29 de diciembre de 2019

Dynamite: Flammable - Capítulo 2



Capítulo 2: Un reto


-Es inútil – suspiró Jungwoo tras ingresar a su oficina -No me cree.

-¿Qué?

Jungwoo dio un brinco cuando escuchó la voz de Lucas.

-¿Qué haces aquí?

-Tu papi me dio acceso ilimitado a ciertas zonas de la agencia por ser el novio de su hijo.

-No eres más que un parásito.

Lucas se levantó del sillón en el que estaba sentado y se acercó a Jungwoo.

-Soy más que eso y te lo puedo demostrar en cualquier momento – empujó suavemente al mayor, el cual chocó contra el escritorio -Estar con un abuelito te restó juventud.

-Por una mierda, suéltame.

-Deja de resistirte, sé que también quieres – le lamió la oreja lo cual ocasionó que el mayor dejara escapar un jadeo -Sabía que este era tu punto débil – repitió la acción.

Jungwoo comenzaba a agitarse y a dejar de intentar separar al moreno de su cuerpo.

-Qué fácil eres – Lucas lo tomó bruscamente de la barbilla y lo besó.

El beso se fue intensificando. Jungwoo ya se encontraba sentado en el escritorio mientras Lucas permanecía de pie, pero enfocado en su trabajo; justamente cuando estaba por levantar la camisa de Jungwoo, la puerta se abrió y fueron separados.

-¡No puedo creer lo zorra que eres! – gritó Hyoyeon a su hijastro.

-Pero yo no he—

Las palabras de Jungwoo fueron interrumpidas por una fuerte cachetada.

-No pienso compartir a Lucas contigo.

El aludido sólo observaba con diversión la escena.

-Pues intenta hacer entender a mi papá que no tengo nada con él.

-¿Nada? ¿Y lo que acabo de ver qué fue?

Jungwoo suspiró cansado.

- Hyoyeon, ¿por qué no vamos a relajarnos a otro lugar? – intervino Lucas tras que la discusión se intensificaba.

-Sí, aprovechen que mi papá está de viaje.

La mujer bufó, tomó a Lucas de la muñeca y lo arrastró fuera de ahí. Jungwoo se quedó un buen rato mirando hacia la puerta hasta que el sonido de su celular le sacó de sus pensamientos.

-Yuta – dijo para sí mismo.







💘






[Al día siguiente]

-¿Lograste calmarla?

-Obviamente. Toda la noche – contestó Lucas -Me sorprende que no hayas respondido a la cachetada que te dio. Debió doler.

-No voy a rebajarme a su nivel.

Jungwoo cerró su laptop y miró a Lucas.

-¿Cuánto quieres por dejarme en paz?

El moreno se sorprendió con aquella pregunta.

-No sólo quiero dinero, también quiero poder.

-Pues estás usando el camino incorrecto.

-Todos hemos hecho cosas ilegales alguna vez – dijo -Estar contigo me abre muchas puertas y calla los rumores sobre mi relación con tu madrastra.

-Eres increíblemente egoísta.

-No, sólo me adoro demasiado.

-Hemos tratado con gente de más poder, ¿por qué no escogiste a alguno de ellos o de sus hijos?

-Sabía que sería más fácil contigo porque soy tu tipo.

Jungwoo abrió los ojos de par en par.

-Lo supe desde la primera sesión de fotos, no me quitabas los ojos de encima.

-No es verdad.

-No estoy para discutir, tu mami me dejó cansado.

Jungwoo aporreó ambas manos en su escritorio al mismo tiempo que se ponía de pie.

-Nunca vuelvas a comparar a mi mamá con ella. Esa zorra jamás ocupará su lugar.

Lucas nunca lo había visto tan furioso; no sabía nada de la madre de Jungwoo pero aquella reacción le ayudó a descubrir el punto ciego del chico.

-¿Por qué estás sonriendo? – reclamó el mayor.

-Nada – contestó tranquilamente.

Su extraña discusión se vio interrumpida por la secretaria avisando que alguien había llegado a visitar a Jungwoo.

-Yuta – exclamó el chico apenas lo vio en el marco de la puerta -No te preocupes, Lucas ya se iba, ¿verdad?

El moreno asintió, pero no se movía, así que Jungwoo comenzó a empujarlo hacia la salida al mismo tiempo que Yuta ingresaba a la oficina.

-Qué necio eres – reclamó Jungwoo.

-No quiero dejarte solo con ese abuelito.

-Cállate.

-Te estaré esperando en el estacionamiento – sonrió y se alejó de ahí.

Jungwoo suspiró con cansancio e ingresó a su oficina.

-Lo siento – murmuró.

-¿En verdad tienes algo con él? – preguntó Yuta.

-Claro que no. Mi asquerosa madrastra inventó todo – explicó cansando.

-Pero… te mira diferente.

-Basta, Yuta. No quiero hablar del tema.

-De acuerdo – pausó -¿A dónde quieres ir a comer?

Jungwoo se acercó a él, rodeó su cuello con ambos brazos mientras que Yuta lo hizo con su cintura.

-A donde t̼ quieras Рle dio un beso en los labios.

-Si fuera por mí te llevo muy pero muy lejos de aquí.

Jungwoo sonrió suavemente y ambos se sumieron en un apasionado beso que se vio interrumpido por alguien tocando con insistencia la puerta.  

-¿Qué demonios quieres? – contestó Jungwoo tras ver que se trataba de Lucas.

-Tu papi viene en camino.

