26 de mayo de 2021

Call U Mine - Capítulo 2

 

Capítulo 2: Peligro

 

Taeyong abrió la puerta del cubículo del baño apenas terminó de limpiarse y acomodar sus ropas.

-Taeyong – llamó Doyoung.

El aludido dio la media vuelta.

-¿Qué? – respondió.

-Coges como virgen.

Taeyong chasqueó la lengua, caminó a paso firme hacia él, quedando ambos nuevamente dentro del cubículo, lo acorraló en la pared y con una mano lo tomó del cuello de la camisa.

-Cuidado con lo que dices, Doyoung. No estás en posición para estarme amenazando – dicho esto, lo soltó, se lavó las manos mientras veía a Doyoung por el espejo, el cual estaba terminando de vestirse. No pudo evitar recorrer su cuerpo con la mirada, el estado en el que Doyoung se encontraba sólo le confundía más y el saber que él había ayudado, le despertaba sensaciones que jamás pensó experimentar.

El beta salió del baño y tuvo que recargarse en la pared para soltar toda la tensión y el revoltijo de emociones que tenía dentro.

-Taeyong, ¿está todo bien? Ya no regresaste a clases – la voz del profesor de la primera hora le trajo de vuelta.

-S-sí.

-Estás pálido.

-Estoy bien. Gracias por preocuparse y disculpe que me haya perdido la clase.

-No hay problema. Sólo ponte al corriente con la tarea, ¿sí?

-Claro que sí.

-Hasta luego – el profesor le palmeó el hombro y siguió su camino hacia la sala de maestros.

Taeyong ingresó al salón, seguía algo confundido y para colmo, sus compañeros le miraban como si hubiera asesinado a alguien.

-Hmmm… con que por eso tardaste tanto en el baño – dijo un compañero.

-N-no sé de qué hablan – respondió Taeyong.

-Hueles a omega, no te hagas al que no sabes – dijo una chica -Suelta el té, ¿quién es?

De pronto, un hombre ingresó al salón. Los chicos sólo lo miraron por algunos segundos y luego continuaron molestando a Taeyong, el cual sólo veía lo que el extraño sujeto hacía; el hombre tomó la mochila de Doyoung y las cosas que había sobre la paleta de la silla y sin más abandonó el salón.

-Hey, Taeyong, ¿sigues en el baño cogiéndote al omega? – dijo otro chico mientras pasaba su mano de un lado a otro frente al rostro del aludido.

-Necesito salir un momento – dicho esto, abandonó el salón.

-Está más raro que de costumbre – comentó una chica.

-Es obvio, acaba de perder la virginidad.

-¿Cómo sabes que era virgen?

-Es súper nerd, siempre nos olvidamos de su existencia, hasta hoy que huele diferente.

-Tienes razón, me pregunto ¿quién habrá sido?

-Yo igual. Sus feromonas eran demasiado dulces.

-Lo que daría por conocer a ese omega y hacerlo mío.

La conversación de vio interrumpida por la entrada de la profesora al salón, la cual anunció que la clase sería en el laboratorio.

 

 

 

ʚɞ

 

 

 

Taeyong había seguido al misterioso hombre quien, de acuerdo con uno de sus compañeros, era el chofer de Doyoung; dicho sujeto terminó ingresando a la enfermería.

-Aquí están, Doyoung.

-Gracias, Taeil – contestó el aludido, quien estaba sentado en una de las camas del lugar.

-¿Por qué no usaste condón? Sabes lo peligroso que es en tu condición – dijo Taeil.

-No tuve tiempo, fue algo… no hablemos de eso – Doyoung tomó se metió una pastilla a la boca y luego bebió del vaso con agua que el sujeto le extendió.

-Dijiste que lo tenías controlado.

-Lo tenía, pero creo que lo he encontrado.

-¿Estás seguro?

-Casi, el problema es su hermano – suspiró e hizo una mueca de disgusto -Espero estar equivocado.

-¿Qué tiene su hermano?

-Llévame a casa. No quiero estar aquí.

El hombre asintió y ayudó a Doyoung a levantarse de la cama. Taeyong salió corriendo hacia el salón. Una vez que estuvo dentro de este, se quitó la sudadera de Jaehyun y con coraje, la guardó en su mochila. De pronto, su celular vibró; un compañero le había mandado un mensaje avisándole que estaban en el laboratorio.

 

¿Desde cuándo les importaba su existencia?

¿Acaso había sido por…?

 

Su mirada viajó hacia la sudadera.

-No, yo no soy así – murmuró para sí mismo. Tomó su cuaderno y un bolígrafo y sin más abandonó el salón.

 

 

 

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Al día siguiente…

 

La puerta principal sonaba con fuerza, era sábado por la mañana y todos dormían; excepto Taeyong, quien tenía el sueño ligero.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo averiguaste donde vivo? – cuestionó Taeyong apenas abrió la puerta y descubrió que el responsable de aquel ruido era Doyoung.

-Tengo los contactos y el dinero suficiente para hacerlo – contestó el otro, ingresando a la casa como si nada.

Taeyong suspiró con cansancio.

-Vete.

-No – contestó Doyoung -Necesito que me dejes ver a tu hermano.

-¿De qué mierda estás hablando?

-Sólo obedece.

-Escucha, no tengo ganas de discutir contigo y no eres bienvenido, así que fuera – lo tomó de la muñeca con intenciones de sacarlo de la casa.

-Suéltame – se arrebató con brusquedad -Te guste o no, tu hermano es mi—

Doyoung no pudo continuar, pues el chirrido de una puerta abriéndose interrumpió el momento. Taeyong se alarmó, así que, aprovechando la distracción del otro, le cubrió la boca y lo arrastró hacia la bodega que se encontraba debajo de las escaleras.

