Capítulo 9
Forelsket*
Forelsket*
Donghyuck y Jeno disfrutaban del módulo libre
que tenían. Agradecían infinitamente que el maestro no llegara pues para
variar, no habían hecho la tarea.
-Y entonces mis papás ya saben que Mark y yo
somos novios – comentó Donghyuck, llevándose una fritura a la boca.
Jeno suspiró con melancolía, ignorando las
palabras de su amigo.
-Sigo sin averiguar cómo se llama el chico
del club de pintura. De hecho, nunca lo volví a ver en la escuela.
-Qué triste – exclamó Donghyuck
sarcásticamente.
-Claro, búrlate todo lo que quieras pero
nunca podrás ocultar el hecho de que yo fui a quien Mark quiso como novio antes
de ti.
Donghyuck levantó un puño en señal de querer
golpear a Jeno.
-Hola – una tímida voz sacó a ambos de
aquella importante discusión.
Jeno giró la cabeza para ver de quién se
trataba; sus ojos se abrieron de par en par.
-Me llamo Renjun y…sé que sonará raro pero,
¿puedo hablar contigo? – el chico señaló a Jeno.
-OH
MY GOD! – exclamó Donghyuck.
-¿C-conmigo? – Jeno se señaló a sí mismo.
Renjun asintió.
-En privado – agregó.
-OH MY GOD!!– gritó Donghyuck, sacudiendo con
fuerza a su amigo.
-Claro – contestó Jeno, levantándose de la
mesa de la cafetería.
-Suerte – murmuró Donghyuck, el mayor le
sonrió.
愛
Renjun entró a un salón vacío. Jeno se quedó
en la puerta, extrañado.
-Entra, por favor – pidió el chino.
Jeno obedeció. No quería prejuzgar a su
crush.
-¿Sobre qué quieres hablar? – preguntó,
recargándose en el escritorio del profesor, queriendo hacerse el “interesante” con aquella pose.
-Jisung, Chenle… ¿te suenan esos nombres?
-No, ¿por qué?
Renjun suspiró.
-No entiendo cómo es que somos almas gemelas
– murmuró para sí mismo.
-¿Almas gemelas? – preguntó Jeno.
-Ponte esto – Renjun abrió la mano derecha,
mostrándole un anillo.
-¿Para qué?
-Sólo… hazlo. Incluso como humano eres
estresante.
Jeno tomó el anillo y se lo puso. El chino dejó
que transcurrieran 10 segundos en absoluto silencio.
-¿Recuerdas algo? – preguntó a Jeno.
-¿Sobre qué?
Renjun rodó los ojos y frunció el ceño. Jeno
suspiró.
-Me trajiste aquí sólo para ponerme un—
El menor no pudo continuar, pues Renjun lo tomó
de la camisa, lo atrajo a su cuerpo y estrelló sus labios contra los ajenos.
-¿Q-qué fue eso? – exclamó Jeno, presionando
su pecho con una mano mientras que con la otra se sostenía del escritorio
tratando inútilmente de tranquilizar su pulso cardiaco.
-¿Sigues sin recordar? – preguntó Renjun,
visiblemente estresado por la situación.
-¿Qué debería recordar?
-¡Todo!
-Oye, no entiendo nada de lo que estás
hablando. Quizá me estás confundiendo – dijo el menor, tratando de alejarse de
Renjun.
-Ojalá te estuviera confundiendo con alguien
más pero desgraciadamente no. Tú y yo tenemos una historia.
Jeno no sabía qué decir; lo que Renjun tenía
de lindo lo tenía de siniestro.
-Creo que me están llamando – el menor caminó
hacia la puerta.
Renjun se adelantó y se interpuso entre la salida
y Jeno.
-Okay – suspiró el menor -Quiero entender que
tú y yo tuvimos algo y que por alguna extraña razón olvidé todo, ¿no?
-Sí, así es.
-Bien, entonces… ¿quién besó a quién primero?
-¿Qué? – exclamó Renjun, frunciendo el ceño
de nuevo.
-Sí, ¿quién lo hizo?
El chino tomó aire.
-F-fui yo – murmuró en voz baja.
Jeno sonrió con picardía.
-¿Tuvimos algo más?
Renjun le miró con molestia. El menor dio un
paso más hacia el chino, quien no retrocedió.
-¿Qué nos llevó a eso? – insistió Jeno.
