30 de abril de 2017

Touch - Capítulo 4

Capítulo 4:
Taeyong

Cuando Mark fue absorbido por aquel portal, este le transportó a su habitación, encontrándose a Johnny sentado en la s      illa frente al escritorio.

-¿Por qué? – preguntó su maestro.

-¿Por qué, qué? – respondió Mark, algo aturdido por el viaje y la repentina transformación en ángel.

-Besaste a un demonio – aclaró Johnny.

-Sí – Mark no se arrepentía de lo que había hecho.

Johnny tomó aire.

-Tuve que bloquearte de la vista del demonio para que no te obligara a quedarte.

-¿Ya no podrá verme? – preguntó Mark, temeroso.

Johnny asintió.

-Es por tu bien.

-¿Mi bien o el tuyo? – atacó.

El ángel mayor le miró con seriedad.

-Lo dejaré pasar por esta ocasión – suspiró Johnny.

Ambos se quedaron en silencio por algunos segundos.

-¿Todos saben sobre Ten y tú? – Mark preguntó de repente. No supo en qué momento su boca se adelantó a su cerebro pero lo hecho, hecho estaba.

-No es momento – Johnny se puso de pie con intenciones de salir de la habitación.

-¡¿Y cuándo lo será?! – exclamó -Estoy harto de todos sus secretos – agregó -“No hagas esto porque está prohibido” “No puedes saber lo otro porque eres de menor categoría” ¡No es justo!

Johnny caminó hacia él y le tocó el hombro, lo cual hizo que Mark se tranquilizara rápidamente.

-Mi historia con Ten no es nada interesante – dijo.

-No quiere conocerla, sólo quiero saber por qué te dejan estar con él.

-Mark no puedo—

-Olvídalo. Déjame solo.

Johnny asintió y salió de la habitación. Mark se recostó en la cama y miró hacia el techo; sabía que Johnny no le dejaría regresar a la tierra, así que tendría que ingeniárselas para hacerlo. Haechan aún seguía siendo humano por lo que haría todo lo posible para que regresara aquel demonio tan insoportable que ocupaba su mente.





🌠






[ Al día siguiente ]

Mark acababa de regresar de la tierra; había hecho una rápida visita a Jisung. El tal “Jeno” no había llegado, por lo que fue una mañana bastante tranquila. Aprovechando que Jisung se encontraba en la escuela, Mark decidió comenzar con su investigación.

Se dirigió a la biblioteca; buscó a Taeyong con la mirada, pero no le encontró.

-Tendré que tomar otras medidas – suspiró saliendo del lugar.

Caminó hacia las habitaciones; entró al cuarto de Johnny, el cual estaba “trabajando” en Tailanda, y se dirigió al mueble en donde tenía aquella colección infinita de libros, la mayoría de estos trataba sobre ángeles en la tierra.

Una vez que tuvo lo que consideró necesario, salió de ahí y fue corriendo a su habitación.

Apenas abrió el primer libro, sintió que Jisung le necesitaba, así que escondió todo y regresó a la tierra. Cuando lo hizo, encontró a un invasor sentado en la cama del menor.

-¿Quién eres? – preguntó. Obviamente era un demonio, ya que tenía ropas y alas negras.

-Jeno – respondió sonriente -No te preocupes, no estaré mucho tiempo con Jisung, sólo hasta que… Haechan regrese.

-Pero son 6 años y–

-¿Cómo sabes que son 6 años? – el demonio arqueó una ceja -Has ido a verle, ¿verdad? – sonrió de medio lado.

Mark se sintió acorralado.

-Entonces regresará más pronto de lo que te imagines – agregó el demonio.

-¿Más pronto? ¿De qué hablas?

-No sé… ¿o sí? – Jeno fingió estar en duda -Me voy, molestaré a Renjun un rato.

Mark asintió; seguía pensativo debido a lo que el demonio había dicho. Si el beso no había funcionado, entonces, ¿había otra manera de hacer que Haechan regresara?





🌠






[ Horas después ]

Una vez que Mark se aseguró que Jisung se encontraba dormido y tranquilo, regresó al cielo; se sentía mal por descuidar tanto a su ahijado pero en verdad necesitaba que Haechan regresara.

Mark caminaba hacia su habitación, cuando pasó por el pasillo que dirigía hacia las habitaciones de los maestros, vio algo negro salir de una de estas, seguido por un ángel.

-¿Taeyong? – murmuró tras ver que el ángel tenía cabello negro -¿Un demonio en el cielo? ¿Qué está pasando?

Mark vio cómo Taeyong acariciaba la mejilla del demonio mientras que este le sonreía. Ambos se miraban fijamente; de pronto, el demonio le dio un beso al ángel, quien lo intensificó.

