28 de noviembre de 2020

Black Mamba - Capítulo Extra

 

 

Del lat. tardío anathÄ•ma, y este del gr. á¼€Î½á½±Î¸ÎµÎ¼Î± anáthema 'ofrenda votiva', 'objeto maldito', 'maldición, anatema', infl. en su acentuación por el lat. tardío anathÄ“ma 'ofrenda, don', del gr. á¼€Î½á½±Î¸Î·Î¼Î± anáthÄ“ma.

1. m. Excomunión (‖ acción de excomulgar).

2. m. Maldición, imprecación.

 

 

 

Capítulo extra: Anatema

 

-Kim Jaehyun. Eres libre – indicó el guardia, abriendo la celda en la cual se encontraban varios chicos relacionados con el ataque a la mansión Lee.

-¿Q-qué?

-Órdenes de arriba – se limitó a decir el hombre mientras lo llevaba hacia la salida.

Una vez firmados los documentos pertinentes, Jaehyun abandonó aquel lugar. En su rostro se dibujó una enorme sonrisa tras reconocer la camioneta negra que le esperaba en la puerta. Ingresó a la parte de atrás.

-Hola – saludó Jaehyun.

-No puedo ir a recoger a mi hija a la escuela sin que te metas en problemas, ¿verdad?

-Perdón – bufó Jaehyun -Y gracias por sacarme.

-Ese Mark Lee en verdad en un imbécil. ¿Cómo se le ocurre robarle a esa familia?

-¿Podrías ayudarlo también?

-No – cortó -Hay cierto límite que debo respetar, sobre todo si se trata de familias élite como los Lee.

-Pero los demás—

-Tu chistecito saldrá caro, tendré que enviar un chivo expiatorio para que me dejen tranquilo.

-¿Qué? ¿A quién?

-A alguien sin importancia. Ahora vamos por unas hamburguesas que se lo prometí a mi hija.

-¿Vendrá Jaehyun con nosotros? – preguntó la niña.

Doyoung miró a la menor por el espejo retrovisor y luego a Jaehyun.

-No se lo merece.

-Pero si es tu novio, pá.

El aludido frenó intempestivamente.

-Es— - intentó explicar Doyoung, pero la niña fue más rápida.

-Tienes una foto con él como fondo de pantalla en el celular que usas para la familia.

Doyoung se quedó sin palabras.

-Vaya, sí que es difícil engañar a los niños de hoy en día – murmuró Jaehyun, sin pena de ocultar su sonrisa.

-Tú cállate – bufó Doyoung -Está bien, irá con nosotros. Qué tal si lo dejo solo y hacer otra tontería.

-Sólo di que no puedes vivir sin mí – bromeó el menor, causando que la niña se riera tras ver la cara de aturdido de su padre.

 

 

 


 



 

[Años después]

 

-Me tiene harto – bufó Doyoung mientras se acomodaba en la cama.

-¿Qué?

-El tipo que viene a ver a mi hija.

-No le veo nada malo, es cort̩s y amable Рdijo Jaehyun.

-Lo sé y eso me molesta.

-No te pongas celoso. Sabes que siempre serás el número 1 en su vida.

Doyoung rodó los ojos y se acurrucó en el regazo de Jaehyun.

-Dijiste que necesitabas hablar conmigo sobre algo – agregó el mayor.

-Sí… - contestó Jaehyun, dejando de acariciarle el cabello -Es sobre Mark.

-¿Sigues en contacto con él?

-Necesita nuestra ayuda para ubicar a Donghyuck. Quise ayudarle, pero ya no cuento con los mismos recursos como cuando era Black Mamba.

-No me digas que le está culpando por la explosión de su restaurante.

-¿Cómo sabes?

-He oído cosas en el Centro – se incorporó en la cama y se recargó en la cabecera -Escucha… ese chico, Donghyuck, está relacionado con Lucas Lee. Al parecer es su favorito.

-¿Q-qué? ¿Cómo pudo—?

-Fue un negocio con tu querido Mark Lee.

Jaehyun estaba atónito.

-Y me sorprende que luego de tantos años siga tras ese chico. Mi experiencia y sexto sentido me dice que hay algo turbio en todo esto.

-¿Qué?

-Mark se está obsesionando con Donghyuck, pero no cualquier obsesión – pausó -Para mí que hay algo de atracción entre ambos.

-¿Atracción?

Doyoung asintió.

-Sí, cariño. El verdadero loco aquí no es el que estuvo internado en Suiza, sino el que lo sacó de ahí.

 

 

 

 

 

 

 

 

Doyoung rodó los ojos apenas vio a Mark sentado en su oficina. Tomó una bocanada de aire e ingresó al lugar.

-Aquí la tienes – le aporreó una hoja con la dirección de Donghyuck.

-Amable, como siempre.

-Estoy harto de ti, sólo eres una mala influencia para Jaehyun.

-¿Ah si? Lo dice el detective que sale con un hacker.

-Jaehyun es un buen chico, tú por otro lado, tienes una extraña obsesión con el asesino de tu novia. Hasta pensaría que estás enamorado de él.

-Ugh, mejor me voy. Eres demasiado molesto – bufó Mark, poniéndose de pie.

-¿Qué? ¿Acaso acerté? Soy detective, hijo. Sé de lo que hablo.

