26 de septiembre de 2017

Touch 2 - Capítulo 9

Capítulo 9
Forelsket*

Donghyuck y Jeno disfrutaban del módulo libre que tenían. Agradecían infinitamente que el maestro no llegara pues para variar, no habían hecho la tarea.

-Y entonces mis papás ya saben que Mark y yo somos novios – comentó Donghyuck, llevándose una fritura a la boca.

Jeno suspiró con melancolía, ignorando las palabras de su amigo.

-Sigo sin averiguar cómo se llama el chico del club de pintura. De hecho, nunca lo volví a ver en la escuela.

-Qué triste – exclamó Donghyuck sarcásticamente.

-Claro, búrlate todo lo que quieras pero nunca podrás ocultar el hecho de que yo fui a quien Mark quiso como novio antes de ti.

Donghyuck levantó un puño en señal de querer golpear a Jeno.

-Hola – una tímida voz sacó a ambos de aquella importante discusión.

Jeno giró la cabeza para ver de quién se trataba; sus ojos se abrieron de par en par.

-Me llamo Renjun y…sé que sonará raro pero, ¿puedo hablar contigo? – el chico señaló a Jeno.

-OH MY GOD! – exclamó Donghyuck.

-¿C-conmigo? – Jeno se señaló a sí mismo.

Renjun asintió.

-En privado – agregó.

-OH MY GOD!!– gritó Donghyuck, sacudiendo con fuerza a su amigo.

-Claro – contestó Jeno, levantándose de la mesa de la cafetería.

-Suerte – murmuró Donghyuck, el mayor le sonrió.


















Renjun entró a un salón vacío. Jeno se quedó en la puerta, extrañado.

-Entra, por favor – pidió el chino.

Jeno obedeció. No quería prejuzgar a su crush.

-¿Sobre qué quieres hablar? – preguntó, recargándose en el escritorio del profesor, queriendo hacerse el “interesante” con aquella pose.

-Jisung, Chenle… ¿te suenan esos nombres?

-No, ¿por qué?

Renjun suspiró.

-No entiendo cómo es que somos almas gemelas – murmuró para sí mismo.

-¿Almas gemelas? – preguntó Jeno.

-Ponte esto – Renjun abrió la mano derecha, mostrándole un anillo.

-¿Para qué?

-Sólo… hazlo. Incluso como humano eres estresante.

Jeno tomó el anillo y se lo puso. El chino dejó que transcurrieran 10 segundos en absoluto silencio.

-¿Recuerdas algo? – preguntó a Jeno.

-¿Sobre qué?

Renjun rodó los ojos y frunció el ceño. Jeno suspiró.

-Me trajiste aquí sólo para ponerme un—

El menor no pudo continuar, pues Renjun lo tomó de la camisa, lo atrajo a su cuerpo y estrelló sus labios contra los ajenos.

-¿Q-qué fue eso? – exclamó Jeno, presionando su pecho con una mano mientras que con la otra se sostenía del escritorio tratando inútilmente de tranquilizar su pulso cardiaco.

-¿Sigues sin recordar? – preguntó Renjun, visiblemente estresado por la situación.

-¿Qué debería recordar?

-¡Todo!

-Oye, no entiendo nada de lo que estás hablando. Quizá me estás confundiendo – dijo el menor, tratando de alejarse de Renjun.

-Ojalá te estuviera confundiendo con alguien más pero desgraciadamente no. Tú y yo tenemos una historia.

Jeno no sabía qué decir; lo que Renjun tenía de lindo lo tenía de siniestro.

-Creo que me están llamando – el menor caminó hacia la puerta.

Renjun se adelantó y se interpuso entre la salida y Jeno.

-Okay – suspiró el menor -Quiero entender que tú y yo tuvimos algo y que por alguna extraña razón olvidé todo, ¿no?

-Sí, así es.

-Bien, entonces… ¿quién besó a quién primero?

-¿Qué? – exclamó Renjun, frunciendo el ceño de nuevo.

-Sí, ¿quién lo hizo?

El chino tomó aire.

-F-fui yo – murmuró en voz baja.

Jeno sonrió con picardía.

-¿Tuvimos algo más?

Renjun le miró con molestia. El menor dio un paso más hacia el chino, quien no retrocedió.

