Capítulo 9: Laberinto
-¡Maaark!
Pensé que no vendrías – Kevin envolvió en un fuerte abrazo al aludido.
-Ni
yo – palmeó la espalda de su amigo para que le soltara.
-¿Quién
es él? – preguntó Kevin tras notar la presencia de otro chico junto a Mark.
-Donghyuck,
le doy asesorías de inglés – explicó Mark.
-Ya
veo – se acercó a Donghyuck y puso un brazo sobre sus hombros -Tienes cara de
que te gusta beber, ¿o me equivoco?
-No,
no te equivocas – sonrió Donghyuck dejándose llevar por el chico hacia la
barra.
Mark
sólo los observaba, quería separarlos pero no podía exponerse.
-¿Viniste
solo? – preguntó Mark a Kevin.
-Nah,
vine con un conocido de ustedes.
Mark
abrió los ojos sorprendido de ver de quien se trataba.
-¿Hwall?
– exclamó.
-¿Mark,
Donghyuck? ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué los invitaste? – exclamó el chico quien
regresaba del baño.
-Oh
vamos, no seas aguafiestas, sólo se trata de tu ex – Kevin señaló a Donghyuck.
Mark
estaba entrando en pánico y tenía demasiadas preguntas en la cabeza.
-¿Cómo
es que se conocen? – preguntó Donghyuck a Kevin; el moreno sabía perfectamente
la historia pero Mark parecía no hacerlo.
Hwall
miró a Donghyuck con el ceño fruncido, no le gustaba lo cerca que su rostro se
encontraba del de Kevin, tampoco le gustaba el cinismo con el que se estaba
comportando.
-Instagram
– respondió Kevin como si nada.
-Hwall,
¿vino Wendy contigo? – preguntó un pálido y nervioso Mark.
-No
– respondió el chico sin quitar la mirada de Donghyuck y Kevin.
Mark
suspiró aliviado. El resto de sus amigos no tardó en llegar, destensando un
poco el ambiente; sin embargo, Hwall se fue luego de 15 minutos tras haber
discutido con Kevin.
-¿No
se te hace algo sospechoso lo de Hwall y Kevin? – preguntó Donghyuck luego de
que Kevin se había ido a bailar con sus amigos.
-¿Qué?
– cuestionó Mark sin dejar de mirar su celular.
-Ew,
ya supérala – bufó Donghyuck tras ver que el mayor miraba la foto que Wendy
había subido a su Instagram -Ven, vamos a bailar – lo arrastró hacia la pista.
Mark
estaba más tieso que un tronco, estaba perdido en sus pensamientos y eso
desesperaba al menor.
-Ah,
mierda, buscaré con quien hacerlo – bufó Donghyuck apartándose del mayor y
dirigiéndose hacia donde Kevin y sus amigos se encontraban.
Mark
rodó los ojos y regresó a la barra, pidió otro mojito y lo bebió de una sola
vez. Buscó a Donghyuck con la mirada y lo encontró más que feliz bailando con
Kevin o, mejor dicho, bailándole a
Kevin. Apretó los nudillos; necesitaba despejar su mente así que se dirigió al
baño para evitar hacer algo estúpido.
-Tranquilo,
Mark, tranquilo – dijo a su reflejo luego de haberse lavado la cara.
Salió
del baño y mientras caminaba rumbo hacia la barra, notó que Kevin y Donghyuck
caminaban hacia su dirección tomados de la mano.
-Hola,
Mark – saludó como si nada el menor.
-Oye…
¿no te importa si me lo llevo un rato? – preguntó Kevin.
-¿Llevártelo?
– Mark arqueó una ceja.
-Sí,
¡vamos a divertirnos!
Kevin
estaba visiblemente pasado de copas y ni qué decir de Donghyuck.
-No,
no puedes – dijo con seriedad y apartó a Donghyuck del agarre de su amigo.
-Bueno,
no importa, de todos modos tengo a Hwall – murmuró y regresó a la pista de
baile.
Mark
no le dio importancia a sus palabras, estaba molesto por las acciones de
Donghyuck.
-¡No
puedo dejarte solo 5 minutos! – reclamó.
-Íbamos
a divertirnos, pero tú arruinaste todo – bufó el moreno.
-Conozco
a Kevin y sé a lo que iba contigo – dicho esto, ayudó al menor a entrar al
baño, le mojó el rostro y ayudó a secarse.
El
agua escurría por el cuello de Donghyuck, mojando su camisa, Mark tragó fuerte
ante aquella tentadora imagen.
-Tengo
calor – se quejó el menor, desabrochándose la camisa.
El
mayor solo observaba la escena; no pudo contenerlo más y lo presionó contra la
pared.
-¿Qué
pasa? – preguntó Donghyuck.
-Lo
haces apropósito, ¿verdad?
-¿Hacer
qué?
-Todo
esto, sabes que me molesta.
-Ay,
Mark, tú vives molesto con el mundo. Yo no te obligué a traerme.
El
mayor mandó todo al demonio, el pudor y su juicio. Besó salvajemente al moreno,
introduciendo su lengua sin importarle los quejidos que este daba. Enredó
aquellas piernas de infarto en su cintura tras haberle retirado los pantalones.
-Mark….
Ah… - jadeó en su oído -Se siente tan bien – gimió tras sentir la intromisión
del mayor.
El
aludido volvió a besarlo. Por suerte había asegurado la puerta del baño para
que nadie más entrara.