Mark le enseñó el dedo de en medio y salió de la oficina.

-Ya veremos quién es el mentiroso aquí – murmuró para sí mismo, mientras encendía un cigarrillo.

 


 

 

 

 

 

 

El Centro de Inteligencia había recibido una notificación donde se solicitaba su presencia en una escena de crimen en donde habían encontrado en un terreno baldío, los restos de una persona. Al parecer el estado del cuerpo coincidía con el modus operandi de Lucas Lee.

-Vaya, qué terrible. En verdad querían desaparecerlo – exclamó un policía.

-No sientas pena por él. Sabía muy bien en dónde se estaba metiendo – intervino Doyoung, acercándose un poco al cuerpo -Ahora regreso, haré una llamada.

Una vez que estuvo lejos de la escena, llamó a Jaehyun.

 

-Hola, ¿vendrás a cenar? Estoy preparando tu pasta favorita.

 

-¿Cuánto apuestas a que tu amiguito vuelve a pedir mi ayuda?

 

-¿Hablas de Mark?

 

-¿Conoces a alguien más que esté enamorado del asesino de su novia? 

-Doy—

 

-Estoy en una escena del crimen. Todo indica que la persona estaba relacionada con Lucas.

 

-¿Crees que es Donghyuck?

 

-Para nada. No sé qué tiene ese chico que trae loco a un enfermo sanguinario como Lucas y a un mentiroso como Mark – pausó -Ah, y sí, sí llegaré a cenar.

 

-Oh. Bueno, entonces te espero.

 

La llamada finalizó y Doyoung regresó a la escena del crimen. Era cuestión de esperar a que Mark le localizara. El rompecabezas para dar con Lucas estaba a punto de completarse.

 

 


 

 

 

 

 

-¡¿Cómo que lo encontraron muerto en Suiza?! – reclamó Yunho, desde el otro lado de la línea.

 

-Así es, jefe. Todo indica que fue un ajuste de cuentas.

 

-¿Estás seguro?

 

-Señor, Lucas estaba rodeado de enemigos.

 

-Está bien. Cuando regrese a Corea, revisaré todo.

 

-¿Revisarlo? ¿No prefiere que lo cierre de una vez?

 

-¿Y si hay algo más?

 

-Confíe en mí, jefe. ¿Cuándo le he fallado?

 

-¿Quieres que te conteste o mejor te digo el nombre con el que intentas ocultarlo?

 

Doyoung se aclaró la garganta y se desajustó la corbata.

 

-Ya revisé todo. Fue un ajuste de cuentas, no encontramos rastros del hijo de los Lee. Sigue desaparecido y a este paso, creo que hasta muerto.

 

-De acuerdo. Cierra el caso.

 

-Entendido, jefe.

 

Doyoung finalizó la llamada y sonrió para sus adentros. Su rompecabezas se había completado, tal y como predijo, Mark Lee asesinó a Lucas y desapareció con Donghyuck.

-Y el mentiroso era yo – dijo para sí mismo.

Muy en su interior se sentía identificado con Mark, pues ambos habían caído ante los encantos de las personas que persiguieron durante muchos años con el objetivo de destruirlas, por lo que, como acto de caridad, decidió desaparecer toda la evidencia conectada a él.

-Seamos criminalmente felices – suspiró mientras miraba la ciudad a través del enorme ventanal de su oficina.

 

 

 

EL FIN

Copyright © 2020 Kang. Prohibida su copia, adaptación y/o redistribución.


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Hasta aquí llegan todas mis historias del 2020. 

Fue un año bastante complicado que me ocasionó una montaña rusa de emociones. 

Espero que el universo conspire a mi favor el próximo año.

Gracias por leer y apoyarme,

Kang

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Black Mamba - Capítulo 6 (final)

 


La mordedura de la mamba negra es conocida por los locales de Sudáfrica como el "beso de la muerte". Una sola picadura puede suministrar suficiente veneno neurotóxico como para matar a 15 hombres adultos.

 

 

Capítulo 6: El beso de la muerte (final)

 

“Ante todo pronóstico, el Centro de Inteligencia de Corea ha publicado esta mañana un comunicado donde anuncia de manera oficial la suspensión de la persecución a Black Mamba; declaró que no se seguirá con la investigación, ya que no hay pruebas para demostrar su responsabilidad en el saqueo del Banco de Corea.

Por otro lado, recalcó que se continuará investigando al grupo Dendroaspis (Mambas) hasta dar con el verdadero responsable.

Finalmente, el dinero robado en el saqueo, será tomado del Fondo de Ahorros y reembolsado a los afectados.”

 

 

Jaehyun no podía creer lo que había escuchado.

 

¿Cómo que ya no seguirán tras él?

¿Acaso era todo parte de un plan para atraparlo desprevenido?

¿Qué estaba pasando?

 

Pagó lo consumido en aquella cafetería de paso y abandonó el lugar. Caminó hacia su auto. Llevaba tiempo planeando desaparecer hasta que todo se calmara y ahora su plan había tomado más fuerza tras la noticia de hace un momento. No sabía si confiar en Doyoung, su razón se había nublado por culpa de sus sentimientos. Suspiró con pesadez, ingresó al auto y cuando estuvo a punto de encender el motor, su celular comenzó a vibrar.

 

-¿Qué?

 

-Jefe, los de arriba dicen que buen trabajo.