-Creo que… no debería estar aquí – exclamó Mark, retomando su camino. Echó un último vistazo y el demonio ya no estaba, Taeyong era el único ángel en aquel largo pasillo.

-Sé que lo viste, Mark – dijo el ángel mayor.

El aludido dio un respingo y salió de su escondite.

-Lo siento, no era mi intención.

Taeyong cerró el libro que tenía en las manos y sonrió.

-Platiquemos un rato.

-Pero–

-Te ayudará, lo prometo – insistió.

Mark entró a la habitación del mayor. Quedó asombrado por la cantidad de libros y papeles que había ahí; pensó que Johnny era el ángel con más libros de aquella área, pero se había equivocado.

-Siéntate – pidió Taeyong, señalándole una silla -Su nombre es Winwin y él es la razón por la cual soy el único ángel de cabello negro.

-No entiendo.

Taeyong sonrió divertido.

-Ya veo. Hay muchas cosas que Johnny te ha ocultado.

-Demasiadas – bufó el ángel menor.

El pelinegro se sentó en la silla frente a Mark.

-Hace muchos años, fui como tú, un ángel de la guarda; mi ahijado se llamaba Jaehyun y su demonio Yuta – suspiró algo melancólico -Yuta y yo nunca logramos congeniar, todos los días discutíamos hasta por la cosa más estúpida y sin sentido. Un día, mientras vigilaba que Jaehyun hiciera su tarea, un demonio que en mi eternidad había visto, apareció en la habitación, cuando lo vi, supe que mi tiempo como ángel respetado había acabado.


|Flashback|

-¿Y Yuta? – preguntó el demonio invasor.

-No está – respondió Taeyong, sin mucha importancia.

-¿Cómo que no está?

-No ha venido.

-Entonces me quedaré a esperarlo – bufó el demonio, se sentó en un rincón y se cruzó de brazos.

-¿Quién eres? – preguntó el ángel.

-Me llamo Winwin, Yuta me prometió helado.

Taeyong jamás pensó que un demonio podría llegar a ser tan tierno.

-¿Es tu hermano o algo así?

-No, sólo me da helado – explicó.

-Jaehyun tiene helado en el refrigerador, ¿quieres un poco?

Winwin dejó de fruncir el ceño y sonrió de oreja a oreja.

-Sí, sí quiero.

Taeyong se levantó de la cama de Jaehyun se dirigió a la cocina, Winwin le siguió.

-Hay de chocolate y de fresa.

-¿Puedo comer de los dos?

El ángel asintió.

-¡Muchas gracias! – exclamó el demonio.

Taeyong se le quedó mirando, fijamente.

-Eres muy tierno – dijo sin pensar.

-Lo sé – el demonio sonrió de medio lado.

-¿Viniste hasta aquí sólo para que Yuta te de helado?

Winwin asintió.

-Me lo prometió – dijo.

Ambos regresaron a la habitación de Jaehyun. Winwin se quedó toda la tarde con el ángel, conversando sobre sus vidas pasadas y sobre sus respectivos ahijados.

|Fin del flashback|


-Aquel día no pude contenerme y le besé – confesó el pelinegro, mirando hacia la nada -Jamás olvidaré su reacción; ver a un demonio sonrojado no es algo de todos los días – levantó la mirada, fijándola en Mark.

-¿Y luego? ¿Te castigaron por besar a un demonio? – preguntó el ángel menor.
Taeyong negó con la cabeza.

 -Ni siquiera una llamada de atención – hizo una pausa -El tiempo pasó y Winwin iba casi todos los días con el pretexto de ir a ver a Yuta, pero cuando este se distraía, tomaba mi mano o rosaba sus dedos con los míos y me sonreía, hasta que un día, me avisó que Yuta estaba castigado por haber golpeado a un superior y que él se había ofrecido a ocupar su lugar mientras tanto.

Mark estaba más que entretenido con aquella historia; Taeyong se había quedado en silencio durante unos segundos.

-¿Estás bien? – preguntó Mark, tras ver que el mayor se había perdido en sus memorias.

-Lo siento – sonrió el mayor para después aclarar su garganta y continuar hablado. Nunca imaginó contar su historia a alguien -Esa misma noche, él y yo… - suspiró, tratando de encontrar las palabras adecuadas -Él y yo tuvimos relaciones.

Mark abrió los ojos enormemente.

-No pude evitarlo – agregó el pelinegro.

-¿En dónde lo hicieron? – preguntó Mark.

Taeyong sonrió divertido.

-¿Por qué quieres saberlo? – levantó una ceja.

-¿Curiosidad?

-En casa de Jaehyun, en el cuarto de huéspedes – contestó.

-P-pero… ¿y sus alas? ¿C-cómo?

-Es sólo encontrar la manera – le guiñó un ojo.

