8 de noviembre de 2020

Black Mamba - Capítulo 1

 



Autora: Kang

Grupo: NCT

Pareja: JaeDo

Clasificación: +18

Advertencias: AU, drama, angustia, extorsión, drogas, uso de armas, muerte, smut

Resumen:

El temido y cruel detective Doyoung, será capaz de cualquier cosa con tal de desmembrar aquel grupo de hackers y encerrar a su líder, un sujeto bajo el alias “Black Mamba”, pero su tenacidad temblará ante la verdadera identidad de su enemigo.

 

Nota: esta es una historia paralela a Trigger. No es necesaria su lectura previa.



Black Mamba

 

 

La mamba negra es una criatura veloz, inquieta y letalmente venenosa que, cuando se siente amenazada, puede resultar muy agresiva.

Si el rival persiste, la mamba no ataca una vez, sino muchas, inyectando en cada ocasión grandes cantidades de una potente toxina que afecta al sistema nervioso y al corazón.

 

 

Capítulo 1: Siseo

 

“Saqueo millonario al Banco de Corea.

Se rumora que los atacantes son un grupo de hackers llamado Dendroaspis o Mambas dedicado al robo de información y extorsión.

El Centro de Inteligencia de Corea ha publicado un comunicado en donde menciona que ha abierto una carpeta de investigación para dar con los responsables y hacerlos pagar con todo el peso de la ley.”

 

-Dicen que es el mejor para este trabajo.


-Sí, también dicen que lleva años detrás de ese grupo.

 

-¿Cómo se llama? Es guapísimo.

 

-Kim Doyoung.

La voz del mencionado hizo que todos aquellos murmuros se detuvieran.

-Atrapemos a esos malnacidos – agregó con una sonrisa cargada de orgullo.

 

 




 

Había pasado dos meses y a pesar del enorme esfuerzo del Centro de Inteligencia, no habían logrado dar con algo concreto. Las empresas y gente de poder de todo Corea, además de la prensa, no dejaban de presionar al Centro, lo cual entorpecía la investigación.

Doyoung estaba ante uno de los rompecabezas más difíciles de su carrera.

-Jefe, ya tenemos una ubicación.

Doyoung estuvo a punto de escupir su café apenas escuchó aquello.

-La junta se suspende. Con permiso – indicó, saliendo a toda prisa de la sala de junta, dirigiéndose a su oficina -Dime todo lo que sepas – ordenó a su asistente, encendiendo un cigarrillo; buscando no perder los estribos.

-El líder de este grupo se apoda Black Mamba, se desconoce su identidad; sin embargo, encontramos un eslabón suelto. Su nombre es Jisung. Es nuevo en el grupo, pero probablemente podamos obtener información valiosa de él – explicó el asistente.

-Perfecto. ¿Tienen listo al equipo?

-Todo listo, jefe. Es cuestión de que usted de la orden.

-Adelante. Hagámoslo – exhaló el humo de su cigarrillo.

 

 

 

 

 

 

En una vieja fábrica abandonada y con una ubicación incierta, se encontraba el grupo de Doyoung, el cual, tras haber dado con la dirección de Jisung, lo sustrajeron a la fuerza y lo llevaron hasta ahí con el objetivo de recolectar información.

Todos sabían sobre los crueles métodos que el jefe de la investigación utilizaba, también sabían que estos estaban respaldados por el Centro, así que nadie se atrevía a contradecirlo.

Apenas ingresaron a aquella fábrica, amarraron a Jisung a una silla. El equipo de tortura de Doyoung ya estaba instalado y listo para ser utilizado.

-Ya… les dije que no sé nada. Por favor… - suplicaba Jisung, bañado en sangre tras las torturas de Doyoung.

-No te estoy pidiendo mucho, sólo un nombre – dijo Doyoung.

-No sé quién es Black Mamba en realidad. Soy de un rango bajo.

Doyoung chasqueó la lengua y caminó hacia la mesa con las herramientas de tortura. Ajustó sus guantes de cuero y sonrió.

-No— por favor – suplicó Jisung bañado en llanto.

Doyoung presionó un botón y calibró la potencia de aquella máquina de toques.

-El dolor seguirá aumentando si no hablas.

Así es, Doyoung estaba electrocutando al pobre chico, el cual gritaba casi al punto de desgarrarse la garganta.

-¿Recordaste algo? – preguntó Doyoung tras bajar la potencia a cero.

-Un…una dirección… - murmuró con dificultad.

Doyoung sonrió de oreja a oreja.

 

 

 

 

 

 

-¡Por una mierda! – gritó Doyoung, lanzando todo lo que estaba sobre la mesa de tortura para luego tomar fuertemente de la camisa a Jisung -¡Eres un maldito mentiroso! Black Mamba no estaba ahí, solamente ellos – señaló al grupo de chicos, el cual estaba en el suelo, amordazado y con los ojos vendados.

-D-debería estar ahí – contestó Jisung.

-A menos que… le hayas avisado – amenazó Doyoung.

-Nonono, yo no—

-¡Basta de mentiras! Ahora gracias a ti el resto de tus compañeros sufrirá.

-No, por favor… - el chico comenzó a llorar.

-Llévenselos – ordenó Doyoung.

-¿A dónde se los llevan? – preguntó Jisung al borde de la desesperación.

