26 de agosto de 2018

Dynamite - Capítulo 12



Capítulo 12
Decisión


-Doyoung, ya llegamos – llamó Taeyong mientras lo movía suavemente para que despertara.

El menor abrió los ojos con pesadez.

-Ugh, qué asco – exclamó cuando vio que las migajas de todo lo que había comido estaban regadas sobre toda su ropa.

-Límpiate la baba – dijo Taeyong ofreciéndole un pañuelo de papel.

Una vez que Doyoung estuvo “apto”, Taeyong le ayudó a salir del auto y luego bajó las maletas.

-Espera, ¿cómo me veo? – preguntó Doyoung cuando vio que Taeyong estuvo a punto de introducir las llaves en la cerradura de la puerta.

-Estás bien – respondió Taeyong sin hacer mucho caso.

-Ni siquiera me miraste – reclamó el menor.

-Te ves bien con lo que sea.

Doyoung se descolocó con aquello, pero no pudo decir nada más pues la abuela de Taeyong les envolvió en un cálido abrazo.

-Mi niño, no sabes cuánto te extrañé – dijo la señora mientras besaba las mejillas de su nieto.

-Yo más – la abrazó una vez más -Abue, este es Doyoung.

El menor hizo una reverencia.

-¡Ay! ¡Pero mira qué linda pancita! – exclamó la señora acariciándole el vientre con ternura.

Doyoung no supo cómo reaccionar, no era muy bueno con el contacto físico y la calidez debido a que toda su vida la frialdad de su familia fue lo único que conoció.

-Qué tonta soy, pasen, el frío está terrible aquí fuera.

Mientras la señora preparaba la cena, Taeyong le enseñó la casa a Doyoung.

-Sigo sin estar de acuerdo en que tu abuela me conozca, acaso, ¿no les has dicho?

-Claro que sí, pero ella insistió y no pude hacerle cambiar de parecer.

Doyoung bufó.

-Sólo piensa en lo que te dije, ¿sí? – pidió el mayor.

-Es que… es como si me estuvieras proponiendo crecer a Lucas juntos.

Taeyong iba a decir algo, pero la voz de su abuelita le interrumpió.

-Ya está lista la cena – avisó la mujer.

-Ya vamos – respondió Taeyong -¿Vienes? – preguntó a Doyoung, el cual estaba distraído en sus pensamientos.

-Sí, en un momento te alcanzo.

Taeyong asintió y salió de la habitación; la casa era muy pequeña por lo que Doyoung y él tendrían que compartir aquel cuarto.  

-¿Qué debería hacer? – Doyoung se preguntó a sí mismo mientras se veía en el espejo que había empacado en su cosmetiquera, pero el gruñir de su estómago le sacó de sus pensamientos -Ya voy – dijo a su vientre -Rayos, eres demasiado comelón.

Doyoung se sorprendió al entrar a la cocina pues en la mesa había gran cantidad de platillos y todos se veían deliciosos.

-No s̩ si est̩s acostumbrado a todo esto, pero lo hice con mucho cari̱o para mi biznieto y para ti Рdijo la abuelita de Taeyong.

El menor asintió con una amable sonrisa. Taeyong le ayudó a servirse la comida.

-¿Cuándo nacerá? – preguntó la señora, luego de un rato de silencio.

-Entre mediados y finales de enero.

-Ya falta poco – exclamó la mujer.

-Sí – suspiró Doyoung.

-Taeyong vendió varias cosas para comprarle algo de ropa, ¿puedes creerlo?

Doyoung miró con sorpresa al mayor, el cual no supo cómo reaccionar; no esperaba que su abuelita dijera aquello.

-N-no sabía.

-Será un buen padre, estoy segura – le sonrió a su nieto.

Y una vez más, Doyoung se sumió en sus pensamientos mientras Taeyong y su abuelita platicaban.

-¿Qué opinas Doyoung? – la voz de la señora le sacó de su ensimismamiento.

-¿S-sobre qué? – preguntó confundido.

-Sobre pasar las fiestas decembrinas aquí.

Tanto Taeyong como la señora le miraban expectantes. Con todo lo que había pasado, Doyoung se había olvidado de aquellas celebraciones; generalmente salía a beber algo con unos amigos o iba a visitar a su tía y a su hermano. Taeyong, por su parte, pasaba todas las vacaciones de invierno con su abuelita y Jaehyun les visitaba por un rato luego de haberse escapado de su cena familiar, pero este año todo sería diferente.

-Serían tus primeras fiestas en Corea, ¿no? – preguntó la señora.

Doyoung asintió.

-Qué mejor que pasarlas con nosotros, aquí en la tranquilidad del campo.

-¿Ya tienes planes? – preguntó Taeyong.

-No… sé, creo que no. Lo pensaré – dijo, sorprendiendo al mayor.

Luego de eso, comenzaron a platicar sobre temas banales hasta que Doyoung dijo que iría a recostarse.

-Muchas gracias, estuvo delicioso Рle dijo a la se̱ora.

-De nada, hijo. Que tengas buenas noches – le dio un beso en la mejilla.

Doyoung caminó hacia la habitación algo confundido, no estaba acostumbrado a tanta calidez. Taeyong y su abuelita recogieron la mesa y se dispusieron a lavar los platos sucios.

-Me siento mal por ese muchacho – suspiró la mujer.

-¿Por qué? – preguntó Taeyong.

-Se nota que le falta mucho cariño.

 -Sí… - contestó. Su abuelita tenía razón, detrás de aquel chico frío, orgulloso y presumido, se encontraba alguien que había sufrido demasiado.

-¿Has hablado con él sobre lo que me dijiste?

-Sólo lo mencioné, pero… es que, somos tan diferentes, no sé si podremos—

-Dense una oportunidad, ese chico está roto y tú también – le acarició la mejilla a su nieto -Sé lo mucho que Jaehyun significó para ti, pero necesitas seguir adelante por tu hijo, ¿sí?

Taeyong asintió.

-Ve a descansar, yo me encargo del resto.

-¿Segura?

-Claro que sí, pequeño.

Taeyong le dio un beso en la frente a su abuelita y fue a su habitación, Doyoung ya se había dormido. Tomó algo de ropa y una toalla y fue a darse un baño, luego de esto, se aseguró de que todas las puertas estuvieran bien cerradas y regresó a su habitación.

-Buenas noches – susurró sobre el vientre de Doyoung y se colocó para dormir, pero la cama era demasiado pequeña para ambos y quería que Doyoung estuviera lo más cómodo posible, así que salió de ésta y tomó algunas sábanas y un cobertor para dormir en la sala.

-Espera – la voz de Doyoung le detuvo cuando estuvo a punto de abandonar el lugar.

-¿Qué pasa? – preguntó.

-No sé qué será de nosotros, pero quiero que Lucas tenga a ambos padres.




Continuará…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario