16 de marzo de 2015

Love Me Like You Do - Cap. 3

Capítulo 3
Danger

Sehun pensó que se había librado de Tao, tras no saber nada de él durante dos días, pero…

-¿Tao? ¿Qué haces aquí? – preguntó Donghae apenas abrió la puerta principal –Sera está…

-Vine a hablar con Sehun – dijo firmemente el moreno.

-¿Sehun? – cuestionó Donghae completamente extrañado.

-Sí.

-¿Y puedo saber por qué? – insistió Donghae.

-Es mejor que…

-…No lo sepas – se escuchó la voz de Sehub, quien bajaba por las escaleras –Aunque pensándolo bien…

El chino rápidamente dirigió la mirada hacia él, suplicándole que no hablara.

-Dime, Tao, ¿no crees que no hace tanto frío como para tener una bufanda? – Sehun preguntó con malicia, arrastrando cada una de sus venenosas palabras.

Tao se tensó y pasó saliva; Donghae observaba la situación detenidamente y en silencio.

-¿Me perdí de algo? – se atrevió a preguntar.

-Mm… puede ser… - respondió el adolescente, mirando con ingenuidad a su hermano.

-No, Sehun… - susurró Tao.

El adolescente le quitó aquella bufanda al chino, luego lo empujó hacia Donghae, quien obviamente lo recibió en brazos.

-Antes de que vayas a rega̱arme, mira su cuello Рdijo el menor tras notar la mirada asesina de su hermano.

-N-no… - exclamó Tao intentó cubrir con ambas manos su cuello; aunque fue demasiado tarde, Donghae había visto más que suficiente.

-Tao… - exclamó el mayor.

-Es por eso que vino; buscaba comprar mi silencio, pues yo lo vi hace unos días con un tipo – Sehun tomó aire -Vi que se metiera a su auto y que luego se fuera con él, seguramente a coger…

-N-no, Donghae… - Tao intentó explicar, pero las palabras se le atoraban en la garganta.

-Tao, jamás pensé que tú… - Donghae se sentía desahuciado.

-¿Le crees a este tonto? Sabes que él haría lo imposible por... – intentó hablar el chino.

-¡¿Separarnos?! – interrumpió Donghae.

Tao asintió con lágrimas en los ojos.

-Juras quererme, pero las marcas en tu cuello dicen lo contrario – agregó el mayor.

El chino bajó la mirada, derrotado; sabía que era inútil hablar e intentar defenderse, pues si decía que Sehun le había drogado, Donghae explotaría contra el menor y éste en venganza le haría daño a sus pequeños y eso era lo que más temía.

-Hasta aquí llega todo lo que alguna vez tuvimos – dijo Donghae, sacando de sus pensamientos al chino.

-Donghae, por favor…

-Vete de mi casa y olvídate de que fuimos mejores amigos y… amantes.

Tao mordió su labio inferior en un intento por aminorar su llanto.

-Sehun, sácalo de aquí – Donghae se dio la media vuelta y se perdió por una de las puertas de aquella mansión.

El menor sonrió y empujó a Tao hacia la salida.

-Qué pena que no te haya creído – de nuevo, Sehun soltó su veneno.

Una vez que estuvieron fuera de la mansión, en el jardín de adelante, Tao se volteó y le dio una fuerte cachetada que tiñó de rojo la mejilla del menor.

-¡Maldito imbécil, hijo de perra! ¡Lo planeaste todo! – gritó a todo pulmón.

Sehun lo tomó del suéter y lo aporreó contra la puerta de la bodega en la que el jardinero guardaba sus cosas de trabajo.

-¡Nunca vuelvas a ponerme una mano encima! – le gritó al chino, amenazándolo con el dedo índice –Solamente te di un poco de tu propia medicina.

-No eres más que un maldito drogadicto y alcohólico, ¡eres un demonio, un ser vil y horrible!

Sehun ejerció más fuerza en su agarre y soltó una risilla.

-Ah… qué palabras tan crueles. Creo que me hicieron daño – bromeó.

