5 de mayo de 2021

The Master - Capítulo 2


2. Libido

 

-Llego tarde, ¿verdad? Es que no entendí el ritual – confesó, Lucas mientras miraba hacia la misma dirección que su compañero.

-Estuvo mal hecho – contestó, Mark.

-Seguro el típico grupo de fanáticos que no tienen la menor idea de lo que significa jugar la Ouija – bufó Lucas -¿Qué hiciste? ¿Un poco de aire? ¿Moviste muebles?

-Nada.

-¿Qué? – miró con decepción a Mark -Espera, conozco esos ojos. ¿Qué planeas?

-Una lección para el más idiota del grupo.

-¿Quién? ¿Quién?

-El que carga la Ouija – señaló con el dedo índice a la vez que su filosa uña tocaba el cristal cuarteado de la ventana.

-Vaya... qué raro, hace mucho que no escogías alguien tan joven.

-Sólo le daré una lección y ya. Será interesante – se relamió los labios.

-Pero hay alguien entre sus amigos que puede vernos.

-Lo sé, y no puedo hacer nada porque tiene protector, ¿ves?

Un ser de atuendo blanco los miraba con el ceño fruncido.

-Ugh, es verdad. Es un fastidio dialogar con ellos y más si su ahijado es puro – se quejó Lucas.

-Por lo pronto no lo considero un problema.

-¿Cuándo comenzarás?

-Esta misma noche. Eso le pasa por burlarse de nosotros con rituales mal hechos.

Una sonrisa macabra se dibujó en el rostro de ambos.

 

 

 

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Donghyuck dormía plácidamente a pesar del intenso frío de la madrugada y la fallida experiencia paranormal de hace un rato, cuando de repente siente unas enormes manos recorrer su cuerpo. Comenzó a luchar para despertarse, pero no podía, sentía el cuerpo entumido, como si estuviera bajo una parálisis del sueño.

Aquellas manos eran suaves y calientes, las caricias estaban cargadas de deseo y lujuria. Sintió cómo una se metió a su camisa y la otra dentro de su pantalón. La segunda mano atrapó su miembro, mientras que la otra uno de sus pezones.

-Ahh— no… - gemía sin poder controlarse -Basta.

Mark se relamió los labios y mordió la oreja de su víctima.

-Pensarás en estas caricias durante 6 noches. No podrás controlar tu deseo y ganas por saciar la lujuria dentro de ti. Harás cosas de las que te arrepentirás por no poder con tus impulsos más bajos…

Dicho esto, soltó a Donghyuck y desapareció. El moreno despertó de golpe; estaba sudado, agitado, con una mano en su miembro y la otra en su pezón.

-¿Qué… mierda pasó? – exclamó algo aturdido.

A su mente llegaron los recuerdos de aquellas lascivas caricias y sensual voz. Su cuerpo comenzó a reaccionar inconscientemente.

-No, ya no soy una adolescente para estar teniendo estos sueños – dijo para sí mismo. Salió de la cama y se metió al baño, se daría una ducha helada para poder calmarse.

Tras acabar de bañarse, se paró frente al espejo sobre el lavamanos; se observó durante algunos segundos, su lóbulo derecho parecía estar mordido. Sin darle mucha importancia, rodó los ojos y abrió dicho espejo para sacar un ungüento, tras cerrar la puerta de dicho objeto, una figura negra apareció detrás suyo. Asustado, dejó caer el producto.

-Eso me pasa por meterme en cosas raras – bufó para sí mismo a la vez que se agachaba para recoger el frasco de ungüento.

Una vez que logró tranquilizarse, regresó a la cama, pero no pudo dormir pues no podía sacar de su mente aquel extraño sueño. Muy en su interior quería repetirlo.

 

 

 

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Había transcurrido dos noches desde aquel “sueño húmedo”. Donghyuck se encontraba cansado, pues no casi no había podido dormir. Su deseo sexual era demasiado, no podía controlarlo a pesar de haberse masturbado, tanto con la mano como con aparatos.

-¿Qué me está pasando? – suspiró para sí mismo mientras limpiaba su vientre manchado de su propia semen.

El vibrar de su celular le sacó de sus pensamientos.

 

-Hey, ¿estás ocupado? – preguntó Jaemin desde el otro lado de la línea.

 

-No – contestó Donghyuck.

 

-¡Vámonos de antro! Ando con ganas de quemarme el hígado con alcohol barato y bailar con desconocidos.

 

Donghyuck no pudo evitar sonreír con las palabras de su amigo.

 

-Los demás dijeron que sí. Excepto Chenle y Jisung, porque… niños buenos – bufó.

