apenas su lengua identificó aquel sabor, quiso alejarse, sin embargo, Mark no se lo permitió.

-Sabor a sangre, ¿te gusta? – pausó -Me pregunto de dónde lo habrá sacado tu comprador.

Donghyuck comenzó a sentir que se asfixiaba, pero Mark no cedía, al contrario, comenzó a penetrar su boca. Cuando consideró que era suficiente tortura, lo tomó del cabello y retiró su miembro.

-¿Te trae recuerdos? Asesino – comentó.

Donghyuck lloraba, temblaba e intentaba con todo su ser no vomitar. Aquel sabor metálico le estaba volviendo loco.

-Mírame – ordenó.

Donghyuck obedeció con miedo. Mark lo tomó con fuerza de las mejillas y lo besó; el moreno no correspondía, por lo que recibió una fuerte mordida en su labio inferior para abrir la boca. Mientras se besaban, Mark retiraba sus ropas con prisa.

El mayor se cambió de condón y tomó lo que quedaba del lubricante neutro para comenzar a preparar a Donghyuck.

-Abre bien las piernas – dijo con voz firme.

El menor enterró las uñas en la espalda de Mark cuando sintió aquella intromisión. Balbuceó algunas cosas en voz baja, lo cual no pasó desapercibido por el otro.

-¿Qué dijiste?

Donghyuck negó con la cabeza.

-Habla.

-M…me duele… - murmuró.

Mark sonrió.

-¿Ah si? – enterró los dedos en las caderas de Donghyuck y entró de una sola estocada -¿Y ahora?

Donghyuck se había cubierto la boca con ambas manos para evitar que su grito retumbara la habitación.

-Eso pensé – agregó Mark -Quédate así, no quiero escucharte gemir.

Dicho esto, Mark comenzó aquel delirante vaivén de sus caderas. Lamió, succionó y mordió su cuello sin importarle que probablemente Lucas se percataría de dichas marcas. Sintió las paredes de Donghyuck apretar su miembro, así que aumentó el ritmo de sus penetraciones.

-M-mark… - jadeó Donghyuck, la brusquedad con la Mark arremetía contra su ser le estaba causando demasiado dolor.

-Basta—ah… cállate.

Mark lo besó con hambre, terminando ambos al mismo tiempo. Descansaron en aquella posición por casi un minuto, luego Mark se recostó a un lado.  Donghyuck estaba tieso como un tronco, no sabía si moverse o no. El mayor se sentó en la cama, mientras se retiraba el condón, pudo sentir cómo Donghyuck se movía, con intenciones de salir de esta; no le detuvo.

El moreno se agachó con lentitud para recoger la ropa que había en el suelo. Mark le observaba con detenimiento. Sin que Donghyuck se diera cuenta, abrió otro condón y rápidamente se lo puso, pues nuevamente se encontraba erecto. Lo tomó fuertemente del brazo y lo puso de pie, luego lo empotró contra la única ventana de la habitación.

Donghyuck cerró los ojos con fuerza, preparándose para sentir aquella intromisión, la cual, como esperaba, fue dolorosa. Mordió su labio inferior hasta sangrar.

-Sigues apretado – jadeó Mark, estrellando su aliento en la oreja izquierda del moreno.

-Perdón – susurró Donghyuck.

Mark lo tomó del cabello y le levantó la cabeza.

-Odio cuando dices esa maldita palabra – arremetió contra su cuerpo, sacándole un gemido que no pudo contener -Cuando juras y perjuras que no lo hiciste apropósito.

-M-mark… ah… - hilos de saliva descendían por la barbilla del Donghyuck, pues los dedos de Mark estaban jugando con su boca.

-Eres un maldito asesino… hey, no muerdas.

Donghyuck se vino apenas Mark tocó su próstata.

-Qué asco – lo presionó contra la ventana y continuó embistiéndolo con violencia, asegurándose de tocar el mismo delirante punto del moreno.