-Encontraré la manera de devolverte lo que me has hecho – amenazó el chino, lleno de coraje.

-Hablas como si te hubiera violado…

-¡Eso fue lo que hiciste! ¡Esa mierda que me hiciste tomar era para eso!

-Mas sin embargo, lo disfrutaste – le susurró al oído.

Tao comenzó a moverse buscando zafarse del poderoso agarre del menor.

-Qué pena que una persona 8 años más joven pueda manipularte tan fácilmente, ah, y “violarte” – recalcó lo último.

-Le dir̩ a tu hermano que sales con su jefa Рdijo Tao en un intentando desquitarse.

Sehun levantó un puño, Tao cerró los ojos esperando el golpe; sin embargo, la cálida respiración del menor en su cuello, le hizo abrirlos.

-Como dije aquella noche, tienes una boquita muy sucia y… - se le acercó al oído –Deliciosa…

Tao se quedó sin aliento al sentir los labios de Sehun reclamar los suyos con ferocidad. 

Sehun lo tomó de la cintura, mientras que el chino puso ambas manos en sus hombros, buscando liberarse. El oxígeno se acabó en los pulmones de Sehun, separándose del chino, quien al verse liberado, le empujó fuertemente.

Sehun volvió a sonreír como demonio.

-Espero no tener la molestia de volver a verte por aquí – pausó –Y espero que hayas aprendido tu lección… Fue más fácil de lo que imaginaba.

Tao dijo una serie de insultos en su lengua materna, se dio la media vuelta y se fue lo más rápido que sus piernas le permitieron. Sehun sonrió orgulloso, giró su cuerpo con planes de retornar a la mansión, pero, se encontró con quien menos se esperaba.

-Vaya, no pensé que te gustaran los hombres.

-Sera – exclamó con la sangre congelada –L-lo que viste…

-¿Tao? Eso sí que es una sorpresa.

-N-no es sólo que… - Sehun se sentía perdido.

-Según yo, te caía mal, digo, por la manera en la que le tratas últimamente.

-Es que… sí, pero… - el menor se rascaba la cabeza como si así una idea fuera brotar de su mente.

-No querías que nadie lo supiera, ¿cierto? – Sera continuaba sacando sus propias conclusiones y Sehun no tenía planes de decirle la verdad.

-No le digas a mi hermano, por favor – pidió como si en verdad tuviera algo “secreto” con el chino.

-¿Por? – la chica sonrió.

-Yo… aún estoy algo confundido.

-Entiendo. No te preocupes, no diré nada – le acarició la mejilla –Pero deberías buscarte a alguien mejor, Tao está muy grande para ti.

-S-sí… - murmuró.

-Bueno, salí a buscarte porque Hansol quiere jugar contigo. ¿Vienes? Estamos en la piscina.

-Claro.




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Las horas pasaron y con ello llegó la noche. Sehun salió sin avisar, aprovechando la distracción de su hermano.

Por otro lado, el joven matrimonio se encontraba preparándose para dormir; Sera se aplicaba sus cremas nocturnas, mientras Donghae cambiaba una y otra vez los canales de la televisión.

-Amor… - habló la chica.

-Dime.

-¿Has visto algún cambio en Sehun?

-¿Cambio? – preguntó sin mirar a la chica.

-Sí, ya sabes… su forma de actuar, de vestir…

-No, ¿por qué preguntas?

-Pienso que está saliendo con alguien.

-¿Ah, sí?

-Sí, además está en edad de descubrir sus gustos y de experimentar.

Con aquello capturó la atención de Donghae, quien enseguida le dirigió la mirada.

-¿A dónde quieres llegar? – preguntó el mayor.

-A que…



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Sehun tomó al chino de la chamarra y lo estampó contra la pared, para después besarlo a la fuerza.

-¡Sehun…mhn no…! – jadeaba Tao.

Sehun se separó un poco.

-¿Por qué tiemblas? ¿Me tienes miedo? – preguntó estrellando su aliento en los labios del mayor.