-¿Taeyong? – llamó Jaehyun, mientras bajaba las escaleras -Qué raro – echó un vistazo a la planta baja y tras ver todo en orden, regresó a su habitación.

 

 

 

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-¡Déjame, maldita sea! – Doyoung forcejeaba para zafarse del aprensivo agarre del beta.

-Te prohíbo acercarte a él, ¿está claro? – advirtió Taeyong.

-Tú no me prohíbes nada, asqueroso beta. No tienes derecho sobre mí.

-¡Basta Doyoung! Estoy harto que me trates peor que mierda, ¿te has visto al espejo? Eres un omega, “la clase más baja” de la que tanto te burlas. De nada te sirve tener tanto dinero si al final—

-¿Al final, qué?

Taeyong se alejó de repente.

-¿Qué? – cuestionó Doyoung.

-Tus feromonas.

-¿Qué tiene? – preguntó mientras inconscientemente se cubría la nuca.

-Vete, Doyoung. Fuera de mi casa.

-Quieras o no, tu hermano sabrá de mí.

Antes de que Doyoung pudiera si quiera girar la perilla de la puerta, Taeyong lo jaló hacia su cuerpo y lo besó con hambre.

-¿Qué me hiciste? – susurró en su oído, mientras trataba de contenerse.

-No te hice nada – contestó Doyoung, tratando de zafarse de aquel abrumador agarre en su cintura -Además, eres un beta, no deberías—

Las palabras de Doyoung terminaron en la boca de Taeyong, quien sin más aseguró la puerta y se lanzó a nuevamente a los labios del otro.

-¿Qué pasa? – preguntó cuando sintió que Doyoung no estaba correspondiendo -¿No sientes nada?

Doyoung negó con la cabeza. Taeyong suspiró, con la mirada recorrió aquella diminuta bodega hasta encontrar una camisa que solía usar su hermano.

-Ten, debe oler a él.

Doyoung se la arrebató y la llevó a su nariz, esnifándola al instante.

-Sí… un poco.

Taeyong lo acorraló contra la puerta; lamió y besó su cuello, tratando con todas sus fuerzas de no dejarse llevar y morder su nuca.

-¿Tanto me deseas? – cuestionó Doyoung con una sonrisa burlona.

-Demasiado – confesó, tomándolo fuertemente de las mejillas para después besarlo.

 

 

Continuará…


25 de mayo de 2021

Call U Mine - Capítulo 1

 




Autora: Kang

Grupo: NCT

Pareja: TaeDo

Clasificación: +18

Advertencias: Omegaverso, bullying escolar, sexo

Resumen:

Del odio al amor hay un paso o… ¿una mordida?


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Call U Mine

Capítulo 1: Secreto no tan secreto

 

Un agitado estudiante de segundo grado de universidad corría por el campus buscando escapar de su furioso compañero, aleas el alfa con fama de bully que no le había dejado tranquilo desde el primer día de clases.

-¡Kim Taeyong! ¡No huyas, maldito beta!

El aludido tropezó con las agujetas de sus tenis cayendo al piso, situación que aprovechó el alfa para alcanzarlo.

-Por favor, Doyoung— no hice nada – suplicó.

-¡¿Qué no hiciste nada?! – gritó exaltado el aludido, levantándolo bruscamente del suelo -¡¿Qué te dije sobre intentar hacer algo en mi contra?!  – lo jaloneó de la camisa -¿Creíste que por decirle al coordinador que te tengo amenazado, pasaría algo?

-P-perdón, no volverá a pasar – murmuró.

Taeyong estaba cansado de las constantes humillaciones de Doyoung sólo por ser un beta. Llevaba dos años soportando, pero ya no podía más.

-Claro que no volverá a pasar – bufó Doyoung -Te daré una lección que te enseñará a nunca volverá querer intentar burlarte de un alfa – levantó el puño.

-¡Suéltalo!

 

 

 [Flashback]

Algunos minutos antes…

 

-¿Qué hace tu hermano que no contesta? ¿Cree que tengo todo su tiempo? – bufó la madre de Taeyong, quien llevaba cerca de 15 minutos esperando a su hijo en la puerta de la universidad -Jaehyun, ¿a dónde vas?

-Al baño, ya no aguanto.

La mujer asintió y el chico bajó a toda prisa de la camioneta y corrió hacia el edificio. Mientras buscaba los sanitarios más cercanos, se topó a su hermano siendo agredido por un chico.

-Oh no, nadie se burla de él – dijo para sí mismo, apretando los nudillos.

 

[Fin del flashback]

 

Doyoung sonrió de medio lado y soltó a Taeyong, quien cayó al piso, completamente asustado.

-¿Y tú quién mierda eres? – preguntó el alfa al intruso.

-Su hermano.

Doyoung lanzó una carcajada tras notar que el chico vestía uniforme de preparatoria.

-Aw, qué pena que tu hermanito tenga que defenderte – exclamó con burla hacia Taeyong -¿Te parece si hacemos un cambio y tú recibes el castigo en lugar de tu hermano? – preguntó a Jaehyun.

El menor asintió sin pensarlo dos veces, Doyoung tronó sus nudillos y se acercó al chico, pero se detuvo en seco cuando sintió algo extraño en él. Dio unos pasos hacia atrás.

-¿Qué pasa? ¿Te acobardaste? – retó Jaehyun.

Doyoung comenzó a sentirse mareado; su temperatura corporal comenzó a subir.

-Lo arreglamos en otro momento – dijo y se fue de ahí a toda prisa.

Jaehyun iba a perseguirlo, pero Taeyong logró detenerlo a tiempo.

-Vámonos – pidió el mayor.

-P-pero—

-Sólo quiero ir a casa.

Jaehyun asintió.

-Espera – Taeyong detuvo sus pasos.

-¿Qué pasa?

-Olvidé mi mochila - con las prisas y el susto de la persecución, había dejado todas sus cosas en el salón de clases -No tardo.