Donghyuck apretaba los puños con fuerza, ya no podía reprimir más sus gemidos; Mark notó esto y tragó fuerte. Lo tomó de la barbilla y lo besó, Donghyuck correspondió de inmediato.

-Ah… demonios – gimió Mark, viniéndose a los pocos segundos.

El moreno cayó al suelo apenas Mark salió de su cuerpo. Estaba exhausto y adolorido.

-En verdad que me das asco – bufó Mark, retirándose el condón para después dejarlo caer a un costado de Donghyuck.

-Por favor… - susurró en un hilo de voz Donghyuck, estaba sumamente agitado.

-Por favor, ¿qué? – cuestionó Mark.

-Ya no puedo más - agregó, pues el mayor había comenzado a masturbarse.

-No te pregunté – Mark abrió otro condón -Ahora… tú harás el trabajo – Mark se sentó en la alfombra gris que había en la habitación, recargando la espalda contra la pared.

Donghyuck limpió sus lágrimas y gateó hasta él. Mark lo tomó del rostro y le miró fijamente.

-No voy a detenerme hasta que haya quedado satisfecho – dijo con seriedad.

El menor tragó fuerte y con dificultad se incorporó para luego acomodarse en el regazo de Mark y comenzar a autopenetrarse.

-N-no… no te muevas – suplicó Donghyuck.

-Estás tardando demasiado – Mark hizo caso omiso de aquella petición, movió las caderas para quedar completamente dentro de Donghyuck -¿Qué? ¿Te dolió?

Donghyuck asintió mientras se limpiaba las lágrimas. Mark lo tomó del rostro; ambos se miraron fijamente.

-Muévete – ordenó Mark.

La manera en la que Donghyuck se movía sobre él era delirante; su cuerpo bañado en sudor era iluminado por la luz de la luna. Mark enterraba los dedos de una mano en los glúteos del moreno y con la otra acariciaba su entrepierna sin llegar a su miembro, torturándolo en el proceso.

Donghyuck le tomó la mano para ubicarla en su pene, pero Mark se la arrebató.

-No quieras darme órdenes, imbécil – dicho esto, cambió de posición y lo puso debajo de su cuerpo, arremetiendo ferozmente contra su interior.

Donghyuck callaba sus gemidos con una mano y con la otra se masturbaba.

Y una vez más, fue víctima del enorme deseo sexual que Mark cargaba en su cuerpo; del odio y tristeza que tanto él como sus padres le habían ocasionado.

No supo en qué momento perdió el conocimiento, pues para cuando despertó, Mark no estaba en la habitación y ya había amanecido. Con dificultad, se levantó del suelo, se vistió y se recostó en la cama.

Cerca de media hora después, cuando al fin había logrado conciliar el sueño, Johnny ingresó a la habitación, le sacó de esta y lo metió al baño.

-Rápido. Ya vienen por ti – se limitó a decirle.

Mientras Donghyuck se bañaba, Johnny se recargó en la puerta, pero no tardó mucho tiempo en esa posición pues toda su atención se dirigió a Mark, el cual estaba sentado en una de las sillas del jardín.

-¿Qué haces aquí afuera? ¿No tienes frío? – cuestionó Johnny.

-Algo – contestó Mark.

-¿Qué pasa? Sólo fumas cuando estás nervioso.

-Nada – le dio una calada a su cigarrillo -Sólo quiero que se largue de una buena vez.

Johnny cerró los ojos y respiró profundo.

-Mark – le llamó con voz seria.

-Hm – “dijo” el aludido.

-¿Te volviste a acostar con él?




Continuará…

15 de junio de 2020

trigger - capítulo 3



Capítulo 3. Morbo


-¿Por qué no lo estaría? – respondió el aludido -Escucha, con el dinero que me darán por él podré recuperar algo de mi vida para hacer orgulloso a Chenle de tenerme como padre, podré regalarle algo en su cumpleaños y—

La conversación se vio interrumpida por algunos gritos ahogados que venían de la habitación en la que habían encerrado a Donghyuck.

-¡Por una mierda! – exclamó Mark.

