Capítulo 9:
Coping*
[Dos días después]
-¿Desde cuándo fumas? – cuestionó Jungwoo tras
escuchar lo que se amigo había pedido al muchacho detrás de la caja registradora
en la tienda de conveniencia.
-No es para
mí, ¿encontraste lo que te pedí? – respondió.
Jungwoo rodó
los ojos y asintió.
-Sí, aquí
están – depositó un paquete de seis latas de cerveza sobre el mostrador de la
caja.
-¿Sería todo?
– cuestionó el cajero.
-Sí –
contestó Donghyuck.
El moreno
tomó la bolsa con la compra y salió de la tienda de conveniencia en compañía de
su amigo.
-¿En qué
andas metido? – preguntó Jungwoo.
-No puedo
decirte, sólo… espérame aquí. Ya regreso – indicó e ingresó a su condominio.
Una vez que
estuvo frente a la puerta de Mark, al cual no había visto ni escuchado en
aquellos dos días, colgó la bolsa en el pomo de la puerta y se fue de ahí; se
encontraba en pleno cierre de semestre, por lo que le llovían exámenes y
proyectos, los últimos los prefería hacer en casa de Jungwoo para no desconcentrarse.
-Listo,
vámonos – indicó Donghyuck tras salir del condominio.
-¿Tiene algo
que ver con las marcas en tus muñecas y en tu cuello? – preguntó de la nada su
amigo.
El moreno le
miró asustado.
-Ok, no
preguntaré más – suspiró Jungwoo -Sólo cuídate mucho, ¿de acuerdo?
-No te
preocupes, todo es… - detuvo sus palabras tras notar que tenía toda la atención
de su amigo -…nada, olvídalo.
Jungwoo
asintió.
Cerca de 5
minutos después, llegó su Uber y sin más, partieron a la casa de Jungwoo.
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Mark se encontraba
subiendo las escaleras hacia su departamento en compañía sus amigos. Había
estado dos días escondido en casa de Renjun, esta vez para evitar a la Sr. Cho,
ya que la fecha para pagar la renta, había llegado y el chico malo, nuevamente,
no tenía dinero.
-¿Qué es
esto? – cuestionó Jaemin apenas llegaron al piso correspondiente.
En el pomo de
la puerta estaba colgada una bolsa.
-Vaya –
exclamó Mark, retirando la bolsa, para después revisar su contenido.
Una enorme
sonrisa se dibujó en el rostro del chico malo. Ahí estaba lo que había pedido,
incluso más.
-Interesante
– agregó; inconscientemente miró hacia la puerta de al lado.
Renjun
observó con detenimiento el extraño comportamiento
de su amigo. Su instinto rara vez se equivocaba.
-Bueno,
¿vamos a entrar o no? – comentó Jeno.
Mark salió de
su burbuja y abrió el departamento.
La razón de
aquella reunión era para planear la presentación que harían en un festival de
bandas; aquella oportunidad había llegado por parte del dueño del nuevo bar
donde tocaban. Al principio Mark se negó rotundamente, pues… le traía malos recuerdos; sin embargo, Renjun
logró convencerlo, además de que la paga era bastante buena, así que terminó
aceptando.
-Perfecto,
entonces nos turnaremos los ensayos entre la casa de Renjun y aquí.
-¿No crees
que se moleste tu vecino? – preguntó Jaemin; su tono insinuaba otra cosa.
-No importa –
contestó Mark.
-¿Cómo es que
lograste calmarlo, eh? – agregó Jeno.
-Quieres otro
golpe, ¿verdad? – advirtió Mark, levantando el puño derecho.
-Basta –
interrumpió Renjun -Ustedes dos, ¿tienen como irse?
-¿Por? ¿No se
suponía que tú nos llevarías? – respondió Jeno.
-No, tengo
algo que discutir con Mark.
-¿Entonces
para que nos preguntas? – bufó Jaemin -Pediré un Uber.
Cerca de 20
minutos después, Jaemin y Jeno, ya no se habían ido.
-Entonces…
¿qué es ese algo? – cuestionó Mark, abriendo la primera lata de cerveza del
paquete que había en la bolsa.
-¿Quién te
dejó la bolsa? – cuestionó Renjun.
-No sé – dio
otro sorbo a su bebida.
-Dime la
verdad.
El chico malo
suspiró con cansancio.
-Es quien
estás pensando – contestó, mirando fijamente a su amigo.
-Lo tienes
amenazado, ¿verdad?
-No.
-Claro que
sí. Él dijo que fue consensuado, pero—
Mark abrió
los ojos cuando escuchó aquella palabra.
-¿Eso fue lo
que dijo? – interrumpió al otro.
Renjun
parpadeó un par de veces, tratando de salir de su confusión.
-Bueno,
entonces… ¿cuál es el problema?
-El problema
es que estoy seguro de que abusaste de él. Te vi maltratar a los chicos cuando
pasó aquello con ese hombre, pero nunca pensé que serías capaz de hacer lo que
él intent—
Mark, quien
estaba sentado en el único sofá de la sala, se puso de pie intempestivamente.
-¡Basta! No
vuelvas a mencionar “eso”.
Renjun cayó
en cuenta de lo que acababa de decir.
-Lo siento,
pero—
-Basta,
Renjun. Vete.
-Mark, si
descubro que en verdad abusaste de ese chico, juro que voy a denunciarte.
El aludido
quedó estático, pero rápidamente se recompuso.
-No tienes
pruebas de lo que estás diciendo, es algo que te inventaste.
-¡Lo vi con
marcas en el cuerpo!
-¿Y qué?