 

-¿Está sano y salvo?

 

-Se recuperará.

 

-Bien, dile a Taeil que cuide mejor a su hijo.

 

-Sí, jefe.

 

-Me iré por un tiempo. No se preocupen, trabajaré desde ahí.

 

-Entendido.

 

 

Jaehyun cortó la llama, depositó su celular en el asiento del copiloto y emprendió su marcha sin rumbo.

 

 


 

 

 


 

Doyoung decía que ya había pasado página, pero en realidad no. A pesar de saber lo peligroso que sería, quería volver a verle. Perseguir al grupo le había resultado aburrido luego de su inesperada ausencia; tenía una teoría de dónde podría estar, pero tras la misteriosa desaparición de las pruebas en contra de Black Mamba, Yunho le mantenía abrumadoramente vigilado, por momentos quería mandar todo a la mierda y correr el riesgo, pero luego pensaba en su hija y en su madre, y prefería dejar las cosas como estaban.

La última vez que le había visto fue una tarde, cuando recogía a su hija en la escuela. Su mirada se detuvo en un chico con gorra, chamarra y lentes de color negro, pero la voz de su hija le distrajo y cuando regresó la mirada, el sujeto había desaparecido. Estaba seguro que era él, algo se lo decía.

-Adiós, pá. Cuídate mucho – se despidió su hija.

-Claro que sí, cariño. Tú también – le dio un beso en la mejilla.

Alguien llamó a la puerta.

-Debe ser Seulgi – exclamó Doyoung.

-Hola, ¿listo para ir a trabajar?

Doyoung rodó los ojos con fastidio y asintió.

-Otra vez un caso aburrido, ¿verdad?

-Sí, últimamente sólo esos me dejan manejar.

Seulgi soltó una risilla.

-Eso te pasa por portarte mal – bromeó -Por cierto, encontré esto pegado en la puerta.

Doyoung abrió los ojos en demasía tras reconocer lo que tenía la chica en la mano: un post-it. Lo tomó con desesperación.

 

 

“Beso de la muerte. Edenx2.”

 

 

-Está raro, ¿no crees?

-Cambio de planes, regresaré más tarde de lo usual.

-Oh— ok – contestó la chica, algo extrañada por el repentino cambio de humor de Doyoung.

-Nos vemos – se fue de ahí a toda prisa.

 

 

 


 

 


-Jefe, buenos días.

 

-Hola, amm… mira, avísale a Yunho que hoy no podré presentarme a trabajar. Tuve que venir de emergencia a visitar a mi madre. Todo está bien, pero me quedaré a pasar el día con ella, por si acaso.

 

-De acuerdo. De todos modos, parece que el jefe Yunho salió de viaje.

 

-¿En serio? Mejor – suspiró aliviado -Bueno, me tengo que ir.

 

-Hasta luego.

 

Doyoung esperó a que su asistente finalizara la llamada. Encendió el motor de su auto y condujo hacia aquel lujoso hotel.

-¿Fuiste tú? – fue lo primero que preguntó Jaehyun una vez que abrió la puerta de la suite.

-¿Qué? – respondió Doyoung algo descolocado por la súbita pregunta.

-¿Cómo es que de la nada desaparecieron todas las pruebas que me incriminaban?

Doyoung sonrió.

-No lo sé.

Jaehyun asintió y soltó una risilla para luego tomarlo de la cintura.

-¿Qué pedirás a cambio? – le preguntó al oído -Contigo nada es gratis.

-¿Qué ofreces? – cuestionó Doyoung mientras le empujaba para ingresar a la habitación.

Jaehyun le miró fijamente y después le empujó contra la puerta.

-Mi vida entera.

-Hmm… es una buena oferta – dijo sonriente. Envolvió su cuello con ambos brazos y dio un brinco para enredar las piernas en su cadera.

Jaehyun no esperó más y se lanzó a sus labios, devorándolos sin compasión.

 

 

 


 



 

-¿Qué fue lo que hiciste en realidad? – preguntó Jaehyun.

-Digamos que perdí unas evidencias de la carpeta de investigación las cuales te incriminaban – explicó mientras se acomodaba en el regazo del menor.

-¿Por qué? – preguntó sin poder esconder su sorpresa.

-Porque eres mi presa, Jaehyun. Llevo años persiguiendo a tu maldito grupo y obviamente no te dejaré ir tan fácilmente.

-Vaya, con que Black Mamba resultó ser otra persona.

-Pero cuidado y me traiciones – amenazó, tomando su arma, la cual estaba sobre el buró de la cama -Que soy capaz de destruirte mental y físicamente.

-Lo mismo va para ti – cambió de posiciones, quitándole la pistola a Doyoung.

El aludido sonrió y Jaehyun se lanzó a besarlo.

-¿Sospechan de ti? – preguntó el menor.

-Puede ser… pero es difícil que me descubran algo, fui muy discreto.

Jaehyun iba a volver a besarlo, pero Doyoung le detuvo.

-¿Por qué mierda no me dijiste que Jisung era hijo de uno de tus jefes? – cuestionó, ofendido.

-¿Lo sabías?

-Te dije, llevo años investigándolos.

-Es un niño mimado que a fuerza quería pertenecer a mi grupo, según porque me admira.

-¿Debería sentirme celoso de él?

