25 de septiembre de 2022

Rock Me - Capítulo 8

 

Capítulo 8:
Decepción

 

 

-Lo está cubriendo – dijo Renjun mientras depositaba un par de cervezas sobre la mesa de centro en la sala de su casa.

Apenas terminaron de ensayar, pidió a Jeno y Jaemin que les acompañara a su casa, pues necesitaba platicar con ellos sobre Mark, el cual había actuado como si nada durante la práctica.

-¿Quién a quién? – preguntó Jaemin para después un sorbo a su botella de cerveza.

-Donghyuck a Mark – respondió Renjun

-¡¿Hablaste con él?! – cuestionó Jeno.

-Sí, ambos dijeron que fue consensuado. No les creo nada, para mí que Mark amenazó a Donghyuck – pausó -Tenía las muñecas marcadas y le cuello con moretones, ¿no les hace sospechoso?

-Hmm… sabía que Mark tenía algo sado en él – comentó Jaemin.

-Cierto, sí que le dio duro al chico.

-¡Hey! Esto es algo serio, Mark pudo haber torturado y abusado del chico – interrumpió Renjun.

-No seas un abuelo, Renjun – bufó Jaemin -Olvídate ya de eso. Si ambos dijeron que fue consensuado pues listo, asunto arreglado.

-No me extrañaría que Donghyuck estuviera en su departamento ahorita – dijo Jeno.

 

 


 

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Donghyuck sentía que se asfixiaría en cualquier momento; podía sentir cómo el pene de Mark tocaba su úvula, produciéndole arcadas.

Mark estaba encantado con la vista: ojos llorosos, mejillas sonrojadas, sudor recorriendo su piel. Depositó su mano izquierda sobre la puerta, para apoyarse mientras que con la derecha alejaba los cabellos sudados del rostro de Donghyuck, para poder apreciarlo en todo su esplendor.

Donghyuck nunca en su vida había tenido un pene en su boca; así que no sabía qué debía hacer, sólo obedecía a las instrucciones que de vez en cuando Mark le daba.

-M-mierda… estoy cerca – jadeó el chico malo, moviendo frenéticamente las caderas, embistiendo la boca de Donghyuck.

-Mmn… - gimió Donghyuck tras sentir cómo su boca se llenaba de aquella sustancia viscosa y con sabor a pescado.

Mark sacó su miembro de la boca del otro rápidamente, provocando que el rostro de su vecino se manchara con su semen.

-Buen chico, lo hiciste muy bien – felicitó Mark, limpiándole las manchas de semen con su camisa.

Una vez que Donghyuck estuvo de pie, el ambiente se hizo tenso. Mark se había alejado de él y se encontraba limpiándose, incluso se había subido los pantalones.

Donghyuck estaba de pie, estático, con el miembro al aire, el cuerpo caliente y la respiración agitada.

-¿Y bien? – exclamó Mark, girándose hacia él.

Donghyuck mordió su labio inferior. ¿Qué debería hacer?

Mark arqueó una ceja y se cruzó de brazos.

-¿Tienes algo que pedirme?

Donghyuck sabía que eso era una invitación, pero, ¿quería tomarla?

-Si no… será mejor que te vayas – bufó -Gracias por calentarme el pene para mi chico de Grindr.

Y aquello rompió algo en Donghyuck, le hizo perder el sentido común. Caminó a paso firme hacia Mark, lo tomó del rostro y lo besó. Mark sonrió apenas sus bocas se separaron un par de centímetros.

-Cógeme, Mark – susurró Donghyuck en su oído; ni él mismo podía creer lo que acaba de salir de su boca.

El aludido volvió a besarlo, mientras se retiraba la ropa, ayudando a Donghyuck a hacer lo mismo.

Apenas cayó en la cama, Donghyuck estiró los brazos hacia arriba, pasándolos sobre su cabeza, agarrándose de los barrotes de la cabecera de la cama. No había tiempo para cambiar de esposas.

Mark tomó el lubricante y un condón, rápidamente mojó sus dedos y volvió a subirse a la cama; Donghyuck abrió las piernas, las cuales tenía flexionadas.

El moreno arqueó la espalda apenas sintió el primer dígito, dejando que un suave jadeo saliera de su boca. Mark ingresó el segundo dígito y segundos después el tercero. Los movió de adentro hacia afuera, después en círculos hasta tocar su próstata, haciendo que el miembro de Donghyuck reaccionara, quedando semi-erecto.

