Capítulo 3. Morbo
-¿Por qué no lo estaría? – respondió el aludido -Escucha, con el dinero
que me darán por él podré recuperar algo de mi vida para hacer orgulloso a
Chenle de tenerme como padre, podré regalarle algo en su cumpleaños y—
La conversación se vio interrumpida por algunos gritos ahogados que
venían de la habitación en la que habían encerrado a Donghyuck.
-¡Por una mierda! – exclamó Mark.
Cuando entraron, se encontraron con Donghyuck en el suelo. Se había
caído con todo y silla de ruedas. Johnny y Mark lo regresaron a su antigua
posición.
-Quítale la cinta – ordenó Mark.
Johnny comenzó a hacerlo, pero con algo de lentitud, Mark le hizo a un
lado y jaló la cinta con fuerza, lastimando al chico.
-¿Algo qué decir? – preguntó furioso.
Donghyuck no respondió, sólo lloraba. Mark le dio una cachetada.
-¡¿Algo qué decir?! – gritó perdiendo la paciencia.
-¿Por qué…? – murmuró el menor.
-¡¿Por qué, qué?! – otra cachetada.
-¿Por qué regresaste? ¡Estaba a punto de ser libre! – reclamó el moreno.
-¿Cómo? ¿Asesinando a un enfermero?
Donghyuck abrió los ojos con sorpresa cuando escuchó aquello.
-¿Creíste que podrías escapar tan fácilmente? – cuestionó Johnny.
-¡No es verdad! No iba a matarlo, s-sólo quería amena—
-¡Tenías un maldito filo en la mano! – gritó Mark.
-Mis padres… preguntarán por mí… ¡te encontrarán!
-Claro que no – Johnny interrumpió -No les importas, nunca lo has hecho.
-No eres más que un asesino – agregó Mark -¿Qué no te bastó con robar la
vida de Ye Bin?
-E-eso fue un… yo no quer—
Mark lo tomó bruscamente del cabello.
-Juré que no descansaría hasta verte sufrir por todo lo que me hiciste.
Arruinaste mi vida.
-Tienes razón – suplicó en un hilo de voz.
Aquello tomó por sorpresa tanto a Johnny como a Mark.
-Tienen razón… - repitió -Mi familia me ha abandonado – pausó -He
sufrido cosas horribles en esa clínica y— – dijo entre lágrimas.
-¡Nada se compara con lo que tu maldita familia me ha hecho sufrir!
¡Diez malditos años en prisión! ¿Tienes idea de lo que es eso? – gritó Mark sin
dejar de jalonearlo del cabello.
El sonido de un celular interrumpió aquel tenso momento; Mark soltó al
menor.
-¿Qué? Sí, ya lo tengo – Mark miró a Donghyuck -Salgamos de aquí. Ponle
la cinta y apaga de luz – ordenó a Johnny para después abandonar la habitación
a toda prisa.
-N-no… no apagues la luz, por favor… la lluvia– suplicó Donghyuck antes
de que Johnny le pusiera la cinta.
-No está lloviendo, está nevando. Deja de hacerte el inocente – bufó
Johnny.
-Estás enamorado de él, ¿verdad?
Johnny dejó caer el rollo de cinta que tenía en las manos.
-Lo miras de manera diferente… lo consideras más que un amigo – pausó
-Prometo que no diré nada, pero por favor, ayúdame.
El alto permaneció en silencio por algunos segundos.
-Sí que has perdido la cabeza – Johnny tomó el rollo de cinta, cortó un
pedazo y cubrió su boca -Mira que intentar manipularme de esa forma, estás
idiota – dicho esto, presionó el interruptor y apagó la luz para después salir
de la habitación.
— 🥀 —
-¿Cuándo viene? – preguntó Johnny tras ver a Mark sentado en uno de los
sillones de la sala.
-En tres días – suspiró.
-¿Qué pasa? – Johnny lo conocía muy bien y sabía que algo le estaba
atormentando.
-La razón por la que me pidió secuestrarlo es para hacerlo su esclavo
sexual.
-¿Q-qué?