-Una discusión.
-¿Estuvo bueno?
-¡Basta! Preguntas demasiado – bufó,
abanicándose con una mano debido a lo sofocante que se había vuelto el
ambiente.
-Sólo te estaba probando, Renjun.
El mayor abrió los ojos tras reconocer aquel
tono de voz con el cual el demonio solía llamarle.
-Lo siento, de alguna manera tenía que
devolverte tanta crueldad – agregó Jeno.
Renjun le dio una cachetada pero luego lo
jaló de la camisa y lo besó suavemente. Jeno enredó ambos brazos en su cintura,
profundizando el beso. Se separaron tras varios segundos.
-Extraño tus alas – susurró Renjun sobre los
labios del menor.
-Y yo extraño sentirte acariciarlas – dijo Jeno, besándolo de nuevo.
愛
-¡¿Cómo que no encuentras los anillos de Mark
y Haechan?! – exclamó Johnny a punto del infarto.
-Te juro que ya revisé toda la habitación y
no encuentro la estúpida caja en la que
Heechul me los dio.
-¿Es por eso que no has querido ser
contactado? – preguntó el ángel.
Doyoung asintió.
-¿Tienes idea de lo que pasaría si no
aparecen?
-Lo sé, angelito. Lo sé.
-Eso te pasa por estar perdieron el tiempo
con— - murmuró Johnny.
-¿Disculpa? ¿Desde cuándo soy el único ser
que está con un humano?
Johnny se dio cuenta de la idiotez que había
dicho.
-Lo lamento. Es que… esta situación me tiene
muy estresado.
Doyoung se sentó en la cama, Johnny hizo lo
mismo.
-Aparte de tu humano, ¿ha entrado alguien más
a la habitación?
-No – murmuró el demonio.
Ambos seres se quedaron en silencio; cada uno
luchando con sus pensamientos. De pronto, la puerta de la habitación se abrió.
-Doyoung, mi turno ya termi— ¿quién es él? –
Jaehyun señaló a Johnny.
Doyoung y Johnny se miraron.
-¡Un amigo! – contestaron en unísono.
-¿En qué momento entró? No me he movido de la
recepción.
El demonio suspiró abrumado.
-Tranquilo chico, yo ya tengo a alguien –
aclaró Johnny, mostrando su anillo.
Jaehyun relajó un poco la mirada.
-¿Qué venías a decirme? – preguntó Doyoung,
tratando de destensar el ambiente.
-Ah sí, que mi turno ya terminó y que ayer me
llevé esto por error – estiró la mano hacia el demonio.
-¡Los anillos! – Doyoung prácticamente le
arrebató la caja al otro -Gracias Jae, me has salvado de mi jefe.
El menor sonrió orgulloso.
-Johnny – Doyoung llamó al ángel -No se irá,
tendrás que dormirlo – murmuró.
Johnny miró a Jaehyun y luego regresó el
rostro hacia Doyoung y asintió. Chasqueó los dedos y en milésimas de segundo,
el chico cayó dormido en los brazos del demonio.
-Vaya, es demasiado celoso – murmuró el
ángel.
-Ya sé.
-En cuanto al tema de los anillos… ¿quién
falta de recibirlos?
-Sólo Mark y Donghyuck. Los otros ya los
tienen; a Winwin se los puse debajo de una almohada y a Renjun dentro de su
caja con cosas de dibujo. Aún no sé cómo le haré con esos dos.
-¿Por qué no se los das a Mark? Donghyuck
podría perderlos.
-Pero es más difícil que convenza a Donghyuck
de ponerse el anillo.
Johnny asintió. Ambos seres volvieron a
sumirse en sus propios pensamientos tratando de idear la mejor estrategia para
entregar los anillos.
愛
[ Tres horas antes; Seúl ]
Donghyuck había insistido en ir a casa de
Mark, aprovechando que era viernes y que por alguna razón Taeyong había
suspendido el entrenamiento del sábado.
-Sabía que tenías una casa bonita – exclamó
Donghyuck, recostándose en la cama de Mark.
-Gracias – contestó el mayor.
Donghyuck se incorporó en la cama y bufó al
ver a Mark sentado en la silla frente a su escritorio.
-¿Qué haces ahí? Ven – Donghyuck palmeó un
lado de la cama.
Mark mordió su labio inferior, se levantó de
la silla y fue a recostarse junto a su novio.