Mark se llevó la mano derecha a la barbilla, meditando lo dicho por el mayor.

-Al día siguiente, tenía el cabello negro – agregó Taeyong.

-¿Qué?

-Es mentira eso de “está prohibido besar a un demonio”, sólo lo dicen para que no avancen las cosas. ¿Entiendes?

Mark asintió.

-Una vez que un ángel está sexualmente con un demonio, su cabello rubio desaparece y es sustituido por uno color negro. Ya sabes, para “diferenciarlo” de los demás.

-Eso es discriminación.

Taeyong asintió.

-¿Alguna vez te has preguntado por qué Johnny tiene el cabello café?

El ángel menor le miró sorprendido.

-¿Por estar con un humano? – contestó Mark.

-Así es.

-¿Hay manera de ocultarlo?

-Sí, pero no lo hago porque no tengo razones para ocultar que estoy con Winwin.

-Pero podrían castigarte o sacrificarte.

-Mark – Taeyong suavizó el tono de su voz -Amo a Winwin y para el maestro Leeteuk eso es lo más importante.

El menor quedó encantado con aquellas palabras. El maestro Leeteuk era el ángel de más alto rango en aquella área, era el director y no cualquier ángel podía hablar con él.

-Nunca imaginé que fuera tan bueno – confesó Taeyong -Incluso pasó por alto lo de Johnny y Ten.

Mark hizo una mueca de desagrado. No quería escuchar el nombre de esos dos.
-Sé que quieres ver a tu demonio – habló Taeyong -Y que Johnny no quiere ayudarte, pasé por lo mismo con mi maestro pues cuando me vio con el cabello negro, rápidamente hizo un sello para que Winwin no pudiera verme, pero no me quedé tranquilo, investigué hasta el cansancio y logré encontrar la manera de romper ese sello.

-¿Podrías enseñarme?

-Por supuesto.

-¡Muchas gracias!

-Y sólo para que estés tranquilo… – Taeyong sirvió un poco del agua que se encontraba en aquella jarra sobre la mesa que estaba entre ambos.

Mark estuvo a punto de decirle que no tenía sed, pero Taeyong agregó algo más.

-Mira dentro del vaso – explicó el mayor.

Mark tomó entre sus manos aquel vaso de cristal e hizo lo que el ángel le indicó, rápidamente el agua se iluminó y de pronto, una imagen apareció.

-Haechan – exclamó, entre sorprendido y nostálgico. El demonio estaba dormido, sosteniendo la pluma que Mark le había dejado.

-Llevará tiempo aprender la manera de romper el sello, pero confío en que lo lograrás – dijo Taeyong.

Mark suspiró, tratando de tranquilizarse. Debía ser fuerte por y para Haechan.




Continuará… 

22 de abril de 2017

Touch - Capítulo 3

Capítulo 3:
¿En dónde está?

Mark jugaba con su desayuno; sabía que eso estaba mal, pero no tenía mucho apetito, su cabeza estaba hecha un lío.

-Mark, buenas noticias. Ten salió del coma – dijo Taeyong con una sonrisa de oreja a oreja -Llegamos a tiempo. Apenas pisamos el hospital Taeil sintió su luz y la de Ten – explicó el pelinegro.

-Y-ya veo… - murmuró Mark, no muy interesado en la noticia.

-¿Mark? – preguntó Taeyong.

-¿En dónde está Johnny?

-Descansando en su habitación.

-Gracias – Mark se levantó de la mesa y fue en busca de su maestro. Caminaba lentamente, tratando de ordenar sus ideas; cuando se dio cuenta, ya estaba frente a la habitación del mayor.

-Pasa – dijo Johnny antes de que Mark tocara la puerta -Sabía que vendrías – sonrió.

-¿Cómo estás? – preguntó el ángel menor, más bien por compromiso que por preocupación.

-Algo cansado pero mejor – contestó, incorporándose en la cama.

Mark tomó aire, y cerró los ojos con fuerza.

-Cómo fuiste capaz de hacer algo así – exclamó.

Johnny se levantó de la cama.

-Quizá eso deberías preguntártelo a ti mismo – contraatacó el mayor mientras se servía un poco de agua.

Mark le miró asustado; su rencor y enojo habían desaparecido.

-Sé lo que hiciste – Johnny le miró fijamente; tenía el ceño fruncido.

-No sabía que– - suspiró -¿Por qué no me dijiste?

-Porque no pensé que fuera necesario; jamás imaginé que serías capaz de tocar a un demonio.

-Lo que vi… fue horrible – suspiró.

-Cuando un ángel toca el pecho de un demonio, activa los o el recuerdo más doloroso de éste, el cual generalmente es su muerte.

-¿Y qué pasa?

