1 de junio de 2021

Call U Mine - Capítulo 3

 

Capítulo 3: Egoísta

 

Las manos de Taeyong descendieron al botón del pantalón de Doyoung, buscando desabrocharlo.

-Espera – indicó el otro -Toma, no quiero accidentes – dijo tras revisar su bolsillo trasero y sacar su contenido.

-¿Un condón? Dime que no viniste con intenciones de hacerle algo a mi hermano – advirtió Taeyong.

El omega negó con la cabeza.

-En mi condición, trato de cargar con uno por precaución.

Taeyong rodó los ojos, tomó el condón, lo abrió con la boca y se lo colocó rápidamente.

-Mierda, Doyoung – jadeó en su oído tras recargar al aludido en la pared y subir sus piernas, enredándolas en su cadera.

-¿Qué? – cuestionó el otro.

Taeyong no respondió, no quería abrumarlo más. Aquel chico le enloquecía en demasía, no sólo por sus feromonas, sino por todo lo que él era, su cuerpo, su voz… tenerlo ahí, sólo para él, tocarlo, besarlo.

-T-Taeyong – aquel gemido le sacó de sus pensamientos.

El aludido miró al omega, el cual le había tomado del rostro en busca de sus labios, los cuales no le negó, sumiéndose en un intenso beso que les dejó sin aire.

Taeyong golpeaba con fuerza el interior del otro a la vez que le gemía al oído. Sintió un escalofrío recorrer su espalda, indicándole que estaba por terminar.

Tras acabar con aquel momento, Taeyong recargó la cabeza en el pecho de Doyoung por algunos segundos, luego subió a sus labios, besándolos con suavidad, sorprendiendo al omega.

-¿Por cuánto tiempo piensas utilizar esto para mantenerme lejos de tu hermano? – cuestionó Doyoung mientras se abrochaba el pantalón.

-No lo sé – respondió Taeyong. Aún estaba confundido por aquel impulsivo acto.

-¿Por qué no quieres que me acerque a él?

-No quiero que le hagas daño.

-¿Por qué le haría daño a mi destino?

-¡Que no es tu destino!

Doyoung dio un pequeño brinco ante la inesperada reacción del otro.

-Vete ya – pidió Taeyong, abriendo la puerta de la bodega.

Doyoung se limitó a caminar hacia la puerta principal.

-Espera – dijo Taeyong.

-¿Qué?

-¿Dónde quedó la camisa de Jaehyun? – cuestionó, pensando que Doyoung la había robado.

Doyoung rodó los ojos y señaló hacia el suelo.

-No sé en qué momento la solté – respondió sin mucha importancia.

Taeyong quedó estático, tratando de encontrarle sentido a aquello, ¿no se suponía que Doyoung se excitaba por culpa de Jaehyun?

-¿Taeyong? – llamó Doyoung tras ver ausente al beta.

El aludido salió de su ensimismamiento y abrió la puerta principal para que Doyoung saliera, una vez que lo hizo, cerró la puerta y se recargó en ella, lanzando un largo suspiro. Aún podía sentir el aroma en Doyoung impregnado en todo su ser, aquella dulzura se estaba convirtiendo en su adicción, pero si no hacía algo, también podría ser su perdición.

-Estoy seguro de ser un beta, ¿o será que…?

 

 

 

ʚɞ

 

 

 

Días después…

 

 

Taeyong no quería aceptarlo, pero estaba preocupado; Doyoung había sido llamado por la dirección y no había regresado. Por alguna extraña razón había desarrollado un deseo intenso de querer tenerlo cerca y estar al pendiente de él. No habían vuelto a tener sexo ya que los exámenes semestrales llegaron y necesitaba estar enfocado en ellos, así que no se explicaba cómo su cuerpo se había hecho tan dependiente del de Doyoung.

-¿Puedo ir al baño? – preguntó al profesor, el cual dijo que sí.

Rápidamente corrió hacia la dirección, pero no lo vio ahí, así que fue hacia la sala de maestros, corriendo con la misma suerte.

-¿Dónde está?

El aroma de las feromonas de Doyoung se comenzó a hacer más fuerte a medida que se dirigía hacia el laboratorio; aquello no era una buena señal. Acechó por una de las ventanas de la puerta para ver lo que estaba pasando: Doyoung estaba teniendo relaciones con un chico de semestres avanzados.

-Mierda – exclamó para sí mismo, alejándose de ahí hecho una fiera. Pateó con fuerza una lata de gaseosa vacía que encontró en su camino, causando un fuerte ruido, esperando a que la pareja del laboratorio lo escuchara.

