30 de abril de 2018

After School - Capítulo 5


Capítulo 5:
Insana tentación


Donghyuck apretaba con fuerza la camisa de Mark, quien le besaba y embestía ferozmente. Su frente estaba bañada en sudor, sus labios hinchados y su cuello repleto de marcas.


|Flashback|

-No sabe cuánto esperé por esto – dijo Donghyuck una sonrisa de oreja a oreja.

Mark había caído en el hechizo del menor; volvió a besarlo, pero esta vez con lascivia pura.

-No juegue conmigo, lo digo en serio – murmuró Donghyuck.

-Ojalá lo estuviera haciendo – respondió Mark y lo guió hacia el sillón de la oficina.

Donghyuck miraba atentamente al mayor, el cual se estaba quitando la corbata.

-¿Por qué no sales corriendo? Si te quedas aquí, no podré detenerme – advirtió Mark.

El menor no dio respuesta alguna.

-¿Donghyuck? – insistió el profesor, recostándolo en el sillón.

-Huir es lo que menos quiero hacer en este momento – dijo el moreno.

Mark sonrió derrotado; volvió a besarlo asegurándose de introducir su lengua, algo que arrebató un suave jadeo de la boca del Donghyuck.

-Nunca imaginé que tendría el cuerpo marcado – exclamó el menor una vez que había terminado de desabrochar la camisa de Mark; recorrió su pecho con ambas manos.

-No habías observado correctamente – dijo el mayor, sonriente y lo besó de nuevo.

Mientras Mark estaba entretenido besando el cuello del menor, éste luchaba por quitarse los pantalones.

|Fin del flashback|


Donghyuck echó la cabeza hacia atrás, viniéndose entre sus cuerpos. Mark terminó segundos después.







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Mark se vestía mientras observaba al menor dormir en el sillón. Se veía inofensivo y tierno; no le agradaban esas cosas, pero con Donghyuck todo era diferente. No sentía remordimiento como cuando lo besó sin su permiso, pero sentía algo extraño en sus vísceras y no quería averiguar qué era.

Se acercó al moreno y lo movió con suavidad para despertarlo.

-Donghyuck – le llamó.

-No… cinco minutos más – murmuró el menor.

-Ya es tarde, te llevaré a casa.

Donghyuck asintió soñoliento y comenzó a vestirse mecánicamente. Mark guardó algunas cosas en su maletín, apagó la computadora y se aseguró de no dejar evidencia de lo que había pasado.

-Tengo hambre – se quejó el mayor mientras frotaba su ojo derecho con la mano -Y estoy sudado.

Mark no supo cómo tomar aquello.

-¿Me invita a comer? Es lo menos que puede hacer luego de haberme—

El mayor le cubrió la boca con una mano; ya habían salido de la oficina y un intendente pasaba por ahí.

-Sí, está bien. Vamos – susurró.







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Se suponía que llevaría al menor a casa, hablaría con él y asunto arreglado, pero estaba haciendo todo lo contrario.

Estaban estacionados en un callejón cercano al restaurante en el que habían comido. El moreno estaba sobre sus piernas mientras lo besaba con hambre.

-Basta… Donghyuck – dijo Mark entre besos -Debo llevarte a casa.

-Usted empezó – dijo el menor, besándole el cuello.

-Lo sé, pero—

-Ya, cállese.

Donghyuck lo besó de nuevo, Mark luchaba con todas sus fuerzas para no caer nuevamente en el juego del moreno.

-Donghyuck…

El menor había metido una mano dentro del pantalón de Mark.

-Seré rápido – le susurró al oído.

Donghyuck parecía tener experiencia en eso. Mark se sentía en el paraíso; fue cuestión de unos minutos para que se viniera en la mano del otro.

-¿Le gustó?

Mark asintió mirando hacia el techo del auto, estaba agitado a no poder más.

-S-sí… - contestó en un hilo de voz.

-Qué bueno – dijo el menor sonriente y regresó a su asiento.

Una vez que Mark aclaró la mente, lo llevó a casa.