Cuando entraron, se encontraron con Donghyuck en el suelo. Se había caído con todo y silla de ruedas. Johnny y Mark lo regresaron a su antigua posición.

-Quítale la cinta – ordenó Mark.

Johnny comenzó a hacerlo, pero con algo de lentitud, Mark le hizo a un lado y jaló la cinta con fuerza, lastimando al chico.

-¿Algo qué decir? – preguntó furioso.

Donghyuck no respondió, sólo lloraba. Mark le dio una cachetada.

-¡¿Algo qué decir?! – gritó perdiendo la paciencia.

-¿Por qué…? – murmuró el menor.

-¡¿Por qué, qué?! – otra cachetada.

-¿Por qué regresaste? ¡Estaba a punto de ser libre! – reclamó el moreno.

-¿Cómo? ¿Asesinando a un enfermero?

Donghyuck abrió los ojos con sorpresa cuando escuchó aquello.

-¿Creíste que podrías escapar tan fácilmente? – cuestionó Johnny.

-¡No es verdad! No iba a matarlo, s-sólo quería amena—

-¡Tenías un maldito filo en la mano! – gritó Mark.

-Mis padres… preguntarán por mí… ¡te encontrarán!

-Claro que no – Johnny interrumpió -No les importas, nunca lo has hecho.

-No eres más que un asesino – agregó Mark -¿Qué no te bastó con robar la vida de Ye Bin?

-E-eso fue un… yo no quer—

Mark lo tomó bruscamente del cabello.

-Juré que no descansaría hasta verte sufrir por todo lo que me hiciste. Arruinaste mi vida.

-Tienes razón – suplicó en un hilo de voz.

Aquello tomó por sorpresa tanto a Johnny como a Mark.

-Tienen razón… - repitió -Mi familia me ha abandonado – pausó -He sufrido cosas horribles en esa clínica y— – dijo entre lágrimas.

-¡Nada se compara con lo que tu maldita familia me ha hecho sufrir! ¡Diez malditos años en prisión! ¿Tienes idea de lo que es eso? – gritó Mark sin dejar de jalonearlo del cabello.

El sonido de un celular interrumpió aquel tenso momento; Mark soltó al menor.

-¿Qué? Sí, ya lo tengo – Mark miró a Donghyuck -Salgamos de aquí. Ponle la cinta y apaga de luz – ordenó a Johnny para después abandonar la habitación a toda prisa.

-N-no… no apagues la luz, por favor… la lluvia– suplicó Donghyuck antes de que Johnny le pusiera la cinta.

-No está lloviendo, está nevando. Deja de hacerte el inocente – bufó Johnny.

-Estás enamorado de él, ¿verdad?

Johnny dejó caer el rollo de cinta que tenía en las manos.

-Lo miras de manera diferente… lo consideras más que un amigo – pausó -Prometo que no diré nada, pero por favor, ayúdame.

El alto permaneció en silencio por algunos segundos.

-Sí que has perdido la cabeza – Johnny tomó el rollo de cinta, cortó un pedazo y cubrió su boca -Mira que intentar manipularme de esa forma, estás idiota – dicho esto, presionó el interruptor y apagó la luz para después salir de la habitación.







  🥀 







-¿Cuándo viene? – preguntó Johnny tras ver a Mark sentado en uno de los sillones de la sala.

-En tres días – suspiró.

-¿Qué pasa? – Johnny lo conocía muy bien y sabía que algo le estaba atormentando.

-La razón por la que me pidió secuestrarlo es para hacerlo su esclavo sexual.

-¿Q-qué?

-Sabes lo loco que está – exclamó -Y eso no es lo peor, tenía negocios con los padres de Donghyuck, los cuales cerraron de un día para otro todos los casinos en sus hoteles, Esto ocasionó pérdidas millonarias para Lucas, desde eso, huyeron y nadie sabe en dónde están escondidos.

-¿Y piensa que secuestrando al hijo, aparecerán?

-No, está secuestrando a Donghyuck porque le gustó cuando lo vio en una reunión.