-¿Seguro que quieres ir solo?

-Sí.

-Ok, mientras iré al baño. Apresúrate que mamá ha de estar histérica.

-Sí, no tardo – repitió.

Taeyong estaba a punto de ingresar al salón cuando vio a Doyoung dentro de éste.

-Ah… mierda… ese chico— mnh.

Taeyong quedó perplejo tras notar que el alfa se estaba masturbando al final del salón. Asustado, quiso escapar de ahí, pero golpeó el bote de basura ocasionando un ruido que alarmó a Doyoung.

-¿Quién anda ahí? – le escuchó preguntar.

El aludido no tuvo de otra más que mostrarse.

-¿Qué quieres, imbécil?

-M-mis mo- digo, mi mochila. Ju-juro que no vi nada, yo—

Doyoung caminó furioso hacia él y le dio un puñetazo.

-Si abres la boca, estarás jodido, Taeyong.

El chico había caído al suelo y mientras intentaba incorporarse, notó que había algo debajo de la silla en la que Doyoung solía sentarse. Con temor, lo tomó y una sonrisa se dibujó en su rostro.

-¿Es tuyo?

Doyoung, quien ya estaba a punto de salir del salón, se volteó y palideció.

-Claro que no. No seas imbécil, soy un alfa.

Taeyong negó con la cabeza.

-Lo que acabo de ver dice lo contrario; además, estos supresores estaban debajo de tu silla.

-Ca-cállate—

-Taeyong, ya vámonos – pidió Jaehyun.

Doyoung no dijo más, sólo salió a paso firme del salón.

-¿Qué pasa? ¿Te hizo algo? – cuestionó el menor.

-No, todo bien – Taeyong revolvió los cabellos de Jaehyun, sin borrar la sonrisa de su rostro.

 

 

 

ʚɞ

 

 

 

Al día siguiente…

 

 

-Buenos días, todos a sus lugares – indicó el profesor tras ingresar al salón de clases.

-Buenos días, ¿puedo pasar?

-¿Por qué tan tarde, joven Taeyong?

-Es que no pasaba el autobús – explicó. No era mentira, su madre tuvo que salir a trabajar temprano y sólo podía llevar a Jaehyun a la escuela, pues le quedaba de paso, por lo que no le quedó de otra más que ingeniárselas para llegar lo menos tarde posible.

El docente suspiró y asintió.

-Pasa.

Taeyong asintió e ingresó al salón. Su mirada chocó con la de Doyoung, el cual simplemente le ignoró.

-Taeyong, ese no es tu lugar – dijo el profesor.

El aludido se había sentado detrás de Doyoung, aprovechando que el “dueño” de aquel asiento se encontraba enfermo.

-Olvidé mis anteojos y no veo desde mi lugar – dijo. Y aquello sí era mentira; claro que los había llevado, los tenía en su mochila.

El profesor nuevamente suspiró y asintió.

-Que no vuelva a suceder.

-Entendido.

No había transcurrido ni 15 minutos de clases y Taeyong ya se encontraba más que divertido con el efecto que el haber llevado puesta la sudadera de Jaehyun estaba causando en Doyoung; el pobre chico temblaba a la vez que estrujaba una de las hojas de su cuaderno.

-Cuidado, que tus feromonas pueden delatarte en cualquier momento – susurró a Doyoung.

El aludido se puso de pie no sin antes sacar algo de su mochila para después caminar hacia el profesor.

-¿Puedo ir al baño?

-¿Te encuentras bien?

-No… tengo revuelto el estómago.

-Ve.

Doyoung salió corriendo rumbo a los sanitarios. Taeyong tuvo que cubrir su cara de triunfo con un cuaderno.

 

 

 

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Doyoung ya había tomado un supresor, pero aún se sentía excitado; estaba seguro que era el aroma de la sudadera que traía Taeyong. Aprovechando que no había nadie en el baño, ingresó al último cubículo, sacó el vibrador que traía guardado en uno de los bolsillos de su pantalón y prosiguió a masturbarse. Justo cuando estaba a punto de venirse, la puerta del cubículo se abrió intempestivamente, revelando al responsable.

-Vaya, vaya. ¿Y ahora? ¿Seguirás negando que eres un omega? – cuestionó Taeyong.

-V-vete – suplicó Doyoung, intentando cubrir su cuerpo.

-“Sucio y débil como todos los de tu clase” – repitió las palabras que Doyoung solía decirle.

Taeyong ingresó al cubículo. No tenía un plan concreto, estaba improvisando; por dentro moría de nervios, nunca en su vida se había atrevido a tanto.

-Jaehyun es un alfa y no cabe duda que, al sentir su aroma, entraste en celo. Aunque… qué extraño, hay muchos alfas en la escuela y no veo a ninguno por aquí.

-E-es porque t-tu hermanito es mi—

-¿Acaso alguien como tú cree en el estúpido mito de las almas destinadas o como sea que se llame? – interrumpió visiblemente irritado.

-¿Tú no? – preguntó agitado.

-¡Por supuesto que no!

-Entonces, ¿cómo explicas que esté reaccionando únicamente por el aroma de—

Las palabras de Doyoung fueron interrumpidas por Taeyong, quien se había encerrado con él en el cubículo.

-Tus feromonas… - comenzó a decir mientras le recorría el cuello con la nariz -Son demasiado dulces – Taeyong susurró en el oído del otro.

Como todo beta, rara vez había reaccionado a las feromonas de un omega, pero las de Doyoung eran algo diferente. Doyoung estaba temblando, tenía la cabeza gacha, mientras estrujaba con fuerza el hombro de Taeyong.

-¿Quieres mi ayuda?

Doyoung negó con la cabeza.