-Sabes lo loco que está – exclamó -Y eso no es lo peor, tenía negocios
con los padres de Donghyuck, los cuales cerraron de un día para otro todos los
casinos en sus hoteles, Esto ocasionó pérdidas millonarias para Lucas, desde
eso, huyeron y nadie sabe en dónde están escondidos.
-¿Y piensa que secuestrando al hijo, aparecerán?
-No, está secuestrando a Donghyuck porque le gustó cuando lo vio en una
reunión.
-¿Por qué estás tan estresado, entonces? Digo, si los rumores sobre él
son ciertos, en una semana Donghyuck estará muerto y cortado en pedazos o al
revés.
-No sé. Creo que… porque está aquí estoy así – respondió Mark.
Johnny sabía que Mark estaba ocultando algo, pero no preguntaría más
pues lo único que obtendría sería un puñetazo por chismoso.
— 🥀 —
Donghyuck no tenía idea de cuánto tiempo había pasado encerrado en
aquella habitación, pero al menos ya no estaba amordazado ni amarrado de pies,
sólo esposado. Comía tres veces al día y podía bañarse; desde el principio tuvo
un mal presentimiento, el cual se había intensificado esa mañana, pues le
habían cambiado la bata de hospital por un albornoz. No tenía nada abajo, ni
ropa interior.
Miraba a través de la ventana los pinos y la nieve que rodeaban aquel
lugar, cuando la puerta se abrió. Era Johnny.
-¿A dónde me llevas? – preguntó Donghyuck.
Johnny no contestó, sólo le puso una mordaza de bola, algo a lo que
Donghyuck estaba reacio a usar, causando que el alto se desesperara y lanzara
una cachetada, la cual dejó en el suelo al moreno, quien terminó por ceder.
Salieron de la habitación rumbo a otra un poco más alejada. Cuando
Johnny abrió la puerta, Donghyuck ahogó un grito; aquel cuarto estaba
acondicionado para una sola cosa.
Tenía una iluminación tenue, cortinas y sábanas color rojo y un aroma que
despertaba todos los sentidos.
-Aquí está – Mark se acercó a él y lo jaló de la cadena que estaba
anclada a las esposas.
Lucas, quien vestía un traje negro con un dragón rojo en el lado
izquierdo de su pecho, a manera de escudo, estaba en la única silla que había
en la habitación, fumando un puro. Se puso de pie y se acercó con lentitud
hacia ambos, observó a Donghyuck, quien comenzó a toser apenas aspiró el humo.
-Al fin te tengo en mi posesión, bueno… casi.
Donghyuck le miró confundido.
-Amárrenlo a la cama – ordenó Lucas.
Mark le hizo una seña a Johnny, el cual tomó la cadena y comenzó a
conducir a Donghyuck hacia la cama. El moreno no paraba de jalarse en busca de
escapatoria. Con ayuda de los guardaespaldas de Lucas, Donghyuck terminó siendo
amarrado de las muñecas a la cabecera de la cama.
-Vaya… es algo rebelde – dijo Lucas, relamiéndose los labios.
-¿Necesitas algo en especial? – preguntó Mark.
-No sé, tú dime – sonrió espeluznantemente -¿Necesitas algo?
-Te dije que no lo haría.
-Sé que fue una locura mía avisarte de la nada, pero recuerdo haberte
dicho que duplicaría—no, triplicaría el pago si aceptabas – le dio una calada a
su puro.
Mark mordió su labio inferior.
-Necesito un minuto – pidió.
-Por supuesto – dijo Lucas y regresó a su silla -Hey, más vino – ordenó
a uno de sus guardaespaldas, mientras bebía el contenido de su copa, miraba con
detenimiento a Donghyuck, el cual evitaba todo contacto visual.
Mark salió de la habitación junto con Johnny. Se dirigieron al balcón,
el menor encendió un cigarrillo.
-¿De qué mierda habla ese loco? – cuestionó Johnny.
-Quiere que me acueste con Donghyuck – confesó.
-¡¿Qué?! ¿Por qué? ¿Para qué?
-Para alimentar su maldito morbo y perversión – le dio una calada a su cigarrillo
-Si no lo hago sólo pagará la mitad de lo prometido.
-Te advertí sobre hacer negocios con él, pero no esc—
-Necesito el dinero y deshacerme de ese mal nacido.