-Tú cállate – le dio una fuerte cachetada que le dejó inconsciente -Debilucho – bufó.

-¿Qué hacemos con él, jefe? – preguntó Taeyong, uno de los subordinados de Doyoung.

-Enciérrenlo. Veamos cuánto tarda Black Mamba en dar su próximo golpe, todos sabemos que los caracteriza la hermandad y protección que hay entre los miembros del grupo – explicó Doyoung, para después ingresar a la van negra que le llevaría de regreso al Centro de Inteligencia.

 

 

 


[2:35 AM]

 

Doyoung se encontraba en el estacionamiento del Centro, caminaba rumbo a su auto cuando se detuvo en seco tras ver una nota en el parabrisas de este. Miró hacia ambos lados al mismo tiempo que llevaba su mano derecha a su arma. Soltó un suspiro y tomó la nota; estaba escrita en código; sin pensarlo dos veces, llamó a uno de sus colegas, el cual se encargaba de descifrar mensajes.

 

“Siseo.”

 

Era la traducción de aquella nota.

Doyoung respiró profundo tratando de disipar las ideas que comenzaban a formarse en su cabeza. Ingresó a su auto y condujo rumbo a su casa. Estuvo tenso durante todo el camino, no lo quería aceptar, pero el temor amenazaba con jugar con su sentido común.

-Hola, papi – saludó con voz adormilada su única hija, la razón por la que su corazón temblaba cada vez que iniciaba una investigación; era su todo.

-¿Qué haces despierta a estas horas? Ve a dormir, que es día de escuela.

-Ay vamos, papi. Ya soy grande, tengo 9— no, casi 10.

-Sí, lo que digas – le dio un beso en la cabeza y le revolvió, aún más, el cabello.

La niña le dio un beso en la mejilla y luego camino hacia su habitación.

-Gracias por cuidarla, Seulgi – agradeció a su compañera; una policía que se encargaba de cuidar a los hijos de investigadores. Era la mejor en su área.

-No hay de qué, sabes que lo hago con gusto – dijo la chica -¿Quieres que venga mañana también?

-No hace falta, mañana pasaré la tarde con ella – comentó Doyoung mientras acariciaba a Bastet*, su adorada gata negra.

En realidad, Doyoung tenía un mal presentimiento. ¿Quién mejor para proteger a su hija que él?

 

 

 

 

 


El fuerte maullido y las pisadas de Bastet en el estómago de Doyoung fue lo que le despertó de golpe.

-3:14 AM… no es hora de que vayas al baño – dijo Doyoung a su gata, la cual volvió a maullar -Espera, ¿qué es ese olor?

Tras percatarse, salió a toda prisa de la cama y corrió a la habitación de su hija. La niña dormía plácidamente.

-Cariño, despierta.

-¿Qué pasa, pá?

-Llama a Johnny y dile que envíe refuerzos.

-¿Por qué?

-¡Sólo hazlo!

La niña asintió y tomó el celular que su papá le estaba dando.

Doyoung se dirigió a la cocina a la vez que se cubría la nariz y la boca; el sonido como de un siseo fue lo que le recibió, además del fuerte olor. Alguien había abierto la llave del gas. Un poco más y sucedía una tragedia.

Los refuerzos no tardaron en llegar. Doyoung explicó lo sucedido y todos concluyeron que aquello estaba relacionado con aquel mensaje en su auto.

-Es obvio que es Black Mamba – finalizó Doyoung dando una calada a su cigarrillo.

-¿Qué harás? Ya sabe dónde vives – preguntó Johnny.

-Primero necesito ponerla fuera de peligro – dijo mientras miraba a su hija, la cual estaba sentada en uno de los muebles de la sala a la vez que acariciaba a Bastet.

-¿Ya sabes dónde?

-Sí.



 

 


Doyoung había llevado a su hija a una casa que tenía oculta en una especie de zona privada cercana a un bosque. El lugar estaba vigilado 24/7, pero aun así no se confiaría. La niña se quedaría a cargo de su abuela; explicó a ambas lo delicado de la situación y los pasos a seguir en caso de que se sintieran en peligro.

-El búnker tiene todo lo necesario para un mes y medio – indicó Doyoung.

-Hijo, ven un momento – llamó su madre, alejándolo de la niña -¿Qué está pasando en realidad?

-Un grupo, mamá. Uno muy peligroso.

-¿Mambas?

Doyoung negó.

-Ellos sólo son la punta del iceberg. El verdadero monstruo es Elapidae. Son la red de extorsión y secuestro más peligrosa de Asia.

Su madre palideció.

-Necesito apartarlas y mantenerlas a salvo. Yo estaré bien.

-¿Estás seguro?

Doyoung miró fijamente a su madre, luego la abrazó fuertemente.

-No lo sé, mamá. Espero que sí.

La señora abrazó con aún más fuerza a su hijo. Ella y su nieta eran las únicas personas que conocían aquel lado del cruel y sanguinario detective.

Muy a su pesar, Doyoung se despidió de su familia.

-Cuídalas, Bastet – susurró a su gata.

La guerra había comenzado. No descansaría hasta dar con la verdadera identidad de Black Mamba.

 

 

Continuará…

 

*Bastet: diosa egipcia de los gatos.


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