Capítulo 4:
Perverso
Perverso
Una
semana había pasado de aquel “incidente”, Donghyuck había estado asistiendo con
regularidad.
Mark
estaba sorprendido de que el menor no estuviera haciendo ruido en su clase y
que incluso tomara apuntes. Quería preguntarle qué estaba planeando; averiguar
en qué pensaba, pero el recuerdo de su mano en su mejilla jugaba con su razón. No quería admitirlo, pero en sus pensamientos sólo estaba Donghyuck.
Luego
de su cansada jornada laboral, lo único que quería era ir a casa a dormir.
Estaba caminando hacia su auto cuando vio a un par de hombres; el mayor estaba
acariciándole la mejilla al menor. No le tomó mucho tiempo reconocerse a uno:
Donghyuck. Tomó aire y apretó los puños.
-Disculpen
– caminó a paso firme hacia la pareja, Donghyuck fue quien se separó y tras ver
de quién se trataba, rodó los ojos y le susurró algo a su acompañante -Soy
Mark, profesor de Donghyuck.
-Sí,
lo conozco – el hombre con el que el menor estaba, se dio la media vuelta.
-Usted
es… director de derecho, ¿verdad?
-Así
es.
-Bueno,
si no le importa, me llevo un momento a Donghyuck.
-¿Ah?
– exclamó el menor cuando sintió la mano de Mark en su muñeca.
-No
me obligue a denunciarlo, profesor – dijo Mark y partió con un inquieto
Donghyuck que se negaba a ir con él.
🍎📚
-¿Por
qué lo haces? – preguntó Mark una vez que estuvieron en su oficina.
El
menor no respondió, sólo rodó los ojos y bufó con fastidio.
-¿No
te das cuenta de que te haces daño? – exclamó Mark.
Donghyuck
le fijamente con el ceño fruncido.
-Déjeme
en paz. Ni mis papás me regañan tanto.
-Por
eso eres así, porque nadie te enseñó disciplina.
-Y
usted sí, ¿no? – Donghyuck se había puesto de pie y encarado a Mark, quien
retrocedió ante la cercanía de sus rostros -Me voy, quiero disfrutar de mi fin
de semana – caminó hacia la puerta, Mark le detuvo y le giró.
-No
he terminado – dijo con seriedad.
-¿En
serio? ¿Seguirá regañándome? – Donghyuck iba a decir algo más, pero la mirada
de Mark le causó escalofríos -¿M-maestro?
Mark
no dijo nada, sólo lo tomó fuertemente del rostro y lo besó. Donghyuck comenzó
a moverse, buscando escapatoria; el mayor presionó más su rostro contra el del
moreno y movió los labios para sentir más los ajenos.
Donghyuck
logró empujarlo y salió corriendo de la oficina; Mark notó al extraño en la
mirada del menor y fue ahí cuando se dio cuenta de lo que había empezado. No
estaba seguro si una disculpa sería suficiente para ponerle un alto a la
perversa mente de Donghyuck, pero lo intentaría y para eso tendría que ir a su
casa pues algo le decía que el menor no regresaría a clases hasta que le
visitara personalmente.
🍎📚
Era
martes y Donghyuck seguía sin aparecerse en la escuela. Mark llamó a sus
padres, los cuales le dijeron que su hijo estaba enfermo; preguntó si podía ir
a visitarlo para darle algunos apuntes.
-Claro,
no hay problema – respondió la madre del otro lado de la niña.
-No
le diga a Donghyuck, por favor. Qué tal si no me quiere recibir.
-No
se preocupe, yo guardo el secreto.
Tras
finalizar la llamada, Mark continuó con sus clases.
-No
quiero hablar con usted – fue lo primero que recibió Mark tras llegar a casa de
Donghyuck.
-Lo
lamento, no fue mi intención.
-Claro
que lo fue – bufó el menor -Se la pasa hablando de hacer el bien y seguir las
reglas cuando es el primero que no lo hace – el menor hizo por cerrar la
puerta.
-Donghyuck
– Mark detuvo la acción del menor y entró a la fuerza.
-Usted
es un hombre mayor y sabía muy bien lo que hacía.
-No
soy tan mayor.
-Como
sea, váyase. Acepto sus disculpas.
-¿Regresarás
a la escuela?
-No
lo sé, sigo molesto con usted.
Mark
vio que era inútil seguir suplicándole a Donghyuck, así que prefirió irse.
🍎📚
[Al día siguiente]
Donghyuck
había regresado a la escuela, pero se pasó toda la clase de Mark en el celular
y molestando a sus compañeros. El mayor le había llamado la atención, pero el
chico no cedía.
-Donghyuck,
a mi oficina después de la escuela.
El
menor rodó los ojos y salió ofendido del salón. Mark no le detuvo.
Tras
finalizar las clases, Mark se sorprendió tras ver al menor sentado en su
oficina, esperándolo.
-¿Ahora
qué? ¿Otro reporte? No, espere, tengo otra idea. ¿Un beso, quizás?
-Pensé
que había dejado las cosas claras contigo – dijo Mark, ignorando las preguntas
del menor.
-Ni
crea que se lo dejaré tan fácil.
-Ya
basta. Tengo demasiados problemas como para lidiar contigo.
-Entonces
me hubiera dejado en paz desde un principio.
-No
iba a dejar que un alumno y un profesor—
-Pero
bien que me besó, ¿no?
Mark
estaba a nada de perder la paciencia.
-Su
esposa es linda, ¿por qué terminó con ella? – Donghyuck había tomado la foto
que estaba sobre el escritorio de Mark. Era la de su boda.
El
mayor le arrebató el portarretratos.
-No
hay necesidad de ser violento – exclamó Donghyuck, ofendido.
El
silencio reinó en el lugar. Mark luchaba mentalmente consigo mismo; estar
encerrado con Donghyuck no le estaba ayudando en nada. Su sanidad estaba a
punto de irse al demonio.
-Si
no hay reporte— - Donghyuck se puso de pie, Mark le detuvo.
El
menor le miró fijamente, Mark lo jaló hacia su cuerpo y lo besó; se separó
escasos centímetros del rostro de Donghyuck para ver su reacción. El moreno
estaba sonriente y sonrojado.
-No
sabe cuánto esperé por esto.
Continuará…
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