-¿Estás seguro? – bajó una de sus manos hacia el vibrador de Doyoung y lo jaló bruscamente, haciendo que saliera del cuerpo del otro.

Por primera vez, Taeyong veía a Doyoung vulnerable. Lo tomó de la barbilla y levantó su rostro.

-Dime, ¿qué quieres de mí?

Doyoung tragó fuerte y se acercó a su oído.

-Hazme venir.

Taeyong sonrió. Lo volteó, estampándolo contra la pared, para después acomodarse entre sus piernas.

-E-espera…

-¿Qué espere? Pero si estás mojado – dijo con voz juguetona mientras rozaba su erecto miembro contra la entrada del otro. Para su sorpresa, Doyoung lo jaló de la camisa y lo besó con hambre.

Taeyong correspondió con la misma intensidad, aprovechando para estrujarlo más entre la pared y su cuerpo. Metió una mano por debajo de la camisa de Doyoung hasta llegar a uno de sus pezones y apretarlo con fuerza.

-N-no… ah – Doyoung no pudo contener sus gemidos cuando sintió la otra mano de Taeyong tomar su miembro.

Taeyong comenzó a ingresar, se sorprendió tras sentir cómo su miembro se ajustaba perfecto al cuerpo de Doyoung. Sin darle mucho tiempo para acomodarse, comenzó a mover sus caderas.

-T-Taeyong… más… hazlo más fuerte – suplicaba entre gemidos el omega.

El beta decidió cambiar de posición, así que salió de Doyoung, le dio la vuelta, lo cargó, indicándole que rodeara su cadera con ambas piernas y volvió a penetrarlo.

Por primera vez, Taeyong le había restado importancia a la clase.

 

 

Continuará…


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Historia sin mucho plot (?)

24 de mayo de 2021

The Master - Capítulo 5

 

5. Pacto

 

El humano no tuvo tiempo de si quiera reaccionar, pues el vampiro había aparecido en milésimas de segundo frente a él y lo había tomado de la barbilla.

-Dime, ¿qué ves en el espejo? – cuestionó aquel pálido ser.

El chico abrió los ojos y palideció cuando se percató que el sujeto no se reflejaba en el espejo.

-¿Eres...? – las palabras no salían de su boca, no sólo por aquel fuerte agarre en su barbilla, sino por el temor que estaba experimentando.

-Sí – le soltó -Me enteré por ahí que quieres hacer un trato a cambio de fama – comentó mientras caminaba por el camerino.

-¿Tú puedes dármelo? – preguntó Yeosang. Al parecer el miedo había sido sustituido por interés en cuestión de segundos.

-Por supuesto, pero a cambio—

-Sí, sí. Beberás mi sangre y eso—

El vampiro chasqueó la lengua ante la altanería del humano. Nuevamente, utilizó su rapidez para ponérsele enfrente.

-Hay más que eso – el iris de sus ojos pasó de negro a rojo.

Yeosang sintió su temperatura corporal elevarse, luego sintió que la habitación daba vueltas y por último, comenzó a sentirse adormilado.

-Yo te quiero para algo más – el vampiro susurró en su oído.

El ser podía escuchar el latir del corazón del humano, la sangre correr por sus venas y arterias... en verdad era perfecto para él.

-No me importa, estoy dispuesto – contestó Yeosang.

El vampiro sonrió de medio lado, revelando su atractivo hoyuelo.

-Jóvenes, estúpidos como siempre – murmuró.

-¿Entonces? ¿Qué harás? – insistió Yeosang, sin poder dejar de mirarlo a los ojos a pesar de sentirse mareado y cansado.

El pálido ser lo miró de arriba abajo, para después tomarlo de la cintura y acercarlo a su cuerpo.

-Probarte – giró levemente su rostro, exponiendo su cuello. Abrió la boca.

El humano rápidamente cubrió su cuello.

-Espera, ¿cómo te llamas? – preguntó con seriedad.

El vampiro borró su sonrisa y puso cara de fastidio.

-¿Por qué quieres saberlo?

-Para invocarte cuando necesite.

-Cariño, sí que estás muy confundido – sonrió y sin más clavó sus dientes en la blanca piel del joven.

Yeosang arrugó el rostro apenas sintió aquellos filosos colmillos penetrar su piel, pero aquel dolor desapareció rápidamente y una sensación de excitación comenzó a invadir su cuerpo; podía escuchar su pulso, el cual al principio fue acelerado, pero después comenzó a relajarse. Se sostuvo con fuerza del traje de aquel sujeto y soltó un leve jadeo cuando sintió la cálida y húmeda lengua del vampiro acariciar su piel y recoger la sangre que resbalaba por su cuello.

El vampiro se separó lentamente, el humano se desvaneció en sus brazos, había perdido la fuerza en sus piernas.

-Mi nombre es San – murmuró.

Yeosang terminó perdiendo el conocimiento.

 

 

 

𓆩♡𓆪  

 

 

 

-Vaya, hasta que al fin podemos verte la cara – se quejó Jaemin apenas Donghyuck se sentó a la mesa.

Había acordado reunirse con sus amigos en su restaurante de comida japonesa favorito.

-Una disculpa por tener trabajo – bufó el moreno.

-No empiecen – intervino Renjun -Hace como un mes que no nos vemos, pasemos un buen rato, ¿sí?

-Renjun tiene razón – dijo Jeno.

Donghyuck y Jeno chocaron miradas, pero rápidamente rompieron contacto visual. Aún permanecía la incomodidad después de lo que pasó entre ellos.

-Y... ¿qué han hecho? – cuestionó Donghyuck.

Las respuestas de sus amigos quedaron como ruidos de fondo apenas Donghyuck sintió la energía de Mark, no le costó encontrarlo. Estaba en unos de los rincones del restaurante, pero la sonrisa de Mark desapareció, Donghyuck giró levente el rostro hacia donde el demonio tenía la mirada fija.

