Autora: Kang
Grupo: NCT
Pareja: MarkHyuck
Clasificación: +18
Advertencias: AU, drama,
violencia, secuestro, trata, asesinato, infidelidad, violación, smut
Resumen:
Un
desafortunado suceso marca la vida de Mark, quien, tras cumplir una injusta
condena, busca vengarse de la persona que le causó tanto dolor: Donghyuck.
Las cosas
comienzan a tomar un rumbo diferente, lleno de obscuras tentaciones que juegan
con la mente de ambos hasta que uno de ellos cae, pero… ¿el otro también lo
hará?
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Disclaimer:
Esta
historia incluye contenido altamente sensible y controversial para algunas
personas.
Se
recomienda discreción.
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trigger
Capítulo 1. Noche de lluvia
Mark y Ye Bin* pertenecían a un pequeño grupo de ladrones que operaban
en pareja; estaban dedicados a saquear mansiones de adinerados empresarios. Su modus operandi era bastante complejo
para el promedio de edad de los integrantes del grupo. Eran chicos bastante
inteligentes y creativos, por lo que la policía seguía sin capturarlos.
A sus escasos 19 años, Mark y su novia contaban con el mejor récord y
eran admirados por todos sus compañeros, por lo que fueron seleccionados de
manera unánime para el siguiente atraco. Esta vez irían por un pez más gordo:
la mansión de los Lee, dueños de una famosa cadena de hoteles. La mansión era
reconocida por su fuerte personal de seguridad y su equipo de última
tecnología, por lo que les llevó meses armar el plan “perfecto”.
El matrimonio Lee había salido del país por un viaje de negocios y
Donghyuck, su único hijo, se encontraba estudiando en una prestigiosa escuela
de Francia, pero las vacaciones de invierno estaban a punto de comenzar, por lo
que Mark y su novia sólo contaban con una noche antes de que la familia
regresara a su hogar para pasar las fiestas decembrinas juntos.
Todo estaba listo para el atraco, el grupo estaba más que preparado para
apoyar a la pareja en lo que necesitasen.
-Seremos ricos, Mark. Al fin podremos dejar esta maldita vida de
mendigos – dijo con alegría la chica. Se encontraban dentro de la propiedad y
muy cerca de los guardias.
-Así es, amor. Todo saldrá bien. Ya lo verás – contestó Mark, el cual
tenía un extraño presentimiento desde la mañana.
Ambos se besaron y se separaron lentamente para después darse un fuerte
abrazo.
-Una, dos— - comenzó a contar Mark.
-¡Tres! – exclamó la chica. Estaba muy emocionada por vaciar la caja
fuerte de aquella familia.
Según sus informantes, actualmente la mansión sólo contaba con dos
guardias, debido a que ese día descansaba la mayoría del personal. El chico
nerd y su equipo de trabajo habían accedido al sistema y congelado las cámaras
de seguridad para que mostraran la misma imagen durante el tiempo del atraco,
así como desbloqueado puertas y alarmas. Al parecer eso de la “fuerte
seguridad” era nada más un rumor para provocar miedo a los ladrones.
Mark y su novia se encargaron de los guardias, los cuales no eran los
mejores para las peleas de contacto físico. Ye Bin remató el plan con un
pañuelo bañado en cloroformo, para dejarlos inconscientes. Una vez que no hubo
más obstáculos, la pareja ingresó a la mansión.
-El plano dice que el estudio está por allá – indicó Ye Bin.
-Bien, tú eres la experta en eso. Yo me encargaré de revisar las
habitaciones – dijo Mark.
-Pero si no hay nadie – bufó la chica.
-No nos confiemos. Sabes que los ricos son capaces de todo con tal de
proteger su dinero.
-De acuerdo.
Se dieron un abrazo y partieron en direcciones diferentes. La chica
hacia la derecha y Mark hacia la izquierda, rumbo a las escaleras. Aquel mal
presentimiento se intensificaba a medida que se acercaban a su objetivo: la
caja fuerte, de la cual se encargaría Ye Bin.
— 🥀 —
Donghyuck había regresado a Corea antes de lo previsto, debido a que sus
dos últimos días de clases previos a las vacaciones fueron dados como inhábiles
a modo de regalo de navidad por parte de la institución.
