11 de julio de 2012

My Princess - Cap. 3


Capítulo 3
Tres segundos para desaparecer.


 

= Minho, puedo explicarlo – dijo e intentó ponerse de pie, pero las piernas le temblaban horriblemente.
= ¡No hay nada qué explicar! ¡Hablaré con Jonghyun!
= ¡No por favor, no lo molestes! – pidió.
El alto iba a lanzar otro grito, pero se asustó al ver cómo una gota de sangre proveniente de la frente del menor, cayó al piso.
= Oh Dios… - exclamó Key.
= Demonios, vamos al baño – lo ayudó a ponerse de pie.
= Mi rodilla – dijo = Está sangrando.
= ¿Qué? – Minho dirigió su vista hacia el lugar mencionado por el adolescente y efectivamente, aquel pantalón azul de gatitos estaba manchado = Maldición – lo cargó y lo llevó al baño.
Key comenzó a lloriquear de dolor.
= Tendrás que pagar la pecera – dijo mientras sacaba algunas cosas del botiquín.
= No tengo dinero.
= Pues pídele a tus padres.
= ¡No! Ellos…
= No saben que estás aquí ¿cierto? – levantó una ceja.
Kibum no pudo ocultar su nerviosismo.
= Empiezo a sospechar que no eres primo de Jonghyun, él nunca mencionó tener uno – quitó el pedazo de cristal incrustado en la rodilla del menor.
= ¡¡Duele!! – gritó = Y, claro que soy primo de Jonghyun – aclaró.
= ¿Sabes una cosa?
El adolescente negó con la cabeza.
= No te creo.
= Pero…
= Listo, ahora limpias el desastre de la sala ¿ok?
= ¿Qué? – exclamó.
= Y tal vez haciendo eso, no tengas que devolverme el dinero.
Kibum asintió algo pensativo. Minho volvió a su habitación, se recostó en su cama y cerró los ojos, pero los abrió a los pocos segundos. El cargo de conciencia había llegado.
Con lentitud, salió de su habitación y acechó para ver lo que el menor hacía. Lo encontró llorando y recogiendo los fragmentos de lo que alguna vez fue una pecera.
= Auch, duele – decía.
Vio como, con cuidado, se puso de pie y caminó hacia la cocina en busca de la escoba. Escuchó como algo caía, alarmado fue a ver, pero se detuvo.
= Debe hacerlo solo, a ver si con esto aprende – y dicho esto, se fue a dormir.













~*~













Era un nuevo día, la alarma de Minho comenzó a sonar. Luego de estirarse varias veces, salió de su cama y se metió al baño.
Una vez que estuvo listo, bajó a desayunar. Se asustó al encontrar a un “extraño” durmiendo en su sala.
= Oye – le habló = Vete a dormir a tu habitación.
Pero no hubo reacción por parte del menor.
= ¡Key! – gritó; el aludido pegó un brinco que lo hizo caer del mueble en el que se encontraba.
= Lo siento, estaba muy cansado y…
= Ajá ¿vas a dormir o a desayunar?
= Voy a desayunar – contestó.
Minho iba a ir a la cocina, pero recordó que el menor se encontraba mal herido.
= No dejo de sangrar – exclamó temeroso el adolescente.
= Estoy seguro de que no son heridas profundas – murmuró.
= ¿Eres doctor?
= Claro que no, pero mi padre sí.
= Ya veo – lentamente comenzó a subir las escaleras.
El empresario lo ayudó y después regresó a prepararse el desayuno, se le hacía tarde para llegar al trabajo.
= “Maldita culpa que me come vivo” – pensó.
Con tranquilidad tomaba su café y leía el periódico; escuchó una puerta cerrarse; se acercó un poco y se encontró con un asustadizo Kibum intentando bajar las escaleras, resbaló y estuvo a punto de rodar, sin embargo, Minho lo sostuvo a tiempo.
= ¡Idiota! Me debiste avisar.
= No quería molestarte más – justificó.
Después de que acabaran con su desayuno, Minho estaba listo para irse, pero antes dio millones de advertencias a Key.
= Mientras menos salgas de tu habitación será mejor.
= Ya sé – dijo cabizbajo = Pero me aburro, no tengo nada qué hacer ahí.
= Este niño… – murmuró = La clave del internet está…no, mejor voy a buscarla, no vaya a ser que causes otro desastre.
Key asintió.
= Toma – le pasó una tarjeta = Me voy, no causes problemas ¿entendido?
= Sí – susurró.