-Claro que no – bufó -Siempre me han gustado mayores, como tú.

Doyoung sonrió enormemente y lo atrajo a su cuerpo.

-Espera – murmuró Jaehyun separándose de los labios del otro con suma dificultad -Necesito preguntarte algo que por más que quise, no pude averiguar sobre ti.

El aludido rodó los ojos y se incorporó, quedando sentado en la cama, con la espalda recargada en la cabecera de la misma.

-Dime.

-¿Qué pasó con la madre de tu hija?

Doyoung soltó una risilla.

-La conocí en la Academia, nos hicimos novios ahí mismo; duramos muchos años así hasta que un día me armé de valor y le pedí matrimonio. Al poco tiempo de casados, se embarazó y justo unos meses de haber tenido a la niña, murió.

-¿Cómo murió?

-Digamos que… me guardaba muchos secretos. Tenía dos identidades, la que conocía yo y círculo común y otra que formaba parte de un peligroso grupo de traficantes de armas. Desapareció de un día a otro, la busqué por meses hasta que… di con su cadáver. La asesinaron el día que la secuestraron. Temí por la niña, pero al parecer no iban tras nosotros, sólo tras ella – pausó -Y en resumen, eso es todo.

Jaehyun suspiró. Estaba asombrado.

-El Centro destruyó evidencias y todo lo relacionado con el caso. Yo se los pedí por el bien de mi familia.

-Vaya… lo siento mucho.

-Luego comencé a intentar algo con Taeyong y bueno, alguien decidió dispararle hasta casi matarlo.

-Necesitaba eliminar a mi competencia. Aunque… – pausó -Confieso que se me pasó un poco la mano.

-¡¿Un poco?! – exclamó el mayor.

De pronto, un extraño silencio hizo presencia.

-Doyoung – llamó Jaehyun -Cuando te dije que jamás te haría daño fue en serio y si esto que tenemos significa ponerte en peligro, yo—

El aludido lo tomó del rostro.

-Si no estuviera consciente, te hubiera delatado al momento o te hubiera asesinado ya, ¿no crees?

Jaehyun sonrió y asintió. Doyoung lo acercó más y le besó la frente, sorprendiéndolo al instante.          

-De ahora en adelante, serás Kim Jaehyun, ¿estamos?

El aludido asintió. Claro que tendría que cambiar de identidad, pues la protección de Doyoung no era infinita; además, ambos estaban rodeados de gente peligrosa y ya arriesgaban mucho con estar juntos, por lo que no quería arriesgar aún más.

Y así es como el famoso Black Mamba terminó siendo protegido por aquel temible detective que le robó el corazón desde el primer momento que lo vio.

 

 

F I N

Copyright © 2020 Kang. Prohibida su copia, adaptación y/o redistribución.

18 de noviembre de 2020

Black Mamba - Capítulo 5


 Capítulo 5: Antídoto

 

El escándalo en el Centro no tardó en llegar, dos elementos del grupo Mamba habían escapado sin razón alguna. Nadie se explicaba cómo fue que dieron con el lugar donde los tenían escondidos.

-Por eso me negué a tomar ese descanso, jefe – se quejó Doyoung ante Yunho -Porque cada vez que no estoy, pasa este tipo de estupideces.

-Ya, ya. Reubicaremos al resto y luego continuaremos con la investigación – dijo Yunho -Aunque no puedo dejar de pensar en que tenemos un soplón entre nosotros.

Doyoung rodó los ojos.

-Confío en mi grupo – bufó.

-Cuídate la espalda, nunca sabes quién te saldrá con la puñalada – agregó Yunho.

 

 

 

 

 

 

 

Había pasado cerca de dos meses desde que aquellos dos chicos escaparon y a pesar de eso, Black Mamba continuaba desaparecido. Doyoung no lo quería aceptar, pero estaba desesperado.

-Vamos, ¿qué esperas? Suéltalos a todos – murmuró Jaehyun para sí mismo mientras observaba a Doyoung y a su hija salir de un restaurante de un mall.

Se alarmó cuando vio a un sujeto sospechoso salir de una tienda y seguir a Doyoung y a la niña. Con sumo cuidado, comenzó a seguir al sujeto hasta que lo tuvo lo suficientemente cerca; su pulso se aceleró cuando notó que tenía algo en la mano, al parecer era una jeringa.

-“Mierda, no voy a llegar a tiempo” – pensó Jaehyun.

-Entremos aquí, pá. Quiero ver uno peluches – dijo la niña, para luego jalar de la mano a su padre, cambiando inesperadamente de dirección.

Jaehyun aprovechó aquello para tomar del brazo al sujeto e ingresar con él al pasillo que llevaba hacia los sanitarios.

-¿Quién mierda te mandó? – cuestionó furioso.

-J-jefe – tartamudeó el sujeto.

-Responde, maldita sea.

-Los de arriba.

-¡¿Qué?! ¿Por qué quieren asesinarlo ya? Les dije que me dieran un poco más de tiempo. Además, es MI problema, no de ellos.

-Jefe, usted sabe quién está entre esos chicos.

Jaehyun suspiró y asintió.

-Diré que no di con Doyoung, pero por favor, apresúrese.

-Lo haré – murmuró -Gracias.

El sujeto sonrió de medio lado.

