CapÃtulo
3
Danger
Danger
Sehun pensó
que se habÃa librado de Tao, tras no saber nada de él durante dos dÃas, pero…
-¿Tao? ¿Qué
haces aquÃ? – preguntó Donghae apenas abrió la puerta principal –Sera está…
-Vine a
hablar con Sehun – dijo firmemente el moreno.
-¿Sehun? –
cuestionó Donghae completamente extrañado.
-SÃ.
-¿Y puedo
saber por qué? – insistió Donghae.
-Es mejor
que…
-…No lo sepas
– se escuchó la voz de Sehub, quien bajaba por las escaleras –Aunque pensándolo
bien…
El chino rápidamente
dirigió la mirada hacia él, suplicándole que no hablara.
-Dime, Tao,
¿no crees que no hace tanto frÃo como para tener una bufanda? – Sehun preguntó
con malicia, arrastrando cada una de sus venenosas palabras.
Tao se tensó
y pasó saliva; Donghae observaba la situación detenidamente y en silencio.
-¿Me perdà de
algo? – se atrevió a preguntar.
-Mm… puede ser…
- respondió el adolescente, mirando con ingenuidad a su hermano.
-No, Sehun… -
susurró Tao.
El
adolescente le quitó aquella bufanda al chino, luego lo empujó hacia Donghae,
quien obviamente lo recibió en brazos.
-Antes de que
vayas a regañarme, mira su cuello – dijo el menor tras notar la mirada asesina
de su hermano.
-N-no… -
exclamó Tao intentó cubrir con ambas manos su cuello; aunque fue demasiado
tarde, Donghae habÃa visto más que suficiente.
-Tao… -
exclamó el mayor.
-Es por eso
que vino; buscaba comprar mi silencio, pues yo lo vi hace unos dÃas con un tipo
– Sehun tomó aire -Vi que se metiera a su auto y que luego se fuera con él, seguramente
a coger…
-N-no,
Donghae… - Tao intentó explicar, pero las palabras se le atoraban en la
garganta.
-Tao, jamás
pensé que tú… - Donghae se sentÃa desahuciado.
-¿Le crees a
este tonto? Sabes que él harÃa lo imposible por... – intentó hablar el chino.
-¡¿Separarnos?!
– interrumpió Donghae.
Tao asintió
con lágrimas en los ojos.
-Juras
quererme, pero las marcas en tu cuello dicen lo contrario – agregó el mayor.
El chino bajó
la mirada, derrotado; sabÃa que era inútil hablar e intentar defenderse, pues
si decÃa que Sehun le habÃa drogado, Donghae explotarÃa contra el menor y éste
en venganza le harÃa daño a sus pequeños y eso era lo que más temÃa.
-Hasta aquÃ
llega todo lo que alguna vez tuvimos – dijo Donghae, sacando de sus
pensamientos al chino.
-Donghae, por
favor…
-Vete de mi
casa y olvÃdate de que fuimos mejores amigos y… amantes.
Tao mordió su
labio inferior en un intento por aminorar su llanto.
-Sehun,
sácalo de aquà – Donghae se dio la media vuelta y se perdió por una de las
puertas de aquella mansión.
El menor
sonrió y empujó a Tao hacia la salida.
-Qué pena que
no te haya creÃdo – de nuevo, Sehun soltó su veneno.
Una vez que
estuvieron fuera de la mansión, en el jardÃn de adelante, Tao se volteó y le
dio una fuerte cachetada que tiñó de rojo la mejilla del menor.
-¡Maldito
imbécil, hijo de perra! ¡Lo planeaste todo! – gritó a todo pulmón.
Sehun lo tomó
del suéter y lo aporreó contra la puerta de la bodega en la que el jardinero
guardaba sus cosas de trabajo.
-¡Nunca
vuelvas a ponerme una mano encima! – le gritó al chino, amenazándolo con el
dedo Ãndice –Solamente te di un poco de tu propia medicina.
-No eres más
que un maldito drogadicto y alcohólico, ¡eres un demonio, un ser vil y
horrible!
Sehun ejerció
más fuerza en su agarre y soltó una risilla.
-Ah… qué
palabras tan crueles. Creo que me hicieron daño – bromeó.