-¿Jisung? – preguntó Donghyuck, el chico estaba pálido.

-¿E-es un—

Donghyuck le cubrió la boca.

-Ahora regresamos – dijo Donghyuck, tomando del brazo a su amigo y arrastrándolo a los sanitarios -Jisung, tú... ¿puedes verlo?

El chico asintió con miedo.

-S-soy sensitivo – confesó.

-Puedo explicarlo, de verdad.

-Es un demonio, pero no siento energía negativa de él hacia ti... es extraño – murmuró.

-Es un íncubo y me "maldijo", aunque yo no lo llamaría así.

-Donghyuck, dime que no estás pensando hacer un trato con él.

-¿Cómo sabes de los tratos?

-Soy sensitivo, Donghyuck. Sé cosas – aclaró.

El aludido suspiró y se revolvió los cabellos, víctima de la desesperación.

-No sé, ¿ok? Quiero pero no quiero. Es complicado.

Jisung asintió.

-Espera, ¿quién es él? – señaló hacia el ser que estaba a espaldas de Jisung.

-Mi protector.

-Oh wow.

-Supongo que puedes verlo por el pacto con el demonio.

-Hola, Donghyuck. Mi nombre es Doyoung – se presentó aquel ser vestido de traje blanco como la nieve.

-H-hola – saludó rápidamente.

-No debería meterme en estos asuntos, pero... - Doyoung hizo una pausa -Piensa muy bien las cosas, no te dejes llevar por impulsos carnales. Dar el alma a un demonio es muy peligroso.

Donghyuck se mordió el labio inferior.

-Hey, ¿qué hacen ahí parados como Sims? – cuestionó Jaemin.

-Ya estábamos por salir, ¿verdad? – dijo Donghyuck.

Jisung asintió y sonrió. Ambos salieron, prácticamente, corriendo del sanitario.

Cuando regresaron a la mesa, Donghyuck ya no sintió ni vio a Mark por ahí; pensó en llamarlo, pero prefirió dejar las cosas así por el momento. Las palabras de Jisung y de su protector rondaban su mente sin descanso.

 

 

 

𓆩♡𓆪  

 

 

 

-Yeosang, Yeosang.

El aludido despertó asustado y, de un brinco, se incorporó en aquel mueble en el que no tenía idea alguna cómo había terminado.

-¿Qué pasa? – cuestionó su manager apenas vio al joven actor acercarse al espejo.

-¿Fue un sueño? – Yeosang se preguntó a sí mismo mientras miraba su cuello. Su camisa estaba manchada, pero no había marcas en su piel.

-¿Estás bien? – insistió el manager.

-S-sí, sólo tuve una pesadilla – contestó confundido.

-Bueno, es hora de irnos. Te desmaquillas y cambias en la van, ¿ok?

El chico asintió.

Apenas Yeosang corrió la puerta de aquella van negra, se topó con el vampiro, el cual le saludó con la mano.

-¿N-no puede verte? – cuestionó a la vez que miraba a su manager y luego al vampiro.

-Está dentro de una ilusión, pero... - chasqueó los dedos -Ya no.

-¿Qué hiciste? ¿Lo mataste? – ingresó a la van y se acercó al hombre, quien yacía con la cabeza sobre el volante.

-No, está dormido – contestó con fastidio -Dime, Yeosang, ¿estás seguro de querer hacer un pacto conmigo?

El chico se sentó junto al vampiro; recordó aquella excitación que inundó su cuerpo cuando aquel ser le mordió. Sin miedo, tomó con ambas manos el rostro del vampiro. Pasó el dedo pulgar por sus labios, el vampiro abrió la boca y expuso sus colmillos, el chico los acarició, como si estuviera hechizado por éstos. El vampiro sacó la lengua y lamió el dedo del humano para después introducirlo en su boca, sin dejar de mirarlo fijamente con aquellos profundos ojos.

-No tengas miedo – murmuró el vampiro en su oído, asegurándose de rozar sus labios contra la oreja del otro.

El humano sintió un escalofrío recorrer su espalda. El vampiro giró su rostro y lo besó con hambre, el chico correspondió y se dejó llevar; podía sentir el roce de los colmillos del vampiro, los cuales terminaron cortando su lengua, pero ni así se detuvo, continuó besándole sin importar el sabor metálico de su boca.

Se separaron apenas el oxígeno en los pulmones del humano se acabó.

-Sanará rápido, si haces el pacto conmigo – comentó el vampiro, saboreando la sangre del humano en su boca.

Yeosang se sentó en las piernas del vampiro, sorprendiéndolo en el acto.

-¿Puedo probar más antes de darte una respuesta? – cuestionó con voz sensual.

El vampiro sonrió de medio lado, dirigió ambas manos a sus glúteos y los estrujo con fuerza, disfrutando de cómo la creciente erección del humano rozaba con la suya.

-Claro que sí – respondió.

Ambos se sumergieron en aquel excitante momento, que culminó hasta casi la llegada del amanecer.

 

 

 

𓆩♡𓆪  

 


 

Donghyuck ingresó a su habitación y sin tener tiempo de reaccionar fue lanzado a la cama.

-Mark, ¿qué pasa?

El demonio no respondió, sólo se limitó a gatear arriba de Donghyuck, mientras lo miraba con aquellos profundos y obscuros ojos.

-No hace falta que me hechices, lo sabes – aclaró el humano.

Mark asintió y relajó su mirada.

-Y tampoco he dicho que te detengas – dijo tras frenar al íncubo, el cual había comenzado a moverse para atrás, con intenciones de bajar de la cama.

El ritmo de sus respiraciones se aceleró, Donghyuck fue quien tomó la iniciativa y se lanzó a los labios del otro, devorándonos con devoción. La ropa del humano fue removida rápidamente, a la vez que su cuerpo era saboreado por la larga lengua del demonio.

