Capítulo 2
“Niño” desastroso.
“Niño” desastroso.
Todos
corrían a las listas en las que estaban los nombres de los participantes del
concurso, de acuerdo al lugar ocupado.
Jonghyun
y Minho empujaban a los pobres sujetos, que tristes, caminaban de regreso a sus
respectivos trabajos.
=
¡¡Oh si!! ¡¡Soy el ganador!! – gritó Jonghyun a todo pulmón = ¡Te dije que iba
a ganar! – le decía a Minho, el cual, había quedado en segundo lugar.
=
Hasta que por fin podrás ser “alguien” – escupió con desprecio.
=
Gracias por tus dulces palabras – nadie le borraría aquella sonrisa = Iré a
avisarle a Kibum – dijo con felicidad.
=
Espera, ¿y Onew?
=
Luego le digo – bufó.
Minho
sospechaba que el fin de aquella relación estaba muy cerca; pero estaba segura
de que Jonghyun sufría por eso.
=
¡Kibummie~! – gritó al teléfono.
= ¿Si?
=
¡Soy presidente! ¡Gané!
= ¡Felicidades Puppy!
=
¡Te quiero Key! – decía con emoción = ¡Gracias por apoyarme y ayudarme!
= De nada, sabes que siempre estaré para ti.
= Lo
sé, por cierto, ¿podrías venir a la empresa? Es hora de que el “sapo” reciba su
castigo.
= Ok, ya voy.
Después
de aquella llamada, el, aún presidente corporativo, anunció que mañana había
una junta para nombrar oficialmente a su sucesor, además de que se
establecerían ciertos cambios de puestos y personal.
~*~
Kibum
acababa de llegar a la empresa, Jonghyun lo esperaba en la puerta principal.
Caminaron
hasta la oficina de Minho.
=
Sapo ¿estás ocupado?
=
¿Qué quieres enano? Tengo mucho trabajo.
=
Bueno, en ese caso – tomó la mano de Kibum = He aquí tu castigo –lo empujó para
que entrara.
Minho
abrió los ojos, vaya sorpresa que se acababa de llevar. Key solo desvió la
mirada.
=
¿Lo conocías? No recuerdo habértelo mostrado – habló Jonghyun.
= No
– contestó; no quería tener problemas y mucho menos enfrentamientos tan
temprano = Vamos Jonghyun, dame un poco más de tiempo, no le he dicho a Sulli.
=
¿Para qué decirle? ¿Pensabas vivir con ella?
=
Esos eran mis planes hasta que se te ocurrió decirme que tendría que cuidar a
tu primo.
=
Sorry my friend, pero tu hora llegó.
=
Necesito hablar contigo por un momento.
=
Dime.
= A
solas – miró a Kibum, el cual, asustado, salió de la oficina.
=
¡Hey! No lo trates así.
= A
ver enano – suspiró y se puso de pie = Todo esto se me hace muy extraño, ¿Onew
sabe que tienes un primo?
=
Noup.
=
Dime la verdad.
=
¿Qué verdad? Es mi primo, en serio.
=
¿Entonces por qué no lo llevas a vivir contigo?
= No
quieras escapar de tu castigo.
=
¡Demonios! ¡Jonghyun quiero vivir con Sulli, no cuidar a un niño! – gritó
descontroladamente.
= Ni
modo, tú aceptaste la apuesta, así que no seas marica y obedece.
=
Algún día pagarás por esto.
=
Solo te voy a decir dos cosas muy importantes – dijo Jonghyun.
=
Habla.
=
Uno, Key es un chico muy delicado así que por nada del mundo vayas a hacerle
daño ¿quedó claro? Cuídalo con tu propia vida, él…es una persona a la que
quiero mucho.
= Sí
ajá, ¿dos? – no le estaba haciendo mucho caso.
= Te
prohíbo que le digas a Onew sobre él; esto es un asunto que debo tratar con mi
novio.
=
Ok, ok. Ahora si no te importa, tengo que trabajar.
= En
la noche lo llevaré a tu departamento.
=
¡¡¿Qué?!! – gritó.
=
Como lo oyes. En serio Minho, necesito que me ayudes, por favor – odiaba que
Jonghyun le suplicara con aquellos ojos de perro moribundo.
=
Está bien – bufó = Vete.
Jonghyun
sonrió enormemente y salió de la oficina.
=
Bummie ¿estás bien? – le preguntó al menor.
=Jjong,
tu amigo no quiere cuidarme ¿cierto? – había escuchado aquellos gritos.
=
Digamos que se siente niñero por tener que hacerlo.
=
Entonces, creo que es mejor no molestarlo.
= No
Key, él ya aceptó y cuidará bien de ti.
=
Ajá – susurró no muy convencido.
=
Ahora regresa al hotel y empaca tus cosas.
=
Sí.
~*~
{Horas
después}
Minho
salió rápidamente de la empresa, no quería toparse con Jonghyun. No pensó que
el enano hablara en serio sobre lo de su primo.
Llegó
a su departamento, se quitó aquel saco que lo quemaba vivo. La puerta comenzó a
sonar. Bufó con molestia, sabía perfectamente bien de quién se trataba.
=
Hola – saludó un sonriente Jonghyun.
El
alto le hizo una señal para que entraran.
= No
tengo mucho tiempo, solo cuídalo bien ¿ok?
=
See~ - murmuró.
=
Adiós Bummie, vendré a visitarte.
=
No, será mejor que lo cites en algún lugar, mi casa no es un hotel.
=
Está bien. Adiós – abrazó al menor.
