24 de julio de 2012

My Princess - Cap. 5


Capítulo 5
¿Tercera oportunidad?




{Al otro día}



= ¡Kibum! – gritó Minho; ya eran las 6:50 am y el menor no se había terminado de arreglar = Si por tu culpa llego tarde al trabajo, despídete de tu laptop.

= Deja de manipularme – rebatió el adolescente; al parecer no andaba de buen humor.

= No me digas que estás molesto por lo de ayer.

= ¡Claro que sí! ¡Quisiste violarme! – dijo.

Choi lanzó una fuerte carcajada.

= Por supuesto que no, solo quise asustarte, por favor Kibum, no soy gay.

= ¡Me hubieses asustado con otra cosa, así no me gusta! – chilló.

= Ya cállate y ve al estacionamiento – ordenó.

Su auto no había salido del taller, por lo que decidió comprarse otro, después de todo, el dinero no le importaba, siempre y cuando lo invirtiera en el mismo.

Durante el trayecto a la escuela del adolescente, el clima era algo extraño; Kibum tenía el seño fruncido y constantemente hacía pucheros con la boca, mientras que Minho se encontraba serio como un soldado.

= ¡Bájate ya, me tengo que ir a la empresa! – le gritó a Key.

= ¡Ya voy! – cerró la puerta con fuerza y Minho se fue a toda prisa = Idiota – bufó.

= ¿Ã‰l es el tipo con el que vives? – preguntó su amigo.

= Sip.

= Es millonario ¿cierto?

= Ajá, pero es…odiable en extremo – bufó.

= Típico de los de su especie – agregó el chico = Bueno, entremos a clases.



















~*~



















{En la empresa}



= Llegas tarde Minho – dijo Jonghyun.

= Fue culpa de tu primito – acusó.

= ¿Ah?

= Jamás está listo a tiempo.

= Mentiroso.

= ¡Demonios, deja de defenderlo!

= Hey, relájate.

= Jonghyun – habló con voz seria.

= ¿Si?

= ¿Es cierto que Key tiene problemas con sus padres? – preguntó.

= Sí.

= ¿Y se puede saber cuáles son?

= Hmm…te voy a contar solo porque eres mi mejor amigo y una clase de nana para él – dijo con burla.

Minho respiró profundo tratando de contener las ganas que tenía de asesinar a su “dino-amigo”.

Jonghyun, se acomodó en una de las sillas que estaban enfrente del escritorio de Choi; haría cualquier cosa, menos estar encerrado en su oficina haciendo lo que todo presidente corporativo debe hacer. Había descubierto que ser jefe no era lo suyo, sin embargo, no le dejaría el puesto libre a su amigo.

= A pesar de tener unos padres podridos en dinero, Kibum nunca puede estar con ellos por los viajes que realizan, pero cuando tenían tiempo desquitaban su estrés con él, por lo que en resumen, Kibummie no tiene una buena relación con ninguno los dos, pero los quiere mucho.

= Oh, ¿y qué me dices de “nana” y hyung”?

= Ellos son muy especiales para él, lo han cuidado desde que nació; pero sus padres los despidieron sin motivo alguno, entonces Bummie se quedó muy solo y un día me habló para contarme lo desesperado que estaba.

= Y le propusiste que viniera a Corea ¿no?

= Así es.

= Ya veo – murmuró = ¿Y qué piensas hacer cuándo sus padres se den cuenta de que no está?

= ¿Darse cuenta? Por favor Minho, ellos de vez en cuando recuerdan que tienen un hijo.

= ¿Pero y si lo hacen?

= Estarán de viaje por mucho tiempo, así que tranquilo.

= ¿Por mucho tiempo?

= Sip.

= No sabes cuánto te odio por enredarme en esto.

= Lo sé Rana, lo sé – le revolvió el cabello y salió de la oficina.

Comenzó a revisar algunos documentos cuándo su secretaria le anunció que tenía una llamada urgente.