-Ahn— hacía mucho que no me mordías – jadeó Donghyuck.

-Es que hoy... estás más delicioso que de costumbre – respondió el aludido, quien ahora mordía la clavícula del humano.

Ambos estaban conscientes de que su tiempo juntos se acababa y, aunque querían ocultarlo, aquel momento tenía una terrible tristeza oculta en lo más profundo.

 

 

Continuará...

19 de mayo de 2021

The Master - Capítulo 4

 

4. Amenaza

 

Temiendo que se repitiera la triste historia de un íncubo (inmortal) enamorándose de un humano (mortal), Mark no se apareció las dos noches siguientes; no quería mezclarse más ni con Donghyuck ni con su mundo, pues sabía cómo terminaría todo.

-¿Qué pasa? ¿Por qué tan triste? – cuestionó Lucas.

-Ya te imaginarás… - respondió en un suspiro Mark.

-¿Otra vez? Sí que tienes una debilidad con los humanos.

-Por eso no quiero verlo de nuevo; no quiero vivir una vida con él y luego tener que verlo partir.

-¿Y qué harás con la maldición que le echaste?

Mark suspiró nuevamente.

-Igual y puedes llevarte su alma y condenarlo a ti eternamente – comentó con simpleza Lucas.

-Pero él tendría que renunciar voluntariamente a ella.

-Por eso no es bueno escoger jóvenes – agregó Lucas, palmeándole el hombro.

Apenas Lucas se fue, Mark sintió cómo el humano le llamaba con desesperación, las noches que no lo había visto pudo sentir el enorme deseo y anhelo que había dejado en él. El sello era un arma de doble filo.

-Un momento – exclamó para sí mismo cuando el sentimiento de aquel llamado se transformó en una mezcla de miedo y deseo; sólo significaba una cosa.

Sin pensarlo dos veces, el íncubo viajó al mundo de los humanos, apareciendo en cuestión de segundos en la habitación de Donghyuck, encontrándolo a obscuras, recostado en la cama y con una silueta a un costado suyo.

-¿Qué haces aquí? – preguntó el íncubo.

El ser junto a Donghyuck lanzó una risilla y rápidamente apareció frente a Mark, dejando que la luz de la luna iluminara su pálido rostro, además de dejar ver sus enormes y afilados colmillos.

-Vine a recuperar lo que me quitaste hace un siglo.

-No te quité nada – aclaró Mark.

-Wooyoung, el humano. Ya era mío cuando llegaste y lo enredaste con tus hechizos baratos, dejándolo con el corazón roto y orillándolo a sui—

-Él se ilusionó, yo sólo quería su vitalidad.

-Entonces… ¿qué hay de este? – miró hacia Donghyuck, el cual dormía profundamente -¿Qué lo hace tan especial? – pasó la lengua por sus colmillos.

-Déjalo en paz.

-¿Por qué habría de escucharte? Tú nunca lo hiciste. Además… - en milésimas de segundo apareció sentado junto a Donghyuck -…este es más joven, su sangre ha de estar deliciosa.

Mark apretó los puños, tratando de controlarse.

-Es mío – advirtió.

-El sello desaparecerá una vez que su corazón me pertenezca – dijo el otro ser.

El íncubo no pudo más y lo tomó fuertemente del cuello, para luego estamparlo contra la pared.

-Jamás lo hará.

-Entonces consígueme otro humano antes de que el tuyo caiga a mis pies – sonrió.

Mark iba a apretar con más fuerza su pálido cuello, pero cuando se dispuso a hacerlo, el ser desapareció. El íncubo suspiró y se sentó junto a Donghyuck, despertándolo con una suave, pero peligrosa caricia.

-¡Mark! – exclamó Donghyuck apenas se percató del ser a su lado. Lo estrecho en un fuerte abrazo -Pensé que ya no regresarías – susurró en su oído -Tuve una pesadilla horrible.

El íncubo sintió cómo su cuerpo se llenaba de energía apenas Donghyuck lo abrazó. Podía escuchar el acelerado galope de su corazón, y eso le tranquilizaba, pero a la vez le aterraba, pues a medida que pasaba el tiempo menos quería perderlo.

-Odio a los vampiros – exclamó.

-¿Dijiste algo? – cuestionó Donghyuck, deshaciendo el abrazo.

Mark sonrió y le acarició la mejilla.

-Te extrañé – cortó la distancia y apenas sus labios tocaron los del otro, cambió a su forma humana.

En su mente sólo rondaba la amenaza del vampiro.

 

 

 

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Al día siguiente…

 

 

Donghyuck abrió la puerta de su habitación y lo primero que sintió antes de poner un pie dentro de la pieza fue la pesada presencia de Mark.

-Te siento cansado – murmuró el demonio, levantándose de la cama para acercarse al humano.

-Lo estoy – suspiró, dejando que los fuertes brazos de Mark rodearan su cintura.

-¿Día pesado?

Donghyuck rodó los ojos y suspiró.

-Horrible. Sabes que estoy en vestuario y maquillaje de un web drama, ¿verdad?

El demonio asintió. Ambos se habían recostado en la cama en posición fetal, viéndose de frente.

-Pues hay un chico que ya se las da de súper estrella. Ya ni el del papel principal se pone así – bufó -Exige que su traje esté perfectamente planchado, su maquillaje pulcro y su cabello sin nada de frizz.

-¿Y la producción? ¿No le dicen nada?

Donghyuck negó con la cabeza.

-Hay rumores de que le encanta hacer rituales y que antes de comenzar el drama hizo uno para tener éxito y fama.

-Interesante – murmuró el demonio, el tiempo se le acababa y necesitaba pagar aquella deuda pendiente.

-No me digas que estás pensando en ofrecérselo al vampiro.

Mark asintió.