-No, no te tengo miedo, sólo… déjame en paz - pidió apartando la mirada.

-Pues deberías tenerlo… - se acomodó para besarle el cuello.

-¿Por qué… ah… por qué haces esto? – cuestionó Tao.

-Ya te lo he dicho. Quiero dañar lo que mi hermano ama… quiero hacerlos pagar por el daño que le han hecho a Sera.

Tao le empujó.

-¿Crees que vas a lograr algo acostándote con el amante de tu hermano? – sobó la parte de su cuello que Sehun había prácticamente succionado.

El menor le tomó ambas manos y le miró fijamente.

-Ex-amante – corrigió antes de besarlo de nuevo.

Ambos estaban en el callejón donde habían tenido relaciones tres días atrás. La diferencia esta vez era que alguien los podía ver, pues no tenían la protección del auto de Sehun, ya que el menor simplemente sacó a Tao del bar, lo pegó contra la pared para después besarlo y tocarlo.

-Mierda – exclamó Sehun, separándose unos centímetros de la boca de Tao.

-¿Qué?

-Vamos a un hotel.

-No pensarás…

-Sí.

-Sehun…

-No me vayas a salir con que tienes mucho trabajo y que estás muy triste por lo de mi hermano.

Tao se quedó en silencio.

-¿En dónde está tu maldito auto?

Sehun sonrió triunfante.

-Pero no puedo irme mucho tiempo – agregó el chino.

-Tranquilo, será algo rápido pero placentero – le dijo al oído y luego le dio una nalgada.





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-¡¿Un hombre?! – gritó Donghae -¿Sehun está con un hombre?

-Me pidió que no te lo dijera, pero creo que necesita que le apoyemos. Ha de estar pasando por un momento difícil.

Donghae tenía la mirada perdida.

-¿Cómo sabes que está con un hombre?

-Porque los vi besándose.

-¿Conoces al muchacho?

-Limítate a apoyar a tu hermanito, ¿sí?

-E-eso intentaré… - exclamó el mayor.

-Y, a amar a tu esposa – agregó la chica, acariciándole la mejilla a su marido.

Donghae sonrió. Sera tenía razón; llevaban años tiempo sin darse alguna muestra de cariño y todo por estar enfocados en su trabajo y… por Tao.

–Aprovechemos que Hansol está durmiendo – susurró Donghae, aceptando la “invitación” de su esposa pues sólo quería distraer su mente de lo ocurrido con Tao.





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Sehun llegó a la mañana siguiente, estaba sonriente y se sentía revitalizado; había pasado una noche maravillosa con el chino. El olor a hot cakes le guio hacia el comedor, en donde la joven familia se encontraba desayunando.

-¡Tío! – exclamó Hansol, levantándose de la mesa y corriendo hacia el muchacho.

-Hola – Sehun cargó al pequeño.

-¿En dónde estuviste toda la noche? – preguntó Donghae, visiblemente irritado.

Sera le dio una patada por debajo de la mesa.

-No importa – agregó -¿Ya desayunaste?

-No.

-¡Desayuna con nosotros! – propuso Hansol.

Sehun lo meditó durante algunos segundos.

-Sólo porque mi sobrino lo pide – le revolvió los cabellos al niño.

Rápidamente la chica del servicio se acercó a poner un plato más en la mesa.

-Hansol ayudó a hacer los hot cakes – dijo Sera.

-Vaya… - exclamó Sehun.

Donghae estaba callado, observando detenidamente el cuello de su hermanito en donde había un “moretón sospechoso”.




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-Mami – saludaron Minki y Ren.

-Hola – Tao se acercó para abrazar y besar a sus hijos –Lo siento, Yixing, lamento no haber avisado a vendría tarde.

-No te preocupes, sabes que no hay problema, además hoy no tenía clase – acarició la cabeza de Minki –Bueno, iré a dormir un poco más.

-Adiós, tío – dijeron los gemelos en unísono.

-Mami, ¿hacemos el desayuno? – preguntó Ren.

