5 de marzo de 2019

Dynamite: Explosive - Capítulo 9



Capítulo 9: Laberinto


-¡Maaark! Pensé que no vendrías – Kevin envolvió en un fuerte abrazo al aludido.

-Ni yo – palmeó la espalda de su amigo para que le soltara.

-¿Quién es él? – preguntó Kevin tras notar la presencia de otro chico junto a Mark.

-Donghyuck, le doy asesorías de inglés – explicó Mark.

-Ya veo – se acercó a Donghyuck y puso un brazo sobre sus hombros -Tienes cara de que te gusta beber, ¿o me equivoco?

-No, no te equivocas – sonrió Donghyuck dejándose llevar por el chico hacia la barra.

Mark sólo los observaba, quería separarlos pero no podía exponerse.

-¿Viniste solo? – preguntó Mark a Kevin.

-Nah, vine con un conocido de ustedes.

Mark abrió los ojos sorprendido de ver de quien se trataba.

-¿Hwall? – exclamó.

-¿Mark, Donghyuck? ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué los invitaste? – exclamó el chico quien regresaba del baño.

-Oh vamos, no seas aguafiestas, sólo se trata de tu ex – Kevin señaló a Donghyuck.

Mark estaba entrando en pánico y tenía demasiadas preguntas en la cabeza.

-¿Cómo es que se conocen? – preguntó Donghyuck a Kevin; el moreno sabía perfectamente la historia pero Mark parecía no hacerlo.

Hwall miró a Donghyuck con el ceño fruncido, no le gustaba lo cerca que su rostro se encontraba del de Kevin, tampoco le gustaba el cinismo con el que se estaba comportando.

-Instagram – respondió Kevin como si nada.

-Hwall, ¿vino Wendy contigo? – preguntó un pálido y nervioso Mark.

-No – respondió el chico sin quitar la mirada de Donghyuck y Kevin.

Mark suspiró aliviado. El resto de sus amigos no tardó en llegar, destensando un poco el ambiente; sin embargo, Hwall se fue luego de 15 minutos tras haber discutido con Kevin.

-¿No se te hace algo sospechoso lo de Hwall y Kevin? – preguntó Donghyuck luego de que Kevin se había ido a bailar con sus amigos.

-¿Qué? – cuestionó Mark sin dejar de mirar su celular.

-Ew, ya supérala – bufó Donghyuck tras ver que el mayor miraba la foto que Wendy había subido a su Instagram -Ven, vamos a bailar – lo arrastró hacia la pista.

Mark estaba más tieso que un tronco, estaba perdido en sus pensamientos y eso desesperaba al menor.

-Ah, mierda, buscaré con quien hacerlo – bufó Donghyuck apartándose del mayor y dirigiéndose hacia donde Kevin y sus amigos se encontraban.

Mark rodó los ojos y regresó a la barra, pidió otro mojito y lo bebió de una sola vez. Buscó a Donghyuck con la mirada y lo encontró más que feliz bailando con Kevin o, mejor dicho, bailándole a Kevin. Apretó los nudillos; necesitaba despejar su mente así que se dirigió al baño para evitar hacer algo estúpido.

-Tranquilo, Mark, tranquilo – dijo a su reflejo luego de haberse lavado la cara.

Salió del baño y mientras caminaba rumbo hacia la barra, notó que Kevin y Donghyuck caminaban hacia su dirección tomados de la mano.

-Hola, Mark – saludó como si nada el menor.

-Oye… ¿no te importa si me lo llevo un rato? – preguntó Kevin.

-¿Llevártelo? – Mark arqueó una ceja.

-Sí, ¡vamos a divertirnos!

Kevin estaba visiblemente pasado de copas y ni qué decir de Donghyuck.

-No, no puedes – dijo con seriedad y apartó a Donghyuck del agarre de su amigo.

-Bueno, no importa, de todos modos tengo a Hwall – murmuró y regresó a la pista de baile.

Mark no le dio importancia a sus palabras, estaba molesto por las acciones de Donghyuck.

-¡No puedo dejarte solo 5 minutos! – reclamó.

-Íbamos a divertirnos, pero tú arruinaste todo – bufó el moreno.

-Conozco a Kevin y sé a lo que iba contigo – dicho esto, ayudó al menor a entrar al baño, le mojó el rostro y ayudó a secarse.

El agua escurría por el cuello de Donghyuck, mojando su camisa, Mark tragó fuerte ante aquella tentadora imagen.

-Tengo calor – se quejó el menor, desabrochándose la camisa.

El mayor solo observaba la escena; no pudo contenerlo más y lo presionó contra la pared.

-¿Qué pasa? – preguntó Donghyuck.

-Lo haces apropósito, ¿verdad?

-¿Hacer qué?

-Todo esto, sabes que me molesta.

-Ay, Mark, tú vives molesto con el mundo. Yo no te obligué a traerme.

El mayor mandó todo al demonio, el pudor y su juicio. Besó salvajemente al moreno, introduciendo su lengua sin importarle los quejidos que este daba. Enredó aquellas piernas de infarto en su cintura tras haberle retirado los pantalones.

-Mark…. Ah… - jadeó en su oído -Se siente tan bien – gimió tras sentir la intromisión del mayor.

El aludido volvió a besarlo. Por suerte había asegurado la puerta del baño para que nadie más entrara.

