3 de julio de 2012

My Princess - Cap. 2


Capítulo 2
“Niño” desastroso.

                                                                         
Todos corrían a las listas en las que estaban los nombres de los participantes del concurso, de acuerdo al lugar ocupado.

Jonghyun y Minho empujaban a los pobres sujetos, que tristes, caminaban de regreso a sus respectivos trabajos.
= ¡¡Oh si!! ¡¡Soy el ganador!! – gritó Jonghyun a todo pulmón = ¡Te dije que iba a ganar! – le decía a Minho, el cual, había quedado en segundo lugar.
= Hasta que por fin podrás ser “alguien” – escupió con desprecio.
= Gracias por tus dulces palabras – nadie le borraría aquella sonrisa = Iré a avisarle a Kibum – dijo con felicidad.
= Espera, ¿y Onew?

= Luego le digo – bufó.
Minho sospechaba que el fin de aquella relación estaba muy cerca; pero estaba segura de que Jonghyun sufría por eso.
= ¡Kibummie~! – gritó al teléfono.
= ¿Si?
= ¡Soy presidente! ¡Gané!
= ¡Felicidades Puppy!
= ¡Te quiero Key! – decía con emoción = ¡Gracias por apoyarme y ayudarme!

= De nada, sabes que siempre estaré para ti.
= Lo sé, por cierto, ¿podrías venir a la empresa? Es hora de que el “sapo” reciba su castigo.
= Ok, ya voy.
Después de aquella llamada, el, aún presidente corporativo, anunció que mañana había una junta para nombrar oficialmente a su sucesor, además de que se establecerían ciertos cambios de puestos y personal.









~*~













Kibum acababa de llegar a la empresa, Jonghyun lo esperaba en la puerta principal.
Caminaron hasta la oficina de Minho.
= Sapo ¿estás ocupado?
= ¿Qué quieres enano? Tengo mucho trabajo.
= Bueno, en ese caso – tomó la mano de Kibum = He aquí tu castigo –lo empujó para que entrara.
Minho abrió los ojos, vaya sorpresa que se acababa de llevar. Key solo desvió la mirada.
= ¿Lo conocías? No recuerdo habértelo mostrado – habló Jonghyun.
= No – contestó; no quería tener problemas y mucho menos enfrentamientos tan temprano = Vamos Jonghyun, dame un poco más de tiempo, no le he dicho a Sulli.
= ¿Para qué decirle? ¿Pensabas vivir con ella?

= Esos eran mis planes hasta que se te ocurrió decirme que tendría que cuidar a tu primo.
= Sorry my friend, pero tu hora llegó.
= Necesito hablar contigo por un momento.

= Dime.
= A solas – miró a Kibum, el cual, asustado, salió de la oficina.
= ¡Hey! No lo trates así.

= A ver enano – suspiró y se puso de pie = Todo esto se me hace muy extraño, ¿Onew sabe que tienes un primo?
= Noup.
= Dime la verdad.
= ¿Qué verdad? Es mi primo, en serio.
= ¿Entonces por qué no lo llevas a vivir contigo?
= No quieras escapar de tu castigo.
= ¡Demonios! ¡Jonghyun quiero vivir con Sulli, no cuidar a un niño! – gritó descontroladamente.

= Ni modo, tú aceptaste la apuesta, así que no seas marica y obedece.
= Algún día pagarás por esto.

= Solo te voy a decir dos cosas muy importantes – dijo Jonghyun.
= Habla.
= Uno, Key es un chico muy delicado así que por nada del mundo vayas a hacerle daño ¿quedó claro? Cuídalo con tu propia vida, él…es una persona a la que quiero mucho.
= Sí ajá, ¿dos? – no le estaba haciendo mucho caso.
= Te prohíbo que le digas a Onew sobre él; esto es un asunto que debo tratar con mi novio.

= Ok, ok. Ahora si no te importa, tengo que trabajar.

= En la noche lo llevaré a tu departamento.
= ¡¡¿Qué?!! – gritó.
= Como lo oyes. En serio Minho, necesito que me ayudes, por favor – odiaba que Jonghyun le suplicara con aquellos ojos de perro moribundo.
= Está bien – bufó = Vete.
Jonghyun sonrió enormemente y salió de la oficina.
= Bummie ¿estás bien? – le preguntó al menor.
=Jjong, tu amigo no quiere cuidarme ¿cierto? – había escuchado aquellos gritos.
= Digamos que se siente niñero por tener que hacerlo.

= Entonces, creo que es mejor no molestarlo.
= No Key, él ya aceptó y cuidará bien de ti.
= Ajá – susurró no muy convencido.
= Ahora regresa al hotel y empaca tus cosas.
= Sí.













~*~















{Horas después}


Minho salió rápidamente de la empresa, no quería toparse con Jonghyun. No pensó que el enano hablara en serio sobre lo de su primo.

Llegó a su departamento, se quitó aquel saco que lo quemaba vivo. La puerta comenzó a sonar. Bufó con molestia, sabía perfectamente bien de quién se trataba.
= Hola – saludó un sonriente Jonghyun.
El alto le hizo una señal para que entraran.
= No tengo mucho tiempo, solo cuídalo bien ¿ok?
= See~ - murmuró.

