Capítulo 3: Egoísta
Las manos de
Taeyong descendieron al botón del pantalón de Doyoung, buscando desabrocharlo.
-Espera –
indicó el otro -Toma, no quiero accidentes – dijo tras revisar su bolsillo
trasero y sacar su contenido.
-¿Un condón?
Dime que no viniste con intenciones de hacerle algo a mi hermano – advirtió
Taeyong.
El omega negó
con la cabeza.
-En mi
condición, trato de cargar con uno por precaución.
Taeyong rodó
los ojos, tomó el condón, lo abrió con la boca y se lo colocó rápidamente.
-Mierda,
Doyoung – jadeó en su oído tras recargar al aludido en la pared y subir sus
piernas, enredándolas en su cadera.
-¿Qué? –
cuestionó el otro.
Taeyong no
respondió, no quería abrumarlo más. Aquel chico le enloquecía en demasía, no
sólo por sus feromonas, sino por todo lo que él era, su cuerpo, su voz… tenerlo
ahí, sólo para él, tocarlo, besarlo.
-T-Taeyong –
aquel gemido le sacó de sus pensamientos.
El aludido
miró al omega, el cual le había tomado del rostro en busca de sus labios, los
cuales no le negó, sumiéndose en un intenso beso que les dejó sin aire.
Taeyong
golpeaba con fuerza el interior del otro a la vez que le gemía al oído. Sintió
un escalofrío recorrer su espalda, indicándole que estaba por terminar.
Tras acabar con
aquel momento, Taeyong recargó la cabeza en el pecho de Doyoung por algunos
segundos, luego subió a sus labios, besándolos con suavidad, sorprendiendo al
omega.
-¿Por cuánto
tiempo piensas utilizar esto para mantenerme lejos de tu hermano? – cuestionó
Doyoung mientras se abrochaba el pantalón.
-No lo sé –
respondió Taeyong. Aún estaba confundido por aquel impulsivo acto.
-¿Por qué no
quieres que me acerque a él?
-No quiero que
le hagas daño.
-¿Por qué le
haría daño a mi destino?
-¡Que no es tu
destino!
Doyoung dio un
pequeño brinco ante la inesperada reacción del otro.
-Vete ya –
pidió Taeyong, abriendo la puerta de la bodega.
Doyoung se
limitó a caminar hacia la puerta principal.
-Espera – dijo
Taeyong.
-¿Qué?
-¿Dónde quedó
la camisa de Jaehyun? – cuestionó, pensando que Doyoung la había robado.
Doyoung rodó
los ojos y señaló hacia el suelo.
-No sé en qué
momento la solté – respondió sin mucha importancia.
Taeyong quedó
estático, tratando de encontrarle sentido a aquello, ¿no se suponía que Doyoung
se excitaba por culpa de Jaehyun?
-¿Taeyong? –
llamó Doyoung tras ver ausente al beta.
El aludido
salió de su ensimismamiento y abrió la puerta principal para que Doyoung
saliera, una vez que lo hizo, cerró la puerta y se recargó en ella, lanzando un
largo suspiro. Aún podía sentir el aroma en Doyoung impregnado en todo su ser,
aquella dulzura se estaba convirtiendo en su adicción, pero si no hacía algo,
también podría ser su perdición.
-Estoy seguro
de ser un beta, ¿o será que…?
ʚ♡ɞ
Días después…
Taeyong no
quería aceptarlo, pero estaba preocupado; Doyoung había sido llamado por la
dirección y no había regresado. Por alguna extraña razón había desarrollado un
deseo intenso de querer tenerlo cerca y estar al pendiente de él. No habían
vuelto a tener sexo ya que los exámenes semestrales llegaron y necesitaba estar
enfocado en ellos, así que no se explicaba cómo su cuerpo se había hecho tan
dependiente del de Doyoung.
-¿Puedo ir al
baño? – preguntó al profesor, el cual dijo que sí.
Rápidamente
corrió hacia la dirección, pero no lo vio ahí, así que fue hacia la sala de
maestros, corriendo con la misma suerte.
-¿Dónde está?
El aroma de
las feromonas de Doyoung se comenzó a hacer más fuerte a medida que se dirigía
hacia el laboratorio; aquello no era una buena señal. Acechó por una de las
ventanas de la puerta para ver lo que estaba pasando: Doyoung estaba teniendo
relaciones con un chico de semestres avanzados.
-Mierda –
exclamó para sí mismo, alejándose de ahí hecho una fiera. Pateó con fuerza una
lata de gaseosa vacía que encontró en su camino, causando un fuerte ruido,
esperando a que la pareja del
laboratorio lo escuchara.
