24 de julio de 2012

My Princess - Cap. 4


Capítulo 4
Segunda oportunidad.



= ¿Q-qué? – fue lo único que salió de su boca.
= ¡Ya no quiero verte! ¡Eres un estorbo, una molestia! – gritaba, asustando a los chismosos que estaban ahí para ver lo que había pasado.
Key, por más que trató, no pudo evitar lagrimar un poco; se sentía humillado.
= Disculpe joven, pero ̩l no se puede ir Рintervino la se̱ora afectada.
= ¿Por qué? – cuestionó algo molesto.
= Porque debemos estar todos presentes para cuando venga la aseguradora.
Minho se golpeó mentalmente por haber olvidado aquel detalle a la vez que maldijo la suerte que tenía el adolescente.
= De acuerdo – suspiró y se volteó hacia Kibum = Ni se te ocurra acercarte a mi auto – le dijo.
El menor asintió y se alejó un poco.
Cerca de 2 horas tardaron en arreglar y acordar lo de aquel accidente; la señora fue muy flexible así que eso le facilitó muchas cosas; pero por otra parte, el auto  de Minho, había resultado muy dañado y tardarían bastante en arreglarlo, ya que las piezas eran de importación.
= Hey niño – exclamó la señora del accidente.
= ¿Yo? – cuestionó Kibum.
= Sí, tú, ven – le hizo una seña.
= ¿Qué pasa? – se acercó.
= No te preocupes por él – con su dedo índice apuntó a Minho = Tú cambiarás muchas cosas en su vida.
= ¿Ah? – no comprendió muy bien aquello.
= Lo harás una mejor persona – le sonrió dulcemente y se fue alejando lentamente.
Key asintió, aún sin poder descifrar lo que la señora le había dicho.
= ¿Será una especie de adivina? – suspiró = ¿Hacerlo una mejor persona? Já, es imposible – bufó.
= Deja de estar tonteando y sube al taxi – regañó el alto, dándole un pequeño golpe en la cabeza.
El adolescente obedeció.
= ¿Qué fue lo que te dijo esa mujer? – preguntó Minho.
= Nada – contestó.
= Habla – insistió.
= ¡Nada, no me dijo nada! – gritó.
Minho se sorprendió ante aquello, pero rápidamente regreso a su actitud seria y orgullosa.
= Perfecto, te quedas sin cenar – habló tranquilamente.
Kibum salió del transe en el que estaba; quiso reclamarle al empresario, pero fue interrumpido.
= Y no acepto reclamos – finalizo Choi.













~*~











Acababan de llegar al departamento. Minho cerró la puerta con fuerza, luego llamaría a alguien para que la arreglaran.
= A partir de mañana irás a la escuela y espero buenas calificaciones si no, juro que te saco de aquí – advirtió.
= ¿Me darás otra oportunidad?
= Solo una más – bufó.
= ¡Gracias! – hizo una reverencia.
= Piérdete.
Kibum se metió a su habitación, pero algunos minutos después volvió a salir.
= Minho… - habló con miedo.
= ¿Qué? – cortó, estaba ocupado viendo un documental.
= ¿En serio no puedo cenar? – preguntó.
El alto se levantó del mueble y se acercó al menor, el cual retrocedió un poco.
= ¿Te lo mereces? – dijo Minho.
= B-bueno…c-creo que s-sí… - respondió.
= ¡¿Sí?! – exclamó.
= ¡De acuerdo! ¡No me lo merezco! – asustado, cerró los ojos.
= No toques mi helado – dio la media vuelta y regresó a la sala.
El menor no supo como interpretar eso.
= Maldición – bufó Minho = ¡Si puedes cenar! – gritó.
Entonces, Kibum se metió rápidamente a la cocina.
= Que raro es – suspiró.


