-Tenga mucho cuidado. El amor es peor que lo que hacemos nosotros – advirtió para después salir del pasillo y perderse entre la gente.

Jaehyun se quedó ahí, estático, sin saber qué pensar. ¿Amor? No podía decir que amaba a Doyoung; no lo conocía profundamente como para decir algo así, pero…

-¿Jaehyun?

Aquella voz le había sacado de su ensimismamiento y logrado aumentar su pulso en cuestión de décimas de segundo.

-¡Espera! ¡Jaehyun!

El fuerte agarre de Doyoung en su muñeca, hizo que detuviera su escapatoria.

-Suelta a los demás – murmuró.

-¿Qué?

-Hazlo, o algo malo va a pasar y no podré protegerte.

-¿Algo malo? ¿De qué hablas? – bufó el otro.

-Suéltalos ya – dijo entre dientes para terminar soltándose del agarre y huir a toda prisa de ahí.

-Pá, ¿quién es él?

-Un… conocido, cariño – contestó Doyoung, quien seguía confundido y con el corazón acelerado.

 

 

 

 

 

 

 

[Meses después]

 

En un intento desesperado por volver a ver a Jaehyun, Doyoung terminó soltando al resto de los chicos, pero seguía sin recibir noticias de él; hasta que, una mañana, cuando estaba a punto salir del departamento, se fijó que, en el tapete de la entrada, había una nota. Miró hacia ambos lados, pero no había ni un alma en el pasillo.

 

 

“Antídoto”

 

 

Sonrió para sí mismo apenas leyó el mensaje. Su felicidad se vio interrumpida por la vibración de su celular.

 

“Edén. 97. H-11-PM.”

 

Y la sonrisa regresó a su rostro tras recibir aquel texto. Sabía quién era y no podía esperar a que llegara la hora para volver a verle.

 

 

 

 

 

 

El pulso de ambos se aceleró apenas Jaehyun abrió la puerta de la habitación, dejando ver a Doyoung. Las palabras estaban de sobra, ninguno de los dos las necesitaba. El mayor prácticamente se había lanzado a la boca del otro; devorando sus labios con total devoción. Jaehyun apenas y pudo cerrar la puerta.

La cama recibió sus cuerpos en cuestión de segundos. Sus ropas yacían regadas por aquella lujosa habitación de hotel.

-Pensé que no entenderías mi mensaje – murmuró Jaehyun, apenas su boca estuvo libre de los besos de Doyoung.

-Soy detective, claro que iba a entender – contestó el otro, para después recorrer delicadamente el pecho del menor.

Jaehyun se tensó apenas sintió el aliento de Doyoung contra su miembro; con algo de brusquedad, intercambió las posiciones, dejando al otro boca abajo y debajo de su cuerpo. Tomó uno de los hielos que había sobrado en el vaso en el que minutos antes se había servido un poco de ron, lo puso en su boca y prosiguió a recorrer la espalda de Doyoung con él.

De pronto, se detuvo tras llegar a trasero del mayor, sacó el hielo de su boca y lo lanzó al suelo. Acarició los glúteos del otro y los separó.

-Espera—

-Shh – se limitó a responder el menor, para después lamer aquella parte tan privada para alguien como Doyoung.

El detective no pudo controlar sus gemidos y el placer que la lengua del otro le estaba produciendo; con una mano, comenzó a masturbarse, mientras que con la otra se sostenía como podía.

Jaehyun sonrió para sus adentros apenas lo sintió temblar. Sacó su lengua y prosiguió a introducir un dedo sin previo aviso, ocasionando que Doyoung se viniera; sin darle tiempo, introdujo otro más y segundos después, un tercer dígito. Jugaba con la entrada del otro, sin compasión alguna, ocasionando un inmenso placer en Doyoung.

-J-jaehyun— ¡ah! – gimió con fuerza el mayor, pues el aludido había tocado su próstata.

-Voltéate – ordenó, sacando los dedos del interior de Doyoung.

El mayor obedeció. Jaehyun lo tomó fuertemente de los muslos, abriendo sus piernas en el proceso. Se colocó el condón ante la hambrienta mirada de Doyoung, el cual no dudo en enredar los brazos en su cuello y atraerlo a su boca, sumiéndose en una guerra de pasionales besos.

Jaehyun comenzó a mover las caderas; no podía explicar todas las emociones que Doyoung le causaba, sólo sabía que eran demasiadas.  Doyoung arqueó la espalda y se vino por segunda ocasión. Jaehyun le siguió al poco tiempo, pero sólo paró para cambiarse de condón y continuar con aquel pasional encuentro.

-¿Te despedirán por haberlos soltado? – cuestionó Jaehyun.

-No – contestó Doyoung mientras se vestía.

-¿Qué estás planeando? ¿Cómo es que no has pedido refuerzos? – agregó el menor, sintiéndose nervioso por el cinismo del otro.

Doyoung no dijo nada, sólo sonrió y abandonó la habitación; Jaehyun suspiró y se recostó nuevamente en la cama, mirando hacia el techo.

-Me tiene atrapado – exclamó mientras acariciaba el lado vacío de la cama.