Llevaba meses sin visitar la casa, la última vez que lo hizo fue para
vacaciones de primavera y sólo porque sus padres le necesitaban para una
reunión con un político de Hong Kong, ya que era el único que hablaba inglés
fluidamente. Estaba acostumbrado a llegar a casa y ser recibido únicamente por
el personal; sus padres siempre se encontraban de viaje, según ellos por
negocios, pero Donghyuck sabía perfectamente que era no era así. Nunca habían
sido cercanos; el desinterés hacia él era evidente y aquello le había provocado
un rencor inmenso, el cual era expresado en forma de rebeldía, algo que sabía
perfectamente bien que les enfurecía.
-¡Mierda! Cambió la contraseña – exclamó furioso tras teclear algunos
dígitos en la caja fuerte.
Su padre había cambiado la clave apenas se enteró de su pronto retorno.
No era la primera vez que robaba de la caja fuerte. Había recibido innumerables
reprimendas, pero poco le importa pues al final se quedaba con el dinero, el
cual despilfarraba en fiestas, viajes, ropa, videojuegos y todo lo que fuera
diversión para un adolescente de 15 años.
Estaba por intentar otra serie de números cuando, de pronto, la puerta
del estudio chirrió y Donghyuck dio un brinco tras escuchar a alguien ingresar
al lugar.
-¡Arriba las manos! – ordenó una voz femenina.
Donghyuck regresó el cuadro a su lugar; sí, su padre escondía la caja
fuerte detrás del retrato familiar. Nada predecible.
-¿Qué es lo que quieres? – preguntó el menor mientras levantaba las
manos.
-Lo mismo que tú – contestó la chica sin dejar de apuntar su arma hacia
Donghyuck. Comenzó a caminar hacia éste con intenciones de capturarlo.
Donghyuck comenzó a alejarse lentamente, buscando algo para defenderse;
su mirada se detuvo en el abre cartas que había sobre escritorio.
La chica se percató de lo que el joven planeaba.
— 🥀 —
Una inesperada e intensa lluvia golpeaba contra las ventanas de la casa
mientras que los truenos ocasionaban que esta vibrara.
Mark había llegado al tercer piso. Estaba seguro de que no estaban
solos, pues había encontrado un plato y un vaso en el lavamanos de la cocina.
Sintió un escalofrío cuando vio que la última puerta al final del
pasillo estaba entre abierta y que las luces se encontraban encendidas. Entró
con cuidado, pero no vio nadie.
-Mierda, es el hijo – dijo para sí mismo cuando vio las fotografías en
la pared -Regresó antes de lo planeado.
Tomó su celular para avisarle a Ye Bin, pero al momento de sacarlo de su
bolsillo, escuchó un disparo y a los pocos segundos un fuerte trueno retumbó la
mansión. Bajó a toda prisa con el corazón latiendo a mil por hora.
Su vista se nublaba a medida que se acercaba al estudio.
Dejó caer el arma que traía en las manos cuando vio a su novia tendida
en el suelo sobre un charco de sangre que había impregnado la alfombra blanca.
-¡Ye Bin! ¿Q-qué pasó? – Mark temblaba con frenesí.
-E-el… chico… - respondió con
dificultad la joven.
Mark buscó con la mirada por todo el lugar hasta encontrar al hijo de la
familia; estaba temblando en un rincón, tenía la mirada perdida. Sintió cómo la
ira se disparó en él cuando notó que tenía el arma en las manos, la cual aún
soltaba algo de humo.
-Hijo de— - Mark detuvo sus palabras cuando sintió que su novia apretaba
su mano.
-Te quiero, Mark.
-¡No! ¡Ye Bin! Saldremos de esta—
La chica comenzó a toser.
-Ye Bin, por favor. No te vayas.
La chica le sonrió levemente y cerró los ojos. Mark dejó de sentir aquel
agarre en su mano.
Donghyuck soltó el arma y cayó sentado al suelo. Comenzó a llorar.
-¡Responde! Ye Bin, ¡no me dejes! ¡¡Ye Bin!! – Mark sacudía el cuerpo de
la chica, pero ya era demasiado tarde; había muerto.
Ninguno de los dos jóvenes supo en qué momento había llegado la policía.
Todo parecía estar en cámara lenta. Mark siendo esposado y arrastrado fuera de
la mansión. Donghyuck siendo abrazado por uno de los guardias mientras sus padres
hablaban con el detective y el abogado de la familia, los forenses cubriendo
con una manta el cuerpo de la joven.