-P-pero Mark, Donghyuck es el asesino de—
-¡Ya lo sé!
-Es… es algo inconcebible.
-Hola, hola. Disculpen la interrupción, pero necesito una respuesta ya,
sino tendré que cancelar todo – comentó Lucas.
Mark maldijo en voz baja y lanzó su cigarrillo por el balcón hacia la
piscina vacía que había en el jardín.
-Acepto. Lo haré – respondió.
El chico de traje aplaudió fuertemente.
-¡Perfecto! – chilló -Pero um… hagámoslo más interesante. Tú – señaló a
Johnny -Cúbrele los ojos con esto.
Un guardaespaldas le extendió al más alto un antifaz color rosa pastel
que decía “Daddy’s boy” con letras rojas bordadas.
-El objetivo es que Donghyuck piense que yo le estoy cogiendo cuando en
realidad eres tú, Mark. Me muero por ver su reacción cuando le quites el
antifaz, pero que sea cuando estés a punto de venirte, ¿estamos claros?
-Sí – bufó Mark.
-Y para que veas que soy bueno, te traje una selección de mis condones y
lubricantes favoritos porque hay que procurar protegerse en todo momento –
explicó con emoción.
Otro guardaespaldas se acercó con una caja forrada de terciopelo rojo
cereza, la abrió ante Mark, el cual tomó una bocanada de aire.
-Tengo hasta de lo que menos te imaginas – agregó Lucas.
Mark escogió un condón clásico y un lubricante neutro. No quería que
ningún aroma ni sabor ni textura le recordara a ese momento.
-Buh, sabía que escogerías algo así, qué aburrido.
-¿Podemos apurar esto? – pidió Mark.
-No comas ansias, cariño, que seguro y pasaste por algo similar en tu
tiempo de cárcel, ¿verdad?
Mark estuvo a nada de darle un puñetazo en la cara; claro que había
pasado por algo similar e incluso peor con tal de tener algo de protección.
Lucas ordenó a Johnny que ingresara a la habitación y le cubriera los
ojos a Donghyuck, el cual se asustó cuando vio el rostro del más alto; parecía
furioso. Mientras esto pasaba, Mark se encontraba en la sala retirando sus
ropas, quedándose en calzoncillos. Ingresó a la habitación junto a Lucas.
-Es hora de irte, grandote – el joven de traje le susurró a Johnny.
El alto tomó aire y salió con lentitud de la habitación. Los
guardaespaldas de Lucas ya se encontraban en la sala platicando en chino entre
ellos.
Mark se sentó en la orilla de la cama, el chico de traje permaneció de
pie a un costado, sacó su arma y la presionó contra la cabeza de Donghyuck.
-Te voy a soltar, perrita. Pero más te vale ser obediente si no me veré
en la penosa situación de tener que volarte los sesos aquí mismo.
Donghyuck asintió repetidas veces.
Lucas alejó el arma, ubicó la punta de esta en su boca en señal de
guardar silencio a lo que Mark asintió y prosiguió a desencadenar a Donghyuck,
pero sin retirarle las esposas. El joven de traje regresó a sentarse, cruzó las
piernas y miró fijamente a Mark el cual cerró los ojos, tratando de
concentrarse; Donghyuck sólo le provocaba asco, pero necesitaba pensar en algo
que le excitara.
Harto de lo mucho que Mark tardaba en tener una erección, a pesar de
estarse masturbando, Lucas se puso de pie y le apuntó con su arma. Mark rodó
los ojos y asintió; recostó a Donghyuck y se ubicó sobre él, el roce de sus
pieles provocó que el moreno se erizara.
Mark recordó la última vez que tuvo un momento íntimo con su novia, lo
lindo y placentero que había sido para ambos y sólo unos días después, aquella
persona debajo suyo había acabado con su pequeña felicidad. Apretó la
mandíbula, furioso, pero trató de controlarse y continuar con su labor.
Tomó el lubricante y puso al menor boca abajo, levantándole levemente la
cadera para poner ingresar un dígito en él quien estaba colaborando sin
quejarse, algo que le revolvía el estómago.
Lucas estaba más que contento con el rumbo que estaban tomando las
cosas. Desabrochó sus pantalones y comenzó a masajear su miembro.