= ¿Diga? – contestó el teléfono.

= ¿Señor Choi Minho?

= ¿Sí?

= Disculpe la molestia; soy la directora de la escuela del joven Kibum.

= ¿Qué pasó? – bufó, ¿qué acaso ese niño no podía estar más de un mes sin causar problemas?

= Golpeó a un maestro y está en detención, mire, estos asuntos se tratan personalmente así que le pido encarecidamente que se presente en el plantel.

= Estoy en horas de trabajo.

= Lamento ser grosera, pero si no viene, me veré en la penosa situación de expulsar al muchacho.

= Ya voy para allá – colgó rápidamente; esa escuela era su “salvación” para no tener al “adolescente problema” en su departamento = Si alguien pregunta por mí, salí por algunos asuntos importantes – le dijo a su secretaria.













~*~

















Tras llegar a la escuela, habló con la directora y, prácticamente, le rogó para que no expulsaran a Kibum y lo logró: sin embargo no pudo evitar que lo suspendieran por el resto del día.

= ¿Me podrías explicar qué rayos fue lo que pasó? – exigió.

= Es que…estaba en la clase de educación física y nos tocó jugar basquetbol, pero yo no sé nada sobre eso y al intentar tirar la pelota a la canasta, pisé algo, me resbalé y el balón terminó cayendo en la cabeza de mi maestro.

= No te creo – dijo de manera cortante.

= ¡Es la verdad! Aish, estoy harto de esto – bufó.

= Tienes prohibido alzarme la voz y hablarme de esa manera, ahora regresa al departamento, tengo que volver a mi trabajo.

= ¿No me vas a llevar?

= ¿Quieres volver a chocar mi hermoso auto?

Kibum bajó la mirada y negó con la cabeza; Minho encendió el motor y partió.

= Y ahora…¿cómo me voy? – preguntó al aire.

= Hola preciosura… - dijeron a sus espaldas.

Volteó con miedo topándose con los terribles de la escuela, aquellos sujetos que disfrutaban de humillar y hacer sufrir a los demás.

= ¡Ayuda! – gritó.

= Nadie te va a ayudar, primor – dijo el líder de aquel grupito.

= ¡No se me acerquen! – pidió.

= Miren, se hace el machito.

= ¿Dongwoon, qué planeas hacerle? – preguntó uno de sus “perros falderos”.

= Algo que le gustará mucho.

Key tragó con dificultad, rogando porque ese no fuera su fin.



















~*~



















Minho no se había alejado mucho; quería ver lo que el menor haría. Un poco de diversión no le venía mal.

Entonces, un grupo de chicos apareció. Pensó que eran amigos de Key, pero, al darse cuenta de cómo lo jalaban y hasta tocaban se alarmó. Puso en marcha su auto y se detuvo justamente en el paso de aquella bandita.

= Hey, ¿quién eres tú?

= ¡Minho! – gritó Key mientras forcejeaba para que lo soltaran.

= ¿Lo conoces? – preguntó Dongwoon = Así que andas enredado con este tipo.

= ¡Suéltame! ¡No te he hecho nada malo! – decía Key.

= Cierto, pero simplemente no te soporto.

= Ni yo – habló Minho captando la atención de todos = Pero por lo menos no lo quiero matar, bueno, aún no.

Dongwoon sonrió de medio lado.

= De acuerdo, tú ganas chico bonito – le lanzó al menor = Me caes bien, compartimos el odio hacia ese tipo – señaló a Kibum.

= Lo sé, es muy molesto – lo miró con asco = Bueno jóvenes me lo llevo y me encargaré de que no les cause más problemas – lo tomó fuertemente del brazo y lo metió a su auto.

= No puedo creer que hicieras tratos con “esa” gente – dijo Key.

= ¿Esa gente? ¿Qué acaso no son de tu categoría? – interrogó visiblemente irritado.

= ¿Ah?

= ¿Podrías dejar de molestar a las personas? Entiende, caes mal – escupió.