En un abrir y cerrar de ojos, el destino de ambos chicos había sido
sellado aquella fatídica noche de lluvia.
— 🥀 —
— MESES DESPUÉS —
A pesar de estar en calidad de detenido y a la espera de un juicio, Mark
había luchado incansablemente por hacer que Donghyuck también fuera sometido a
uno, lo acusaba de haber asesinado con dolo a su novia.
“Lo lamento Mark, pero las probabilidades de que el jurado lo encuentre
culpable son prácticamente nulas. El chico tiene 15 años y viene de una familia
con influencias.”
Las palabras de su abogado retumbaban en su cabeza mientras esperaba la
decisión del jurado, el cual estaba deliberando.
-Pagará, tarde o temprano – murmuró para sí mismo.
No podía dejar de mirar con odio y rencor a Donghyuck. Lo aborrecía con
toda su alma; le había arrancado parte del corazón cuando presionó el gatillo
aquella noche. Se sentía asqueado al ver su cara de inocente cordero mientras
el abogado hablaba con sus padres.
-Mark, tranquilízate – la voz de su abogado le trajo a la realidad -No
vayas a armar una escena, por favor – pidió tras notar que su cliente estrujaba
con fuerza la botella con agua que había sobre la mesa.
El aludido no respondió, sólo tomo una enorme bocanada de aire y regresó
su mirada hacia el hijo de los Lee, el cual, para su desgracia, también le
estaba mirando.
-Asesino – dijo Mark
asegurándose de gesticular con claridad cada sílaba de aquella palabra.
Donghyuck retiró la mirada rápidamente; a leguas se notaba su temor.
“El jurado encuentra al acusado Lee Donghyuck inocente de los cargos
impuestos. El acto cometido fue en defensa propia.”
Mark se levantó de su silla.
-¡¿Qué?! ¡Eso no es cierto! ¡Él la mató! ¡Maldito asesino! ¡Me las vas a
pagar hijo de puta! ¡Desearás nunca haberte cruzado en mi camino! – gritaba sin
parar.
Dos policías tuvieron que someterlo y regresarlo a su celda.
-Quita esa cara de espanto y sonríe porque apenas salgamos de aquí, nos
tomarán muchas fotos y harán muchas preguntas – indicó la madre de Donghyuck.
El chico asintió. Estaba seguro de que sus padres no descansarían hasta
refundir a Mark en la cárcel, y lo peor es que contaban con los medios para
lograrlo.
— 🥀 —
Mark ya no toleraba más estar encerrado en aquella pequeña y asfixiante
celda. No le dejaban recibir visitas más que las de su abogado y por más que se
quejaba, nadie hacía nada. A medida que pasaban los días, su odio hacia los Lee
crecía más y más. No podía borrar de su mente la imagen de su novia tendida en
el suelo, el charco de sangre debajo de ella, el imbécil de Donghyuck con el
arma… casi no podía dormir ni comer, sentía que estaba enloqueciendo, pero, a
pesar de todo esto, guardaba inútilmente la esperanza de que su sentencia no
fuera larga, pues afuera había alguien muy importante esperándole; alguien
quien hacía que su corazón continuara latiendo: su hijo, Chenle.
Pero de nada le había servido esa esperanza e ilusión, pues ambas fueron
destruidas unos días después.
“El jurado encuentra a Mark Lee culpable
de los cargos: violación a la propiedad privada, intento de robo, portación
ilegal de arma de fuego…
Diez años…”
Aquellas tres palabras se habían convertido en la peor de sus pesadillas.
Su vida había sido arruinada por una maldita familia cuyo fruto estaba podrido.
Había perdido lo poco que le quedaba, estaba seguro de que su pequeño sería
llevado a un centro de adopción y probablemente nunca volvería a verlo. El tan
sólo contemplar esta idea, le hacía perder la poca cordura que le quedaba.
Lee Donghyuck pagaría por lo que había hecho. Se encargaría de hacerle
sufrir hasta verlo arrastrarse en busca de perdón, el cual nunca llegaría.
-¡Descansarás de mí 10 años, pero apenas sea libre desearás estar
muerto! – fueron sus últimas palabras antes de que los oficiales le sacaran a
rastras de la sala.
Pero la vida da muchas vueltas y el futuro es impredecible. Ambos habían
entrado a un peligroso laberinto del que no podrían escapar inmunes.
Continuará…
*Ye Bin de
DIA
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Gracias por leer (ㆁωㆁ)❤
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