-¿Qué nos llevó a eso? – insistió Jeno.

-Una discusión.

-¿Estuvo bueno?

-¡Basta! Preguntas demasiado – bufó, abanicándose con una mano debido a lo sofocante que se había vuelto el ambiente.

-Sólo te estaba probando, Renjun.

El mayor abrió los ojos tras reconocer aquel tono de voz con el cual el demonio solía llamarle.

-Lo siento, de alguna manera tenía que devolverte tanta crueldad – agregó Jeno.

Renjun le dio una cachetada pero luego lo jaló de la camisa y lo besó suavemente. Jeno enredó ambos brazos en su cintura, profundizando el beso. Se separaron tras varios segundos.

-Extraño tus alas – susurró Renjun sobre los labios del menor.

-Y yo extraño sentirte acariciarlas – dijo Jeno, besándolo de nuevo.


















-¡¿Cómo que no encuentras los anillos de Mark y Haechan?! – exclamó Johnny a punto del infarto.

-Te juro que ya revisé toda la habitación y no encuentro la estúpida caja en la que 
Heechul me los dio.

-¿Es por eso que no has querido ser contactado? – preguntó el ángel.

Doyoung asintió.

-¿Tienes idea de lo que pasaría si no aparecen?

-Lo sé, angelito. Lo sé.

-Eso te pasa por estar perdieron el tiempo con— - murmuró Johnny.

-¿Disculpa? ¿Desde cuándo soy el único ser que está con un humano?

Johnny se dio cuenta de la idiotez que había dicho.

-Lo lamento. Es que… esta situación me tiene muy estresado.

Doyoung se sentó en la cama, Johnny hizo lo mismo.

-Aparte de tu humano, ¿ha entrado alguien más a la habitación?

-No – murmuró el demonio.

Ambos seres se quedaron en silencio; cada uno luchando con sus pensamientos. De pronto, la puerta de la habitación se abrió.

-Doyoung, mi turno ya termi— ¿quién es él? – Jaehyun señaló a Johnny.

Doyoung y Johnny se miraron.

-¡Un amigo! – contestaron en unísono.

-¿En qué momento entró? No me he movido de la recepción.

El demonio suspiró abrumado.

-Tranquilo chico, yo ya tengo a alguien – aclaró Johnny, mostrando su anillo.

Jaehyun relajó un poco la mirada.

-¿Qué venías a decirme? – preguntó Doyoung, tratando de destensar el ambiente.

-Ah sí, que mi turno ya terminó y que ayer me llevé esto por error – estiró la mano hacia el demonio.

-¡Los anillos! – Doyoung prácticamente le arrebató la caja al otro -Gracias Jae, me has salvado de mi jefe.

El menor sonrió orgulloso.

-Johnny – Doyoung llamó al ángel -No se irá, tendrás que dormirlo – murmuró.

Johnny miró a Jaehyun y luego regresó el rostro hacia Doyoung y asintió. Chasqueó los dedos y en milésimas de segundo, el chico cayó dormido en los brazos del demonio.

-Vaya, es demasiado celoso – murmuró el ángel.

-Ya sé.

-En cuanto al tema de los anillos… ¿quién falta de recibirlos?

-Sólo Mark y Donghyuck. Los otros ya los tienen; a Winwin se los puse debajo de una almohada y a Renjun dentro de su caja con cosas de dibujo. Aún no sé cómo le haré con esos dos.

-¿Por qué no se los das a Mark? Donghyuck podría perderlos.

-Pero es más difícil que convenza a Donghyuck de ponerse el anillo.

Johnny asintió. Ambos seres volvieron a sumirse en sus propios pensamientos tratando de idear la mejor estrategia para entregar los anillos.


















[ Tres horas antes; Seúl ]

Donghyuck había insistido en ir a casa de Mark, aprovechando que era viernes y que por alguna razón Taeyong había suspendido el entrenamiento del sábado.

-Sabía que tenías una casa bonita – exclamó Donghyuck, recostándose en la cama de Mark.

-Gracias – contestó el mayor.

Donghyuck se incorporó en la cama y bufó al ver a Mark sentado en la silla frente a su escritorio.

-¿Qué haces ahí? Ven – Donghyuck palmeó un lado de la cama.

Mark mordió su labio inferior, se levantó de la silla y fue a recostarse junto a su novio.