-Donghyuck – llamó al menor, el cual estaba por salir del auto.

-¿Qué?

-¿Sin remordimientos?

-Sin remordimientos – sonrió y salió.

Mientras Mark conducía de vuelta a su casa, no podía dejar de pensar en las marcas que, por idiota, había dejado en el cuello de Donghyuck. Suplicaba porque el menor fuera discreto, pero, ¿qué era la discreción para él?







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[Al día siguiente]

Mark estaba capturando calificaciones de parciales en la computadora cuando Donghyuck entró a su oficina sin tocar, para variar.

-Hola – saludó y se sentó en el escritorio.

-¿Qué haces aquí? Deberías estar en clase – preguntó tratando de no mirar fijamente las marcas que había en el cuello del menor.

-Me aburre historia – bufó Donghyuck -Así que… vine a visitarlo.

Mark tomó aire y se retiró los lentes.

-Necesitamos hablar seriamente.

-Dígame.

-Lo que pasó ayer fue… muy bueno, es verdad, pero no quiere decir que por eso vamos a tener algo. Soy tu profesor y—

-Eso no le importó ayer, ¿por qué ahora sí? – interrumpió el menor.

El mayor se sobó la sien.

-Cometí un grave error al enredarme contigo, lo sé – suspiró.

-No se preocupe, sabía que diría eso, por eso vine, para que lo sacara de su pecho, se sintiera bien y no anduviera dando clases de mal humor.

Mark se sorprendió ante la simpleza con la que el menor trataba aquel problema.

-Qué bueno que comprendas – dijo no muy convencido.

-No es el primero que me lo dice – Donghyuck bajó del escritorio y salió de la oficina.



Continuará…

23 de abril de 2018

After School - Capítulo 4


Capítulo 4:
Perverso

Una semana había pasado de aquel “incidente”, Donghyuck había estado asistiendo con regularidad.

Mark estaba sorprendido de que el menor no estuviera haciendo ruido en su clase y que incluso tomara apuntes. Quería preguntarle qué estaba planeando; averiguar en qué pensaba, pero el recuerdo de su mano en su mejilla jugaba con su razón. No quería admitirlo, pero en sus pensamientos sólo estaba Donghyuck.

Luego de su cansada jornada laboral, lo único que quería era ir a casa a dormir. Estaba caminando hacia su auto cuando vio a un par de hombres; el mayor estaba acariciándole la mejilla al menor. No le tomó mucho tiempo reconocerse a uno: Donghyuck. Tomó aire y apretó los puños.

-Disculpen – caminó a paso firme hacia la pareja, Donghyuck fue quien se separó y tras ver de quién se trataba, rodó los ojos y le susurró algo a su acompañante -Soy Mark, profesor de Donghyuck.

-Sí, lo conozco – el hombre con el que el menor estaba, se dio la media vuelta.

-Usted es… director de derecho, ¿verdad?

-Así es.

-Bueno, si no le importa, me llevo un momento a Donghyuck.

-¿Ah? – exclamó el menor cuando sintió la mano de Mark en su muñeca.

-No me obligue a denunciarlo, profesor – dijo Mark y partió con un inquieto Donghyuck que se negaba a ir con él.







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-¿Por qué lo haces? – preguntó Mark una vez que estuvieron en su oficina.

El menor no respondió, sólo rodó los ojos y bufó con fastidio.

-¿No te das cuenta de que te haces daño? – exclamó Mark.

Donghyuck le fijamente con el ceño fruncido.

-Déjeme en paz. Ni mis papás me regañan tanto.

-Por eso eres así, porque nadie te enseñó disciplina.

-Y usted sí, ¿no? – Donghyuck se había puesto de pie y encarado a Mark, quien retrocedió ante la cercanía de sus rostros -Me voy, quiero disfrutar de mi fin de semana – caminó hacia la puerta, Mark le detuvo y le giró.

-No he terminado – dijo con seriedad.

-¿En serio? ¿Seguirá regañándome? – Donghyuck iba a decir algo más, pero la mirada de Mark le causó escalofríos -¿M-maestro?