-Sólo
puedes hacer esto conmigo, Donghyuck. No lo olvides – arremetió con más fuerza,
provocando lloriqueos en el menor.
-S-sí…
ah… ya voy a— hmn… - Mark lo había besado una vez más para callar sus gemidos.
Donghyuck
apretó el agarre que tenía en el hombro del menor y echó la cabeza hacia atrás,
terminando entre sus cuerpos. Mark le siguió poco tiempo después.
Ambos
descansaron en esa posición hasta que sus respiraciones se regularon. Una vez
que arreglaron sus ropas, Mark ayudó a Donghyuck a salir del bar; ni si quiera
se despidió de sus amigos.
-Casi
las 2 de la madrugada, demonios – pisó el acelerador y se dirigió velozmente al
departamento de Donghyuck.
Tras
llegar, notó que todas las luces se encontraban apagadas, seguramente Jeno ya
se había ido a dormir así que rápidamente sacó las llaves del bolsillo
delantero del pantalón de Donghyuck, lo cargó como pudo y lo subió al
departamento que, por suerte, estaba en el segundo piso. Tras abrir la puerta,
lanzó a Donghyuck al suelo aprovechando que estaba profundamente dormido.
-Eso
es por casi irte con Kevin – murmuró para sí mismo, lanzó las llaves y huyó de
ahí.
Aquel
fuerte estruendo despertó a Jeno cuya habitación estaba cerca a la puerta. No
se sorprendió al ver a su amigo en el suelo, Donghyuck iba a beber cada vez que
tenía una discusión con su familia y era normal encontrarlo en ese estado. Se
acercó para incorporarlo y un conocido perfume se apoderó de su nariz.
-No,
debo estar imaginando cosas – dijo para sí mismo, aquel aroma era del perfume
favorito de Mark, y para colmo, el menor tenía un enorme moretón en el cuello.
Tratando
de evitar que esos pensamientos invadieran su mente, llevó a Donghyuck a su
habitación, lo recostó en la cama, le retiró los zapatos y regresó a tratar de
dormir.
-No,
Mark no es de esos – murmuró para luego caer dormido.
💞
Dos
días después de aquel incidente, Mark había decidido ir a visitar a Jeno para
hablar sobre su situación con Wendy aunque en realidad era para ver a
Donghyuck.
-Sabes,
hace unos días Donghyuck llegó borracho – comentó Jeno con intenciones de
averiguar la verdad, pero sin verse obvio.
-No
me extraña – contestó Mark sin darle mucha importancia al asunto y dedicándose a
disfrutar el frappé que había comprado.
-Me
pregunto si está viendo a alguien – Jeno hizo una pausa para analizar las
expresiones de su amigo -Porque tenía un moretón en el cuello.
Mark
tragó fuerte y comenzó a apretar con fuerza el vaso de plástico en el que se
encontraba su bebida.
-Es
capaz de todo – dijo el mayor, tratando de no sonar nervioso.
-Sí,
incluso es capaz de enredarse contigo.
Mark
se atragantó con el café.
-Ese
día, mientras lo ayudaba a cambiarse, sentí tu perfume en su ropa – explicó
Jeno.
-¿Y?
– respondió Mark luego de haber aclarado la garganta.
-¿Cómo
que “y”? – reclamó el menor -Mark, seamos honestos, Donghyuck no podría comprarse
un perfume así, además dijiste que tu tía-abuela lo enviaba desde Hong Kong.
-Puede
estar usando una imitación – respondió el aludido.
-¡Basta!
Dime qué te traes con él – exigió Jeno, perdiendo la paciencia.
Mark
tomó aire y miró fijamente a su amigo.
-Nada
– contestó -Entre Donghyuck y yo no hay nada – dicho esto se levantó de la
silla, tomó su celular y su bebida y salió molesto del departamento.
Jeno
se había sumido tanto en sus pensamientos que no se percató de que Donghyuck
había regresado de hacer algunas compras.
-¿A
qué vino Mark? – preguntó atrayendo la atención de su compañero.
Jeno
miró de arriba abajo a Donghyuck, el cual cargaba varias bolsas de tiendas de
ropa y zapatos.
-¿De
dónde sacaste el dinero para comprar todo eso? – preguntó al moreno.
-Ya
te lo dije, tenía algunos ahorros – contestó -Incluso te compré los zapatos que
tanto querías – le extendió una caja.
-¿Qué?
¡Pero si son carísimos! – exclamó.
-Eres
mi amigo, lo mereces – tomó el resto de las bolsas y entró a su habitación.
Para
Jeno algo andaba mal ahí, Donghyuck no podía haber acumulado tanto dinero en tan
sólo meses de estar trabajando como ayudante de cocina.
💞
[Horas después]
Jeno
se sentía el peor amigo del mundo al estar revisando entre las pertenencias de
Donghyuck pero necesitaba confirmar o descartar su teoría. El moreno había vuelto
a salir sin decir a dónde iba.
-Sólo
hay recibos de compra – suspiró sentándose en el desastre que Donghyuck tenía
por cama. Recorrió una vez más con la mirada la habitación, topándose con un
pote de lubricante escondido en un rincón. Jeno tragó fuerte y se acercó a
este, tomó un pañuelo de papel y lo sacó de aquel lugar -Definitivamente ha
estado acostándose con alguien aquí – dijo para sí mismo, regresando el
lubricante a su lugar.
Mientras
salía de la habitación, su celular comenzó a sonar.
-¿Hola?
-Hola, Jeno. Soy Wendy.
Continuará…
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