-Encontraré
la manera de devolverte lo que me has hecho – amenazó el chino, lleno de
coraje.
-Hablas como
si te hubiera violado…
-¡Eso fue lo
que hiciste! ¡Esa mierda que me hiciste tomar era para eso!
-Mas sin
embargo, lo disfrutaste – le susurró al oÃdo.
Tao comenzó a
moverse buscando zafarse del poderoso agarre del menor.
-Qué pena que
una persona 8 años más joven pueda manipularte tan fácilmente, ah, y “violarte”
– recalcó lo último.
-Le diré a tu
hermano que sales con su jefa – dijo Tao en un intentando desquitarse.
Sehun levantó
un puño, Tao cerró los ojos esperando el golpe; sin embargo, la cálida
respiración del menor en su cuello, le hizo abrirlos.
-Como dije
aquella noche, tienes una boquita muy sucia y… - se le acercó al oÃdo
–Deliciosa…
Tao se quedó
sin aliento al sentir los labios de Sehun reclamar los suyos con ferocidad.
Sehun lo tomó de la cintura, mientras que el chino puso ambas manos en sus hombros,
buscando liberarse. El oxÃgeno se acabó en los pulmones de Sehun, separándose
del chino, quien al verse liberado, le empujó fuertemente.
Sehun volvió
a sonreÃr como demonio.
-Espero no
tener la molestia de volver a verte por aquà – pausó –Y espero que hayas
aprendido tu lección… Fue más fácil de lo que imaginaba.
Tao dijo una
serie de insultos en su lengua materna, se dio la media vuelta y se fue lo más
rápido que sus piernas le permitieron. Sehun sonrió orgulloso, giró su cuerpo
con planes de retornar a la mansión, pero, se encontró con quien menos se
esperaba.
-Vaya, no
pensé que te gustaran los hombres.
-Sera –
exclamó con la sangre congelada –L-lo que viste…
-¿Tao? Eso sÃ
que es una sorpresa.
-N-no es sólo
que… - Sehun se sentÃa perdido.
-Según yo, te
caÃa mal, digo, por la manera en la que le tratas últimamente.
-Es que… sÃ,
pero… - el menor se rascaba la cabeza como si asà una idea fuera brotar de su
mente.
-No querÃas
que nadie lo supiera, ¿cierto? – Sera continuaba sacando sus propias conclusiones
y Sehun no tenÃa planes de decirle la verdad.
-No le digas
a mi hermano, por favor – pidió como si en verdad tuviera algo “secreto” con el
chino.
-¿Por? – la
chica sonrió.
-Yo… aún
estoy algo confundido.
-Entiendo. No
te preocupes, no diré nada – le acarició la mejilla –Pero deberÃas buscarte a
alguien mejor, Tao está muy grande para ti.
-S-sÃ… -
murmuró.
-Bueno, salÃ
a buscarte porque Hansol quiere jugar contigo. ¿Vienes? Estamos en la piscina.
-Claro.
{-}
Las horas
pasaron y con ello llegó la noche. Sehun salió sin avisar, aprovechando la
distracción de su hermano.
Por otro
lado, el joven matrimonio se encontraba preparándose para dormir; Sera se
aplicaba sus cremas nocturnas, mientras Donghae cambiaba una y otra vez los
canales de la televisión.
-Amor… -
habló la chica.
-Dime.
-¿Has visto
algún cambio en Sehun?
-¿Cambio? –
preguntó sin mirar a la chica.
-SÃ, ya
sabes… su forma de actuar, de vestir…
-No, ¿por qué
preguntas?
-Pienso que
está saliendo con alguien.
-¿Ah, sÃ?
-SÃ, además
está en edad de descubrir sus gustos y de experimentar.
Con aquello
capturó la atención de Donghae, quien enseguida le dirigió la mirada.
-¿A dónde
quieres llegar? – preguntó el mayor.
-A que…
{-}
Sehun tomó al
chino de la chamarra y lo estampó contra la pared, para después besarlo a la
fuerza.
-¡Sehun…mhn
no…! – jadeaba Tao.
Sehun se
separó un poco.
-¿Por qué
tiemblas? ¿Me tienes miedo? – preguntó estrellando su aliento en los labios del
mayor.