Cerca de 10 minutos después, Doyoung regresó al salón como si nada hubiera pasado, pero Taeyong no era tonto, su ropa estaba mal arreglada y tenía aquel brillo “after sex” que le enloquecía.

-¿Por qué tardaste tanto? – cuestionó uno de los amigos de Doyoung.

-Estaba cogiéndome a un omega – respondió el aludido.

-¿El de las feromonas dulces? – preguntó una chica.

-¿Ah?

-Sí, hueles igual a como olía Taeyong el otro día – agregó un chico -¿Quién es? Yo también quiero cogérmelo.

Doyoung miró a Taeyong, el cual retiró la mirada; seguía furioso, aunque a la vez estaba alerta de que ninguno de aquellos chicos se diera cuenta de quién era el poseedor de aquellas dulces feromonas. Necesitaba protegerlo.

 

 

 

ʚɞ

 

 

 

La hora de la salida había llegado, Taeyong esperaba al omega disfrazado de alfa en la puerta principal de la institución.

-Doyoung – le tomó del brazo.

-Taeyong, ¿qué quieres? – bufó el aludido.

-Acompáñame.

-No, no voy a tener sexo contigo. Me dejas sintiendo raro y—

-Pero sí con otros, ¿no? – reclamó -¿Qué no te das cuenta de lo riesgoso que es?

-¿Crees que si no lo supiera lo estaría haciendo? No eres el único que sabe qué soy.

Taeyong le miró perplejo.

-¿Cuántos más lo saben? – ejerció fuerza en su agarre.

-No es asunto tuyo.

-Lo es porque estoy tan metido en esto como ellos.

-Sólo tuvimos sexo un par de veces – se soltó bruscamente -No eres especial, beta.

Taeyong permaneció en silencio.

-Tu hermanito es el especial.

Aquellas palabras enfurecieron a Taeyong. Estaba cansado de las constantes comparaciones, no sólo de su familia, sino también de la sociedad, ya que el menor había resultado alfa y el mayor un simple beta.

-Llévame con él por las buenas – amenazó Doyoung.

El momento fue interrumpido por un claxon bastante conocido por Taeyong.

-Jaehyun – saludó Taeyong apenas la camioneta de su madre se detuvo frente a ellos.

-Hey, ¿qué hace él aquí? – cuestionó el aludido.

-¿Pasa algo? – preguntó la madre de ambos.

-No – dijo Taeyong.

-¿Cómo que no, pero si él— - el menor calló sus palabras cuando notó el firme agarre de su hermano en la cintura del otro.

-Má, Doyoung se siente mal. Me quedaré con él – explicó Taeyong.

-¿O sea que vine hasta acá en vano? – reclamó la señora.

-¿Puedo irme con ustedes? – preguntó Doyoung, sorprendiendo a Jaehyun y a su madre y enfureciendo a Taeyong.

-Perdón, má. Vámonos, Doyoung – indicó el beta para después huir de ahí, llevándose a punta de jaloneos al omega, dejando a su madre a su hermano completamente confundidos.

-¿Qué fue eso? – exclamó la señora.

-Má – llamó Jaehyun.

-Dime.

-¿Hay alguna posibilidad de que un beta se convierta en alfa?

La señora abrió los ojos con sorpresa; volteó levemente su cuerpo y miró a su hijo menor.

 

 

 

 

ʚɞ

 

 

 

El último cubículo del baño era testigo de aquel peligroso juego entre el beta y el omega.

-¿Por qué no me dejas en paz? – cuestionó entre jadeos Doyoung.

-¿No es obvio? – respondió Taeyong mientras arremetía con fuerza contra el cuerpo del otro.

-Ah… no me digas que—

-Me gustas – sin darle tiempo a protestar, lo besó intensamente -Y no pienso compartirte con nadie – dicho esto, giró el cuerpo del omega, presionando su pecho contra la fría loza del baño.

El beta sabía que lo iba a hacer estaba mal, que ponía mucho en riesgo, pero no quería perderlo ni compartirlo con nadie; así que, con suaves besos, acarició la nuca del otro, quien se encontraba con los ojos cerrados, perdido en placer. Taeyong aprovechó dicha distracción y sin más abrió la boca y clavó sus dientes en aquella blanca y tersa piel.

La repentina acción había llegado en el momento clímax de aquel acto, haciendo que ambos acabaran al mismo tiempo.

-¿Q-qué hiciste? – cuestionó Doyoung mientras se tocaba la parte afectada -¡¿Me mordiste?!

La razón había regresado a Taeyong, el cual le miró asustado al mismo tiempo que se limpiaba los restos de sangre de la boca.

No había vuelta atrás. El vínculo estaba hecho.

 

 

Continuará…

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