-¿Qué? ¿No han comido? – cuestionó el chino.

-Nop, tío Yixing se acababa de levantar cuando llegaste – justificó Minki.

-Con razón estaba más despeinado y perdido de lo normal – bufó Tao –Bueno, sólo me doy un baño y lo hacemos, ¿si?

-¡Sí! – exclamaron ambos niños.

-Vayan a ver un poco de televisión.

-Sí, má – respondió Ren. Ambos fueron a la sala.

Tao entró al baño; observó por varios segundos las marcas que Sehun le había dejado a propósito.

-¿Qué rayos tiene ese niño en la cabeza? ¿Mierda? – exclamó molesto; que Donghae haya dudado de él le había lastimado hasta en lo más recóndito de su alma, pero le dolía aún más el ser pisoteado por Sehun.

Terminó de bañarse, se puso un pijama, mientras se peinaba, su celular sonó. Era un mensaje.

“Iré a tu casa en la noche”.


Sonrió enormemente tras ver de quién se trataba.

-¿Mami? ¿Vienes a cocinar? – preguntó Minki.

-Claro, ya voy – Tao salió del baño; bloqueó su celular, lo dejó en la mesa de la cocina y se acercó a sus pequeños.





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Sehun estaba en el jardín, tomando un poco de aire fresco, aunque el clima no era apto para aquello ya que nevaba finamente, pero necesitaba pensar muchas cosas. Su paz se 
vio interrumpida por la voz de su hermano.

-Sehun.

-¿Necesitas algo? – preguntó cortante.

-Hablar contigo.

-¿Sobre qué?

-¿Cuándo piensas regresar a la escuela?

-Ya te dije que hasta que empiece el próximo curso.

-No debiste haberte acostado con esa chica… - suspiró el mayor.

-¡No sabía que era hija de la directora!

Donghae negó con la cabeza.

-¿Qué? ¿Sólo me buscabas para eso?

-No, también para… - tomó aire -¿Crees que fui muy duro con Tao?

Sehun se le quedó viendo fijamente.

-No pensarás perdonarle, ¿o sí?

-Siento que fue algo injusto, además, él es libre de estar con otras personas…

-¿Te estás escuchando? – el menor alzó un poco la voz -¿Acaso estás loco? Tao estuvo con otro tipo, no sabes si se contagió de algo o si es la primera vez que lo hace.

-Sehun, tranquilízate.

-¡No! No puedo creer lo cínico que eres. No voy a permitir que regreses con él y lastimes a Sera – el menor se puso de pie.

-Sehun, tú no puedes decidir por mí, no puedes mandar sobre mis sentimientos.

El adolescente quedó boquiabierto con aquello.

-Eso quiere decir que… ¿le quieres?

Donghae bajó la cabeza.

-Debo entrar – se puso de pie.

-¿Cuánto tiempo estuviste con él? – preguntó el menor.

-Cinco años.

-La edad de Hansol…

-Es una larga historia – suspiró Donghae –No creo regresar con él, porque si lo hago, soy capaz de dejar a Sera.

Sehun estuvo a punto de asesinar a su hermano cuando escuchó lo último. Donghae 
entró a la mansión y el adolescente volvió a sentarse; cubrió su rostro con ambas manos.

-Es un idiota… un reverendo y enorme idiota – dijo para sí mismo.





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-¡Doryoung! – Tao se lanzó a los brazos del chico.

-Hola.

-Cuánto tiempo sin vernos, ¿qué haces por aquí?

-Pues me contrataron para hacer una serie de sesiones aquí en Corea. Acabo de llegar de Estados Unidos.

-¿Por qué no me llamaste? Podía haber ido por ti al aeropuerto.

-No quería causar molestias.

-Tú nunca causas molestias – dijo el chino dedicándole una encantadora sonrisa.

-Mami, ¿quién es él? – preguntó tímidamente Ren.

-Oh my god! Cuánto han crecido – exclamó Doryoung –La última vez que los vi tenían meses de nacidos.