-¿Por qué estás tan estresado, entonces? Digo, si los rumores sobre él son ciertos, en una semana Donghyuck estará muerto y cortado en pedazos o al revés.

-No sé. Creo que… porque está aquí estoy así – respondió Mark.

Johnny sabía que Mark estaba ocultando algo, pero no preguntaría más pues lo único que obtendría sería un puñetazo por chismoso.







  🥀 







Donghyuck no tenía idea de cuánto tiempo había pasado encerrado en aquella habitación, pero al menos ya no estaba amordazado ni amarrado de pies, sólo esposado. Comía tres veces al día y podía bañarse; desde el principio tuvo un mal presentimiento, el cual se había intensificado esa mañana, pues le habían cambiado la bata de hospital por un albornoz. No tenía nada abajo, ni ropa interior.

Miraba a través de la ventana los pinos y la nieve que rodeaban aquel lugar, cuando la puerta se abrió. Era Johnny.

-¿A dónde me llevas? – preguntó Donghyuck.

Johnny no contestó, sólo le puso una mordaza de bola, algo a lo que Donghyuck estaba reacio a usar, causando que el alto se desesperara y lanzara una cachetada, la cual dejó en el suelo al moreno, quien terminó por ceder.

Salieron de la habitación rumbo a otra un poco más alejada. Cuando Johnny abrió la puerta, Donghyuck ahogó un grito; aquel cuarto estaba acondicionado para una sola cosa. Tenía una iluminación tenue, cortinas y sábanas color rojo y un aroma que despertaba todos los sentidos.

-Aquí está – Mark se acercó a él y lo jaló de la cadena que estaba anclada a las esposas.

Lucas, quien vestía un traje negro con un dragón rojo en el lado izquierdo de su pecho, a manera de escudo, estaba en la única silla que había en la habitación, fumando un puro. Se puso de pie y se acercó con lentitud hacia ambos, observó a Donghyuck, quien comenzó a toser apenas aspiró el humo.

-Al fin te tengo en mi posesión, bueno… casi.

Donghyuck le miró confundido.

-Amárrenlo a la cama – ordenó Lucas.

Mark le hizo una seña a Johnny, el cual tomó la cadena y comenzó a conducir a Donghyuck hacia la cama. El moreno no paraba de jalarse en busca de escapatoria. Con ayuda de los guardaespaldas de Lucas, Donghyuck terminó siendo amarrado de las muñecas a la cabecera de la cama.

-Vaya… es algo rebelde – dijo Lucas, relamiéndose los labios.

-¿Necesitas algo en especial? – preguntó Mark.

-No sé, tú dime – sonrió espeluznantemente -¿Necesitas algo?

-Te dije que no lo haría.

-Sé que fue una locura mía avisarte de la nada, pero recuerdo haberte dicho que duplicaría—no, triplicaría el pago si aceptabas – le dio una calada a su puro.

Mark mordió su labio inferior.

-Necesito un minuto – pidió.

-Por supuesto – dijo Lucas y regresó a su silla -Hey, más vino – ordenó a uno de sus guardaespaldas, mientras bebía el contenido de su copa, miraba con detenimiento a Donghyuck, el cual evitaba todo contacto visual.

Mark salió de la habitación junto con Johnny. Se dirigieron al balcón, el menor encendió un cigarrillo.

-¿De qué mierda habla ese loco? – cuestionó Johnny.

-Quiere que me acueste con Donghyuck – confesó.

-¡¿Qué?! ¿Por qué? ¿Para qué?

-Para alimentar su maldito morbo y perversión – le dio una calada a su cigarrillo 

-Si no lo hago sólo pagará la mitad de lo prometido.

-Te advertí sobre hacer negocios con él, pero no esc—

-Necesito el dinero y deshacerme de ese mal nacido.

-P-pero Mark, Donghyuck es el asesino de—

-¡Ya lo sé!

-Es… es algo inconcebible.

-Hola, hola. Disculpen la interrupción, pero necesito una respuesta ya, sino tendré que cancelar todo – comentó Lucas.