~*~

















[En la oficina]


= Minho~ ¿cómo está Key? – preguntó Jonghyun.
= Bien – intentó sonar lo más seguro posible.
= Hace un rato me habló y dijo que estaba muy triste y que le dolía la rodilla ¿qué tienes que decir en tu defensa? – interrogó.
= Que el muy bruto rompió mi pecera.
= ¿Qué? ¿La que costaba  millones? ¿La grandota?
= Sí, esa.
= Pero, pero…Kibummie no causa problemas.
= ¿Ah no? Me da miedo dejarlo solo en el departamento, ahí hay cosas de gran valor que él podría romper.
= Solo tenle paciencia.
= Jonghyun ¿por qué no te lo llevas a casa?
= ¡Porque no!
= Sus padres no saben que está aquí, creo que se escapó.
= ¿Te lo dijo?
= Así que lo sabías.
= Yo bueno…esto…
= ¡No quiero ser parte de tu plan! ¡No lo quiero conmigo ni un minuto más! ¡Y no quiero seguir gastando mi dinero en él! – gritó.
= Te contaré todo, pero espero que no me mates…
= Habla.
= Lo que pasa es que…
= ¡Minho!
= Sulli, ¿qué haces aquí?
= ¿Cómo que qué hago aquí? Minho, hoy te nombran vicepresidente – dijo.
= Oh, es verdad, perdón por no pasar a buscarte.
= No te preocupes amor – besó sus labios.
Jonghyun comenzó a levantarse de la silla en la que se encontraba y lentamente se dirigió a la puerta.
= Me voy~ – huyó de la oficina; iría a ver a Kibum.
= ¡Jonghyun! – le llamaron.
= ¿Si?
= ¿A dónde vas? Tenemos una junta – dijo su secretaria.
= P-pero…necesito…no tardaré, lo prometo.
= Está bien.
Condujo a toda prisa. Cuando llegó, tocó infinidad de veces la puerta, pero no le abrían.
= Bummie, soy Jonghyun.
= ¡Puppy! – la manija no cedía, molesto le dio un golpe y ésta se rompió, pero el menor no se dio cuenta de aquello.
= ¡Hola! – lo abrazó = ¡¿Qué rayos te pasó en la cara?!
= Ya te lo había dicho.
= Ash, Minho es un idiota, no sabe cuidarte.
= ¿Seguiré viviendo con él? – cuestionó preocupado.
= Claro que sí.
= Pero no quiero, no me gusta como me trata.
= Es gruñón, lo sé, pero porque te ve como un niño y a él no le gusta cuidar de “infantes”.
= ¡Pero soy un adolescente!
= Ya, ya, ven aquí – lo acomodó en su regazo.
= Te quiero Puppy – suspiró.
= Y yo a ti – le besó la frente = Muy bien, ahora te preparé algo para comer, supongo que tendrás hambre.
= Sí y mucha.
Jonghyun se dirigió a la cocina y luego de revisar y revolver la despensa, encontró lo necesario para hacerle una buena pasta. Tras acabar con ella, se  despidió de Key y regresó a la empresa.













