CapÃtulo 21
Después de tanto tiempo…
Después de tanto tiempo…
[Un
año y medio después]
En un abrir y cerrar de ojos Taeyong estaba a
sólo un semestre de graduarse. Las cosas con Doyoung habÃan mejorado y Lucas
cada vez estaba más grande; trataba de visitarlos cada fin de semana, pero a
veces tanto trabajo no se lo permitÃa y Doyoung preferÃa que se quedara a
descansar que arriesgarse a viajar.
-Doyoung – habló la abuelita de Taeyong, la
cual sostenÃa Lucas en una mano; el pequeño ya habÃa comenzado a dar sus
primeros pasos.
-DÃgame – respondió el aludido mientras
terminaba de abrocharse el uniforme del supermercado en el que unos meses atrás
empezó a trabajar.
-¿Puedes traer harina y huevos? Quiero
prepararle unas galletas a Lucas.
-Claro, no hay problema – respondió sonriente.
Luego de despedirse de la señora y de su hijo,
Doyoung partió al supermercado; la paga no era la mejor, pero ayudaba un poco
con los gastos del niño, además, su tÃa le mandaba algo de dinero a pesar de
que muchas veces le dijo que no lo hiciera.
-Cómo quisiera seguir estudiando – suspiró para
sà mismo mientras checaba su entrada -Pero Lucas me necesita – agregó.
Taeyong deberÃa llegar en un par de horas, asÃ
que Doyoung aprovecharÃa la hora de ir a comer para recibirlo; aquello se habÃa
vuelto un hábito entre ambos.
-¿Vendrá hoy? – preguntó una compañera suya.
-Sà – respondió Doyoung.
-Con razón estás tan feliz.
-No exageres – bufó sonrojado.
-Buenas tardes.
Doyoung dio un pequeño brinco cuando escuchó la
voz de Taeyong.
-Hola, Taeyong – saludó la compañera de
Doyoung.
-Hola – respondió el otro.
Doyoung y Taeyong, como de costumbre, fueron a
comer algo al restaurante que estaba a la vuelta del supermercado.
-¿Pasaste a la casa? – preguntó Doyoung.
-SÃ. No puedo creer lo mucho que ha crecido
Lucas – suspiró.
-Ni yo – dijo Doyoung -¿Has pensado en la
oferta de mi tÃa?
Taeyong dejó sus palillos a un lado.
-No quiero abusar de su confianza. Nos ha dado
demasiado, incluso remodeló la casa – contestó con tristeza.
-Oh vamos, mi tÃa tiene demasiado dinero.
-P-pero—
-Sólo nos ayudará económicamente hasta que
podamos estabilizarnos- explicó entrelazando una mano con la de Taeyong.
Taeyong suspiró.
-Está bien – murmuró.
-Cambiando de tema – Doyoung hizo una pausa
-¿Ya decidiste qué especialidad vas a hacer?
-CirugÃa plástica.
Doyoung comenzó a reÃr escandalosamente.
-¿Es en serio? Pensé que te quedarÃas en
ginecologÃa.
-No – bufó.
-Te convertiste en lo que juraste destruir –
bromeó.
Taeyong rodó los ojos.
-Convertiré, aún me faltan muchos años.
-¿Sigues con la idea de presentar para una beca
en Canadá?
-SÃ.
-¿Y si te aceptan? ¿Qué será de nosotros?
Taeyong notó lo nervioso que Doyoung se habÃa
puesto.
-No te preocupes antes de tiempo – acarició la
mejilla del menor. PresentarÃa los exámenes de admisión en menos de un mes y
todo aquello le tenÃa demasiado tenso, lo único que le tranquilizaba era su
familia -Lo que vaya a pasar, espero que sea para bien – agregó.
💥
[Horas
después]
El turno de Doyoung acababa de terminar.
-Hey, Doyoung, mira quién vino por ti – dijo su
compañera.
Doyoung giró la cabeza y vio a Lucas en los
brazos de la joven.
-Hola – corrió a abrazar a su hijo -¿Vino papá?
– preguntó. El pequeño asintió repetidas veces.
-¿Entiende lo que dices? – preguntó la chica.
-Claro que sÃ, es muy inteligente – respondió
Doyoung con orgullo.
Taeyong le esperaba en el auto. Doyoung recogió
sus cosas y se despidió de su compañera.
-Dile adiós – le pidió a Lucas, el pequeño
movió la mano de un lado a otro para despedirse de la muchacha.
-Adiós – respondió la joven.
-¡Ayós! – dijo Lucas.
Doyoung salió de la tienda e ingresó al auto.
-¿A dónde vamos? – preguntó a Taeyong.
-A comprar la cena.
-¿Ah? – exclamó el menor; el pueblo era muy
pequeño como para andar en auto, pero Taeyong lo conocÃa mejor que él, asà que
podÃa objetar nada.
-SÃ, una amiga de mi abuelita reabrió su
restaurante. Tienes que probar la comida, está deliciosa.
-¿Comeremos ahÃ?
-No, en la casa.
Doyoung asintió, debÃa aprovechar los momentos
que tenÃa con el mayor, puesto que sólo lo veÃa los fines de semana.
💥
-TenÃas razón, todo estuvo para chuparse los
dedos – exclamó Doyoung, luego de terminar su comida.
-SÃ, mi amiga es especialista en platillos
tradicionales – dijo la abuelita de Taeyong.
Mientras Doyoung y la señora recogÃan la mesa y
lavaban los platos, Taeyong bañaba a Lucas.
-Abue – llamó Taeyong.
-Dime.
-Lucas se quedó dormido en tu cama.
-¿Qué? ¿Por qué ahÃ? – preguntó la mujer.