Mark maldijo en voz baja y lanzó su cigarrillo por el balcón hacia la piscina vacía que había en el jardín.

-Acepto. Lo haré – respondió.

El chico de traje aplaudió fuertemente.

-¡Perfecto! – chilló -Pero um… hagámoslo más interesante. Tú – señaló a Johnny -Cúbrele los ojos con esto.

Un guardaespaldas le extendió al más alto un antifaz color rosa pastel que decía “Daddy’s boy” con letras rojas bordadas.

-El objetivo es que Donghyuck piense que yo le estoy cogiendo cuando en realidad eres tú, Mark. Me muero por ver su reacción cuando le quites el antifaz, pero que sea cuando estés a punto de venirte, ¿estamos claros?

-Sí – bufó Mark.

-Y para que veas que soy bueno, te traje una selección de mis condones y lubricantes favoritos porque hay que procurar protegerse en todo momento – explicó con emoción.

Otro guardaespaldas se acercó con una caja forrada de terciopelo rojo cereza, la abrió ante Mark, el cual tomó una bocanada de aire.

-Tengo hasta de lo que menos te imaginas – agregó Lucas.

Mark escogió un condón clásico y un lubricante neutro. No quería que ningún aroma ni sabor ni textura le recordara a ese momento.

-Buh, sabía que escogerías algo así, qué aburrido.

-¿Podemos apurar esto? – pidió Mark.

-No comas ansias, cariño, que seguro y pasaste por algo similar en tu tiempo de cárcel, ¿verdad?

Mark estuvo a nada de darle un puñetazo en la cara; claro que había pasado por algo similar e incluso peor con tal de tener algo de protección.

Lucas ordenó a Johnny que ingresara a la habitación y le cubriera los ojos a Donghyuck, el cual se asustó cuando vio el rostro del más alto; parecía furioso. Mientras esto pasaba, Mark se encontraba en la sala retirando sus ropas, quedándose en calzoncillos. Ingresó a la habitación junto a Lucas.

-Es hora de irte, grandote – el joven de traje le susurró a Johnny.

El alto tomó aire y salió con lentitud de la habitación. Los guardaespaldas de Lucas ya se encontraban en la sala platicando en chino entre ellos.

Mark se sentó en la orilla de la cama, el chico de traje permaneció de pie a un costado, sacó su arma y la presionó contra la cabeza de Donghyuck.

-Te voy a soltar, perrita. Pero más te vale ser obediente si no me veré en la penosa situación de tener que volarte los sesos aquí mismo.

Donghyuck asintió repetidas veces.

Lucas alejó el arma, ubicó la punta de esta en su boca en señal de guardar silencio a lo que Mark asintió y prosiguió a desencadenar a Donghyuck, pero sin retirarle las esposas. El joven de traje regresó a sentarse, cruzó las piernas y miró fijamente a Mark el cual cerró los ojos, tratando de concentrarse; Donghyuck sólo le provocaba asco, pero necesitaba pensar en algo que le excitara.

Harto de lo mucho que Mark tardaba en tener una erección, a pesar de estarse masturbando, Lucas se puso de pie y le apuntó con su arma. Mark rodó los ojos y asintió; recostó a Donghyuck y se ubicó sobre él, el roce de sus pieles provocó que el moreno se erizara.

Mark recordó la última vez que tuvo un momento íntimo con su novia, lo lindo y placentero que había sido para ambos y sólo unos días después, aquella persona debajo suyo había acabado con su pequeña felicidad. Apretó la mandíbula, furioso, pero trató de controlarse y continuar con su labor.

Tomó el lubricante y puso al menor boca abajo, levantándole levemente la cadera para poner ingresar un dígito en él quien estaba colaborando sin quejarse, algo que le revolvía el estómago.

Lucas estaba más que contento con el rumbo que estaban tomando las cosas. Desabrochó sus pantalones y comenzó a masajear su miembro.