-Eres muy lindo – dijo el menor, recargando el rostro en el pecho del aludido.

-Claro que no.

-Claro que sí – Donghyuck le dio una palmada en el estómago, haciendo que Mark se encogiera un poco -¿Qué te gusta de mí?

Mark soltó una risilla nerviosa.

-¿Por qué preguntas esas cosas ahorita?

-Porque quiero saber.

El mayor soltó un largo suspiro.

-Si te lo digo me burlarás para toda la vida.

-De todos modos lo haré.

-Tus piernas – confesó rápidamente -Listo, ya lo dije – murmuró para sí mismo.

Donghyuck comenzó a reír.

-¡Estás rojo! ¡Eres un tomate!

Mark cubrió su rostro con ambas manos.

-Y luego dices que no eres lindo.

-No lo soy – bufó retirando sus manos con lentitud.

-Necesito mostrarle esto al equipo – dijo el menor, sacando su celular.

Mark se incorporó velozmente, se sentó sobre Donghyuck y lo sujetó de las muñecas con fuerza.

-¿Mark?

El mayor no decía nada, sólo observaba con detenimiento al moreno.

-Eres un demonio – murmuró Mark para después besarlo suavemente, liberando las muñecas de Donghyuck; éste enredó ambos brazos en el cuello del otro.

Ambos se separaron escasos centímetros.

-Mark – habló Donghyuck, agitado.

-Dime.

-Quiero hacerlo… - murmuró.

-Pero qué estás dic—

-Tú también quieres – miró hacia la entrepierna del mayor.

Mark no dijo más; volvió a besarlo, pero esta vez con más lascivia, introduciendo su lengua, embriagándose del dulce sabor de la boca de Donghyuck. Sus temblorosas manos comenzaron a hurgar debajo de la camisa del moreno, cuya piel se erizaba a medida que los dedos de Mark la recorrían.

Donghyuck besaba y succionaba con suavidad el cuello de Mark, mientras este luchaba por desabrocharse el pantalón. Mark puso a Donghyuck boca abajo y levantó ligeramente su cadera.

-N-no estoy seguro si—

-Confío en ti – interrumpió el moreno tras notar que el mayor temblaba demasiado.

Mark le contestó con un apasionado beso, mientras introducía lentamente un dígito en Donghyuck. Un par de minutos, besos y caricias después, introdujo otro.

Con la mano derecha, el moreno apretaba fuertemente la sábana debajo de su cuerpo y con la izquierda se sujetaba de Mark, el cual hacía lo posible por no dejarse dominar por los impulsos y lastimar a Donghyuck.

-Ah… estoy bien – exclamó en un jadeo el menor.

Mark comenzó a mover las caderas con suavidad, cosa que a Donghyuck comenzó a fastidiarle.

-Mark Lee, no seas tan educado – burló.

El mayor entendió aquella indirecta demasiado directa; incluso en momentos así, Donghyuck no dejaba de fastidiar. Salió de él, lo volteó dejándolo boca arriba y lo penetró nuevamente lo más violento que su sentido común le permitió.

Donghyuck enterró las uñas en la desnuda espalda de Mark gimiendo su nombre en el proceso.

-¿Contento? – preguntó el mayor.

Donghyuck lo atrajo hacia sus labios y lo besó con lujuria y pasión, contestando a su pregunta.

Mark sintió que estaba a punto de venirse, por lo que aprovechó el momento para probar otra posición. Como pudo, sentó sobre sus piernas a un sudoroso Donghyuck, golpeando aquel delirante punto que hizo a ambos acabar en segundos. Mark cayó sobre Donghyuck; sus respiraciones estaban demasiado agitadas. Donghyuck besó suavemente al mayor.

-¿Puedo quedarme un rato más? Tengo sueño – dijo el moreno.

Mark se recostó a un lado.

-Claro, sólo deja que ponga una alarma para estar pendientes de mi mamá – contestó mientras ponía la hora.

Donghyuck soltó una risilla.

Una vez puesta la alarma, Mark envolvió a Donghyuck en sus brazos y ambos quedaron dormidos en cuestión de segundos.




Continuará…

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*Forelsket. En noruego, se refiere a ese sentimiento de euforia que experimentas al darte cuenta que te estás enamorando. 

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