16 de septiembre de 2018

Dynamite - Capítulo 15



Capítulo 15
Viaje (II)


[Semanas después]


Las fiestas habían terminado, era enero del año 1999 y Taeyong no podía esperar la llamada de Doyoung, diciéndole que ya era momento para viajar a Hong Kong, pero primero necesitaba terminar con el semestre.

-¡No puedo concentrarme! – gritó.

-Tranquilízate, este es nuestro último examen – dijo Taeil, quien había sido arrastrado por su amigo para “estudiar”, cuando en realidad sólo habían platicado de Lucas y de lo lindo que se vería con la ropa que habían comprado.

-Es que… no puedo creer que vaya a ser papá, no estaba en mis planes aún, pero— - se recostó en la cama, sintiendo cómo todas las emociones se acumulaban en sus vísceras -Estoy feliz, pero al mismo tiempo asustado, nunca he viajado en avión.

-Taeyong – Taeil tuvo que tomarlo de los hombros y reincorporarlo en la cama -Enfócate, sabes que dependes de la beca.

El mayor salió de su burbuja y le miró asustado.

-Tienes razón, gracias por recordármelo – se levantó de la cama, se dirigió al escritorio y continuó estudiando.







💥






[Horas después]

Taeyong y Taeil acababan de salir de su último examen.

-Con tanto examen y estrés sólo he tomado café, muero de hambre, ¿te parece si vamos a la cafetería? – propuso Taeil.

Taeyong asintió.

Mientras escogían algo para comer, un prefecto se acercó a Taeyong.

-Tienes una llamada – dijo.

Taeyong miró a Taeil y este le sonrió, el menor tomó eso como un “ve” y salió corriendo rumbó hacia los teléfonos.

-¿Hola?


-Taeyong—


-¡Doyoung! ¿Cómo estás? ¿Todo bien? ¿Y Lucas?



Doyoung soltó una risilla.

-Todo está bien – pausó -Ya envié el dinero para los boletos; el médico dijo que Lucas debe nacer entre esta semana y la otra.



-¡Perfecto! Entonces… mañana mismo salgo para Hong Kong.


-De acuerdo, te espero— quiero decir, te esperamos.


Luego de despedirse, Taeyong regresó a la cafetería; Taeil había comprado algo para él también.

-Tranquilo, te puedes asfixiar – advirtió Taeil, puesto que Taeyong comía demasiado rápido.

-Estoy muy nervioso y eso me da hambre.

-Lo sé. Entonces, ¿estás mentalmente preparado para el viaje?

-No – bufó -Pero todo sea por mi hijo.

-¿Algún plan a futuro con Doyoung?

Taeyong dejó de comer, limpió su boca con una servilleta.

-Aún no – dijo con tristeza -Espero que el viaje y el nacimiento de Lucas ayuden.

-Estoy seguro que lo hará. La tensión sexual entre ambos es… demasiada.

Taeyong enrojeció.

-N-no sé de qué hablas – murmuró abanicándose con una mano, mientras que con la otra bebía un poco de soda.








💥








Taeyong ya estaba por fin en el aeropuerto, esperando la hora de su vuelo; estaba tan nervioso que no había comido nada en todo el día.

-Demonios, todo está tan caro aquí – bufó, mientras recorría las tiendas.

Y como su algún ser especial estuviera cuidando de él, una chica se acercó con un volante de comida.

-Combo del día, hamburguesa, papas a la francesa y bebida por… ¡wow! Suena bien – hablaba consigo mismo mientras leía dicho volante. Sin pensarlo dos veces, ingresó al restaurante.

No tenía ni un minuto que había terminado de comer cuando su vuelo fue anunciado. Salió a toda prisa del restaurante, chocando y tropezando con todo a su paso.

-Lo siento, voy a ser papá – decía cada vez que chocaba con alguien.

La tía de Doyoung le había comprado un boleto de primera clase, algo que tenía maravillado a Taeyong, puesto que la atención era excepcional. Luego de haber comido una vez más, cayó dormido víctima del cansancio y la tensión a la que había estado expuesto por días.

-Joven, hemos llegado – la azafata tuvo que despertarlo, puesto que era el único de los pasajeros que no había bajado del avión.