Aquellas palabras eran realmente dolorosas.

= Entonces me iré de tu casa cuanto antes.

Minho no dijo nada.

Key comenzó a llorar en silencio. Minho era como sus padres, se la pasaba regañándolo y diciéndole cuánto estorbaba en sus vidas.

Entró al departamento y justamente cuando se dirigía a su habitación, el empresario lo detuvo con sus palabras.

= Iré a trabajar.

= Pero…

= No causes destrozos ¿ok?

= S-sí – contestó dudoso ¿no se suponía que se iría del departamento? ¿acaso, aquello era una tercera oportunidad?


 





Continuará…

My Princess - Cap. 4


Capítulo 4
Segunda oportunidad.



= ¿Q-qué? – fue lo único que salió de su boca.
= ¡Ya no quiero verte! ¡Eres un estorbo, una molestia! – gritaba, asustando a los chismosos que estaban ahí para ver lo que había pasado.
Key, por más que trató, no pudo evitar lagrimar un poco; se sentía humillado.
= Disculpe joven, pero ̩l no se puede ir Рintervino la se̱ora afectada.
= ¿Por qué? – cuestionó algo molesto.
= Porque debemos estar todos presentes para cuando venga la aseguradora.
Minho se golpeó mentalmente por haber olvidado aquel detalle a la vez que maldijo la suerte que tenía el adolescente.
= De acuerdo – suspiró y se volteó hacia Kibum = Ni se te ocurra acercarte a mi auto – le dijo.
El menor asintió y se alejó un poco.
Cerca de 2 horas tardaron en arreglar y acordar lo de aquel accidente; la señora fue muy flexible así que eso le facilitó muchas cosas; pero por otra parte, el auto  de Minho, había resultado muy dañado y tardarían bastante en arreglarlo, ya que las piezas eran de importación.
= Hey niño – exclamó la señora del accidente.
= ¿Yo? – cuestionó Kibum.
= Sí, tú, ven – le hizo una seña.
= ¿Qué pasa? – se acercó.
= No te preocupes por él – con su dedo índice apuntó a Minho = Tú cambiarás muchas cosas en su vida.
= ¿Ah? – no comprendió muy bien aquello.
= Lo harás una mejor persona – le sonrió dulcemente y se fue alejando lentamente.
Key asintió, aún sin poder descifrar lo que la señora le había dicho.
= ¿Será una especie de adivina? – suspiró = ¿Hacerlo una mejor persona? Já, es imposible – bufó.
= Deja de estar tonteando y sube al taxi – regañó el alto, dándole un pequeño golpe en la cabeza.
El adolescente obedeció.
= ¿Qué fue lo que te dijo esa mujer? – preguntó Minho.
= Nada – contestó.
= Habla – insistió.
= ¡Nada, no me dijo nada! – gritó.
Minho se sorprendió ante aquello, pero rápidamente regreso a su actitud seria y orgullosa.
= Perfecto, te quedas sin cenar – habló tranquilamente.
Kibum salió del transe en el que estaba; quiso reclamarle al empresario, pero fue interrumpido.
= Y no acepto reclamos – finalizo Choi.













~*~











Acababan de llegar al departamento. Minho cerró la puerta con fuerza, luego llamaría a alguien para que la arreglaran.
= A partir de mañana irás a la escuela y espero buenas calificaciones si no, juro que te saco de aquí – advirtió.
= ¿Me darás otra oportunidad?
= Solo una más – bufó.
= ¡Gracias! – hizo una reverencia.
= Piérdete.
Kibum se metió a su habitación, pero algunos minutos después volvió a salir.
= Minho… - habló con miedo.
= ¿Qué? – cortó, estaba ocupado viendo un documental.
= ¿En serio no puedo cenar? – preguntó.
El alto se levantó del mueble y se acercó al menor, el cual retrocedió un poco.
= ¿Te lo mereces? – dijo Minho.
= B-bueno…c-creo que s-sí… - respondió.
= ¡¿Sí?! – exclamó.
= ¡De acuerdo! ¡No me lo merezco! – asustado, cerró los ojos.
= No toques mi helado – dio la media vuelta y regresó a la sala.
El menor no supo como interpretar eso.
= Maldición – bufó Minho = ¡Si puedes cenar! – gritó.
Entonces, Kibum se metió rápidamente a la cocina.
= Que raro es – suspiró.


