-Eres muy lindo – dijo el menor, recargando
el rostro en el pecho del aludido.
-Claro que no.
-Claro que sí – Donghyuck le dio una palmada
en el estómago, haciendo que Mark se encogiera un poco -¿Qué te gusta de mí?
Mark soltó una risilla nerviosa.
-¿Por qué preguntas esas cosas ahorita?
-Porque quiero saber.
El mayor soltó un largo suspiro.
-Si te lo digo me burlarás para toda la vida.
-De todos modos lo haré.
-Tus piernas – confesó rápidamente -Listo, ya
lo dije – murmuró para sí mismo.
Donghyuck comenzó a reír.
-¡Estás rojo! ¡Eres un tomate!
Mark cubrió su rostro con ambas manos.
-Y luego dices que no eres lindo.
-No lo soy – bufó retirando sus manos con
lentitud.
-Necesito mostrarle esto al equipo – dijo el
menor, sacando su celular.
Mark se incorporó velozmente, se sentó sobre
Donghyuck y lo sujetó de las muñecas con fuerza.
-¿Mark?
El mayor no decía nada, sólo observaba con
detenimiento al moreno.
-Eres un demonio – murmuró Mark para después
besarlo suavemente, liberando las muñecas de Donghyuck; éste enredó ambos
brazos en el cuello del otro.
Ambos se separaron escasos centímetros.
-Mark – habló Donghyuck, agitado.
-Dime.
-Quiero hacerlo… - murmuró.
-Pero qué estás dic—
-Tú también quieres – miró hacia la
entrepierna del mayor.
Mark no dijo más; volvió a besarlo, pero esta
vez con más lascivia, introduciendo su lengua, embriagándose del dulce sabor de
la boca de Donghyuck. Sus temblorosas manos comenzaron a hurgar debajo de la
camisa del moreno, cuya piel se erizaba a medida que los dedos de Mark la
recorrían.
Donghyuck besaba y succionaba con suavidad el
cuello de Mark, mientras este luchaba por desabrocharse el pantalón. Mark puso
a Donghyuck boca abajo y levantó ligeramente su cadera.
-N-no estoy seguro si—
-Confío en ti – interrumpió el moreno tras
notar que el mayor temblaba demasiado.
Mark le contestó con un apasionado beso,
mientras introducía lentamente un dígito en Donghyuck. Un par de minutos, besos
y caricias después, introdujo otro.
Con la mano derecha, el moreno apretaba
fuertemente la sábana debajo de su cuerpo y con la izquierda se sujetaba de
Mark, el cual hacía lo posible por no dejarse dominar por los impulsos y
lastimar a Donghyuck.
-Ah… estoy bien – exclamó en un jadeo el
menor.
Mark comenzó a mover las caderas con
suavidad, cosa que a Donghyuck comenzó a fastidiarle.
-Mark Lee, no seas tan educado – burló.
El mayor entendió aquella indirecta demasiado
directa; incluso en momentos así, Donghyuck no dejaba de fastidiar. Salió de
él, lo volteó dejándolo boca arriba y lo penetró nuevamente lo más violento que su sentido común le
permitió.
Donghyuck enterró las uñas en la desnuda
espalda de Mark gimiendo su nombre en el proceso.
-¿Contento? – preguntó el mayor.
Donghyuck lo atrajo hacia sus labios y lo
besó con lujuria y pasión, contestando a su pregunta.
Mark sintió que estaba a punto de venirse,
por lo que aprovechó el momento para probar otra posición. Como pudo, sentó
sobre sus piernas a un sudoroso Donghyuck, golpeando aquel delirante punto que
hizo a ambos acabar en segundos. Mark cayó sobre Donghyuck; sus respiraciones
estaban demasiado agitadas. Donghyuck besó suavemente al mayor.
-¿Puedo quedarme un rato más? Tengo sueño –
dijo el moreno.
Mark se recostó a un lado.
-Claro, sólo deja que ponga una alarma para
estar pendientes de mi mamá – contestó mientras ponía la hora.
Donghyuck soltó una risilla.
Una vez puesta la alarma, Mark envolvió a
Donghyuck en sus brazos y ambos quedaron dormidos en cuestión de segundos.
Continuará…
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*Forelsket. En noruego, se refiere a ese sentimiento de euforia que
experimentas al darte cuenta que te estás enamorando.
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