-Lo deja perdido; es decir, vagando en sus pensamientos hasta que se olvida de comer y… desaparece.

-Soy un tonto – murmuró para sí mismo.

-¿No querías derrotarlo? Agradezco que lo hicieras por Ten pero–

-¿Qué puedo hacer? – cortó al mayor. Por supuesto que no lo había hecho por ese tal Ten, lo había hecho por él.

-Nada. No trates de salvar a un demonio – Johnny se giró para depositar su vaso con agua sobre el escritorio.

-Pero tú sí puedes salvar a un humano, ¿no? – dijo Mark, dejando que todas aquellas emociones negativas fluyeran con aquellas palabras.

-Basta. Déjame descansar – contestó Johnny, sin mirarlo.

Mark bufó y salió molestó de la habitación. Era inútil hablar con él.






🌠







[ Semas después ]

Haechan no se había aparecido para nada en todo ese tiempo, lo cual tenía a Jisung más que aburrido, sólo se la pasaba haciendo tareas y ayudando a sus padres con las labores del hogar.

Mark observaba a su ahijado ayudar a su mamá a cargar las bolsas de la despensa.

-Hola, Mark.

Mark salió de su transe y miró a quien le llamó.

-Hola, ¿Renjun? – se atrevió a preguntar, ya que el ángel había llegado con Chenle.

-¿Quién te dijo mi nombre? Espera, Haechan.

Mark asintió.

-¿Lo has visto? – preguntó Renjun.

-No. ¿Por qué preguntas? – respondió Mark, tratando de sonar seguro.

-Quizá… ah, no puedo creer que vaya a decir esto, pero creo que lo necesito. Chenle ha estado muy triste porque Jisung se ha portado muy bien, ¿entiendes?

-Sí… - suspiró, regresando la mirada a los adolescentes que continuaban cargando las bolsas de la despensa.

-He hecho de todo para alegrarlo, pero nada. Sigue igual y Jeno, el demonio de Chenle parece que será asignado a Jisung o algo así me dijeron.

-¡¿Qué?! – exclamó Mark, pero Renjun no le escuchó ya que voló con rapidez hacia Chenle que había tropezado con una de sus agujetas.

Horas después, cuando Jisung estuvo sumido en un sueño profundo, Mark regresó al cielo.






🌠






-¿Cómo que quieres que busque a Haechan? – exclamó Johnny, completamente sorprendido.

-Por favor, necesito disculparme – Mark jugaba con sus manos. Lo que estaba pidiendo no era nada malo, pero sí algo riesgoso.

-Mark, él es un demonio – insistió su maestro.

-¡Por favor!

-No, no voy a hacerlo – Johnny se giró y continuó caminando.

-Sólo quiero pedirle disculpas y… hacer que regrese – Mark le siguió el paso.

-Mark, dudo mucho que regrese. Obviamente habrá recibido algún castigo por haber permitido que un ángel se le acercara tanto y tocara su punto débil.

-Necesito que regrese. Es por Jisung, no por mí – Mark pensaba que los ángeles no podían mentir.

Johnny suspiró.

-Veré qué puedo hacer.

-Gracias.

-Ahora ve a cenar. Me han dicho que te has estado saltando comidas.

-Sí, bueno… adiós – Mark dio la media vuelta y caminó hacia el comedor. Rogaba porque Johnny cumpliera su palabra.







🌠







[ Dos días después ]

Mark estaba en la habitación de su maestro. Al parecer, Johnny había encontrado a Haechan.

-Está en un orfanato – explicó Johnny.

-¿Qué?

-Lo mandaron a la Tierra, es todo lo que pude encontrar.

-¿A cuál casa hogar? ¿Tienes el nombre o algo?

Johnny bufó y le pasó una hoja.

-¿Qué es eso?

-La dirección.

Mark escaneó la hoja. Por suerte seguía en Seúl. Mordió su labio inferior y tragó fuerte.

-¿Qué quieres? – preguntó Johnny; le conocía tan bien.

El ángel menor respiró profundo y juntó todo el valor que pudo.

-Quiero ser humano. Él no me puede ver si voy como ángel.

-No. Eso sí que no.

-¿Y cómo esperas que hable con él? Sólo haz lo mismo que haces cuando vas a ver a Ten.

Johnny bufó, quizá le había otorgado demasiada confianza a su alumno.

-Ven aquí.

Mark se levantó de la cama y caminó hacia su maestro, Johnny le tocó la frente con el dedo índice de la mano derecha.

-Haz lo que tengas que hacer. Tienes hasta las 12:00 AM.

-¡Gracias!

Mark salió corriendo de la habitación.







🌠







Haechan estaba sentado en aquella vieja y desgastada cama con los resortes por fuera; contemplaba la luna y las estrellas a través de la única ventana en aquella obscura habitación. Su compañero de cuarto había sido oficialmente adoptado, por lo que estaba solo en ese lugar.