 

Continuará…

10 de noviembre de 2020

Black Mamba - Capítulo 4

 

Capítulo 4: Presa

 

Tras la inesperada muerte de Black Mamba Senior debido a un ataque cardíaco, Dendroaspis recibió indicaciones de superiores para nombrar a otro líder lo antes posible; el grupo escogió de manera unánime a Jaehyun, ya que había demostrado tenacidad y sangre fría para el puesto. Jaehyun originalmente pertenecía a otro subgrupo, pero fue reubicado apenas Mambas lo seleccionó.

Sus ahora subordinados, no tardaron en ponerlo al tanto de los potenciales enemigos del grupo.; le proyectaron una presentación con los perfiles de dichas personas.

-¿Quién es él? – Jaehyun interrumpió al expositor.

- Kim Doyoung, investigador en el Centro de Inteligencia. Lleva años tras nosotros, le causó varios dolores de cabeza a Black Mamba Senior. Es bastante inteligente y peligroso.

-¿Alguna información nueva? - cuestionó.

-Creemos que, una vez realizado el ataque al Banco de Corea, él sea puesto como director de la investigación para dar con nosotros.

-Interesante.

-¿Algo más que desee saber de él?

-No, yo me encargo del resto – sonrió para sí mismo.

Desde aquel momento, Jaehyun supo que había encontrado a la presa perfecta para él. El problema era que no sería tan fácil de atrapar.

 

 

 

 

 

 

Doyoung había despertado con un enorme dolor de cabeza y cuerpo. Mientras se incorporaba en el mueble, vio una nota sobre la mesa de centro.

 

 

“Presa.”

 

 

Inconscientemente se llevó una mano al cuello, no sintió nada extraño. Caminó hacia al baño y se miró al espejo; tenía marcas, pero no eran mordidas. No sabía cómo sentirse, se había acostado con Black Mamba, el sujeto que llevaba persiguiendo por bastante tiempo, aunque en su interior estaba seguro que era un nuevo Black Mamba, pues el anterior, de acuerdo a sus investigaciones, era un hombre en sus 60’s o 70’s. Su cabeza estaba hecha un lío, Jaehyun era el enemigo, la persona que necesitaba capturar, pero por alguna razón no había querido avisar a sus superiores; todo estaba pasando demasiado rápido, tanto que no podía ni pensar con claridad.

Buscando escapar de su mente, se dio un baño para quitarse todo rastro de Jaehyun. Planeaba ir a visitar a su hija, aprovechando que era sábado, pero aquello se vio interrumpido cuando lo vio sentado en la cama de su habitación.

-Sabes, es increíble la capacidad del cerebro humano – dijo Jaehyun con una enorme sonrisa en su rostro.

-¡¿Qué mierda haces aquí todavía?! – exclamó entre asustado y emocionado.

-Acabo de regresar, no seas grosero.

-¿Qué me hiciste en el cuello?

-¿Por?

-Tengo marcas.

-Bueno… es obvio, después de lo anoche – se relamió los labios.

-No hablo de eso.

-No te inyecté nada.

-Ustedes… - pausó, tratando de controlar sus impulsos -Se deshacen de sus enemigos con veneno de mamba, por algo el nombre.

-Así es, pero no te considero un enemigo – se puso de pie y caminó hacia el otro -Sino una presa – le susurró al oído.

Doyoung quiso empujarlo, pero Jaehyun lo atrajo aún más hacia su cuerpo y lo tomó fuertemente de la barbilla.

-Estás hirviendo – dijo contra sus labios. Su voz sonaba preocupada.

-No dejaré que arruines mi carrera – murmuró con dificultad Doyoung.

La sonrisa de Jarehyun se borró cuando Doyoung se desvaneció en sus brazos. Lo recostó en la cama y tomó su celular.

 

-¿Estás seguro que no tiene nada pero nada de veneno? – preguntó apenas escuchó que le contestaron del otro lado de la línea.

 

-Seguro, ¿cuál es tu maldita preocupación? ¿Qué no confías en mí?

 

-Claro que sí, pero—

 

-¿Qué mierda hiciste? No me digas que lo mataste.

 

Jaehyun tocó el cuello de Doyoung.

 

-No… aún tiene pulso.

 

-Voy para allá.

 

 

 

 

 

 

Doyoung despertó sintiendo como si la cabeza se le fuera a partir; tenía la vista borrosa, pero pudo distinguir dos siluetas frente a su cama.

-¿Q-quién…? – murmuró con dificultad.

-Sólo es estrés. No tiene nada grave – dijo una de las siluetas.

-¿Qué está pasando? – preguntó subiendo un poco más el volumen de su voz a la vez que se incorporaba en la cama.

No obtuvo respuesta. Ambas siluetas salieron de la habitación.

-Ahora entiendo la razón por la que me pediste hacer ese placebo – dijo Yuta, uno de los mejores especialistas en toxinas y venenos que conocía.

-Estás viendo mal – aclaró Jaehyun.

-Mucho cuidado. Es un detective, si el Centro de Inteligencia y el grupo se enteran—

-Mira la hora, será mejor que te vayas. Gracias por todo – interrumpió las palabras de su colega.

Yuta asintió y abandonó el departamento. Jaehyun suspiró y reingresó a la habitación de Doyoung.

-¿A dónde vas? – preguntó apenas lo vio fuera de la cama.

-Al hospital y a encargarme de ti – contestó visiblemente molesto. Aún estaba un poco mareado.

-No… espera – Jaehyun intentó detenerlo sosteniéndolo de la muñeca.