-Se metió a tu baño y no quiso salir de ahÃ,
asà que no tuve de otra más que bañarme con él, luego de que terminé de
vestirlo, se acostó en tu cama y quedó dormido al instante.
-Bueno, entonces dormiré con él.
-¿No le molesta? – preguntó Doyoung.
-Claro que no, es mi nieto – respondió la
señora con una sonrisa -Bueno, he terminado aquÃ. Que descansen.
-Buenas noches – respondieron ambos en unÃsono.
-DeberÃan pasar más tiempo juntos… solos – dijo
con picardÃa para después ingresar a su habitación.
Taeyong y Doyoung se miraron; aquello habÃa
hecho demasiado incómodo el ambiente.
-T-tiene razón – murmuró Taeyong rascándose la
nuca.
-¿Qué?
-No hemos estado juntos desde… pues ya no
recuerdo.
Doyoung le miró con el ceño fruncido.
-P-pero si no quieres, está bien – agregó
Taeyong.
-Me daré un baño, más vale que NO me sigas,
¿entendido?
Taeyong asintió. Su abuelita estaba en lo
cierto, las únicas “citas” que habÃan tenido eran cuando comÃan juntos en el
trabajo de Doyoung y no habÃan tenido relaciones desde el nacimiento del
pequeño Lucas; sólo se habÃan besado en un par de ocasiones y nada más. El
mayor se las habÃa tenido que arreglar con revistas y su imaginación.
-¿En qué piensas? – la voz de Doyoung le sacó
de sus pensamientos.
-Nada en especial – respondió.
Doyoung terminó de aplicarse sus productos para
el cuidado de la piel y se metió a la cama junto con Taeyong.
-Buenas noches – dijo al mayor.
-Buenas noches – murmuró Taeyong, apagando la
lámpara que estaba sobre el buró. No tenÃa ganas de dormir, tenÃa ganas de algo más.
Intentó infinidad de posturas para conciliar el
sueño, pero todas habÃan sido inútiles.
-¿Quieres dejar de moverte? – bufó Doyoung,
Taeyong mandó todo al demonio, volteó al menor,
quien siempre le daba la espalda a la hora de dormir, y se colocó sobre su
cuerpo.
-¿Qué haces? – reclamó Doyoung, encendiendo la
lámpara.
-No lo hemos hecho en más de un año.
-¿Y?
-¿Cómo que “y”? ¿Qué no has tenido ganas en
todo este tiempo?
-Claro que sÃ, pero no quiero volver a
embarazarme.
Taeyong rodó los ojos y suspiró para después
quitarse de encima y acostarse junto al menor.
-Hay muchas maneras de cuidarnos, ¿sabes?
-Lo sé – bufó Doyoung.
-B-bueno pues… cuando te sientas listo hacemos…
algo – dijo, derrotado.
Doyoung se quedó en silencio por casi 10
minutos, Taeyong supuso que ya se habÃa dormido.
-¿Y tú qué haces cuando… ya sabes? - preguntó Doyoung, repentinamente.
-Uso las manos – respondió.
-¿Y en qué piensas? – preguntó, volteando su
cuerpo hacia el mayor.
-En ti – contestó, sin dejar de mirar hacia el
techo, la cercanÃa de Doyoung le estaba matando.
-¿Ah sÃ? ¿Haciendo qué? – Doyoung deslizó una
mano por debajo de la sábana, acariciando el vientre de Taeyong, el cual giró
la cabeza para mirarlo incrédulo.
-Todo – respondió con dificultad.
Doyoung sonrió y se puso sobre el cuerpo de
Taeyong, el cual le jaló de la camisa y le besó con pasión. La ropa comenzó a
estorbar apenas sus labios chocaron. Taeyong recorrÃa la espalda del menor con
una mano, mientras que con la otra lo sostenÃa de la nuca, para profundizar más
los besos.
-Espera – pidió el mayor, separándose con
dificultad de Doyoung.
-¿Qué?
-No tengo condones.
Doyoung rodó los ojos.
-Sólo… no termines dentro – bufó y volvió a
besarlo.
Taeyong intercambió las posiciones, dejándolo
debajo de su cuerpo. Mojó dos dedos y los introdujo rápidamente en Doyoung.
-Más te vale ser cuidadoso – advirtió el menor.
Taeyong asintió; abrió un poco más las piernas
de Doyoung y dirigió su miembro hacia la entrada de éste. Luego de que Doyoung
estuviera cómodo con la intromisión, el vaivén de sus caderas comenzó.
Doyoung mordÃa el cuello de Taeyong, mientras
que éste se dedicaba a darle todo el placer que su cuerpo le permitÃa. Su
objetivo era que Doyoung gimiera su nombre. Nuevamente cambió las posiciones,
poniendo al menor en cuatro.
-Ah… más, Taeyong… - pidió Doyoung, haciendo
que el aludido aumentara el ritmo de sus embestidas.
-Doyoung – llamó al otro para besarlo con
lujuria.
El menor cortó el beso y apretó las sábanas
debajo de él.
-V-voy a terminar – anunció.
Taeyong se encontraba en las mismas, pero
necesitaba salirse para evitar “accidentes”.
-Salte – pidió Doyoung, el mayor obedeció;
bombeó su miembro unas veces más para terminar en la espalda del otro.
-Lo siento – murmuró tras acabar el acto.
Doyoung se volteó y lo atrajo hacia su cuerpo
para besarlo una vez más.
-Espero que el próximo fin de semana sà traigas
condones – sonrió, luego salió de la cama y se dirigió al baño, dejando a
Taeyong sonriendo como idiota.
Continuará…