23 de octubre de 2022

Rock Me - Capítulo 12

 

Capítulo 12:
Manipulador

 

-¿Y bien? ¿Puedo pasar la noche aquí? – insistió Mark tras ver que Donghyuck no salía de su ensimismamiento.

El aludido parpadeó un par de veces.

-Y-yo—

-Ok, iré con mi chico de Grindr – bufó, dándose la media vuelta.

Mark no había dado ni dos pasos para alejarse de Donghyuck cuando sintió que éste le tomó del brazo, deteniéndolo. Sonrió enormemente, pero rápidamente se recompuso y regresó a su expresión de fastidio.

-¿Sigues viéndolo? – cuestionó Donghyuck cabizbajo; su voz notaba preocupación.

-¿Y tú? ¿Sigues viendo al del otro día?

Donghyuck negó con la cabeza.

-Prometí no acostarme con nadie más, sólo tú – agregó.

Mark sintió su entrepierna despertar con aquellas palabras, pero ahora no era momento para pensar en sexo; necesitaba un lugar en donde dormir, estaba exhausto.

-Buen chico – felicitó Mark a la vez que le palmeó la cabeza y despeinó un poco el cabello.

Aquel acto provocó un incómodo silencio entre ambos.

Donghyuck sintió su pulso acelerarse cuando vio algo que jamás imaginó ver: Mark sonriendo genuinamente.

-¿Qué pasa? – cuestionó Mark tras ver la mirada ausente de Donghyuck.

-S-sí puedes quedarte, pero… mi hermano—

-¿Está?

Donghyuck negó con la cabeza.

-Sólo será esta noche, mañana renovaré mi contrato – sin pedir permiso, dio unos pasos hacia adelante, dejando a Donghyuck sin otra opción más que permitirle pasar.

-¿Te desalojaron?

-¿No escuchaste todo el alboroto? – respondió Mark, dejando su bajo y su mochila en el sofá de la sala.

-Algo… tenía los audífonos, así que pensé que era el ruido usual.

-Pues no, esa maldita mujer secuestró mis cosas y si no renuevo el contrato, no podré recuperarlas – explicó mientras encendía un cigarrillo y se sentaba en el sofá.

-Am… - Donghyuck bajó la cabeza y comenzó a jugar con las mangas de su suéter -Puedes dormir en mi habitación, si quieres.

Mark sonrió juguetonamente, cruzando las piernas a la vez que soltaba el humo acumulado en su boca.

-¿Seguro? – preguntó, levantando una ceja.

Donghyuck asintió con la cabeza.

-Bien – contestó con simpleza Mark. Se puso de pie, tomó sus cosas y caminó hacia la habitación de Donghyuck -Mierda, necesito darme un baño – exclamó para sí mismo, quitándose la chamarra negra de cuero y la camisa blanca que traía debajo.

Donghyuck apartó la mirada, algo que Mark notó, obviamente.

-Hey, no es como si fuera la primera vez que me ves desnudo – murmuró mientras se retiraba el cinturón.

Donghyuck tragó fuerte ante aquel comentario.

-Pero lamento informarte que hoy no pasará nada, no estoy de humor – agregó, para después salir de la habitación e ingresa al baño.

El moreno suspiró y relajó su cuerpo apenas Mark estuvo lejos de él. Trató de distraerse recogiendo la ropa que el chico malo había dejado regada en el suelo; la metió en una bolsa de papel que encontró en la cocina y la depositó a un lado de la silla donde había acomodado las pertenencias de su vecino.

-¡Donghyuck, préstame una toalla! – escuchó que Mark gritó desde el baño.

El aludido rodó los ojos y fue por una a la habitación de su hermano.

-Aquí es—tá – su cuerpo volvió a tensarse apenas vio a Mark debajo de la regadera.

-No insistas, Donghyuck.

-Y-yo… perdón – prácticamente salió huyendo del baño.

 

 



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-¿Tienes algo para cenar?

Donghyuck rápidamente soltó su lápiz apenas escuchó cómo Mark abría el refrigerador. Sus tareas tendrían que esperar un poco más.

-No, últimamente sólo compro comida para mí.

-¿Alguna sopa instantánea? – preguntó Mark mientras revisaba los cajones de la alacena.

Donghyuck no podía negar que aquello le molestaba, no, le enfurecía; nunca le había gustado ese tipo de gente, la cual toca las pertenencias de los demás sin permiso, sobre todo si se trataba de comida.

-¿Te importa si— por qué esa cara de pocos amigos? – cuestionó Mark apenas miró a Donghyuck -No seas egoísta.

-Pero esa sopa es mi—sabes qué, olvídalo – suspiró con cansancio, regresando a su habitación.

