4 de noviembre de 2012

My Princess - Cap. 13


Capítulo 13
Mundo desmoronado II

 

= ¿Joven? – habló la sra. Kim.

= D-disculpen – hizo una pausa para poder acomodar sus ideas = Pasen, adelante.

Ambos señores entraron al departamento.

= Kibum no está, pero no se preocupen, no debe tardar en llegar.

= ¿A dónde fue?

= A hacer un trabajo en equipo. ¿Quieren tomar algo?

= Un café estaría bien – dijo el padre de Kibum o lo que la sra. Kim asintió.

= Enseguida los traigo.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Minho entró a la cocina y rápidamente se apoyó en la meseta, enfrente del lavamanos. Estaba nervioso, ¿quién demonios le había dicho a los padres de Kibum?

Sirvió el café es las respectivas tazas, luego las puso en la bandeja, suspiró un par de veces y se dirigió a la sala, donde se encontraban los señores.

= Y dígame joven Minho, ¿qué relación tiene con mi hijo? – cuestionó el señor.

Choi estuvo a punto de escupir su café.

= Somos…

Y el sonido de la puerta le interrumpió. Kibum entró con una enorme sonrisa que enseguida desapareció.

= ¿Q-qué hacen aquí? – preguntó palideciendo al instante.

= ¡¿Por qué demonios te escapaste?! – gritó su madre.

= Amor, por favor, tranquilízate – intercedió el sr. Kim.

= ¡¿Tienes idea de cuánto sufrimos?! ¡Medio país te está buscando!

= ¿Sufrimos? Por favor, ustedes ni caso me hacían, ¡solo soy un maldito estorbo en sus vidas!

= Quieras o no vas a volver con nosotros, así que empaca tus malditas cosas y nos vamos – ordenó su padre.

= ¡No! ¡Jamás voy a volver con ustedes! ¡Los odio! – gritó.

Minho no sabía qué hacer.

= ¡Que empaques te digo! – gritó su madre.

Kibum corrió a su habitación.

= Hablar̩ con ̩l Рdijo el empresario.

= Gracias – dijeron en unísono los señores.

= Kibum, abre por favor – dijo contra la puerta.

= Minho – chilló y se lanzó a los brazos de su novio = No dejes que me lleven, no quiero separarme de ti – decía contra su pecho.

= Yo tampoco peque̱o Рle acariciaba la cabeza = Pero son tus padres y no podemos hacer nada en contra de eso.

= Soy mayor de edad… - dijo.

= Pero en tu país no – moduló intentado no desmoronarse ante su novio.

= ¡No quiero! ¡No quiero irme! Intentaré convencerlos – se limpió las lágrimas = Tal vez y eso sirva.

= Kibum.

= Lo lograré, ya verás – salió de su habitación y regresó a la sala = Mamá, papá, por favor, se los suplico, no quiero volver con ustedes, aquí tengo todo.

= No Kibum, ya te di una orden.

= Pero mamá…

= ¡No es no, así que obedece! ¡Sino lo haces, demandaré a este tipo por secuestro!

= ¿Qué? – exclamó el menor.

= Disculpe se̱ora, pero yo no secuestr̩ a nadie Рintervino Minho.

= Mamá deja de decir estupideces, él no tiene nada que ver.

= ¡Entonces obedece y vámonos de una vez!

El adolescente, con lágrimas en los ojos, asintió.

= Acompáñame Minho – susurró al pasar junto a él.

De nuevo, volvieron a la habitación del joven.

= Kibum… - susurró el mayor.

= Los odios Minho, te juro que los odio – lo abrazó.

= No puedes hacerlo, son tus padres, ellos te dieron la vida.

= Encontraré la manera de volver, me niego a perderte.

= Te meterás en muchos problemas.

= No me importa ¿entiendes? – lo besó suavemente.

= Te amo Kibum, como no tienes idea – y una solitaria lágrima recorrió su mejilla y terminó en la mano derecha de adolescente.

= Te amo – lo besó una vez más; fue un beso cargado tristeza y a la vez de amor. No querían separarse.

Una vez que Kibum terminó de empacar sus cosas, besó al alto, como si la vida se le fuera en eso; no sabría hasta cuándo podría, sí es que lo haría, besar de nuevo aquellos esponjosos y carnosos labios.

= Vamos, te están esperando – dijo el alto.

= Ap̼rate hijo, el vuelo sale en media hora Рdijo su padre.