Mark detuvo todos sus movimientos y se bajó de la cama; Donghyuck le siguió con la mirada, notando que sacaba algo de uno de los cajones de la cómoda que se encontraba contra la pared a su costado izquierdo.

-Comenzaremos con algo simple – anunció Mark, mostrándole un objeto redondo.

-¿Q-qué es eso? – cuestionó asustado.

-Una anilla estranguladora.*

-¿Y dónde va?

Mark no respondió, simplemente regresó a la cama, Donghyuck hizo por cerrar las piernas, pero el chico malo se lo impidió, poniéndose entre éstas, flexionándolas. Tomó un poco de lubricante, mojó el pene de Donghyuck y la anilla.

-Ah… Mark… ¿qué—

Donghyuck no podía articular palabra. Su pene estaba siendo literalmente estrangulado a medida que Mark deslizaba aquel objeto hasta dejarlo en la base del tronco.

-Shh, dijiste que serias un buen chico, ¿no?

Donghyuck asintió; sus ojos se encontraban cristalinos, su piel erizada y su corazón bombeando con fuerza.

-Entonces nada de quejas – se acercó a su oído -Sólo gemidos – susurró, para después introducir de nuevo sus dedos en el chico.

Donghyuck prácticamente estaba gritando; no sabía cómo nombrar a todo aquello que estaba sintiendo. Era una mezcla de placer y dolor, pero en exceso, sin límites.

Mark se incorporó un poco para poder ponerse el condón, observando con triunfo el desastre que tenía enfrente. Estaba orgulloso. Tomó su pene con la mano derecha mientras que con la izquierda levantó la pierna derecha de Donghyuck y la depositó sobre su hombro izquierdo, levantándole la cadera. Dirigió su miembro hacia la entrada del moreno, deleitándose con la sensación que comenzó a envolverle.

-Mark… quiero v-venirme… por favor…

-No, aún no – dicho esto, movió sus caderas, empezando con las embestidas, las cuales en minutos ya eran rápidas, tortuosas, delirantes.

Sus gemidos inundaban la habitación, retumbando las paredes. Donghyuck había soltado la cabecera y ahora sus brazos se encontraban alrededor del cuello de Mark, sintiéndolo hasta el fondo de su ser.

Sus bocas ardían debido a los besos y mordidas que se daban.

Mark deslizó una mano hacia la entrepierna de Donghyuck.

-Q-quítamelo, me duele. Por favor – suplicó.

-¿Has sido un buen chico?

-Sí, lo he sido… ¡A-AH!

Mark nunca en su vida había visto a alguien tener un orgasmo y verse tan hermoso y sensual como Donghyuck. Esa mera imagen bastó para que terminara unos segundos después. Se dejó caer sobre el agitado y exhausto cuerpo de su vecino.

-En verdad eres muy interesante – murmuró Mark, recostándose a un costado del chico.

-Pensé que iba a morir.

-Claro que no, no después de haberme dado tanto placer.

Donghyuck no supo cómo tomar aquello. Por un lado, se sentía bien pero por otro… ¿no? Es decir, Mark sólo lo veía como un juguete más, ¿un fuck buddy?

-¿Ya te vas? – cuestionó el chico malo tras ver al moreno incorporarse en la cama.

-Sí, quítame las esposas.

-¿Por qué me estás dando órdenes?

Donghyuck le miró asustado ante el repentino cambio de voz; olvidó en dónde y con quién se encontraba.

-Por favor, quítame las esposas – corrigió.

-Aún no usas las palabras correctas, pero lo dejaré pasar esta vez. Estoy cansado – comentó, liberando las muñecas del otro.

Donghyuck no dijo más, se vistió en silencio mientras Mark revisaba su celular, como si no hubiera pasado nada. Eso en realidad enfurecía al chico, ¿qué no podía al menos fingir algo de interés?

-Donghyuck.

El aludido se giró apenas escuchó la voz de Mark.

-Tendrás que reponer el poster con dos cajetillas de cigarros.

El rostro de Donghyuck se descolocó, ¿estaba hablando en serio?

-Consíguelas pronto y déjalas en la puerta – indicó, sin dejar de mirar su celular y fumar su cigarrillo.

-Está bien – susurró.

Donghyuck salió del departamento y regresó al suyo; apenas entró, se lanzó al sofá donde quedó dormido.

 

 

Continuará…

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