~*~
















Rápidamente pasó un mes.
No muchas cosas cambiaron, pero al menos Minho se dio cuenta de que Kibum, a pesar de ser la persona más distraída que conocía, era un buen estudiante.
= ¿A dónde vamos? – preguntó el adolescente.
= Ya lo verás – respondió Sulli.
Llegaron a una tienda electrónica.
= Escoge la televisión que más te guste – habló la chica.
= ¡¿En serio?!
= No – cortó Minho.
= Claro que sí, este sapo la pagará – dijo sonriente.
Luego de haber hecho su elección, Minho se dispuso a pagar y justamente cuando salían de la tienda, Sulli se dio cuenta de que Kibum se había quedado adentro; lucía interesado en una laptop color rosa. Se acercó a él.
= ¿La quieres? – cuestionó.
= Es que yo tenía una así, pero mis padres me la quitaron porque… - bajó la mirada.
= ¿Por qué?
= Tengo muchos problemas con ellos – confesó.
= Ahora vengo – dijo y fue a dónde estaba Minho = Amor, Kibummie quiere esa laptop.
= Ajá, bien por él – dijo.
= ¡Minho! ¡Cómprasela! – ordenó.
= Choi Jin Ri – murmuró.
= Por favor amor, Key tiene muchos problemas con sus padres y no me gusta verlo triste.
= No me interesa, vámonos – tomó la muñeca de la chica y comenzó a caminar.
= ¡No! – se soltó violentamente = Si no la compras tú, entonces yo lo haré – dijo completamente molesta y, de nuevo entró a la tienda.
Minho se llevó las manos al rostro.
= ¡Maldito niño! – bufó y siguió a su novia = Me la llevo – le dijo al encargado.
Key y Sulli abrieron los ojos sorprendidos y luego una sonrisa se formó en los labios de la chica.
= Conste que esto lo estoy haciendo porque Sulli insistió en que te merecías algo por ser un “buen estudiante” – hizo comillas con los dedos = Pero si fuera por mí, jamás lo haría – aclaró.
El menor torció la boca.
= No te preocupes, ya se le pasará – dijo Sulli.
= Gracias Sulli, eres como mi segunda mamá – abrazó a la muchacha.
= Aaaw~ que tierno – exclamó.
De vuelta al departamento, el alto llevó todas las cosas a la habitación del adolescente, mientras que la novia de Minho se quedó en la sala.
= Espera, no sé cómo instalar la televisión – habló Key.
= Pues para eso está el instructivo – dijo y sin más salió.
= Aiish, cómo lo odio – murmuró.
Tras leer una y otra vez aquel cuadernillo, se dio por vencido, estaba acostumbrado a que en su casa, todo lo hiciera su nana y su hyung; eran como sus “padrinos mágicos”, siempre lo cuidaban y lo hacían olvidar todos los regaños y reclamos de sus padres.
= Los extraño tanto~ - suspiró con nostalgia y al poco tiempo ya estaba llorando = Nana, hyung, quiero estar con ustedes – decía entre sollozos = Quiero que me abracen, que me digan cuánto me quieren.
Minho había escuchado aquellas palabras; sintió demasiada pena por aquel chico.
Ahora entendía muchas cosas; Kibum había escapado del yugo de sus padres, pero…¿tan mal se llevaba con ellos? ¿Quiénes eran “nana” y “hyung”? Tal vez Jonghyun podría aclararle esas dudas.
= Minho, ¿qué haces? – cuestionó Sulli = ¿Por qué rayos estás pegado a la puerta de Kibummie?
= Y-yo bueno… - ¿qué responderle? = Nada, solo iba…Key, ¿vas a cenar? – preguntó.
= No tengo hambre.
= Como quieras.
= Ash Minho, que malo eres – bufó la chica = Kibummie, deberías comer algo, ¿Qué te parece si salimos a cenar?
Minho le hizo señas negativas, pero la joven las ignoró.
= ¿En serio? – la puerta se abrió de golpe dejando ver a un adolescente con los ojos hinchados y la nariz roja.
= ¡Amor! ¿Qué pasa? – cuestionó Sulli abrazando protectoramente al menor.
= Es que… - rápidamente su mente inventó algo = No sé como instalar la televisión y Minho no quiso ayudarme – sonrió internamente, sabía que Sulli no se quedaría con los brazos cruzados al escuchar aquello.
= ¡Minho eres un tonto! – regañó = No te preocupes corazón, vamos a cenar y cuando volvamos me encargaré de que este sapo instale tu hermosa televisión – hábilmente tomó las llaves del auto, las cuales, estaban en el bolsillo del pantalón de Minho y en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba en la puerta del departamento = ¡Vamos! – dijo.
Kibum comenzó a bajar las escaleras, pero Minho pasó junto a él y lo empujó con fuerza.
= ¡Oye! – gritó.
= Estorbas – exclamó.

