Mark no dijo nada, sólo lo tomó fuertemente del rostro y lo besó. Donghyuck comenzó a moverse, buscando escapatoria; el mayor presionó más su rostro contra el del moreno y movió los labios para sentir más los ajenos.

Donghyuck logró empujarlo y salió corriendo de la oficina; Mark notó al extraño en la mirada del menor y fue ahí cuando se dio cuenta de lo que había empezado. No estaba seguro si una disculpa sería suficiente para ponerle un alto a la perversa mente de Donghyuck, pero lo intentaría y para eso tendría que ir a su casa pues algo le decía que el menor no regresaría a clases hasta que le visitara personalmente.








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Era martes y Donghyuck seguía sin aparecerse en la escuela. Mark llamó a sus padres, los cuales le dijeron que su hijo estaba enfermo; preguntó si podía ir a visitarlo para darle algunos apuntes.

-Claro, no hay problema – respondió la madre del otro lado de la niña.

-No le diga a Donghyuck, por favor. Qué tal si no me quiere recibir.

-No se preocupe, yo guardo el secreto.

Tras finalizar la llamada, Mark continuó con sus clases.

-No quiero hablar con usted – fue lo primero que recibió Mark tras llegar a casa de Donghyuck.

-Lo lamento, no fue mi intención.

-Claro que lo fue – bufó el menor -Se la pasa hablando de hacer el bien y seguir las reglas cuando es el primero que no lo hace – el menor hizo por cerrar la puerta.

-Donghyuck – Mark detuvo la acción del menor y entró a la fuerza.

-Usted es un hombre mayor y sabía muy bien lo que hacía.

-No soy tan mayor.

-Como sea, váyase. Acepto sus disculpas.

-¿Regresarás a la escuela?

-No lo sé, sigo molesto con usted.

Mark vio que era inútil seguir suplicándole a Donghyuck, así que prefirió irse.







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[Al día siguiente]

Donghyuck había regresado a la escuela, pero se pasó toda la clase de Mark en el celular y molestando a sus compañeros. El mayor le había llamado la atención, pero el chico no cedía.

-Donghyuck, a mi oficina después de la escuela.

El menor rodó los ojos y salió ofendido del salón. Mark no le detuvo.

Tras finalizar las clases, Mark se sorprendió tras ver al menor sentado en su oficina, esperándolo.

-¿Ahora qué? ¿Otro reporte? No, espere, tengo otra idea. ¿Un beso, quizás?

-Pensé que había dejado las cosas claras contigo – dijo Mark, ignorando las preguntas del menor.

-Ni crea que se lo dejaré tan fácil.

-Ya basta. Tengo demasiados problemas como para lidiar contigo.

-Entonces me hubiera dejado en paz desde un principio.

-No iba a dejar que un alumno y un profesor—

-Pero bien que me besó, ¿no?

Mark estaba a nada de perder la paciencia.

-Su esposa es linda, ¿por qué terminó con ella? – Donghyuck había tomado la foto que estaba sobre el escritorio de Mark. Era la de su boda.

El mayor le arrebató el portarretratos.

-No hay necesidad de ser violento – exclamó Donghyuck, ofendido.

El silencio reinó en el lugar. Mark luchaba mentalmente consigo mismo; estar encerrado con Donghyuck no le estaba ayudando en nada. Su sanidad estaba a punto de irse al demonio.

-Si no hay reporte— - Donghyuck se puso de pie, Mark le detuvo.

El menor le miró fijamente, Mark lo jaló hacia su cuerpo y lo besó; se separó escasos centímetros del rostro de Donghyuck para ver su reacción. El moreno estaba sonriente y sonrojado.

-No sabe cuánto esperé por esto.



Continuará…

17 de abril de 2018

After School - Capítulo 3


Capítulo 3:
Travieso

Los tres días de la suspensión de Donghyuck estaban por terminar; Mark había disfrutado de la ausencia y las entradas ruidosas del menor a su oficina, pero extrañamente se encontró pensando demasiado en él.