De pronto, una luz blanca iluminó el cuarto.

-¿Qué quieres? – preguntó Haechan sin girarse.

-¿Cómo sabías que era yo? – dijo Mark.

-A qué demonio le mandan un ángel… - bufó.

-Escucha, lamento mucho lo que hice. No tenía idea, bueno sí, pero no pensé que sería algo tan– - Mark calló, Haechan no le hacía caso -¿Cuánto tiempo estarás así?

-Seis años.

-¡¿Años?!

-Es mi castigo; iba a ser 16 años pero Doyoung, mi maestro, movió sus influencias para que me redujeran a 6.

-Lo siento mucho – Mark se sentó junto a él.

-Extraño a Jisung – murmuró el demonio.

-Él también, igual Renjun – dijo Mark, tratando de animarlo.

-¿Qué? ¿Renjun? – Haechan se volteó para ver al ángel, quien desvió la mirada hacia la ventana.

-Sí, me dijo que te necesitaba para hacer a Chenle feliz, también me dijo que parece que Jeno ocupará tu lugar.

-¿Jeno? ¿El demonio de Chenle?

Mark asintió.

-¡No, Jisung es mío! – Haechan se puso de pie, Mark le tomó de la muñeca y lo sentó de nuevo en la cama -Ah… suele pasar. No puedo controlar mis emociones, olvidé cómo es ser un humano.

-No eres el único, me siento raro… así – confesó Mark.

-¿Cómo fue que te dejaron venir? – preguntó Haechan.

-Digamos que manipulé a Johnny.

-¿Los ángeles pueden manipular? - preguntó el demonio.

-Y mentir – agregó Mark.

-Wow… - exclamó el menor -Apuesto a que nunca te lo dijeron. Los ángeles y sus secretos más obscuros que los de los demonios.

Mark soltó una risilla.

-¿Hay alguna manera de reducir más tu castigo?

Haechan miró hacia la ventana.

-Sí, pero no te lo puedo decir.

-¿Tú también vas a estar con secretos?

El demonio le miró fijamente.

-¿Es algo malo? ¿Tienes que matar a alguien? – insistió Mark.

-No.

-¿Entonces?

Haechan tomó aire.

-Tengo que hacer que un ángel me bese.

-¿Es todo?

-El ángel tiene que estar enamorado de mí.

-Pero eres un humano, no puedes verlos.

-Sí puedo… y ellos a mí pero cuando notan que no tengo un ángel, rápidamente se alejan. En este lugar hay muchos ángeles pero están tristes porque los niños lo están y lo último que quieren es desperdiciar su poca energía con un demonio.
Mark permaneció callado, analizando lo que Haechan le había dicho. De pronto, un ruido extraño se escuchó en la habitación.

-¿Qué fue eso? – exclamó el ángel.

-Tu estómago, humano – respondió Haechan, con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro. Mark extrañaba verlo sonreír.

-Hace mucho que no sentía eso. ¿Quieres ir a comer algo?

-¿A esta hora? ¿Con qué dinero?

-Sólo estaré aquí hasta las 12 – a pesar de estar en contra, Johnny le había mandado a la tierra con una billetera.

Haechan suspiró.

-Está bien.






🌠







-¿Conoces algún lugar donde vendan comida? – preguntó Mark.
Haechan asintió.

-Sígueme – dijo el menor y comenzó a caminar, Mark le tomó de la mano.

-Es para que no me pierda – justificó, sonriente.

Haechan no dijo nada.

Caminaron durante 15 minutos hasta que llegaron a una plaza.

-¿Qué se te antoja? – preguntó Mark.

-¿Ramen?

-¡A mí también!

-¿Por qué… por qué estás tan feliz? – cuestionó Haechan.

-Porque, al igual que Renjun, te necesito para que Jisung sea feliz.

-Ya veo.

-Haechan – Mark engrosó su tono de voz -Ya no eres el mismo, ya no sonríes como antes.

El demonio sólo le veía, sin hacer ninguna expresión.

-¿Fue por lo que pasó? – preguntó el ángel.

-Vamos a comer.

Mark no se conformaría con eso, averiguaría el porqué del comportamiento de Haechan sí o sí.






🌠







Tras haber llenado sus estómagos con 5 tazones de ramen, Mark invitó a Haechan a pasear por las calles de Seúl, pues de un momento a otro, los recuerdos de su vida humana llegaron a su mente.

-Mira, aquí solía vivir – Mark apretó la mano de Haechan, para llamar su atención, ya que el demonio se encontraba absorto en sus pensamientos.

-¿Tu biznieta? – preguntó Haechan, tras ver el rostro de Mark.