-No puedo ni quiero perderte, Donghyuck – confesó, acariciándole la mejilla.

-Ni yo a ti – dijo con tristeza.

Era el cuarto día de los siete que duraba la maldición. El humano ya estaba al tanto de lo que pasaría apenas el tiempo terminara: no volver a verse o entregar voluntariamente su alma al demonio y prolongar su estadía, pero condenarse a vivir en el infierno.

-Donghyuck – suspiró Mark -No quiero robar tu tiempo de vida, tienes 26 años. Puedes conocer a un humano que—

-Basta, Mark – puso su dedo índice izquierdo sobre los labios del demonio -Seré yo quien decida eso.

Mark asintió y atrajo el cuerpo del otro al suyo. Ambos juntaron sus frentes. El demonio pudo sentir cómo Donghyuck caía dormido víctima del cansancio; sonrió tras ver su rostro, el cual reflejaba tranquilidad.

-Lo que daría porque te quedaras conmigo – besó sus labios y se levantó de la cama, mirando hacia la luna -¿Por qué es tan difícil amar en el mundo humano?

 

 


 

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El íncubo se encontraba esperando al vampiro, pues ya había encontrado al humano que sustituiría a Donghyuck.

-Cada vez te siento más humano, mi querido Mark – dijo con burla el vampiro, quien caminaba hacia al íncubo desde el obscuro fondo de aquel puente abandonado -Incluso viniste como uno – agregó.

-Vayamos directo al grano – dijo en tono serio -Su nombre es Yeosang, está en sus 20s, es ambicioso y falso, y está dispuesto a todo con tal de ser famoso. Intentó hacer un pacto con uno de los hijos de Mammón*, pero lo dejó a medias. Estoy seguro de que aceptará cualquier trato que le propongas.

-Hmm… suena interesante – murmuró el vampiro -¿Es sensitivo?

-Para nada, su propia codicia no se lo permite – aclaró Mark.

-Perfecto, le haré una visita – exclamó, causando un suave suspiro de alivio en el íncubo, el cual no pasó desapercibido -PERO, sino me convence iré tras tu humano quieras o no. Y ni pienses en meter a papi Asmodeo**, que esto es una cuenta pendiente entre tú y yo, ¿está claro?

Mark rodó los ojos y asintió.

 

 

 

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-Y… ¡corte! – gritó el director -Buen trabajo.

-Buen trabajo – respondieron el staff y los actores a la vez que hacían múltiples reverencias entre ellos.

-Todo el día grabando una estúpida serie de vampiros, que tontería – murmuró Yeosang para sí mismo mientras caminaba hacia el camerino -Y estos malditos dientes son tan… - con coraje se quitó aquella dentadura falsa de vampiro, la cual tenía que usar prácticamente en todas sus escenas -Oh— - exclamó cuando vio a alguien dentro del camerino; le extrañó ver a alguien del staff ahí, y vestido de traje, pero sin más se limitó a hacer una reverencia.

-Así que… ¿no te gustan los vampiros? – preguntó aquel sujeto, para luego abrir levemente la boca, dejando ver sus enormes y filosos colmillos.

 

 

 

Continuará…


*Mammón: demonio asociado con la avaricia.
**Asmodeo: demonio de la lujuria.

12 de mayo de 2021

The Master - Capítulo 3

 

3. Esclavo 

 

Los rayos del sol se colaban por las persianas de la ventana, ocasionando que Donghyuck frunciera el ceño y terminara despertando.

-Ah, qué dolor de cabe-- ¿Jeno? ¿Qué haces aquí? – cuestionó asustado.

-¿No recuerdas nada? – preguntó preocupado el aludido, quien se había despertado un par de minutos antes que el moreno.

-Oh – exclamó mientras que recorría con la vista la habitación, topándose con sus ropas regadas en el suelo y en la cama -Sí, pero… cómo fue que nosotros—

-No tengo la menor idea – suspiró.

Ambos se quedaron en silencio durante algunos segundos.

-No le digamos a los demás – sugirieron ambos en unísono.

Los dos rieron tras escucharse.

-Dejémoslo como una aventura de amigos – propuso Donghyuck.

-Una aventura secreta.

Volvieron a reír, aunque en realidad ambos estaban confundidos a más no poder; además de que ahora todo sería incómodo entre ellos.

Una vez que Jeno se fue, Donghyuck se dio un baño y desayunó un poco de café y algunas galletas. Tenía una de las peores resacas de su vida y no recordaba haber bebido tanto como para terminar así.

De pronto, a su mente llegó el recuerdo de aquel sujeto del antro. Su rostro era difuso, pero su silueta era bastante vívida.

Muy en su interior deseaba haberse ido a la cama con aquel sujeto en lugar de uno de sus mejores amigos.

 

 

 


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Días después

Donghyuck llevaba cerca de una semana sin dormir por culpa de aquellos “sueños húmedos”; su vida social se había visto afectada, apenas salía del trabajo se iba directo a casa a intentar dormir, pero tan pronto profundizaba, su cuerpo daba un pequeño brinco que le terminaba despertando.

-Vamos, Donghyuck. Necesitas dormir – se dijo así mismo mientras se miraba al espejo. Su rostro estaba demacrado.

Apagó la luz del baño sin percatase que al hacerlo, una figura se dibujó detrás de él; se sentía observado, pero el cansancio era más, así que le restó importancia a aquello. Se metió a la cama y respiró hondo una vez que se acomodó.

Comenzó a caer en sueño profundo cuando sintió su temperatura corporal elevarse y, al poco tiempo, las sensuales caricias de unas enormes manos, empezaron a causar estragos en él. Como todas las noches, intentó con todas sus fuerzas despertar, pero le resultaba imposible.

El ser estaba tan enfocado en derretirlo de placer que olvidó suministrar una dosis más para mantenerlo adormecido, provocando que el humano despertara.