 

-No tienes que decírmelo dos veces.

 

-Ese es mi amigo. Te mando la ubicación.

 

Donghyuck finalizó la llamada y recorrió con la mirada su habitación tras sentir como si alguien le estuviera observando.

-Basta, Donghyuck. Pasemos un buen rato – dijo para sí mismo, buscando tranquilizarse.

Lo que el moreno no sabía era que, en el rincón más obscuro de su habitación, un ser de otro plano le observaba con una enorme sonrisa.

-Que comience el juego – murmuró el ser.

 

 


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-Mierda, Donghyuck, ¿por qué tenías que beber hasta quedar así? – bufó Jeno mientras trataba de abrir la puerta del departamento de su amigo.

 

[Flashback]

Donghyuck había olvido el número de trago por el que iba, se la estaba pasando increíble.

-Ahora vengo, voy al baño – gritó a sus amigos, los cuales no le escucharon debido al alto volumen de la música.

Tambaleándose logró llegar al pasillo que dirigía hacia los sanitarios. De pronto, sintió como si aquel lugar se hiciera infinito, pensó que era el efecto del alcohol en su cuerpo, así que siguió caminando.

-Disssculpa – dijo tras chocar con alguien. Iba a seguir su camino cuando sintió un fuerte agarre en su brazo.

Su mente quedó en blanco cuando logró divisar al sujeto frente suyo. Era joven, alto, de cabello obscuro, vestía un suéter con cuello de tortuga y pantalón de vestir entallado, ambos de color negro; su mirada se dirigió al collar dorado tipo cadena que adornaba aquel impecable atuendo.

-Hola, Donghyuck.

Su cuerpo vibró tras escuchar aquella voz; era la que llevaba noches atormentándolo. Abrió la boca para preguntar su nombre a aquel sujeto cuando notó que la mano que sostenía con fuerza su brazo, tenía unas filosas garras, como si fuera un demonio.

-Aún no estás listo – fue lo último que escuchó antes de que todo se pusiera negro.

-¡Donghyuck! – decían sus amigos, los cuales le vieron desvanecerse en el suelo tras estarlo buscando por un buen rato.

El aludido logró despertar luego de que el staff del antro le proporcionara un poco de alcohol etílico y algo para abanicarlo.

-¿Cuántos dedos ves? – preguntó Jaemin.

-Seguramente es sólo el de en medio – respondió Donghyuck.

-Está de regreso – bufó Jaemin -¿Qué mierda te pasó?

-No estoy seguro, estaba hablando con un tipo con el que me topé en el pasillo hacia los baños y de pronto todo se puso negro.

-No había nadie en el pasillo, estabas hablando con la pared y de pronto caíste al suelo – explicó Renjun.

-¡¿Qué?! – exclamó sorprendido. Dirigió su mirada hacia el pasillo y ahí estaba aquel sujeto, el cual le saludó con la mano; de pronto sintió una fuerte punzada en la cabeza, seguido de mareos.

-Hmm… creo que se acabó la fiesta para usted, abuelo. Será mejor que regreses a casa – indicó Jaemin.

Donghyuck asintió e intentó levantarse, pero estuvo a punto de caer debido a los mareos.

-Yo lo llevó, me queda de paso – dijo Jeno.

-Bueno, supongo que se acabó la diversión por culpa de las alucinaciones de Donghyuck – bufó Jaemin.

-Ya vámonos – Renjun palmeó el hombro de Jaemin.

Donghyuck se había dormido y Jeno no tuvo de otra más que arrastrarlo hacia su auto.

[Fin del flashback]

 

-Listo, que descanses – dijo Jeno tras haber acomodado a su amigo en la cama.

-No, espera – pidió Donghyuck, tomándolo fuertemente de la muñeca.

-¿Qué pasa?

-Tengo calor – se quejó al mismo tiempo que comenzó a quitarse la ropa.

Jeno rodó los ojos y se dispuso a ayudarlo. De pronto, Donghyuck lo jaló hacia la cama y se sentó encima de él

-¿Donghyuck? – preguntó el mayor, sumamente confundido.

El aludido no dijo nada, simplemente se lanzó a besarlo.

-Espera, ¿qué estás haciendo? – cuestionó tras lograr separarlo un poco de su boca.

-N-no puedo más, Jeno. Ayúdame – jadeó agitado.

Jeno sintió como si algo tomara control de su cuerpo luego de las suplicantes palabras de su amigo, olvidándose del cariño y respeto entre ambos; de la línea que no debían cruzar.

No lo pensó dos veces e intercambió las posiciones para después besarlo con hambre.

 

 

Continuará…

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