-Oh, mil disculpas – hizo tantas reverencias en tan poco tiempo que terminó con un tirón en la espalda.

Tras recibir indicaciones acerca de qué hacer luego de llegar a su destino, esperó a que el chofer de la tía de Doyoung llegara. Miró detenidamente a las personas en el aeropuerto hasta que su vista se fijó en un hombre que sostenía un cartel con lo siguiente:


“Lee Taeyong”


Temeroso, se acercó al señor.

-Soy Lee Taeyong.

-Identificación – pidió el hombre.

Taeyong revisó entre sus cosas, hasta que al fin encontró su pasaporte.

-Perfecto, sígame – indicó el chofer.

La casa de la tía de Doyoung estaba cerca de 20 minutos de ahí, así que el viaje no fue tan incómodo para Taeyong, puesto que el chofer resultó ser alguien muy agradable con muchas aventuras que contar.

-Me recuerda a mi abuelita – suspiró con tristeza, deseaba con tantas ganas tenerla ahí para compartir algo tan especial como el nacimiento de su hijo.

-Hemos llegado.

Taeyong giró la cabeza y quedó atónito con el lugar; era una hermosa mansión.

-Lo que es tener dinero – suspiró.

El chofer rió ante el comentario del menor. Luego de estacionar el auto, Taeyong ayudó al hombre con el equipaje, a pesar de que este le dijo que no se preocupara.

-Ayudando a los demás, como siempre.

La voz de Doyoung hizo que Taeyong prácticamente lanzara sus maletas al suelo y corriera hacia él.

-Hola – saludó con timidez mientras acariciaba el vientre de Doyoung.

-¿Cómo estuvo el viaje? – Doyoung se hizo a un lado para que Taeyong ingresara a la mansión.

-Pues… no estuvo tan mal.

-Te dormiste – afirmó Doyoung.

Taeyong asintió.

-Vaya, tú debes ser Taeyong – exclamó una mujer que recién ingresaba a la sala, en donde ambos estaban sentados.

-Mucho gusto – Taeyong se puso de pie e hizo una reverencia.

-Sí que eres guapo – dijo la señora, analizando de pies a cabeza al menor.

-Gracias.

-¿Tienes hambre? Ya están por servir la comida; espero que te gusten las langostas.

-¿Langostas? – exclamó con sorpresa -Nunca las he probado.

-¡No puedo creerlo!

-Es que… son muy costosas – murmuró apenado.

-¡Claro que no! Son—

-Tía – interrumpió Doyoung.

-Oh, lo siento, discúlpame – dijo la mujer, tras recordar que Taeyong era de escasos recursos.

-No se preocupe, estoy acostumbrado – sonrió.

Los tres se dirigieron al comedor, Taeyong estaba sorprendido con la cantidad de comida que había sido servida. Todos los platillos parecían ser costos y muy finos.

Mientras comían, la tía de Doyoung platicó la historia de su vida a Taeyong, el cual estaba maravillado. La mujer había sufrido de problemas de dinero tras enviudar; su única familia (la madre de Doyoung) le dio la espalda. En vista de esto, se armó de valor y tomó las riendas de los negocios de su esposo, haciéndolos crecer al 200%, ganándose la envidia y desprecio de su hermana.

-Como verás, mi madre es—

-De lo pero – agregó la tía de Doyoung -Cuando me enteré de que planeaban casar a Doyoung, me opuse hasta el cansancio, pero mi querido sobrino terminó haciéndole caso a sus ambiciosos padres – reclamó la mujer.

-No sabía que mis suegros serían peor que ellos – justificó Doyoung.

-Me alegra que Lucas no vaya a ser un Jung.

Doyoung miró a Taeyong, el cual había dejado de sonreír.

-Taeyong, te mostraré la mansión – dijo para destensar el ambiente; lo menos que quería era verlo triste a esperas de la llegada de Lucas.

Doyoung arrastró a Taeyong fue del comedor.

-Lamento lo que dijo mi tía, a veces no deja de hablar y—

Las palabras de Doyoung fueron interrumpidas por los labios de Taeyong.



Continuará…

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