-Niños, él es Doryoung, un amigo mío.

-H-hi... Рsaludaron los peque̱os.

-Hi~ - contestó el chino -¿Les enseñaste inglés?

-Lo que él me enseñó, al parecer heredaron su facilidad para los idiomas – Tao le susurró a Doryoung.

-Yo soy Minki y ̩l es Ren Рdijo el menor de los gemelos.

-Bueno, ¿tienen hambre? ¿Les gusta la pizza?

-¡Sí! ¿Pedirás una? – preguntó Ren.

-¡Claro!

-Doryoung no creo que…

-Vamos, yo invito.

-Pero ya es tarde…

-No seas amargado.

-¡Sí, mami! Please… - suplicó Minki.

-De acuerdo… - suspiró el chino.

-Bien, entonces vamos, comeremos en mi pizzería favorita, sólo espero que no la hayan cerrado – dijo Doryoung.

-Niños, vayan por sus sacos, ¿ok?

-Ok!

Apenas los niños se fueron, Doryoung tomó a Tao de la cintura y lo pegó a su cuerpo.

-Te extra̱̩ mucho Рle dijo vi̩ndolo fijamente.

Tao sonrió y lo abrazó.

-Yo también.

Ambos habían sido novios muchos años atrás, antes de que Tao conociera al que se convertiría en el padre de sus hijos; de hecho, Doryoung los había presentado y se arrepentía enormemente de haberlo hecho.


  

{-}




-¡Horrible, no sé cómo es que su esposo la soporta! – Sera refunfuñaba mientras entraba a la casa y lanzaba sus tacones hacia cualquier dirección.

-¿Pasó algo? – se asomó Sehun.

-BoA – respondió Donghae, quien después de la conversación con Sehun, había sido llamado por su jefa para que la recibiera en el aeropuerto y la acompañara a una junta.

-¿Qué tiene? – preguntó el adolescente.

-No sé qué rayos le pasa. Está de un humor que… ugh – decía Sera –Le hace falta un hijo para que se le quite lo amargada.

-Sera, olvídalo, vamos a cenar algo – propuso Donghae.

-Tienes razón – suspiró -Sehun, ¿en dónde está Hansol?

-Jugando videojuegos en su cuarto.

-Bien, dile que se duerma temprano, ma̱ana tiene clase Рdijo la chica.

-Sí, yo le digo.

La pareja se fue a cenar y Sehun salió al jardín. El aire helado golpeó su rostro, sin embargo poco le importó; sacó su celular e hizo una llamada.

-Hasta que te dignas a hablarme…

-BoA, yo…

-¡¿Por qué no contestabas mis llamadas?!

-Pensé que estabas con tu marido.

-Ay, no seas idiota, sabes que cuando te hablo no estoy con él.

-Cálmate, por favor. ¿Quieres que vaya a verte?

-¡Sí, por una mierda! ¡Necesito que me cojas solamente como tú sabes hacerlo!

-Vaya – Sehun sonrió –En un rato estoy allá.

-En 15 minutos, ¿escuchaste? Te quiero aquí en 15 minutos.

-Sí, jefa.

La chica colgó y Sehun suspiró. Le estaba cansando estar con ella.





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Los días pasaron. Sehun no había vuelto a buscar a Tao, es más, hasta planeaba dejarlo en paz, pero BoA insistió en ir al bar en el cual éste trabajaba.

-Te noto incómodo, ¿es porque la puta esa está aquí? – preguntó la chica.

-Sí…

-Sabes, el otro día recordé que él hizo un par de sesiones con uno de mis mejores modelos, luego el muy maricón se lo ligó.

-¿Qué? – Sehun dirigió toda su atención a la chica.

-Sí, sí, Tao se ligó a ese cuero que tenía por modelo.

-¿Y qué pasó con él?

-Bueno, el cuero le presentó a tu hermano…

-¿Qué?

-Sí. Según me enteré, Tao y el cuero terminaron y…

-¿Y mi hermano y él se hicieron amantes?