~*~















A la hora de regresar al departamento, Sulli ya no pudo acompañarlos pues tuvo una urgencia en el restaurant que atendía.
Minho agradeció a los cielos por aquello, ya que, podría tomar venganza por lo que Kibum había hecho.
= ¿No vas a instalar mi televisión? – cuestionó Key.
= ¡No! – respondió.
= Le diré a Sulli-noona.
= ¿Se puede saber cómo? No tienes su número.
= Cuando vuelva, ¡te voy a acusar!
= Eres muy infantil – se sentó en uno de los muebles de la sala, tomó el periódico y se dedicó a ojearlo un poco.
= ¡Hazlo! – ordenó, pero cuando quiso escapar de ahí para ir a refugiarse en su habitación, no pudo, ya que Minho lo tomó del brazo y lo lanzó al sillón.
= ¡¿Quién te crees para darme órdenes?! – se puso sobre él = ¡Dime!
= N-nadie – contestó asustado.
= Desde que veniste lo único que haz hecho es destruir mis cosas y robarte a MI novia – reclamó muy cerca del rostro del menor.
= Y-yo no…lo siento…es que…
= ¡¿No lo sientes?! – gritó.
= ¡Sí lo siento! ¡Déjame ir! – pedía.
Minho sonrió malévolamente y, se relamió los labios de manera sugestiva, logrando aterrar al adolescente que tenía debajo de su cuerpo.
= ¡Ayuda! – gritó desesperadamente.
= ¿Ayuda? ¿Crees que te voy a violar? – se acercó a los labios del chico.
Key comenzó a moverse.
= Lamento informarte que no soy como tú.
= ¡Entonces bájate!
Choi acercó al oído de Kibum; el menor comenzó a sollozar.
= Aléjate de Sulli – susurró y rápidamente liberó al muchacho.
Key salió disparado hacia su habitación. Tras entrar, se quedó recargado en la puerta, tratando se tranquilizarse; su frente estaba bañada en sudor y todo su cuerpo temblaba sin cesar.
= ¡Vivo con un violador! – gritó.












Continuará…

11 de julio de 2012

My Princess - Cap. 3


Capítulo 3
Tres segundos para desaparecer.