= Sí, ya voy… - susurró desganado.

= Bueno joven, disculpe mis arranques de locura – habló la sra. = Gracias por cuidar a mi hijo.

= No se preocupe señora – murmuró, estaba a punto de romper en llanto.

= Gracias Minho… - dijo el menor = Gracias por todo – lo abrazó = Te amo – le susurró al oído.

Y Choi no pudo más y comenzó a derramar lágrimas.

= Vámonos, se nos hace tarde – apuró la señora; sin embargo, el padre de Kibum se sintió un poco mal al ver aquella escena, al parecer, su hijo y aquel joven, tenían una bonita amistad.

= Adiós – Kibum rompió el abrazo y su junto con esto, el clandestino enlace que tenían sus manos.

La puerta se cerró y Choi sintió que su corazón se partía en millones de pedazos, una vez más perdía a su amor, pero, al parecer, esta vez, sería para siempre.

= Sus padres no dejaran que vuelva… - decía entre sollozos = ¡Lo perdí! Perdí a mi Kibummie – se recostó en el mueble.

Su celular comenzó a sonar. Era Jonghyun.

= ¿Qué? – contestó.

= Hermano~ ¿qué tal? ¿te gustó la sorpresa?

= ¿Qué sorpresa?

= Pues la que te mandé – hizo una pausa = ¡Los padres de Kibummie!

= ¡Fuiste tú maldito hijo de perra! – gritó = ¡Tú, idiota! ¡No sabes la gran estupidez que acabas de hacer!

= Hey tranquilo, yo solo quería ayudar, porque…se supone que odiabas a mi…ex.

= ¡A quien odio es a ti!

= Minho, ¿qué pasa? – dijo un poco más serio.

= Jonghyun, yo… - suspiró = Yo amo a Kibum.

= ¿Ah?

= Lo amo, me enamoré de él ¿ya?

= P-pero…

= Y él de mí, pero tú acabas de separarnos para siempre.

= Y-yo no sabía…Minho, perdóname.

= Te odio – cortó la llamada = ¡Odio a todo el maldito mundo! – sus ojos volvieron a inundarse de lágrimas.

De nuevo su celular comenzó a sonar; lo abrió y le sacó la pila; no quería hablar con nadie, quería estar solo. Se puso de pie y apagó su teléfono inalámbrico.

Una vez más se aislaría de la sociedad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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{Varias semanas después}

 

= Kibum, no me gusta verte así, sonríe hijo – dijo el sr. Kim.

= No tengo razones para sonreír.

= Si tu madre te ve…

= ¡Me importa un comino! Ella me separó de… - calló al instante.

= Hijo – tomó aire = Dime, ¿qué tipo de relación tenías con ese muchacho?

= S-solo…

= Dime la verdad, no voy a regañarte.

Por suerte, el padre de Kibum era un poco más comprensivo que su madre, pero, desgraciadamente ésta tenía mucha influencia sobre el pobre señor.

= Él y yo éramos novios – soltó con tristeza.

= ¿Y has intentado contactarlo?

= No, no sé nada de él, le hablé a su ex novia, hablé a Jonghyun pero nadie sabe nada. Papá estoy muy asustado ¿y si le pasó algo? Yo lo amo y no quiero perderlo – comenzó a llorar.

= Ya, ya… - abrazó a su hijo = Todo estará bien, pronto sabrás de él.

= Nunca pensé que podría hablar así contigo.

= Eres mi princesa ¿no?

= Te quiero papi – besó su mejilla.

= Vamos a hacer algo, te ayudaré a buscar a ese muchacho, pero eso sí, ni una sola palabra a tu madre ¿ok?

= ¡Te amo papá! ¡Muchísimas gracias!

= Todo sea por verte feliz.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Luego de aquella plática, Kibum fue a los jardines a tomar un poco de aire fresco.

= ¿Jonghyun?

= ¡Kibummie! ¡Hola! – saludó el chico.

= Oye, ¿tienes noticias de Minho?

= ¿Buenas? No – suspiró con tristeza.

= ¿A qué te refieres? ¡Habla! – exigió.

= Hace unos días Sulli fue a su departamento y al parecer… - hizo una pausa = …al parecer, Minho se mudó.

= ¡¿Qué?! – gritó = ¿A dónde?

= Nadie sabe y para colmo no contesta el celular, Kibummie, esto es mi culpa, yo le dije a tus padres que estabas con Minho.