Caminaba rumbo a su auto, cuando desde lejos notó algo extraño en éste.

-No, no, no, no puede ser – corrió hacia él -No, las llantas, son nuevas – decía al borde de la desesperación.

Las cuatro llantas estaban desinfladas o, mejor dicho, cortadas. En el panorámico había una nota, que decía:



No me extrañe mucho ;)



Mark arrugó la nota y la lanzó lo más lejos que pudo. Entró a su auto y se puso a llorar. Tras haberse tranquilizado, llamó a una grúa y llevó el auto directo al mecánico.

-Quien lo hay hecho, sí que te odia – comentó el mecánico.

-No tanto como yo a él – respondió Mark; su suelto de un mes se había ido en otras llantas.








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[Al día siguiente]

Mark entró al salón y ahí estaba su peor pesadilla. Trató de actuar como si nada, pero la sonrisa estúpida de Donghyuck le tenía hastiado.

-¿Por qué no quiso recibir mi tarea? – reclamó Donghyuck tras acabar la clase.

-¿Crees que mereces un 100 luego de lo que hiciste?

-Eso fue personal, no mezcle las cosas.

-¿Personal?

-Por Lucas, sigue evitándome. Le declaré la guerra, ¿no recuerda?

Mark respiró profundo.

-Lo que hiciste fue un acto de vandalismo y eso no está permitido en esta institución, así que lo más seguro es que te expulsen.

-El tío Doyoung nunca lo permitirá.

-¿Es tu tío?

-Sí, está casado con Jaehyun, el hermano de mi papá.

Mark se cubrió el rostro con ambas manos.

-Entonces, ¿recibirá mi tarea?

Mark le arrebató el USB de las manos y pasó los archivos a su laptop.

-Vete – exigió entregándole el dispositivo.

El mayor comenzó a considerar su renuncia, pero estaba en pleno divorcio y quedarse sin trabajo no era la mejor opción.








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Donghyuck llevaba una semana sin causar problemas; asistía a todas sus clases, entregaba algunas tareas, pero seguía mal contestando a los profesores.

-Has estado muy tranquilo, ¿qué tramas? – preguntó Mark tras toparse con él en la cafetería de la escuela.

-Nada, sólo estoy feliz.

Mark levantó una ceja.

-Regresé con Lucas – agregó el menor con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Qué?

-Oiga, es algo fuera de la escuela, así que no se meta - bufó -Logró librarse de la demanda porque soy mayor de edad. Le dije que no habría problema – palmeó el hombro derecho de Mark.

El chico regresó con sus amigos y Mark se quedó estático por casi un minuto, luego recibió una llamada de su abogado en la cual le decía que su ex-esposa pedía una pensión, tuvo que irse de emergencia.

-Hey, Donghyuck, ¿escuchaste que le cortaron las llantas al maestro Mark? – preguntó Jaemin.

-Sí, pobre – contestó el aludido mientras comía su sándwich.

-¿Quién habrá sido? – preguntó con ironía Renjun, mirando fijamente a Donghyuck.

-Estaba suspendido – se excusó el moreno -Ese maestro vive estresado, qué horror.

Renjun negó con la cabeza; por más que quisiera a Donghyuck, había momentos en los que deseaba no haberlo conocido.

-No – exclamó Donghyuck, mirando con horror su celular.

-¿Qué pasó? – preguntó Jeno.

-Tengo que irme – se levantó de la mesa a toda velocidad, se colgó la mochila y corrió hacia la salida de la escuela mientras llamaba a Lucas, el cual no contestaba  -No te puedes ir a Hong Kong, no puedes – decía para sí mismo mientras las lágrimas caían recorrían sus mejillas.








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Mark desfrutaba de su domingo, cuando el timbre de la casa sonó. Se levantó con pesadez del sillón y fue hacia la puerta.

-¿Donghyuck? – exclamó tras verlo con una pastel en las manos -¿Qué— - no pudo decir nada más pues el postre terminó en su cara.