-No, no te
tengo miedo, sólo… déjame en paz - pidió apartando la mirada.
-Pues
deberÃas tenerlo… - se acomodó para besarle el cuello.
-¿Por qué… ah…
por qué haces esto? – cuestionó Tao.
-Ya te lo he
dicho. Quiero dañar lo que mi hermano ama… quiero hacerlos pagar por el daño
que le han hecho a Sera.
Tao le
empujó.
-¿Crees que vas
a lograr algo acostándote con el amante de tu hermano? – sobó la parte de su
cuello que Sehun habÃa prácticamente succionado.
El menor le
tomó ambas manos y le miró fijamente.
-Ex-amante –
corrigió antes de besarlo de nuevo.
Ambos estaban
en el callejón donde habÃan tenido relaciones tres dÃas atrás. La diferencia
esta vez era que alguien los podÃa ver, pues no tenÃan la protección del auto
de Sehun, ya que el menor simplemente sacó a Tao del bar, lo pegó contra la
pared para después besarlo y tocarlo.
-Mierda –
exclamó Sehun, separándose unos centÃmetros de la boca de Tao.
-¿Qué?
-Vamos a un
hotel.
-No pensarás…
-SÃ.
-Sehun…
-No me vayas
a salir con que tienes mucho trabajo y que estás muy triste por lo de mi
hermano.
Tao se quedó
en silencio.
-¿En dónde
está tu maldito auto?
Sehun sonrió
triunfante.
-Pero no
puedo irme mucho tiempo – agregó el chino.
-Tranquilo,
será algo rápido pero placentero – le dijo al oÃdo y luego le dio una nalgada.
{-}
-¡¿Un
hombre?! – gritó Donghae -¿Sehun está con un hombre?
-Me pidió que
no te lo dijera, pero creo que necesita que le apoyemos. Ha de estar pasando
por un momento difÃcil.
Donghae tenÃa
la mirada perdida.
-¿Cómo sabes
que está con un hombre?
-Porque los
vi besándose.
-¿Conoces al
muchacho?
-LimÃtate a apoyar
a tu hermanito, ¿sÃ?
-E-eso
intentaré… - exclamó el mayor.
-Y, a amar a
tu esposa – agregó la chica, acariciándole la mejilla a su marido.
Donghae
sonrió. Sera tenÃa razón; llevaban años tiempo sin darse alguna muestra de
cariño y todo por estar enfocados en su trabajo y… por Tao.
–Aprovechemos
que Hansol está durmiendo – susurró Donghae, aceptando la “invitación” de su
esposa pues sólo querÃa distraer su mente de lo ocurrido con Tao.
{-}
Sehun llegó a
la mañana siguiente, estaba sonriente y se sentÃa revitalizado; habÃa pasado
una noche maravillosa con el chino. El olor a hot cakes le guio hacia el
comedor, en donde la joven familia se encontraba desayunando.
-¡TÃo! –
exclamó Hansol, levantándose de la mesa y corriendo hacia el muchacho.
-Hola – Sehun
cargó al pequeño.
-¿En dónde
estuviste toda la noche? – preguntó Donghae, visiblemente irritado.
Sera le dio
una patada por debajo de la mesa.
-No importa –
agregó -¿Ya desayunaste?
-No.
-¡Desayuna
con nosotros! – propuso Hansol.
Sehun lo
meditó durante algunos segundos.
-Sólo porque
mi sobrino lo pide – le revolvió los cabellos al niño.
Rápidamente
la chica del servicio se acercó a poner un plato más en la mesa.
-Hansol ayudó
a hacer los hot cakes – dijo Sera.
-Vaya… -
exclamó Sehun.
Donghae
estaba callado, observando detenidamente el cuello de su hermanito en donde
habÃa un “moretón sospechoso”.
{-}
-Mami –
saludaron Minki y Ren.
-Hola – Tao
se acercó para abrazar y besar a sus hijos –Lo siento, Yixing, lamento no haber
avisado a vendrÃa tarde.
-No te
preocupes, sabes que no hay problema, además hoy no tenÃa clase – acarició la
cabeza de Minki –Bueno, iré a dormir un poco más.
-Adiós, tÃo –
dijeron los gemelos en unÃsono.
-Mami, ¿hacemos
el desayuno? – preguntó Ren.