 

= Minho, puedo explicarlo – dijo e intentó ponerse de pie, pero las piernas le temblaban horriblemente.
= ¡No hay nada qué explicar! ¡Hablaré con Jonghyun!
= ¡No por favor, no lo molestes! – pidió.
El alto iba a lanzar otro grito, pero se asustó al ver cómo una gota de sangre proveniente de la frente del menor, cayó al piso.
= Oh Dios… - exclamó Key.
= Demonios, vamos al baño – lo ayudó a ponerse de pie.
= Mi rodilla – dijo = Está sangrando.
= ¿Qué? – Minho dirigió su vista hacia el lugar mencionado por el adolescente y efectivamente, aquel pantalón azul de gatitos estaba manchado = Maldición – lo cargó y lo llevó al baño.
Key comenzó a lloriquear de dolor.
= Tendrás que pagar la pecera – dijo mientras sacaba algunas cosas del botiquín.
= No tengo dinero.
= Pues pídele a tus padres.
= ¡No! Ellos…
= No saben que estás aquí ¿cierto? – levantó una ceja.
Kibum no pudo ocultar su nerviosismo.
= Empiezo a sospechar que no eres primo de Jonghyun, él nunca mencionó tener uno – quitó el pedazo de cristal incrustado en la rodilla del menor.
= ¡¡Duele!! – gritó = Y, claro que soy primo de Jonghyun – aclaró.
= ¿Sabes una cosa?
El adolescente negó con la cabeza.
= No te creo.
= Pero…
= Listo, ahora limpias el desastre de la sala ¿ok?
= ¿Qué? – exclamó.
= Y tal vez haciendo eso, no tengas que devolverme el dinero.
Kibum asintió algo pensativo. Minho volvió a su habitación, se recostó en su cama y cerró los ojos, pero los abrió a los pocos segundos. El cargo de conciencia había llegado.
Con lentitud, salió de su habitación y acechó para ver lo que el menor hacía. Lo encontró llorando y recogiendo los fragmentos de lo que alguna vez fue una pecera.
= Auch, duele – decía.
Vio como, con cuidado, se puso de pie y caminó hacia la cocina en busca de la escoba. Escuchó como algo caía, alarmado fue a ver, pero se detuvo.
= Debe hacerlo solo, a ver si con esto aprende – y dicho esto, se fue a dormir.













~*~













Era un nuevo día, la alarma de Minho comenzó a sonar. Luego de estirarse varias veces, salió de su cama y se metió al baño.
Una vez que estuvo listo, bajó a desayunar. Se asustó al encontrar a un “extraño” durmiendo en su sala.
= Oye – le habló = Vete a dormir a tu habitación.
Pero no hubo reacción por parte del menor.
= ¡Key! – gritó; el aludido pegó un brinco que lo hizo caer del mueble en el que se encontraba.
= Lo siento, estaba muy cansado y…
= Ajá ¿vas a dormir o a desayunar?
= Voy a desayunar – contestó.
Minho iba a ir a la cocina, pero recordó que el menor se encontraba mal herido.
= No dejo de sangrar – exclamó temeroso el adolescente.
= Estoy seguro de que no son heridas profundas – murmuró.
= ¿Eres doctor?
= Claro que no, pero mi padre sí.
= Ya veo – lentamente comenzó a subir las escaleras.
El empresario lo ayudó y después regresó a prepararse el desayuno, se le hacía tarde para llegar al trabajo.
= “Maldita culpa que me come vivo” – pensó.
Con tranquilidad tomaba su café y leía el periódico; escuchó una puerta cerrarse; se acercó un poco y se encontró con un asustadizo Kibum intentando bajar las escaleras, resbaló y estuvo a punto de rodar, sin embargo, Minho lo sostuvo a tiempo.
= ¡Idiota! Me debiste avisar.
= No quería molestarte más – justificó.
Después de que acabaran con su desayuno, Minho estaba listo para irse, pero antes dio millones de advertencias a Key.
= Mientras menos salgas de tu habitación será mejor.
= Ya sé – dijo cabizbajo = Pero me aburro, no tengo nada qué hacer ahí.
= Este niño… – murmuró = La clave del internet está…no, mejor voy a buscarla, no vaya a ser que causes otro desastre.
Key asintió.
= Toma – le pasó una tarjeta = Me voy, no causes problemas ¿entendido?
= Sí – susurró.