= Te odio Jonghyun.

= ¡Perdóname pequeño! Te juro que yo no sabía que ustedes eran novios.

= Olvídate de las disculpas, ahora preocupémonos por averiguar a dónde está Minho – decía con la voz a punto de quebrársele, poco le falta para soltarse a llorar.

= Tienes razón, pero, ¿piensas regresar a Corea?

= Sí, mi papá me va a ayudar – confesó.

= Oh, ya veo, bueno Bummie, entonces cuando tenga noticias te aviso ¿ok?

= Ok, adiós – cortó la llamada e inmediatamente comenzó a sollozar, su noona lo abrazó cálidamente.

= ¿Qué pasa?

= Noona, nadie sabe a dónde está Minho – dijo escondiendo la cara en el pecho de la mujer.

= Mi pobre Kibummie – le acarició la cabeza.

= ¿Por qué lloras? – cuestionó la madre del adolescente.

= Cosas que tú no entenderías – respondió Kibum.

= No me hables así, niño mal educado – dijo = Toma, estos son algunos folletos de universidades, escoge una.

Kibum los tomó de mala gana y los leyó rápidamente.

= Ninguno de gusta.

= Tiene que haber una, a menos que quieras que escoja por ti; ah y de una vez te digo que queda prohibido hacer un intercambio a otro país.

El menor se quedó estático, ¿cuál era el gusto de su madre por tenerlo “encerrado” en Estados Unidos?

= No quiero que regreses con ese tipo – dio la media vuelta dispuesta a entrar a la casa.

= ¡¿Por qué?! – gritó.

= Porque yo lo digo.

Kibum iba a decir algo más, pero su nana le tomó el brazo y le susurró tranquilamente:

= No la molestes, vamos a platicar a tu habitación.

= Sino quieres ser castigado, hazle caso a tu nana – ingresó a la casa.

= ¡Ash! ¡No la soporto!

 

 

 

 

 

 

 

 

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= Joven, por fin despierta – dijo una enfermera.

= ¿Qué me pasó?

= Tuvo un accidente.

= ¿Qué?

= Sí, un auto estampó contra el suyo – explicó = Intentamos llamar a algún familiar suyo, pero…

= No tengo a nadie – cortó.

= Ah, entiendo, ¿necesita que le traiga algo?

= No, pero necesito que me expliques porqué me duele tanto la cabeza.

= Es que, según el doctor, usted se golpeó contra la ventana de su auto y perdió el conocimiento.

= Entiendo ¿y qué más?

= Pues, es necesario que le hagan estudios para descartar alguna hemorragia interna.

= Lo mejor que podría pasarme es morir – susurró.

= ¿Disculpe?

= Nada, gracias por todo señorita, ahora, déjeme solo.

= Como diga joven, con permiso – salió de la habitación.

= Mi Kibummie, ¿qué estarás haciendo en estos momentos? ¿Me extrañarás tanto como yo a ti? – suspiró.

= ¿Choi Minho? – llamaron.

= ¿Si?

= Soy el doctor Lee.

= Mucho gusto.

= Igualmente – pausó = Como sabrá, un golpe en la cabeza, puede traer muchas malas consecuencias, por lo que necesitamos hacer algunos estudios.

= Sí, ya sé, la enfermera me explicó.

= Bueno, en ese caso, si está de acuerdo, podemos hacerle una resonancia ahorita.

= Pues…creo que sí.

= Perfecto, pediré que preparen el equipo, en enseguida le ayudarán a trasladarse.

= ¿Ayudarme?

= Sí joven, usted se fracturó la pierna derecha.

= ¿E-es grave? – preguntó con miedo.

= Un cierto porcentaje, pero con terapias y con tiempo, se curará – salió del cuarto.

Minho volvió a recostarse en la camilla.

= Odio mi vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

~*~

 

 

 

 

 

 

 

 

Minutos después, Minho fue sometido a la dichosa resonancia. Los doctores analizaban las imágenes mientras él permanecía sentado, esperando el veredicto.

= Bueno joven… - habló el doctor Lee = Usted…

= ¿Es grave? – por la cara que traía el médico, dedujo rápidamente lo que estaba pasando.

= Sí.

= ¿Me voy a morir?

= Sino operamos pronto, me temo que sí, sí va a morirse.

 

 

 

 


Continuará...

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