-Se parece mucho a mi esposa… bueno a quien fue mi esposa – exclamó el ángel.

-Oye… no quiero echar a perder el momento pero son las 11:30 y a las 12:00 AM hay revisión en las habitaciones – dijo Haechan.

-S-sí, regresemos.







🌠







Apenas regresaron, Mark y Haechan se sentaron en la cama; el ángel se puso a platicar sobre su vida humana, Haechan comenzó a dormitar hasta que su cabeza terminó sobre el hombro de Mark, quien se quedó unos segundos admirándolo.

-Ya tengo que irme – susurró.

Haechan abrió los ojos y se separó del ángel.

-Está bien. No aburras más a Jisung, ¿quieres? Ah, y dile a Jeno que no se va a quedar con mi puesto, no es mi problema que Renjun esté tan obsesionado con su ahijado – bufó.

Mark sonrió; al parecer, el Haechan “real” aparecía por lapsos de tiempo.

-¿Qué me ves?

Mark le acarició la mejilla.

-¿Crees que si te beso pueda reducir el tiempo?

-¿Estás loco? ¿Qué parte de “el ángel debe estar enamorado de mí” no entendiste?

-No perdemos nada con intentarlo.

-¿Te estás escuchando? Eres humano, no tendría ningún efecto. Es una tontería – bufó.

-Déjame intentarlo.

Haechan rodó los ojos.

-Está bien.

Mark acarició con suavidad los labios del demonio; se apoyó en la cama, cerró los ojos y lo besó. Apenas sus labios toparon con los de Haechan, Mark se convirtió en ángel. Cuando Haechan abrió los ojos por alguna extraña razón, no pudo verlo.

El ángel se dio cuenta de esto, necesitaba encontrar una manera de decirle que estaba ahí. Arrancó una de sus blancas plumas y dejó que esta acariciara la nariz de Haechan, el cual sonrió.

-Regresaré, lo prometo – susurró, dejando que el portal de luz le absorbiera.





ontinuará…

15 de abril de 2017

Touch - Capítulo 2

Capítulo 2:
Preguntas y respuestas

-Pensé que no regresarías – bufó Mark al ver a Haechan salir por debajo de la cama de Jisung.

-Vaya, ¿pensaste en mí? – Haechan sonrió malévolamente; de pronto, el despertador de Jisung comenzó a sonar, despertándolo de mal humor.

-¿Es en serio? ¿Ya tan rápido le arruinas el día?

Haechan se encogió de hombros.

-Dime, Mark, ¿qué hiciste anoche? – preguntó el demonio, sacudiendo sus alas negras.

-Cuidar de Jisung – respondió el ángel sin quitarle la vista de encima a su ahijado.

-Sabes a lo que me refiero.

-¿Qué hiciste tú?

-A parte de destruir las ilusiones de un ángel y recibir transfusiones de sangre, nada más – Haechan se paseó cerca de Mark.

-¿Transfusiones de sangre? – le miró algo sorprendido.

-No me cambies de tema, querubín.

-No es asunto tuyo.

-Sólo quiero saber – Haechan se relamió los labios -Te ves cansado, ¿por qué no regresas al cielo y duermes un poco? – le acarició el pecho con sus largas y filosas uñas, ensuciando aquella hermosa camisa blanca.

-No dejaré que lastimes a Jisung – Mark le apartó la mano.

-Que te rompieran el corazón te dio carácter, eh.

Mark decidió ignorarlo e ir en busca de Jisung. Haechan le siguió.

-¿Sabes que sería divertido? Hacer que Jisung se resbalara por las escaleras – Haechan estuvo a punto de tocar la espalda del adolescente para que este cayera, cuando Mark corrió hacia él y le empujó. Haechan chocó contra una silla, la cual se movió un poco, llamando la atención de Jisung.

Haechan le sacó la lengua; total, el chiquillo no podía verle. Jisung se encogió de hombros y bajó las escaleras como si nada.

Mark suspiró.

-Eres desesperante.

-Gracias – sonrió mientras se ponía de pie -Sabes, mis sospechas eran ciertas. Ayer, por alguna extraña razón, cuando me empujaste, absorbí tus sentimientos y comencé a sangrar. El médico no se explicaba por qué había pasado eso. Sacó millones de libros y no encontró la respuesta. ¿Ves? ¡Estabas enamorado de Johnny!

-Deja de inventar cosas.

-Qué triste que éste no se diera cuenta y se fijara en un humano…

-¿Podrías callarte?

-Podría hacerle una visita a Ten. Su demonio no tiene mucho trabajo ya que ese chico pudo tentar a un ángel sin su ayuda. ¿Tan intenso es su amor?

-No te atrevas – Mark tomó fuertemente del brazo al demonio.

-Pero te dejaría el camino libre.