~*~

















[En la oficina]


= Minho~ ¿cómo está Key? – preguntó Jonghyun.
= Bien – intentó sonar lo más seguro posible.
= Hace un rato me habló y dijo que estaba muy triste y que le dolía la rodilla ¿qué tienes que decir en tu defensa? – interrogó.
= Que el muy bruto rompió mi pecera.
= ¿Qué? ¿La que costaba  millones? ¿La grandota?
= Sí, esa.
= Pero, pero…Kibummie no causa problemas.
= ¿Ah no? Me da miedo dejarlo solo en el departamento, ahí hay cosas de gran valor que él podría romper.
= Solo tenle paciencia.
= Jonghyun ¿por qué no te lo llevas a casa?
= ¡Porque no!
= Sus padres no saben que está aquí, creo que se escapó.
= ¿Te lo dijo?
= Así que lo sabías.
= Yo bueno…esto…
= ¡No quiero ser parte de tu plan! ¡No lo quiero conmigo ni un minuto más! ¡Y no quiero seguir gastando mi dinero en él! – gritó.
= Te contaré todo, pero espero que no me mates…
= Habla.
= Lo que pasa es que…
= ¡Minho!
= Sulli, ¿qué haces aquí?
= ¿Cómo que qué hago aquí? Minho, hoy te nombran vicepresidente – dijo.
= Oh, es verdad, perdón por no pasar a buscarte.
= No te preocupes amor – besó sus labios.
Jonghyun comenzó a levantarse de la silla en la que se encontraba y lentamente se dirigió a la puerta.
= Me voy~ – huyó de la oficina; iría a ver a Kibum.
= ¡Jonghyun! – le llamaron.
= ¿Si?
= ¿A dónde vas? Tenemos una junta – dijo su secretaria.
= P-pero…necesito…no tardaré, lo prometo.
= Está bien.
Condujo a toda prisa. Cuando llegó, tocó infinidad de veces la puerta, pero no le abrían.
= Bummie, soy Jonghyun.
= ¡Puppy! – la manija no cedía, molesto le dio un golpe y ésta se rompió, pero el menor no se dio cuenta de aquello.
= ¡Hola! – lo abrazó = ¡¿Qué rayos te pasó en la cara?!
= Ya te lo había dicho.
= Ash, Minho es un idiota, no sabe cuidarte.
= ¿Seguiré viviendo con él? – cuestionó preocupado.
= Claro que sí.
= Pero no quiero, no me gusta como me trata.
= Es gruñón, lo sé, pero porque te ve como un niño y a él no le gusta cuidar de “infantes”.
= ¡Pero soy un adolescente!
= Ya, ya, ven aquí – lo acomodó en su regazo.
= Te quiero Puppy – suspiró.
= Y yo a ti – le besó la frente = Muy bien, ahora te preparé algo para comer, supongo que tendrás hambre.
= Sí y mucha.
Jonghyun se dirigió a la cocina y luego de revisar y revolver la despensa, encontró lo necesario para hacerle una buena pasta. Tras acabar con ella, se  despidió de Key y regresó a la empresa.