-¡Suéltame! – exigió Doyoung logrando apartarse de Jaehyun.

-No estás envenenado, la cápsula que te di no es más que un placebo – confesó en un impulso por hacer que se quedara.

-¿Qué? – exclamó el mayor.

-Jamás te haría daño.

Y aquel momento se vio interrumpido por las sirenas de los autos de policía.

-¿Qué hiciste? – cuestionó el menor. Se sentía traicionado.

-Vienen a por ti. Este es tu fin, Black Mamba – Doyoung estiró la mano para tomar su arma, pero esta no estaba en el lugar de siempre.

-¿Buscabas esto? – cuestionó Jaehyun, quien esperando un ataque así, le quitó el arma apenas se desmayó.

Doyoung quedó estático, sin saber qué hacer. Jaehyun tenía la ventaja.

-Lo siento – dice Black Mamba para después presionar el gatillo. Doyoung sintió el impacto contra su hombro izquierdo, no pudo evitar caer sobre la cama.

Jaehyun aprovechó aquel momento para escapar, Doyoung no tardó en reincorporarse y comenzar a perseguirlo, pero estaba perdiendo mucha sangre, por lo que terminó desistiendo a pesar de su orgullo.

-¡Jefe! – gritaron varios policías, los cuales fueron a auxiliarlo.

-¡Déjenme! Estoy bien, vayan tras Black Mamba. Que no se escape – ordenó. Otro par de policías fue tras Jaehyun, mientras unos paramédicos se quedaron a socorrerlo.

 

 

 

 

 

 

 

-Los exámenes de sangre están correctos. No tiene nada – explicó la química de la clínica del Centro.

-¿Estás segura?

-Sí. Los repetí porque imaginé que preguntaría eso – pausó -Mire, aquí están los resultados – le entregó la tableta electrónica.

Doyoung suspiró aliviado.

-Incluso con el disparo, todo está en orden – agregó la mujer.

-Ya veo, gracias – Doyoung se levantó de la silla. Tenía un brazo vendado debido al disparo, por lo que le habían dado un tiempo para reponerse, pero su necedad le impedía dejar de ir al Centro para continuar con la investigación.

Muy, pero muy dentro de él quería volver a verlo. Y la única manera de hacerlo era…

 

 

 

Continuará…

Black Mamba - Capítulo 3

 

Capítulo 3: Veneno

 

Taeyong había despertado, aún estaba delicado, pero al menos ya se encontraba fuera de peligro.

-Lo siento, de verdad. No quería meterte en esto – dijo Doyoung.

-Me lo advertiste y no hice caso. El único culpable soy yo – respondió con dificultad Taeyong.

Ambos se miraron fijamente, Doyoung fue acortando la distancia, pero…

-Doyoung.

Aquella voz hizo que el aludido se separaba rápidamente.

-Jefe – exclamaron ambos.

-Necesito hablar contigo – indicó Yunho.

Doyoung salió de la habitación.

-Dígame.

-La junta directiva ha decidido reubicar a Taeyong.

-¿Qué?

-No quieren arriesgar a un elemento tan hábil como él.

-¿Es esa la única razón o es porque—?

-Es mejor que lo escuches de mí antes que de ellos. Partirá mañana – le palmeó el hombro izquierdo y emprendió su camino hacia la salida.

-Pero aún está débil.

-No hay nada que puedas hacer, hijo.

Doyoung no pudo más y cayó sentado en aquella banca. Se sentía perdido, la investigación se estaba enfriando; ninguno de los capturados quería revelar información, a pesar de las crueles torturas a las que los había sometido. Sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre de su celular.

 

-Jefe, tenemos un problema.

 

-¿Qué pasa?

 

-Black Mamba escapó.

 

Y luego de aquella llamada, Doyoung vio todo en cámara lenta.

Un sujeto ingresó al piso del hospital con un arma en las manos. Los elementos del Centro lograron detenerlo antes de que ingresara a la habitación de Taeyong; sin embargo, hubo dos que salieron heridos y ahora eran auxiliados por personal médico.

-Jefe… Jefe… ¡JEFE!

Apenas Doyoung reaccionó, fue corriendo hacia afuera del hospital, en donde le esperaba una camioneta para llevarlo al Centro.

-No hay pistas, no hay grabaciones. ¡NADA! ¿Qué acaso son una bola de inútiles o qué? ¿Cómo es posible que siendo el Centro de Inteligencia no pudieran evitar un hackeo? – regañaba Doyoung al equipo de seguridad.

-Jefe, estos tipos saben lo que hace—

-Y al parecer, ustedes no. Imbéciles.

Doyoung salió furioso del cuarto de seguridad. Regresaría al hospital para pasar la noche vigilando a Taeyong; serían sus últimas horas con él.

 

 

 

 

 

 

 

Doyoung comenzó a sentir los párpados pesados.

-Ahora regreso, voy por un café – susurró en el rostro de Taeyong, el cual dormía plácidamente.

Mientras servía su café, Doyoung se percató de un extraño sujeto vestido de negro, el cual estaba de pie cerca de las escaleras. Doyoung chocó miradas con él y este bajó las escaleras a toda prisa; Doyoung desenfundó su arma y se dispuso a seguirlo. De pronto, alguien le empujó, provocando que cayera por las escaleras; mientras intentaba incorporarse, recibió una patada en la mano, haciendo que suelte el arma, luego sintió que le tomaron con fuerza de la camisa para después ser estampado contra la pared.