-No, Johnny se ve feliz con él.

-M-mark… espera – Haechan sonrió nervioso -S-suéltame.

Mark salió de su transe. Haechan cayó sentado.

-No entiendo… - murmuró -¿Por qué me haces tanto daño? No tienes mucho tiempo siendo ángel – decía mientras se sobaba la muñeca; tenía una marca roja.

Mark rodó los ojos y fue a ver a Jisung, el cual desayunaba felizmente con sus padres.

-Oye Mark…

El aludido bufó cansado.

-¿Qué?

Haechan se puso de puntillas y le dio un beso en los labios. De pronto, todas las lámparas de la sala y el comedor estallaron.

-No lo entiendo… - murmuró Haechan, como si nada, tratando de analizar algo.

Mark estaba furioso. Giró al demonio para quedar cara a cara.

-¡¿Cuál es tu problema?! ¿Por qué–? Yo no puedo besar a un demonio. Está prohibido.

-Nah, tranquilo. El demonio besó al ángel, no pasa nada.

-Haechan.

-¿Qué?

-T-tu nariz.

Haechan tocó su nariz; de nuevo, sangre.

-Genial – desapareció, dejando a Mark desubicado.





🌠





Una vez que Jisung cayó en sueño profundo, Mark decidió regresar al cielo para hablar con Johnny, pero aquella plática no sirvió de nada, ya que el mayor negó infinidad de veces estar con un humano. Molesto, fue a la biblioteca para despejar su mente.

El lugar estaba casi repleto, Mark divisó un espacio en la mesa en la que estaba un ángel de la misma categoría que Johnny; el único ángel de cabello negro en toda esa área: Taeyong.

-Hola, Mark – saludó el ángel mayor.

-Hola – respondió el aludido mientras se sentaba frente al pelinegro.

-Felicidades por tu ascenso.

-Gracias.

-¿Qué has venido a preguntarme?

-¿C-cómo sabes que–

-Es normal que tengas muchas dudas y que Johnny no siempre quiera contestarlas – explicó Taeyong.

Mark sonrió y asintió.

-¿Por qué los demonios sangran? – preguntó.

-¿Ah? – Taeyong se descolocó un poco con la pregunta del menor.

-Quiero saber – trató de sonar no muy desesperado.

-Bueno, por muchas razones. Generalmente porque están débiles y no pueden tolerar la energía de un ángel.

-¿Sabes algo sobre absorber los sentimientos de un ángel?

Taeyong abrió los ojos en demasía.

-Mark, eso… eso no puedo responderlo. Está prohibido.

-Pero también soy un ángel.

-De menor categoría.

Mark hizo un puchero.

-Qué lindo – Taeyong le pellizcó la mejilla -¿Te doy un consejo? No deberías descuidar tanto a tu humano.

-No es como si Haechan fuera a regresar pronto – bufó.

-¿Haechan?

-Sí, un dolor de cabeza en forma de demonio.

Taeyong sonrió.

-¿Qué? – exclamó Mark algo ofendido por aquella reacción.

-Me recuerdas a mí, hace mucho tiempo.

-¿Por?

-Algún día te contaré la razón por la cual soy el único de cabello negro aquí – le guiñó un ojo, tomó sus libros, se levantó de la mesa y se fue. Mark se quedó pensando en aquellas palabras.





🌠





[ Semanas después ]

Era hora del tan preciado desayuno, Mark era el único ángel de la guarda que se encontraba sentado en una mesa repleta de maestros. Sí, seguía sin entablar amistad con los otros ángeles de su misma categoría.

-¿En dónde está el maestro Johnny? – preguntó.

-Fue a hacer un trabajo – respondió Taeyong.

-¿Trabajo?

-Sí…

Taeyong no sabía mentir.

-¿A dónde fue? – insistió Mark.

-Supongo que sabes de Ten – susurró Taeyong.

Mark sintió como si se le bajara la presión. ¿Qué acaso todos lo sabían? ¿Por qué no hacían nada?

-Tuvo un accidente regresando de la academia de danza. No sé los detalles, sólo sé que está muy mal y que probablemente muera. Johnny aprovechó que no tenía mucho trabajo para volar a Tailandia e ir a verlo.

-¿Crees que sea un castigo para Ten? – preguntó Mark.

-Prefiero no sacar conclusiones, pero según Taeil, por la extrañeza del accidente, quizá no lo fue. Parece más una travesura.

Mark bufó. ¿Qué tal si ese tal “Ten” lo hizo para llamar la atención de Johnny?

-Taeyong.

-Taeil, ¿qué pasa?

-Johnny – el ángel estaba agitado y pálido.

-¿Qué es?

-Apagó su luz.

-¿Qué? – los demás maestros sentados a la mesa, guardaron silencio.