-Eso fue por Lucas – se dio la media vuelta con intenciones de irse, pero Mark le tomó fuertemente de la muñeca y lo metió a la casa.

Donghyuck estaba sentaba en el sillón de la sala mientras esperaba a que Mark regresara del baño.

-Me sorprende que no te hayas escapado – dijo Mark mientras le limpiaba la cara con una toalla mojada.

-Está lloviendo – dijo el menor.

Mark lanzó un suspiro.

-¿De dónde rayos sacaste un pastel?

-Mis papás tienen una repostería así que tomé uno sin que se dieran cuenta – explicó el menor como si nada.

-Esto fue una agresión directa, así que al fin podrán expulsarte.

-¿Y qué ganaría con eso?

-Ya no verte.

Donghyuck rodó los ojos.

-Ya le dije por qué lo hice.

-Donghyuck, sólo tienes 18 años, tienes una vida por delante. Conocerás a otras personas—

-Pero no serán Lucas.

-Sólo es un capricho.

-Se fue a Hong Kong – rompió en llanto -Ni si quiera se despidió, sólo me mandó un estúpido mensaje diciendo que se iba y que gracias por todo.

Mark sintió pena por aquel muchacho.

-Si usted no nos hubiera acusado, el seguiría conmigo.

-Te llevaré a casa – Mark prefirió ignorar los reclamos de Donghyuck.

El aludido asintió. Mark tomó un paraguas; apenas abrió la puerta, la lluvia le golpeó directo en la cara.

Una vez que ambos estuvieron dentro del auto, Mark le pidió indicaciones a Donghyuck.

-No me acuse con mis padres, ¿sí? Ellos están en contra de la violencia.

Mark asintió; estaba más preocupado por mantener la vista al frente pues la lluvia era tan fuerte que no le dejaba ver casi nada.

Para cuando llegaron a casa de Donghyuck, éste se había dormido. Mark se acercó un poco con intenciones de despertarlo, pero terminó observándolo detenidamente.

-Te ves tan indefenso dormido – murmuró -Cuando en realidad eres un demonio – inconscientemente, le acarició la mejilla; tras darse cuenta de su acción, alejó la mano como si se hubiera quemado.

Donghyuck comenzó a despertar.

-¿En dónde estamos?

-En tu casa – respondió Mark mirando fijamente al frente.

-Oh, qué rápido. Gracias – salió del auto con lentitud debido a que estaba soñoliento.

Mark no pudo evitar sonreír ante su torpeza. Regresó a su hogar con la sensación de la tersa piel de Donghyuck en la mano. 



Continuará…

10 de abril de 2018

After School - Capítulo 2


Capítulo 2:
Esto es guerra

[Al día siguiente]

Mark buscó como loco a Doyoung, pero no lo encontró. Preguntó al personal de la escuela y otros profesores y la respuesta era la misma “salió un momento, no debe tardar en llegar”.

-Mark, me dijeron que necesitabas hablar conmigo.

El aludido pegó un brinco.

-S-sí, es urgente y muy delicado.

Doyoung se asustó tras ver el pálido rostro del profesor.

-Pasemos a mi oficina.

Mark le mostró las fotos y el vídeo a Doyoung, el cual estaba en shock. Si eso salía de ahí, el prestigio de la escuela caería por los suelos.

-Hablaré con Lucas, personalmente, tú habla con Donghyuck.

-Pero esto debe saberlo más gente, es algo que va contra las reglas, contra el currículo de una institución.

-Mark, tranquilízate, por favor. Me haré cargo, lo prometo.

-Pero—

-No digas nada.

Mark asintió con algo de duda. Para él, aquello era una violación a todo, pero el director estaba más preocupado por el prestigio que por la integridad de los alumnos.






🍎📚







Mark no pudo dar clase, estaba bloqueado. Doyoung le había permitido retirar a los alumnos, aprovechando que era la última hora. Los jóvenes estaban más que encantados pues era viernes.

-Renjun, ¿has visto a Donghyuck? – preguntó Mark una vez que los estudiantes salieron del salón.