-Black Mamba – exclamó con dificultad.

El aludido no dijo nada, sólo se bajó el cubrebocas y sin más lo besó. Doyoung no abría la boca, por lo que Jaehyun optó por taparle la nariz, dejando al otro sin escapatoria. Doyoung sintió la lengua del chico ingresar a su boca junto con algo extraño, pero no tuvo tiempo de percatarse pues inconscientemente terminó tragando aquello.

-¿Q-qué hiciste? – preguntó asustado.

-Te acabo de pasar una cápsula con una toxina. No imaginé que fueras tan estúpido como para tragarla.

Doyoung palideció.  

-Si quieres el antídoto, tendrás que soltar a mis chicos y desistir de esta persecución sin sentido.

Los inesperados pasos y murmullos de algunas personas interrumpieron el momento, por lo que Jaehyun se volvió a poner el cubrebocas y escapó de ahí.

Doyoung entró en desesperación y corrió al baño a vomitar, pero no logró expulsar la cápsula.

-¡Maldita sea! – golpeó con fuerza la pared del cubículo del baño.

Nunca se había sentido tan impotente.

 

 

 

 

 

 

Doyoung no le había dicho a nadie sobre lo sucedido; sin embargo, había notado ciertos cambios en su cuerpo, tenía sudoración intensa, palpitaciones, mareos, las manos le temblaban, casi no comía ni dormía. Estaba negado a hacerse un examen para averiguar si en verdad lo habían envenenado. Temía por su familia, por su hija.

-Jefe, ¿por qué no se va a descansar? Lleva varios días aquí – preguntó su asistente.

-Es verdad, estás muy pálido.

-J-jefe Yuhno – todos los presentes saludaron con una reverencia.

-Estoy bien – contestó Doyoung.

-Es una orden. Tómate el fin de semana.

-Pero—

-Nada de peros. Tú – habló al asistente de Doyoung -Ve que lo lleven a casa.

-Sí, señor.

Apenas llegó a su departamento, Doyoung preparó la tina y se metió. Perdió la cuenta del tiempo que llevaba ahí. Su piel comenzaba a arrugarse, pero poco le importaba.

-Si tan sólo hubiera dicho que no a todo esto… - susurró para sí mismo.

Un fuerte ruido interrumpió sus pensamientos, provocando que saliera rápidamente de la tina. Se puso la bata de baño, tomó su arma y se dirigió hacia la sala.

-Hola.

Doyoung no pudo evitar dar un brinco cuando vio a Jaehyun sentado en uno de los sillones.

-Lamento haber roto el cenicero, pero verás, no me trae buenos recuerdos – sonrió el menor.

-No puedo soltarlos. Me despedirían.

-Así que… lo has estado pensando.

-Sólo dame una ubicación y ya.

-Las manos temblorosas… con que sí sirve – murmuró tras notar cómo se sacudía el arma entre las manos de Doyoung. Se puso de pie y caminó hacia él.

-Aléjate o disparo.

El aludido hizo caso omiso.

Doyoung comenzó a sentirse mareado. Jaehyun aprovechó esto para tomarlo de la cintura y acercarlo a su cuerpo.

-Tenaz y orgulloso, pero débil.

Jaehyun lo besó con hambre hasta lograr quitarle el arma y lanzarla al suelo.

-D-déjame.

-Niega que no lo quieres tanto como yo – susurró en su oído, para después subirlo a la mesa en donde se encontraba la televisión.

-No – contestó Doyoung.

Pero a pesar de aquella negativa, ambos terminaron desnudándose con desesperación a la vez que se dirigían hacia el sillón más grande.

-Quiero ver cómo te derrites en mis brazos – decía mientras depositaba besos en su pecho.

-Jae—ah – jadeó Doyoung cuando sintió cómo la boca del menor envolvía su miembro.

Jaehyun subió la mirada, encontrándose al mayor con los ojos cerrados y mordiéndose los labios.

-Nada de venirse… aún – dijo sobre sus labios. Tomó un poco de la crema para manos que estaba sobre la mesa de centro.

-N-no… sácalos – pidió cuando sintió los dedos de Jaehyun abriéndose paso en su interior -Se siente asque— - Doyoung cubrió su boca con ambas manos.

Jaehyun sonrió enormemente.

-Esto – volvió a tocar aquel punto -Es lo que te hará gritar de placer, ¿o acaso ya lo olvidaste?

El menor no le dio tiempo de contestar, se lanzó a sus labios, los cuales besó con lujuria y pasión.

Doyoung estaba sorprendido de cómo un chico tan joven podía darle tanto placer; sabía dónde tocar, el ritmo adecuado… era demasiado para su gusto. Enterró las uñas en aquella sudorosa y marcada espalda, dejando que el orgasmo invadiera su ser. Llevaba mucho tiempo sin tener sexo.

Jaehyun esperó a que Doyoung se durmiera y cuando lo hizo, se acercó a su oído derecho.

-Eres mi presa favorita, Doyoung – murmuró -Desde que te vi, juré que te haría mío sin importar que fueras el enemigo – dicho esto, le besó el cuello y salió cuidadosamente del departamento.

 

 

Continuará…