Cerca de 10 minutos después, Mark también entró; el olor de aquel ramen instantáneo inundó las fosas nasales de Donghyuck, distrayéndolo de sus deberes.

-¿Qué haces, nerd?

-Tarea – respondió Donghyuck, quien estaba en su escritorio.

-Ugh, qué aburrido – exclamó Mark, sentándose en la cama -Veo que acomodaste mis cosas, qué bien.

-Un “gracias” no estaría mal – murmuró Donghyuck para sí mismo, pero por desgracia, Mark lo escuchó.

-¿Qué dijiste?

Donghyuck se alarmó apenas vio cómo Mark depositó el tazón de ramen y se levantó de la cama.

-No te pongas de exigente, eh – advirtió el chico malo.

Donghyuck mordió su labio inferior. Había tantas cosas que quería decirle, pero tenía… miedo.

-Es mi casa, Mark y—

El chico malo giró con violencia la silla de Donghyuck, para después jalarlo con fuerza y sentarlo en aquel pequeño escritorio.

-Con que muy mandón, ¿no?

Donghyuck cerró los ojos apenas sintió el aliento de Mark estrellarse contra su rostro.

-Ahn… - jadeó Donghyuck cuando sintió cómo el chico malo mordía su cuello.

Mark soltó una risilla, para después lamer su oreja derecha.

-Cógeme, Mark. Ya no puedo más – Donghyuck suplicó con desesperación.

El aludido sonrió y se alejó del cuerpo del moreno.

-No, te dije que no pasaría nada hoy – respondió y sin más regresó a la cama, tomó el tazón de ramen y continuó comiendo.

Donghyuck sintió cómo su rostro ardía de la vergüenza. Se bajó del escritorio y trató de continuar con sus deberes, pero no lograba concentrarse.

-Hey, ¿cuál es tu contraseña del internet?

El moreno mordió su labio inferior; una idea cruzó por su mente.

-Te la daré, pero con una condición.

-¿Ah? Oh— ya sé cuál.

Donghyuck se levantó de la silla giratoria y caminó hacia la cama.

-¿Aceptas?

Mark sonrió con malicia.

-Sí que eres insistente – exclamó el chico malo -Bien, acepto.

El rostro de Donghyuck se iluminó con aquellas palabras. Corrió hacia el mueble donde guardaba su ropa y rebuscó entre los cajones algo que recién había adquirido.

-Vaya… - exclamó Mark cuando reconoció lo que Donghyuck tenía en las manos -Nunca los he usado – agregó, sonriendo ampliamente.

Donghyuck sostenía un par de fundas anales*, no las había usado, sólo limpiado y vuelto a guardar, esperando el momento adecuado para proponérselo a Mark; sí, sólo a él.

-¿Con cuál quieres comenzar? – cuestionó Mark, tomando las fundas de las manos del otro para analizarlas más de cerca.

Donghyuck sintió su pulso acelerarse, aquello le excitaba demasiado. Se acercó al oído de Mark y susurró:

-La que tú quieras.

Una corriente de electricidad recorrió de pies a cabeza el cuerpo de Mark, girándose levemente para mirar a Donghyuck. Sin pensarlo mucho, rodeó su cintura con el brazo izquierdo, acercándolo a su cuerpo, mientras que con el otro lo tomó de la nuca y lo besó con hambre, dirigiéndolo hacia la cama.

Apenas Donghyuck sintió el colchón chocar contra su espalda, abrió las piernas para recibir a Mark entre ellas, presionándolo contra su cuerpo, especialmente su entrepierna, demostrándole cuán hambriento estaba de él.

Mark no podía parar de devorar aquella boca, que poco a poco mejoraba su manera de besar.

La ropa rápidamente cayó al suelo.

Mark estaba a punto de verter el lubricante que Donghyuck le había entregado, cuando se escuchó que alguien abría y cerraba la puerta del departamento.

-¿Qué—

-¡Mi hermano! – exclamó Donghyuck, prácticamente empujando a Mark para quitárselo de encima.

-¿No que no vendría hoy? – cuestionó Mark, quien seguía confundido.

-A veces viene a dormir, pero nunca avisa – respondió Donghyuck, colocándose rápidamente la ropa.

-¿Por qué la prisa? ¿No puedes saludarlo desde aquí o algo? Además, todas mis cosas están en tu habitación, no creo que sospeche.

-Ya sé, pero más vale prevenir.

-No sé por qué, pero creo que vas a cagarla. Se nota que no eres bueno mintiendo – agregó Mark, acomodándose en la cama.

-¿Podrás—ponerte algo de ropa?

-¿Por? ¿Te distraigo? – preguntó con hipocresía mientras que con su mano derecha sacudía su miembro.

Donghyuck rodó los ojos, se giró hacia la puerta, suspiró y sin más salió de la habitación.

 

 

Continuará…

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