Mark ya tenía tres dedos dentro de Donghyuck, los cuales retiró bruscamente y antes de que el moreno pudiera quejarse, presionó su cabeza contra la almohada sin importarle si podía respirar o no. Rozó su erecto miembro contra la entrada de Donghyuck y comenzó a abrirse paso. El mayor pudo notar un leve movimiento en las caderas del otro, como si le estuviera pidiendo más, por lo que lo presionó con más fuerza su cabeza contra la almohada y terminó de entrar a lo que Donghyuck soltó un gemido de dolor y al mismo tiempo que todo su cuerpo temblaba.

El mayor comenzó a embestirlo con fuerza. Se sentía peor que sucio pues su estaba reaccionando al momento. El sonido de la cabecera de la cama golpear contra la pared, los resortes gritar por ayuda, el calor y el color de la habitación, las velas… todo estaba jugando con su cordura.

Salió de Donghyuck, le volteó, depositó sus piernas en ambos hombros y volvió a penetrarlo, haciendo que el chico volviera a quejarse de dolor. Por más que quisiera negarlo, Mark estaba disfrutando aquel mórbido momento, así que retiró bruscamente la mordaza a Donghyuck la cual estaba bañada en saliva debido al placer experimentado; una vez hecho esto, Mark arremetió con hambre contra sus labios, como si quisiera arrancárselos. Los gemidos de Donghyuck cada vez eran más fuertes, su miembro gritaba por ayuda, la cual Mark no le proporcionaría, por lo que tomó las manos del otro y le indicó que se masturbara solo, a lo que moreno terminó obedeciendo.

Mark sintió su miembro ser presionado por las paredes de Donghyuck, miró a Lucas, el cual le sonrió siniestramente, Mark asintió y regresó la mirada a Donghyuck; su pulso se aceleró aún más. El momento había llegado. Le retiró el antifaz.

Donghyuck palideció apenas su vista se aclaró.

-Hola – saludó Mark.

-N-no—

Rápidamente, Mark le cubrió la boca y continuó embistiéndolo con fuerza y salvajismo hasta terminar a pesar del llanto desesperado de Donghyuck. Una vez culminado el momento, salió del menor y bajó rápidamente de la cama para colocarse sus calzoncillos.

El chico de traje abrochó sus pantalones, se puso de pie, caminó hacia Donghyuck y lo tomó con fuerza del cabello.

-¿Te gustó la sorpresa? – preguntó.

Donghyuck no respondió, sólo lloró aún más fuerte.

-Oh cariño, esto no es nada comparado con lo que vivirás a mi lado – sonrió.

Donghyuck se cubrió con el albornoz, abrazó su cuerpo y continuó llorando.

-Platiquemos afuera, sus berridos son insoportables – dijo Lucas. Mark asintió.

Cuando ambos salieron de la habitación, se dirigieron a la sala. Johnny corrió hacia ellos.

-Mark, ¿cómo estás?

-Luego le entrevistas – interrumpió Lucas -Necesitamos hablar de negocios, sino te importa.

Johnny suspiró y asintió, retirándose de la sala junto a los guardaespaldas.

-¿Qué puedo decir? Has superado mis expectativas – confesó Lucas.

-¿Cuándo vendrás por él? – cuestionó Mark mientras bebía directamente de la botella de ron que había en la mesita de la sala.

-En 23 horas mandaré a alguien.

-¿Y el dinero?

-Te dejaré más de la mitad ahora, el resto lo tendrás apenas el chico esté en mis manos.

Mark asintió.

-Fue un placer hacer negocios contigo, Mark – Lucas extendió la mano, el aludido la estrechó.

-Lo mismo digo. Espero que no volvamos a vernos nunca más.

-Y así será, justo como lo prometí – sonrió.

Luego de entregar la primera parte del dinero, Lucas y sus guardaespaldas salieron de la casa; apenas Johnny cerró la puerta, Mark no pudo contenerlo más y corrió al baño a vomitar. Se odiaba demasiado no sólo por haberse acostado con Donghyuck, sino por haberlo disfrutado.



Continuará...