~*~
















Rápidamente pasó un mes.
No muchas cosas cambiaron, pero al menos Minho se dio cuenta de que Kibum, a pesar de ser la persona más distraída que conocía, era un buen estudiante.
= ¿A dónde vamos? – preguntó el adolescente.
= Ya lo verás – respondió Sulli.
Llegaron a una tienda electrónica.
= Escoge la televisión que más te guste – habló la chica.
= ¡¿En serio?!
= No – cortó Minho.
= Claro que sí, este sapo la pagará – dijo sonriente.
Luego de haber hecho su elección, Minho se dispuso a pagar y justamente cuando salían de la tienda, Sulli se dio cuenta de que Kibum se había quedado adentro; lucía interesado en una laptop color rosa. Se acercó a él.
= ¿La quieres? – cuestionó.
= Es que yo tenía una así, pero mis padres me la quitaron porque… - bajó la mirada.
= ¿Por qué?
= Tengo muchos problemas con ellos – confesó.
= Ahora vengo – dijo y fue a dónde estaba Minho = Amor, Kibummie quiere esa laptop.
= Ajá, bien por él – dijo.
= ¡Minho! ¡Cómprasela! – ordenó.
= Choi Jin Ri – murmuró.
= Por favor amor, Key tiene muchos problemas con sus padres y no me gusta verlo triste.
= No me interesa, vámonos – tomó la muñeca de la chica y comenzó a caminar.
= ¡No! – se soltó violentamente = Si no la compras tú, entonces yo lo haré – dijo completamente molesta y, de nuevo entró a la tienda.
Minho se llevó las manos al rostro.
= ¡Maldito niño! – bufó y siguió a su novia = Me la llevo – le dijo al encargado.
Key y Sulli abrieron los ojos sorprendidos y luego una sonrisa se formó en los labios de la chica.
= Conste que esto lo estoy haciendo porque Sulli insistió en que te merecías algo por ser un “buen estudiante” – hizo comillas con los dedos = Pero si fuera por mí, jamás lo haría – aclaró.
El menor torció la boca.
= No te preocupes, ya se le pasará – dijo Sulli.
= Gracias Sulli, eres como mi segunda mamá – abrazó a la muchacha.
= Aaaw~ que tierno – exclamó.
De vuelta al departamento, el alto llevó todas las cosas a la habitación del adolescente, mientras que la novia de Minho se quedó en la sala.
= Espera, no sé cómo instalar la televisión – habló Key.
= Pues para eso está el instructivo – dijo y sin más salió.
= Aiish, cómo lo odio – murmuró.
Tras leer una y otra vez aquel cuadernillo, se dio por vencido, estaba acostumbrado a que en su casa, todo lo hiciera su nana y su hyung; eran como sus “padrinos mágicos”, siempre lo cuidaban y lo hacían olvidar todos los regaños y reclamos de sus padres.
= Los extraño tanto~ - suspiró con nostalgia y al poco tiempo ya estaba llorando = Nana, hyung, quiero estar con ustedes – decía entre sollozos = Quiero que me abracen, que me digan cuánto me quieren.
Minho había escuchado aquellas palabras; sintió demasiada pena por aquel chico.
Ahora entendía muchas cosas; Kibum había escapado del yugo de sus padres, pero…¿tan mal se llevaba con ellos? ¿Quiénes eran “nana” y “hyung”? Tal vez Jonghyun podría aclararle esas dudas.
= Minho, ¿qué haces? – cuestionó Sulli = ¿Por qué rayos estás pegado a la puerta de Kibummie?
= Y-yo bueno… - ¿qué responderle? = Nada, solo iba…Key, ¿vas a cenar? – preguntó.
= No tengo hambre.
= Como quieras.
= Ash Minho, que malo eres – bufó la chica = Kibummie, deberías comer algo, ¿Qué te parece si salimos a cenar?
Minho le hizo señas negativas, pero la joven las ignoró.
= ¿En serio? – la puerta se abrió de golpe dejando ver a un adolescente con los ojos hinchados y la nariz roja.
= ¡Amor! ¿Qué pasa? – cuestionó Sulli abrazando protectoramente al menor.
= Es que… - rápidamente su mente inventó algo = No sé como instalar la televisión y Minho no quiso ayudarme – sonrió internamente, sabía que Sulli no se quedaría con los brazos cruzados al escuchar aquello.
= ¡Minho eres un tonto! – regañó = No te preocupes corazón, vamos a cenar y cuando volvamos me encargaré de que este sapo instale tu hermosa televisión – hábilmente tomó las llaves del auto, las cuales, estaban en el bolsillo del pantalón de Minho y en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba en la puerta del departamento = ¡Vamos! – dijo.
Kibum comenzó a bajar las escaleras, pero Minho pasó junto a él y lo empujó con fuerza.
= ¡Oye! – gritó.
= Estorbas – exclamó.

















~*~















A la hora de regresar al departamento, Sulli ya no pudo acompañarlos pues tuvo una urgencia en el restaurant que atendía.
Minho agradeció a los cielos por aquello, ya que, podría tomar venganza por lo que Kibum había hecho.
= ¿No vas a instalar mi televisión? – cuestionó Key.
= ¡No! – respondió.
= Le diré a Sulli-noona.
= ¿Se puede saber cómo? No tienes su número.
= Cuando vuelva, ¡te voy a acusar!
= Eres muy infantil – se sentó en uno de los muebles de la sala, tomó el periódico y se dedicó a ojearlo un poco.
= ¡Hazlo! – ordenó, pero cuando quiso escapar de ahí para ir a refugiarse en su habitación, no pudo, ya que Minho lo tomó del brazo y lo lanzó al sillón.
= ¡¿Quién te crees para darme órdenes?! – se puso sobre él = ¡Dime!
= N-nadie – contestó asustado.
= Desde que veniste lo único que haz hecho es destruir mis cosas y robarte a MI novia – reclamó muy cerca del rostro del menor.
= Y-yo no…lo siento…es que…
= ¡¿No lo sientes?! – gritó.
= ¡Sí lo siento! ¡Déjame ir! – pedía.
Minho sonrió malévolamente y, se relamió los labios de manera sugestiva, logrando aterrar al adolescente que tenía debajo de su cuerpo.
= ¡Ayuda! – gritó desesperadamente.
= ¿Ayuda? ¿Crees que te voy a violar? – se acercó a los labios del chico.
Key comenzó a moverse.
= Lamento informarte que no soy como tú.
= ¡Entonces bájate!
Choi acercó al oído de Kibum; el menor comenzó a sollozar.
= Aléjate de Sulli – susurró y rápidamente liberó al muchacho.
Key salió disparado hacia su habitación. Tras entrar, se quedó recargado en la puerta, tratando se tranquilizarse; su frente estaba bañada en sudor y todo su cuerpo temblaba sin cesar.
= ¡Vivo con un violador! – gritó.












Continuará…

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