-¿Quién—

Mark se incorporó con rapidez y se sentó sobre él, amenazándolo con una de sus filosas garras, la cual presionó contra su cuello, a la altura de la yugular.

Donghyuck no podía creer lo que estaba viendo: un ser con cuerpo de hombre joven, alas, cuernos y cola.

-Tienes miedo, pero no mucho – murmuró el ser.

-¿Qué eres? – preguntó Donghyuck, una vez que logró armarse de valor.

-Un íncubo.

-¿Q-qué? ¿Funcionó el ritual? – exclamó sorprendido. No recordaba con claridad qué tipo de demonio invocaría con ese ritual, sólo estaba experimentando.

-Claro que sí, pero... no puedes decir nada a nadie, sino, serás castigado.

-¿De qué forma?

-Me llevaré tu alma – sonrió de medio lado, esperando una reacción de susto o miedo en el humano, pero esta no llegó.

-¿Qué es un íncubo?

Mark sintió la ira apoderarse de él, presionó su uña con tal fuerza que rasgó un poco de la piel del humano. Sonrió cuando vio la sangre brotar; sin desperdiciar la oportunidad, se acercó para lamerle la herida. Donghyuck gimió apenas sintió aquella cálida lengua contra su piel.

El íncubo detuvo todos sus movimientos, provocando que Donghyuck sintiera miedo por primera vez tras ver cómo los ojos del demonio se tornaban completamente negros. El humano cayó ante el poder de aquella mirada.

-Lee Donghyuck – dijo Mark con voz firme -Serás mi esclavo por siete noches. Obedecerás a todas mis órdenes, te derretirás de placer con mis caricias y no podrás librarte de mí hasta que yo lo diga.

Dicho esto, lo besó con lujuria pura. Mark tenía mucho tiempo sin disfrutar de un cuerpo tan joven y tan cargado de energía, ya que requería de mucho poder almacenar el deseo sexual de humanos de su edad, así que prefería irse por personas más grandes.

Donghyuck arqueó la espalda y apretó las piernas alrededor de la cintura del demonio, quien sonrió satisfecho al verlo y sentirlo exhausto.

-Será mejor que me vaya, está a punto de amanecer – susurró tras ver que el sol comenzaba a asomarse -Ah, casi lo olvido. El nombre de tu amo es… Mark – lamió su oreja y desapareció.

Donghyuck despertó de un brinco; miró su celular, era cerca del mediodía. Estaba aturdido y con el cuerpo adolorido. Cuando quiso incorporarse en la cama, sintió un fuerte ardor en su vientre.

-¿Qué es esto? – exclamó asustado tras descubrir su cuerpo y ver una marca en su vientre -¿Cómo-- Mark?

Sus oídos se taparon apenas pronunció aquel nombre; al poco tiempo, un punzante dolor de cabeza le volvió a tumbar en la cama.

-No soy tan débil – dijo para sí mismo, volvió a tomar su celular. Abrió el explorador y buscó “íncubo”. Si hay algo que le caracterizaba, era su necedad y ahora es cuando más haría uso de ella.  

 

 

 

 

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La noche había llegado, Donghyuck no quería aceptarlo, pero se encontraba expectante ante lo que podría pasar. Se preguntaba si “Mark” regresaría, si podría verlo por completo, si tenía forma humana.

-¿Qué tal si es el de aquella noche? – se preguntó a sí mismo cuando recordó lo ocurrido la noche que salió con sus amigos y terminó perdiendo el conocimiento -¡Maldición! Ya no sé ni qué creer – exclamó para después darle otro sorbo a su bebida energética. Se había prometido no dormir hasta poder confrontar al íncubo -No te llevarás mi alma.

Sin darse cuenta, terminó dormitando hasta que escuchó una risa macabra y un par de aplausos.

-Me sorprende tu idiotez, humano.

Donghyuck rápidamente se incorporó y encendió la linterna de su celular, intentando alumbrar al ser, pero éste descargó el dispositivo en segundos, además de calentarlo tanto que el humano tuvo que soltarlo de inmediato.

-Si tanto quieres verme... aquí estoy.

Mark se mostró en su forma completa ante Donghyuck, algo que llevaba siglos sin hacer con alguno de sus eslavos.

-¿Qué tal? – exclamó.

Donghyuck estaba sin habla. No encontraba palabras para describirlo.

-Así es. Existimos y somos legiones – aclaró con orgullo -Ahora, será mejor que cumplas con tu tarea – de pronto, su forma demoniaca cambió a una más humanizada, revelando a un adulto joven.

-E-el de aquella noche—

-Sí, te hice una pequeña visita porque estaba aburrido – sonrió.

-Espera— - Donghyuck intentó detenerlo tras verlo gatear sobre la cama, como cual depredador a su presa.

-No tengo tiempo para pláticas humanas.

El íncubo tomó con fuerza de la nuca al humano, obligándolo a mirarlo directamente a los ojos, cayendo inmediatamente en el hechizo ya conocido por éste.

 

 

 

 

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Tras haber quedado satisfecho, el demonio puso a Donghyuck en sueño profundo para que pudiera descansar. Faltaba un par de horas para el amanecer, por lo que decidió quedarse al lado del humano.

-Hace mucho que no me sentía así – suspiró mirando a la luna.

Donghyuck era adictivo, le daba la energía que necesitaba, pero al mismo tiempo se la robaba cuando no lo tenía cerca.

Giró levemente su cuerpo hacia la cama, en donde yacía el humano. Estiró el brazo y depositó su mano derecha sobre la del moreno, acariciándola suavemente, con mucho cuidado de no lastimarlo con sus filosas uñas.

-No de nuevo – exclamó con decepción.

Pasar tanto tiempo en el mundo de los humanos le estaba convirtiendo en uno.

 

 

Continuará…