-Mark—
-Si no dejas
por la paz ese tema, voy a cancelar nuestra presentación en el festival; sé lo
que emocionados que están por participar, así que sería una pena que por tu
culpa todo se fuera a la mierda, ¿no? -
advirtió -Una vez más, no soy gay y lo que pasó con ese chico fue un
desliz, consensuado, del que NADIE más debe saber.
Renjun
asintió.
-De acuerdo –
contestó cabizbajo.
Una vez que
Renjun se fue, Mark pateó el sofá de su sala. ¿Cómo se atrevía a amenazarle? Y
peor aún, recordarle aquel suceso…
“Pero nunca pensé que serías capaz de
hacer lo que él intentó…”
Renjun tenía
razón; había abusado de Donghyuck. Se había convertido en aquel asqueroso
sujeto.
Pero, ¿y lo
que pasó un par de días atrás? Donghyuck no opuso resistencia, incluso había
participado y pedido ser esposado.
¿Debía alejarse él?
¿Justo cuando acababa de encontrar
alguien que le diera tanto placer?
¿Todo por no querer aceptar que es
gay?
¿Era gay?
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Las semanas
transcurrieron, Mark había regresado al de antes; aquel chico malo sumido en el
alcohol, tabaco y drogas. Evitaba por todos los medios toparse con Donghyuck ya
que le culpaba por hacerlo cuestionarse su sexualidad.
El día del
festival había llegado, Mark, para variar, estaba alcoholizado y sus amigos
estaban en crisis ya que no sabían si podrían presentarse debido al estado de
su “líder”.
-¡Suéltenme!
No necesito su ayuda – gritó, alejando a Jeno y Renjun, quienes le estaba
ayudando a ponerse de pie luego que haberse caído en las escaleras que
conducían al pasillo rumbo al escenario.
-Mierda,
Mark, ¿qué rayos te pasa? ¿Por qué has estado así? – preguntó Jaemin.
-Qué demonios
te importa, ¿en dónde está mi bajo? – cuestionó el aludido.
-Yo lo tengo
– contestó Renjun -Esto va a ser un desastre – murmuró para sí mismo.
-¡Es culpa
tuya! – gritó Mark.
-¿Qué? ¿Culpa
de Renjun? – preguntó Jeno.
-Sí, todo es
su maldita culpa – se quejó Mark.
Apenas
llegaron al escenario, Renjun se acercó al organizador del evento.
-Pido
disculpas de antemano por el comportamiento de mi amigo. Está pasando por un
momento difícil y usa los excesos como escape – explicó al señor.
-Si daña
algún equipo o algo, se descontará de su paga – se limitó a decir el
organizador cuyo rostro reflejaba su molestia ante el comportamiento de Mark.
Si bien era
común toparse con bandas cuyos miembros estuvieran bajo los efectos de alguna
sustancia, pero muy pocas veces había tenido tantos problemas como con el líder
de “Knives & Roses”, quien ya llevaba varias cosas rotas y también había
amenazado a varias personas.
La culpa
comía por dentro a Renjun; jamás imaginó que aquella conversación con Mark
provocara dicho efecto en él.
¿Y si todo el tiempo dijo la verdad?
La
presentación finalizó, Mark se equivocó varias veces e incluso se le olvidó una
que otra parte de las dos canciones que presentaron; por suerte, Jeno era buena
improvisando y le ayudó tocando su parte, mientras que Jaemin hacía “tiempo”
con la batería y Renjun invitaba al público a “hacer ruido”.
-Tuvimos
suerte que al menos ganamos algo – suspiró Renjun tras haber repartido lo
correspondiente a cada miembro.
Todos se
encontraban camino al estacionamiento, en donde Renjun había estacionado su
van.
-$5 dólares
cada uno, ¡¿es una broma?! – reclamó Jaemin, quien rápidamente se acercó a
Mark, el cual se había quedado atrás pues se encontraba intentando encender un
cigarrillo. Le lanzó un puñetazo -¡Todo por tu culpa!
Mark cayó al
suelo tras recibir el impacto, estaba demasiado alcoholizado como para esquivar
o incluso responder a aquel acto.
Jeno ayudó a
su líder a ponerse de pie.
-Mark tiene
razón – comentó Renjun, llamando la atención de Jeno y Jaemin -Es mi culpa que
esté así.
-¿Por qué? –
cuestionó Jaemin.
Jeno arrastró
a Mark hacia la van; una vez que éste fue prácticamente lanzado a la parte de
atrás, donde guardaban su equipo, caminó hacia donde se encontraban sus dos
amigos.
Renjun esperó
a que Jeno estuviera con ellos para poder explicarse.
-¿Recuerdan
la bolsa que vimos en su puerta? – cuestionó.
Ambos chicos
asintieron.
-Se la dejó
Donghyuck, su vecino – tomó aire -Le pedí que me contara la verdad, pero como
siempre, no lo hizo. Le dije que estaba seguro de que había abusado de él y que
lo tenía amenazado para que no dijera nada, también le amenacé con denunciarlo
si averiguaba la verdad e incluso toqué el tema de su intento de violación y…
ahí fue donde supe que había hecho mal; no debí haberlo mencionado pues sé lo
mucho que le afectó, pero es que… me sentía tan frustrado—
-¿Es por eso
que está así o es algo más? – interrumpió Jaemin.
-No sé,
ustedes son testigos de lo mucho que ha cambiado – respondió Renjun.
-Sí, es el
Mark que conocí, el que no había ido a terapia ni rehabilitación – secundó Jeno
-¿Será una recaída?
-Creo que…
volveré a hablar con él, un día que lo encuentre sobrio – dijo Renjun.
Dieron por
finalizada aquella conversación y subieron a la van rumbo a sus destinos.
Continuará…
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