-No, para nada. Le llamé y no me contestó.

Mark suspiró.

-¿Está todo bien?

-No muy bien. Gracias Renjun – se alejó del chico antes de que éste comenzara a hacer más preguntas.

Mark ingresó a su oficina; apenas se sentó en la silla, la puerta se abrió con fuerza.

-¡¿Cómo pudo acusar a Lucas?!

El maestro tardó en comprender lo que estaba pasando.

-Donghyuck, yo—

-¡Exijo una explicación!

Mark se puso de pie y cerró la puerta de la oficina.

-¿Comprendes que lo que el profesor estaba haciendo contigo es algo muy grave?

-Él no me obligó a nada, yo acepté tener una relación.

Mark casi se desmaya tras escuchar las palabras del menor.

-¿Relación?

-Sí, éramos novios, ahora gracias a usted ya no quiere verme.

-Donghyuck, siéntate un momento, platiquemos esto con más calma.

-¡No! No quiero que me de terapia ni nada de esas tonterías. Quiero que Lucas regrese.

Mark estaba perplejo. Donghyuck no sólo era desobediente, también era caprichoso como el demonio.

-No, no va a regresar. Fue despedido y demandado conforme a la ley.

-¡¿Demandado?! ¡Lo que me faltaba! Me odiará para toda la vida.

-Donghyuck no es para—

-¡Esto es la guerra! – salió de la oficina.

Mark se dejó caer en el sillón; por primavera vez en su vida se sintió vulnerable ante un estudiante.






🍎📚







Las semanas transcurrieron y Donghyuck no había asistido a clases. Mark citó a sus padres y les platicó la situación, omitiendo el asunto con Lucas a petición de Doyoung.

-Hemos hablado con él, profesor, pero Hyuckie es un alma libre, ¿entiende? No queremos ni podemos forzarlo – justificó la madre.

-Son sus padres, son su figura de autoridad – Mark no sabía quién estaba peor, si los padres hippies o el hijo rebelde -Además, ya es un adulto y, discúlpenme que lo diga, pero se comporta como un adolescente.

-Sólo queremos que nuestro hijo sea feliz – dijo el padre.

Mark suspiró, harto de la situación.

-Si su hijo sigue así, no podrá ingresar al área laboral, si es que termina la licenciatura.

-No hay problema por eso, trabajaría en el negocio familiar – explicó la madre -Su futuro laboral no es un problema.

Mark quiso cachetear a los señores para ver si así reaccionaban.

-Eso sería todo, señores Lee.

Una vez que los padres de Donghyuck se fueron, Mark tomó su pelota anti estrés y la estrujó con fuerza.

-¿Citó a mis papás? – Donghyuck había entrado a su oficina sin tocar y sin saludar.

-Sí.

-¿Les dijo sobre Lucas?

-No.

-Hizo bien.

Mark tomó airé y estrujó tan fuerte la pelota que terminó rompiéndola.

-Wow, debería trabajar en su estrés – exclamó Donghyuck -Oh mejor no, así le da un infarto y se muere.

Mark se levantó de su silla; estaba furioso.

-¡Basta Donghyuck! Estoy harto de tu actitud altanera y prepotente. Estás suspendido.

-¿Qué? ¿Por lo del infarto?

-No puedo creer que no quieran expulsarte – murmuró Mark, pero Donghyuck lo escuchó perfectamente.

-Beneficios de que mis padres se lleven con la familia del director.

Mark le miró con sorpresa.

-¿Cuántos días voy a descansar?

-Tres. No habrá descanso, harás todas las tareas de mi clase.

-Pero si no he ido a ninguna.

-Ve cómo te las arreglas, nada de copiar las de Renjun.

-No es justo.

Mark le dio la hoja de suspensión, Donghyuck ni la leyó, sólo la dobló y la metió en el bolsillo trasero de su pantalón.

-Oiga, no se le olvide que estamos en guerra – advirtió Donghyuck antes de salir de la oficina.

Mark sintió un escalofrío recorrer su espalda.



Continuará…