Key
parecía triste. Jonghyun se fue y la tensión se hizo presente.
=
Esto…¿tu celular está bien? – preguntó Kibum para romper un poco el hielo.
= No
– respondió cortante.
=
Lamento ser una molestia para ti.
=
Pues parece que no, si no, hubieras convencido a Jonghyun para que cambiara su
plan.
=
Bueno es que…
= No
preparé nada para ti, pero tengo una habitación de huéspedes, ahí te quedarás
mientras tanto.
=
¿Mientras tanto?
=
Sí, haré que Jonghyun cambie de parecer.
Key
entró a su habitación, muy diferente a la que tenía en casa de sus padres. Ésta
era blanca, demasiado para su gusto.
=
¿Me quedaré en un quirófano? – exclamó.
=
Sí - dijeron a sus espaldas; no pensó que
Minho lo escuchara = Estaré trabajando así que trata de no hacer ruido.
=
Está bien.
Se
tiró al duro colchón.
=
¡Que horrible está este lugar! – bufó = Quiero mi cama suave, mis hermosos
peluches, mis paredes rosas, mi televisión, mi computadora – lloriqueaba.
Pasaron
cerca de dos horas en la que Key se la pasó desempacando; entonces…
=
¡Kibum, ven a cenar!
= Ya
voy – ese grito le había asustado bastante.
Rápidamente
bajó las escaleras y en un dos por tres ya estaba sentado, esperando a que su
comida fuera servida.
=
Aquí no tienes criados, hazlo por ti mismo – dijo Minho.
Bufó
y de mala gana, tomó un plato y sacó un pedazo de aquella pizza. En su dieta no
estaba incluida la comida rápida, pero solo por esta vez, haría una excepción,
pues si se negaba, aquel “feo empresario” le gritaría o sacaría del
departamento.
Comieron
en silencio. Minho revisando algunos papeles y Key observando la casa, la cual
parecía muy bien arreglada, aunque casi todas la paredes eran blancas y los
muebles café obscuro.
Tras
acabar de cenar, se levantó de la mesa dispuesto a volver a su “quirófano” como
le había nombrado a aquella habitación.
=
Creo haberte dicho que aquí no hay sirvienta, así que lleva esos platos al
lavabo y los quiero limpios – ordenó Minho.
Kibum
rodó los ojos y, de mala gana, los quitó de la mesa y furioso los lanzó con tal
fuerza que estos se hicieron añicos. Tragó fuerte tras darse cuenta de lo que
había hecho.
=
Límpialo – una nueva orden por parte del empresario.
=
Sí… - susurró. Pensó que Minho sería una persona agradable a la cual pudiera
persuadir fácilmente para que le comprara todo lo que él quisiera, pero estaba
muy equivocado = ¡Auch! – exclamó. Se había cortado.
= En
el baño hay un botiquín por si lo necesitas – dijo Minho.
=
¡¿Podrías tan si quiera tener la molestia de ayudarme?!
=
Aish, ok, ok – bufó = Dame tu mano – pidió.
=
¡No toques! ¡Duele mucho!
= Es
solo un pequeño corte – apretó la herida para que la sangre fluyera rápidamente
y pronto se formara la costra.
=
¡Duele! – gritaba.
=
Cállate.
Tras
haber parado con la “peligrosa hemorragia”, tomó aquellos pedazos de cristal,
que hace unos minutos formaban un plato, y los tiró a la basura; al parecer
aquel adolescente no podía hacer nada por sí mismo.
Kibum
fue a su habitación. Se sentía verdaderamente aburrido, no había televisión y
mucho menos una computadora. Su celular tenía Wi-fi, pero estaba seguro de que
Minho no le daría la clave.
Rato
después, salió de aquellas cuatro paredes debido a que moría de sed. Al
parecer, el empresario ya se había ido a dormir pues todas las luces se
encontraban apagadas, menos la de la hermosa pecera que había en la sala.
Con
cuidado comenzó a bajar de los escalones, casi no veía.
~*~
Minho
se había acomodado su suave y gigante cama, y ahora se encontraba leyendo un
buen libro sobre finanzas, pero un estruendo llamó su atención.
=
“Ese niño” – pensó.
Dudó
en salir, estaba muy cansado, pero recordó las amenazadoras palabras de su
amigo, así que no le quedó de otra.
Encendió
las luces y…
=
¡¡¿Qué demonios hiciste?!! – gritó = ¡¡Mi pecera!!
Aquella
pecera que le había costado miles de dólares mantener, ahora era polvo, sus
peces, carísimos, luchaban por vivir, el agua yacía esparcida por gran parte de
su sala, y para rematar, cierto adolescente se encontraba tirado en el piso.
¿Qué
había pasado?
[Flashback]
Kibum
bajaba las escaleras con cuidado, pero se distrajo con un ruido, pensó que era
un fantasma, así que, nervioso quiso dar un paso más y sin querer, pisó el
pantalón de su pijama lo que hizo que se resbalara, pero, para evitar azotar
contra la duela de la sala, se sostuvo de lo primero que vio: la pecera.
Creyó
que ésta aguantaría todo su peso, pero no fue así. Cuando se dio cuenta de que
la pecera amenazaba con caerse, se hizo a un lado y fue cuestión de décimas de
segundo para que estallara y los cristales salieran volando por todo el lugar,
por suerte, pudo cubrirse a tiempo, pero aun así se lastimó.
[Fin
del flashback]
=
¡Tú!
Sintió
un escalofrió recorrer su espalda.
=
“Voy a morir”.
Continuará…
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