~*~















Cuando llegó, se llevó a cabo la dicho junta en donde se le cedía el lugar de presidente corporativo.
= Maldición ¿por qué soy vicepresidente? – se quejó Minho.
= Porque tu proyecto quedó en segundo lugar – contestó Jonghyun = Por cierto, eres un reverendo idiota, tratas muy mal a mi Bummie.
= ¿Bummie? ¿De quién hablan? – cuestionó Sulli.
= Mi primo, Minho lo está cuidando.
= ¿Ah? No me habías dicho nada – le dio un manotazo a su novio.
= Juro que lo iba a hacer esta noche.
= Como sea, ¿cuántos años tiene? ¡Amo los niños! – exclamó curiosa.
= 17.
= ¡Aaaw~! Es un bebé.
= Un adolescente – aclaró el, ahora, dueño de la empresa.
= Pero demasiado problemático – intervino Minho.
= Exageras, solo porque rompió tu pecera…
= ¡¿Qué?! – gritó Sulli = ¿La pecera que tanto me gustaba? ¡Minho! ¿Se murieron nuestros hijos? – le preguntó.
= Sí – susurró.
= Ese niño… - bufó la chica.
= Hey, hey, no lo odien, es algo distraído pero se porta bien. Lo juro.
= ¡No jures en vano, enano del mal! – gritó Minho.
= Pues si ya no quieres seguirte preocupando por tenerlo en tu departamento las 24 horas del día será mejor que le consigas una escuela – propuso Jonghyun.
= Hmm, tienes razón, Sulli acompáñame a buscarle una – tomó la mano de la chica.
= Más te vale que sea de alta calidad.
= Claro que sí jefecito – dijo.















~*~

















{Horas después}


Minho llegó al edificio, calmadamente se subió al elevador, caminó por los pasillos hasta llegar a aquel lujoso departamento, como amaba vivir en ese lugar; pero al teclear la clave para que la puerta se abriera, se dio cuenta de que algo andaba mal.
= “¿Entraron a robar?” – pensó al darse cuenta del estado de la manija.
Tras ingresar alarmadamente a su hogar, la preocupación que tenía se esfumó, todo se encontraba en perfecto estado y…un momento, ¡la cocina!
= ¿Qué pasó? – se preguntaba; todos los productos estaban revueltos y al parecer, “alguien” había preparado “algo” = ¡¡Kibum!! – gritó.
= ¿Qué? – dijo de mala gana.
= Explícame en este mismo instante qué fue lo que hiciste.
= ¿Yo? Nada, Jonghyun vino a verme – dijo.
= ¿Jonghyun? ¿Ã‰l forzó la puerta?
= No, creo que fui yo – gran error.
= ¡¡¿Tú?!!
Key quiso correr, pero un punzante dolor le llegó a la rodilla y cayó al piso.
= ¡Lo siento! – decía con desesperación = ¡Ay no! – exclamó tras ver como su pantalón se manchaba de rojo.
= ¡Eres un imbécil! – gritó Minho = ¡Vamos! – lo cargó y lo metió al elevador.
= La puerta del departamento.
= Le diré al guardia que lo cuide; ahora presiona la herida para que ya no fluya más sangre.
= O-ok.













~*~















Una vez en el hospital, Key era atendido mientras que Minho esperaba a fuera.
= Minho… - lo llamaron, salió de su transe = Ya nos podemos ir.
= Sube al auto – ordenó.
Durante el camino, el silencio era demasiado molesto.
= Me hicieron unas puntadas, debo volver en unos días – habló en voz baja.
Minho permaneció concentrado manejando.
= ¿A dónde vamos? Este no es el camino – si algo bueno tenía Kibum, era su extraordinaria capacidad para memorizar con rapidez.
= Te llevaré a casa de Jonghyun.
= ¡No Minho, no lo hagas! – gritó asustado; comenzó a mover el volante.
= ¡Suéltalo! – pedía.
= ¡No me lleves con él!
Y a los pocos segundos, se escuchó un fuerte golpe.
= ¡Me lleva el demonio! – exclamó; había chocado contra otro auto. Rápidamente se bajó para asegurarse de que no hubiera heridos.
= Estamos bien joven – habló la señora que manejaba, mientras le quitaba el cinturón de seguridad a sus pequeños.
= Lo siento mucho, hablar̩ a mi aseguradora Рdijo un poco asustado.
Kibum permaneció en el auto; cualquier movimiento en falso y “moría” a manos del empresario.
= Bájate – ordenó Minho.
= ¿Por qué?
= Tienes tres segundos para desaparecer de mi vista.






 



Continuará…

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