~*~















Cuando llegó, se llevó a cabo la dicho junta en donde se le cedía el lugar de presidente corporativo.
= Maldición ¿por qué soy vicepresidente? – se quejó Minho.
= Porque tu proyecto quedó en segundo lugar – contestó Jonghyun = Por cierto, eres un reverendo idiota, tratas muy mal a mi Bummie.
= ¿Bummie? ¿De quién hablan? – cuestionó Sulli.
= Mi primo, Minho lo está cuidando.
= ¿Ah? No me habías dicho nada – le dio un manotazo a su novio.
= Juro que lo iba a hacer esta noche.
= Como sea, ¿cuántos años tiene? ¡Amo los niños! – exclamó curiosa.
= 17.
= ¡Aaaw~! Es un bebé.
= Un adolescente – aclaró el, ahora, dueño de la empresa.
= Pero demasiado problemático – intervino Minho.
= Exageras, solo porque rompió tu pecera…
= ¡¿Qué?! – gritó Sulli = ¿La pecera que tanto me gustaba? ¡Minho! ¿Se murieron nuestros hijos? – le preguntó.
= Sí – susurró.
= Ese niño… - bufó la chica.
= Hey, hey, no lo odien, es algo distraído pero se porta bien. Lo juro.
= ¡No jures en vano, enano del mal! – gritó Minho.
= Pues si ya no quieres seguirte preocupando por tenerlo en tu departamento las 24 horas del día será mejor que le consigas una escuela – propuso Jonghyun.
= Hmm, tienes razón, Sulli acompáñame a buscarle una – tomó la mano de la chica.
= Más te vale que sea de alta calidad.
= Claro que sí jefecito – dijo.















~*~

















{Horas después}


Minho llegó al edificio, calmadamente se subió al elevador, caminó por los pasillos hasta llegar a aquel lujoso departamento, como amaba vivir en ese lugar; pero al teclear la clave para que la puerta se abriera, se dio cuenta de que algo andaba mal.
= “¿Entraron a robar?” – pensó al darse cuenta del estado de la manija.
Tras ingresar alarmadamente a su hogar, la preocupación que tenía se esfumó, todo se encontraba en perfecto estado y…un momento, ¡la cocina!
= ¿Qué pasó? – se preguntaba; todos los productos estaban revueltos y al parecer, “alguien” había preparado “algo” = ¡¡Kibum!! – gritó.
= ¿Qué? – dijo de mala gana.
= Explícame en este mismo instante qué fue lo que hiciste.
= ¿Yo? Nada, Jonghyun vino a verme – dijo.
= ¿Jonghyun? ¿Ã‰l forzó la puerta?
= No, creo que fui yo – gran error.
= ¡¡¿Tú?!!
Key quiso correr, pero un punzante dolor le llegó a la rodilla y cayó al piso.
= ¡Lo siento! – decía con desesperación = ¡Ay no! – exclamó tras ver como su pantalón se manchaba de rojo.
= ¡Eres un imbécil! – gritó Minho = ¡Vamos! – lo cargó y lo metió al elevador.
= La puerta del departamento.
= Le diré al guardia que lo cuide; ahora presiona la herida para que ya no fluya más sangre.
= O-ok.













~*~















Una vez en el hospital, Key era atendido mientras que Minho esperaba a fuera.
= Minho… - lo llamaron, salió de su transe = Ya nos podemos ir.
= Sube al auto – ordenó.
Durante el camino, el silencio era demasiado molesto.
= Me hicieron unas puntadas, debo volver en unos días – habló en voz baja.
Minho permaneció concentrado manejando.
= ¿A dónde vamos? Este no es el camino – si algo bueno tenía Kibum, era su extraordinaria capacidad para memorizar con rapidez.
= Te llevaré a casa de Jonghyun.
= ¡No Minho, no lo hagas! – gritó asustado; comenzó a mover el volante.
= ¡Suéltalo! – pedía.
= ¡No me lleves con él!
Y a los pocos segundos, se escuchó un fuerte golpe.
= ¡Me lleva el demonio! – exclamó; había chocado contra otro auto. Rápidamente se bajó para asegurarse de que no hubiera heridos.
= Estamos bien joven – habló la señora que manejaba, mientras le quitaba el cinturón de seguridad a sus pequeños.
= Lo siento mucho, hablar̩ a mi aseguradora Рdijo un poco asustado.
Kibum permaneció en el auto; cualquier movimiento en falso y “moría” a manos del empresario.
= Bájate – ordenó Minho.
= ¿Por qué?
= Tienes tres segundos para desaparecer de mi vista.






 



Continuará…