-No lo creo porque ese mismo día el cuero le presentó a mi mayor adquisición, un chino-canadiense que estaba hermoso y claro, Tao también se lo ligó.

-El padre de sus hijos… - murmuró el menor.

-¿Dijiste algo?

-N-no… continúa…

-Bueno, el caso es que…

-¿BoA?

La chica se giró e inmediatamente se lanzó a los brazos de aquel muchacho.

-¡Doryoung, amor, cuánto tiempo sin vernos! – chillaba.

-Años… - corrigió el chico.

-¿Qué haces aquí? Te hacía en Estados Unidos rodeado de cámaras y reflectores.

-Acabo de regresar. Vine a hacer unas sesiones.

-Vaya, ¿y por qué no me llamaste?

-Lo hice, pero al parecer ya no era tu número.

-Es verdad. Discúlpame, corazón. ¿Quieres tomar algo?

-No, yo… vine por un amigo.

-Ya veo.

-¿Es nuevo? – señaló a Sehun, quién rápidamente se le quedó viendo con el ceño fruncido.

-Nop, él es especial.

Doryoung, que conocía la afición de BoA por los muchachos menores que ella, entendió rápidamente.

-Vaya… – exclamó el chico –Bueno, fue un gusto volver a verte. Adiós – se esfumó entre el cúmulo de gente.

-Él es el cuero del que te hablaba. Siempre busqué tener algo con él, pero Tao se adelantó…

Algo en Sehun hizo “click”.

-“Si él está aquí por un amigo y salió con Tao… ¡mierda!” – pensó –Ahora vuelvo.

-¿A dónde vas?

-A-al baño.

-No tardes, querido o voy a emborracharme sola.

-Sí, no te preocupes.

Sehun corrió hacia la barra, ahí estaba Tao sirviendo como si nada.

-Así que en verdad es bartender – murmuró.

Se acercó lentamente sin que Tao le notara.

-¿Qué vas a querer? – preguntó el chino, concentrado en limpiar los vasos.

-¿Me extrañaste?

Tao estuvo a punto de soltar la copa que estaba limpiando.

-¡¿Qué haces aquí?!

-BoA quiso venir. No tengo nada que ver en esto. ¿Por qué no me habías dicho que trabajaste como modelo?

-Porque nunca lo fui.

-Bueno, pero hiciste sesiones.

-Sólo dos, además, ¿qué rayos de importa?

-¡Tao~!

De pronto, aquel tal Doryoung abrazó al chino por detrás y le besó sonoramente la mejilla.

-¿Q-qué haces? – exclamó Tao.

-Nada, apúrate ¿si?

-Tranquilo, mi turno termina en 10 minutos.

-Perfecto. Te estaré esperando – le guiñó un ojo.

-¿Regresaste con él? – preguntó Sehun.

-¿Qué?

-BoA dijo que te lo ligaste.

-O-oye qué…

-Creo que eso de ser puta está en tu naturaleza.

-Basta de ofenderme, Sehun. ¿Qué no fue suficiente con todo lo que me hiciste?

-¿Lo que te hice?

-No me hagas mencionarlo.

-Sólo me acosté contigo dos veces y créeme que por tu forma de gemir, te puedo garantizar que no sufriste.

-Estoy harto de esto – Tao soltó el trapo con el que estaba limpiando, dispuesto a irse, 
Sehun le tomó de la muñeca.

-Aún no termino contigo… - le susurró. Tao quedó helado, pero se soltó y se alejó de ahí lo más rápido que pudo.

Sehun sonrió y volvió con BoA. Más tarde, cuando estaban en el estacionamiento, besándose, vio a Tao y a aquel “modelucho”, sonriendo como un par de bobos; luego Doryoung le abrió la puerta a Tao y después se metió a su sitio, puso en marcha el motor y se fueron de ahí.

BoA se separó cuando sintió que Sehun ya no movía los labios.

-¿Qué pasa?

-Nada, vamos a tu casa, ¿sí?

-Claro que sí – dijo la chica completamente emocionada.





Continuará…

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