-¿Qué? ¿No
han comido? – cuestionó el chino.
-Nop, tÃo
Yixing se acababa de levantar cuando llegaste – justificó Minki.
-Con razón
estaba más despeinado y perdido de lo normal – bufó Tao –Bueno, sólo me doy un
baño y lo hacemos, ¿si?
-¡SÃ! –
exclamaron ambos niños.
-Vayan a ver
un poco de televisión.
-SÃ, má –
respondió Ren. Ambos fueron a la sala.
Tao entró al
baño; observó por varios segundos las marcas que Sehun le habÃa dejado a
propósito.
-¿Qué rayos
tiene ese niño en la cabeza? ¿Mierda? – exclamó molesto; que Donghae haya dudado
de él le habÃa lastimado hasta en lo más recóndito de su alma, pero le dolÃa
aún más el ser pisoteado por Sehun.
Terminó de
bañarse, se puso un pijama, mientras se peinaba, su celular sonó. Era un
mensaje.
“Iré a tu casa en la
noche”.
Sonrió enormemente
tras ver de quién se trataba.
-¿Mami?
¿Vienes a cocinar? – preguntó Minki.
-Claro, ya
voy – Tao salió del baño; bloqueó su celular, lo dejó en la mesa de la cocina y
se acercó a sus pequeños.
{-}
Sehun estaba
en el jardÃn, tomando un poco de aire fresco, aunque el clima no era apto para
aquello ya que nevaba finamente, pero necesitaba pensar muchas cosas. Su paz se
vio interrumpida por la voz de su hermano.
-Sehun.
-¿Necesitas
algo? – preguntó cortante.
-Hablar
contigo.
-¿Sobre qué?
-¿Cuándo
piensas regresar a la escuela?
-Ya te dije
que hasta que empiece el próximo curso.
-No debiste
haberte acostado con esa chica… - suspiró el mayor.
-¡No sabÃa
que era hija de la directora!
Donghae negó
con la cabeza.
-¿Qué? ¿Sólo
me buscabas para eso?
-No, también
para… - tomó aire -¿Crees que fui muy duro con Tao?
Sehun se le
quedó viendo fijamente.
-No pensarás
perdonarle, ¿o sÃ?
-Siento que
fue algo injusto, además, él es libre de estar con otras personas…
-¿Te estás
escuchando? – el menor alzó un poco la voz -¿Acaso estás loco? Tao estuvo con
otro tipo, no sabes si se contagió de algo o si es la primera vez que lo hace.
-Sehun,
tranquilÃzate.
-¡No! No
puedo creer lo cÃnico que eres. No voy a permitir que regreses con él y
lastimes a Sera – el menor se puso de pie.
-Sehun, tú no
puedes decidir por mÃ, no puedes mandar sobre mis sentimientos.
El
adolescente quedó boquiabierto con aquello.
-Eso quiere
decir que… ¿le quieres?
Donghae bajó
la cabeza.
-Debo entrar
– se puso de pie.
-¿Cuánto
tiempo estuviste con él? – preguntó el menor.
-Cinco años.
-La edad de
Hansol…
-Es una larga
historia – suspiró Donghae –No creo regresar con él, porque si lo hago, soy
capaz de dejar a Sera.
Sehun estuvo
a punto de asesinar a su hermano cuando escuchó lo último. Donghae
entró a la
mansión y el adolescente volvió a sentarse; cubrió su rostro con ambas manos.
-Es un
idiota… un reverendo y enorme idiota – dijo para sà mismo.
{-}
-¡Doryoung! –
Tao se lanzó a los brazos del chico.
-Hola.
-Cuánto
tiempo sin vernos, ¿qué haces por aquÃ?
-Pues me
contrataron para hacer una serie de sesiones aquà en Corea. Acabo de llegar de
Estados Unidos.
-¿Por qué no
me llamaste? PodÃa haber ido por ti al aeropuerto.
-No querÃa
causar molestias.
-Tú nunca
causas molestias – dijo el chino dedicándole una encantadora sonrisa.
-Mami, ¿quién
es él? – preguntó tÃmidamente Ren.
-Oh my god!
Cuánto han crecido – exclamó Doryoung –La última vez que los vi tenÃan meses de
nacidos.