-¿Q-qué significa eso? – preguntó Mark.

-Se sacrificará para salvar a Ten – susurró Taeyong.

-El maestro Leeteuk quiere que vayamos a detenerlo ahora mismo – explicó Taeil.

-Pues, vamos – Taeyong se fue a prisa. Los demás ángeles comenzaron a murmurar entre ellos; todos estaban sorprendidos por la acción de Johnny.

Mark se olvidó de la comida y se sumergió en sus pensamientos.



“Parece más una travesura”


“Podría hacerle una visita a Ten. Su demonio no tiene mucho trabajo ya que ese chico pudo tentar a un ángel sin su ayuda.”



-¡Ã‰l! – exclamó Mark, golpeando la mesa con ambas manos.

Bajó a la Tierra con el pretexto de que iría a cuidar a su ahijado.

-¡Haechan!

El demonio, que jugaba con una pluma de sus alas negras, dio un respingo.

-Hello, Mark.

El ángel lo tomó del cuello de su negra camisa y lo golpeó contra la pared.

-¿Q-qué pasa?

-Tú fuiste, ¿verdad?

Haechan sonrió, hastiando aún más al ángel.

-Hablas de Ten.

Mark frunció el ceño.

-N-no fui yo. Mark t-tu mano… - el demonio jadeó de dolor al sentir cómo la manos del ángel rodeaban su cuello y lo apretaba con fuerza.

Mark veía cómo la piel del demonio se quemaba.

-¡Deja de mentir!

-S-suéltame­–

-Por tu maldita culpa Johnny apagó su luz para salvarlo.

-¡Que no fui yo!

Mark le soltó. Haechan cayó al piso, tosiendo sangre y respirando con dificultad. Mark le tomó del cabello. Haechan estaba muy débil como para defenderse, toda la energía que el ángel había descargado en él había sido demasiada para su cuerpo.

-¿Q-qué vas a hacer? – exclamó Haechan al ver que Mark se hincaba hasta quedar a su altura –M-mark… no–

-Sé qué pasa si te toco el pecho – dijo el ángel -Es muy probable que desaparezcas.
Haechan respiraba con dificultad, mientras intentaba cubrir su pecho. Mark lo tomó fuertemente de los brazos con una mano y la otra la acercó a su objetivo.

-Por favor… - suplicó Haechan.

Mark no dijo nada y presionó la mano contra el pecho de Haechan. En cuestión de segundos, la mente de Mark fue absorbida por un portal hasta llegar a los recuerdos del demonio. Todo estaba borroso, sólo veía sombras.

-Doctor, por favor, cure a mi pequeño. Haré lo que sea – decía una mujer desconsolada.

-Sabes lo que quiero – el médico tomó a la señora de la cintura.
-Lo haré, cuántas veces quiera, sólo cure a mi Donghyuck, por favor.

El médico asintió y entró a aquella casa que se caía a pedazos. En la única cama yacía un chico pálido que no dejaba de toser.

-Hola, Donghyuckie. He venido a curarte – dijo el médico, dejando su maletín sobre la mesa.

-G-gracias – dijo en un hilo de voz el chico.

El médico sonrió y se volteó para revisar algo dentro de su maletín.

-Escorias como tú no merecen la vida – murmuró mientras admiraba un frasco. Echó un par de gotas en un vaso con agua -Toma pequeño, esto te curará para siempre.

El chico tomó con sus manos temblorosas aquel vaso y le dio un sorbo; no llegó a acabar su contenido pues comenzó a asfixiarse en segundos.

-A-ayud–

-Sólo tenías una simpe fiebre pero qué importa, tu madre no lo sabrá – el médico salió sonriente de la casa.

Donghyuck comenzó a broncoaspirar mientras intentaba pedir ayuda; se negaba a morir, era muy joven, no podía dejar a su madre sola. Sólo se tenían el uno al otro.
Poco a poco fue cerrando sus ojos, los cuales no dejaron de derramar lágrimas hasta que su corazón dejó de latir. Mark escuchó con claridad aquel último latido y con eso regresó a la Tierra. Cuando su vista se aclaró, Haechan estaba llorando.

-O-oye– yo– - Mark no sabía qué decir. Se puso de pie, necesitaba aire.

El demonio no pudo levantarse; estaba muy débil y devastado. Cerró los ojos y en segundos un portal de color negro se abrió y lo absorbió.

Mark salió de confusión tras escuchar a alguien llorar; era Jisung que abrazaba fuertemente a su madre.

-¿Qué pasó, bebé?

-Soñé que moría asfixiado y un señor te apartaba de mí. Mami, fue horrible. Estaba solo y… no quería morir – decía el chico.

Mark no podía con la culpa. Regresó al cielo. Sabía que lo que pediría era peligroso.




Continuará…