= Adiós Bummie, vendré a visitarte.
= No, será mejor que lo cites en algún lugar, mi casa no es un hotel.
= Está bien. Adiós – abrazó al menor.
Key parecía triste. Jonghyun se fue y la tensión se hizo presente.
= Esto…¿tu celular está bien? – preguntó Kibum para romper un poco el hielo.

= No – respondió cortante.
= Lamento ser una molestia para ti.

= Pues parece que no, si no, hubieras convencido a Jonghyun para que cambiara su plan.

= Bueno es que…

= No preparé nada para ti, pero tengo una habitación de huéspedes, ahí te quedarás mientras tanto.
= ¿Mientras tanto?
= Sí, haré que Jonghyun cambie de parecer.
Key entró a su habitación, muy diferente a la que tenía en casa de sus padres. Ésta era blanca, demasiado para su gusto.
= ¿Me quedaré en un quirófano? – exclamó.
= Sí  - dijeron a sus espaldas; no pensó que Minho lo escuchara = Estaré trabajando así que trata de no hacer ruido.
= Está bien.

Se tiró al duro colchón.
= ¡Que horrible está este lugar! – bufó = Quiero mi cama suave, mis hermosos peluches, mis paredes rosas, mi televisión, mi computadora – lloriqueaba.
Pasaron cerca de dos horas en la que Key se la pasó desempacando; entonces…
= ¡Kibum, ven a cenar!
= Ya voy – ese grito le había asustado bastante.
Rápidamente bajó las escaleras y en un dos por tres ya estaba sentado, esperando a que su comida fuera servida.
= Aquí no tienes criados, hazlo por ti mismo – dijo Minho.
Bufó y de mala gana, tomó un plato y sacó un pedazo de aquella pizza. En su dieta no estaba incluida la comida rápida, pero solo por esta vez, haría una excepción, pues si se negaba, aquel “feo empresario” le gritaría o sacaría del departamento.
Comieron en silencio. Minho revisando algunos papeles y Key observando la casa, la cual parecía muy bien arreglada, aunque casi todas la paredes eran blancas y los muebles café obscuro.
Tras acabar de cenar, se levantó de la mesa dispuesto a volver a su “quirófano” como le había nombrado a aquella habitación.
= Creo haberte dicho que aquí no hay sirvienta, así que lleva esos platos al lavabo y los quiero limpios – ordenó Minho.

Kibum rodó los ojos y, de mala gana, los quitó de la mesa y furioso los lanzó con tal fuerza que estos se hicieron añicos. Tragó fuerte tras darse cuenta de lo que había hecho.
= Límpialo – una nueva orden por parte del empresario.
= Sí… - susurró. Pensó que Minho sería una persona agradable a la cual pudiera persuadir fácilmente para que le comprara todo lo que él quisiera, pero estaba muy equivocado = ¡Auch! – exclamó. Se había cortado.

= En el baño hay un botiquín por si lo necesitas – dijo Minho.
= ¡¿Podrías tan si quiera tener la molestia de ayudarme?!
= Aish, ok, ok – bufó = Dame tu mano – pidió.
= ¡No toques! ¡Duele mucho!
= Es solo un pequeño corte – apretó la herida para que la sangre fluyera rápidamente y pronto se formara la costra.
= ¡Duele! – gritaba.
= Cállate.

Tras haber parado con la “peligrosa hemorragia”, tomó aquellos pedazos de cristal, que hace unos minutos formaban un plato, y los tiró a la basura; al parecer aquel adolescente no podía hacer nada por sí mismo.
Kibum fue a su habitación. Se sentía verdaderamente aburrido, no había televisión y mucho menos una computadora. Su celular tenía Wi-fi, pero estaba seguro de que Minho no le daría la clave.
Rato después, salió de aquellas cuatro paredes debido a que moría de sed. Al parecer, el empresario ya se había ido a dormir pues todas las luces se encontraban apagadas, menos la de la hermosa pecera que había en la sala.

Con cuidado comenzó a bajar de los escalones, casi no veía.













~*~













Minho se había acomodado su suave y gigante cama, y ahora se encontraba leyendo un buen libro sobre finanzas, pero un estruendo llamó su atención.
= “Ese niño” – pensó.
Dudó en salir, estaba muy cansado, pero recordó las amenazadoras palabras de su amigo, así que no le quedó de otra.
Encendió las luces y…
= ¡¡¿Qué demonios hiciste?!! – gritó = ¡¡Mi pecera!!
Aquella pecera que le había costado miles de dólares mantener, ahora era polvo, sus peces, carísimos, luchaban por vivir, el agua yacía esparcida por gran parte de su sala, y para rematar, cierto adolescente se encontraba tirado en el piso.
¿Qué había pasado?



[Flashback]

Kibum bajaba las escaleras con cuidado, pero se distrajo con un ruido, pensó que era un fantasma, así que, nervioso quiso dar un paso más y sin querer, pisó el pantalón de su pijama lo que hizo que se resbalara, pero, para evitar azotar contra la duela de la sala, se sostuvo de lo primero que vio: la pecera.

Creyó que ésta aguantaría todo su peso, pero no fue así. Cuando se dio cuenta de que la pecera amenazaba con caerse, se hizo a un lado y fue cuestión de décimas de segundo para que estallara y los cristales salieran volando por todo el lugar, por suerte, pudo cubrirse a tiempo, pero aun así se lastimó.

[Fin del flashback]


 
= ¡Tú!

Sintió un escalofrió recorrer su espalda.

= “Voy a morir”.










Continuará…

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