-Niños, él es
Doryoung, un amigo mÃo.
-H-hi... –
saludaron los pequeños.
-Hi~ -
contestó el chino -¿Les enseñaste inglés?
-Lo que él me enseñó, al parecer heredaron su
facilidad para los idiomas – Tao le susurró a Doryoung.
-Yo soy Minki
y él es Ren – dijo el menor de los gemelos.
-Bueno,
¿tienen hambre? ¿Les gusta la pizza?
-¡SÃ! ¿Pedirás
una? – preguntó Ren.
-¡Claro!
-Doryoung no
creo que…
-Vamos, yo
invito.
-Pero ya es
tarde…
-No seas
amargado.
-¡SÃ, mami!
Please… - suplicó Minki.
-De acuerdo…
- suspiró el chino.
-Bien,
entonces vamos, comeremos en mi pizzerÃa favorita, sólo espero que no la hayan
cerrado – dijo Doryoung.
-Niños, vayan
por sus sacos, ¿ok?
-Ok!
Apenas los
niños se fueron, Doryoung tomó a Tao de la cintura y lo pegó a su cuerpo.
-Te extrañé
mucho – le dijo viéndolo fijamente.
Tao sonrió y
lo abrazó.
-Yo también.
Ambos habÃan
sido novios muchos años atrás, antes de que Tao conociera al que se convertirÃa
en el padre de sus hijos; de hecho, Doryoung los habÃa presentado y se
arrepentÃa enormemente de haberlo hecho.
{-}
-¡Horrible, no
sé cómo es que su esposo la soporta! – Sera refunfuñaba mientras entraba a la
casa y lanzaba sus tacones hacia cualquier dirección.
-¿Pasó algo?
– se asomó Sehun.
-BoA –
respondió Donghae, quien después de la conversación con Sehun, habÃa sido
llamado por su jefa para que la recibiera en el aeropuerto y la acompañara a
una junta.
-¿Qué tiene?
– preguntó el adolescente.
-No sé qué
rayos le pasa. Está de un humor que… ugh – decÃa Sera –Le hace falta un hijo
para que se le quite lo amargada.
-Sera,
olvÃdalo, vamos a cenar algo – propuso Donghae.
-Tienes razón
– suspiró -Sehun, ¿en dónde está Hansol?
-Jugando
videojuegos en su cuarto.
-Bien, dile
que se duerma temprano, mañana tiene clase – dijo la chica.
-SÃ, yo le
digo.
La pareja se
fue a cenar y Sehun salió al jardÃn. El aire helado golpeó su rostro, sin
embargo poco le importó; sacó su celular e hizo una llamada.
-Hasta que te dignas a hablarme…
-BoA, yo…
-¡¿Por qué no contestabas mis
llamadas?!
-Pensé que
estabas con tu marido.
-Ay, no seas idiota, sabes que cuando te
hablo no estoy con él.
-Cálmate, por
favor. ¿Quieres que vaya a verte?
-¡SÃ, por una mierda! ¡Necesito que me
cojas solamente como tú sabes hacerlo!
-Vaya – Sehun
sonrió –En un rato estoy allá.
-En 15 minutos, ¿escuchaste? Te quiero
aquà en 15 minutos.
-SÃ, jefa.
La chica
colgó y Sehun suspiró. Le estaba cansando estar con ella.
{-}
Los dÃas
pasaron. Sehun no habÃa vuelto a buscar a Tao, es más, hasta planeaba dejarlo
en paz, pero BoA insistió en ir al bar en el cual éste trabajaba.
-Te noto
incómodo, ¿es porque la puta esa está aquÃ? – preguntó la chica.
-SÃ…
-Sabes, el
otro dÃa recordé que él hizo un par de sesiones con uno de mis mejores modelos,
luego el muy maricón se lo ligó.
-¿Qué? –
Sehun dirigió toda su atención a la chica.
-SÃ, sÃ, Tao
se ligó a ese cuero que tenÃa por modelo.
-¿Y qué pasó
con él?
-Bueno, el
cuero le presentó a tu hermano…
-¿Qué?
-SÃ. Según me
enteré, Tao y el cuero terminaron y…
-¿Y mi
hermano y él se hicieron amantes?