Mark ya tenía tres dedos dentro de Donghyuck, los cuales retiró
bruscamente y antes de que el moreno pudiera quejarse, presionó su cabeza
contra la almohada sin importarle si podía respirar o no. Rozó su erecto
miembro contra la entrada de Donghyuck y comenzó a abrirse paso. El mayor pudo
notar un leve movimiento en las caderas del otro, como si le estuviera pidiendo
más, por lo que lo presionó con más fuerza su cabeza contra la almohada y
terminó de entrar a lo que Donghyuck soltó un gemido de dolor y al mismo tiempo
que todo su cuerpo temblaba.
El mayor comenzó a embestirlo con fuerza. Se sentía peor que sucio pues
su estaba reaccionando al momento. El sonido de la cabecera de la cama golpear
contra la pared, los resortes gritar por ayuda, el calor y el color de la
habitación, las velas… todo estaba jugando con su cordura.
Salió de Donghyuck, le volteó, depositó sus piernas en ambos hombros y
volvió a penetrarlo, haciendo que el chico volviera a quejarse de dolor. Por
más que quisiera negarlo, Mark estaba disfrutando aquel mórbido momento, así
que retiró bruscamente la mordaza a Donghyuck la cual estaba bañada en saliva
debido al placer experimentado; una vez hecho esto, Mark arremetió con hambre
contra sus labios, como si quisiera arrancárselos. Los gemidos de Donghyuck
cada vez eran más fuertes, su miembro gritaba por ayuda, la cual Mark no le
proporcionaría, por lo que tomó las manos del otro y le indicó que se
masturbara solo, a lo que moreno terminó obedeciendo.
Mark sintió su miembro ser presionado por las paredes de Donghyuck, miró
a Lucas, el cual le sonrió siniestramente, Mark asintió y regresó la mirada a
Donghyuck; su pulso se aceleró aún más. El momento había llegado. Le retiró el antifaz.
Donghyuck palideció apenas su vista se aclaró.
-Hola – saludó Mark.
-N-no—
Rápidamente, Mark le cubrió la boca y continuó embistiéndolo con fuerza
y salvajismo hasta terminar a pesar del llanto desesperado de Donghyuck. Una
vez culminado el momento, salió del menor y bajó rápidamente de la cama para
colocarse sus calzoncillos.
El chico de traje abrochó sus pantalones, se puso de pie, caminó hacia
Donghyuck y lo tomó con fuerza del cabello.
-¿Te gustó la sorpresa? – preguntó.
Donghyuck no respondió, sólo lloró aún más fuerte.
-Oh cariño, esto no es nada comparado con lo que vivirás a mi lado –
sonrió.
Donghyuck se cubrió con el albornoz, abrazó su cuerpo y continuó
llorando.
-Platiquemos afuera, sus berridos son insoportables – dijo Lucas. Mark
asintió.
Cuando ambos salieron de la habitación, se dirigieron a la sala. Johnny
corrió hacia ellos.
-Mark, ¿cómo estás?
-Luego le entrevistas – interrumpió Lucas -Necesitamos hablar de
negocios, sino te importa.
Johnny suspiró y asintió, retirándose de la sala junto a los
guardaespaldas.
-¿Qué puedo decir? Has superado mis expectativas – confesó Lucas.
-¿Cuándo vendrás por él? – cuestionó Mark mientras bebía directamente de
la botella de ron que había en la mesita de la sala.
-En 23 horas mandaré a alguien.
-¿Y el dinero?
-Te dejaré más de la mitad ahora, el resto lo tendrás apenas el chico
esté en mis manos.
Mark asintió.
-Fue un placer hacer negocios contigo, Mark – Lucas extendió la mano, el
aludido la estrechó.
-Lo mismo digo. Espero que no volvamos a vernos nunca más.
-Y así será, justo como lo prometí – sonrió.
Luego de entregar la primera parte del dinero, Lucas y sus
guardaespaldas salieron de la casa; apenas Johnny cerró la puerta, Mark no pudo
contenerlo más y corrió al baño a vomitar. Se odiaba demasiado no sólo por
haberse acostado con Donghyuck, sino por haberlo disfrutado.
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