-Sólo puedes hacer esto conmigo, Donghyuck. No lo olvides – arremetió con más fuerza, provocando lloriqueos en el menor.

-S-sí… ah… ya voy a— hmn… - Mark lo había besado una vez más para callar sus gemidos.

Donghyuck apretó el agarre que tenía en el hombro del menor y echó la cabeza hacia atrás, terminando entre sus cuerpos. Mark le siguió poco tiempo después.

Ambos descansaron en esa posición hasta que sus respiraciones se regularon. Una vez que arreglaron sus ropas, Mark ayudó a Donghyuck a salir del bar; ni si quiera se despidió de sus amigos.

-Casi las 2 de la madrugada, demonios – pisó el acelerador y se dirigió velozmente al departamento de Donghyuck.

Tras llegar, notó que todas las luces se encontraban apagadas, seguramente Jeno ya se había ido a dormir así que rápidamente sacó las llaves del bolsillo delantero del pantalón de Donghyuck, lo cargó como pudo y lo subió al departamento que, por suerte, estaba en el segundo piso. Tras abrir la puerta, lanzó a Donghyuck al suelo aprovechando que estaba profundamente dormido.

-Eso es por casi irte con Kevin – murmuró para sí mismo, lanzó las llaves y huyó de ahí.

Aquel fuerte estruendo despertó a Jeno cuya habitación estaba cerca a la puerta. No se sorprendió al ver a su amigo en el suelo, Donghyuck iba a beber cada vez que tenía una discusión con su familia y era normal encontrarlo en ese estado. Se acercó para incorporarlo y un conocido perfume se apoderó de su nariz.

-No, debo estar imaginando cosas – dijo para sí mismo, aquel aroma era del perfume favorito de Mark, y para colmo, el menor tenía un enorme moretón en el cuello.

Tratando de evitar que esos pensamientos invadieran su mente, llevó a Donghyuck a su habitación, lo recostó en la cama, le retiró los zapatos y regresó a tratar de dormir.

-No, Mark no es de esos – murmuró para luego caer dormido.









💞








Dos días después de aquel incidente, Mark había decidido ir a visitar a Jeno para hablar sobre su situación con Wendy aunque en realidad era para ver a Donghyuck.

-Sabes, hace unos días Donghyuck llegó borracho – comentó Jeno con intenciones de averiguar la verdad, pero sin verse obvio. 

-No me extraña – contestó Mark sin darle mucha importancia al asunto y dedicándose a disfrutar el frappé que había comprado.

-Me pregunto si está viendo a alguien – Jeno hizo una pausa para analizar las expresiones de su amigo -Porque tenía un moretón en el cuello.

Mark tragó fuerte y comenzó a apretar con fuerza el vaso de plástico en el que se encontraba su bebida.

-Es capaz de todo – dijo el mayor, tratando de no sonar nervioso.

-Sí, incluso es capaz de enredarse contigo.

Mark se atragantó con el café.

-Ese día, mientras lo ayudaba a cambiarse, sentí tu perfume en su ropa – explicó Jeno.

-¿Y? – respondió Mark luego de haber aclarado la garganta.

-¿Cómo que “y”? – reclamó el menor -Mark, seamos honestos, Donghyuck no podría comprarse un perfume así, además dijiste que tu tía-abuela lo enviaba desde Hong Kong.

-Puede estar usando una imitación – respondió el aludido.

-¡Basta! Dime qué te traes con él – exigió Jeno, perdiendo la paciencia.

Mark tomó aire y miró fijamente a su amigo.

-Nada – contestó -Entre Donghyuck y yo no hay nada – dicho esto se levantó de la silla, tomó su celular y su bebida y salió molesto del departamento.

Jeno se había sumido tanto en sus pensamientos que no se percató de que Donghyuck había regresado de hacer algunas compras.

-¿A qué vino Mark? – preguntó atrayendo la atención de su compañero.

Jeno miró de arriba abajo a Donghyuck, el cual cargaba varias bolsas de tiendas de ropa y zapatos.

-¿De dónde sacaste el dinero para comprar todo eso? – preguntó al moreno.

-Ya te lo dije, tenía algunos ahorros – contestó -Incluso te compré los zapatos que tanto querías – le extendió una caja.

-¿Qué? ¡Pero si son carísimos! – exclamó.

-Eres mi amigo, lo mereces – tomó el resto de las bolsas y entró a su habitación.

Para Jeno algo andaba mal ahí, Donghyuck no podía haber acumulado tanto dinero en tan sólo meses de estar trabajando como ayudante de cocina.








💞








[Horas después]

Jeno se sentía el peor amigo del mundo al estar revisando entre las pertenencias de Donghyuck pero necesitaba confirmar o descartar su teoría. El moreno había vuelto a salir sin decir a dónde iba.

-Sólo hay recibos de compra – suspiró sentándose en el desastre que Donghyuck tenía por cama. Recorrió una vez más con la mirada la habitación, topándose con un pote de lubricante escondido en un rincón. Jeno tragó fuerte y se acercó a este, tomó un pañuelo de papel y lo sacó de aquel lugar -Definitivamente ha estado acostándose con alguien aquí – dijo para sí mismo, regresando el lubricante a su lugar.

Mientras salía de la habitación, su celular comenzó a sonar.


-¿Hola?


-Hola, Jeno. Soy Wendy.



Continuará…

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