-No lo creo
porque ese mismo dÃa el cuero le presentó a mi mayor adquisición, un chino-canadiense
que estaba hermoso y claro, Tao también se lo ligó.
-El padre de
sus hijos… - murmuró el menor.
-¿Dijiste
algo?
-N-no…
continúa…
-Bueno, el
caso es que…
-¿BoA?
La chica se
giró e inmediatamente se lanzó a los brazos de aquel muchacho.
-¡Doryoung,
amor, cuánto tiempo sin vernos! – chillaba.
-Años… -
corrigió el chico.
-¿Qué haces
aquÃ? Te hacÃa en Estados Unidos rodeado de cámaras y reflectores.
-Acabo de
regresar. Vine a hacer unas sesiones.
-Vaya, ¿y por
qué no me llamaste?
-Lo hice,
pero al parecer ya no era tu número.
-Es verdad.
Discúlpame, corazón. ¿Quieres tomar algo?
-No, yo… vine
por un amigo.
-Ya veo.
-¿Es nuevo? –
señaló a Sehun, quién rápidamente se le quedó viendo con el ceño fruncido.
-Nop, él es especial.
Doryoung, que
conocÃa la afición de BoA por los muchachos menores que ella, entendió
rápidamente.
-Vaya… –
exclamó el chico –Bueno, fue un gusto volver a verte. Adiós – se esfumó entre
el cúmulo de gente.
-Él es el
cuero del que te hablaba. Siempre busqué tener algo con él, pero Tao se
adelantó…
Algo en Sehun
hizo “click”.
-“Si él está
aquà por un amigo y salió con Tao… ¡mierda!” – pensó –Ahora vuelvo.
-¿A dónde
vas?
-A-al baño.
-No tardes,
querido o voy a emborracharme sola.
-SÃ, no te
preocupes.
Sehun corrió
hacia la barra, ahà estaba Tao sirviendo como si nada.
-Asà que en
verdad es bartender – murmuró.
Se acercó
lentamente sin que Tao le notara.
-¿Qué vas a
querer? – preguntó el chino, concentrado en limpiar los vasos.
-¿Me
extrañaste?
Tao estuvo a
punto de soltar la copa que estaba limpiando.
-¡¿Qué haces
aquÃ?!
-BoA quiso
venir. No tengo nada que ver en esto. ¿Por qué no me habÃas dicho que
trabajaste como modelo?
-Porque nunca
lo fui.
-Bueno, pero
hiciste sesiones.
-Sólo dos,
además, ¿qué rayos de importa?
-¡Tao~!
De pronto,
aquel tal Doryoung abrazó al chino por detrás y le besó sonoramente la mejilla.
-¿Q-qué
haces? – exclamó Tao.
-Nada,
apúrate ¿si?
-Tranquilo,
mi turno termina en 10 minutos.
-Perfecto. Te
estaré esperando – le guiñó un ojo.
-¿Regresaste
con él? – preguntó Sehun.
-¿Qué?
-BoA dijo que
te lo ligaste.
-O-oye qué…
-Creo que eso
de ser puta está en tu naturaleza.
-Basta de
ofenderme, Sehun. ¿Qué no fue suficiente con todo lo que me hiciste?
-¿Lo que te
hice?
-No me hagas
mencionarlo.
-Sólo me
acosté contigo dos veces y créeme que por tu forma de gemir, te puedo
garantizar que no sufriste.
-Estoy harto
de esto – Tao soltó el trapo con el que estaba limpiando, dispuesto a irse,
Sehun le tomó de la muñeca.
-Aún no
termino contigo… - le susurró. Tao quedó helado, pero se soltó y se alejó de
ahà lo más rápido que pudo.
Sehun sonrió
y volvió con BoA. Más tarde, cuando estaban en el estacionamiento, besándose,
vio a Tao y a aquel “modelucho”, sonriendo como un par de bobos; luego Doryoung
le abrió la puerta a Tao y después se metió a su sitio, puso en marcha el motor
y se fueron de ahÃ.
BoA se separó
cuando sintió que Sehun ya no movÃa los labios.
-¿Qué pasa?
-Nada, vamos
a tu casa, ¿sÃ?
-Claro que sÃ
– dijo la chica completamente emocionada.
Continuará…
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