Yuta y Jungwoo se miraron asustados, si el padre del segundo les veía, sólo lograrían reavivar sus sospechas.

-Iré a la sala de juntas – Yuta le dio un beso en la mejilla a Jungwoo y caminó hacia la salida, chocando miradas con Lucas antes de abandonar la oficina.

-Como que le caigo mal, ¿no crees? – preguntó Lucas.

Jungwoo rodó los ojos y suspiró.

-Vamos, démosle la bienvenida a mi suegrito – Lucas le extendió la mano a Jungwoo.

-Te odio – murmuró el mayor.

Lucas lo atrajo a su cuerpo, dejándolo a escasos centímetros de su boca.

-No lo haces – dijo el menor contra los labios del otro -Te gusto, deja de negarlo – dicho esto lo besó con hambre.

Jungwoo comenzó a corresponder con la misma intensidad hasta que el sonido de alguien aclarándose la garganta, rompió su burbuja de felicidad.

-Buenas… tardes, chicos – saludó el padre Jungwoo visiblemente apenado.

-Papá – exclamó Jungwoo empujando con fuerza a Lucas y arreglándose la ropa.

-¿Y Yuta? Lucas me dijo que estaba en tu oficina.

Jungwoo miró enfurecido al menor, quien tuvo el descaro de guiñarle un ojo.

-Está en la sala de juntas – respondió Jungwoo.

-Ya veo. Amm… pasen el resto de la tarde juntos, se nota que lo necesitan – dijo el señor antes de salir de la oficina.

-Gracias, suegrito – dijo Lucas.

-¡Mierda! Cómo puedes ser tan…

-¿Tan…? ¿Hermoso, encantador, bello?

-Estoy cansado, le diré a mi papá que todo esto es una maldita farsa y a quien en realidad te estás cogiendo es a mi madrastra – advirtió Jungwoo.

Lucas los tomó del brazo cuando iba camino a la salida.

-Es por eso, ¿no? Como no te he cogido, estás ardido.

Jungwoo le dio una sonora cachetada.

-Deja de pensar con tu otra cabeza por una puta vez en la vida.

Con algo de fuerza, Lucas lo acorraló entre la puerta y su cuerpo, haciendo que esta hiciera un fuerte ruido que llamó la atención de la secretaria.

-¿Todo bien, joven Jungwoo? – preguntó la mujer.

-S-sí, todo bien. No te preocupes – respondió el aludido mientras miraba con nerviosismo y algo de excitación al menor.

-Vaya, creo que el que necesita dejar de pensar con su otra cabeza es otro, ¿no crees? – con una pierna, Lucas comenzó a abrirse espacio entre las de Jungwoo.

-L-lucas… - jadeó el mayor.

-Disfrutemos del momento, ¿sí?

Dicho esto, ambos se sumieron en una guerra de hambrientos y delirantes besos que les siguió hasta llegar al escritorio, en donde Lucas recostó con brusquedad a Jungwoo, haciendo que todo lo que estuviera sobre esta, cayera al suelo.

-Hey, chica – Lucas llamó por teléfono a la secretaria.


-Dígame, joven.


-Vete a comer y tarda lo que necesites, que tu jefecito estará ocupado.


-¿S-seguro?


-Segurísimo. No hay problema.


-G-gracias.


Lucas bajó con desesperación sus pantalones, mientras Jungwoo hacía lo mismo.

-Ah… olvidé lo que era hacerlo con un chico – jadeó a la vez que rosaba su miembro contra la entrada del mayor.

Jungwoo le miró sorprendido.

-¿Qué? En la vida hay que probar de todo – comenzó a adentrarse en el otro, quien soltó un gemido ahogado.

 Jungwoo atrajo al moreno a su cuerpo. Ambos empezaban a entregarse al momento.

-Apuesto a que Yuta no te excita ni la mitad de lo que yo lo hago.

Y con estas palabras, la cordura regresó a Jungwoo haciendo que comenzara a empujar a Lucas para que se quitara de encima.

-¿Es enserio? – exclamó el menor.

-Déjame – pidió Jungwoo.

Lucas maldijo en voz baja y salió del mayor. Se metió al baño de la oficina para bajar su erección. Jungwoo se limpió un poco y arregló sus ropas.

-No sabía que de verdad le querías – comentó Lucas mientras salía del baño.

-Le tengo mucho cariño y lo que menos quiero es hacerle daño – aclaró.

Lucas rodó los ojos.

-Qué cursi eres – bufó -Pero aun así no desistiré. Estar contigo me da mucho poder – murmuró mientras abandonaba la oficina.






💘







Lucas se fue directo a su casa; tenía cerca de 20 llamadas perdidas e infinidad de mensajes de Hyoyeon. No quería hablar con ella; necesitaba pensar. Jamás había sido rechazado así por alguien. Al parecer, Jungwoo sí apreciaba a Yuta y eso sólo interfería con su plan.

Cortó la enésima llamada de Hyoyeon y decidió llamar a Jungwoo.


-¿Qué quieres?


-Pensé que no me contestarías.

-Habla rápido, estoy ocupado.


-¿Con Yuta?


-Sí, ¿algún problema?


-Sí. Soy tu novio.


-¡Es falso!


-Escúchame bien, no dejaré que arruines mis planes.


-Deja de decir estupideces.


-No juegues con fuego que vas a salir quemado – dijo Lucas y cortó la llamada -Mierda – bufó para sí mismo.

Por primera vez en su vida de casanova, se enfrentaba a un verdadero reto.




Continuará…

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