Cerca de 10
minutos después, Doyoung regresó al salón como si nada hubiera pasado, pero
Taeyong no era tonto, su ropa estaba mal arreglada y tenía aquel brillo “after
sex” que le enloquecía.
-¿Por qué
tardaste tanto? – cuestionó uno de los amigos de Doyoung.
-Estaba
cogiéndome a un omega – respondió el aludido.
-¿El de las
feromonas dulces? – preguntó una chica.
-¿Ah?
-Sí, hueles
igual a como olía Taeyong el otro día – agregó un chico -¿Quién es? Yo también
quiero cogérmelo.
Doyoung miró a
Taeyong, el cual retiró la mirada; seguía furioso, aunque a la vez estaba alerta
de que ninguno de aquellos chicos se diera cuenta de quién era el poseedor de
aquellas dulces feromonas. Necesitaba protegerlo.
ʚ♡ɞ
La hora de la
salida había llegado, Taeyong esperaba al omega disfrazado de alfa en la puerta
principal de la institución.
-Doyoung – le
tomó del brazo.
-Taeyong, ¿qué
quieres? – bufó el aludido.
-Acompáñame.
-No, no voy a
tener sexo contigo. Me dejas sintiendo raro y—
-Pero sí con
otros, ¿no? – reclamó -¿Qué no te das cuenta de lo riesgoso que es?
-¿Crees que si
no lo supiera lo estaría haciendo? No eres el único que sabe qué soy.
Taeyong le
miró perplejo.
-¿Cuántos más
lo saben? – ejerció fuerza en su agarre.
-No es asunto
tuyo.
-Lo es porque
estoy tan metido en esto como ellos.
-Sólo tuvimos
sexo un par de veces – se soltó bruscamente -No eres especial, beta.
Taeyong
permaneció en silencio.
-Tu hermanito
es el especial.
Aquellas
palabras enfurecieron a Taeyong. Estaba cansado de las constantes
comparaciones, no sólo de su familia, sino también de la sociedad, ya que el
menor había resultado alfa y el mayor un simple beta.
-Llévame con
él por las buenas – amenazó Doyoung.
El momento fue
interrumpido por un claxon bastante conocido por Taeyong.
-Jaehyun –
saludó Taeyong apenas la camioneta de su madre se detuvo frente a ellos.
-Hey, ¿qué
hace él aquí? – cuestionó el aludido.
-¿Pasa algo? –
preguntó la madre de ambos.
-No – dijo
Taeyong.
-¿Cómo que no,
pero si él— - el menor calló sus palabras cuando notó el firme agarre de su
hermano en la cintura del otro.
-Má, Doyoung se
siente mal. Me quedaré con él – explicó Taeyong.
-¿O sea que
vine hasta acá en vano? – reclamó la señora.
-¿Puedo irme
con ustedes? – preguntó Doyoung, sorprendiendo a Jaehyun y a su madre y
enfureciendo a Taeyong.
-Perdón, má.
Vámonos, Doyoung – indicó el beta para después huir de ahí, llevándose a punta
de jaloneos al omega, dejando a su madre a su hermano completamente
confundidos.
-¿Qué fue eso?
– exclamó la señora.
-Má – llamó
Jaehyun.
-Dime.
-¿Hay alguna
posibilidad de que un beta se convierta en alfa?
La señora
abrió los ojos con sorpresa; volteó levemente su cuerpo y miró a su hijo menor.
ʚ♡ɞ
El último
cubículo del baño era testigo de aquel peligroso juego entre el beta y el
omega.
-¿Por qué no
me dejas en paz? – cuestionó entre jadeos Doyoung.
-¿No es obvio?
– respondió Taeyong mientras arremetía con fuerza contra el cuerpo del otro.
-Ah… no me
digas que—
-Me gustas –
sin darle tiempo a protestar, lo besó intensamente -Y no pienso compartirte con
nadie – dicho esto, giró el cuerpo del omega, presionando su pecho contra la
fría loza del baño.
El beta sabía
que lo iba a hacer estaba mal, que ponía mucho en riesgo, pero no quería
perderlo ni compartirlo con nadie; así que, con suaves besos, acarició la nuca
del otro, quien se encontraba con los ojos cerrados, perdido en placer. Taeyong
aprovechó dicha distracción y sin más abrió la boca y clavó sus dientes en
aquella blanca y tersa piel.
La repentina acción
había llegado en el momento clímax de aquel acto, haciendo que ambos acabaran
al mismo tiempo.
-¿Q-qué
hiciste? – cuestionó Doyoung mientras se tocaba la parte afectada -¡¿Me
mordiste?!
La razón había
regresado a Taeyong, el cual le miró asustado al mismo tiempo que se limpiaba los
restos de sangre de la boca.
No había
vuelta atrás. El vínculo estaba hecho.
Continuará…
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